Imagen: Archivo. Un equipo internacional de investigadores ha descubierto más de cien nuevas regiones del genoma humano (o loci), que parecen influir en la tensión arterial de una persona.

Además, varios de ellos pueden ser relevantes para el metabolismo del hierro y un tipo de receptor celular conocido como receptores adrenérgicos.

El estudio, liderado por los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses (NIH) y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGRI) y publicado este martes en la revista Nature Genetics, es uno de los mayores estudios genómicos sobre la presión arterial realizados hasta la fecha, con datos de más de un millón de participantes.

Los resultados servirán para comprender mejor cómo se regula la presión arterial y encontrar posibles nuevas dianas farmacológicas.

«Nuestro estudio ayuda a explicar una proporción mucho mayor de las diferencias entre la presión arterial de dos personas de lo que se sabía hasta ahora», dice Jacob Keaton, científico del NHGRI y primer autor del estudio.

Además, «conocer el riesgo de una persona de desarrollar hipertensión podría conducir a tratamientos a medida, que tienen más probabilidades de ser eficaces», puntualiza.

Para comprender la genética de la presión arterial, el equipo combinó cuatro grandes conjuntos de datos procedentes de estudios de asociación de todo el genoma de la presión arterial y la hipertensión.

Tras analizar los datos, hallaron más de 2 000 loci genómicos relacionados con la presión arterial, incluidas 113 regiones nuevas.

Entre los loci genómicos recién descubiertos, varios residen en genes que desempeñan un papel en el metabolismo del hierro, lo que confirma estudios anteriores según los cuales los niveles elevados de hierro acumulado pueden contribuir a las enfermedades cardiovasculares.

El equipo también confirmó la asociación entre las variantes del gen ADRA1A y la presión arterial.

ADRA1A codifica un tipo de receptor celular, denominado receptor adrenérgico, que actualmente es diana de la medicación contra la tensión arterial, lo que sugiere que otras variantes genómicas descubiertas en el estudio también pueden tener el potencial de ser dianas farmacológicas para alterar la tensión arterial.

«Este estudio demuestra que estos grandes estudios de asociación de todo el genoma tienen relevancia clínica para encontrar nuevas dianas farmacológicas y son necesarios para descubrir más dianas farmacológicas a medida que avanzamos», defiende Keaton.

A partir de estos análisis, los investigadores pudieron calcular una puntuación de riesgo poligénico, que combina los efectos de todas las variantes genómicas para predecir la presión arterial y el riesgo de hipertensión.

Estas puntuaciones de riesgo poligénico pueden ser una herramienta útil en la medicina de precisión, pero se necesitan datos genómicos más diversos para que puedan aplicarse ampliamente en la atención sanitaria rutinaria.

Aunque los datos recopilados procedían en su mayoría de personas de ascendencia europea, los investigadores descubrieron que las puntuaciones de riesgo poligénico también eran aplicables a personas de ascendencia africana.

Casi la mitad de los adultos de Estados Unidos padecen presión arterial alta o hipertensión, una dolencia que suele ser hereditaria, lo que significa que, junto al estilo de vida (sendentarismo, tabaquismo o estrés) y la dieta, hay un componente genético en el desarrollo de esta afección.

Cuando la tensión arterial es demasiado alta de forma constante, puede dañar el corazón y los vasos sanguíneos del cuerpo y provocar cardiopatías, enfermedades renales, accidentes cerebrovasculares y otras afecciones.

30 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Cruz Roja de España

Imagen: Cruz Roja de España

La Cruz Roja de España ha alertado del impacto del cambio climático en las personas vulnerables que han provocado un incremento del 67% de las atenciones a consecuencia de las olas de frío y calor. Según la organización, el cambio climático ha generado un aumento significativo en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, que tienen impacto directo en la salud de las personas tanto a corto como a largo plazo.

A propósito de la celebración del Día Mundial de la Salud, han asegurado que las personas en situación de vulnerabilidad económica o social son «particularmente susceptibles a sus efectos adversos», ya sea por el mayor riesgo que enfrentan al no disponer de recursos para mantener la vivienda a una temperatura adecuada (bien por calor extremo o frío), por la mayor prevalencia de enfermedades crónicas y su falta de adherencia terapéutica, o por el aislamiento social (que también redunda en su salud mental). Así, la organización humanitaria ha registrado en el último año un aumento de número de personas atendidas desde el área de salud en relación con esta problemática: si en 2022 eran cerca de 43 000 las personas que necesitaron de la ayuda de la Cruz Roja para combatir las olas de calor, este último año, con 1,3 grados por encima de la media, más de 24 días de altas temperaturas y récords históricos en 23 estaciones de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) durante el día y 10 durante la noche, han provocado el incremento de contacto y seguimiento de hasta 71 702 personas.

En respuesta a esta situación en 2023, se han implementado diversas acciones tanto a nivel individual como grupal. Estas incluyen llamadas telefónicas de información y seguimiento (con especial atención a personas mayores en situación de soledad no deseada), orientación sobre promoción y sensibilización acerca de los riesgos y consejos útiles, así como acompañamiento a recursos sanitarios y la organización de sesiones y talleres de formación y prevención.

Si bien no hubo más que un episodio de tres días que pudiera considerarse ola de frío, en 2023 hubo varios episodios con temperaturas por debajo de las habitualespara la época del año, tras el paso de las borrascas Gerard, Fien y Juliette, que también se dejaron notar en la salud de las personas: Cruz Roja tuvo que atender a más del doble que el año anterior, pasando de 21 676 a 43 672.

Según esta ONG, las temperaturas extremas pueden llevar a situaciones de soledad y aislamiento que puede repercutir negativamente en la salud de las personas por problemas de mala adherencia terapéutica, pudiendo provocar un peor control de la enfermedad, dificultar el desarrollo de actividad física, asumir patrones menos saludables de la alimentación, empeorar el ciclo de sueño, y deteriorar claramente su salud emocional.

El impacto de las temperaturas extremas en la población vulnerable puede generar empeoramiento en su estado de salud. Por eso desde Cruz Roja, de forma proactiva, se contacta con estas personas en los periodos de olas de calor y frío, intentando detectar precozmente los problemas que puedan aparecer. Esta población se ve muy afectada por el impacto de los determinantes sociales de la salud (las características de su vivienda, la economía, la soledad no deseada), y en ese contacto se valoran necesidades a las que se enfrenta la persona, antes de que se genere un problema mayor, intentando dar la mejor respuesta posible que se pueda en cada situación.

Muchas veces es suficiente con realizar un contacto telefónico, que aumente la tranquilidad de la persona sabiendo que no está sola, y que hay un equipo de Cruz Roja pendiente de ella; en otras, se precisa ayudarles a recoger la medicación crónica en su farmacia, acompañarles al centro de salud, darles recomendaciones preventivas para mitigar el efecto de las temperaturas extremas o realizar visitas domiciliarias.

IMPACTO CLIMÁTICO EN LA SALUD DE LAS PERSONAS

En el caso de las altas temperaturas, éstas pueden causar deshidratación, golpes de calor y agotamiento, especialmente en mayores, niños o personas con enfermedades
crónicas, sobre todo las cardiovasculares, respiratorias y renales, que pueden experimentar un empeoramiento de sus condiciones de salud debido al estrés térmico. Todo ello, además provoca el aislamiento de la persona para evitar el calor o frío exterior, y aumentan tanto el estrés como la ansiedad por mantenerse fresco o abrigados y seguros, incidiendo en la salud mental.

La ONG ha recordado que los efectos a largo plazo por fenómenos extremos de calor y frío pasan por desplazamientos de la población (las llamadas migraciones climáticas), el impacto en la seguridad alimentaria (por el daño que causa en los cultivos y el ganado) y ejercen presión sobre los sistemas de energía, agua y salud (precios más elevados en los suministros, escasez, etc.). En los casos más críticos, las dificultades económicas asociadas al uso de sistemas de calefacción o enfriamiento pueden llevar a las personas en situación de vulnerabilidad a tener que elegir entre gastar en necesidades básicas, como alimentos y medicamentos, o en mantener un ambiente seguro y saludable en el hogar.

En el Día Mundial de la Salud, Cruz Roja aboga por la mitigación del cambio climático y la adopción de medidas de adaptación como «elementos esenciales para proteger la salud pública y reducir los impactos adversos de estos eventos extremos».

05 abril 2024|Fuente: Europa Press| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

sedestacion prolongadaEn las personas que pasan la mayor parte del tiempo sentadas en el trabajo aumenta más de un tercio el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en comparación con sus homólogos que no pasan la mayor parte del tiempo sentados en el trabajo, según muestra una nueva investigación.

Sin embargo, según los investigadores, los descansos diarios y las actividades de ocio pueden ayudar a mitigar los «graves» riesgos asociados a la sedestación prolongada.

«Como parte del estilo de vida moderno, la sedestación laboral prolongada se considera normal y no se le ha prestado la debida atención, a pesar de que se ha demostrado su efecto nocivo sobre la salud», afirman los autores, dirigidos por Wayne Gao, Ph. D., de la Facultad de Salud Pública de la Taipei Medical University, en Taipéi, Taiwán.

«Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la actividad física y de moverse», dijo a Medscape Noticias Médicas la Dra. Michelle Bloom, directora del programa de cardiooncología de la NYU Langone Health de Nueva York, en Nueva York, Estados Unidos, quien no participó en el estudio.

«Como cardióloga, planteo este tema en casi todas las consultas a mis pacientes, independientemente del motivo por el que acudan, porque creo que los pacientes responden mejor cuando se los dice su médico que cuando lo saben en el subconsciente», afirmó la Dra. Bloom, que también es profesora de la División de Cardiología de la Escuela Grossman de Medicina de la Universidad de Nueva York, en Nueva York, Estados Unidos. El estudio fue publicado en revista  JAMA Network Open.

La sedestación prolongada afecta al corazón

En 2020, la guía sobre la actividad física de la Organización Mundial de la Salud recomendó por primera vez reducir los comportamientos sedentarios debido a sus consecuencias para la salud. Se sabe menos sobre la asociación específica de la sedestación laboral prolongada con los resultados en cuanto a la salud, especialmente en el contexto de una escasa actividad física.

Para su estudio, Gao y sus colaboradores cuantificaron los riesgos para la salud asociados a permanecer sentado durante mucho tiempo en el trabajo y determinaron si un determinado umbral de actividad física puede atenuar este riesgo.

Participaron 481.688 personas adultas (edad promedio: 39 años; 53% mujeres) en un programa de vigilancia de la salud en Taiwán. Se recopilaron datos sobre el trabajo sentado, la actividad física en el tiempo libre, el estilo de vida y los parámetros metabólicos.

Durante un seguimiento promedio de casi 13 años, murieron 26.257 participantes; más de la mitad (57%) de las muertes se produjeron en personas que trabajaban principalmente sentadas. Hubo 5.371 muertes relacionadas con enfermedad cardiovascular, de las cuales 60% tuvieron lugar en el grupo de personas que trabajaban principalmente sentadas.

En un análisis multivariante ajustado por sexo, edad, nivel educativo, tabaquismo, consumo de alcohol e índice de masa corporal, las personas adultas que se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo tenían un riesgo 16% mayor de morir por cualquier causa (hazard ratio [HR]: 1,16; intervalo de confianza [IC] de 95%: 1,11 a 1,20) y un riesgo 34% mayor de morir por enfermedad cardiovascular (HR: 1,34; IC de 95%: 1,22 a 1,46) en comparación con quienes que no se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo.

Las personas adultas que alternaban la mayor parte del tiempo entre sentarse y no sentarse en el trabajo no presentaban un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas que los individuos que no lo hacían la mayor parte del tiempo en el trabajo (HR: 1,01; IC de 95%: 0,97 a 1,05).

Entre Las personas adultas  que se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo y realizaban una escasa actividad de ocio diaria (15-29 minutos) o nula (<15 minutos), el aumento de la actividad 15 y 30 minutos al día, respectivamente, redujo el riesgo de mortalidad a un nivel similar al de las personas inactivas que no se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo.

«En general, nuestros hallazgos de una gran cohorte prospectiva ayudan a reforzar la evidencia cada vez más acumulada que relaciona un estilo de vida sedentario y los riesgos para la salud», afirman los autores.

«Los cambios sistémicos, como las pausas más frecuentes, los escritorios para trabajar de pie, las zonas designadas para la actividad física en el lugar de trabajo y las ventajas de hacer ejercicio en un gimnasio, pueden ayudar a reducir el riesgo», añaden.

Un mensaje sencillo pero profundo

La Dra. Anu Lala, de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai y el Mount Sinai Fuster Heart Hospital de Nueva York, en Nueva York, Estados Unidos, comentó que este estudio ofrece un «mensaje sencillo pero profundo» sobre los peligros de permanecer sentado durante mucho tiempo.

El hallazgo de una mortalidad por todas las causas 16% mayor en quienes se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo tras el ajuste con respecto a los principales factores de riesgo es «bastante notable». Y en el caso de la mortalidad por enfermedad cardiovascular, es el doble», dijo la Dra. Lala a Medscape Noticias Médicas.

«Creo que infravaloramos la importancia del movimiento, por sencillo que sea. Incluso acciones sencillas, como ponerse en cuclillas o de pie, tienen beneficios para el corazón», añadió la especialista.

La Dra. Bloom comentó que les dice a sus pacientes: «No tiene que salir mañana a correr un maratón. Simplemente levántese unas cuantas veces al día, camine unas cuantas vueltas en su oficina, vaya y venga del buzón, suba y baje sus escalones un par de veces… simplemente haga algo más de lo que ya está haciendo».

Ver artículo completo: Gao W, Sanna M, Hung Chen Y, Kuang Tsai M, Pang Wen C. Occupational Sitting Time, Leisure Physical Activity, and All-Cause and Cardiovascular Disease Mortality. JAMA Netw Open[Internet]. 2024[citado 5 feb 2024];7(1):e2350680. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.50680

5 febrero 2024| Fuente: Medscape.com| Tomado de | Noticias y Perspectivas

prevencion_cardiovascularUn estudio publicado en The Lancet Healthy Longevity muestra que las personas de mediana edad con un riesgo cardiovascular elevado de forma sostenida durante 5 años experimentan una mayor disminución del metabolismo cerebral medido a través de técnicas de imagen avanzadas.

Las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten en etapas avanzadas en muchas ocasiones; sin embargo, hay pocos estudios longitudinales en personas de mediana edad, 50 años, que hayan evaluado la interacción entre la aterosclerosis y sus factores de riesgo sobre la salud del cerebro. Ahora, una investigación realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en la que participa el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), arroja nuevos datos sobre esta relación y confirma la relevancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, como hipertensión, colesterol, diabetes, tabaquismo o sedentarismo, no solo para cuidar la salud cardiovascular, sino también para prevenir enfermedades como el alzhéimer.

Publicado en The Lancet Healthy Longevity, la investigación del CNIC muestra que la aterosclerosis -el acúmulo de placas de grasa en las arterias- y sus factores de riesgo asociados, además de ser las principales causas de enfermedad cardiovascular, están también implicados en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia.

La información es muy relevante porque, asegura el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC y uno de los autores principales del estudio, abre la posibilidad de intervenir sobre un trastorno modificable, como las enfermedades cardiovasculares, para prevenir el desarrollo de las demencias, para las que no existe tratamiento para muchos pacientes. «Cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro», indica el Dr. Fuster.

Asimismo, subraya el Director del CNIC, «a pesar de que todos sabemos la importancia de cuidarse y controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar un infarto, el hecho de que están relacionados con un deterioro de la salud cerebral puede hacer que haya una mayor conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables en las fases más jóvenes de la vida».

En 2021, los investigadores del CNIC descubrieron que la presencia de factores de riesgo cardiovascular y de aterosclerosis subclínica -antes de que aparezcan los síntomas- en las arterias carótidas, que son las que suministran sangre al cerebro, en individuos de 50 años aparentemente sanos que participan en el estudio PESA-CNIC-Santander, estaba asociada a un menor metabolismo de glucosa cerebral (Cortés-Canteli & Gispert et al. JACC. 2021). El metabolismo de la glucosa cerebral está considerado un indicador de salud cerebral.

El PESA-CNIC-Santander, dirigido por el Dr. Fuster, es un estudio prospectivo que incluye a más de 4 000 participantes asintomáticos de mediana edad en los cuales se está evaluando exhaustivamente la presencia y desarrollo de aterosclerosis subclínica desde el año 2010.

El equipo del Dr. Valentín Fuster, liderado por los Drs. Marta Cortés Canteli y Juan Domingo Gispert, han seguido a estos individuos a lo largo de 5 años y han encontrado que aquellos que mantienen un riesgo cardiovascular elevado durante todo este tiempo sufren una disminución aún mayor del metabolismo cerebral medido a través de técnicas de imagen como tomografía por emisión de positrones (PET).

«Hemos detectado un declive metabólico cerebral tres veces mayor que el de personas que se mantienen en bajo riesgo cardiovascular», señala Catarina Tristão-Pereira, primera firmante del artículo y becaria INPhINIT de la Fundación «la Caixa».

La glucosa es la principal fuente de energía de las neuronas y otras células cerebrales. «Si el consumo de glucosa cerebral disminuye durante varios años puede limitar la capacidad del cerebro de lidiar en un futuro con enfermedades neurodegenerativas o cerebrovasculares», asegura el Dr. Gispert, experto en Neuroimagen del CNIC y del Barcelonaβeta Research Center.

De hecho, en colaboración con los doctores Henrik Zetterberg y Kaj Blennow de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), expertos mundiales en la determinación de nuevos biomarcadores en sangre, los investigadores de CNIC descubrieron que este declive metabólico se debía en parte a que ya existía daño neuronal en estos individuos. «Este dato es particularmente relevante ya que la muerte de las neuronas es un proceso irreversible», remarca la Dra. Cortés Canteli, neurocientífica del CNIC e investigadora Miguel Servet del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz.

Además, el equipo del CNIC descubrió que la progresión de la aterosclerosis subclínica en las carótidas durante estos 5 años se relacionaba con una disminución del metabolismo en regiones cerebrales vulnerables a la enfermedad de Alzheimer, de manera aditiva al efecto de los propios factores de riesgo cardiovascular. «Estos resultados corroboran que la detección por imagen de la aterosclerosis subclínica aporta información muy relevante», añade el Dr. Fuster, investigador Principal del estudio PESA. «La relación entre el cerebro y el corazón es un tema fascinante y con este estudio hemos visto que empieza mucho antes de lo que se creía», continúa.

Los investigadores concluyen que a la luz de estos resultados, «el cribado de la carótida tiene un gran potencial para identificar a las personas vulnerables a sufrir alteraciones cerebrales y deterioro cognitivo en el futuro». Así, escriben, «este trabajo podría tener importantes implicaciones para la práctica clínica ya que apoya la implementación de estrategias de prevención cardiovascular primaria en etapas tempranas de la vida como enfoque valioso para una longevidad cerebral saludable».

«Aunque aún no conocemos el impacto que esta disminución en el metabolismo cerebral puede tener sobre la función cognitiva, el haber detectado ya daño neuronal sí que nos indica que cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro», concluye la Dra. Cortés Canteli.

El estudio PESA está cofinanciado a partes iguales por CNIC y Banco Santander. Además, recibe financiación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII, PI15/02019 & PI20/00819), el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (ERDF – A Way to Build Europe) y el Fondo Social Europeo (ESF – Investing in Your Future).

Asimismo, para este estudio en particular también ha recibido financiación de la Fundación BrightFocus y una Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales de la Fundación BBVA. CNIC cuenta con el apoyo del ISCIII, el Ministerio de Ciencia e Investigación (MCIN) y Fundación Pro- CNIC. En el estudio han participado investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CiberCV), del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CiberFES) y el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (Ciber-BBN).

Referencia

Catarina Tristão-Pereira, Valentin Fuster, Belen Oliva, Andrea Moreno-Arciniegas, Ines Garcia-Lunar, Cristina Perez-Herreras, et al. Longitudinal interplay between subclinical atherosclerosis, cardiovascular risk factors, and cerebral glucose metabolism in midlife: results from the PESA prospective cohort study. Lancet Healthy Longev 2023; 4: e487–98.

https://doi.org/10.1016/S2666-7568(23)00134-4

https://www.thelancet.com/journals/lanhl/article/PIIS2666-7568(23)00134-4/fulltext

Fuente: ( IMMedico)

04/09/2023

Además de reducir el peso, la semaglutida tiene ese efecto en personas con insuficiencia cardiaca y fracción de eyección preservada, según los resultados del estudio STEP HFpEF.

Imagen-40603139La semaglutida, el famoso fármaco para adelgazar del que tanto se ha hablado en los últimos meses, demuestra ahora no solo reducir el peso, sino también mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada. Son las conclusiones del estudio STEP HFpEF, que se acaba de presentar en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress) de Ámsterdam.

La semaglutida es un fármaco perteneciente al grupo terapéutico de los llamados análogos de la GLP1. Su acción fundamental, y para lo que está indicado en la actualidad, es para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, también se ha visto que produce una reducción importante de peso. Tanto es así que ha habido problemas de desabastecimiento en las farmacias porque se ha usado para perder peso, incluso, en personas no diabéticas.

“Esta indicación de la pérdida de peso también existe, pero en España la semaglutida solo está financiada por el Sistema Nacional de Salud en aquellos pacientes diabéticos mal controlados con otros fármacos y que, además, tienen obesidad. Para el resto de las indicaciones, lo tiene que pagar el paciente”, explica Manuel Anguita, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Expectativas

Al controlar la diabetes y lograr reducir el peso, existían muchas expectativas de se pudiera asociar también a una mejoría del riesgo cardiovascular. Algo que hasta la fecha no estaba absolutamente demostrado. El estudio STEP HFpEF se ha llevado a cabo en pacientes con y sin diabetes, obesidad e insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (ICFEP).

Los resultados demuestran beneficio en los pacientes tratados con semaglutida, tanto en mejoría de la calidad de vida como en la reducción de peso. Asimismo, en objetivos secundarios se demuestra beneficio pronóstico en estos pacientes: número de episodios de insuficiencia cardiaca, disminución de marcadores como NT-proBNP y mejoría en el test de los seis minutos.

Obesidad: «Sólo con medicamentos, que no están financiados por el SNS, no lograremos su manejo óptimo»

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Semaglutida, un nuevo análogo de GLP-1 para el tratamiento de la diabetes tipo 2

Alejandro Recio, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la SEC hace una valoración muy positiva de los resultados del estudio: «Ha demostrado cómo la semaglutida, en pacientes obesos, diabéticos y no diabéticos, con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada muy sintomáticos, es capaz de reducir el peso de estos, lo que se acompaña de una clara mejoría de la sintomatología, así como de los niveles de NT-proBNP. Esto nos hace pensar que tratando la comorbilidad de la obesidad somos capaces de prevenir la insuficiencia cardiaca».

«Estos resultados son muy importantes porque van a cambiar la práctica clínica diaria de los cardiólogos, añadiendo este tratamiento a este tipo de pacientes», valora Mª Rosa Fernández Olmo, presidenta de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC.

Por su parte, Domingo Marzal, coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la SEC, junto con Almudena Castro subraya que el estudio STEP HFpEF pone la obesidad en la mesa de los cardiólogos: «Debemos entender que existe una íntima relación entre la obesidad y la insuficiencia cardiaca. Es un estudio que demuestra, más allá de la reducción de peso, cómo impacta directamente en biomarcadores y en resultados clínicos en insuficiencia cardiaca».

Asignatura pendiente

Por otro lado, Castro dice: «Claramente, este estudio refleja que aprender sobre obesidad en cardiología es una asignatura pendiente. La cardiología es una enfermedad muy compleja que va más allá de la pérdida de peso como bien no ha enseñado este estudio con la disminución de marcadores inflamatorio y péptidos, por lo que desde el Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la SEC tenemos mucho trabajo que hacer».

Recientemente se han publicado además los resultados preliminares del estudio SELECT, realizado también con semaglutida, en este caso, en pacientes obesos no diabéticos que tienen enfermedad cardiovascular. Los datos preliminares indican que, en este grupo de pacientes (prevención secundaria de enfermedad cardiovascular), también mejora el pronóstico y reduce la mortalidad.

«Desde la Sociedad Española de Cardiología queremos transmitir que, cuando un fármaco demuestra que es muy eficaz porque mejora la calidad de vida de nuestros pacientes, en este caso con insuficiencia cardiaca, o incluso el pronóstico, es muy importante que en España existan los canales necesarios para que estos fármacos se puedan utilizar lo más rápidamente posible, y que no haya inequidades entre las diferentes comunidades autónomas», declara Julián Pérez-Villacastín, presidente de la SEC.

El ESC Congress, cuyo lema es Unir fuerzas para proteger el corazón, pone el foco este año en la insuficiencia cardiaca, enfermedad con una elevada y creciente prevalencia e incidencia, así como una de las principales causas de muerte en el mundo occidental. En España, afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años y al 8,8% de los mayores de 74. Además, es la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años y representa entre el 2 y el 3% del gasto sanitario español.

25/08/2023   Fuente: Diario Médico

Un reciente estudio revela el mecanismo por el que una mutación en el gen ACTA2 predispone al desarrollo temprano de enfermedad coronaria en ausencia de factores de riesgo cardiovascular como los niveles elevados de colesterol en sangre.

aterosclerosis-canva-300x251Una mutación en el gen ACTA2 deriva en la formación de placas ateroscleróticas en la aorta y mayor riesgo de enfermedad coronaria, independientemente de los niveles de colesterol y otras grasas. Un reciente estudio revela por qué.

Desde su identificación en 2009, la mutación p.Arg149Cys del gen ACTA2 ha planteado un enigma para los investigadores. Como otras mutaciones en el gen ACTA2, p.Arg149Cys predispone al desarrollo de enfermedad torácica aórtica. Además, esta mutación aumenta el riesgo a desarrollar enfermedad coronaria de forma prematura (a los 30 años o antes) en personas que no presentan factores de riesgo cardiovascular.

“El gen ACTA2 codifica una proteína específica que no tiene nada que ver con el colesterol”, ha señalado Dianna Milewicz, profesora y directora de la División de Genética Médica en la Escuela de Medicina McGovern en UTHealth Houston. “Fue una sorpresa descubrir que las personas con la mutación genética tenían demasiada aterosclerosis a una edad temprana y sin factores de riesgo.”

Recientemente, a partir de diferentes estudios en ratón, el equipo de Milewicz ha identificado cómo se produce el efecto patogénico de p.Arg149Cys, mecanismo que tiene repercusiones clínicas para el tratamiento de algunos pacientes con enfermedad cardiovascular. Los resultados se han publicado en la revista European Heart Journall.

De la mutación al mecanismo de patogenicidad

ACTA2 codifica para SMA, una proteína del citoesqueleto de las células musculares que recubren los vasos sanguíneos. Como elemento estructural necesario para la contracción de estas células, su conexión con la aterosclerosis que provoca la enfermedad coronaria no estaba clara en un principio.

Para resolver el papel de la mutación p.Arg149Cys en la aterosclerosis, en primer lugar, el equipo confirmó en ratones modelo que la presencia de la mutación deriva en la formación de placas ateroscleróticas en la aorta, independientemente de los niveles de colesterol y otras grasas.

A continuación, a partir de diferentes experimentos  (estudio histopatológico, estudios celulares, análisis de expresión y otros) los investigadores analizaron en detalle los efectos de la mutación p.Arg149Cys.

A partir de la información obtenida los investigadores han establecido que el cambio de aminoácido que produce la mutación da lugar a un mal plegamiento de la proteína, que activa una respuesta de estrés en las células. Este estrés fuerza a las células a producir más colesterol en su interior, independientemente de cuánto colesterol haya en la sangre. Finalmente, el aumento en los niveles de colesterol (en este caso internos) deriva en la formación de las placas ateroscleróticas que comprometen el flujo sanguíneo y derivan en la enfermedad cardiovascular.

Implicaciones terapéuticas del estudio

La identificación del estrés intracelular de las células musculares de los vasos sanguíneos como un nuevo mecanismo que puede dar lugar a aterosclerosis, tiene diversas implicaciones relevantes a nivel clínico.

“Este hallazgo es único en el sentido de que hemos descubierto una vía completamente nueva hacia la aterosclerosis. Esto explica por qué durante años hemos sabido que las estatinas protegen a las personas de los ataques cardíacos, incluso a aquellas cuyos niveles de colesterol en sangre son normales. En las personas con mutaciones en el gen ACTA2, las estatinas bloquean el colesterol producido por las células musculares lisas estresadas”, ha señalado Milewicz, director del estudio.

De hecho, en los ratones modelo, el equipo detectó que el tratamiento con la estatina pravastatina revertía el aumento de aterosclerosis. “Estos resultados tienen implicaciones directas para el manejo de los individuos en riesgo de enfermedad coronaria que no tienen hipercolesterolemia”, concluyen los autores del estudio. “Estos datos apoyan la utilización terapéutica de estatinas en pacientes con variantes en el gen ACTA2 en ausencia de hipercolesterolemia”.

Puesto que el estrés de las células musculares lisas asociadas a la aterosclerosis deriva en el depósito de calcio en las arterias, Milewicz también plantea que estudiar esta característica mediante imagen podría ser útil para diagnosticar de forma temprana o monitorizar el desarrollo de aterosclerosis temprana en las personas con mutaciones en ACTA2. “Esto permitiría a los médicos decidir a qué edad pueden empezar estos pacientes con estatinas”, señala el investigador.

Nuevas cuestiones para estudios futuros

Los resultados del trabajo también plantean preguntas a resolver en estudios futuros. “En nuestro estudio, la proteína mutante producida por la mutación de ACTA2 provocó que las células en la pared de la arteria estuvieran estresadas, pero hay muchos otros factores que pueden estresar a las células. Ahora estamos investigando los factores de riesgo de la enfermedad de las arterias coronarias, como la hipertensión, que también estresarían a las células y activarían esta nueva vía para la enfermedad de las arterias coronarias.”

Además, puesto que la proteína SMA se expresa prácticamente solo en las células musculares de los vasos sanguíneos, los investigadores plantean que podría haber otras variantes que tuvieran un efecto similar.

Fuente: Genética Médica News

Referencia: Kaw K, et al. Smooth muscle α-actin missense variant promotes atherosclerosis through modulation of intracellular cholesterol in smooth muscle cells. Eur Heart J. 2023 Jun 28:ehad373. doi: http://dx.doi.org/10.1093/eurheartj/ehad373https://academic.oup.com/eurheartj/article/44/29/2713/7209229?login=false

 

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