mar
9
Especialistas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona están tratando con terapia genética, por primera vez en el mundo, a un niño de apenas cuatro años que sufre la enfermedad neuromuscular de Duchenne, en el marco de un ensayo clínico internacional.
La distrofia de Duchenne es una enfermedad genética y minoritaria que provoca una debilidad muscular progresiva desde edades muy tempranas y evoluciona hasta la pérdida de la capacidad de andar y afectaciones respiratorias y cardíacas. Hasta ahora, ese tipo de tratamientos genéticos sólo se había hecho a personas mayores de cuatro años, por lo que el centro barcelonés se sitúa a nivel mundial en este tratamiento en edades tan tempranas.
El jefe de la unidad de Enfermedades Neuromusculares del Hospital Sant Joan de Déu, Andrés Nascimento, ha explicado que el tratamiento se aplicó hace unas semanas y, por ahora, el niño se ha mantenido estable, sin efectos secundarios, a la espera de confirmar los resultados positivos de su evolución. La distrofia de Duchenne es una patología genética poco frecuente, dentro del grupo de las conocidas como enfermedades minoritarias, que está ligada al cromosoma X y que produce una debilidad progresiva en la persona afectada.
El diagnóstico de la enfermedad se suele dar en los primeros años de vida y los pacientes ven deteriorados sus músculos poco a poco: entre los tres y cuatro años se pone en evidencia la debilidad, y lo habitual es perder la capacidad de andar entre los 12 y los 14 años.
Actualmente, no existe ningún tratamiento que ofrezca una cura o una mejora de los síntomas de la enfermedad, por lo que es muy difícil combatirla, y las únicas terapias que existen para intentar retrasar la progresión todavía no son capaces de estabilizar el cuadro clínico.
La terapia genética aplicada lo antes posible es la opción terapéutica más prometedora que existe para frenar la distrofia de origen genético, aunque hasta ahora sólo se había aplicado a pacientes mayores de cuatro años.
Los resultados positivos de las terapias genéticas hechas hasta ahora han permitido la aprobación por parte de la agencia americana de medicamentos y alimentos (FDA) del tratamiento para pacientes de entre cuatro a cinco años. Al ser la enfermedad de carácter progresivo, cuanto más tiempo pasa hasta aplicar el tratamiento, más tejido muscular es sustituido por grasa y fibrosis, por lo que para los pacientes es vital recibir la terapia lo antes posible, antes de que el daño muscular sea irreversible.
07 marzo 2024 | Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
feb
13
Científicos rusos de las universidades de Novosibirsk y de Tomsk revelaron hoy que realizan ensayos preclínicos de terapia contra el cáncer basada en la medicina nuclear, ante todo en la absorción de neutrones. ‘Los especialistas del centro de estudios de Novosibirsk primero probaron con éxito este enfoque en roedores de laboratorio, y luego, en colaboración con sus colegas de la Universidad Politécnica de Tomsk, pasaron a las pruebas en animales grandes, señaló la información divulgada por la agencia de noticias Sputnik.
La nota precisa que los tipos de cáncer que padecen esos mamíferos tienen un gran parecido a los que afectan al ser humano, y el principal problema consiste en la investigación de la dinámica del estado de los animales después de un curso de terapia de absorción de neutrones.
En la ciudad rusa de Novosibirsk, el tomógrafo necesario para llevar a cabo la investigación existía solo en una clínica veterinaria, y el examen de los animales resultaba muy costoso. Según el director del laboratorio de medicina nuclear de la Facultad de Física de la Universidad de Moscú, Vladímir Kaniguin, el proceso de investigación de Novosibirsk debería acelerarse tras la llegada al centro docente de un tomógrafo de nueva generación.
El científico recordó que las pruebas preclínicas en animales grandes son clave para probar una tecnología antes de pasar a los ensayos en seres humanos. ‘Sobre la base de los resultados de las pruebas anteriores y las nuevas capacidades en términos de equipos, la Universidad de Novosibirsk espera dar este paso en un futuro muy cercano.
12 de febrero 2024| Fuente: Prensa Latina| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
ene
27
Un hallazgo, logrado a partir de estudios ‘in vitro’, abre oportunidades para investigar el desarrollo de terapias contra una enfermedad para la cual aún no hay un tratamiento específico-
Estudios in vitro, liderados por especialistas del CONICET, sentaron bases para la búsqueda de una terapia que prevenga el desarrollo del síndrome urémico hemolítico (SUH), una grave enfermedad que afecta principalmente a chicos y chicas menores de cinco años y puede conducirlos a requerir diálisis, un trasplante de riñón o incluso a la muerte. También conocido como el “mal de las hamburguesas”, puede transmitirse por la ingesta de carne insuficientemente cocida (especialmente picada), frutas o verduras, leche sin pasteurizar e incluso agua si están contaminadas con la bacteria Escherichia coli productora de la toxina Shiga. El avance se describe en la revista PLoS Pathogens.
“Nuestro estudio abre oportunidades para investigar nuevas estrategias terapéuticas cuyo fin sea evitar la progresión de la infección de Escherichia coli hacia el SUH”, indica Analía Trevani, líder del trabajo, investigadora del CONICET y jefa del Laboratorio de Inmunidad Innata del Instituto de Medicina Experimental (IMEX, CONICET-ANM).
Para esta infección los antibióticos están contraindicados, y si bien existen desarrollos de vacunas y tratamientos específicos, aún no hay ninguno aprobado para su uso en humanos.
Además, al ser el SUH una enfermedad endémica de Argentina y con una alta incidencia en comparación con el resto del mundo, “su estudio no despierta gran interés en los países con mayores presupuestos para investigación. Por eso resulta relevante que países como el nuestro inviertan en este tipo de investigaciones para resolver problemas de salud de interés local”, señala Florencia Sabbione, primera autora del estudio e investigadora del CONICET en el grupo de Trevani.
El hallazgo
Al ser ingerida de diferentes fuentes, la bacteria Escherichia coli accede al intestino, donde libera una toxina potente, llamada Shiga. Aunque en la mayoría de los casos la infección se resuelve espontáneamente, en otros, la acción de la toxina puede causar diarrea con sangre o promover una inflamación intestinal y pasar al torrente sanguíneo y de esa forma dañar otros órganos ocasionando el SUH.
En estudios in vitro, las especialistas del CONICET y colegas quisieron determinar cómo responde el sistema inmune, en particular un tipo de glóbulo blanco, el neutrófilo, al enfrentarse con bacterias Escherichia coli aisladas de la materia fecal de un paciente con SUH.
“En estos experimentos descubrimos que los neutrófilos liberan una señal inflamatoria llamada interleuquina 1 beta (IL-1β) en respuesta a la bacteria. Pensamos que es posible que esta molécula promueva la inflamación intestinal y así ayude a que ingrese mayor cantidad de la toxina Shiga (producida por la bacteria Escherichia coli) al torrente sanguíneo”, explica Irene Keitelman, también autora del trabajo, becaria posdoctoral de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) e integrante del laboratorio de Trevani.
En un siguiente paso, el equipo de investigación identificó ciertos inhibidores farmacológicos que fueron capaces de bloquear mecanismos moleculares específicos del neutrófilo involucrados en la liberación de IL-1β. “De esta forma pudimos disminuir la secreción de IL-1β en respuesta a la bacteria”, explica Sabbione. Y agrega: “Además, comprobamos que con este tratamiento el neutrófilo seguía siendo capaz de desarrollar una de sus funciones esenciales que es matar a la bacteria”.
Los siguientes pasos de esta investigación serán evaluar inhibidores de la secreción de IL-1β como tratamiento en un modelo animal de SUH. “Así podremos determinar si limitando la inflamación causada por los neutrófilos a través de la liberación de IL-1β se puede evitar la progresión de la infección a la enfermedad grave”, afirma Trevani. Y continúa: “De tener buenos resultados en los estudios preclínicos a realizar, en el futuro, como en todo proceso de investigación clínica, el siguiente paso sería la realización de ensayos que demuestren la seguridad y eficacia del tratamiento”.
“Este tipo de trabajos son el fruto de muchos años de investigaciones básicas realizadas para entender los mecanismos que constituyen la base de procesos biológicos. Con ese conocimiento es que luego se pueden desarrollar investigaciones aplicadas para definir nuevas estrategias de intervención farmacológica para tratar enfermedades”, concluye Trevani.
Referencia: Sabbione F, Keitelman IA, Maiumi Shiromizu C, Vereertbrugghen, A Vera Aguila D, Rubatto Birri PN. Regulation of human neutrophil IL-1β secretion induced by Escherichia coli O157:H7 responsible for hemolytic uremic syndrome. Plos Pathogens [Internet]. 2023. https://doi.org/10.1371/journal.ppat.1011877
16 enero 2024| Fuente: Dicyt | Tomado de Noticias |Salud
ene
18
La inyección intravítrea de un anticuerpo, que emula a esta variante de la enfermedad de Alzheimer (EA), revela cambios en la retina que se reproducen en el área neuronal.
Un nuevo anticuerpo que imita el comportamiento de una variante genética identificada en el gen APOE (apolipoproteína E) es capaz de ofrecer una resistencia extrema contra la enfermedad de Alzheimer, así como protección contra el deterioro cognitivo. El objetivo final es reducir el daño cerebral asociado a esta neurodegeneración, considerada actualmente la causa más común de demencia, según los datos publicados sobre modelo de ratón en Alzheimer’s and Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.
Este nuevo tratamiento se ha basado en el análisis de un caso, una mujer que, a pesar de proceder de una familia con alto de riesgo genético de desarrollar Alzheimer de forma temprana, retrasó la aparición de la enfermedad durante casi tres décadas gracias a que era portadora de la variante genética en el gen APOE.
El anticuerpo se ha desarrollado para el tratamiento del Alzheimer y está basado en el descubrimiento de la primera variante genética protectora descrita para esta enfermedad; la variante Christchurch del gen APOE.
La retina es la parte del sistema nervioso central (SNC) más accesible y se utiliza como «modelo complementario para estudiar el daño neuronal dado que también sufre alteraciones en esta enfermedad», explica a DM Santiago Delgado, oftalmólogo del grupo de Oftalmología Miranza, (Miranza Ophthalteam y Miranza Getafe).
El especialista, junto a Lucía González Buendía, de IMO Miranza Madrid, ha colaborado y participado activamente en el proyecto de investigación a través del que se ha desarrollado la citada molécula, coordinado desde el Hospital General de Massachusetts y Massachusetts Eye and Ear, el principal hospital docente de Oftalmología de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
Preventivo y útil en daño orgánico
Se trata del anticuerpo 7C11 que simula la acción de la variante Christchurch del gen APOE que ha demostrado ser protectora frente a la enfermedad de Alzheimer. «Estudios preliminares indican que previene la fosforilación de las proteínas tau -dirigidas a ensamblar y estabilizar los microtúbulos del SNC-, y se piensa que este fenómeno podría no sólo prevenir la aparición del Alzheimer sino también ser beneficioso en casos en los que ya hay un daño orgánico establecido. Tras probar muchos anticuerpos candidatos este fue el que mostró mejores resultados. Los datos preliminares son muy prometedores», considera Delgado.
El Alzheimer es una de las neurodegeneraciones más frecuentes. Se calcula que afectaría a un tercio de todas las personas mayores de 85 años y puede originar demencia, además de problemas de memoria, pensamiento y conducta. Pero, su impacto también se traslada al sistema visual debido a que el cerebro se conecta con los ojos a través del nervio óptico y de la retina, convirtiéndose así en uno de los sistemas más idóneos del organismo para el estudio de la esta patología.
De hecho, el papel de la retina ha sido fundamental en esta investigación, ya que forma parte del SNC. Es además la razón por la cual la enfermedad de Alzheimer presenta cambios estructurales en la retina, que han sido evaluados para comprobar la respuesta del cerebro ante la nueva terapia desarrollada por los investigadores.
En este sentido, y sobre el papel de ciertas alteraciones retinianas como marcadores precoces de Alzheimer, Delgado explica que hay descritas alteraciones retinianas que se identifican mediante histología, es decir, los cambios en la retina se pueden analizar ‘post mortem’. «A día de hoy, muchos de los esfuerzos de la investigación se encaminan a la identificación de biomarcadores en pacientes mediante pruebas de imagen utilizadas en Oftalmología, como la tomografía de coherencia óptica, que detecta cambios precoces relacionados con la enfermedad de Alzheimer y otras neurodegeneraciones como el Parkinson o la esclerosis múltiple».
En el ensayo llevado a cabo con el anticuerpo 7C11, la retina ha ofrecido información importante. «Tras su administración intravítrea hemos observado una reducción de los depósitos de proteínas y lipoproteínas que se producen en esta enfermedad, hallazgo que también hemos evidenciado en cerebro tras la administración sistémica de este anticuerpo».
Los resultados actuales se han obtenido en modelo experimental y el reto es, por tanto, trasladarlo a la clínica. En este sentido, Delgado adelanta a DM que, paralelamente, estudian varias estrategias terapéuticas fundamentadas en el descubrimiento de la variante protectora Christchurch, hasta el momento, la vía más prometedora y avanzada en la investigación.
En este sentido, explica que está desarrollando además una terapia basada en «una segunda variante protectora encontrada llamada Reelin-COLBOS que, al igual que Christchurch, previene el daño cognitivo asociado a la enfermedad de Alzheimer».
Aunque reconoce que la investigación se encuentra en fase preclínica y todavía queda un largo camino por recorrer para poder trasladar estos descubrimientos a los pacientes, está convencido de que estos descubrimientos «han abierto nuevas posibilidades terapéuticas en la investigación contra el Alzheimer, lo cual resulta muy esperanzador y prometedor»
Referencia: Marino C, Perez-Corredor P, O’Hare M, Heuer A, Chmielewska N, Gordon H, et al. APOE Christchurch-mimetic therapeutic antibody reduces APOE-mediated toxicity and tau phosphorylation. Alzheimers Dement. 2023 Oct 4. doi: 10.1002/alz.13436. Epub ahead of print. PMID: 37791598
16 enero 2024│Fuente: Diario Médico│ Tomado de Oftalmología
nov
29
La piel, todos lo sabemos, es un importantísimo órgano con el que percibimos, palpamos, el mundo que nos rodea. Gracias a ella sentimos frío o calor, y nos avisa cuando estamos ante un peligro inminente mediante el dolor. Además, la piel nos aísla del medio externo, evitando que perdamos agua y protegiéndonos de lesiones más profundas.
Pero, precisamente en el cumplimiento de estas funciones, la piel se ve a menudo agredida por distintos elementos, desde arañazos hasta cortes o quemaduras. Sabemos que la piel es un órgano con una gran capacidad de curarse, pero no siempre de regenerarse, ya que es frecuente que aparezcan cicatrices al terminar el proceso de curación. Por tanto, es muy deseable contar con agentes que favorezcan la regeneración de la piel.
La melanina cura
Recientemente, científicos de varios centros de investigación han publicado un estudio conjunto en el que se comprueba la gran capacidad de la melanina sintética para favorecer la regeneración de la piel. La melanina es un pigmento natural que fabrica la piel para protegerse, por ejemplo, de la luz solar. Son conocidas sus características de protección y antioxidantes: es capaz de eliminar radicales de oxígeno, secuestrar moléculas dañinas y absorber luz ultravioleta. Pero en muchas ocasiones sería deseable tener más melanina de lo normal en una zona de la piel herida.
Eso es precisamente lo que han estudiado los investigadores. Para empezar, sintetizaron melanina de forma artificial. Con esto obtuvieron nanopartículas de dos tamaños: en torno a 200 nanómetros (partículas SMP Hi) y en torno a 300 nanómetros (SMP Lo).
Después usaron cremas con estas partículas para tratar dos tipos de herida distintas en piel de ratones, unas provocadas con un tratamiento de mostaza de nitrógeno, un compuesto corrosivo; y otras generadas con luz ultravioleta (UV).
Las heridas curan más rápido y se reduce la inflamación
Los resultados sobre la curación de las heridas por mostaza de nitrógeno fueron reveladores. Además de aumentar la velocidad de curación, el aspecto final de la piel fue mejor cuando se usó melanina sintética que cuando no se usó.
Al estudiar el efecto sobre la inflamación local se observó que la melanina sintética reducía la inflamación en la piel y el enrojecimiento.
No solo eso: a más largo plazo se observó que limitaba la activación excesiva de las células inmunes y favorecía un equilibrio adecuado en la producción de ROS (siglas en inglés de especies reactivas de oxígeno). Las ROS, generadas en cantidades correctas, favorecen la regeneración. Sin embargo, producidas en exceso provocan más daño en los tejidos.
Por si esto fuera poco, también se observó que los animales tratados con la melanina sintética presentaban menos activación general del sistema inmune en todo el cuerpo.
La melanina sintética también protege de la luz ultravioleta
Los investigadores quisieron comprobar si la melanina sintética también mejoraba las quemaduras provocadas por luz UV, en un intento de simular las quemaduras por exposición al sol. También en este caso, la cicatrización se vio favorecida por la presencia de melanina sintética.
Los investigadores han encontrado indicios de que la acción positiva de la melanina sintética es debida a varias razones. La primera, una desactivación directa del exceso de ROS en la zona de la herida. La segunda, un aumento de la actividad de una proteína llamada superóxido dismutasa, que también inactiva el exceso de ROS.
En tercer lugar parece que las nanopartículas de melanina podrían ser incorporadas por los macrófagos cercanos. Esto haría que se comportaran de un modo menos propenso a la inflamación, tanto local en la herida como general en todo el cuerpo.
Macrófagos cargados de melanina en la piel.
A más largo plazo (días o incluso semanas), las nanopartículas de melanina sintética parecen favorecer la reconstrucción de la piel. Actúan como pequeños “andamios” que promueven el crecimiento de la piel y evitan las cicatrices.
La melanina sintética como posible terapia en humanos
Pero ¿podemos pensar en aplicar este material en seres humanos? Los científicos ya han realizado un experimento en este sentido. Utilizando muestras de piel sobrantes de otras operaciones, usaron melanina sintética en “heridas” producidas con mostaza de nitrógeno. Los resultados fueron muy positivos, ya que se observó mucha menor muerte de las células de la piel cuando se usó la melanina sintética. En general, la estructura de la piel estuvo mucho menos alterada tras el uso de las nanopartículas de melanina.
La melanina, ya sea natural o sintética, presenta una serie de propiedades fascinantes. Esto la convierte en un material muy interesante para aplicaciones biomédicas: regeneración de tejidos, protección contra distintos tipos de agresiones, terapia fototérmica y fotodinámica contra el cáncer, etc. Con la indiscutible ventaja de que es un material absolutamente compatible con los tejidos del cuerpo, dado que el propio organismo la sintetiza.
Ver más información: Biyashev D, Siwicka ZE, Onay UV, Demczu M, Xu D, Ernst MK, et al. Topical application of synthetic melanin promotes tissue repair. NPJ Regen Med [Internet].2023[citado 28 nov 2023]; 8(61). https://doi.org/10.1038/s41536-023-00331-1
28 noviembre 2023 | Fuente: Conversation
nov
6
Este hallazgo puede marcar un hito en el desarrollo de fármacos de nueva generación
En las últimas décadas se ha desarrollado la terapia dirigida con el uso de los primeros fármacos que actúan específicamente contra dianas (causas) moleculares del cáncer, lo que aumenta su eficacia y reduce los efectos secundarios. Muchos de ellos son fármacos que inhiben la acción de enzimas llamadas tirosina-quinasas, y han supuesto un avance significativo en el tratamiento dirigido contra varios tipos de cáncer. Por eso es relevante que el grupo del investigador Iván Plaza-Menacho, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), haya descubierto un nuevo mecanismo de activación para la primera tirosina-quinasa conocida, que es también el primer oncogén.
“Hemos descubierto un nuevo paradigma en el mecanismo de acción del primer oncogén identificado, c-Src, con importantes implicaciones en el descubrimiento de fármacos de nueva generación”, explica Plaza-Menacho, jefe del Grupo de Quinasas, Fosforilación de Proteínas y Cáncer del CNIO. El estudio se publica en Nature Communications.
Un oncogén sobreactivado en los tumores más prevalentes
Las quinasas modifican químicamente otras proteínas agregándoles el grupo químico fosfato, y esa modificación (la fosforilación) actúa como señal química que activa la proliferación celular. Cuando las quinasas funcionan mal las células reciben constantemente la orden de proliferar, dando lugar a la formación de un tumor.
Esta relación entre el cáncer y c-Src se descubrió molecularmente a finales de los años setenta, pero pese al tiempo transcurrido aún no se entiende del todo, y se sigue investigando. El oncogén c-Src aparece sobreactivado en aproximadamente el 50 por ciento de tumores de colon, hígado, pulmón, mama, próstata y páncreas. Lo que desvela el nuevo trabajo es un nuevo mecanismo, inesperado, por el que c-Src puede activarse a sí mismo de forma autónoma mediante la autofosforilación (el proceso por el cual una proteína se fosforila así misma) y provocar cáncer.
El oncogén c-Src aparece sobreactivado en aproximadamente el 50% de tumores de colon, hígado, pulmón, mama, próstata y páncreas
Hasta la fecha se sabía que la función y actividad del oncogén c-Src están controlados por otra proteína quinasa, CSK, que fosforila una tirosina clave en c-Src para inhibir su actividad. Pero los investigadores del CNIO muestran ahora que c-Src, además, “tiene la capacidad de regular de forma autónoma la fosforilación de dicha tirosina clave fosforilándose así misma”, señala Iván Plaza.
Los autores han logrado diseccionar a alta resolución la secuencia de autofosforilación, y también cómo se produce el ensamblaje de la molécula activa que actúa como quinasa, con la molécula que es fosforilada que actúa como substrato.
Nueva diana terapéutica
Existen inhibidores dirigidos contra la actividad de c-Src con aplicaciones terapéuticas. Por ejemplo, dasatinib ha sido aprobado para el tratamiento de pacientes con leucemia mieloide múltiple y leucemia linfocítica aguda. Actualmente hay en curso ensayos clínicos con pacientes de cáncer de mama metastático, cáncer de colon y próstata con inhibidores que actúan sobre la actividad de c-Src con otras quinasas, por ejemplo, bosutinib, bafetinib o saracatinib.
Los nuevos resultados obtenidos por el grupo del CNIO tienen implicaciones importantes en el diseño y búsqueda de nuevos fármacos
Los nuevos resultados obtenidos por el grupo del CNIO “tienen implicaciones importantes en el diseño y búsqueda de fármacos de nueva generación que bloqueen de una manera más específica la función alostérica y no catalítica como substrato de c-Src”, señala Iván Plaza-Menacho. El investigador avanza que “en el futuro queremos determinar la estructura tridimensional de c-Src en su formato completo, y saber cómo se ensambla y con qué moléculas es capaz de interaccionar y regular a nivel celular cuando está hiperfosforilada en cáncer”.
Referencia
Cuesta-Hernández H N, Contreras J, Soriano-Maldonado P, Sánchez Wndelmer J, Yeung W, Martín Hurtado A, et al. An allosteric switch between the activation loop and a c-terminal palindromic phospho-motif controls c-Src function. Nat Commun[Internet].2023[citado 4 nov 2023]; 6548. https://doi.org/10.1038/s41467-023-41890-7
6 noviembre 2023 | Fuente: CNIO| Tomado de Noticias