Imagen: Archivo.La Sociedad Española de Sueño (SES), con motivo del Día Mundial de la Diabetes, quiere reivindicar la importancia de incluir la educación en higiene de sueño en las estrategias de prevención de esta enfermedad, ya que «la evidencia científica demuestra que mejorar el descanso de los españoles podría ser una herramienta poderosa para reducir el riesgo de diabetes».

La coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la SES, María José Martínez Madrid, explica que la evidencia científica ha demostrado una doble relación del sueño con la diabetes. Por un lado, diversos estudios han sugerido que un sueño insuficiente, tanto en duración como en calidad, incrementa la resistencia a la insulina, lo cual favorece el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Mientras que, por otro lado, investigaciones lideradas desde el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, han demostrado que la privación de sueño altera los ritmos circadianos, afectando tanto el metabolismo de la glucosa como al apetito y la regulación hormonal.

«Los mecanismos detrás de la relación entre la falta de sueño y la diabetes son complejos y multifactoriales. Uno de los aspectos clave es la alteración en la secreción de insulina y la sensibilidad de las células a esta hormona. Estudios han mostrado que la privación de sueño disminuye la sensibilidad a la insulina y aumenta la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol, lo que promueve la hiperglucemia y, en última instancia, puede contribuir al desarrollo de la diabetes», argumenta la experta.

Del mismo modo, Martínez Madrid señala que la falta de sueño tiene un impacto directo sobre los ritmos circadianos y la secreción de melatonina, una hormona clave en la regulación de los ciclos de sueño y alimentación. «Esta desincronización circadiana aumenta la predisposición a desarrollar resistencia a la insulina y a tener niveles elevados de glucosa en sangre», sostiene.

Por último, la experta concluye asegurando que «cuando el reloj interno de una persona está desfasado respecto a sus horarios sociales y laborales, esto genera una discordancia entre las señales internas y externas, lo que impacta en la regulación hormonal y el metabolismo, y en última instancia incrementa el riesgo de enfermedades como la diabetes».

12 noviembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

noviembre 13, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Endocrinología, Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Interna, Psicología | Etiquetas: , , , , |

Imagen: Archivo.El presidente de la sociedad científica Socidrogalcohol, Benjamín Climent, ha afirmado que la reducción del consumo de alcohol, así como la ingesta cero, pueden mejorar la calidad del sueño, la memoria y la claridad mental, en el marco de la campaña ‘Redefinir el alcohol’ lanzada en Europa por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de cara al Día Sin Alcohol, que se celebra cada año el 15 de noviembre en toda España.

«La evidencia científica confirma que beber menos puede mejorar la calidad del sueño, la memoria y la claridad mental y reduce mucho el riesgo de enfermedades crónicas como hepatopatías, deterioro cognitivo, pancreatitis, osteoporosis, u otras como el cáncer. Es algo poco conocido entre la población, pero hay una relación directa entre consumo de alcohol y cáncer», ha afirmado Climent.

Además, ha destacado que entre los beneficios a nivel social se encuentran la reducción de lesiones, menos ahogamientos, menos suicidios y menos violencia, tanto de carácter general como sexual o de género, según un comunicado de Socidrogalcohol, que se ha sumado a la campaña junto con la Confederación de Personas Adictas y Familiares en Rehabilitación de España (CAARFE).

El objetivo principal de la campaña es «invitar a las personas a repensar su relación con el consumo de alcohol, aprender más sobre este y conocer los riesgos para la salud y considerar los beneficios de beber menos o no beber en absoluto».

En relación a ello, se busca realizar una reflexión sobre las «narrativas» y los «mitos» que hay en torno al alcohol, y concienciar así sobre los «riesgos ocultos» asociados, de forma que se inspire un cambio hacia la «aceptación de los beneficios» de reducir o eliminar su consumo en una región (Europa) donde es «barato, fácil de conseguir y muy promocionado».

Los profesionales de adicciones de Socidrogalcohol llevan advirtiendo «desde hace años» los riesgos de su consumo, como lo son la adicción, las enfermedades cardíacas, problemas digestivos, cáncer, violencia, lesiones o accidentes, algo compartido por CAARFE, que hace hincapié en sus efectos sobre las familias y la sociedad.

13 noviembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

noviembre 13, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Medicina Familiar y Comunitaria, Neurofisiología, Neurología, Organización Mundial de Salud(OMS), Psicología, Psiquiatría | Etiquetas: , , , |

Imagen: Prof. Vicente Beltrán (CEU Cardenal Herrera).Un estudio realizado por investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) en Castellón, la Universidad de Lleida, la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad de Zaragoza ha demostrado que los deportes técnicos e individuales, así como los que se practican al aire libre, repercuten en un mejor descanso de los adolescentes.

El trabajo, publicado en Kinesiology – International Journal of Fundamental and Applied Kinesiology, ha analizado los datos aportados por 1 831 jóvenes deportistas de élite españoles -42 % de mujeres- de entre 11 y 20 años, en torno a su calidad de sueño y su práctica deportiva.

«Nuestro objetivo era obtener una mejor comprensión de las complejas relaciones entre la práctica deportiva y la calidad del sueño en los adolescentes e identificar posibles vías para promover comportamientos de sueño saludables entre los jóvenes deportistas», ha explicado Vicente Beltrán, investigador y profesor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Castellón.

«Los resultados de nuestro trabajo -ha añadido- sugieren que, aunque los adolescentes que practican deportes de élite generalmente exhiben una buena calidad de sueño, esta se incrementa según el tipo de deporte que realizan».

Los datos obtenidos por los investigadores revelaron una mayor calidad de sueño entre los jóvenes que practican deportes técnicos en comparación con los deportes de equipo. «Esto puede atribuirse al hecho de que los deportes técnicos, entre los que se hallan el golf, la equitación, el surf, el tiro con arco y el tiro olímpico, requieren un nivel socioeconómico más alto, que se correlaciona con otros factores coadyuvantes para un buen descanso, como los nutricionales», ha señalado Beltrán.

Otra razón que podría explicar estas diferencias, según los autores del trabajo, es que más del 90 % de los sujetos que compiten en deportes técnicos lo hacían al aire libre, «por lo que están expuestos a la luz natural, que preserva el ritmo circadiano, a diferencia de quienes entrenan en instalaciones interiores».

DEPORTES DE ÉLITE INDIVIDUALES

La investigación muestra, así mismo, que los adolescentes y jóvenes que practican deportes de élite individuales tienen una mejor calidad de sueño que los que realizan deportes de equipo, «probablemente porque los deportes técnicos -que arrojan mejores resultados en la calidad de sueño- suelen ser individuales. Además, los deportes individuales implican un mayor gasto energético que los de equipo, que puede conducir a un aumento de la fatiga a la hora de acostarse», han subrayado.

El estudio no ha encontrado diferencias significativas en la calidad del sueño en función del metabolismo -aeróbico o anaeróbico- predominante de los deportes practicados. «Nuestros resultados, eso sí, sugieren una posible tendencia hacia una mejor calidad en los primeros», ha indicado Vicente Beltrán.

Según los autores, los hallazgos de este trabajo pueden contribuir a promover comportamientos de sueño saludables e individualizados entre los jóvenes atletas de élite y de los jóvenes en general. Y es que, según han destacado, la identificación de conductas modificables relacionadas con la dificultad para dormir abre la vía a intervenciones específicas y recomendaciones basadas en la evidencia para promover una mejor higiene del sueño.

Además, también sienta las bases de futuros estudios que analicen cómo las variaciones en los patrones, la duración y los trastornos del sueño podrían afectar el entrenamiento, los resultados y el desarrollo a largo plazo de los atletas jóvenes.

«Al considerar ambas perspectivas podemos obtener una visión más integral de la relación dinámica entre el sueño y los deportes, lo que permitirá recomendaciones más informadas para mejorar el rendimiento deportivo y el bienestar general entre los atletas jóvenes», ha añadido Beltrán.

FORTALEZAS DEL ESTUDIO

Uno de los puntos fuertes de este estudio radica en el gran tamaño de la muestra, lo que aumenta la precisión de los hallazgos. Además, el reclutamiento de participantes provenientes de federaciones nacionales y autonómicas, centros de alto rendimiento y de tecnificación de todo el país proporciona información sobre los hábitos de sueño y físicos de toda la población juvenil de la élite española.

El protocolo del estudio fue revisado y aprobado por el Comité de Ética de Investigación Clínica de Aragón. Todos los participantes completaron el cuestionario Pittsburgh para la evaluación de la calidad del sueño y se registró toda la información relativa a la participación deportiva, nivel competitivo y datos antropométricos.

Los criterios para participar en el estudio eran la ausencia de enfermedades crónicas, así como la participación en entrenamientos y competiciones de élite en una disciplina deportiva incluida en el programa de los Juegos Olímpicos de Verano durante al menos dos días a la semana durante un mínimo de seis meses. Además, todos los participantes competían en la máxima categoría nacional para su edad en sus respectivos deportes.

01 octubre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

octubre 3, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Fisiología, Medicina Ambiental, Medicina Deportiva, Medicina Familiar y Comunitaria, Psicología | Etiquetas: , , , , |

Imagen: Archivo.El ruido generado por el tráfico aéreo puede alterar la calidad del sueño de quienes viven cerca de los aeropuertos, mostró un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Leicester, en Reino Unido.

El equipo analizó los datos provenientes de más de 80 000 personas que residían cerca de cuatro grandes aeropuertos británicos: Londres Heathrow, Londres Gatwick, Manchester y Birmingham.

Durante la pesquisa, los individuos usaron dispositivos de muñeca que rastrearon sus patrones de sueño y respondieron cuestionarios sobre la calidad del mismo.

Los expertos compararon estos datos con los mapas creados por la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido, que muestran el nivel de ruido que producen los aviones en los vecindarios cercanos a los aeropuertos.

Encontraron que las personas expuestas a niveles más altos de ruido de aeronaves tendían a moverse más mientras dormían, una señal de interrupción del sueño, según un artículo publicado en la revista Environmental Health Perspectives.

El fuerte sonido de los aviones también parece alterar los ciclos de sueño y vigilia de las personas, lo cual hace que se duerman y despierten a horas irregulares, añadieron.

«Un mayor ruido nocturno de los aviones se vinculó con una alteración de la calidad del sueño, incluso si las personas no se daban cuenta», dijo el investigador principal Xiangpu Gong.

Los trastornos del sueño podrían tener efectos a largo plazo en la salud, por lo que es importante que las políticas aborden y reduzcan la contaminación acústica de los aviones, señaló el experto.

«El ruido nocturno de los aviones se asoció con un sueño más inquieto y ciclos de sueño y vigilia interrumpidos, lo que sugiere un vínculo entre la exposición al ruido de los aviones durante la noche y los trastornos del sueño», concluyó Gong.

Apuntó que los patrones de sueño más pobres se asociaron con un mayor riesgo de problemas de salud mental, afecciones como la diabetes y la obesidad, y con peligro de mortalidad.

Por su parte, la investigadora principal Anna Hansell, profesora de epidemiología ambiental de la Universidad de Leicester, manifestó que los responsables de las políticas deben tener en cuenta estos resultados al sopesar si añadir más vuelos en una terminal aérea.

«Es preocupante que la presión actual sobre los aeropuertos para aumentar los vuelos nocturnos pueda resultar en más ruido nocturno de los aviones, con impactos potenciales en los trastornos del sueño y, en última instancia, en la salud», dijo Hansell.

27 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

octubre 1, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Medicina Familiar y Comunitaria, Neurofisiología, Psicología | Etiquetas: , , , , |

Imagen: Archivo.El uso del fármaco dopaminérgico levodopa mejora la calidad del sueño en enfermos de Parkinson, según un estudio realizado por científicos brasileños y franceses publicado en Journal of Sleep Research.

La investigación mostró que cuando los pacientes tomaron el medicamento, la cantidad de veces que se despertaron durante la noche disminuyó un 25 % y el tiempo que permanecían despiertos se redujo un 30 % en promedio.

Durante la pesquisa, investigadores de la Universidad Estadual Paulista, en Brasil, y de la Universidad de Grenoble Alpes, en Francia, monitorizaron durante cuatro noches, con la ayuda de un actígrafo portátil, los patrones de sueño y vigilia de los pacientes con Parkinson, algunos de los cuales recibieron el fármaco, en tanto otros no.

La respuesta proporcionada por los pacientes no sugirió ninguna diferencia en la calidad del sueño con y sin el fármaco, en contraste con los resultados de la actigrafía.

Las lecturas actigráficas apuntaron a una mejora en la calidad del sueño después que los pacientes tomaron el medicamento, aunque ellos mismos no experimentaron ningún beneficio, aspecto que los expertos consideran importante desde el punto de vista de la atención clínica.

Los médicos deben tener en cuenta estos hallazgos al decidir si administrar levodopa a los pacientes con Parkinson antes de que se vayan a dormir por la noche, dijo Fábio Barbieri, al frente del Laboratorio de Investigación del Movimiento Humano y del proyecto «Ativa Parkinson».

La levodopa y otros dopaminérgicos son terapias de primera línea para los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson, como temblores y sacudidas en reposo.

Parece haber un vínculo entre estos síntomas y los episodios de vigilia nocturna, ya que el sistema dopaminérgico también desempeña un papel clave en la regulación del sueño.

Aunque la medicación dopaminérgica también puede mejorar la calidad del sueño, al reducir la latencia del sueño (el tiempo que se tarda en conciliar el sueño) y la vigilia en los pacientes, existen informes documentados de una posible exacerbación de los trastornos del sueño como resultado del tratamiento con levodopa.

Los posibles efectos secundarios incluyen confusión, somnolencia, insomnio, pesadillas, alucinaciones, delirios, agitación, ansiedad y euforia.

Según Barbieri, alrededor del 90 % de los pacientes con este mal presentan trastornos como insomnio, somnolencia diurna y síndrome de piernas inquietas, por ejemplo.

Las investigaciones han demostrado que la calidad del sueño está asociada con una mejor movilidad y cognición a primera hora de la mañana.

13 agosto 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

Imagen: Archivo.La adolescencia es un periodo de intensos cambios, físicos, psicológicos, emocionales y sociales. La Organización Mundial de la Salud la ubica entre los 10 y los 19 años, mientras que la juventud hasta los 24 años. Varios profesionales, así como la Asociación Americana de Pediatría, consideran que este periodo se alarga hasta los 21 años.

Aproximadamente un 30 % de los niños y de los adolescentes padecerán alguna alteración relacionada con el sueño a lo largo de su desarrollo, tal y como asegura en una entrevista la pediatra especialista en Medicina de la Adolescencia, y miembro de la Sociedad Española de la Medicina de la Adolescencia (SEMA) Inés Hidalgo.

Así, dice que el sueño del adolescente se caracteriza por un retraso biológico en el inicio y en la finalización de la secreción nocturna de melatonina (ritmo circadiano): «En estos, además, el acúmulo de la presión de sueño a lo largo del día se produce de una manera más lenta. Por ello, el nivel de somnolencia a última hora del día es menor y, con ello, se retrasa el inicio del sueño».

Otros factores que dificultan que el adolescente cubra sus necesidades biológicas de sueño son, tal y como apunta: la irregularidad de los horarios los fines de semana (acostarse más tarde y alargar el sueño por las mañanas los fines de semana); junto con el uso a última hora del día de la tecnología (supresión de la secreción de melatonina por la luz de los dispositivos).

«También los horarios escolares tienen una gran influencia en el sueño del adolescente. Se ha visto que cada 10 minutos de retraso en el horario de inicio escolar se corresponde a un incremento de la posibilidad de dormir más, y a una disminución de la sensación de cansancio durante el horario escolar», argumenta.

En el sueño del adolescente también influyen otros aspectos como trabajar tras el instituto, la socialización, la participación en deportes, las actividades extraescolares, junto con la falta de control paterno y el saltarse las reglas para dormir bien (higiene del sueño), manifiesta esta doctora de atención primaria.

CUÁNTAS HORAS DEBE DORMIR UN ADOLESCENTE

Con ello, recuerda que la duración ideal del sueño es la que nos permite realizar una actividad diaria con normalidad; insiste en que cada persona tiene unas necesidades específicas; de manera que la duración del sueño varía en función de la edad, del estado de salud de la persona, pero también del estado emocional, e incluso de la geografía de la persona.

«Las necesidades diareias de sueño de los adolescentes según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos (NFS, por sus siglas en inglés) oscilan desde las 11 horas (percentil 97) a las 7 horas (percentil 3); siendo el valor del percentil 50 de 7 a 9 horas diarias», precisa.

También cree Hidalgo que hay que considerar el ‘cronotipo de sueño’, que es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día; siendo distinto en cada persona.

«Dormir un número adecuado de horas, de forma regular, se asocia lógicamente con mejores resultados en salud: mejor atención, conducta, aprendizaje, memoria, regulación de las emociones, calidad de vida, salud física y mental. Mientras, un déficit crónico de sueño puede provocar muchos problemas: accidentes de tráfico y de todo tipo, somnolencia diurna patológica, hiperactividad, inatención, fracaso escolar, alteración del comportamiento, depresión, alteraciones en la esfera endocrina como obesidad, o diabetes, así como hipertensión, aumento del riesgo cardiovascular y alteraciones inmunológicas entre otras», detalla esta experta.

COMO SABER SI HAY UN PROBLEMA DEL SUEÑO

Con ello, preguntamos a esta pediatra y miembro de la Sociedad Española de la Medicina de la Adolescencia cómo pueden saber los padres si sus hijos cuentan o no con un problema de sueño, recordando que estos se consideran cuando se dan «patrones insatisfactorios para los padres, el chico o el pediatra y pueden estar relacionados con el bienestar del paciente o de la familia»; mientras que un trastorno en sí del sueño se define como «una alteración real, no una variación, de una función fisiológica que controla el sueño y opera durante el mismo».

De forma práctica, esta doctora clasifica los problemas del sueño, por ejemplo, en pacientes a los que les cuesta dormirse (insomnio por higiene del sueño inadecuada, insomnio conductual, síndrome de retraso de fase (SRF), o síndrome de piernas inquietas (SPI).

Dice que, entre otros, también puede haber un problema con el sueño del adolescente si el paciente se duerme durante el día, y esto podría darse por una privación crónica del sueño por diferentes causas (dormir pocas horas, uso de estimulantes, uso de drogas, fármacos, nuevas tecnologías de información y comunicación y enfermedad psiquiátrica entre otras); aunque también se incluyen la narcolepsia, o la hipersomnia idiopática, entre otros.

«Para saber si hay un problema del sueño, el profesional realizará una adecuada historia clínica, una exploración física completa, y la agenda de sueño. Posteriormente, puede ayudarse de diferentes cuestionarios y de pruebas diagnósticas según el caso», concreta la doctora Hidalgo.

A su vez, recuerda que en los adolescentes es habitual que haya periodos en los que necesiten más horas de sueño: «Si, como hemos comentado los fines de semana los adolescentes duermen más para recuperar el déficit de sueño que van acumulando a lo largo de la semana por las circunstancias comentadas (pantallas, o horarios, por ejemplo), e incluso las salidas del fin de semana. Igualmente, esto se diferencia con una adecuada historia clínica, con una exploración física completa y con la agenda de sueño. Posteriormente, el profesional puede ayudarse de diferentes cuestionarios, y de pruebas diagnósticas».

EL CASO DE LA HIPERSOMNIA

Le preguntamos concretamente a esta pediatra por los casos de hipersomnia en el adolescente, fruto de ese déficit crónico de sueño, o Somnolencia Diurna Excesiva (SDE), y que se refiere a periodos de tiempo prolongados sin dormir, y por el que el adolescente se va durmiendo en el colegio, por ejemplo, o es hiperactivo e incapaz de sentarse en clase. Y es que el problema que hay hoy día con la hipersomnia en adolescentes es que ésta no suele descubrirse hasta que no se manifiesta en el rendimiento escolar del menor, y en que su vida diaria se ve alterada, por lo que su diagnóstico precoz es clave.

«En un estudio en 2008 de Pin y cols. realizado en 750 adolescentes entre 13-14 años, se observó que el 52,8 % presentaba SDE, cifra como vemos muy elevada. En la SDE intervienen muchos factores: problemas psiquiátricos o médicos, uso de medicamentos como metilfenidato, antihistamínicos, déficit de sueño, sueño fragmentado por luz, ruido, dolor, las nuevas tecnologías, una mala higiene del sueño y trastornos primarios del sueño (SRF, SPI)», relata la miembro de SEMA.

CÓMO SOSPECHAR DE HIPERSOMNIA

Con todo ello, preguntamos a esta pediatra por los principales signos de hipersomnia o déficit crónico de sueño, que tal y como apunta se manifiesta por: despertar matutino difícil; dormir el fin de semana dos horas más de lo habitual; somnolencia en horario escolar o siestas durante el día; alteraciones del ánimo, o del comportamiento durante el día, que mejoran cuando el paciente duerme más tiempo.

«Un déficit crónico de sueño se acompaña de alteraciones cognitivas, del aprendizaje, alteraciones emocionales con irritabilidad, psicológicas y físicas, afectando de forma muy importante a la calidad de vida del paciente y a su entorno. La expresión clínica de la SDE puede variar según la edad, así en los niños pequeños puede haber una necesidad de siestas o de hiperactividad paradójica, déficit de atención con problemas de aprendizaje y desarrollo; mientras que en adolescentes la clínica es similar al adulto con somnolencia, déficit cognitivo e irritabilidad, así como afectación del rendimiento escolar», agrega.

PUEDEN AFECTAR AL DESARROLLO DEL PACIENTE

Con todo ello, esta experta señala que los trastornos del sueño constituyen un problema de salud pública ya que, si no se tratan adecuadamente, afectarán al desarrollo del paciente, aparte de que pueden evolucionar a la edad adulta, a la vez que indica que su presencia puede exacerbar otros problemas que el paciente tenga de base.

Los problemas del sueño en la adolescencia pueden condicionar la salud en etapas posteriores, de manera que un tercio de los adolescentes que presentan problemas del sueño a los 16 años los tienen aún a los 23 años; mientras que un 10 %, a los 42 años. «Así pues, mejorar el sueño del adolescente es mejorar el sueño y la calidad de vida no sólo en la adolescencia, sino en las etapas posteriores de la vidad», avanza esta experta.

No obstante, considera que, en general los trastornos del sueño están infravalorados tanto por los pacientes, como por sus familias, y a veces por los propios profesionales. «Debemos tener en cuenta que estos problemas pueden prevenirse y tratarse. La reducción del déficit de sueño es posible mediante la educación y la difusión del conocimiento», insiste la miembro de SEMA.

En este sentido, recuerda que el estudio SHASTU (Sleep Habits in Students Performance, financiado por la UE dentro del programa Erasmus plus) refleja que el porcentaje de alumnos que superan la línea de corte de una mala calidad de sueño pasaba del 22,5 % al 12,3 % tras establecer durante dos años unos correctos hábitos e higiene del sueño dentro del programa formativo de los centros educativos.

CONSEJOS PARA QUE UN ADOLESCENTE DUERMA MEJOR

En última instancia, las medidas importantes para la higiene del sueño en el adolescente son, tal y como enumera:

-Mantener un horario regular al acostarse y despertarse, incluso el fin de semana.

-Crear un ambiente adecuado para dormir en cuanto a luz, temperatura, y ruido.

-Respetar el ciclo luz-oscuridad, la exposición a luz intensa por la mañana ayuda a adelantar la fase de sueño; debemos evitar el uso de gafas de sol en esas primeras horas; del mismo modo, el sueño debe conciliarse en un ambiente oscuro, pues la luz interfiere negativamente en la síntesis de melatonina.

-Ir al centro docente andando, o en bicicleta, por ejemplo.

-Evitar las siestas; pero si las precisa que sean cortas, de unos 10 minutos, al menos, seis horas antes de la hora previa de acostarse.

-No se aconseja el uso de tecnología una hora antes de acostarse y su dormitorio debe estar libre de tecnología.

-El ejercicio físico moderado intenso deberá practicarse, a ser posible, por la mañana o al inicio de la tarde, evitando hacerlo en las dos horas previas al sueño.

-Evitar cenar después de las 9 o las 9 y 30 de la noche.

-Evitar el consumo de alimentos/bebidas excitantes (chocolates, refrescos) y otras sustancias con efectos nocivos para la salud (tabaco, alcohol, drogas).

-Se debe usar la cama solo para dormir, y levantarse de ella si no puede conciliar el sueño (control de estímulo), restringiendo el tiempo en la cama al tiempo real de sueño (restricción de sueño).

-Uso de técnicas de relajación y estrategias cognitivo-conductuales para reducir la ansiedad.

-Los padres deberán ser entrenados en el reconocimiento del déficit de sueño: irritabilidad, difícil despertar, recuperación durante el fin de semana; además, deberán favorecer el ambiente propicio al sueño al final de la tarde y dar ejemplo con unas adecuadas medidas de higiene del sueño.

19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia

abril 22, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Calidad del sueño, Pediatría, Psicología | Etiquetas: , , , |

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