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La semaglutida de 2,4 mg, utilizada actualmente para tratar la obesidad, ha demostrado reducir un 20 % el riesgo de sufrir un ictus, un infarto u otros episodios cardiovasculares mayores en personas con sobrepeso u obesidad con enfermedad coronaria, que suponen alrededor de 600 000 pacientes en España.
Así se desprende de los resultados presentados este jueves del estudio Select, en el que han participado 11 centros de investigación españoles, y que han servido para actualizar la ficha técnica de la semaglutida 2,4 mg (Wegovy por su nombre comercial, desarrollada por Novo Nordisk) para incluir una nueva indicación del fármaco.
Wegovy estaba inicialmente indicado como complemento a una dieta baja en calorías y un aumento de la actividad física para pacientes con obesidad a partir de los 12 años y ya había demostrado su beneficio cardiovascular para pacientes con obesidad y sobrepeso con diabetes y enfermedad coronaria.
«La gran noticia es que, por primera vez, tenemos un ensayo con evidencia de reducción del 20 % del riesgo de eventos cardiovasculares mayores en personas con sobrepeso u obesidad, con enfermedad cardiovascular pero sin diabetes», ha celebrado Cristóbal Morales, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas de Sevilla y coordinador del estudio.
Realizado en más de 17 600 pacientes mayores de 45 años a los que se ha seguido durante cinco años, Select demostró que el tratamiento con semaglutida 2,4 mg reduce el riesgo de eventos cardiovasculares mayores un 20 % para estos pacientes independientemente de la edad, el sexo, la raza, la etnia e incluso el Índice de Masa Corporal (IMC).
Además, la investigación ha evidenciado una reducción del 15 % de la muerte cardiovascular, del 18 % de la combinación muerte cardiovascular-visitas a urgencias por insuficiencia cardíaca y hospitalizaciones y del 19 % de muerte por cualquier causa.
«Es el inicio de un antes y un después para actuar en la enfermedad cardiovascular con fármacos que van mas allá de perder peso», ha enfatizado el experto.
De esta forma, los cardiólogos podrán prescribir este medicamento también para estos pacientes -que se calculan en unos 600 000 en toda España-, aunque no con cargo a la sanidad pública.
«Hay que luchar por la financiación de estos fármacos», ha resaltado Almudena Castro, jefa de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital La Paz de Madrid antes de subrayar que, antes estos resultados, los cardiólogos tienen el «deber ético de ofrecer semaglutida 2,4 mg». El problema es que, «desgraciadamente», no todos se lo podrán pagar.
Los laboratorios están en pleno proceso de negociación con el Ministerio de Sanidad para identificar al grupo de pacientes que más podrían beneficiarse del fármaco, ha confirmado Francisco Pajuelo, director médico de Novo Nordisk España.
«Comprendemos que la puerta debe abrirse poco a poco y, una vez se abra, debe ser controlada», ha admitido Albert Lecube, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo).
Lecube ha recordado que la obesidad es una enfermedad crónica «gatillo» para desarrollar otras 200 comorbilidades y ha insistido en la necesidad de cambiar su enfoque, incluso en el sector sanitario: «la obesidad no es un vicio ni una enfermedad moral, la obesidad te escoge y ahí es donde empiezan todos los problemas», ha concluido.
05 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La Red de Cardiología de Italia inició un estudio de cuatro años dirigido a perfeccionar las estrategias de prevención y reducir el impacto de las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en este país.
Lorenzo Menicanti, presidente de la Red, señaló en declaraciones a la prensa que el proyecto, denominado CVRisk-IT, cuenta con la participación de 17 Institutos Científicos de Hospitalización y Tratamiento de esta nación europea e incluirá a unas 30 000 personas sanas de entre 40 y 80 años de edad.
En el centro del enfoque se encuentran modelos de predicción del riesgo cardiovascular, que integran varios factores individuales como la edad, sexo, tabaquismo, presión arterial y niveles de colesterol.
El proyecto se divide en dos fases, la primera implica el contacto con las treinta mil personas, las cuales serán perfiladas según los factores de riesgo clásicos descritos por la Sociedad Europea de Cardiología y tras concluir esos análisis, se informará a los participantes su estado de riesgo.
Los pacientes clasificados como de muy alto riesgo abandonarán el estudio para ser tratados de forma intensiva y luego de un año se evaluará si la intervención de asesoramiento propuesta posibilitó la reducción de factores de riesgo, como la hipertensión y la colesterolemia, precisó Menicanti.
«Según los cálculos estadísticos que hemos realizado, tendremos alrededor de 12 000 pacientes que podrán pasar a la segunda fase, en la que se realizará un perfil más preciso aleatorizando los grupos hacia el control de la arteria carótida, el calcio coronario y el riesgo genético», agregó el especialista.
Giovanni Leonardi, jefe del Departamento de Salud Humana del Ministerio de Sanidad italiano, aseveró que esta iniciativa, la cual contará con financiamiento de esa institución, posibilitará un perfeccionamiento en la orientación de políticas activas de prevención primaria.
Definir grupos de población basados en riesgo de enfermedades cardiovasculares «permitirá desarrollar intervenciones específicas de promoción de la salud y obtener indicaciones terapéuticas más específicas», agregó Leonardi.
05 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Una capa de niebla opacaba al sol el miércoles en Cuenca —una de las ciudades coloniales y patrimoniales más importantes del sur de los Andes ecuatorianos— provocada principalmente por decenas de incendios forestales y por un severo verano que afecta buena parte del país. La situación se replicó en la tarde en la capital del país, Quito, afectada por varios incendios simultáneos.
Las autoridades en ambas ciudades advirtieron de la mala calidad del aire, considerada, «poco saludable», debido a los incendios cercanos, y han recomendado medidas para la población, como no salir a la calle y usar tapabocas, además de la suspensión de clases presenciales para el jueves 5 de septiembre, en 22 instituciones educativas en Quito, en donde la tarde del miércoles, al menos tres incendios forestales se produjeron en laderas del nororiente de la ciudad.
En las calles del norte de la capital, las personas portaban tapabocas en busca de disminuir la aspiración del fuerte olor a humo. En las zonas altas se evidenciaba la densa neblina por la caída leve de partículas.
El ambiente de la capital se llenó de humo y de un olor penetrante que se sentía en las calles desde las que se veía una peculiar tonalidad del sol. El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, dijo en la noche a la radio FM Mundo que los incendios se mantenían activos y eran combatidos por tierra por unos 128 bomberos.
La secretaría de Ambiente de la ciudad informó en un comunicado que la calidad del aire está comprometida por el humo y contaminantes y «se espera un aumento en las concentraciones de partículas dañinas», representando un riesgo para la salud, por lo que se solicitó «evitar actividades al aire libre». En tanto, la secretaría de Gestión de Riesgos informó en un comunicado que 25 familias fueron evacuadas en Quito.
Más temprano, a 300 kilómetros al sur de la capital, en la ciudad de Cuenca, Omar Delgado, director del instituto de investigación de la Universidad del Azuay, dijo a la AP que las malas condiciones del aire en esa ciudad, cuyo cielo también se veía oscuro, se debe a las partículas finas que están suspendidas en la atmósfera provocadas por los incendios y atraídas por las corrientes del aire que llegan a Cuenca.
Las condiciones de sequía en esa región austral, intensifican el fenómeno, agregó Delgado.
Según el monitoreo de ese instituto, el nivel de partículas finas o material particulado (PM) suspendidas en el aire en Cuenca era de 109 PM, lo que implica que es «poco saludable».
Los parámetros de medición, según Delgado, se alinean a los establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, que señalan que la calidad del aire de hasta 50 partículas de hasta 2,5 micrómetros (50 PM) es buena, y hasta 100 PM es considerada moderada. Los niveles superiores a 100 son poco saludables y perjudiciales capaces de llegar al torrente sanguíneo, según la Organización Mundial de la Salud. En Quito aún no se ha hecho público en qué rango está la calidad de su aire tras los incendios.
En el rango en el que está Cuenca, los grupos vulnerables como niños, personas de la tercera edad o con enfermedades respiratorias, están obligados a «limitar su exposición al aire libre», recomendó Delgado.
Rodrigo Matute, jubilado de 64 años, vive en el sur de esa ciudad, y aseguró a la AP que se ve muy claro «la bruma, tenemos sol, pero está opacado». Relató que la única información que han recibido es que se trata de los efectos de los incendios forestales, un fenómeno que, dijo, no recuerda que haya sucedido antes.
El miércoles en Ecuador se registraron al menos 17 incendios forestales activos de diversa magnitud en siete provincias, seis de los cuales están controlados, pero no liquidados, según el reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos.
Entre estos últimos se encuentra uno en la comunidad rural de Quilanga, en la provincia de Loja, aledaña a la de Azuay, cuya capital es Cuenca, que fue considerado por las autoridades como el mayor en la última década y que consumió cerca de 5 000 hectáreas de bosque y cultivos, de acuerdo con la evaluación oficial.
Para neutralizar este último flagelo llegó ayuda de aeronaves de Perú con capacidad transportar agua y dejarla caer sobre las llamas, que aún trabajan en el sector afectado.
04 septiembre 2024|Fuente: AP |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.| Noticia
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El riesgo de suicidio se dispara en personas que han sido hospitalizadas por un problema de salud mental y es hasta 48 veces más alto en mujeres y 28 veces entre los varones, según un estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona que publica este jueves JAMA Network Open.
La publicación de la revista de la Asociación Médica Estadounidense agrega que el riesgo de mortalidad prematura, es decir, morir antes de los 70 años, también es más elevado en las personas ingresadas por un trastorno mental: 7,5 veces más alto en hombres y 7,7 en mujeres.
Ante estos datos, los investigadores han expresado la necesidad de mejorar los procesos de atención sanitaria de las personas ingresadas por problemas de salud mental una vez reciben el alta de los centros hospitalarios.
El trabajo se ha basado en datos de casi 50 000 personas hospitalizadas por un trastorno de salud mental entre los años 2014 y 2018, consultadas a través del Programa de analítica de datos para la investigación y la innovación en salud (PADRIS) de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS), así como en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El 53 % de los pacientes eran hombres y la edad media en el momento del alta hospitalaria se situaba en los 44 años.
Del total de casos analizados, 2 260 personas (4,6 %) murieron prematuramente durante el seguimiento, 437 (1 %) fallecieron por suicidio, y 4 752 (10 %) se autolesionaron no letalmente.
El doctor Jordi Alonso, coordinador del Grupo de Servicios Sanitarios del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, ha explicado que «a pesar de que la cifra absoluta de suicidios es pequeña, solo el 1 % del total, el suicidio es una de las maneras en que se expresa la mortalidad elevada en las personas con trastorno mental».
Por su parte, el doctor Víctor Pérez, firmante del trabajo y jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Mar, ha destacado la importancia del estudio, pues «un 90 % de las personas que se suicidan tenían un diagnóstico de enfermedad mental».
Los trastornos más prevalentes en la población analizada son la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, relacionados con el consumo de drogas y con el alcohol, depresión y trastorno de personalidad.
El hecho de que haya más muertos por suicidio entre mujeres con enfermedades mentales contrasta con la situación en la población general, donde se producen más entre los hombres.
Los investigadores apuntan que esto puede deberse a dos fenómenos simultáneos: a una mayor demanda de atención sanitaria por parte de las mujeres y a un infradiagnóstico de la depresión en los hombres.
En ellas, era más alto en los casos de ingresos hospitalarios por trastorno bipolar y depresión, mientras que en ellos lo era en los casos de trastornos adaptativos, es decir, aquellos causados por situaciones de estrés externas a la persona, y depresión.
En relación con la mortalidad prematura, los trastornos más habituales, tanto en hombres como en mujeres, refieren a los cognitivos: el 6,3 %, como la demencia o el delirium, y el trastorno por consumo de alcohol, superior al 24 % del total de la población estudiada.
Por este motivo, el investigador del Hospital de Mar Philippe Mortier ha expresado la necesidad de «integrar los servicios de salud mental con los médicos. En esta población hace falta un abordaje multidisciplinario, que vaya más allá de la atención a la salud mental».
05 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un equipo de investigadores ha identificado que en el cerebro de algunas personas hay un patrón distinto de interacciones neuronales que podría predisponer a desarrollar depresión; lo señalan nuevas dianas potenciales para futuras intervenciones médicas.
La investigación que publica Nature está encabezada por el Weill Cornell Medicine de Nueva York y en ella participó, entre otros, el Basque Center on Cognition, Brain and Language.
A través de repetidos escáneres del cerebro a lo largo del tiempo, el equipo identificó una red neuronal que es casi dos veces más grande en la mayoría de las personas con depresión que en la sanas.
Se trata de la Red de Saliencia, un grupo de regiones cerebrales del córtex frontal y del cuerpo estriado del cerebro que se cree que intervienen en el procesamiento de la recompensa y en la determinación de los estímulos que merecen más atención.
A pesar de décadas de estudios de neuroimagen, solo se han identificado pequeñas diferencias en la estructura y conectividad cerebrales de las personas con depresión, lo que limita la comprensión actual de los mecanismos o factores de riesgo de la aparición de la enfermedad.
Los patrones individuales de actividad cerebral difieren no solo entre las personas, sino a lo largo del tiempo en una misma persona. Esto es especialmente problemático para estudiar enfermedades como la depresión.
Esta enfermedad es, «por definición, un síndrome psiquiátrico episódico que se caracteriza por periodos de bajo estado de ánimo mezclados con periodos de bienestar», indicó Conor Liston, autor principal del estudio del Weill Cornell Medicine.
Para investigar los fundamentos neurobiológicos de la depresión, el equipo empleó una técnica denominada mapeo funcional de precisión en un análisis primario de 141 individuos, con una edad media 41 años y diagnóstico de depresión mayor, junto a 37 controles sanos.
El equipo escaneó los cerebros de los participantes con la técnica de Imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) a lo largo de varios meses.
La exploración en profundidad reveló que la mayoría de los voluntarios con diagnóstico de depresión tenían la red de saliencia casi dos veces mayor que las personas sin depresión clínica.
«Tener una red de saliencia más grande parece aumentar el riesgo de depresión: El efecto es un orden de magnitud mayor de lo que solemos ver en los estudios de IRMf», agregó Liston.
Esa expansión de la red era estable en el tiempo, no se veía afectada por los cambios en el estado de ánimo y podía detectarse en niños antes de la aparición de los síntomas depresivos en la adolescencia.
Esto último sugiere que la expansión de la red de saliencia frontoestriatal puede servir potencialmente como biomarcador del riesgo de depresión, aunque los autores señalan que se necesitan más estudios para confirmar esta asociación.
El equipo amplió el trabajo de forma internacional para analizar los datos de otros cientos de pacientes cuyos cerebros habían sido escaneados con menos frecuencia.
Los datos sugieren que las personas con redes de saliencia más amplias en la infancia son más propensas a desarrollar depresión en etapas posteriores de su vida, «como si estuvieran predispuestas a padecerla», informó el Weill Cornell Medicine.
Como trabajos anteriores han relacionado la red de saliencia con el procesamiento cerebral de las recompensas, su implicación en la depresión «tiene sentido, porque uno de los principales déficits de la depresión es la anhedonia, es decir, la incapacidad de sentir placer y disfrutar de las actividades cotidianas», agregó el también firmante de estudio Charles Lynch.
Los actuales resultados deben reproducirse y ampliarse antes de que puedan aplicarse directamente en la clínica, aunque el trabajo ya ha proporcionado una importante validación del enfoque de exploración profunda, según el equipo.
Durante años, muchos investigadores asumieron que las redes cerebrales tenían el mismo aspecto en todo el mundo, pero los hallazgos de este trabajo se basan -dijo Lynch- «en un creciente cuerpo de investigación que indica que hay diferencias fundamentales entre los individuos».
04 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El Senado de Filipinas ratificó hoy el informe del comité de conferencia bicameral sobre la Ley de Promoción de la Salud Mental y el Bienestar en la Educación Básica.
El senador Sherwin Gatchalian, autor y patrocinador del Proyecto de Ley del Senado 2200, señaló que el objetivo de la legislación es mejorar el acceso de los estudiantes en las escuelas públicas y privadas a los servicios de salud mental.
Se pudo desarrollar una pieza legislativa histórica, que fortalecerá la implementación del programa de orientación y salud mental existente del Departamento de Educación mediante el establecimiento de un programa de salud mental en las escuelas, explicó Gatchalian.
La piedra angular de esta legislación es el establecimiento de un centro de atención en cada escuela pública de educación básica, así como garantizar su establecimiento y mantenimiento en las escuelas privadas de educación básica en el país, agregó.
Esa oficina proporcionará detección, evaluación, respuesta a crisis, alfabetización en salud mental, programas de desarrollo emocional y servicios de apoyo a los estudiantes.
04 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia