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13
La Sociedad Española de Sueño (SES), con motivo del Día Mundial de la Diabetes, quiere reivindicar la importancia de incluir la educación en higiene de sueño en las estrategias de prevención de esta enfermedad, ya que «la evidencia científica demuestra que mejorar el descanso de los españoles podría ser una herramienta poderosa para reducir el riesgo de diabetes».
La coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la SES, María José Martínez Madrid, explica que la evidencia científica ha demostrado una doble relación del sueño con la diabetes. Por un lado, diversos estudios han sugerido que un sueño insuficiente, tanto en duración como en calidad, incrementa la resistencia a la insulina, lo cual favorece el desarrollo de la diabetes tipo 2.
Mientras que, por otro lado, investigaciones lideradas desde el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, han demostrado que la privación de sueño altera los ritmos circadianos, afectando tanto el metabolismo de la glucosa como al apetito y la regulación hormonal.
«Los mecanismos detrás de la relación entre la falta de sueño y la diabetes son complejos y multifactoriales. Uno de los aspectos clave es la alteración en la secreción de insulina y la sensibilidad de las células a esta hormona. Estudios han mostrado que la privación de sueño disminuye la sensibilidad a la insulina y aumenta la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol, lo que promueve la hiperglucemia y, en última instancia, puede contribuir al desarrollo de la diabetes», argumenta la experta.
Del mismo modo, Martínez Madrid señala que la falta de sueño tiene un impacto directo sobre los ritmos circadianos y la secreción de melatonina, una hormona clave en la regulación de los ciclos de sueño y alimentación. «Esta desincronización circadiana aumenta la predisposición a desarrollar resistencia a la insulina y a tener niveles elevados de glucosa en sangre», sostiene.
Por último, la experta concluye asegurando que «cuando el reloj interno de una persona está desfasado respecto a sus horarios sociales y laborales, esto genera una discordancia entre las señales internas y externas, lo que impacta en la regulación hormonal y el metabolismo, y en última instancia incrementa el riesgo de enfermedades como la diabetes».
12 noviembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
oct
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Un ayuno nocturno más largo y desayunar temprano se relaciona con menor índice de masa corporal, demuestra un estudio difundido hoy cuya muestra abarcó a 7 000 personas entre 40 y 65 años.
Liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona, la investigación sugiere nuevos patrones sobre la relación entre la hora de las comidas y el peso. Comer más temprano durante el día se ajusta más a los ritmos circadianos y permite quemar mejor las calorías, comprueba.
Resalta además que, para mantener el peso a raya no solo es conveniente tener en cuenta qué comemos, sino las horas a las que lo hacemos, subraya el estudio publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity.
Los resultados señalan que hay dos hábitos específicos que se asocian con un menor índice de masa corporal (IMC) a largo plazo: guardar un ayuno más largo durante la noche y desayunar temprano.
Reseña el estudio difundido por el sitio digital Sinc que en el 2018 los participantes respondieron cuestionarios sobre su peso y altura, sus hábitos alimenticios incluyendo las horas de las comidas, otros hábitos de estilo de vida y la posición socioeconómica.
En 2023, transcurridos cinco años, más de 3 000 participantes realizaron una visita de seguimiento, en la que se les volvió a registrar las medidas y a plantear un nuevo cuestionario.
Alargar el ayuno nocturno podría ayudar a mantener un peso saludable siempre y cuando se acompañe de una cena temprana y se desayune temprano, sugirió Luciana Pons-Muzzo, primera firmante del estudio.
Nuestros resultados, en línea con los de otros estudios recientes, sugieren que alargar el ayuno nocturno podría ayudar a mantener un peso saludable siempre y cuando se acompañe de una cena temprana y se desayune temprano.
Pensamos que podría ser porque comer más temprano durante el día se ajusta más a los ritmos circadianos y permite quemar mejor las calorías y regular el apetito, lo cual puede ayudar a mantener un peso saludable, añadió.
El análisis de los datos en función del sexo mostró que, en comparación con los hombres, en general, las mujeres mostraban menor IMC, mayor adherencia a la dieta Mediterránea, menor tendencia al consumo de alcohol, peor salud mental y más probabilidades de encargarse de la supervisión de la casa o de la familia.
Las mujeres muestran menor índice de masa corporal, mayor adherencia a la dieta Mediterránea, y menor tendencia al consumo de alcohol, destaca la investigación.
01 octubre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
sep
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¿Qué consecuencias tiene para la salud estar sometidos a un constante jet lag o a turnos de trabajo incompatibles con los biorritmos? El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha creado el primer biobanco de muestras de auxiliares de vuelo para comprender cómo afecta a las defensas tener un reloj biológico distorsionado.
El sistema inmune funciona en ciclos de 24 horas basados en una etapa de reposo y otra activa, en la que hay más leucocitos en los tejidos (glóbulos blancos que ayudan a combatir las enfermedades e infecciones).
El ciclo biológico se desincroniza
Los investigadores creen que en las personas sometidas constantemente a jet lag o a cambios de turno de trabajo ese ciclo biológico se desincroniza y el número y las funciones de sus leucocitos protectores dejan de ser óptimas.
Para comprobarlo y seguir avanzando en investigación médica, en 2021 el CNIO sumó a su biobanco una colección de muestras biológicas de un grupo de población sometida a constante alteración de sus biorritmos: los auxiliares de vuelo.
La iniciativa vino a ser una especie de simbiosis entre el centro de investigación y la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP), explica a EFE Virginia López, responsable de salud profesional de esta organización.
«Nosotros buscamos demostrar de manera científica que nuestro organismo se ve afectado por el desempeño de nuestro trabajo», señala López, bióloga molecular de formación.
Además de vivir al margen de los límites saludables que impone al cuerpo humano la sucesión del día y la noche, los tripulantes desarrollan su trabajo en un contexto peculiar de radiación, luz artificial, falta de contacto con el exterior y seres queridos, y una alimentación muy condicionada por el entorno de trabajo.
Según la portavoz de AETCP, los problemas de salud y el desarrollo de determinados tipos de cáncer son temas a menudo recurrentes de conversación entre tripulantes de larga distancia que llevan más de 15 años de carrera.
«Mientras otras profesiones con las que compartimos medios de trabajo tienen reconocido el riesgo laboral para jubilarse a los sesenta años, como pilotos o fotógrafos aéreos, nosotros no tenemos ese derecho», apunta.
Las muestras de hoy, las terapias de mañana
Y ahí es donde entra en juego el biobanco del CNIO: una colección escrupulosamente preservada de muestras biológicas (sangre, uñas, tumores o sustancias como heces o saliva) que es oro para que los científicos puedan investigar las enfermedades y encontrar tratamientos.
A raíz de la petición de la asociación de tripulantes, el biobanco abrió una colección específica de muestras que sirviera específicamente para estudiar los efectos del desfase horario crónico en las células del sistema inmunitario.
Desde 2021, más de 130 tripulantes de vuelo españoles acuden regularmente al centro a donar muestras de sangre y saliva, y a depositar otras tantas de orina, heces y uñas recogidas en sus domicilios, en unos tubos especiales aportados por el CNIO.
«Junto a las muestras, los donantes aportan información detallada sobre su historial clínico y familiar, dieta, práctica de ejercicio, consumo de tabaco y horas y tipo de vuelo, entre otros», señala a EFE la directora del Biobanco del CNIO, María Jesús Artiga.
La colección es confidencial (la identidad se sustituye por un código) y longitudinal: «cada año se recogen muestras de las mismas personas, lo que la convierte en una herramienta extremadamente valiosa para volver atrás cuando un donante comunique que tiene alguna enfermedad y estudiar marcadores tempranos», subraya Artiga.
Ritmos circadianos y cáncer
La primera solicitud para hacer ciencia con el biobanco de tripulantes llegó del grupo de inmunidad del cáncer del propio CNIO, donde las investigadoras María Aceves y Alba de Juan estudian la influencia de los ritmos circadianos sobre el sistema inmunitario y su relación con el cáncer, teniendo también en cuenta el metabolismo.
«Los seguiremos durante cuatro años para detectar los cambios en la cantidad de células del sistema inmunitario, y ver si tienen un perfil más favorable a la inflamación», detalla Alba de Juan.
Para ello han establecido tres grupos: tripulantes de vuelos de largo radio (distancia), de corto pero con turnos más variables y cortos, y un grupo de control con individuos que no vuelan y llevan una vida con horarios y costumbres regulares.
En estos momentos la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer considera que un trabajo que altere los ritmos circadianos es «probablemente cancerígeno», porque hay suficiente evidencia experimental en animales de que lo es, pero limitada en humanos.
El Biobanco del CNIO, puesto en marcha a comienzos de este siglo, cuenta en estos momentos con unas 45 000 muestras de 9 000 donantes y está abierto a toda la comunidad científica: para acceder a él los investigadores necesitan un proyecto de investigación y una financiación que garantice su viabilidad, indica Artigas.
«Es importante concienciar a la sociedad de que participen de manera altruista con la ciencia española, la aportación de nuestras muestras apenas requiere 20 minutos al año», enfatiza la responsable de salud profesional de la asociación de tripulantes.
02 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Descubiertos en los años setenta, los relojes circadianos son fundamentales para la regulación del tiempo biológico en la mayoría de las células del cuerpo humano. Estos mecanismos internos ajustan los procesos biológicos a un ciclo de 24 horas, permitiendo la sincronización de las funciones celulares con las variaciones diarias del entorno. Los ritmos circadianos, que están coordinados por un reloj central en el cerebro que se comunica con los relojes de los distintos tejidos periféricos, influyen en muchísimas funciones, desde nuestros patrones de sueño hasta nuestra capacidad para metabolizar los alimentos.
Un equipo liderado por Salvador Aznar Benitah, investigador ICREA del IRB Barcelona y Pura Muñoz-Cánoves, investigadora ICREA en el Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha descubierto cómo la sincronización entre el reloj circadiano cerebral y los relojes periféricos en el músculo y la piel, es esencial para el funcionamiento adecuado de estos tejidos, así como para prevenir procesos degenerativos propios del envejecimiento.
Los resultados del estudio han sido publicados en dos artículos en revistas de alto impacto: la investigación sobre la sincronización entre el reloj central y el reloj periférico del músculo se ha publicado en Science, mientras que el estudio de la coordinación entre el reloj central y el reloj periférico de la piel se ha publicado en Cell Stem Cell. Ambos trabajos revelan mecanismos comunes que subrayan la importancia de esta coordinación para mantener la funcionalidad óptima de los músculos y la piel.
El estudio también detalla el notable grado de autonomía de los relojes periféricos, que son capaces de mantener ciclos de 24 horas y de gestionar aproximadamente un 15 % de las funciones circadianas, en ausencia del reloj central.
«Es fascinante ver cómo la sincronización entre los relojes circadianos cerebrales y periféricos desempeña un papel fundamental en la salud de la piel y el músculo, a la vez que los relojes periféricos por sí solos son autónomos para llevar a cabo las funciones más básicas del tejido.», explica Aznar Benitah, que co-lideró estos estudios como jefe del laboratorio de Células Madre y Cáncer del IRB Barcelona.
«Nuestro estudio revela que se necesita una interacción mínima de tan solo dos relojes tisulares (uno central y otro periférico) para mantener el funcionamiento óptimo de tejidos como el músculo y la piel, y evitar su deterioro y envejecimiento. Ahora, el siguiente paso es identificar los factores de señalización implicados en esta interacción, pensando en aplicaciones terapéuticas», indica Muñoz-Cánoves, investigadora en la UPF, y actualmente investigadora en Altos Labs (San Diego, EEUU).
La coordinación con el reloj periférico muscular mantiene la función muscular y previene el envejecimiento prematuro
El estudio publicado en Science se centró en la comunicación entre el cerebro y el músculo, y confirma que la coordinación entre los relojes cerebrales y periféricos es crucial para mantener la función muscular diaria y prevenir el envejecimiento prematuro del músculo. La restauración del ritmo circadiano reduce la pérdida de masa muscular y de fuerza, mejorando las funciones motoras deterioradas en modelos de estudio en ratones.
Los resultados del estudio han mostrado también que la alimentación restringida en el tiempo (Time-restricted feeding o TRF), que implica comer solo durante la fase activa del día, puede reemplazar parcialmente el reloj central y mejorar la autonomía del reloj muscular. Lo que aún es más relevante, esta restauración del ritmo circadiano a través de TRF es capaz de mitigar la pérdida muscular, el deterioro de las funciones metabólicas y motoras y la disminución de la fuerza muscular en ratones viejos.
Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para el desarrollo de terapias contra el envejecimiento muscular y la mejora del rendimiento físico en la edad avanzada. Arun Kumar y Mireia Vaca Dempere, ambos de la UPF, son los primeros autores de este estudio, al que también han contribuido Eusebio Perdiguero y Antonio Serrano, anteriormente en la UPF y ahora en Altos Labs.
El reloj periférico de la piel integra y modula las señales cerebrales
En el estudio publicado en Cell Stem Cell, el equipo ha demostrado que el reloj circadiano de la piel es clave en la coordinación de la fisiología diaria del tejido. Mediante la integración de las señales del cerebro y, en ocasiones, modificándolas, garantiza el correcto funcionamiento de la piel.
Un hallazgo sorprendente fue que, en ausencia del reloj periférico, el reloj central del cuerpo mantiene el ritmo circadiano en la piel, pero opera de manera contraria a lo habitual (es decir, en un horario opuesto). Por ejemplo, se observó que la replicación del ADN, si solo estuviese controlada por el reloj central ocurriría durante el día, a la hora a la que la piel estaría expuesta a la luz ultravioleta, lo cual incrementaría el riesgo de acumular más mutaciones.
Este fenómeno destaca la importancia del reloj periférico, que no solo recibe señales del reloj central —que coordina los ritmos de todo el organismo— sino que además adapta estas señales a las necesidades específicas del tejido en el que reside (en el caso de la células madre de la piel, la división del ADN una vez que han pasado las horas del día en la que la exposición a la luz ultravioleta es máxima).
Thomas Mortimer, investigador postdoctoral del IRB Barcelona y Patrick-Simon Welz del Hospital del Mar Research Institute han liderado este proyecto junto a Aznar Benitah y Muñoz-Cánoves.
Los resultados de ambos estudios son fruto de una colaboración internacional, con investigadores de la University of California y la University of Texas Health en San Antonio (ambas en Estados Unidos), la University of Lübeck en Alemania, el Karolinska Institute en Suecia, la Humanitas University en Italia y Altos Labs San Diego Institute of Science en Estados Unidos.
El proyecto ha obtenido financiación del European Research Council, el programa H2020 de la Unión Europea, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Generalitat de Catalunya, la Fundación Lilliane Bettencourt, la Fundación «la Caixa», la Fundación la Marató de TV3, la Fundación BBVA y la Fundación Novo Nordisk.
03 mayo 2024|Fuente: UPF |Tomado de |Noticia
feb
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Un estudio ‘in silico’ del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, descubre que 308 se expresan más en primavera, 361 en verano, 1 072 en otoño y 322, en invierno. Read more
oct
11
Al menos 7 de cada 10 niños con trastorno generalizado del desarrollo (TGD) presentan problemas de sueño, muchos de los cuales no están diagnosticados. Así se puso de manifiesto en un simposio, organizado por Kurasana, en el 33º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, en Toledo.