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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los Estados Miembros que no ignoren dentro de sus coberturas sanitarias el dolor lumbar crónico, ya que es la principal causa de discapacidad a nivel mundial. Se espera que los casos de dolor lumbar aumenten a aproximadamente 843 millones para 2050, y se anticipa el mayor crecimiento en África y Asia.
‘Para lograr la cobertura sanitaria universal, no se puede ignorar la cuestión del dolor lumbar, ya que es la principal causa de discapacidad a nivel mundial. Abordar este desafío omnipresente pero a menudo pasado por alto incorporando intervenciones clave y alcanzables, a medida que fortalecen sus enfoques de atención primaria de salud’, ha señalado el doctor Bruce Aylward, subdirector General de Cobertura Sanitaria Universal, Curso de Vida de la OMS.
Los impactos y costos personales y comunitarios asociados con el dolor lumbar son particularmente altos para las personas que experimentan síntomas persistentes. El dolor lumbar crónico primario, que se refiere al dolor que dura más de 3 meses y que no se debe a una enfermedad subyacente u otra afección, representa la gran mayoría de las presentaciones de dolor lumbar crónico en atención primaria, y comúnmente se estima que representa al menos el 90 por ciento de los casos.
Por este motivo, acaba de publicar sus primeras directrices sobre el tratamiento del dolor lumbar crónico en entornos de atención primaria y comunitaria, en las que se enumeran las intervenciones que los trabajadores de la salud pueden utilizar y también no utilizar durante atención de rutina.
Con las directrices, la OMS recomienda intervenciones no quirúrgicas para ayudar a las personas que padecen dolor lumbar primario crónico. Estas intervenciones incluyen programas educativos que apoyen el conocimiento y las estrategias de autocuidado; programas de ejercicio; algunas terapias físicas, como terapia de manipulación espinal y masajes; terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual; y medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides.
Las directrices describen los principios clave de la atención a adultos con dolor lumbar crónico primario y recomiendan que sea holística, centrada en la persona, equitativa, no estigmatizante, no discriminatoria, integrada y coordinada. La atención debe adaptarse para abordar la combinación de factores (físicos, psicológicos y sociales) que pueden influir en su experiencia de dolor lumbar primario crónico.
Es posible que se necesite un conjunto de intervenciones para abordar de manera integral el dolor lumbar primario crónico de una persona, en lugar de intervenciones únicas utilizadas de forma aislada. Asimismo, la OMS desaconseja 14 intervenciones para la mayoría de las personas en la mayoría de los contextos como aparatos ortopédicos, cinturones y/o soportes lumbares; algunas terapias físicas, como tracción (es decir, tirar de una parte del cuerpo); y algunos medicamentos, como los analgésicos opioides, que pueden asociarse con sobredosis y dependencia.
9 diciembre 2023|Fuente: Europa Press| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
Ver más información: OPS. Lumbalgia.
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Las personas mayores hospitalizadas que no siguen una dieta mediterránea son las que más podrían beneficiarse de un programa de ejercicio físico para prevenir la discapacidad asociada a la hospitalización, es decir, la pérdida de habilidades en actividades de la vida diaria. Por tanto, si se incluye el factor de seguir una alimentación basada en una dieta mediterránea entre las variables evaluadas al ingreso de pacientes mayores, se podrían diseñar estrategias más precisas y personalizadas para prevenir la discapacidad asociada a la hospitalización, que suele ser frecuente en personas de edad avanzada.
Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition and Healthy Aging y dirigido por los expertos Mireia Urpí-Sardà, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud, el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA-UB) y el Campus de la Alimentación de Torribera de la Universidad de Barcelona, y José Antonio Serra-Rexach, del Grupo de Investigación en Biopatología del Envejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IISGM), ambos miembros del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES).
El estudio apunta que las personas mayores hospitalizadas que más siguen una dieta mediterránea también mejoran su estado global si siguen unas pautas de ejercicio y educación en la salud. Cabe destacar que, en una editorial, la revista ha destacado el hecho de que los pacientes con peor estado físico presenten mejoras más significativas en respuesta a un programa de ejercicio físico, y anima a realizar más estudios sobre la influencia de los patrones dietéticos en los efectos de ejercicio para evitar la discapacidad asociada a la hospitalización.
Un programa básico de ejercicio para pacientes mayores
La discapacidad asociada a la hospitalización es un fenómeno que afecta incluso a pacientes de edad avanzada que, durante el ingreso al centro médico, son tratados con éxito. Además, la discapacidad puede acarrear más gastos económicos, reingresos e incluso más mortalidad en algunos casos. En este contexto, las intervenciones con ejercicio físico durante la hospitalización se han revelado como estrategias seguras y efectivas para prevenir este deterioro funcional en las personas mayores hospitalizadas.
Este trabajo se basa en el proyecto AGECAR-Plus, un estudio clínico aleatorizado sobre 260 pacientes de 75 o más años en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón. En el marco del estudio, a un grupo de 109 voluntarios —aproximadamente de 87 años; el 46 % mujeres— se les evaluó el grado de adherencia a un patrón dietético mediterráneo, los niveles de polifenoles en orina, estado funcional, y otros parámetros de salud en el momento del ingreso y el alta hospitalaria.
José Antonio Serra-Rexach explica: «Observamos que los pacientes que realizaron la intervención de ejercicio físico y educación sanitaria durante la hospitalización aumentaron significativamente su estado funcional en el alta, en comparación con su ingreso y con los pacientes que no realizaron la intervención. Sin embargo, hasta ahora no existía ninguna evidencia del efecto de una dieta saludable sobre el estado funcional en personas mayores hospitalizadas».
«Un patrón de dieta saludable como la dieta mediterránea está asociado a un menor riesgo de deterioro físico y fragilidad en personas mayores. Considerando que la dieta mediterránea es rica en polifenoles, hemos evaluado el seguimiento de este patrón dietético a través de un cuestionario validado, así como analizando el nivel de polifenoles en orina», detalla la profesora Mireia Urpi-Sarda, del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la UB. La investigadora Alba Tor-Roca, del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la UB, detalla que «en el estudio se observó que en los individuos que presentaban una baja adherencia a la dieta mediterránea en el ingreso, la intervención con ejercicio físico tenía un mayor efecto y clínicamente relevante en sus capacidades funcionales».
«Estos resultados sugieren que el seguimiento de la dieta mediterránea podría representar un indicador de aquellos pacientes mayores con una respuesta aparentemente mejor a las intervenciones de ejercicio», concluyen los investigadores del estudio.
Fuente: Dicyt.com
Referencia: A. Tor-Roca, J. Mayordomo-Cava, C. Andres-Lacueva, J. A. Serra-Rexach, Mireia Urpi-Sarda. Adherence to Mediterranean Diet and Response to an Exercise Program to Prevent Hospitalization-Associated Disability in Older Adults: A Secondary Analysis from a Randomized Controlled Trial. The journal of nutrition, health & aging, 2023; 27 (7): 500 DOI: 10.1007/s12603-023-1929-6
https://link.springer.com/article/10.1007/s12603-023-1929-6
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Fiebre, consumir drogas, sexo, ejercicio vigoroso y beber refrescos de cola multiplican el riesgo de ACV a la hora o pocas horas en personas jóvenes. Read more
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Las mujeres mayores tienen un riesgo más elevado de sufrir dolor que los hombres de la misma edad. Explorar las causas de este exceso de riesgo en las mujeres ha sido el objetivo de un estudio desarrollado por científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) en la Universidad Autónoma de Madrid, en el que también han participado expertos del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES). Read more
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento saludable como el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en las personas mayores. Read more