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Comer sano y evitar los productos ultraprocesados y con un nivel calórico alto, como pizzas o patatas fritas, favorece la salud mental de los adolescentes y potencia sus habilidades neuropsicológicas, según un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y el Instituto de Salud Global de Barcelona.
Concretamente, seguir una dieta saludable mejora las habilidades sociales y personales para poder interactuar y comunicarse de forma sana con otras personas, así como la gestión e identificación de las propias emociones.
El estudio también ha constatado que «una alimentación rica en avellanas, nueces y almendras favorece el autocontrol y permite, en el caso de los adolescentes, mantener a raya la impulsividad», explica Nicolás Ayala, uno de lo investigadores de este trabajo.
«Una dieta que no sea sana hace que nuestro organismo no tenga los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento cognitivo. Los adolescentes que comen habitualmente frutos secos están abasteciendo al organismo de ácidos grasos, que juegan un papel esencial para un buen funcionamiento cognitivo», asegura Jordi Júlvez, otro de los investigadores de este estudio.
Para llevar a cabo esta investigación, analizaron los patrones alimentarios de más de 600 adolescentes, con una media de edad de 14 años, de la provincia de Barcelona.
09 octubre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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En España solo uno de cada 100 niños lleva una dieta saludable que le asegure una buena salud cardiovascular y cerebral; ahora un nuevo estudio acaba de demostrar que la receta para lograrla es tan sencilla como barata: educar en buenos hábitos en los primeros años de la vida, sobre todo antes de los 9 años.
Así lo pone de manifiesto una investigación llevada a cabo en 48 colegios públicos de la Comunidad de Madrid entre 2014 y 2020 por parte de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y la Fundación SHE (siglas en inglés de Ciencia, Salud y Educación), que recoge este lunes la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC).
La intervención se llevó a cabo con 1 771 niñas y niños de Educación Primaria, con edades comprendidas entre los seis y los 12 años.
Los 48 colegios fueron divididos en cuatro grupos: 12 recibieron educación en buenos hábitos alimenticios y salud integral durante los seis cursos de Primaria; otros 12 la tuvieron solo durante los tres primeros (de los 6 a los 9 años); otros 12 solo durante los tres últimos cursos (de 9 a 12 años), y finalmente hubo un cuarto grupo de control de 12 colegios que no accedió a esta formación.
Los niños participantes tuvieron una revisión médica antes de comenzar el estudio, incluyendo una serie de marcadores de obesidad y acumulación de grasa corporal, cuando todos ellos comenzaban la Primaria, y otras dos más al final del tercer y sexto curso, ha detallado a EFE uno de los investigadores, Rodrigo Fernández-Jiménez, director del Laboratorio de Imagen y Salud Cardiovascular del CNIC.
Mejor formación, menos obesidad
Los resultados han arrojado una conclusión clave: los niños de los 24 colegios que recibieron educación en salud integral en los tres primeros años de Primaria (de los 6 a los 9 años) presentaron menores niveles de obesidad y grasa abdominal que los que no recibieron ninguna formación en la materia y que los que recibieron esa formación solo durante los tres últimos cursos de primaria.
Los doctores no apreciaron diferencias significativas entre los 12 grupos de niños que recibieron píldoras educativas de salud integral los seis años completos, y aquellos que solo la tuvieron en los tres primeros años de primaria, lo que demuestra, a juicio de los doctores, que esos tres primeros años son los absolutamente claves para fijar hábitos saludables.
Las píldoras educativas, trabajadas con profesores, padres y con el colegio en sí para controlar cuestiones como qué se vendía en las cafeterías o máquinas automáticas, entre otros, consistieron en formación sobre el cuerpo humano; información sobre la relación entre salud y dieta; se les inculcó también la importancia de la actividad física y del descanso, y la gestión emocional de la comida.
«Los resultados confirman que las intervenciones educativas desde edades muy tempranas, cuando los niños están en condición total de absorber, tienen un gran beneficio y repercuten en mejores hábitos de vida y mejor salud», ha subrayado Fernández-Jiménez.
El investigador añade, «que cuánto antes empiece esa educación infantil mejor», es más esa educación debería de comenzar ya a los 4 o 5 años», como lleva demostrando el programa de Salud Integral (SI) de la Fundación SHE durante diez años de intervenciones educativas en colegios de Estados Unidos, Colombia o España.
Su director, Valentín Fuster, es otro de los autores del presente estudio.
Uno de cada tres niños españoles tiene sobrepeso
La acumulación de grasa abdominal y la obesidad son los factores de riesgo muy importantes para el desarrollo de diabetes tipo II, hipertensión arterial, riesgo cardiovascular y de ictus cerebral.
Tal y como señala Fernández-Jiménez la tendencia al exceso de peso en los niños españoles ha empeorado en los últimos años, con datos similares a los de Estados Unidos: 1 de cada 3 niños tiene exceso de peso.
Un factor que el doctor ha achacado también a la vulnerabilidad familiar, por falta de acceso económico a la comida saludable, o por falta de apoyo legislativo a una buena alimentación, con medidas como limitar por ejemplo los anuncios de comida basura.
«Los colegios son un entorno ideal para la implementación de programas educativos de promoción de la salud. Cualquier mejora en este ámbito puede ser beneficiosa si se implementa a gran escala, especialmente sabiendo que este tipo de intervenciones carece de efectos secundarios o adversos», ha concluido.
Esta investigación ha recibido el apoyo de Fundación «la Caixa».
29 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Una dieta saludable a partir de los 40 años ayuda a envejecer con salud y a mantener un buen estado físico, cognitivo y mental hasta las tres décadas siguientes o más, según un estudio, difundido hoy.
Basado en datos recogidos durante más de 30 años, el estudio demostró la estrecha relación entre la dieta en la mediana edad y el envejecimiento saludable.
Dirigido por investigadores de la Universidad de Harvard y presentado en el Nutrition 2024, el congreso anual de la Sociedad Americana de Nutrición que se celebra en Chicago, recogió datos de más de 100 000 personas a lo largo de 30 años.
Quienes seguían una dieta sana a partir de los 40 tenían entre un 43 y un 84 por ciento más de probabilidades de funcionar bien física y mentalmente a los 70 años, en comparación con las que no lo hacían, comprueba el estudio.
Las personas que seguían pautas dietéticas saludables en la mediana edad, especialmente las ricas en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables, tenían muchas más probabilidades de envejecer de forma sana, lo que sugiere que lo que se come en la mediana edad puede desempeñar un papel importante en cómo se envejece, dice Anne-Julie Tessier, investigadora de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Aunque muchos estudios anteriores han demostrado que una dieta sana puede ayudar a prevenir las enfermedades crónicas, la nueva investigación es única en su enfoque del envejecimiento saludable, definido no sólo como la ausencia de enfermedad, sino como la capacidad de vivir de forma independiente y disfrutar de una buena calidad de vida a medida que envejecemos, puntualiza el artículo.
Los investigadores analizaron los datos de más de 106 000 personas desde 1986. Los participantes tenían al menos 39 años y no padecían enfermedades crónicas al inicio del estudio y proporcionaron información sobre su dieta a través de cuestionarios cada cuatro años.
En 2016, casi la mitad de los participantes en el estudio habían fallecido y solo el 9,2 % sobrevivió hasta los 70 años o más, manteniendo la ausencia de enfermedades crónicas y una buena salud física, cognitiva y mental.
10 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un nuevo estudio de gemelos idénticos ha proporcionado nuevas evidencias de que una dieta vegana puede mejorar enormemente la salud cardiaca de una persona.
Los gemelos asignados a una dieta vegana durante dos meses tuvieron mejoras significativas en el colesterol, la insulina y el peso corporal en comparación con sus hermanos, que comieron una dieta saludable que incluía proteína animal.
«Basándonos en estos resultados y pensando en la longevidad, la mayoría de nosotros nos beneficiaríamos de una dieta más basada en plantas», planteó el investigador Christopher Gardner, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.
Es bien sabido que reducir el consumo de carne mejora la salud del corazón, pero las diferencias entre los participantes en los estudios sobre la dieta (cosas como la genética, la crianza y las elecciones de estilo de vida) dificultan que los investigadores saquen conclusiones definitivas.
Gardner y sus colegas eligieron estudiar gemelos idénticos porque comparten la misma genética, crecieron en el mismo hogar y a menudo tienen estilos de vida similares.
«Este estudio no solo proveyó una forma innovadora de afirmar que una dieta vegana es más saludable que la dieta omnívora convencional, sino que también fue un sensacional trabajar con los gemelos», anotó Gardner en un comunicado de prensa de la universidad. «Se vestían igual, hablaban igual y hacían bromas entre ellos que solo podías tener si pasabas mucho tiempo con ellos».
El equipo de investigación reclutó a 22 pares de gemelos idénticos para participar en un ensayo clínico basado en la dieta que se llevó a cabo de mayo a julio de 2022. Todos los gemelos fueron incluidos en el Registro de Gemelos de Stanford, una base de datos de gemelos fraternos e idénticos que aceptaron participar en estudios de investigación.
A un gemelo de cada pareja se le asignó una dieta vegana y al otro una dieta omnívora.
Ambas dietas eran saludables, conteniendo muchas verduras, frijoles, frutas y granos integrales. Las dietas también limitaron los azúcares y los almidones refinados.
Pero la dieta vegana era totalmente vegetal, no contenía ni carne ni productos animales como huevos o leche. La dieta omnívora incluía pollo, pescado, huevos, queso, lácteos y otros alimentos de origen animal.
Durante las primeras cuatro semanas, un servicio de comidas entregaba tres comidas al día. Durante las cuatro semanas restantes, los participantes prepararon sus propias comidas.
De las 44 personas que participaron en el estudio, 43 lo siguieron hasta su finalización, dijo Gardner.
«Nuestro estudio usó una dieta generalizable que es accesible para cualquiera, porque 21 de los 22 veganos siguieron la dieta», dijo Gardner, que también es profesor del Centro de Investigación de Prevención de Stanford. «Esto sugiere que cualquier persona que elija una dieta vegana puede mejorar su salud a largo plazo en dos meses, con el mayor cambio observado en el primer mes».
Los niveles promedio de lipoproteínas de baja densidad o colesterol LDL «malo» disminuyeron constantemente para los veganos y se mantuvieron más o menos iguales para los omnívoros.
Los veganos también vieron una disminución del 20 % en sus niveles de insulina en ayuno, y perdieron un promedio de 4 libras más que los omnívoros.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 30 de noviembre de la revista JAMA Network Open.
Gardner reconoció que es poco probable que la mayoría de las personas se vuelvan veganas, pero dijo que incluso una tendencia en la dirección basada en plantas podría mejorar su salud.
«Lo que es más importante que volverse estrictamente vegano es incluir más alimentos de origen vegetal en su dieta», dijo Gardner, y agregó que ha sido «mayormente vegano» durante los últimos 40 años. «Afortunadamente, divertirse con alimentos veganos multiculturales como el masala indio, el salteado asiático y los platos a base de lentejas africanas puede ser un gran primer paso».
Ver más información: Landry MJ, Ward CP, Cunanan KM, Durand L, Perelman D, Robinson JL, et al. Cardiometabolic Effects of Omnivorous vs Vegan Diets in Identical Twins: A Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open[Internet]. 2023[citado 2 dic 2023];6(11):e2344457. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.44457
5 diciembre 2023 | Fuente: HealthDay News| Tomado de | Noticias de Salud| Nutrición
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Un estudio mide la incidencia del entorno doméstico en las dinámicas alimentarias de familias con niños y niñas de entre 6 meses a 5 años de edad. Read more
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14
Médicos de los Estados Unidos, han descrito un tipo raro de daño renal en un hombre de 81 años. La razón se debió a la dieta inusual del enfermo: trató de consumir la mayor cantidad posible de antioxidantes, por lo que comía nueces y germen de trigo todos los días. El exceso de ácido oxálico en este alimento, 10 veces la norma diaria, formó cristales que dañaron los túbulos renales del enfermo. El caso fue publicado en BMJ Case Reports.