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Revisión de las manifestaciones físicas, psicológicas y/o cognitivas que se desarrollan después de una internación por una enfermedad crítica.
Aspectos destacados
El síndrome post cuidado intensivos (PICS, por sus siglas en inglés) afecta hasta al 80 % de los pacientes que sobreviven a la UCI.
Los intensivistas deben intentar minimizar los factores de riesgo modificables comunes para el desarrollo de PICS. Estos incluyen dosis acumuladas más altas de fármacos sedantes, inmovilidad, delirio, trastornos del sueño e hiperglucemia.
El impacto social y financiero de PICS puede ser sustancial; hasta el 50 % de los pacientes que sobreviven a la UCI dependen del apoyo de cuidados familiares y hasta el 40 % de los pacientes que trabajaban anteriormente y que sobreviven a la UCI no pueden volver a trabajar un año después del alta.
PREGUNTA CLÍNICA
Una mujer de 56 años con antecedentes de diabetes y obesidad ingresó en la UCI por neumonía. Su hospitalización se complicó por síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), shock, insuficiencia renal aguda y bacteriemia asociada a la vía central. Requirió ventilación mecánica durante 7 días, vasopresores durante 5 días y terapia de reemplazo renal continua durante 4 días. Se observó que tenía delirium severo y agitación mientras estaba intubada y requirió sedación profunda en múltiples ocasiones. También demostró debilidad y problemas de movilidad y fue dada de alta a un centro de rehabilitación. Actualmente se encuentra en seguimiento post-UCI 1 mes después del alta. Su familia refiere problemas con su memoria. Obtiene una puntuación de 14/30 en la Evaluación cognitiva de Montreal, lo que corresponde a un deterioro cognitivo moderado.
¿Cuál de las siguientes condiciones está más asociada con el desarrollo de deterioro cognitivo a largo plazo?
A: shock B: delirio C: insuficiencia renal aguda D: bacteriemia (Ver Respuesta/Razones al final del artículo)
Introducción
El síndrome post cuidados intensivos (PICS, por sus siglas en inglés) ha sido reconocido durante más de 1 década y se define como un deterioro nuevo o que empeora de la salud física, psicológica o cognitiva, o una combinación de los mismos, después de una enfermedad crítica.
En el momento del alta hospitalaria, hasta el 80 % de los pacientes que sobreviven a la UCI tendrán síntomas de PICS
El objetivo de la presente revisión es describir las manifestaciones clínicas de PICS y su impacto en los pacientes, las familias y los sistemas de atención médica. También los autores discuten la relación entre PICS y los determinantes sociales de la salud y esbozando un marco para la evaluación y gestión.
Presentación clínica de PICS
El PICS puede incluir deficiencias en la cognición, la salud mental, la función física o una combinación de los mismos después de una enfermedad crítica (Figura 1A).
> Dominio cognitivo
Los sobrevivientes de enfermedades críticas son susceptibles a la disfunción cognitiva independientemente de las condiciones preexistentes, comorbilidades y edad. Los déficits cognitivos pueden ser tanto persistentes, con un tercio de los pacientes que sobreviven a la UCI que presentan déficits 1 año después de la hospitalización, como graves, lo que refleja el grado de deterioro observado en la lesión cerebral traumática moderada y la demencia de Alzheimer.
Las manifestaciones clínicas pueden incluir una disminución de la memoria, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento mental, la atención o la concentración, todo lo cual en conjunto puede impedir que las personas participen en el tipo de comportamiento intencionado y dirigido a un objetivo necesario para llevar a cabo las actividades de la vida diaria y regresar a su estado funcional premórbido.
Entre los factores de riesgo potencialmente modificables, el delirium ha sido el más estudiado. Incluso después de ajustar por edad, educación, función cognitiva preexistente, gravedad de la enfermedad y exposición a fármacos sedantes, la duración del delirium es un predictor independiente de deterioro cognitivo a largo plazo (Figura 1B).
> Dominio psicológico
La morbilidad psiquiátrica después de una enfermedad crítica es común. La ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) se reportan en el 62%, 36% y 39% de los pacientes, respectivamente, con un alto grado de concurrencia de síntomas entre estas tres condiciones.
Los pacientes que sobreviven a la UCI también tienen un mayor riesgo de conductas suicidas y autolesivas en comparación con los sobrevivientes del hospital que nunca requirieron ingreso en la UCI.
Además, los trastornos del sueño son comunes después de una estadía en la UCI y ocurren en hasta el 57 % de los pacientes 6 meses después del alta hospitalaria y a menudo se asocian con un deterioro psicológico continuo.
Los factores de riesgo de secuelas psicológicas incluyen edad más joven, diagnósticos previos de salud mental y necesidad de ventilación mecánica. Los trastornos del sueño preexistentes y en el hospital se asocian con un mayor riesgo de trastornos del sueño posmórbidos (Figura 1B).
> Dominio físico
Hasta el 80% de los pacientes que sobreviven a la UCI experimentan una nueva disfunción física en el momento del alta. Los tipos de deficiencias físicas varían y pueden incluir debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW), alteración de la función pulmonar y caquexia.
La debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW), definida como una disfunción neuromuscular sin una causa plausible que no sea una enfermedad crítica y sus tratamientos, a menudo es el resultado de una miopatía de una enfermedad crítica, una polineuropatía de una enfermedad crítica o una combinación de ambas. Este grupo de trastornos está presente en casi la mitad de los pacientes que sobreviven a la UCI y puede manifestarse de diversas formas, que incluyen poca movilidad, debilidad, contracturas y reducción de la tolerancia al ejercicio.
Entre los factores de riesgo potencialmente modificables, los usos de bloqueantes neuromusculares y los corticosteroides históricamente han estado implicados en el desarrollo de la miopatía por enfermedad crítica, particularmente cuando se usan en combinación. Sin embargo, los datos anteriores sugieren que el uso a corto plazo de estos medicamentos puede ser seguro.
> Discapacidad, uso de la atención médica y mortalidad
Las secuelas colectivas de la enfermedad crítica pueden conducir en última instancia a la fragilidad, la discapacidad y la reducción de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Se observa fragilidad nueva o que empeora en el 40% de los pacientes que sobreviven a la UCI 12 meses después del alta hospitalaria. En consecuencia, se detecta al menos una discapacidad parcial en el 20% de las personas previamente independientes un año después del alta con puntajes bajos predominantemente atribuidos a una función física reducida.
Los patrones de uso de la atención médica también pueden cambiar después de una enfermedad crítica, con un mayor riesgo de rehospitalización que puede durar años. Más de la mitad de los pacientes son readmitidos después del alta hospitalaria, y en el año posterior a la enfermedad crítica, los sobrevivientes muestran un aumento en las visitas ambulatorias, las visitas al servicio de urgencias y las hospitalizaciones en comparación con el año anterior
Finalmente, el riesgo de muerte sigue siendo elevado incluso después de que los pacientes hayan sobrevivido a una enfermedad crítica, con tasas de mortalidad a 1 año de hasta el 21 %. Este riesgo es especialmente notable en los pacientes que sobreviven a la UCI que recibieron ventilación mecánica, cuya mortalidad al año puede superar el 40%.
> Familia y síndrome post cuidados intensivos (PICS)
El impacto de sobrevivir en la UCI puede extenderse más allá del paciente individual.
Entre el 25 % y el 50 % de los pacientes que sobreviven a la UCI requieren apoyo familiar a largo plazo que puede parecerse a la carga de cuidado que se observa en otras enfermedades crónicas. A su vez, los cuidadores pueden experimentar nuevos síntomas psicológicos, denominados colectivamente síndrome post cuidados intensivos posteriores de la familia. La prevalencia es muy variable, oscilando entre el 6 % y el 69 % en los primeros 6 meses y puede durar años- Los impedimentos más comunes incluyen ansiedad (73%), depresión (50%), duelo complicado (52%) y TEPT (56%).
Estos síntomas generalmente disminuyen con el tiempo, pero pueden persistir en aproximadamente un tercio de las personas a los 6 meses, con una baja CVRS asociada y angustia psicológica informada durante años a partir de entonces. Los factores de riesgo para el desarrollo de la familia PICS en general se pueden clasificar en características relacionadas con el paciente, el cuidador y el entorno (Figura 2). oxicidad financiera
Los pacientes que sobreviven a la UCI pueden experimentar una toxicidad financiera significativa. Menos de la mitad de los previamente empleados que sobreviven a la UCI regresan al trabajo un año después de una enfermedad crítica y alrededor de un tercio de los pacientes permanecen sin trabajo después de 5 años. En consecuencia, el desempleo puede provocar el agotamiento de los ahorros, la pérdida de la cobertura de atención médica y el aumento de las facturas médicas.
> Equidad en salud
Las disparidades e inequidades en salud exacerban y son exacerbadas por PICS. Las dinámicas que pueden influir en la incidencia y la recuperación se pueden clasificar en términos generales en factores individuales, comunitarios, del sistema de salud y a nivel de políticas (Figura 3).
La edad, el sexo, la raza y los ingresos son algunos de los determinantes sociales individuales de la salud asociados con los resultados a largo plazo. La educación también es un factor importante, ya que un mayor nivel educativo se asocia con mayores probabilidades de estar libre de PICS.
Desde el punto de vista de los sistemas de salud y las políticas, el acceso restringido a rehabilitación adicional, servicios auxiliares y recursos sociales propaga disparidades que se sabe que inhiben la recuperación exitosa.
Clínica de PICS
Se han establecido programas multidisciplinarios de recuperación de la UCI para abordar las deficiencias multifacéticas a largo plazo observadas en los sobrevivientes de enfermedades críticas. Actualmente, existe una heterogeneidad sustancial en la disponibilidad, la estructura y los modelos de dotación de personal de las clínicas.
Organizar la visita ambulatoria inicial puede estar plagado de desafíos porque pueden existir una gran cantidad de barreras para el seguimiento (Figura 4). Los factores a nivel del paciente pueden incluir edad avanzada, mayor gravedad de la enfermedad de la UCI y discapacidad. Las barreras financieras y ambientales pueden implicar la falta de seguro, el costo del transporte y la distancia a la clínica. Además, muchos pacientes se transfieren del hospital a un centro de rehabilitación antes del alta, lo que también puede disminuir la probabilidad de seguimiento. Evaluación y Manejo de PICS
La evaluación y la gestión de PICS están evolucionando, y las recomendaciones actuales se basan en gran medida en la opinión de expertos y la experiencia del proveedor. Cada dominio PICS debe evaluarse de manera estructurada (Figura 5), porque de otro modo se podrían pasar por alto las degradaciones más sutiles.
La evaluación inicial también debe incluir una conciliación completa de la medicación, la evaluación de síntomas nuevos o persistentes, la detección de brechas en el mantenimiento de la atención médica y la colocación de cualquier derivación clínicamente indicada. Además, se debe revisar en detalle con el paciente el ingreso en la UCI, así como el curso esperado de recuperación.
Dominio cognitivo
Idealmente, se debe utilizar una batería de tipos de evaluación para detectar déficits cognitivos, ya que brindan información diferente y pueden garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada.
Los síntomas cognitivos subjetivos, como el olvido o una mayor dependencia de los cuidadores, pueden indicar un deterioro cognitivo.
El paso inicial en el tratamiento de la disfunción cognitiva debe ser evaluar y manejar cualquier causa potencialmente reversible. Estos incluyen, entre otros, efectos secundarios de medicamentos, trastornos del sueño, afecciones psiquiátricas y trastornos metabólicos o nutricionales. Después de abordar las causas reversibles, se pueden considerar otras opciones de tratamiento.
> Dominio psicológico
Varios centros posteriores a la UCI ofrecen grupos de apoyo entre pares a través de plataformas virtuales o en persona, lo que puede tener una serie de beneficios para los pacientes. También es importante que los médicos aconsejen a los pacientes sobre la trayectoria de recuperación esperada, normalizando su experiencia y validando su progreso.
Los pacientes con deficiencias psiquiátricas persistentes pueden beneficiarse de la remisión a un profesional de la salud mental para el tratamiento adecuado.
Los pacientes con depresión pueden ser tratados con un antidepresivo o psicoterapia solos, o en combinación, que puede ser más eficaz.
> Dominio físico
Los métodos para evaluar debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW) no están ampliamente aceptados. Las herramientas de uso frecuente incluyen la prueba muscular manual, la dinamometría manual, la prueba de cinco veces de sentarse para ponerse de pie y la escala de equilibrio de Berg. La prueba de caminata de 6 minutos es recomendada por la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos como una medida de la función pulmonar y física. La espirometría al lado de la cama o la prueba de función pulmonar completa también pueden ser útiles, particularmente para los sobrevivientes de SDRA.
Debido a que una variedad de tipos de impedimentos físicos puede ocurrir después de una enfermedad crítica, también se deben abordar otros problemas que se encuentran comúnmente, como afecciones crónicas recién diagnosticadas, problemas para dormir y heridas y dispositivos adquiridos en la UCI.
Direcciones futuras
Aunque la pandemia de COVID-19 atrajo una atención muy necesaria a PICS, el acceso a la atención posterior a la UCI sigue siendo muy variable y se desconoce el modelo ideal y la prestación óptima de la atención posterior. Además, la base de evidencia para las intervenciones dirigidas al manejo de PICS, como la terapia cognitiva y los grupos de apoyo posteriores a la UCI, es limitada. Para garantizar que se satisfagan las necesidades de los pacientes con PICS, los esfuerzos futuros deben dirigirse a estudiar el impacto de las intervenciones existentes en los resultados de los pacientes, explorar nuevas intervenciones con beneficios potenciales y determinar la estructura más efectiva de la prestación de atención posterior a la UCI.
Comprender PICS también representa una oportunidad para mejorar la atención dentro de la UCI, tanto en tiempo real como en el futuro.
Para los médicos, presenciar el proceso de recuperación de un paciente puede ser educativo y, en última instancia, mejorar la precisión en la predicción de los resultados en la UCI y mejorar la toma de decisiones clínicas.
Para el personal de la UCI en centros sin clínicas PICS dedicadas, la educación y la apreciación del impacto de las intervenciones de la UCI en los resultados de no mortalidad tiene el potencial de mejorar la atención de la UCI al aumentar la vigilancia sobre los factores de riesgo modificables de PICS, como la sedación y las prácticas de movilización.
Conclusiones
La supervivencia en la UCI con frecuencia se ve complicada por el PICS, que provoca deficiencias físicas, cognitivas y psicológicas, así como una morbilidad considerable. Su impacto se extiende más allá de los pacientes individuales para incluir a las familias, los sistemas de atención médica y la sociedad en su conjunto. Las clínicas posteriores a la UCI son una herramienta importante para evaluar y manejar PICS y también pueden representar una forma de mejorar la atención dentro de la UCI.
Referencia
Schwitzer E, Schwab Jensen K, Brinkman L, Bagi E, Aysola R, Qadir N. Post-icu syndrome: chest critical care reviews. Chest [Internet]. 2023[citado 11 oct 2023]; 1(1). DOI:https://doi.org/10.1016/j.chstcc.2023.100003
11 octubre 2023 |Fuente: IntraMed| Tomado de Artículos
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30
Ozempic, un medicamento para la diabetes tipo 2 que se ha utilizado cada vez más para ayudar en la pérdida de peso, ahora estará etiquetado como posible causante de obstrucción intestinal.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU (FDA, por sus siglas en inglés) recientemente actualizó la etiqueta del medicamento producido por Novo Nordisk, sin citar directamente a Ozempic como la causa de esta condición.
«Debido a que estas reacciones se informan voluntariamente en una población de tamaño incierto, no siempre es posible estimar confiablemente su frecuencia o establecer una relación causal con la exposición al medicamento», se lee en la etiqueta.
El efecto secundario, conocido médicamente como «íleo», también figura en las etiquetas del medicamento para la pérdida de peso Wegovy, también producido por Novo Nordisk, y en el medicamento para la diabetes Mounjaro, fabricado por Eli Lilly, informó CBS News.
Tanto Ozempic como Wegovy son conocidos genéricamente como semaglutida. De más de 8,500 informes de trastornos gastrointestinales después de usar medicamentos con semaglutida hasta el 30 de junio, el íleo se menciona en 33 casos, incluidas dos muertes, informó CBS News.
Las compañías farmacéuticas que fabrican estos medicamentos están siendo demandadas por afirmaciones de que los fármacos pueden causar un problema de salud similar conocido como gastroparesia o parálisis estomacal, informó CBS News.
Referencia
Drug Safety-related Labeling Changes (SrLC). Ozempic[Internet]. [citado 29 sep 2023].
30 septiembre 2023 | Fuente: HealthDay News | Tomado de |Nutrición |Salud Pública | Diabetes
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26
La aterosclerosis, una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación de placas de grasa y colesterol en las paredes de las arterias, es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular. Pero su impacto no se reduce solamente al que tiene en la salud cardiovascular, sino que también está implicada en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer. Esta es la principal conclusión de un estudio longitudinal internacional liderado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiacas (CNIC) y publicado recientemente en la revista The Lancet Health Longevity. En él se observó mediante técnicas de imagen de tomografía de emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) que las personas con edades alrededor de 50 años y con un riesgo cardiovascular elevado de forma sostenida durante cinco años experimentan una mayor disminución del metabolismo cerebral.
Este hallazgo es especialmente relevante porque, si bien es ampliamente conocido que las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten habitualmente en etapas avanzadas, hay pocos estudios longitudinales en personas de mediana edad, que hayan evaluado la interacción entre la aterosclerosis y sus factores de riesgo sobre la salud del cerebro
La importancia de controlar los factores de riesgo cardiovasculares
Controlar la hipertensión, el tabaquismo, el colesterol o el sedentarismo se revela cada vez más como fundamental para mejorar nuestra salud, ya que, además de disminuir la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular, también beneficia a la salud cerebral.
Esta relación entre aterosclerosis y empeoramiento de la salud cerebral se encontró gracias un estudio longitudinal con una subcohorte de 370 participantes con aterosclerosis subclínica (edad media 49,8 años; 84 % hombres y 16 % mujeres) en el estudio PESA-CNIC-SANTANDER.
Los escáneres PET iniciales en cada uno de estos voluntarios se llevaron a cabo el 6 de marzo de 2013 y el 21 de enero de 2015, mientras que los escáneres de seguimiento fueron realizados entre el 24 de noviembre de 2017 y el 7 de agosto de 2019 con el objetivo de observar la evolución del metabolismo de la glucosa en el cerebro, considerado un indicador de salud cerebral.
Este estudio mediante técnicas de neuroimagen demostró que el declive metabólico cerebral es tres veces mayor en las personas con un elevado riesgo cardiovascular comparado con el de aquellas que se mantienen en bajo riesgo, lo cual es muy relevante porque “a pesar de que todos sabemos la importancia de cuidarse y controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar un infarto, el hecho de que están relacionados con un deterioro de la salud cerebral puede hacer que haya una mayor conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables en las fases más jóvenes de la vida”, indicó el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC y uno de los investigadores principales del estudio en nota de prensa..
Conclusiones
Estos resultados plantean nuevas perspectivas sobre cómo prevenir el desarrollo de demencias, para las que no existe tratamiento en muchos pacientes, a través de intervenir sobre un trastorno modificable, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares.
Por ello, “los hallazgos de este estudio indican que el cribado de la carótida tiene un gran potencial para identificar a las personas vulnerables a sufrir alteraciones cerebrales y deterioro cognitivo en el futuro, por lo que este trabajo podría tener importantes implicaciones para la práctica clínica ya que apoya la implementación de estrategias de prevención cardiovascular primaria en etapas tempranas de la vida como enfoque valioso para una longevidad cerebral saludable”, declaró a Univadis España la investigadora del CNIC Catarina Tristão-Pereira, primera firmante del artículo.
Sin embargo, “para poder implementar esta estrategia de prevención de enfermedades cerebrales a través de la prevención cardiovascular de una manera eficaz hace falta crear equipos de expertos en los dos campos que sean capaces de diseñar hojas de ruta conjuntas para disminuir el riesgo de padecer ambas dolencias”, declaró a modo de conclusión a Univadis España el cardiólogo de la Universidad de Valencia el Dr. Fabián Sanchís.
Referencia
Tristão-Pereira C, Fuster V, Oliva B, Moreno-Arciniegas A, García Lunar I, Perez Herreras C, et al. Longitudinal interplay between subclinical atherosclerosis, cardiovascular risk factors, and cerebral glucose metabolism in midlife: results from the PESA prospective cohort study. Lancet Healthy Longev. 2023;4(9): e487-e498. doi: 10.1016/S2666-7568(23)00134-4. PMID: 37659430; PMCID: PMC10469266
Fuente: Univadis España Tomado de Noticias
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12
Londres, 7 sep (Prensa Latina) Las últimas tres décadas (1990-2019) muestran un sorprendente aumento del 79,1 por ciento en los nuevos casos de cáncer entre los menores de 50 años de todo el mundo, según una investigación divulgada hoy. Mientras, el número de fallecimientos progresó en 27,7 por ciento, destacó el estudio que publicó la revista British Medical Journal of Oncology. El cáncer de mama representó el mayor número de estos casos y muertes asociadas y en total se registraron casi dos millones de nuevos casos, seguido por los de tráquea, pulmón, estómago e intestino, y los aumentos más pronunciados se dieron entre personas con cáncer de riñón u ovario.
El informe, coordinado por la Universidad de Zhejiang, China, y con participación de Estados Unidos, el Reino Unido y Suecia, se basa en datos del Estudio de la Carga Mundial de Morbilidad 2019.
Las personas en el grupo de edades de los 40 años son las de mayor riesgo y los principales factores de riesgo entre los menores de 50 años son las dietas ricas en carne roja y sal y pobres en fruta y leche, así como el consumo de alcohol y el tabaquismo.
También contribuyen a este problema de salud la inactividad física, el sobrepeso y la hiperglucemia, además de los factores genéticos.
Referencia
Zhao J, Xu L, Sun J, Song M, Wang L, Yuan S, et al. Global trends in incidence, death, burden and risk factors of early-onset cancer from 1990 to 2019. BMJ Oncology. 2023; 2(1). BMJ Oncology Jul 2023, 2 (1) e000049; DOI: 10.1136/bmjonc-2023-000049
https://bmjoncology.bmj.com/content/2/1/e000049
07/09/2023(Prensa Latina)
Fuente: Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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11
Los pacientes con esclerosis sistémica que padecían tanto enfermedad pulmonar intersticial como hipertensión pulmonar tuvieron una menor sobrevida que aquellos sin ambas afecciones, según los datos de más de 3 000 individuos.
Las complicaciones pulmonares son actualmente las causas más comunes de muerte en adultos con esclerosis sistémica, pero aún no se ha esclarecido el impacto de las características de los pacientes y los factores de riesgo, como la enfermedad pulmonar intersticial y la hipertensión pulmonar, en los resultados finales de la esclerosis sistémica, señalaron en su artículo la Dra. Pia Moinzadeh, del University Hospital Cologne, en Colonia, en Alemania, y sus colaboradores.
Aunque se ha estudiado el papel de la enfermedad pulmonar intersticial y la hipertensión pulmonar en diferentes subtipos de esclerosis sistémica, se necesitan estudios más amplios sobre los efectos de la enfermedad pulmonar intersticial y la combinación de esta y la hipertensión pulmonar en los resultados, ya que las tasas de sobrevida pueden cambiar con el tiempo con los nuevos criterios de clasificación, las herramientas de diagnóstico y los tratamientos mejorados, explicaron.
En el estudio, publicado en Chest, los investigadores revisaron los datos de 3 257 adultos mayores de 18 años con esclerosis sistémica durante un seguimiento medio de 3,45 años. Los participantes formaban parte de la Red Alemana de Esclerosis Sistémica (DNSS) que incluía 25 centros clínicos de Alemania. Los pacientes se dividieron en subconjuntos de esclerosis sistémica: 54,2 % con esclerosis sistémica cutánea limitada (EScl), 31,4 % con esclerosis sistémica cutánea difusa (EScd) y 14,4 % con síndromes superpuestos de esclerosis sistémica.
La prevalencia inicial de la enfermedad pulmonar intersticial fue de 34,5%, incluidos 200 pacientes con enfermedad pulmonar intersticial-hipertensión pulmonar y 923 con enfermedad pulmonar intersticial pero sin hipertensión pulmonar. La prevalencia inicial de hipertensión pulmonar sin enfermedad pulmonar intersticial fue de 4,5%. La enfermedad pulmonar intersticial se definió como asociada a esclerosis sistémica cuando se excluyeron otras causas. La hipertensión pulmonar se definió como un aumento de la presión arterial media de un mínimo de 25 mm Hg en reposo, y también se definió por una presión sistólica del ventrículo derecho estimada superior a 35 mm Hg según la ecocardiografía.
Al final del periodo de estudio, 47,6 % de los pacientes con esclerosis sistémica tenía enfermedad pulmonar intersticial, 15,2 % enfermedad pulmonar intersticial-hipertensión pulmonar y 6,5 % hipertensión arterial pulmonar. De los pacientes con esclerosis sistémica con enfermedad pulmonar intersticial, 57,3 % tenía esclerosis sistémica cutánea difusa. La prevalencia de hipertensión arterial pulmonar no fue significativamente diferente entre los subtipos de esclerosis sistémica.
Los pacientes con esclerosis sistémica cutánea difusa tenían más probabilidades de presentar después enfermedad pulmonar intersticial-hipertensión pulmonar (52,2 %) y enfermedad pulmonar intersticial sin hipertensión pulmonar (52,1 %); los pacientes con esclerosis sistémica cutánea limitada tenían más probabilidades de tener hipertensión arterial pulmonar (64,9 %) o ninguna afectación pulmonar (64,1 %).
«Para todos los subconjuntos se observó un aumento significativo de la frecuencia de esclerosis sistémica-enfermedad pulmonar intersticial durante el seguimiento», observaron los investigadores.
La sobrevida global a 5 años fue peor para los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial e hipertensión pulmonar (79,1 %). La sobrevida global a 5 años para los pacientes con hipertensión arterial pulmonar fue de 85,0 %.
La sobrevida global a 5 años fue significativamente mejor para los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial sin hipertensión pulmonar (92,8 %) y los que no tenían afectación pulmonar (96,4 %), en comparación con los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial e hipertensión pulmonar (p < 0,001).
En un análisis multivariante, el riesgo de muerte fue más de cinco veces superior para los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial-hipertensión pulmonar, en comparación con el grupo de referencia de pacientes sin afectación pulmonar (hazard ratio [HR]: 5,3). Los factores asociados con un menor riesgo de muerte incluían el sexo femenino (HR: 0,3), un mayor índice de masa corporal (HR: 0,9) y una mayor capacidad de difusión pulmonar para el monóxido de carbono (HR: 0,98).
Los hallazgos se vieron limitados por varios factores, como los datos incompletos de los pacientes inscritos al principio del registro, la falta de datos radiológicos completos y la incapacidad para determinar si la asociación entre la afectación pulmonar y la sobrevida estaba relacionada con la enfermedad pulmonar intersticial o con la enfermedad vascular pulmonar, listaron los investigadores.
Sin embargo, los resultados indican que la combinación de enfermedad pulmonar intersticial e hipertensión pulmonar es el principal factor predictivo de muerte en pacientes con esclerosis sistémica y enfermedad pulmonar intersticial, aunque la sobrevida global de los pacientes con esclerosis sistémica con y sin afectación pulmonar ha mejorado en las últimas décadas gracias a la optimización de los tratamientos, la atención multidisciplinaria y un mayor cuidado de la enfermedad en todo el mundo, concluyeron.
Referencia
Moinzadeh P, Bonella F, Oberste M, Weliwitage J, Blank N, Riemekasten G, et al. Impact of systemic sclerosis-associated interstitial lung disease with and without pulmonary hypertension on survival – a large cohort study of the German network for systemic sclerosis. Chest. 13 Ago 2023: S0012-3692(23)05274-1. doi: 10.1016/j.chest.2023.08.013. PMID: 37582424.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0012369223052741?via%3Dihub
06/09/2023 Fuente: Medscape en Español Copyright © 1994-2023 by WebMD LLC.
sep
8
Investigadores de la Universidad de East Anglia (UK) han desarrollado una nueva forma de identificar a los pacientes con riesgo de sufrir fibrilación auricular, según publican en el European Journal of Preventive Cardiology. Aunque no es mortal, aumenta hasta cinco veces el riesgo de sufrir un accidente isquémico transitorio (AIT) o un ictus. El nuevo estudio revela cuatro factores específicos que pueden predecir qué pacientes padecerán fibrilación auricular: edad avanzada, presión arterial diastólica elevada y problemas de coordinación y funcionamiento de la cavidad superior izquierda del corazón.
El equipo de investigación recopiló datos de 323 pacientes de todo el este de Inglaterra, tratados en el Cambridge University Hospitals NHS Foundation Trust, que habían sufrido un ictus embólico de origen indeterminado. Se analizaron los historiales médicos y los datos de la monitorización prolongada del ritmo cardiaco y se estudiaron sus ecocardiogramas. Seguidamente, se determinaron cuántos de estos pacientes presentaban fibrilación auricular hasta tres años después de su ictus, y pasaron a realizar una evaluación exhaustiva para identificar si existen parámetros específicos relacionados con la identificación de la fibrilación auricular. Identificaron cuatro parámetros relacionados con el desarrollo de fibrilación auricular, que estaban presentes de forma sistemática en los pacientes que presentaban esta arritmia y, a continuación, desarrollaron un modelo que puede utilizarse para predecir quién presentará fibrilación auricular en los próximos tres años y, por tanto, corre un mayor riesgo de sufrir otro ictus en el futuro.
Aseguran que se trata de una herramienta muy sencilla que cualquier médico puede utilizar en la práctica clínica y potencialmente puede ayudar a proporcionar un tratamiento más específico y eficaz de estos pacientes, con el objetivo último de destacar a las personas con mayor riesgo de esta arritmia que pueden beneficiarse de una monitorización prolongada del ritmo cardiaco y de una anticoagulación más temprana para prevenir un futuro ictus.
Referencia: Panagiota Anna Chousou and others. Atrial fibrillation in embolic stroke of undetermined source: role of advanced imaging of left atrial function. European Journal of Preventive Cardiology, 2023;, zwad228, https://doi.org/10.1093/eurjpc/zwad228
Fuente: (Neurología.com)