Dieta-vegetariana-durante-el-embarazoLas mujeres embarazadas que tenían una mayor adherencia a una dieta de estilo mediterráneo tuvieron un menor riesgo de preeclampsia, según los resultados de un nuevo estudio.[1]

«Al ser un estudio observacional, obviamente tiene limitaciones que deben tenerse en cuenta, pero estos resultados se basan en otra evidencia de que la dieta mediterránea reduce el riesgo cardiovascular y se extienden esos hallazgos al embarazo, ya que la preeclampsia es un resultado cardiovascular», compartió el autor principal, el Dr. Noel Mueller, Ph. D., profesor asociado de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, en Baltimore, Estados Unidos a Medscape Noticias Médicas.

El estudio se publicó en versión electrónica el 20 de abril en Journal of the American Heart Association.[1]

Los autores señalaron que la preeclampsia, caracterizada por una variedad de síntomas que incluyen hipertensiónproteinuria y disfunción de órganos diana, es un trastorno que ocurre en hasta 5% a 10% de todas las mujeres embarazadas en todo el mundo y es más frecuente en mujeres de raza negra. Es una de las principales causas de morbilidad materna y fetal y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular a largo plazo, incluida la hipertensión crónica, la enfermedad de las arterias coronarias, el ictus isquémico y la insuficiencia cardiaca.

Los niños nacidos de madres con preeclampsia también tienen un riesgo elevado de tener presión arterial más alta y otros parámetros cardiometabólicos anormales.

Apuntaron que múltiples estudios han demostrado el beneficio de la dieta mediterránea, caracterizada principalmente por un alto consumo de verduras, frutas y grasas no saturadas, en la reducción del riesgo cardiovascular en la población no embarazada. El estudio actual se realizó para investigar si los beneficios también podrían verse en mujeres embarazadas con una reducción del riesgo de preeclampsia.

Para el estudio, que utilizó datos de la Boston Birth Cohort, se obtuvieron datos sociodemográficos y dietéticos maternos de 8.507 mujeres a través de entrevistas y cuestionarios de frecuencia de alimentos dentro de las 24 a 72 horas posteriores al parto. Se calculó una puntuación de dieta de estilo mediterráneo a partir del cuestionario de frecuencia de alimentos. La información clínica adicional, incluidos los diagnósticos médicos de condiciones preexistentes y preeclampsia, se obtuvo de los registros médicos.

De las mujeres de la muestra, 848 desarrollaron preeclampsia, de las cuales 47% eran de raza negra y 28%, hispana.

Después del ajuste multivariable, la mayor adherencia a una dieta de estilo mediterráneo se asoció con menores probabilidades de desarrollar preeclampsia (odds ratio [OR] ajustado comparando el tercil 3 con el tercil 1: 0,78; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0,64 a 0,96).

Un análisis de subgrupos de mujeres negras demostró un beneficio similar con un OR ajustado que comparó el tercil 3 con el tercil 1 de 0,74 (IC 95%: 0,76 a 0,96).

En esta cohorte diversa racial y étnicamente, las mujeres que se adhirieron más a una dieta de estilo mediterráneo durante el embarazo tuvieron una reducción de más de 20% en la probabilidad de desarrollar preeclampsia, después de ajustar los posibles factores de confusión. Además, la evidencia del efecto protector de una dieta de estilo mediterráneo contra las probabilidades de desarrollar preeclampsia permaneció presente en un análisis de subgrupos de mujeres de raza negra», concluyeron los investigadores.

Cuando se le preguntó si esto sería suficiente evidencia para recomendar una dieta mediterránea a las mujeres embarazadas, el Dr. Mueller dijo que las organizaciones que emiten pautas dietéticas probablemente requieran la replicación de estos resultados y también posiblemente un estudio aleatorizado en un grupo de población diverso antes de recomendar tal dieta.

«Eso es algo que nos gustaría hacer, pero requerirá tiempo y dinero», agregó.

La autora principal del estudio, la Dra. Anum Minhas, de la Johns Hopkins University School of Medicine, Baltimore, Estados Unidos, comentó que, mientras tanto, recomendaría una dieta mediterránea a sus pacientes embarazadas.

«La dieta mediterránea es una forma muy saludable de comer. No veo ningún inconveniente en seguir una dieta de este tipo durante el embarazo, especialmente para las mujeres de alto riesgo, las que tienen obesidad, hipertensión o diabetes gestacional, y es probable que existan otros beneficios potenciales como reducción del aumento de peso y reducción de la diabetes gestacional», añadió.

El Dr. Mueller dijo que apreciaba este enfoque pragmático. «A veces puede haber dudas sobre hacer recomendaciones a partir de estudios observacionales, pero la alternativa a recomendar esta dieta es no hacer recomendaciones sobre la dieta o recomendar una dieta alternativa», dijo. «La dieta mediterránea o la dieta DASH, que es bastante similar, han mostrado por mucho la mayor evidencia de cardioprotección entre todas las dietas. Se ha demostrado que reducen la presión arterial y los lípidos y mejoran el riesgo cardiovascular, y creo que ahora podemos asumir que eso probablemente se extienda al embarazo. Me siento cómodo con recomendar esta dieta a las mujeres embarazadas».

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Pero añadió: «Habiendo dicho eso, todavía se necesita un estudio aleatorizado en el embarazo. Creemos que funciona, pero hasta que no tengamos un ensayo aleatorizado no lo sabremos con seguridad y no sabremos qué tanto beneficio podemos obtener».

Comentando el estudio para Medscape Noticias Médicas, la Dra. JoAnn Manson, jefa de la división de Medicina Preventiva en el Brigham and Women’s Hospital, en Boston, Estados Unidos, señaló que este tipo de estudio observacional es importante para la generación de hipótesis, pero no puede probar las relaciones de causa y efecto.

«La evidencia es lo suficientemente prometedora», indicó la Dra. Manson, que no participó en este estudio. Pero añadió que, para seguir adelante, se necesitaría un ensayo aleatorizado en mujeres con un riesgo elevado de preeclampsia, comenzando al principio del embarazo, o incluso antes.

«Mientras tanto», anotó, «se podrían aprovechar varias cohortes a gran escala para observar una evaluación de la dieta antes o durante el embarazo y ver si este patrón dietético se asocia prospectivamente con un menor riesgo de preeclampsia».

«Con más datos de apoyo, y en vista de la seguridad de la dieta y los beneficios cardiovasculares generales, podría convertirse en una herramienta importante para prevenir resultados adversos en el embarazo».

El estudio Boston Birth Cohort fue apoyado en parte por subvenciones de March of Dimes, National Institutes of Health y Health Resources and Services Administration of the US Department of Health and Human Services. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Referencia

Minhas AS, Hong X, Wang G, Keun Rhee D, Liu T, Zhang M, Michos ED, et al. Mediterranean‐Style Diet and Risk of Preeclampsia by Race in the Boston Birth Cohort. JAHA[Internet]. 2022[citado  6 oct 2023];11:e022589. https://doi.org/10.1161/JAHA.121.022589

 

7 octubre 2023| Fuente: Medscape|Tomado de | Noticias y Perspectivas | Medscape Noticias Médicas

dieta-mediterraneaEn el día mundial del corazón se pone de manifiesto que las técnicas de imagen confirman la relación inversa entre la dieta mediterránea y la enfermedad cardiovascular, según especialistas en imagen del corazón de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).

«Desde la publicación de los magníficos resultados del estudio PREDIMED acerca de la relación entre la dieta mediterránea y la enfermedad cardiovascular se han realizado otros estudios con técnicas de imagen que refuerzan esta relación inversa», apunta la Dra. Antonia Arjonilla López, responsable de coordinación institucional de la SERAM y jefa de servicio de Radiología del Hospital Vithas Aravaca.

Estudios ecográficos del grosor intima media de la arteria carótida (IMT) basales y su comparación con aquellos tras la instauración de la dieta mediterránea prueban la mejoría del mismo y permiten asociarlo con un menor riesgo de accidente cerebrovascular e infarto de miocardio.

La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) son muy prometedoras en este sentido, en un futuro próximo, porque no solo muestran la ralentización en la progresión de las placas de arteriosclerosis en los pacientes con dieta mediterránea en términos cuantitativos, sino que además permiten determinar de forma cualitativa una mejoría en la composición y vulnerabilidad de las mismas.

Además, «algunos marcadores subclínicos de insuficiencia cardiaca medidos por resonancia magnética como el volumen ventricular izquierdo, la masa del ventrículo izquierdo o la fracción de eyección mejoran tras la adhesión a la dieta mediterránea», señala la Dra. Arjonilla.

Algunos de los componentes comunes de la dieta mediterránea

Aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa

Alto consumo de alimentos no procesados como pescado, verduras, frutas, legumbres y cereales integrales

Bajo consumo de carnes rojas

Papel del Radiólogo

«Como especialistas en imagen debemos seguir monitorizando esta relación inversa entre nuestra magnífica dieta mediterránea y los eventos cardiovasculares adversos para que, junto a nuestros compañeros clínicos, logremos mentalizar a la población y a los sistemas de salud de la importancia de priorizar la prevención de la enfermedad cardiovascular que es la enfermedad más prevalente» apunta la Dra. Arjonilla.

Referencia

Estruch R. Qué nos ha enseñado y qué nos queda por aprender del estudio PREDIMED. Av Diabetol[Internet]. 2013[citado 2 oct 2023]; 29(4): 81-87.  https://doi.org/10.1016/j.avdiab.2013.05.003

2 octubre 2023 |Fuente: IMMedico | Tomado de Noticias  Cardiología

dieta-mediterraneaLas personas mayores hospitalizadas que no siguen una dieta mediterránea son las que más podrían beneficiarse de un programa de ejercicio físico para prevenir la discapacidad asociada a la hospitalización, es decir, la pérdida de habilidades en actividades de la vida diaria. Por tanto, si se incluye el factor de seguir una alimentación basada en una dieta mediterránea entre las variables evaluadas al ingreso de pacientes mayores, se podrían diseñar estrategias más precisas y personalizadas para prevenir la discapacidad asociada a la hospitalización, que suele ser frecuente en personas de edad avanzada.

Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition and Healthy Aging y dirigido por los expertos Mireia Urpí-Sardà, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud, el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA-UB) y el Campus de la Alimentación de Torribera de la Universidad de Barcelona, y José Antonio Serra-Rexach, del Grupo de Investigación en Biopatología del Envejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IISGM), ambos miembros del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES).

El estudio apunta que las personas mayores hospitalizadas que más siguen una dieta mediterránea también mejoran su estado global si siguen unas pautas de ejercicio y educación en la salud. Cabe destacar que, en una editorial, la revista ha destacado el hecho de que los pacientes con peor estado físico presenten mejoras más significativas en respuesta a un programa de ejercicio físico, y anima a realizar más estudios sobre la influencia de los patrones dietéticos en los efectos de ejercicio para evitar la discapacidad asociada a la hospitalización.

Un programa básico de ejercicio para pacientes mayores

La discapacidad asociada a la hospitalización es un fenómeno que afecta incluso a pacientes de edad avanzada que, durante el ingreso al centro médico, son tratados con éxito. Además, la discapacidad puede acarrear más gastos económicos, reingresos e incluso más mortalidad en algunos casos. En este contexto, las intervenciones con ejercicio físico durante la hospitalización se han revelado como estrategias seguras y efectivas para prevenir este deterioro funcional en las personas mayores hospitalizadas.

Este trabajo se basa en el proyecto AGECAR-Plus, un estudio clínico aleatorizado sobre 260 pacientes de 75 o más años en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón. En el marco del estudio, a un grupo de 109 voluntarios —aproximadamente de 87 años; el 46 % mujeres— se les evaluó el grado de adherencia a un patrón dietético mediterráneo, los niveles de polifenoles en orina, estado funcional, y otros parámetros de salud en el momento del ingreso y el alta hospitalaria.

José Antonio Serra-Rexach explica: «Observamos que los pacientes que realizaron la intervención de ejercicio físico y educación sanitaria durante la hospitalización aumentaron significativamente su estado funcional en el alta, en comparación con su ingreso y con los pacientes que no realizaron la intervención. Sin embargo, hasta ahora no existía ninguna evidencia del efecto de una dieta saludable sobre el estado funcional en personas mayores hospitalizadas».

«Un patrón de dieta saludable como la dieta mediterránea está asociado a un menor riesgo de deterioro físico y fragilidad en personas mayores. Considerando que la dieta mediterránea es rica en polifenoles, hemos evaluado el seguimiento de este patrón dietético a través de un cuestionario validado, así como analizando el nivel de polifenoles en orina», detalla la profesora Mireia Urpi-Sarda, del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la UB. La investigadora Alba Tor-Roca, del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la UB, detalla que «en el estudio se observó que en los individuos que presentaban una baja adherencia a la dieta mediterránea en el ingreso, la intervención con ejercicio físico tenía un mayor efecto y clínicamente relevante en sus capacidades funcionales».

«Estos resultados sugieren que el seguimiento de la dieta mediterránea podría representar un indicador de aquellos pacientes mayores con una respuesta aparentemente mejor a las intervenciones de ejercicio», concluyen los investigadores del estudio.

Fuente: Dicyt.com

     Referencia: A. Tor-Roca, J. Mayordomo-Cava, C. Andres-Lacueva, J. A. Serra-Rexach, Mireia Urpi-Sarda. Adherence to Mediterranean Diet and Response to an Exercise Program to Prevent Hospitalization-Associated Disability in Older Adults: A Secondary Analysis from a Randomized Controlled Trial. The journal of nutrition, health & aging, 2023; 27 (7): 500 DOI: 10.1007/s12603-023-1929-6

https://link.springer.com/article/10.1007/s12603-023-1929-6

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