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El masaje infantil es una práctica milenaria que va más allá de la mera manipulación física. No solo proporciona alivio físico, sino que también contribuye al desarrollo emocional y social del bebé. Aquí algunos de los múltiples beneficios que esta maravillosa y sencilla herramienta puede ofrecer:
La piel, el órgano más extenso del cuerpo humano, desempeña un papel crucial en nuestra comunicación con el mundo exterior. En este contexto, el masaje emerge como una técnica que va más allá de la mera manipulación física.
La aplicación de movimientos suaves y rítmicos en el cuerpo del niño es una práctica milenaria que no solo le proporciona alivio físico, sino que contribuye a su desarrollo emocional y social. Se utiliza en consulta pediátrica, pero también es recomendable para que los padres –siempre con el debido asesoramiento profesional sanitario– fortalezcan los vínculos afectivos y promuevan el bienestar de su pequeño.
Impacto multisistémico. El masaje infantil no se limita a la piel; su influencia benéfica se extiende al sistema nervioso y circulatorio. El masaje estimula el flujo sanguíneo y linfático, mejorando la oxigenación de los tejidos y la eliminación de toxinas.
Desarrollo motor. Contribuye a la estimulación de los músculos y la mejora de la flexibilidad y coordinación, lo que puede favorecer hitos importantes en el desarrollo motor del bebé, como el control de la cabeza, el volteo, el gateo y el momento de empezar a caminar. Además, al promover una postura corporal más adecuada, el masaje infantil puede ayudar a prevenir problemas ortopédicos y a optimizar la alineación estructural del cuerpo en crecimiento.
Vínculo afectivo. Además de calmar al bebé, este contacto directo establece una conexión profunda con el cuidador, fundamental para el desarrollo emocional y social del niño. Este vínculo se ve reforzado por la conexión “piel con piel”, que fomenta un sentido profundo de seguridad y pertenencia en él.
Reducción del estrés y ansiedad. Los movimientos suaves y rítmicos del masaje disminuyen las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina. Adicionalmente, la liberación de endorfinas promueve la relajación y la sensación de bienestar.
Alivio de molestias. El masaje abdominal puede atajar problemas comunes en el bebé como los cólicos y la dificultad para evacuar, favoreciendo el tránsito intestinal y el funcionamiento del sistema digestivo. También se puede utilizar como herramienta terapéutica en consulta pediátrica para calmar la tensión muscular y abordar problemas específicos como el tono muscular alterado, la rigidez o la falta de coordinación.
Desarrollo cognitivo. El contacto físico y la atención durante el masaje contribuyen al desarrollo cerebral del bebé. La estimulación sensorial mejora la percepción y la cognición.
Conciencia corporal. Ayuda a los bebés a desarrollarla al estimular diferentes partes del cuerpo y proporcionar experiencias táctiles variadas. Esto puede reforzar la coordinación motora, el equilibrio y la postura adecuada a medida que los niños crecen.
El momento adecuado
Hay situaciones en las que el masaje infantil se revela especialmente eficaz, como las siguientes:
Después del baño. Es una forma perfecta de relajar al bebé, ya que la piel está suave y receptiva, y el pequeño, listo para recibir cariño.
Antes de dormir. Un masaje suave puede ayudar a calmar al niño y prepararlo para un sueño reparador.
Momentos puntuales de tensión o molestias o simplemente como rutina diaria.
También hay que tener en cuenta que los beneficios del masaje no se limitan a los bebés; se amplían a niños con necesidades especiales y prematuros, que pueden experimentar sus efectos positivos hasta edades más avanzadas. Para que el pequeño reciba los beneficios descritos, el masaje debe ser enseñado por profesionales de la salud pediátrica.
El masaje infantil trasciende lo meramente físico para convertirse en una herramienta terapéutica intuitiva que nutre tanto el cuerpo como el alma del bebé. Padres y cuidadores: no subestimen el poder de sus manos amorosas, anímense a explorar este camino de caricias y afecto. Su pequeño ángel se lo agradecerá.
13 marzo 2024| Fuente: The Conversation| Tomado de | Salud
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Lactancia materna tras la vacuna de refuerzo contra la covid puede transmitir anticuerpos Un equipo de científicos de la Universidad de Florida (UF) halló que las madres lactantes que reciben la vacuna de refuerzo contra la covid-19 transmiten los anticuerpos a través de la leche materna a sus bebés y, potencialmente, los protegen del virus. Se trata del tercer estudio del Instituto de Ciencias Agrícolas y Alimentaria (IFAS) de la UF que analizó la protección por medio de anticuerpos que se transfiere a través de la leche materna de madres que recibieron la vacuna de refuerzo. ‘Consideramos que la leche materna puede desempeñar un papel importante en la protección’ contra la covid-19 durante ‘los primeros seis meses de vida de los lactantes’, dijo Vivian Valcarce, de la Facultad de Medicina de UF, que trabajó en este estudio. La también profesora asistente en la Universidad de Alabama, en Birmingham, subrayó en un comunicado que se siguen observando infantes hospitalizados por infecciones de la covid-19. Para este estudio, publicado en febrero pasado en la revista Frontiers in Nutrition, la UF/IFAS contó con dos madres hispanas del total de 14 madres. Los investigadores observaron la respuesta de los anticuerpos y la funcionalidad de los mismos en la leche materna y realizaron pruebas para detectar la presencia de anticuerpos después de que los infantes consumieran leche materna con anticuerpos contra la covid-19. Los resultados sugieren que la lactancia materna ‘puede proporcionar anticuerpos contra la covid-19 a los infantes que se consideran demasiado jóvenes para recibir una vacuna’. ‘Cuando los bebés nacen tienen un sistema inmunológico inmaduro, por lo que dependen en gran medida del sistema inmunológico de la madre’, señaló Joseph Larkin, profesor de Microbiología y Ciencia Celular de la UF/IFAS. Por ello, la lactancia materna ‘puede servir durante el periodo intermedio mientras los bebés desarrollan su propio sistema inmunológico’. En este estudio, se dio seguimiento a las 14 madres lactantes y a sus bebés desde antes de recibir la vacuna de refuerzo contra la covid-19 hasta después de recibirla. Los investigadores analizaron la sangre de las madres para confirmar que sus cuerpos produjeron anticuerpos contra la covid-19 después de una inyección de refuerzo y detectaron la presencia de anticuerpos en la leche materna. Finalmente, analizaron las heces de los bebés para confirmar que había anticuerpos presentes en el organismo de los lactantes. ‘Este estudio demuestra lo importante que es la leche materna y la lactancia para la salud infantil durante una pandemia’, afirmó Valcarce. Pese a que los niveles de anticuerpos contra la covid-19 ‘disminuyen’ con el tiempo en los individuos vacunados, ‘siguen siendo más altos que los niveles previos a la vacuna’, por lo que la investigación ‘respalda la idea de que pueden ser necesarios los refuerzos de vacunas’, acotó Larkin.
Ver articulo: Valcarce V, Stewart Stafford L, Neu J, Parker L, Vicuna V, Cross T, et al. COVID-19 booster enhances IgG mediated viral neutralization by human milk in vitro. FrontNutr[Internet].2024[citado 7 mar 2024];11. https://doi.org/10.3389/fnut.2024.1289413 https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnut.2024.1289413/full
06 marzo 2024 | Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019.Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Una investigación puntera en terapia génica, basada en el sistema de edición genética CRISPR-Cas9, permite insertar genes con precisión, lo que ofrece esperanzas para muchos trastornos genéticos como la inmunodeficiencia combinada grave (IDCG), que afecta a los lactantes. La investigación, cuyos detalles se publican este viernes en la revista Nature Communications, ha sido realizada por científicos de la Universidad Bar-Ilan de Israel.
La IDCG es un grupo de enfermedades hereditarias del sistema inmunitario causadas por mutaciones genéticas que provocan anomalías en los linfocitos T y linfocitos B, dos tipos de glóbulos blancos necesarios para que el sistema inmune proteja al cuerpo de las infecciones. Si no se trata, la IDCG resulta mortal en el primer año de vida.
El tratamiento convencional consiste en un trasplante de sangre o de células madre hematopoyéticas (TCMH) para reconstruir el sistema sanguíneo del bebé, pero la dificultad de encontrar donantes compatibles y algunas complicaciones, como la enfermedad de injerto contra huésped (EICH), son importantes obstáculos.
Una solución innovadora ha surgido con la llegada de la edición del genoma mediante el uso de la tecnología CRISPR-Cas9, que ofrece esperanzas para muchos trastornos genéticos como la IDCG. El sistema CRISPR-Cas9 crea roturas de doble cadena específicas en el ADN, lo que permite la edición precisa de genes.
Este sistema de reparación puede alterar un gen específico o corregirlo, lo que permite atacar casi cualquier gen del genoma. Este avance abre la puerta a intervenciones terapéuticas para una amplia gama de enfermedades genómicas. El nuevo estudio presenta una prometedora técnica de edición genómica, la GE mediada por reparación homológica CRISPR-Cas9 (HDR), que ofrece la posibilidad de insertar genes con precisión. En ciertos subtipos de IDCG, una alternativa al tratamiento convencional (trasplante) puede ser la inserción genética convencional CRISPR-Cas9 mediada por HDR, pero conlleva riesgos inherentes, especialmente en los casos de IDCG causados RAG2.
RAG2 es una nucleasa que interviene en el corte del ADN durante el desarrollo de los linfocitos, y la inserción génica mediada por HDR CRISPR-Cas9 puede dar lugar a una actividad descontrolada de la nucleasa RAG2 y a variaciones estructurales perjudiciales. Para evitarlo, investigadores de la Universidad Bar-Ilan de Israel han propuesto una novedosa estrategia de sustitución, denominada ‘GE x HDR 2.0: Buscar y reemplazar’.
Este enfoque combina la edición del genoma mediada por CRISPR-Cas9 con vectores donantes de ADN adenoasociado recombinante de serotipo 6 (rAAV6) para sustituir con precisión la secuencia codificante de RAG2 y preservar los elementos reguladores. Esta estrategia puede aplicarse también a otros genes causantes de enfermedades. Para Ayal Hendel, de la Facultad de Ciencias de la Vida Goodman de la Universidad Bar-Ilan, esta técnica innovadora ‘aporta esperanza a los pacientes con RAG2-SCID y es prometedora para el tratamiento de otros trastornos genéticos’.
Referencia
Allen D, Knop O, Itkowitz B, Kalter N, Rosenberg M, Lancu O, et al. CRISPR-Cas9 engineering of the RAG2 locus via complete coding sequence replacement for therapeutic applications. Nat Commun[Internet]. 2023[citado 2 nov 2023]; 14(1): 6771. https://doi.org/10.1038/s41467-023-42036-5
2 noviembre 2023 |Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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Aunque los científicos saben desde hace tiempo que los seres vivos actúan con un propósito, el origen de este sentido de la finalidad sigue siendo un misterio.
Un grupo de investigadores de la Universidad Atlántica de Florida cree haber dado con la clave de cómo los seres humanos aprendemos a actuar de acuerdo a un fin, esto es, la intencionalidad de las acciones de las personas.
Sus hallazgos, publicados en agosto en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PANS), abren una ventana a la psicología de los bebés, que son su principal objeto de estudio.
Ya en el siglo IV antes de Cristo, Aristóteles escribía, en su Ética a Nicómaco: «Todo arte y toda investigación e, igualmente, toda acción y libre elección parecen tender a algún bien». Pero ¿cómo surge esa tendencia?
Según los autores del estudio (Significado a partir del movimiento y la quietud: características de la dinámica de la coordinación revelan la intencionalidad en infantes), la clave no está solo en las acciones de los bebés, sino en los momentos en los que no actúan.
«Los bebés de nuestro estudio han demostrado algo realmente profundo: que hay acción en medio de la inacción, e inacción en medio de la acción. Ambas ofrecen información importante al bebé que explora el mundo y su lugar en él», dijo en un comunicado el neurocientífico J. A. Scott Kelso, autor principal del estudio.
«La dinámica de coordinación del movimiento y la quietud constituyen conjuntamente la unidad de la percepción consciente del bebé: que puede hacer que sucedan cosas en el mundo. Intencionadamente», agregó.
El experimento con bebés
Para llegar a esta conclusión, Kelso y sus colegas pusieron en marcha un curioso experimento: pusieron un móvil sobre la cabeza de varios bebés y, al principio, les dejaron observar cómo se movía, siguiendo un patrón circular.
Después, conectaron el móvil al del pie de los sujetos, de tal forma que cuando el bebé daba patadas, el objeto se movía. De esta forma pudieron observar (y medir) el momento en que los movimientos del sujeto dejaban de ser aleatorios y se volvían intencionales.
Este momento, según Kelso, se caracteriza por un cambio en el patrón de los movimientos del bebé, que se vuelven mucho más intensos.
Una de las claves del estudio está en el papel que los investigadores le dan al entorno, que consideran una parte fundamental del proceso a través del cual surge la intencionalidad.
Según Kelso, la retroalimentación positiva amplifica y subraya la relación causa-efecto entre el movimiento del bebé y el móvil.
«En cierto nivel crítico de coordinación, el bebé reconoce sus poderes causales y pasa de un comportamiento espontáneo a otro intencional. Este momento se caracteriza por un aumento brusco de la velocidad de movimiento del bebé», agregó.
Teoría de la dinámica de la coordinación
Las bases de esta idea surgen de la teoría de la dinámica de la coordinación, desarrollada por Kelso y sus colegas, que entiende el movimiento coordinado no solo como los patrones que lo constituyen sino como el resultado de un sistema de ecuaciones capaces de describir desde células hasta sociedades.
En este sentido, realizando un análisis pormenorizado de los movimientos de los bebés, los investigadores vieron que había patrones no solo en sus acciones, sino también en sus pausas.
La dinámica de la coordinación de movimiento y quietud constituyen, conjuntamente, la unidad de la consciencia del bebé –que pueden hacer que sucedan cosas en el mundo, de manera intencional», explicó Kelso en el comunicado.
Los investigadores esperan que la información sobre los patrones que siguen los bebés a la hora de aprender a actuar de manera intencional ayude a desarrollar mejores tratamientos médicos infantiles.
Referencia
Sloan T, Aaron Jones N, Scott Kelso JA. Meaning from movement and stillness: Signatures of coordination dynamics reveal infant agency. PNAS.2023; 120 (39) e2306732120. https://doi.org/10.1073/pnas.2306732120
202023
Fuente: (DW.com) Tomado de Ciencia |Global © 2023 Deutsche Welle
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Un estudio publicado en JAMA Pediatrics asocia el uso de pantallas a un mayor riesgo de retraso en las habilidades comunicativas y la capacidad para resolver conflictos.
La Organización Mundial de la Salud, al igual que distintas sociedades pediátricas, recomienda no exponer a los bebés a pantallas durante su primer año de vida y limitar el consumo de televisión, tablets, móviles u otros dispositivos electrónicos a los niños de entre dos y cuatro años a un máximo de una hora al día.
Distintos estudios han asociado la sobreexposición a las pantallas con problemas del desarrollo; una evidencia a la que se suman ahora los resultados de una investigación liderada por Taku Obara, investigador de la Universidad Tohoku de Sendai (Japón), que ha realizado un seguimiento a 7 097 familias. Los detalles del trabajo se encuentran en el último número de JAMA Pediatrics. https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics
Según sus datos, cuanto mayor sea la exposición de los bebés de un año a las pantallas, mayor será también su riesgo de sufrir problemas de retraso en la comunicación y en la resolución de problemas a las edades de 2 y 4 años.
A través de cuestionarios a las familias, los autores de la investigación comprobaron que, en la población estudiada, 3 440 niños (48,5 %) estaban delante de una pantalla menos de una hora al día; 2 095 (29,5 %) lo hacían entra una y dos horas a lo largo de la jornada; 1 272 (17, 9 %) pasaban entre dos y cuatro horas frente a una pantalla cada día y, finalmente, 290 (4,1 %) niños estaban cuatro o más horas al día frente al televisor, el ordenador, la tablet o el móvil. De los 7 097 niños estudiados, 3 674 eran varones (el 51,8 % de la muestra analizada) y 3 423 eran niñas (48.2 %).
Al estudiar, a medida que los pequeños crecían, distintos aspectos relacionados con el desarrollo, los investigadores comprobaron que existía una asociación entre el tiempo de exposición a pantallas a la edad de un año con un mayor riesgo de retraso en las habilidades comunicativas y la capacidad para resolver conflictos a las edades de dos y cuatro años.
Este riesgo era mayor cuanto mayor había sido también la exposición a las pantallas, subrayan los investigadores, quienes aclaran que «en particular, más de cuatro horas de tiempo de exposición a las pantallas al día se asoció con retraso en la comunicación y en la resolución de problemas a los dos y a los cuatro años de edad».
«Los resultados de nuestro estudio apoyan los de investigaciones previas, que también han mostrado una asociación entre el tiempo de exposición a las pantallas con consecuencias en el desarrollo», señalan los investigadores en la revista científica.
En la última actualización de sus guías, la Academia Americana de Pediatría recomienda que antes de los 18 meses, la exposición de los bebés a pantallas sea nula, a excepción de videollamadas y siempre acompañados de un adulto.
La inmovilización provocada por el exceso de pantallas favorece la e-trombosis entre jóvenes
Primer centro público en España para tratar las adicciones a las nuevas tecnologías
El móvil, llamado a ser un aliado en la prevención del suicidio
Otro efecto de la pandemia: aumentan los casos de adicción a videojuegos
Para los niños de edades comprendidas entre los dos y los cinco años, el consejo es que el tiempo de pantallas durante la semana no supere la hora diaria. Según sus recomendaciones, nunca deben usarse pantallas durante las comidas, ni como ‘niñera’ o para calmar una rabieta. También es aconsejable que no haya dispositivos electrónicos con pantalla en las habitaciones de los niños y, en cualquier caso, que no se expongan a estos aparatos entre 30 minutos y una hora antes de dormir.
Recientemente, un estudio elaborado por Qustodio señaló que durante el verano los menores pasan un 30 % más de tiempo en las pantallas.
Referencia
Ippei Takahashi, Taku Obara, Mami Ishikuro, Keiko Murakami, Fumihiko Ueno, Aoi Noda, Tomomi Onuma, Genki Shinoda, Tomoko Nishimura, Kenji J. Tsuchiya, Shinichi Kuriyama. Screen Time at Age 1 Year and Communication and Problem-Solving Developmental Delay at 2 and 4 Years. JAMA Pediatr, 2023. doi:10.1001/jamapediatrics.2023.3057. doi:10.1001/jamapediatrics.2023.3057 https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2808593?resultClick=1
Diario Médico – Tomado -Medicina Pediatría
ago
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Una canción de cuna compuesta por el músico austriaco sirvió para tranquilizar a los bebés durante la prueba del talón, un pequeño examen de sangre que se realiza a los lactantes para detectar algunas enfermedades.
Cantar canciones de cuna tranquiliza a los recién nacidos, pero si estas piezas musicales las compuso Wolfgang Amadeus Mozart pueden además ayudar a aliviar el dolor que siente el bebé cuando se le somete a un análisis de sangre por punción en el talón, según se detalla en un estudio que publica este martes (29.08.2023) la revista Pediatric Research.
Ese es el resultado de un estudio realizado con cien lactantes, en el cual se señala que los recién nacidos que escucharon solamente una de las canciones de cuna compuestas por Mozart antes, durante y después del pinchazo registraron menos dolor y se calmaron antes.
Un pequeño examen para detectar enfermedades
Un equipo encabezado por el Centro Médico Lincoln de Nueva York desarrolló su investigación mientras los bebés se sometían a la llamada prueba del talón, un análisis de sangre en el pie que sirve para detectar algunas enfermedades como el hipotiroidismo congénito o la fenilcentonuria.
Los lactantes tenían una media de dos días de vida y habían nacido con 39 semanas de gestación. Como parte de los cuidados estándar, se administró a todos 0,5 mililitros de solución azucarada dos minutos antes de realizar la punción del talón. Los padres no podían abrazar físicamente al bebé para calmarlo durante el ensayo.
Más de la mitad escuchó a Mozart
54 de los 100 lactantes escucharon una canción de cuna instrumental de Mozart durante 20 minutos antes y durante la punción del talón y durante cinco minutos después, mientras que los restantes no escucharon música. Antes de recibir el pequeño pinchazo, los autores observaron niveles de dolor similares en ambos grupos de bebés, que eran de una media de cero.
Sin embargo, la puntuación media de dolor de los bebés que escucharon la canción de cuna fue significativamente menor durante e inmediatamente después del procedimiento, en comparación con los que no escucharon música.
Diferencias de dolor entre quienes escucharon la melodía
En concreto, las puntuaciones de dolor de los bebés que oyeron la melodía musical fueron de 4 durante la punción; 0 un minuto después y 0 dos minutos después. En cambio, en el grupo de los 46 restantes que no oyeron música, las puntuaciones de dolor fueron de 7; 5,5 y 2 en los mismos puntos temporales, según el estudio.
Tres minutos después del procedimiento, el equipo no observó diferencias significativas en las puntuaciones medias de dolor de los lactantes de ambos grupos.
«La intervención musical es una herramienta fácil, reproducible y barata para aliviar el dolor de procedimientos menores en recién nacidos sanos y a término», proponen los investigadores.
¿Cómo se sabe si un niño siente dolor?
Los niveles de dolor se determinaron en función de las expresiones faciales de los niños, el grado de llanto, los patrones de respiración, los movimientos de las extremidades y los niveles de alerta.
Los autores, que entre sus filas contaban con un investigador que llevaba auriculares con cancelación de ruido, tuvieron en cuenta la posible influencia de otros estímulos sensoriales en los niveles de dolor, realizando el procedimiento en una habitación silenciosa, poco iluminada y a temperatura ambiente, y no proporcionando a los recién nacidos chupetes ni consuelo físico.
Los autores sugieren que los próximos estudios podrían enfocarse en las grabaciones de las voces de los padres, que también pueden reducir el dolor en los recién nacidos durante procedimientos menores, así como explorar la influencia del consuelo físico de los cuidadores, además de la música, en los niveles de dolor.
Referencia
Anbalagan, S., Velasquez, J.H., Staufert Gutierrez, D. et al. Music for pain relief of minor procedures in term neonates. Pediatr Res (2023). https://doi.org/10.1038/s41390-023-02746-4.
https://www.nature.com/articles/s41390-023-02746-4
29/08/2023 (DW.com) Tomado Ciencia Estados Unidos © 2023 Deutsche Welle