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La gripe ha sido ‘infradiagnosticada e infravalorada’ también en la población infantil, cuando es mucho más que un mero catarro con fiebre: la incidencia rebasa el 45 % y siete de cada diez ingresos hospitalarios -con tasas que igualan las de los adultos- se dan en niños sanos sin factores de riesgo.
Así lo han puesto de manifiesto pediatras y enfermeras en la jornada ‘Vacunación antigripal pediátrica’ promovida por el Consejo General de Enfermería en colaboración con AstraZeneca, en la que han incidido en el error de banalizar este virus y en la importancia de la vacunación pediátrica y del adulto.
De media, la gripe ocasiona cada año en España 58.640 consultas en Atención Primaria y 4.239 ingresos de menores de 5 años, de los que 822 son graves y 249 llevan a la UCI, ha subrayado Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Es el grupo que más riesgo tiene de complicaciones. Cada año mueren de media 8 niños de menos de 5 años (entre 20 y 30 en toda la edad pediátrica), aunque en la temporada 2017-2018 llegaron a los 56. La vacuna reduce el 93 % de los ingresos
Con una cobertura del 56 %, las vacunas inactivadas y la atenuada intranasal disponibles actualmente tienen una efectividad del 76 %, reducen un 90 % las consultas en Primaria, el 74 % de las urgencias y el 93 % de los ingresos, ha destacado el subdirector de Gestión de Cuidados y Enfermería Sanitaria en el Área IV de Oviedo, Emilio Velasco.
Y ello sin que estos fármacos se hayan asociado a un incremento de la infección respiratoria, de las convulsiones febriles o enfermedades autoinmunes tras su administración.
Cada temporada, el inicio de brote epidémico en niños antecede en dos semanas al de adultos y suponen un vector de difusión de la enfermedad; en su comienzo, más del 60 % de los contagiados son menores de 14 años, que juegan un ‘papel fundamental en la transmisión a grupos de riesgo vulnerables’ y acarrean un gran consumo de recursos sanitarios.
‘La gripe no es enfermedad banal, es una amenaza impredecible’, ha advertido Francisco Álvarez, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
El experto ha recordado que los grupos de 0-4 y de 5-17 años son los que acumulan la mayor incidencia, con cifras que superan el 45 %.
Aunque lo normal es que curse de forma leve, ‘puede producir complicaciones importantes': la tasa de hospitalización de los menores de 2 años iguala e incluso supera a la de los mayores de 65, alcanzando los 40 casos/100.000 habitantes, con la diferencia de que en su mayoría están sanos: dos de cada tres no tenían factores de riesgo precedentes.
Igual ocurre en las ucis, donde el 56 % de los menores ingresados por gripe no tenían patologías previas. El problema de la cobertura
Ante estos datos, ‘hay que vacunar a los niños’, en primer lugar, para protegerlos a ellos, y después a su entorno, que puede estar lleno de personas vulnerables, como sus abuelos y que también se tienen que proteger con un pinchazo.
Esta temporada se ha incluido por primera vez la vacuna antigripal pediátrica para menores de 5 a 59 meses, que todas las comunidades van a sufragar.
A la espera de ver cómo se desarrollará la campaña, que este año además coincidirá con la primera inmunización contra el virus sincitial respiratorio (VRS) de bebés de hasta 6 meses, los expertos han lamentado la bajada de la cobertura tras la explosión que vivió con la covid.
‘Nos estamos devanando los sesos para encontrar una estrategia cuando la mejor estrategia es una pandemia’, ha ironizado Velasco.
En 2021, cuando la campaña de gripe y covid empezó a coincidir, la cobertura total en mayores de 65 rozó el 70 % y superó el 60 % entre el personal sanitario; un año después, decayó al 64 % y el 54 %, respectivamente.
Aumentar la percepción de gravedad y de efectividad del medicamento incrementa las coberturas, ‘es ahí cuando no se duda en vacunar’, ha asegurado Velasco, quien también ha señalado el importante papel que juegan los profesionales sanitarios para aumentar las tasas.
Los expertos han abogado además por instaurar un calendario común en todas las comunidades, para que lo hagan a la vez, a los mismos grupos diana y con los mismos fármacos porque casos como el neumococo, por ejemplo, ‘es un caos absoluto’, ha concluido José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac).
29 septiembre 2023
Fuente: Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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La exposición intraútero a inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se ha relacionado con una reducción del volumen cerebral en los niños, según muestran los resultados de un estudio poblacional grande.
Sin embargo, los investigadores, dirigidos por el Dr. Henning Tiemeier, Ph. D., profesor de ciencias sociales y del comportamiento de la Harvard TH Chan School of Public Health en Boston, Estados Unidos, indicaron que los hallazgos deben interpretarse con cautela porque el tamaño de la población del estudio que recibió resonancia magnética cerebral era relativamente pequeño.
El Dr. Tiemeier dijo a Medscape Noticias Médicas que las asociaciones detectadas eran pequeñas y no podían mostrar causalidad entre el uso prenatal de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y una disminución de la materia gris y blanca en ciertas áreas del cerebro.
«Las mujeres que están embarazadas y reciben terapia de mantenimiento deben consultar a su terapeuta si aún necesitan terapia preventiva y si hay alternativas. Esta elección debe considerarse escrupulosamente y se debe asesorar cuidadosamente a las mujeres», afirmó.
El estudio fue publicado en versión electrónica el 30 de agosto en JAMA Psychiatry.
Una decisión importante
Los investigadores señalaron que la decisión de prescribir antidepresivos, en particular los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, durante el embarazo es un desafío; aunque su uso en ese estado generalmente se considera seguro, algunas investigaciones previas sugieren una asociación con desenlaces negativos en la descendencia, incluidos efectos adversos sobre el desarrollo neurológico.
Sin embargo, los investigadores también apuntaron que es posible que las mujeres embarazadas que usan inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina puedan tener otros factores, incluidos síntomas depresivos más graves, que pueden asociarse de forma independiente con resultados adversos en la descendencia.
Para investigar el vínculo entre la exposición intrauterina a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y el desarrollo del cerebro, los investigadores llevaron a cabo un estudio prospectivo basado en la población que contó con 3.198 personas embarazadas con una fecha prevista de parto entre abril de 2002 y enero de 2006. Las participantes del estudio se dividieron en cinco grupos: 41 que usaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina durante el embarazo; 257 que no usaron los fármacos, pero tuvieron síntomas depresivos durante el embarazo; 77 que usaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina prenatalmente; 74 que desarrollaron síntomas depresivos después del parto, y 2.749 controles sin uso de los inhibidores ni síntomas depresivos. Las participantes tenían una edad promedio de 31 años y todas se identificaron como mujeres.
De las que tomaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina durante el embarazo, 20 los usaron solo durante el primer trimestre y 21 los usaron el primero o en uno o dos trimestres adicionales. Entre los inhibidores utilizados estuvieron paroxetina, fluoxetina, sertralina, fluvoxamina y citalopram.
Leer más: Koc D, Tiemeier H, Stricker BH, Muetzel RL, Hillegers M, Marroun H. Prenatal Antidepressant Exposure and Offspring Brain Morphologic Trajectory. JAMA Psychiatry.2023: e233161. doi: 10.1001/jamapsychiatry.2023.3161. PMID: 37647036.
21/09/2023
Fuente: (Medscape) Tomado de Noticias Médicas © 2023 WebMD, LLC
sep
22
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, ha demostrado que a medida que aumentaba la gravedad de la dermatitis atópica (DA) aumentaba el riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Estos hallazgos aclaran la ambigüedad de investigaciones anteriores, que han abordado esta situación en colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn en niños. Los conocimientos que ofrece este estudio, publicado recientemente en ‘JAMA Dermatology’, podrían conducir a nuevos tratamientos tanto para la EII como para la EA.
Los adultos con dermatitis atópica tienen un riesgo 34 por ciento mayor de desarrollar enfermedad inflamatoria intestinal de nueva aparición en comparación con las personas que no tienen esta afección de la piel, y los niños tienen un riesgo 44 por ciento mayor.
La EII abarca las enfermedades colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, que son trastornos que implican inflamación crónica del tracto digestivo. Si bien la EII se localiza en el intestino y la DA afecta la piel, ambas enfermedades son impulsadas por el sistema inmunológico y se clasifican por una inflamación grave. ‘Es imperativo que los médicos comprendan la dermatitis atópica y la trayectoria de nuestros pacientes con ella para brindar el mejor estándar de atención’, ha señalado el investigador principal del estudio, el doctor Joel M. Gelfand.
‘Hoy en día existen tratamientos nuevos y mejores para la DA, y probablemente seguirán existiendo más. Pero los médicos deben comprender cómo esos tratamientos podrían afectar otras enfermedades autoinmunes. Para los pacientes con DA y otra enfermedad autoinmune, algunos medicamentos actualmente disponibles pueden exacerbar los síntomas de su otra enfermedad o pueden ayudar a tratar dos enfermedades inmunes al mismo tiempo’, señala.
Si bien este no es el primer estudio que explora la DA y la EII, el tamaño de la muestra de esta investigación, la composición de la población investigada -adultos y niños- y su separación entre la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, es un avance frente a investigaciones anteriores. El estudio incluyó a más de 1 millón de niños (participantes desde menores de 1 año hasta 18 años) y adultos con DA.
Al observar la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn por separado, la DA no se relacionó con una mayor colitis ulcerosa en los niños, a menos que los niños tuvieran dermatitis atópica grave. Sin embargo, los niños con dermatitis atópica tenían entre un 54 y un 97 por ciento más de riesgo relativo de padecer la enfermedad de Crohn, y entre los niños con dermatitis atópica grave, su riesgo era aproximadamente cinco veces mayor.
Los resultados entre los adultos fueron más sencillos. Los adultos con EA tenían un riesgo relativo 32 por ciento mayor de colitis ulcerosa y un riesgo relativo 36 por ciento mayor de enfermedad de Crohn.
Gelfand señala que el riesgo adicional absoluto de desarrollar EII en personas con dermatitis atópica sigue siendo bastante pequeño, pero la asociación es significativa para comprender mejor los resultados de salud en la EA. Además, dado que millones de personas padecen dermatitis atópica, aunque los investigadores no analizaron la causa fundamental de la EII relacionada con la DA, tienen hipótesis sólidas sobre los vínculos.
‘La DA y la EII pueden causar cambios en el microbioma, inflamación crónica y disfunción en la barrera cutánea e intestinal, respectivamente’, señala Gelfand, quien también es director del Centro de Ciencias Clínicas en Dermatología de Penn. ‘También hay citocinas específicas, ciertos tipos de proteínas, que desempeñan un papel en la actividad del sistema inmunológico y que parecen estar relacionadas con la DA y la EII. Por ejemplo, creemos que la disfunción de los tipos de células T comunes tanto a la DA como a la EII podría ser la culpable. Es necesario explorarlos más a fondo para descubrir qué está sucediendo a nivel microscópico y qué proteínas o estructuras podrían usarse para tratar una o ambas afecciones’, añade.
Referencia
Chiesa Fuxench ZC, Wan J, Wang S, Syed MN, Shin DB, Abuabara K, et al. Risk of Inflammatory Bowel Disease in Patients With Atopic Dermatitis. JAMA Dermatol. 2023. doi:10.1001/jamadermatol.2023.2875
https://jamanetwork.com/journals/jamadermatology/article-abstract/2808972?resultClick=1
Fuente: (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
sep
15
Neurocientíficos españoles han liderado un estudio en ratones que describe, por primera vez, un mecanismo que vincula la memoria social con las preferencias a la hora de interactuar con otros congéneres. Los resultados podrían ayudar al desarrollo de medicamentos para tratar trastornos como el de la ansiedad ansiedad por separación, frecuente en niños, apuntan los autores.
Un estudio dirigido por investigadores del Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández, ha descrito por primera vez en ratones un mecanismo que vincula la memoria social con las preferencias a la hora de interactuar con otros congéneres. El trabajo, publicado en la revista Cell, ha descubierto que un grupo de neuronas libera una hormona que contribuye a suprimir las interacciones con individuos ya conocidos para fomentar la preferencia por otros nuevos.
Las preferencias sociales impulsan a un individuo a tomar la decisión de interactuar más con un miembro de su especie sobre otro en determinadas circunstancias. La motivación por relacionarse con nuevos individuos es una cualidad fundamental para vivir en sociedad, así como para interactuar de forma adecuada. Hasta la publicación de este estudio, una de las grandes incógnitas sobre esa preferencia por nuevos individuos era si procedía de circuitos neuronales que fomentan la motivación por la novedad, o si, por el contrario, existían circuitos que suprimieran la interacción con individuos ya conocidos.
Circuitos neuronales y preferencia social
Con el objetivo de ampliar el conocimiento sobre los circuitos neuronales que guían la preferencia social y resolver esta incógnita, el laboratorio Cognición e interacciones sociales, dirigido por el investigador del CSIC en el IN Félix Leroy, ha liderado un estudio que se ha
llevado a cabo en roedores. Este trabajo, en el que han colaborado investigadores de las universidades de Columbia y de Washington (EE UU), describe un mecanismo encargado de suprimir las interacciones con individuos ya conocidos para fomentar la preferencia por la novedad.
Un grupo de neuronas, ubicadas en la corteza prefrontal, producen una hormona reguladora de los comportamientos motivados: la búsqueda de alimento, seguridad, confort, y la socialización con sus congéneres
Los investigadores han descubierto un grupo de neuronas, ubicadas en la corteza prefrontal, que se caracteriza por producir la hormona liberadora de corticotropina (CRH) y emitir sus axones a la región del septum lateral. Esta región es fundamental porque regula lo que se conoce como comportamientos motivados: la búsqueda de alimento, seguridad, confort, y la socialización con sus congéneres.
A través de una combinación de técnicas electrofisiológicas, quimiogenéticas, optogenéticas y de silenciamiento génico, los autores comprobaron que, cuando los ratones detectan la familiaridad de un individuo, las neuronas de la corteza prefrontal se activan a modo de respuesta y liberan CRH en las neuronas de la región del septum lateral. Esto provoca que el septum lateral se active y permita que se reduzca la interacción con individuos conocidos. Por tanto, la liberación de la hormona CRH contribuye a generar la preferencia por la novedad social. Los resultados de esta investigación están protegidos mediante una solicitud de patente.
La liberación de la hormona CRH contribuye a generar la preferencia por la novedad social
Según explica Leroy, “al contrario de lo que sucede en los roedores adultos, las crías prefieren relacionarse y mantenerse cerca de sus parientes. Esto es muy útil desde el punto de vista evolutivo ya que garantiza la supervivencia y correcto desarrollo de las crías”.
Sin embargo, añade, “esta preferencia debe cambiar durante el período posnatal para propiciar la preferencia por la novedad social y adquirir así un comportamiento social adulto. Los experimentos que se han llevado a cabo en este estudio demuestran que la maduración de la expresión de CRH en la corteza prefrontal durante las dos primeras semanas de vida es lo que permite que se produzca este cambio de conducta social durante el desarrollo”, explica el investigador del IN.
Posibles tratamientos
Hasta un 1 % de la población puede sufrir lo que se conoce como trastorno de la personalidad por evitación, que clínicamente se manifiesta como una forma de introversión extrema. De forma similar, uno de los problemas de ansiedad más frecuentes en los niños es de ansiedad por separación, un miedo inusualmente fuerte a separarse de las personas familiares, lo que condiciona gravemente su vida diaria.
En esta línea, los investigadores del IN plantean que una deficiencia de CRH en la corteza prefrontal, o en su receptor en la región del septum lateral, podrían provocar alteraciones en las interacciones sociales
Sabemos que determinadas alteraciones en el gen que codifica esta hormona han sido previamente relacionadas con una mayor incidencia de trastornos del comportamiento”, explica Noelia Sofía de León Reyes, investigadora del CSIC en el IN y primera autora del artículo.
Una deficiencia de CRH en la corteza prefrontal, o en su receptor en la región del septum lateral, podrían provocar alteraciones en las interacciones sociales
“Las alteraciones en la conducta social a menudo se asocian con la aparición de muchos trastornos psiquiátricos y sabemos que las regiones implicadas en nuestro estudio están desreguladas en varios trastornos psiquiátricos”, destaca Leroy. Además, el investigador señala que los resultados de este trabajo abren nuevas vías de investigación que podrían conducir al desarrollo de nCSICevos medicamentos dirigidos al sistema CRH como diana terapéutica para tratar trastornos de ansiedad social y otros tipos de enfermedades psiquiátricas que se asocian a interacciones anormales, como el autismo o la depresión.
Este trabajo ha sido posible gracias a la financiación del Consejo Europeo de Investigación (ERC) en el marco del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, la beca CIDEGENT de la Generalitat Valenciana y la Fundación Severo Ochoa. Se trata de una investigación que forma parte del proyecto MotivatedBehaviors (H202O-ERC-STG/0784, n°949652), cuyo objetivo es estudiar el papel del núcleo del septum lateral en la regulación de los comportamientos motivados para desvelar los cambios que se producen en trastornos asociados con deficiencias de comportamiento social.
Referencia
Noelia Sofia de León Reyes, Paula Sierra Díaz, Ramon Nogueira, Antonia Ruiz-Pino, Yuki Nomura, Christopher A. de Solis, Jay Schulkin, Arun Asok, Felix Leroy. Cell. September 04, 2023. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cell.2023.08.010
https://www.cell.com/cell/pdf/S0092-8674(23)00864-4.pdf
Fuente: (SINC) Tomado- Salud Psiquiatría
sep
11
Los antiinflamatorios no esteroideos, paracetamol o los dos tipos de fármacos a la vez pueden tratar eficazmente el dolor odontológico agudo de la población pediátrica como medida provisional, hasta que se disponga de un tratamiento definitivo, según una nueva guía.
Esta guía, publicada en el número de septiembre de Journal of the American Dental Association, no recomienda los opiáceos para el dolor dental o tras una extracción dental en este grupo de pacientes.
La prescripción de opiáceos a la población pediátrica conlleva riesgos de hospitalización y muerte; sin embargo, algunos dentistas siguieron prescribiéndolos a niños pequeños a pesar de una advertencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos en 2017 sobre el uso de tramadol y codeína en esta población, señala la guía.
La prescripción de opioides a los niños también continuó después de que la American Academy of Pediatric Dentistry recomendara en 2018 paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos como medicamentos de primera línea para el tratamiento del dolor y señalara que el uso de opioides debería ser «poco frecuente».
Aunque la nueva guía, que también abarca el tratamiento del dolor tras la extracción de una pieza dental, está dirigida a los odontólogos generales, podría ayudar a los médicos de urgencias y a los médicos de atención primaria a tratar el dolor de los niños cuando no se disponga inmediatamente de un tratamiento definitivo, observaron los autores.
El tratamiento definitivo podría tratarse de una pulpectomía, una endodoncia no quirúrgica, una incisión para drenar un absceso o la extracción de la pieza dental. Si no son posibles los cuidados definitivos en 2 a 3 días, los padres deben hacérselo saber al equipo asistencial, afirma la guía.
«Estas estrategias farmacológicas aliviarán la odontalgia temporalmente hasta que se disponga de una derivación para un tratamiento dental definitivo», escribieron los autores.
La American Dental Association (ADA) respaldó la nueva guía, elaborada por investigadores del Science & Research Institute de la ADA, la University of Pittsburgh School of Dental Medicine y el Center for Integrative Global Oral Health de la University of Pennsylvania School of Dental Medicine, en Filadelfia, Estados Unidos.
En la guía se recomienda ibuprofeno y, para la población pediátrica mayor de 12 años, naproxeno como opciones de antiinflamatorios no esteroideos. El uso de naproxeno en menores de 12 años para este fin no aparece en el prospecto, acotaron.
La guía recomienda dosis de paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos en función de la edad y el peso, que pueden diferir de las que figuran en los envases de los fármacos.
«Cuando se administran paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos según las indicaciones, el riesgo de daño para la población pediátrica por cualquiera de los dos fármacos es bajo», afirma la guía.
«Si bien la prescripción de opiáceos a la población pediátrica se ha vuelto menos frecuente en general, esta guía garantiza que tanto los dentistas como los padres dispongan de recomendaciones basadas en evidencia para determinar el tratamiento más adecuado de la odontalgia», afirmó en un comunicado de prensa de la American Dental Association el autor principal de la guía, Paul Moore, doctor en medicina dental, Ph. D., maestro en salud pública, profesor emérito de la University of Pittsburgh’s School of Dental Medicine.[4] «Los padres y cuidadores pueden estar tranquilos sabiendo que los medicamentos ampliamente disponibles que no tienen potencial de abuso, como paracetamol o ibuprofeno, son tolerables y eficaces para ayudar a sus hijos a encontrar alivio del dolor dental a corto plazo».
Una revisión de 2018 realizada por Moore y sus colaboradores reveló que el uso de antiinflamatorios no esteroideos, con o sin paracetamol, era eficaz y minimizaba los efectos adversos, en comparación con los opiáceos, para la odontalgia aguda en todas las edades.[5]
Las nuevas recomendaciones para la población pediátrica “permitirán un mejor tratamiento de este tipo de dolor” y “ayudarán a prevenir la prescripción innecesaria de medicamentos con potencial de abuso, incluidos los opiáceos”, afirmó en el comunicado de prensa la Dra. Patrizia Cavazzoni, directora del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
El informe es el resultado de una beca para preparar una guía de práctica asistencial para el tratamiento del dolor agudo en odontología en niños, adolescentes y adultos. Las recomendaciones para adolescentes y adultos están aún en fase de desarrollo.
Referencia
Carrasco-Labra A, Polk DE, Urquhart O, Aghaloo T, Claytor W, Dhar V, et al. Evidence-based clinical practice guideline for the pharmacologic management of acute dental pain in children: A report from the American Dental Association Science and Research Institute, the University of Pittsburgh School of Dental Medicine, and the Center for Integrative Global Oral Health at the University of Pennsylvania. J Am Dent Assoc. Sep 2023;154(9):814-825.e2. doi: 10.1016/j.adaj.2023.06.014. PMID: 37634915.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0002817723003902?via%3Dihub
08/09/2023 Fuente: (Medscape en español) Tomado- Noticias y Perspectivas Copyright © 1994-2023 by WebMD LLC.
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Los niños y niñas de 19 meses ya aplican un pensamiento lógico natural, incluso antes de aprender a hablar, para enfrentarse a las incertezas que tienen sobre el mundo. Esta lógica natural contribuye a su proceso de aprendizaje.
¿Cómo aprendemos a hablar durante la infancia o cómo adquirimos conocimientos sobre el mundo que nos rodea? Las interacciones sociales de los niños y niñas más pequeños en su entorno social y familiar y en los centros educativos contribuyen a ello, pero no explican por si solos el proceso de aprendizaje. Un pensamiento lógico natural, que se manifiesta desde edades muy tempranas y no depende de los conocimientos lingüísticos, también facilita el proceso de aprendizaje, según un estudio liderado por el Center for Brain and Cognition de la UPF y cuyos resultados se acaban de publicar este viernes, 1 de septiembre, por la tarde en la revista Current Biology.
El estudio se centra en una cuestión que aún genera debate entre los neurocientíficos: si los niños y niñas pequeños que no han aprendido a hablar (o están desarrollando el habla) son capaces de razonar lógicamente. Ante esta incógnita, esta investigación pionera demuestra que este razonamiento lógico natural existe al menos desde los 19 meses de edad, no depende de los conocimientos lingüísticos y se desarrolla principalmente a través de la estrategia de la exclusión por eliminación. Es decir, ante una realidad desconocida, los niños y niñas pequeños tratarían de analizarla y llegar a alguna conclusión al respecto, a través del descarte de las opciones que, de acuerdo con su nivel de conocimiento en cada momento, no son posibles.
Los resultados del artículo se exponen en el artículo titulado The scope and role of deduction in infant cognition, elaborado por Kinga Anna Bohus, Nicolo Cesana-Arlotti, Ana Martín-Salguero y Luca Lorenzo Bonatti. El investigador principal, L.Bonatti (ICREA), es el director del grupo de investigación Reasoning and Infant Cognition (RICO) del Center for Brain and Cognition (CBC) de la UPF, al cual también pertenece Kinga Anna Bohus (autora principal). N. Cesana-Arlotti y Ana Martín-Salguero, anteriormente vinculados al CBC de la UPF, actualmente son investigadores en la Universidad de Yale (EEUU) y en la École Normale Supérieure de París, respectivamente.
Los niños y niñas pequeños tienden a resolver incertezas descartando opciones imposibles de acuerdo al nivel de conocimiento que tienen en cada momento
El estudio analiza la importancia de dos estrategias de los niños y niñas de edades tempranas para enfrentarse a las incertezas: la asociación y la exclusión (o disyunción por eliminación). La primera estrategia implicaría que los niños, al escuchar una palabra nueva que puede referirse a dos objetos desconocidos que están viendo, asocien mentalmente el término a cada uno de ellos. Posteriormente, asociarían el término con el objeto con el que les encajara mejor esta denominación. La segunda estrategia (exclusión) explica cómo, a partir de un razonamiento lógico por eliminación de alternativas, un niño o niña pequeño puede aprender una nueva palabra. Por ejemplo, si ve dos objetos (A y B) y escucha un término desconocido que sabe que no es de A (porque conoce el nombre de A), determinará que es la denominación de B. Esta es la estrategia predominante, según los resultados del estudio.
Dos experimentos para analizar la lógica natural de los niños y niñas pequeños ante objetos y términos conocidos o desconocidos
El equipo de investigación ha realizado dos experimentos diferentes. En el primero de ellos, han participado 61 niños y niñas de 19 meses (26 monolingües y 35 bilingües). En el segundo, la muestra la han formado 33 participantes de esta misma edad (19 monolingües y 14 bilingües). El análisis de ambos grupos era fundamental para determinar si los procesos deductivos dependen de las experiencia lingüística.
En el primer experimento, se mostraban dos objetos a los participantes, que tenían que relacionar con alguna de las palabras que escuchaban, a través de diferentes pruebas. En la primera de ellas, tenían que observan dos objetos que conocían (por ejemplo una cuchara y una galleta) y, al escuchar un término (por ejemplo cuchara) asociarlo a uno de los dos. En la segunda prueba, se mostraba a los niños pequeños un objeto que conocían (por ejemplo una manzana) y otro que desconocían (por ejemplo, un carburador), y escuchaban la palabra correspondiente al objeto conocido (manzana), que tenían que identificar. La tercera prueba era igual que la segunda, excepto por el hecho que el término escuchado correspondía a la palabra desconocida (siguiendo con el ejemplo anterior, carburador).
En el segundo experimento, se usaban dos objetos o seres animados (por ejemplo, un paraguas y la figura de un chico), asociados cada uno de ellos a un sonido. Posteriormente, se cubrían los dos objetos de modo que el niño no los veía y uno de ellos se metía en una copa. Al descubrirlos, sólo veía uno de los dos objetos y debía adivinar, por eliminación, cuál se encontraba dentro de la copa. En una prueba posterior (con los dos objetos cubiertos y sin variar su posición), escuchaba el sonido asociado a uno de ellos y se analizaba si dirigía la mirada hacia el objeto correcto.
En todas estas pruebas, se evaluaban los patrones del movimiento de su mirada. Por ejemplo, al hacer un razonamiento por exclusión, lo que hacen los niños y niñas pequeños es dirigir la mirada al objeto A y, si descartan que el término que han escuchado se refiera a él, entonces giran la mirada hacia B. Es lo que se conoce como estrategia de doble revisión.
No hay diferencias relevantes entre la lógica de los niños pequeños monolingües y bilingües
La autora principal de la investigación, Kinga Anna Bohus, resume así las principales conclusiones del estudio: “Hemos analizado la presencia del concepto de disyunción lógica en lactantes de 19 meses. En una tarea de mapeo de palabras referentes, tanto los bebés bilingües como los monolingües muestran un patrón de inspección oculomotora que previamente se había encontrado como un sello distintivo del razonamiento disyuntivo en adultos y niños”.
En definitiva, los resultados del estudio no muestran diferencias relevantes entre el razonamiento lógico de los niños y niñas pequeños monolingües y bilingües, lo que constata que no depende de los conocimientos lingüísticos. Este pensamiento lógico natural podría estar presente antes de los 19 meses de edad, si bien aún no existen suficientes evidencias científicas para demostrar su presencia en edades más tempranas.
Artículo de referencia:
Bohus, K.A. , Cesana-Arlotti, N., Martín-Salguero, A., Bonatti, L.L. (2023). The scope and role of deduction in infant cognition. Current Biology 33, 1–7. https://doi.org/10.1016/j.cub.2023.08.028. DOI
04/09/2023(EurekAlert) Tomado - News Releases Copyright © 2023 by the American Association for the Advancement of Science (AAAS)