oct
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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) en Castellón, la Universidad de Lleida, la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad de Zaragoza ha demostrado que los deportes técnicos e individuales, así como los que se practican al aire libre, repercuten en un mejor descanso de los adolescentes.
El trabajo, publicado en Kinesiology – International Journal of Fundamental and Applied Kinesiology, ha analizado los datos aportados por 1 831 jóvenes deportistas de élite españoles -42 % de mujeres- de entre 11 y 20 años, en torno a su calidad de sueño y su práctica deportiva.
«Nuestro objetivo era obtener una mejor comprensión de las complejas relaciones entre la práctica deportiva y la calidad del sueño en los adolescentes e identificar posibles vías para promover comportamientos de sueño saludables entre los jóvenes deportistas», ha explicado Vicente Beltrán, investigador y profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Castellón.
«Los resultados de nuestro trabajo -ha añadido- sugieren que, aunque los adolescentes que practican deportes de élite generalmente exhiben una buena calidad de sueño, esta se incrementa según el tipo de deporte que realizan».
Los datos obtenidos por los investigadores revelaron una mayor calidad de sueño entre los jóvenes que practican deportes técnicos en comparación con los deportes de equipo. «Esto puede atribuirse al hecho de que los deportes técnicos, entre los que se hallan el golf, la equitación, el surf, el tiro con arco y el tiro olímpico, requieren un nivel socioeconómico más alto, que se correlaciona con otros factores coadyuvantes para un buen descanso, como los nutricionales», ha señalado Beltrán.
Otra razón que podría explicar estas diferencias, según los autores del trabajo, es que más del 90 % de los sujetos que compiten en deportes técnicos lo hacían al aire libre, «por lo que están expuestos a la luz natural, que preserva el ritmo circadiano, a diferencia de quienes entrenan en instalaciones interiores».
DEPORTES DE ÉLITE INDIVIDUALES
La investigación muestra, así mismo, que los adolescentes y jóvenes que practican deportes de élite individuales tienen una mejor calidad de sueño que los que realizan deportes de equipo, «probablemente porque los deportes técnicos -que arrojan mejores resultados en la calidad de sueño- suelen ser individuales. Además, los deportes individuales implican un mayor gasto energético que los de equipo, que puede conducir a un aumento de la fatiga a la hora de acostarse», han subrayado.
El estudio no ha encontrado diferencias significativas en la calidad del sueño en función del metabolismo -aeróbico o anaeróbico- predominante de los deportes practicados. «Nuestros resultados, eso sí, sugieren una posible tendencia hacia una mejor calidad en los primeros», ha indicado Vicente Beltrán.
Según los autores, los hallazgos de este trabajo pueden contribuir a promover comportamientos de sueño saludables e individualizados entre los jóvenes atletas de élite y de los jóvenes en general. Y es que, según han destacado, la identificación de conductas modificables relacionadas con la dificultad para dormir abre la vía a intervenciones específicas y recomendaciones basadas en la evidencia para promover una mejor higiene del sueño.
Además, también sienta las bases de futuros estudios que analicen cómo las variaciones en los patrones, la duración y los trastornos del sueño podrían afectar el entrenamiento, los resultados y el desarrollo a largo plazo de los atletas jóvenes.
«Al considerar ambas perspectivas podemos obtener una visión más integral de la relación dinámica entre el sueño y los deportes, lo que permitirá recomendaciones más informadas para mejorar el rendimiento deportivo y el bienestar general entre los atletas jóvenes», ha añadido Beltrán.
FORTALEZAS DEL ESTUDIO
Uno de los puntos fuertes de este estudio radica en el gran tamaño de la muestra, lo que aumenta la precisión de los hallazgos. Además, el reclutamiento de participantes provenientes de federaciones nacionales y autonómicas, centros de alto rendimiento y de tecnificación de todo el país proporciona información sobre los hábitos de sueño y físicos de toda la población juvenil de la élite española.
El protocolo del estudio fue revisado y aprobado por el Comité de Ética de Investigación Clínica de Aragón. Todos los participantes completaron el cuestionario Pittsburgh para la evaluación de la calidad del sueño y se registró toda la información relativa a la participación deportiva, nivel competitivo y datos antropométricos.
Los criterios para participar en el estudio eran la ausencia de enfermedades crónicas, así como la participación en entrenamientos y competiciones de élite en una disciplina deportiva incluida en el programa de los Juegos Olímpicos de Verano durante al menos dos días a la semana durante un mínimo de seis meses. Además, todos los participantes competían en la máxima categoría nacional para su edad en sus respectivos deportes.
01 octubre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
oct
2
Un estudio liderado por investigadores españoles ha detectado que los pacientes que padecieron covid grave presentan un acortamiento de los telómeros, asociado a un envejecimiento acelerado, un año después de la recuperación.
El hallazgo, liderado por las investigadoras del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) Amanda Fernández, Ana Virseda y María Jiménez, en colaboración con los Hospitales Universitarios del Tajo e Infanta Cristina, ambos en la Comunidad de Madrid, se ha publicado en la revista científica Critical Care.
Las investigadoras han analizado datos de 49 pacientes que estuvieron ingresados por covid en los citados hospitales entre agosto de 2020 y abril de 2021, y que pasaron las estancias más largas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y/o requirieron ventilación mecánica invasiva.
Los enfermos tenían una edad media de 60 años, el 71,4 % eran varones, su estancia media en la UCI fue de 12 días, el 73,5 % precisó ventilación mecánica invasiva y el 38,8 % posición decúbito prono (boca abajo).
Los científicos han estudiado la longitud relativa de los telómeros en sangre de los 49 pacientes, mediante ensayos de PCR cuantitativa en tiempo real, en el momento de la hospitalización y un año después del alta.
Analizaron también la longitud relativa de los telómeros y la duración de la estancia en la UCI, el uso de ventilación mecánica invasiva, la necesidad de posición de decúbito prono y el desarrollo de fibrosis pulmonar.
Los resultados han indicado que los pacientes con una estancia en UCI más larga y/o los que precisaron ventilación mecánica invasiva, al igual que pronación, mostraron un mayor acortamiento de la longitud de los telómeros durante el seguimiento.
Este acortamiento «aumenta las posibilidades de desarrollar senescencia celular inducida por virus», un proceso por el que las células interrumpen de forma irreversible su ciclo celular sin llegar a morir, indica el estudio.
La senescencia celular puede implicar también daño en los tejidos, inflamación y problemas respiratorios.
En el grupo de pacientes que requirió ventilación mecánica invasiva, observaron un mayor acortamiento telomérico en los enfermos que desarrollaron fibrosis pulmonar un año después de recuperarse del covid.
Pese a los avances en el conocimiento, los investigadores recuerdan que aún se desconoce si la senescencia inducida por el covid es reversible, y qué problemas puede causar; y recomiendan un seguimiento más cercano de estos pacientes.
30 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
sep
24
Hacer ejercicios de intensidad moderada o alta puede ayudar a aliviar los síntomas del Parkinson, según un estudio realizado en la Universidad de Guelph, en Ontario, Canadá, publicado en la revista Journal of Applied Physiology.
El autor principal de la investigación, Philip Millar, explicó que para llegar a esta conclusión formaron tres grupos de 10 personas entre 45 y 79 años de edad que se encontraban en varias etapas de la enfermedad neurodegenerativa, quienes realizaron ejercicios de intensidad moderada o alta durante 10 semanas.
En ese periodo rastrearon varias métricas fisiológicas: el consumo máximo de oxígeno de la persona, su nivel de fatiga o vulnerabilidad a esta, la marcha, el equilibrio y los síntomas motores.
Descubrieron que el entrenamiento físico aumentó la capacidad de oxígeno, con un mayor beneficio en el entrenamiento de alta intensidad frente al moderado. Los síntomas motores también se redujeron en alrededor de un 25 % y la intensidad del ejercicio no pareció importar.
Además, los niveles de fatiga también disminuyeron con el tiempo, en tanto la marcha, el equilibrio y la presión arterial no cambiaron, independientemente del régimen de ejercicio utilizado.
Según los autores, los hallazgos sugieren que, en su mayor parte, las personas con Parkinson pueden elegir cualquier nivel de ejercicio con el que se sientan cómodos, sin temor a perder ningún beneficio.
«Queremos contribuir a un mayor conocimiento de los beneficios del ejercicio para las personas con Parkinson, de modo que los médicos, los especialistas en rehabilitación, los apoyos comunitarios, los socios y la familia puedan ayudar a abogar por que los pacientes hagan tanto ejercicio como deberían», señaló Millar.
En general, dijo, «un gran impulso es convencer a la gente de los beneficios. En cualquier enfermedad, cuando pensamos en tomar medicamentos, también debemos pensar en el ejercicio».
20 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
sep
23
Científicos españoles han descubierto que el sodio es clave para que las células fabriquen su energía, un hallazgo con implicaciones fisiológicas que además podría ayudar a tratar enfermedades mitocondriales como la neuropatía óptica hereditaria de Leber (LHON), una enfermedad neurodegenerativa causada por un fallo en el transporte de sodio.
El descubrimiento, liderado por el grupo de investigación Genoxphos, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del CIBERFES, se ha hecho en colaboración con los centros de investigación biomédica en red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable y de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERFES y CIBERCV), la Universidad Complutense, el Instituto de Investigación Biomédica Hospital Doce de Octubre y la Universidad de California.
El hallazgo, cuyos detalles se han publicado este jueves en la revista Cell, devela que el complejo I mitocondrial, el mayor responsable de la generación de energía celular, posee una actividad transportadora de sodio que es clave para la eficiencia energética de la célula.
Este descubrimiento ha permitido explicar molecularmente el mecanismo de patogenicidad de la neuropatía óptica hereditaria de Leber (LHON).
El equipo ha comprobado que es el fallo específico en el transporte de sodio y protones por parte del complejo I mitocondrial lo que origina la muerte celular que causa la LHON, la enfermedad genética mitocondrial más común a nivel mundial, descrita por primera vez en 1988, y que está asociada a fallos en el ADN mitocondrial.
Desde que el Dr. Peter Mitchell formulara la teoría quimiosmótica en 1961, que le valió el Premio Nobel en 1978, no se habían producido actualizaciones significativas en este campo.
Según la teoría, un gradiente de protones genera un potencial eléctrico en las mitocondrias necesario para la producción de ATP, la principal fuente de energía celular. Sin embargo, el nuevo estudio ha identificado que en este proceso también interviene el sodio, un elemento hasta ahora no considerado.
«Al eliminar el complejo I en modelos de ratón y su confirmación en células humanas, observamos que se perdía esta actividad de transporte, mientras que cuando se quitaban otros complejos, como el III o el IV, la actividad se mantenía. Esto confirmó que el fallo en el complejo I afecta directamente al transporte sodio-protón», explica el jefe de grupo de investigación Genoxphos, José Antonio Enríquez.
Esos experimentos permitieron al equipo determinar que ambas actividades (hidrogenasa y sodio-protón) son independientes pero fundamentales para el funcionamiento celular.
«Nuestros resultados demuestran que las mitocondrias cuentan con un gradiente de reserva de sodio, fundamental para su funcionamiento y para resistir al estrés celular», resume el investigador del CNIC y coautor del estudio, Pablo Hernansanz.
«El reto para el futuro es diseñar una droga que actúe específicamente en la mitocondria sin afectar otras partes de la célula», apunta Enríquez.
19 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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11
Un estudio en el que participa el Instituto de Neurociencias (IN), centro mixto de la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha revelado la arquitectura dinámica del cerebro con técnicas de resonancia magnética funcional y ha constatado que los retrasos en la comunicación entre regiones cerebrales son clave para entender la organización de las redes funcionales.
Publicada recientemente en la revista Cell Systems, esta investigación introduce «un enfoque innovador para el estudio de las conexiones cerebrales utilizando resonancia magnética funcional», según un comunicado de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
El Instituto de Neurociencias de Transilvania (Rumanía) interviene también en este trabajo, que cuenta con la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia.
A diferencia de los métodos convencionales que promedian una única red estática, los investigadores han empleado una aproximación que estudia la evolución temporal del peso de las conexiones, mediante el análisis de su distribución estadística en lugar de su activación media, lo que les ha permitido descubrir una arquitectura cerebral que es, a la vez, robusta y dinámica.
Según el investigador Santiago Canals, que lidera el laboratorio Plasticidad de las redes neuronales en el IN, «la velocidad de conexión entre regiones cerebrales es variable, lo que introduce distintos retrasos en la comunicación».
«Nuestro objetivo ha sido incorporar estos retrasos al análisis de conectividad funcional para obtener un método más preciso y sensible», ha explicado Canals.
Los resultados de esta investigación constatan la existencia de un esqueleto funcional formado por conexiones robustas sin retraso, que se complementa con un gran número de conexiones más débiles y cuyo peso varía en el tiempo, dando flexibilidad a la arquitectura funcional.
«Este enfoque dinámico permite capturar mejor la realidad del cerebro, que está en constante cambio. Nos ha permitido obtener resultados comparables en ratas, monos y humanos, y extraordinariamente consistentes cuando un mismo sujeto es escaneado de manera repetida en el tiempo, una cuestión poco habitual en el campo de la resonancia magnética», ha destacado Canals.
Uno de los descubrimientos más relevantes del estudio es la identificación del esqueleto, un conjunto de conexiones funcionales extremadamente fuertes y estables que actúan como la columna vertebral de la comunicación en el cerebro.
Estos nodos, a pesar de representar menos del 10 % de todas las conexiones estudiadas, desempeñan un papel esencial en la cohesión global de las redes cerebrales: mantienen una conectividad robusta que asegura la eficiencia en la comunicación entre distintas regiones.
«La eficiencia en la comunicación de la red se reduce dramáticamente cuando alguna de estas conexiones se ve comprometida, lo que subraya su importancia en la estructura funcional del cerebro. Por otro lado, los enlaces más débiles y dinámicos, amplifican extraordinariamente los posibles estados funcionales del sistema, proporcionando flexibilidad», ha señalado Canals.
Para desarrollar este estudio, los científicos han empleado datos de resonancia magnética funcional adquiridos en ratas, primates no humanos y humanos, así como datos de pacientes que sufren un trastorno por consumo de alcohol.
Estos hallazgos abren nuevas vías para identificar biomarcadores cerebrales más precisos y sensibles, capaces de detectar alteraciones sutiles en las redes neuronales, lo que podría tener implicaciones importantes en el diagnóstico de enfermedades neuropsiquiátricas, según la nota de prensa de la UMH.
09 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
sep
6
El uso frecuente de teléfonos móviles por parte de fumadores y diabéticos está asociado con el aumento de incidentes cardiovasculares, problemas psicológicos e inestabilidad emocional, según un estudio publicado este miércoles en la revista médica Canadian Journal of Cardiology.
El estudio se realizó con los datos proporcionados por 444 027 individuos, sin ningún historial de enfermedades cardiovasculares, registrados con UK Biobank, un estudio a largo plazo del Reino Unido que analiza cómo la predisposición genética y la exposición ambiental influyen en el desarrollo de enfermedades.
Estos voluntarios registraron la frecuencia con la que usaron teléfonos móviles entre 2006 y 2010. Los investigadores definieron el uso frecuente de móviles como al menos una llamada por semana.
Los científicos siguieron a los participantes del estudio durante una media de 12,3 años utilizando datos de hospitales y registros de mortalidad para controlar cuatro sucesos cardiovasculares: accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria, fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca.
Con estos datos, evaluaron cualquier posible asociación entre el uso frecuente de teléfonos móviles y estás condiciones de salud.
El doctor Ziliang Ye, investigador del Hospital Nanfgan de la Southern Medical University en China y uno de los autores del estudio, señaló en un comunicado que los datos respaldan el vínculo entre enfermedades y móviles.
«El objetivo era valorar la asociación potencial del uso regular de teléfonos móviles con incidentes de enfermedades cardiovasculares y explorar los efectos mediadores del sueño y salud mental», declaró Ziliang Ye.
«Descubrimos que, comparados con los usuarios que no utilizan de forma frecuente los teléfonos móviles, los usuarios frecuentes tuvieron una riesgo significativamente más elevado de incidentes de enfermedades cardiovasculares», añadió.
Otro de los autores del estudio, la doctora Yanjun Zhang, apuntó que las posibles razones de este vínculo están en la tecnología móvil.
«Los campos electromagnéticos de radiofrecuencia emitidos por los teléfonos móviles causan la desregulación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, respuestas inflamatorias y estrés oxidativo, por lo que se espera que afecten a una variedad de órganos como el corazón y los vasos sanguíneos. Sin embargo, sigue siendo incierto si el uso del teléfono móvil está asociado con el riesgo de enfermedades cardiovasculares», dijo Yanjun Zhang.
Por eso, los investigadores indicaron que la exposición a la radiación electromagnética de los móviles «en combinación con el tabaquismo y la diabetes, puede tener un efecto sinérgico en el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares».
04 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia