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Un menor de cada cinco sufre al menos dos veces más de días de calor extremo que hace 60 años, alertó este martes Unicef, que pide proteger a la infancia de temperaturas potencialmente mortales para los más vulnerables.
Debido al cambio climático provocado por las actividades humanas, 2023 fue el año más caluroso desde que hay registros y 2024 podría registrar un nuevo récord.
En este contexto, Unicef ha estudiado el impacto del calentamiento, del calor extremo, y, en particular, del número de días que superan los 35º C al año, comparándolos con el promedio de los años 1960 y del periodo 2020-2024.
El resultado es que «un niño de cada cinco sufre ahora dos veces más días de calor extremo que sus abuelos hace 50 o 60 años, y esta tendencia empeora», explica a la AFP Lily Caprani, funcionaria de la agencia de la ONU.
Esto supone unos 466 millones de menores de todos los continentes, aunque algunas regiones están más afectadas que otras.
En África Occidental y Central, por ejemplo, 123 millones de menores (39 % del total en esta región) viven más de un tercio del año con temperaturas superiores a los 35°C, con picos de 212 días en Malí, 202 en Níger, 198 en Senegal y 195 en Sudán.
«Este calor es peligroso para todo el mundo, pero sobre todo para los más pequeños», dice Lily Caprani.
«Los cuerpos de los niños (…) son mucho más vulnerables al calor extremo (que el de los adultos), su corazón late más deprisa y respiran más rápido», sostiene.
Para un bebé que no transpira como un adulto para regular la temperatura, «puede ser literalmente mortal», explica Caprani, antes de alertar de los peligros para las mujeres embarazadas y sus bebés.
Estas temperaturas extremas pueden tener también un impacto en el desarrollo neurológico y la salud mental de los pequeños, y hacerlos más vulnerables a enfermedades como el paludismo, alerta Unicef.
Colegios sofocantes
Sin olvidar la dificultad de aprender en aulas sofocantes.
«En los primeros meses de 2024, al menos 80 millones de menores han perdido clases debido al cierre de escuelas por el calor extremo», detalla Caprani, que piensa que la cifra es mucho más elevada.
Los datos muestran que en 100 países, más de la mitad de los menores sufren dos veces más de canículas (al menos tres días de temperaturas altas) que hace 60 años, lo que representa, por ejemplo, 36 millones de menores en Estados Unidos.
Unicef pide que se actúe para limitar el impacto al enseñar a los padres a identificar las señales del golpe de calor, formando al personal de salud a intervenir rápidamente o invirtiendo en los sistemas de climatización de los colegios, una solución que no está al alcance de todo el mundo.
Pero sobre todo, para frenar el calentamiento en un planeta donde las temperaturas cada vez más elevadas, superiores a los 40 ºC, e incluso a los 50 ºC, son cada vez más frecuentes.
Los países firmantes del Acuerdo de París deben presentar para principios de 2025 nuevos objetivos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y «podrían hacerlo con ambición al saber que los menores de hoy y las futuras generaciones tendrán que vivir en el mundo que van a dejar», dice en un comunicado la jefa de Unicef Catherine Russell.
Estos menores que heredarán este planeta dañado son los que menos responsabilidad tienen en el cambio climático que sufren.
Y sin embargo, «la mayor parte de las políticas climáticas ni siquiera mencionan a los niños», lamenta Caprani.
14 agosto 2024|Fuente: AFP |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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En el caso de algunas formas de tuberculosis, las probabilidades de que una persona expuesta se infecte dependen de si el individuo y la bacteria comparten ciudad de origen, según un nuevo estudio publicado en Nature Microbiology, que compara cómo las distintas cepas se desplazan por poblaciones mixtas en ciudades cosmopolitas.
Los resultados de la investigación, dirigida por científicos de la Facultad de Medicina de Harvard (EE.UU), aportan la primera prueba fehaciente de observaciones realizadas hace tiempo que han llevado a los investigadores a sospechar que el patógeno, el lugar y el huésped humano chocan en una interacción distintiva que influye en el riesgo de infección y alimenta las diferencias de susceptibilidad a la infección.
Según los investigadores, el estudio refuerza una hipótesis que se viene barajando desde hace tiempo: determinadas bacterias y sus huéspedes humanos probablemente han coevolucionado a lo largo de cientos o miles de años.
Los hallazgos también pueden ayudar a fundamentar nuevos enfoques de prevención y tratamiento de la tuberculosis, un astuto patógeno que, cada año, enferma a más de 10 millones de personas y causa más de un millón de muertes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el análisis actual, que se cree que es la primera comparación controlada de la infectividad de las cepas de tuberculosis en poblaciones de orígenes geográficos diversos, los investigadores crearon una cohorte de estudio a medida combinando archivos de casos de pacientes con tuberculosis de Nueva York, Ámsterdam y Hamburgo. Así, obtuvieron datos suficientes para elaborar sus modelos.
El análisis demostró que los contactos domésticos cercanos de las personas diagnosticadas con una cepa de tuberculosis de linaje geográficamente restringido tenían una tasa de infección un 14 % menor y una tasa de desarrollo de la enfermedad tuberculosa activa un 45 % menor en comparación con los expuestos a una cepa perteneciente a un linaje muy extendido.
AFINIDAD PATÓGENO-HUÉSPED
El estudio también demostró que las cepas con rangos geográficos estrechos tienen muchas más probabilidades de infectar a personas con raíces en la región geográfica nativa de la bacteria que a personas de fuera de la región.
Los investigadores descubrieron que las probabilidades de infección disminuían en un 38 % cuando un contacto se exponía a un patógeno restringido de una región geográfica que no coincidía con los antecedentes de la persona, en comparación con cuando una persona se exponía a un microbio restringido geográficamente de una región que sí coincidía con su país de origen. Esto es así en el caso de las personas que han vivido en la región y en el de las personas cuyos dos progenitores proceden de esa región.
Según los investigadores, esta afinidad patógeno-huésped apunta a una evolución compartida entre humanos y microbios, con ciertas características biológicas que hacen a ambos más compatibles y aumentan el riesgo de infección.
«La magnitud del efecto es sorprendentemente grande. Es un buen indicador de que el impacto en la salud pública es sustancial», ha afirmado la profesora asociada de Informática Biomédica en el Instituto Blavatnik del HMS, Maha Farhat.
NO TODAS LAS CEPAS SON IGUALES
Gracias al creciente uso de la secuenciación genética, los investigadores han observado que no todas las cepas circulantes son iguales. Algunos linajes están muy extendidos y son responsables de gran parte de la tuberculosis en todo el mundo, mientras que otros sólo prevalecen en unas pocas zonas restringidas.
Dada la compleja naturaleza de la transmisión de la tuberculosis en entornos de alta incidencia en los que las personas suelen estar expuestas a diferentes linajes, los investigadores no han podido comparar cepas en condiciones similares y se han visto obligados a especular sobre las posibles explicaciones de las diferencias entre cepas.
Son muchos los factores que aumentan el riesgo de contraer tuberculosis de un contacto íntimo. Uno de los mejores factores para predecir si una persona infectará a sus contactos íntimos es la carga bacteriana, medida mediante una prueba llamada microscopía de frotis de esputo, que muestra cuántas bacterias lleva una persona en su sistema respiratorio.
Pero el nuevo estudio demostró que, en el caso de cepas geográficamente restringidas, el hecho de que una persona tenga antepasados que hayan vivido donde la cepa en común era un factor de predicción del riesgo de infección aún mayor que la carga bacteriana en el esputo. En los casos analizados en el estudio, este riesgo de ascendencia común superaba incluso el riesgo derivado de padecer diabetes y otras enfermedades crónicas que, según se había demostrado anteriormente, hacían a las personas más susceptibles a la infección.
«Estos resultados ponen de relieve lo importante que es entender qué hace que las distintas cepas de tuberculosis se comporten de forma tan diferente entre sí y por qué algunas cepas tienen una afinidad tan estrecha con grupos de personas específicos y relacionados», ha afirmado el investigador en informática biomédica del laboratorio de Farhat en el HMS, médico residente en el hospital universitario Charité de Berlín y primer autor del estudio, Matthias Groeschel.
12 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El servicio meteorológico belga emitió hoy una alerta naranja en casi todo el país, al pronosticar calor extremo para los próximos dos días.
De acuerdo con el organismo, en la presente jornada y el martes se espera en el país una temperatura que supera las normas estacionales, mientras que la alerta amarilla se mantiene en varias regiones.
Según la oficina meteorológica, se esperan temperaturas que oscilen entre 30 y 35 °C en todo el país, con un aumento a 36 °C en las regiones cercanas a la frontera con Francia.
También publicó otra nota por tormentas eléctricas en varias áreas durante la noche y el día del martes y el miércoles.
El instituto agregó que se espera que las temperaturas bajen a partir del miércoles.
12 agosto 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Un nuevo estudio de la Universidad Privada del Danubio (DPU), en Austria, vincula la reducción del consumo de bebidas envasadas en plástico con una disminución y mejora de la presión arterial, especialmente entre las mujeres.
La investigación, publicada en la revista científica Microplastics, es la primera en examinar los posibles efectos de evitar el uso diario de estos envases en la salud cardiovascular.
El estudio incluyó a ocho adultos sanos que, durante un período de cuatro semanas, se abstuvieron de consumir bebidas embotelladas en plástico, limitando su ingesta de líquidos exclusivamente a agua de grifo.
Los resultados mostraron una notable disminución de la presión arterial en las mujeres, especialmente en la presión sistólica del brazo derecho en un período de dos a cuatro semanas de observación.
La presión arterial sistólica o máxima, considerada elevada si supera los 140 milímetros de mercurio (mmHg), es la medida de las arterias cuando el corazón se contrae para bombear sangre.
La diastólica, con un valor normal por debajo de los 90 mmHg, es la presión en las arterias cuando el corazón está en reposo entre latidos.
En contraste, no se observaron cambios significativos en la presión arterial sistólica de los varones, lo que los investigadores atribuyen a la gran variabilidad entre los sujetos.
Según el equipo de investigación, liderados por Maja Henjakovic, profesora en fisiología de la Universidad Privada del Danubio, se indica por primera vez que una reducción en el uso de plástico estaría asociada a una disminución de la presión arterial.
Esto es, según los científicos, debido a un menor volumen de partículas de plástico en el torrente sanguíneo, lo que sugiere una relación entre su consumo y la salud.
«Mientras que la forma física, la dieta, la edad, el sexo y la genética son factores reconocidos que influyen en el desarrollo de la hipertensión, las nuevas pruebas sugieren que las partículas de plástico también pueden influir en estos valores», añaden.
Estas partículas, de acuerdo con Henjakovic y su equipo, tienen el potencial de interactuar con las células sanguíneas, desencadenando respuestas inflamatorias y promoviendo la formación de placas en las arterias.
Aunque los investigadores aún no conocen del todo la relación causal, enfatizan la urgencia de evitar el consumo de bebidas envasadas en plástico para prevenir efectos adversos en la salud.
12 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La Asociación de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina de la urbe sureña celebró hoy una ceremonia para conmemorar los 63 años del Día del desastre de esa sustancia nociva en Vietnam (10 de agosto de 1961).
El mayor general Tran Ngoc Tho, presidente de dicha Asociación en Ciudad Ho Chi Minh, compartió que el desastre de dioxina ha dejado consecuencias graves con cientos de miles de víctimas fallecidas y otras tantas con enfermedades graves.
La cita constituye una oportunidad para que individuos y organizaciones reconozcan su responsabilidad y demuestren el espíritu de solidaridad con el objetivo de ayudar a las víctimas tanto material como espiritualmente, apoyándolas a superar dificultades y reintegrarse en la comunidad.
Durante el último tiempo, la Asociación de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina de Ciudad Ho Chi Minh ha realizado varios programas de apoyo a las víctimas, incluyendo la construcción de viviendas, entrega de regalos y asistencia para medios de vida.
En los primeros seis meses de 2024, la Asociación recaudó más de 7 600 paquetes de ayuda, 29 sillas de ruedas, y apoyó a 105 víctimas con tratamiento médico, con un valor total de casi 240 000 dólares.
Gracias al apoyo de la comunidad, muchas víctimas de dioxina han superado dificultades, se han independizado y han encontrado empleos estables. Por ejemplo, Tran Thi Hoan, quien fue cuidada en la aldea de Hoa Binh desde los ocho años de edad, completó sus estudios universitarios y ahora trabaja en el Hospital Tu Du.
Compartió que, aunque la vida sigue teniendo muchas dificultades, las víctimas del agente naranja necesitan hacer esfuerzos personales para integrarse en la comunidad, además del apoyo social.
Durante la ceremonia, la Asociación de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina de Vietnam lanzó la campaña de recaudación de fondos «Iluminar el futuro» y pidió a la comunidad que apoye a las víctimas de esa sustancia en términos de salud, bienestar y vida diaria.
Aprovechó la ocasión para entregar la medalla conmemorativa «Por las víctimas de dioxina» a individuos que han cuidado y ayudado activamente a los afectados. El Comité del Frente de la Patria de Ciudad Ho Chi Minh y varias organizaciones y personas también entregaron becas y agradecieron a quienes han contribuido a aliviar el sufrimiento de los perjudicados./.
06 agosto 2024|Fuente: VNA |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Más de 120 personas murieron en Tokio por motivos vinculados a las altas temperaturas el pasado mes de julio, el más caluroso del que se tiene constancia en el país, según datos de la oficina forense capitalina publicados este lunes por la cadena pública NHK.
Las cifras preliminares señalan 123 fallecimientos por golpe de calor, mientras que 3 647 personas fueron trasladadas a hospitales por síntomas de insolación, 573 más que en el mismo mes del año previo, en medio de unas altas temperaturas que han mantenido a Tokio en alerta casi ininterrumpidamente en las últimas dos semanas.
El mayor número de traslados hospitalarios de este tipo se dieron el 8 de julio, 304, cuando la temperatura diurna en Fuchu, en el centro de Tokio, ascendió a 39,2 °C.
Las autoridades tokiotas están pidiendo a la población que extreme la precaución y se mantenga adecuadamente hidratada, ante la previsión de que las altas temperaturas se mantengan por el momento.
Es la primera vez que la cifra de fallecidos por el calor supera el centenar en la capital japonesa desde 2018, año en el que Japón experimentó su verano más caluroso en 72 años, desde 1946.
La mayoría de las citadas muertes se produjeron en interiores. De los fallecidos, 79 tenían aire acondicionado instalado en sus viviendas, mientras que 28 no lo tenían.
La temperatura media diaria del pasado julio para todo el archipiélago japonés fue de 26,22 °C, un incremento de 2,16 °C respecto a la media registrada para ese mes entre 1991 y 2020.
Se trata de la mayor temperatura media observada en julio desde que la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) comenzó a recopilar estos datos en 1898, y de un récord para ese mes por segundo año.
Las autoridades meteorológicas mantenían activado este lunes las alertas por calor extremo, con temperaturas superiores a 35 °C, en 34 de las 47 prefecturas del país, especialmente en el oeste y sudoeste del territorio.
La temperatura más alta registrada este lunes fueron los 37,7 grados de la ciudad de Daizaifu, prefectura de Fukuoka (sudoeste), días después de que el mercurio rozara un máximo en Sano, Tochigi (centro), con 41 °C, tan sólo una décima por debajo del récord anotado hasta la fecha a nivel nacional en 2020 y 2018.
Las condiciones atmosféricas inestables que afectan a gran parte del país mantienen también en alerta a buena parte del norte y este del archipiélago por el riesgo de lluvias extremadamente intensas que pueden causar deslizamientos de tierra, inundaciones en zonas bajas y por desbordamientos de ríos, como en semanas recientes.
05 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia