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Estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) con participación del IBSAL
CIBER/DICYT El hepatoblastoma es el cáncer de hígado más común en la infancia. A pesar de los avances en su tratamiento combinado de cirugía y quimioterapia, esta enfermedad presenta importantes desafíos terapéuticos, especialmente para los pacientes con tumores agresivos. Ahora, un estudio publicado en la revista científica Journal of Hepatology ha identificado unas dianas epigenéticas clave para su tratamiento, una investigación que abre nuevas perspectivas para el tratamiento de diversas formas de cáncer.
El trabajo es un estudio multicéntrico liderado por el Grupo de Hepatología del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra en colaboración con José Juan García Marín, científico del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y de la Universidad de Salamanca (USAL); María Luz Martínez-Chantar, del Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias – CIC bioGUNE; Pau Sancho-Bru, del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer – IDIBAPS; y Carolina Armengol, del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP). La investigación se ha desarrollado en el marco del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), dentro del Proyecto Coordinado PMed4HB y el Proyecto Intramural, y ha contado con la ayuda del Ministerio de Ciencia e Innovación y de la Asociación Española Contra el Cáncer, entre otras instituciones públicas y privadas.
“Nuestro trabajo revela que las alteraciones epigenéticas, mecanismos que controlan la actividad de los genes, desempeñan un papel crucial en el desarrollo y progresión de la enfermedad. En concreto, hemos identificado una diana terapéutica prometedora, la enzima histona-lisina-metiltransferasa G9a, que participa activamente en la regulación epigenética en estos tumores”, apunta Matías Ávila, codirector del Programa de Tumores Sólidos del Cima y coordinador del estudio, según la información del CIBER recogida por DiCYT.
«Este descubrimiento es un avance significativo en la comprensión del hepatoblastoma y presenta nuevas oportunidades para desarrollar terapias dirigidas que puedan mejorar la calidad de vida de los pacientes pediátricos que luchan contra esta enfermedad», comenta Carolina Armengol, que cuenta con 20 años de experiencia en investigación del hepatoblastoma y es líder del grupo de Oncología Hepática Infantil C-LOG del IGTP, grupo pionero en el estudio del cáncer hepático infantil en España.
En opinión de Maite García, investigadora del Laboratorio de Hepatología del CIMA, grupo líder en el estudio de los tumores hepáticos, «este trabajo no solo arroja luz sobre el hepatoblastoma sino que también sugiere que las terapias dirigidas contra la enzima G9a podrían ser efectivas en otros tipos de tumores dependientes del mismo oncogén (c-MYC)”.
Bloqueo del crecimiento celular
El estudio descubrió que, a pesar de que el hepatoblastoma no presenta muchas mutaciones genéticas, sí muestra alteraciones en ciertos mecanismos que controlan la actividad de los genes. “En particular, encontramos que una enzima llamada G9a estaba muy activa en estos tumores. Cuando bloqueamos esta enzima con moléculas inhibidoras en experimentos de laboratorio, pudimos detener el crecimiento de las células cancerosas del hepatoblastoma”, apuntan los autores del trabajo.
También observaron que este cáncer de hígado infantil cambia la forma en que las células metabolizan los nutrientes. Al bloquear G9a, pudieron revertir estos cambios metabólicos, que realizan un papel importante para el crecimiento del cáncer.
Este estudio destaca la importancia de las alteraciones epigenéticas en el hepatoblastoma y sugiere que G9a es una diana terapéutica prometedora. Además, ofrece una comprensión más profunda de los mecanismos moleculares involucrados en la agresividad de los tumores de hígado infantil y en la falta de respuesta a la terapia farmacológica. Los hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevas herramientas y terapias más efectivas para el tratamiento de esta enfermedad.
Referencia
Clavería-Cabello A, Herranz JM, Latasa MU, Arechederra M, Uriarte I, Pineda-Lucena A, et al. Identification and experimental validation of druggable epigenetic targets in hepatoblastoma. J Hepatol[Internet]. 2023[citado 24 oct 2023];79(4):989-1005. DOI: 10.1016/j.jhep.2023.05.031.
26 octubre 2023 | Fuente: DICYT| Tomado de Ciencias Sociales
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Uno de los mecanismos de resistencia a quimioterapia de las células tumorales es entrar en un estado de proliferación reducida o ciclo celular lento para evitar la muerte celular inducida por el fármaco.
La quimioterapia ataca a las células que proliferan de forma descontrolada. Algunas células tumorales son capaces de enlentecer su ciclo celular de manera que evitan la acción del tratamiento. No sólo adquieren esta quimioresistencia sin necesidad de mutaciones genéticas, sino que son capaces de una vez acabado el tratamiento, incluso años más tarde, recuperar la velocidad de proliferación provocando la progresión del tumor y la recaída del paciente.
Investigadores del Vall d´Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que forma parte del Campus Vall d´Hebron, coliderados por el jefe del Grupo de Células Madre y Cáncer, el Dr. Hector G. Palmer, y la investigadora sénior del mismo grupo, la Dra. Isabel Puig, han identificado el factor DPPA3 como la molécula encargada de regular la adquisición de un ciclo celular lento por parte de las células tumorales de cáncer colorrectal y, por lo tanto, hacerlas resistentes a la quimioterapia. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Cell Reports.
«La mayoría de los pacientes con cáncer colorrectal adquieren resistencia a la quimioterapia de forma relativamente rápida y acaban sufriendo recaídas» explica el Dr. Hector G. Palmer. «Una de nuestras líneas de investigación es descubrir los mecanismos que regulan la progresión de la enfermedad y la adquisición de resistencias para tratar de hallar nuevos biomarcadores y dianas terapéuticas que eviten las recaídas».
Reactivar la proliferación de las células tumorales
El estudio que ha publicado la revista Cell Reports es el resultado de los trabajos de tesis de las investigadoras Estefanía Cuesta y Cándida Salvans en el Grupo de Células Madre y Cáncer del VHIO.
«Estudiamos la sobreexpresión de DPPA3 en muestras de tumores primarios y metástasis de pacientes con cáncer colorrectal» afirma la Dra. Estefanía Cuesta primera autora del estudio junto a Cándida Salvans «y observamos que los pacientes que tenían niveles altos de DPPA3 recaen más a menudo que los que no, por lo tanto, es un factor capaz de predecir la recaída no por mutaciones genéticas sino por plasticidad celular. Además, aquellos pacientes que expresaban altos niveles de DPPA3 en el tumor primario dejaron de expresarlo en la metástasis. Esto sugiere que DPPA3 se desactiva en algún momento durante la progresión de la enfermedad para permitir a las células metastáticas que han resistido a la quimioterapia volver a proliferar».
Los investigadores plantearon dos posibles estrategias para controlar las recaídas. «Por un lado, si durante el tratamiento con quimioterapia somos capaces de bloquear este factor y evitar que las células adopten el estado durmiente, seguirán siendo sensibles a la quimioterapia que será más efectiva. La otra estrategia sería mantener la sobreexpresión de DPPA3 una vez acabado el tratamiento para evitar que recuperen el ciclo de proliferación y se mantengan latentes, evitando la recaída» explica la Dra. Isabel Puig.
Sin embargo, según modelos computacionales, debido a su estructura desordenada, actualmente no es viable diseñar un fármaco que se una e inhiba el factor DPPA3. «Por ese motivo decidimos estudiar las vulnerabilidades de las células que expresan este factor para tratar de bloquearlo de forma indirecta» afirma el Dr. Palmer.
Círculo vicioso entre células durmientes e hipoxia
El Grupo de Células Madre y Cáncer ha diseñado dos modelos celulares que replican las condiciones de los tumores de los pacientes que expresan altos niveles DPPA3 y resisten a la quimioterapia. «Gracias a estos modelos hemos sido capaces de descubrir el eje hipoxia-DPPA3, un círculo vicioso en el que niveles elevados de la proteína HIF1 (regulador de la hipoxia) mantienen niveles elevados de DPPA3 y viceversa, haciendo que las células tumorales continúen dormidas y adquieran resistencia a la quimioterapia» describe Cándida Salvans.
Este estudio ha permitido identificar el factor DPPA3 como biomarcador que predice quimioresistencia y recaída de los pacientes y HIF1 como potencial diana terapéutica para desactivar el estado de latencia de las células y hacerlas sensibles a la quimioterapia.
Dado que actualmente los inhibidores de HIF1 son todavía muy tóxicos, el siguiente paso del equipo de investigadores tras descubrir este mecanismo es «utilizar estos modelos celulares para descubrir otras formas de romper este círculo vicioso entre DPPA3 y HIF1 que permitan sensibilizar estas células a la quimioterapia» sugiere la Dra. Puig.
«Mediante el uso de ratones avatar,» concluye el Dr. Héctor G. Palmer «sería muy interesante enfocar experimentos preclínicos para evaluar la eficacia terapéutica de combinar el bloqueo del eje DPPA3-HIF1 con quimioterapia en réplicas de tumores de pacientes con altos niveles de DPPA3″.
Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer, la Fundación «la Caixa», la Fundación FERO, la Agencia Estatal de Investigación y el Instituto de Salud Carlos III, CIBERONC (Centro de Investigación Biomédica en Red Cáncer), la Fundación Olga Torres y el Programa Horizon 2020 de la Unión Europea.
Referencia
Cuesta-Borràs E, Salvans C , Arqués O, Chicote I, Ramírez L, Cabellos L, et al. DPPA3-HIF1α axis controls colorectal cancer chemoresistance by imposing a slow cell-cycle phenotype. Cell Reports[Internet].2023[citado 3 oct 2023] 42(8)8: 112927. DOI:https://doi.org/10.1016/j.celrep.2023.112927.
3 octubre 2023 |Fuente: IMMedico | Tomado de Oncología
sep
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La identificación de nuevos genes relacionados con la resistencia quimioterapia en pacientes con carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello (CECyC) abre nuevas vías para la medicina de precisión en este tipo de cáncer.
El cáncer de cabeza y cuello (CECyC) engloba un grupo de cánceres que se forman en los tejidos del tracto digestivo superior o en los senos y cavidad nasal. La mayoría derivan de las células escamosas que forman estos tejidos, de donde reciben su nombre.
Cuando el CECyC no está muy avanzado existen opciones de tratamiento efectivas con una elevada tasa de supervivencia a cinco años. En el caso de enfermedad avanzada, sin embargo, existen menos oportunidades de tratamiento. Una de las causas de esta situación es que todavía se desconoce en gran medida la variabilidad genética del CECyC. Como resultado, todos los pacientes reciben un tratamiento similar sin tener en cuenta el perfil genético de su cáncer. No existen opciones de tratamientos de precisión que permitan definir el mejor tratamiento para el tumor de cada paciente y, en muchos casos, las combinaciones de quimioterapia estándar derivan en toxicidad o resistencia al tratamiento.
Con el objetivo de mejorar esta situación, investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres han utilizado diferentes aproximaciones bioinformáticas y genéticas dirigidas a identificar genes que puedan estar relacionados con la enfermedad y permitan clasificar mejor a los pacientes. Los resultados apuntan a dos nuevos genes de interés y dos moléculas con potencial terapéutico.
“Estos resultados son un paso prometedor para que en el futuro los pacientes de cáncer reciban un tratamiento personalizado basado en sus genes y su tipo de tumor que les proporcione una mejor tasa de supervivencia y mejores resultados terapéuticos”, ha señalado Muy-Teck Teh, investigador en la Universidad Queen Mary de Londres y uno de los responsables del estudio.
Identificando los genes que confieren resistencia a la quimioterapia en carcinoma escamoso de cabeza y cuello
En primer lugar, los investigadores utilizaron minería de datos para identificar genes que se expresan de forma diferente en muestras sanas y tumorales de pacientes con CECyC. De esta forma identificaron 40 genes candidatos.
A continuación, el equipo analizó la expresión de los 40 genes seleccionados en ocho líneas de células orales, así como en 10 líneas de CECyC. De esta forma, acotaron el número de candidatos a 28 genes con expresión diferencial entre células normales y células tumorales. Los candidatos, además, participan en procesos relacionados con el cáncer, como la modulación del sistema inmunitario o la proliferación.
Por último, el equipo evaluó en diferentes experimentos qué genes de los que mostraban diferente actividad podían influir en la resistencia a la quimioterapia en el CECyC. En este paso identificaron 10 genes relacionados, y seleccionaron los cuatro más significativos (TOP2A, DNMT1, INHBA y NEK2) para realizar estudios más detallados.
Finalmente, a partir de ensayos más precisos con los cuatro genes más prometedores, los investigadores concluyen que la expresión de NEK2 confiere quimioresistencia al cisplatino, al 5-fluorouracilo, al paclitaxel, y al docetaxel. Por otra parte, los genes INHBA y TOP2A confieren la resistencia a la mayoría de líneas celulares resistentes a fármacos. Y en cuanto a DNMT1, los investigadores señalan que ejerce efectos heterogéneos en cuanto a la quimiorresistencia.
Nuevas perspectivas para hacer frente a la resistencia a la quimioterapia
Una vez identificados los genes cuya activación está relacionada con la resistencia a los multitratamientos que se utilizan para hacer frente al CECyC, el siguiente paso de los investigadores fue identificar fármacos o sustancias que pudieran regular su actividad.
El equipo utilizó una librería de fármacos para rastrear posibles interacciones fármaco-gen y encontró dos compuestos de origen natural muy interesantes. Tanto la Sirodesmina A, de origen fúngico, como el fármaco anticáncer Carfilzomib, bloquean la expresión de NEK2 e INHBA y devuelven la sensibilidad al cisplatino a las células resistentes.
Los investigadores plantean que tanto la Sirodesmina A como el Carfilzomib podrían reposicionarse para contrarrestar la resistencia al cisplatino en tumores con expresión elevada de NEK2 y/o INHBA.
Resultados prometedores para la medicina de precisión
El trabajo identifica dos genes relacionados con la resistencia al tratamiento en el CECyC, cuya expresión podría servir para clasificar mejor a los pacientes. Además, también presenta dos compuestos que podrían ayudar a hacer frente a la aparición de resistencias.
Estudios futuros deberán investigar en mayor detalle las interacciones entre la Sirodesmina A y el Carfilzomib y los genes NEK2 y INHBA, así como su potencial en un entorno clínico.
“Por desgracia, hay muchas personas que no responden a la quimioterapia ni a la radioterapia”, indica Muy-Teck Teh, investigador en la Universidad Queen Mary de Londres y director del estudio. “Pero nuestro estudio ha demostrado que, al menos en los cánceres de cabeza y cuello, son estos dos genes concretos los que podrían estar detrás de esta situación, y que se pueden atacar para luchar contra la quimiorresistencia”.
Referencia científica
Khera N, Soodhalaagunta Rajkumar A, Abdulkader M Alkurdi K, Liu Z, Ma H, et al. Identification of multidrug chemoresistant genes in head and neck squamous cell carcinoma cells. Mol Cancer. 2023; 146. doi: http://dx.doi.org/10.1186/s12943-023-01846-3
19/09/2023
Fuente: (genotipia) Tomado de Noticias Genética Médica News
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Las tasas de supervivencia del cáncer de mama han mejorado considerablemente en las últimas décadas en Colombia, pero los factores que aumentan la probabilidad de que los pacientes presenten efectos secundarios cardiovasculares, como la cardiotoxicidad, no son bien conocidos ni bien tratados. Un estudio reciente en la región noreste de Colombia encontró que el 11,94 % de los pacientes con un IMC alto tratados por cáncer de mama en un centro regional sufrieron daño cardíaco o cardiotoxicidad durante la quimioterapia. El estudio será presentado en el American College of Cardiology (ACC) Latin America 2023 Together with Asociación Costarricense de Cardiología en San José, Costa Rica.
“La cardiotoxicidad es una preocupación relativamente reciente en la atención del cáncer y su reconocimiento como un problema importante aún está evolucionando. En regiones con infraestructura y recursos de investigación limitados, puede haber una falta de estudios o iniciativas específicas que aborden la cardiotoxicidad en el contexto del tratamiento del cáncer de mama”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Ivetteh Gaibor Santos, especialista en medicina interna de la Universidad Autónoma de Bucaramanga/Fundación Oftalmológica de Santander-Foscal en Bucaramanga (Colombia), y médico realizando la especialidad de cardiología en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud/Hospital de San José en Bogotá (Colombia).
Para el estudio se utilizó una base de datos anónima de pacientes con cáncer de mama que comenzaron quimioterapia con doxorrubicina o trastuzumab entre enero y diciembre de 2021. El análisis solo incluyó pacientes que tenían un ecocardiograma basal y al menos un ecocardiograma de seguimiento. La base de datos también registró variables sociodemográficas, oncológicas, cardiovasculares y ecocardiográficas.
La cardiotoxicidad se definió como una disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de más del 10 %, alcanzando un valor por debajo del 50 % o una reducción relativa de más del 15 % en la deformación longitudinal global en pacientes con una FEVI normal. La fracción de eyección es la cantidad de sangre que bombea el corazón cada vez que late. Una fracción de eyección normal es del 50 % o más.
La cohorte del estudio incluyó a 67 pacientes, con una edad promedio de 55 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio de 26,18 kg/m². El IMC se obtiene de la masa y la altura de una persona. Las características basales de la cohorte del estudio incluyeron obesidad (20,9 %), hipertensión (14,93 %) y diabetes tipo 2 (13,43 %). Todos los pacientes tenían una FEVI normal antes de iniciar la quimioterapia.
Los resultados encontraron que la prevalencia de cardiotoxicidad fue 11,94 %. Un índice de masa corporal de 25 o más (sobrepeso/obesidad) fue el único factor de riesgo predisponente para desarrollar este efecto adverso.
“La obesidad es en sí misma un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca, pero a menudo no se trata adecuadamente, a diferencia de otros factores de riesgo prevalentes como la presión arterial alta”, afirmó Gaibor Santos, quien agregó que todos los pacientes en este estudio estaban tomando medicamentos antihipertensivos. También añadió: “Los quimioterapéuticos, que se formulan de acuerdo con la superficie corporal en lugar de la composición corporal, pueden conducir a un mayor riesgo de cardiotoxicidad en pacientes con obesidad debido a una dosis excesiva o insuficiente”.
Según los autores del estudio, el diagnóstico temprano de la cardiotoxicidad y los factores relacionados es decisivo para que los médicos tratantes puedan reducir los resultados adversos.
Para crear conciencia sobre los riesgos de la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer entre los profesionales de la salud, y la población en general, los investigadores sugieren varias acciones, entre ellas:
Educación médica mejorada sobre cardiotoxicidad tanto en las facultades de medicina como en la educación médica continua
Colaboración multidisciplinaria entre especialidades para mejorar la comprensión de la cardiotoxicidad entre profesionales clínicos y pacientes, así como facilitar la detección y la intervención tempranas
Fomento y apoyo de iniciativas de investigación centradas en la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer
Uso de recursos digitales para proporcionar a los profesionales clínicos un fácil acceso a información actualizada sobre cardiotoxicidad
“Abordar la obesidad en pacientes con cáncer antes de comenzar la quimioterapia, así como considerar el riesgo potencial de cardiotoxicidad, requiere un enfoque integral”, sostuvo Gaibor Santos. “Algunas estrategias que los médicos pueden considerar incluyen la evaluación previa al tratamiento, las intervenciones en el estilo de vida y el manejo del riesgo cardiovascular. Es importante tener en cuenta que estas estrategias deben adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente y de acuerdo con las pautas actuales basadas en la evidencia”.
“Estoy convencida de que esta es la primera de muchas investigaciones que vendrán en el futuro con respecto a la cardiooncología en Colombia, y me emociona seguir trabajando en este campo porque sé que hay muchos pacientes que se pueden beneficiar con los resultados. de nuestros próximos estudios”, dijo Gaibor Santos.
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16
Las características clínicas de pacientes con cáncer de mama metastásico HER2-low (aquellos que presentan cierto grado de sobreexpresión de la proteína HER2) o HER2-0 (sin sobreexpresión de HER2) son similares en ambos subgrupos tumorales, según un análisis del estudio observacional RegistEM presentado por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama en el Congreso de Cáncer de Mama de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO Breast Cancer 2023), celebrado del 11 al 13 de mayo en Berlín.
«El análisis de los datos confirma que el comportamiento de la enfermedad metastásica no está condicionado por la existencia de los subgrupos HER2-low o HER2-0, sino por la presencia o no de receptores hormonales», afirma la autora principal de este trabajo, la doctora Isabel Álvarez, de la Unidad de Gestión del Cáncer de Gipuzkoa, OSI Donostialdea-Onkologikoa – Osakidetza, en San Sebastián, y miembro de la Junta Directiva de GEICAM.
«Dentro de la clasificación del cáncer de mama metastásico con sobreexpresión de la proteína HER2, se consideran `negativo para HER2´ aquellos que por inmunohistoquimia son 0, 1+ y 2+ (esté o no amplificado por hibridación in situ, ISH). Entre estos se consideran `low´ o de baja expresión el 1+ y el 2+ (ISH no amplificado). El conocimiento de la expresión de HER2 será importante sobre todo si contamos con terapias eficaces para el subgrupo de HER2-low, aunque se está pendiente de saber si muestran actividad alguna en población 0″, explica. En este sentido, destaca que existen resultados positivos con el anticuerpo conjugado (ADC, del inglés antibody drug conjugate) trastuzumab deruxtecan, que ha demostrado eficacia en pacientes con cáncer de mama avanzado HER2-low metastásico.
El valor de este análisis del RegistEM es que «aporta las características clínicas de estas pacientes y su heterogeneidad evolutiva, pues la expresión HER2 puede cambiar en función de la biopsia, tanto simultáneas en el tiempo como a lo largo de la evolución, tal como ocurre en la población a estudio, lo que está en línea con otros grupos de trabajo», según la doctora Álvarez. Para esta especialista, HER2-low y HER2-0 no se pueden considerar en la actualidad entidades separadas biológicamente, y probablemente la determinación de la expresión de HER2 en ambos subtipos se deberá sistematizar mejor en las futuras guías clínicas.
RegistEM es el registro más completo sobre cáncer de mama avanzado del que se dispone en España, fruto de la colaboración de 38 hospitales de 14 comunidades autónomas, que recogen datos de casi 1.900 pacientes. Su objetivo es contribuir a aumentar el conocimiento sobre las características clínico-patológicas del cáncer de mama metastásico, de los patrones de tratamiento y de la evolución de los pacientes con los distintos tipos de tumor, clave para evaluar las estrategias terapéuticas aplicadas en el contexto de la práctica clínica y complementando la información generada por los ensayos clínicos.
Análisis para validar CTS5 como herramienta pronóstica de recaída tardía
La recaída del cáncer de mama a largo plazo después de la aparente desaparición del tumor tras el tratamiento (recurrencia tardía) es un reto para los investigadores, sobre el que ha aportado luz GEICAM a través de otro análisis presentado en el ESMO Breast Cancer 2023.
El riesgo de recurrencia a distancia entre el quinto y el vigésimo año desde el diagnóstico de la enfermedad varía entre el 10% y el 41%, en función de variables como la afectación ganglionar inicial y el tipo de tumor. En este sentido, las pacientes con tumores con expresión de receptores hormonales (RH+), que es el subtipo más frecuente de este tumor, presentan un riesgo mayor de recaída tardía. El trabajo de GEICAM analizó la evolución a largo plazo de estas pacientes con tumor localizado, a partir de participantes en diversos estudios promovidos por el Grupo con tratamiento adyuvante (después de cirugía) y del registro retrospectivo ÁLAMO IV. El objetivo fue evaluar la herramienta Clinical Treatment Score post-5 years (CTS5), desarrollada para predecir el riesgo de recaída tardía. El análisis desvela que el 7% de las pacientes presentaron una recurrencia del tumor tras 5 años desde el inicio de la terapia hormonal.
Para la autora principal del póster, la doctora Sara López-Tarruella, del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y miembro de la Junta Directiva y del Comité Científico de GEICAM, «conocer los mecanismos biológicos de latencia tumoral y recaída tardía puede ayudar a sugerir nuevas estrategias terapéuticas a medio plazo potencialmente más específicas y eficaces».
Hasta ahora, la terapia endocrina (hormonal) extendida se relaciona con la mejora de los resultados en pacientes seleccionadas; la clave está en afinar al máximo la identificación de las que obtienen mayor beneficio de este tratamiento, dado que la toxicidad es un aspecto a considerar con cada paciente. De ahí la importancia del análisis de GEICAM. «El esfuerzo de seguimiento de la evolución de las pacientes ha hecho posible profundizar en el conocimiento del comportamiento a largo plazo de la enfermedad y validar herramientas estimadoras del riesgo como CTS5″, afirma la doctora.
Este algoritmo, accesible como `calculadora on line´, ofrece una estimación de riesgo de recurrencia tardía (alto, intermedio o bajo) a partir del tamaño tumoral, el número de metástasis ganglionares, el grado tumoral y la edad. La principal ventaja de esta herramienta es que se basa en parámetros clínico-patológicos disponibles para todas las pacientes, de modo que es su implementación es sencilla y tiene valor pronóstico.
Del nuevo análisis de GEICAM se desprende que este modelo parece sobrestimar los eventos sobre todo en la categoría de riesgo alto, lo que puede implicar un sobretratamiento de algunas pacientes. «En todo caso, las que tienen un resultado de CTS5 bajo pueden plantearse parar la terapia endocrina a los 5 años, considerando el limitado beneficio potencial de proseguir con ella, al balancearlo con el riesgo asociado y el impacto en calidad de vida», concluye la doctora López-Tarruella.
Mayo 16/2023 (IMMédico) – Tomado de Obstetricia y Ginecología – Oncología Copyright 2023 Copyright: Publimas Digital.
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12
La vacuna personalizada de ARNm denominada cevumerán autogénico se ha administrado en combinación con cirugía, quimioterapia y otro tipo de inmunoterapia (inhibidores de puntos de control) en 16 pacientes con adenocarcinoma ductal pancreático.
El tratamiento ha obtenido en un ensayo en fase 1 generar respuesta inmunitaria, observada a través de los linfocitos T de los pacientes.
La vacuna terapéutica se ha desarrollado a partir de la presencia en este tipo de cánceres de niveles elevados de neoantígenos (proteínas en la superficie tumoral que aparecen tras ciertos tipos de mutaciones del ADN).
En la mitad de los pacientes que recibieron el tratamiento, se constató la respuesta inmunitaria, según apuntan los investigadores que han realizado el estudio, cuyos resultados se publican en Nature.
El autor principal del trabajo publicado, es Vinod Balachandran, del Servicio de Inmuno-Oncología en el Centro del Cáncer Memorial Sloan Kettering, en Nueva York.
Tras realizar un seguimiento de año y medio, las respuestas inmunitarias elevadas que se detectaron en los pacientes se correlacionaron con un mayor espacio de tiempo hasta la recaída de la enfermedad.
En cambio, los pacientes que no mostraron respuesta inmunitaria a esta vacuna terapéutica experimentaron progresión en una mediana de 13,4 meses tras la evaluación inicial.
Este estudio piloto muestra el potencial de las vacunas individualizadas de ARNm en el tratamiento del cáncer de páncreas, uno de los de peor pronóstico, además de aportar pruebas de su eficacia general como herramienta terapéutica en el tratamiento de la enfermedad.
Para Manel Juan, jefe del Servicio de Inmunología en el Hospital Clínic de Barcelona, el estudio “demuestra algo que ya ha sido sugerido antes muchas veces (con datos menos sólidos), como es que la vacunación personalizada con ARNm de antígenos tumorales es eficaz en inducir una respuesta y que puede, como mínimo, incrementar los periodos de supervivencia. En este trabajo se confirma que puede generar respuestas con efectos adversos claramente muy reducidos contra uno de los tumores con mayor mortalidad, el adenocarcinoma ductal de páncreas”.
El inmunólogo, en declaraciones a SMC España, añade que además el estudio “encaja perfectamente con el cada vez mayor número de trabajos que muestran evidencia de estos tratamientos. La principal aportación es que lo consigue en un tumor considerado en general poco reactivo a la inmunoterapia y reconfirma a todos los que consideramos que la inmunoterapia es una propuesta general más dependiente del estado inmunitario de la persona que no del tipo de tumor en concreto”.
Mayo 12/2023 (Diario Médico) – Tomado de Oncología – Estudio en 16 pacientes Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. Todos los derechos reservados.