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El 49 % de los empleados públicos en el último año ha tomado fármacos psicoactivos, como ansiolíticos, antidepresivos y somníferos, para cuidar su salud mental, según revela una encuesta elaborada por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).
Con motivo de la Semana Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo, CSIF ha presentado este viernes la encuesta ¿Cómo te sientes?, que está centrada en las medidas de promoción de salud mental y bienestar laboral de los empleados públicos.
La encuesta se ha realizado mediante entrevistas a más de 6 300 personas que trabajan en diferentes ámbitos de las administraciones públicas: Administración General del Estado y de las comunidades autónomas, ayuntamientos, Educación, Sanidad, Justicia y empresas públicas.
«El 76 % de los empleados públicos reconoce abiertamente que su salud mental se resiente por las condiciones de trabajo, circunstancia principal que lleva al consumo de estos psicofármacos», ha señalado la secretaria nacional de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF, Encarna Abascal Pérez, durante una rueda de prensa celebrada en Madrid.
En este sentido, los psicofármacos más consumidos son: ansiolíticos e hipnosedantes (71 % de los que reconoce su uso), antidepresivos (12 %) y otras sustancias (17 %).
En concreto, los motivos más mencionados para este consumo son un exceso de la carga de trabajo, falta de desconexión digital, deficiente calidad de liderazgo, falta de apoyo, conflictos entre compañeros y estrés laboral.
Con estos datos, Abascal ha asegurado que la situación de los empleados públicos es «insoportable», a la vez que ha denunciado «la falta de protección de la Administración a los trabajadores».
«Además, la mayoría de los centros de trabajo no cuenta con medidas frente a riesgos psicosociales y apoyo psicológico, por lo que se incumple la Ley de Prevención de Riesgos Laborales por la falta de medidas de protección de los profesionales», ha indicado Abascal.
PERFIL: MUJER Y TRABAJADORA EN SANIDAD O EDUCACIÓN
CSIF destaca que el consumo diario de estos fármacos es casi generalizado en todos los ámbitos de la Administración. El perfil mayoritario es el de una mujer de prácticamente todos los rangos de edad (entre los 35 y los 67 años), trabajadora de la sanidad pública, en la administración o en un centro educativo, que consume ansiolíticos para soportar la sobrecarga de trabajo, falta de reconocimiento, dificultad para conciliar, discriminación por motivos de salud, conflicto entre compañeros, acoso y la falta de desconexión digital.
«La mayor parte de la prescripción de psicofármacos se produce en Atención Primaria. Los profesionales no lo hacen mal, pero lo más rápido y fácil es poner el fármaco a la persona en ese momento. Hay que tener en cuenta que la intervención de un psiquiatra necesita más tiempo y recursos y eso, en ocasiones, es complicado», ha afirmado el psiquiatra Carlos Llanes.
Además, el 60 % reconoce que necesita ayuda psicológica, pero solo la obtiene un 38 %, en la mayoría de los casos costeándosela por sus propios medios; y más de dos tercios de los empleados públicos (el 67 %) revela que en el último año no se ha realizado en su centro de trabajo ninguna actuación relacionada con la promoción de la salud mental y protección frente a riesgos psicosociales.
En este punto, Elia Ruiz, enfermera, ha contado su caso, en el que tuvo que recibir tratamiento psicológico después de cambiar de servicio. «En ese momento, la conciliación familiar no era viable, algo que me generó estrés. A partir de ahí comencé con el parche de los ansiolíticos y el año pasado, en plena campaña de vacunación de la gripe, tuve un ataque de pánico. Sentí que me iba a morir y, a partir de ahí, fueron más ansiolíticos y antidepresivos, hasta llegar a una baja laboral que duró seis meses», ha detallado Ruiz.
AMBIENTE DE TRABAJO
El 57 % de los encuestados reconoce que en su organización no existe ni se promueve un clima laboral de confianza. En este sentido, las situaciones más frecuentes en este año y por las que hasta se han llegado a sentir sobrepasados en algún caso son sobrecarga de trabajo, falta de desconexión digital, acoso, falta de reconocimiento, dificultad para conciliar, discriminación por motivos de salud y conflicto entre compañeros.
Más de la mitad de los empleados públicos no comunicaría que tiene una enfermedad mental en el trabajo por miedo a sentirse discriminado o estigmatizado, en concreto un 57 %. Un 31 % lo haría solo si fuera obligatorio.
El sindicato ha recordado que en España alrededor del 19 % de la población sufre alguna enfermedad mental a lo largo de su vida. El Ministerio de Sanidad estima que una de cada cinco personas experimenta algún tipo de trastorno mental, como depresión o ansiedad.
DERRUMBANDO ESTIGMAS DE LA SALUD MENTAL EN EL ÁMBITO LABORAL
Como consecuencia de este estudio, CSIF ha iniciado la campaña ‘Derrumbando estigmas de la salud mental en el ámbito laboral’ en todos los centros de trabajo para sensibilizar a los trabajadores sobre la importancia de la salud mental y animándoles a cuidarla, denunciando ante la Inspección de Trabajo y los comités de seguridad y salud cualquier incumplimiento en Prevención de Riesgos Laborales sobre salud y solicitando planes de promoción de la salud y prevención de las conductas suicidas.
Asimismo, el sindicato ha reclamado al Gobierno la adopción de medidas urgentes en el ámbito de la salud mental. «Es necesario más presupuesto para que los servicios públicos de salud incrementen el número de profesionales de la salud mental. En concreto, reclamamos un incremento de psicólogos clínicos en los centros de Atención Primaria y Especializada», ha manifestado Abascal.
Así, consideran necesario ampliar las plazas de especialidad de Medicina del Trabajo en las convocatorias anuales de Formación Sanitaria Especializada; actualizar el cuadro de enfermedades profesionales, y aumentar los recursos humanos en los servicios de prevención de las administraciones, entre otros.
25 octubre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Las personas que padecen ansiedad doblan las posibilidades de desarrollar Parkinson, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la University College de Londres, en Reino Unido.
Los especialistas se centraron en buscar si existía un vínculo entre las personas mayores de 50 años que habían desarrollado ansiedad recientemente y un diagnóstico posterior de Parkinson, de acuerdo con el artículo publicado en el British Journal of General Practice.
El equipo utilizó datos de Atención Primaria del Reino Unido entre 2008 y 2018 y evaluó a 109 435 pacientes que habían desarrollado ansiedad después de las cinco décadas y los comparó con 878 256 controles emparejados que no la padecían.
Luego rastrearon la presencia de síntomas de Parkinson (problemas de sueño, depresión, temblor y deterioro del equilibrio), desde el momento de su diagnóstico de ansiedad hasta un año antes de la fecha de un dictamen de Parkinson, para ayudarles a comprender el riesgo de cada grupo de desarrollarla a lo largo del tiempo y cuáles podrían ser sus factores de riesgo.
Los investigadores se aseguraron de ajustar los resultados para tener en cuenta la edad, el sexo, la privación social, los factores de estilo de vida, las enfermedades mentales graves, los traumatismos craneoencefálicos y la demencia, que pueden afectar la probabilidad de desarrollar la enfermedad en personas con ansiedad.
Hallaron que el riesgo de Parkinson se multiplicaba por dos en las personas con ansiedad, en comparación con el grupo de control.
También confirmaron que síntomas como la depresión, los trastornos del sueño, la fatiga, el deterioro cognitivo, la hipotensión, el temblor, la rigidez, el deterioro del equilibrio y el estreñimiento, son factores de riesgo para desarrollar Parkinson en personas con ansiedad.
01 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
jun
27
El vitiligo es la enfermedad despigmentante más frecuente (afecta al 1,6 % de la población), pero más allá del impacto físico, los pacientes hacen frente al emocional por el estigma social que provoca y que deriva en una alta prevalencia de diagnósticos de depresión y ansiedad, más del 50 % de los afectados.
En rueda de prensa con motivo del día mundial de esta enfermedad, el presidente de la Asociación de Pacientes con Vitiligo (ASPAVIT), Luis Ponce de León, ha presentado la campaña «Vitiligo: más allá de lo que se ve» que se inicia este martes en Madrid con un autobús que recorrerá las calles de la capital hasta el 1.° de julio para concienciar y sensibilizar sobre la enfermedad.
Este autobús circulará también por Barcelona, del 2 al 8 de julio, y por Valencia, del 10 al 15.
Ponce de León ha señalado la importancia de que la sociedad visibilice que «la piel de los pacientes con vitiligo está sana», lo único que ocurre es que los melanocitos, que son las células encargadas de la producción de melanina y responsables del color de la piel, pelo y mucosas dejan de ejercer su función por una cuestión de genética o inmunológica.
El vitiligo es una enfermedad crónica autoinmune que provoca pérdida de pigmentación, pese a no ser una enfermedad grave tiene una importante repercusión en la calidad de vida por el «el cambio constante que se produce en el cuerpo debido a la despigmentación y que más allá de la estética, afecta mentalmente», según ha relatado el presidente de ASPAVIT.
Ponce de León ha comentado que la adolescencia suele ser la peor etapa, por el estigma que provoca y que contribuye a la baja autoestima y al aislamiento social.
El jefe del servicio de dermatología del Hospital Universitario Fundación de Alcorcón, José Luis Estebaranz, ha explicado que la enfermedad se caracteriza por «la aparición de manchas blancas en la cara y en otras partes del cuerpo, generalmente de forma simétrica lo que repercute en la imagen del paciente».
Estebaranz ha comentado que algo tan cotidiano en época estival como ir a bañarse a playas o piscinas, se convierte en un reto para estas personas.
Por ello, ha insistido en acabar con los falsos mitos sobre esta enfermedad como, por ejemplo, que es contagiosa, lo que lleva al rechazo y la discriminación.
No hay tratamiento curativo, pero muchos efectivos
También ha comentado que «el 60 % de dermatólogos y médicos Atención Primaria dice a sus pacientes, por desconocimiento, que no hay tratamiento efectivo para su patología, lo que frustra aún más».
Estebaranz ha asegurado que no hay tratamientos curativos, pero sí efectivos para cada fase «como la fototerapia para estimular el melanocito, que combinado con inmunomoduladores consigue repigmentaciones significativas».
Además, ha dicho, «hay tratamientos de corticoides orales e inmunosupresores».
Ha insistido en que hay que tratar a estos pacientes ya que muchas veces tienen déficit de vitamina D y otras comorbilidades, como enfermedades del tiroides, alopecia areata, artritis reumatoide, diabetes o psoriasis, que se suman a trastornos psiquiátricos.
Este experto ha explicado que el vitiligo puede debutar en cualquier momento de la vida si bien el 50 % lo hace antes de los 30 años. Cuando antes aparece, la carga genética es mayor y el vitiligo es más intenso y con mayor afectación.
Para los próximos años, Estebaranz ha avanzado que habrá «muchas moléculas vía oral y vía tópica, que ayudarán muchísimo al paciente» y ha comentado que la investigación está muy involucrada en ensayos clínicos para revertir la alteración molecular.
Por su parte, el presidente de ASPAVIT ha comentado que, en España, solo el 0,2 % de las personas con vitiligo están diagnosticadas por lo que ha pedido más agilidad para que el paciente sea derivado al equipo dermatológico de su centro hospitalario de referencia.
«Tanto a nivel médico como social hemos de conseguir que no se banalice la enfermedad, hay que normalizar la patología», ha señalado.
La campaña, que hoy comienza, ha sido puesta en marcha por la biofarmacéutica Incyte, tiene el aval de ASPAVIT y ha sido revisada por la Fundación Piel Sana de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
El director general de Incyte Biosciences Iberia, Juan Díaz, ha reconocido que el vitiligo es una enfermedad compleja, pero el compromiso de la biofarmacéutica es poner a disposición de los pacientes tratamientos innovadores y soluciones a necesidades no cubiertas.
La campaña también se difundirá en redes sociales mediante el hashtag #VitiligoInvisible y la página www.esvitiligo.es dirigida a la población en general, para promover la inclusión y el respeto hacia quienes viven con la enfermedad.
25 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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12
Recibir un insulto o ser objeto de una provocación puede causar ira en muchas personas, pero basta con escribir en un papel la reacción ante un incidente negativo y luego triturarlo o tirarlo a la basura para reducir ese sentimiento.
Esa es la receta de un equipo de investigadores de la Universidad de Nagoya (Japón) en un estudio que publica este martes Scientic Reports, basado en años de investigación sobre la asociación entre la palabra escrita y la reducción de la ira.
«Esperábamos que nuestro método suprimiera la ira hasta cierto punto», sin embargo «nos sorprendió que la ira se eliminara casi por completo», indicó el investigador principal, Nobuyu Kawai, en un comunicado.
Interacciones con objetos físicos
Trabajos previos muestran cómo las interacciones con objetos físicos pueden controlar el estado de ánimo de una persona. En el caso de la ira, intentar controlarla, lograr reducir sus consecuencias negativas tanto en el trabajo como en la vida personal.
Deshacerse físicamente de un trozo de papel con sus pensamientos de enfado en una trituradora (izd) neutraliza eficazmente la ira, mientras que meterlo en una caja de plástico (dca) no lo hace, según investigadores japoneses.
Sin embargo, muchas técnicas de control de esta emoción carecen del apoyo empírico de la investigación y pueden ser difíciles de recordar cuando se está enfadado.
Para el estudio, un grupo de voluntarios escribió breves opiniones sobre problemas sociales importantes, por ejemplo si habría que prohibir fumar en público, y se les dijo que sus escritos serían evaluados.
Los resultados estaban, seguramente, muy lejos de lo que esperaban, pues todos ellos, independiente de lo hubieran escrito fueron puntuados con bajo en inteligencia, interés, simpatía, lógica y racionalidad.
Pensar sobre el enfado tras un insulto
Además, los evaluadores escribieron para todos el mismo comentario insultante: «No puedo creer que una persona con estudios piense así. Espero que esta persona aprenda algo mientras esté en la universidad».
Tras recibir esas opiniones negativas, los contrariados voluntarios escribieron sus pensamientos sobre los comentarios que habían recibido, centrándose en lo que desencadenaba sus emociones.
Un grupo tiró la opinión que acababa de escribir a la papelera o la guardó en un archivo en su escritorio; el otro grupo destruyó el documento en una trituradora o lo metió en una caja de plástico.
Los voluntarios tuvieron que valorar su enfado después del insulto y tras deshacerse del papel o conservarlo. Como era de esperar, todos los participantes manifestaron un mayor nivel de enfado tras recibir comentarios insultantes.
Sin embargo, los niveles de enfado de los individuos que tiraron el papel a la papelera o lo trituraron volvieron a su estado inicial tras deshacerse del papel.
Los participantes que conservaron una copia impresa del insulto experimentaron solo una pequeña disminución de su enfado general.
Hakidashisara
Además de sus beneficios prácticos, este descubrimiento puede arrojar luz sobre los orígenes de la tradición cultural japonesa conocida como hakidashisara, en el santuario Hiyoshi de Kiyosu, en la prefectura de Aichi, a las afueras de Nagoya.
Kakidashi se refiere a purgar o escupir algo y sara a un plato en el santuario Hiyoshi de Kiyosu, en la prefectura de Aichi, a las afueras de Nagoya, recuerda la nota de la universidad.
Hakidashisara es un festival anual en el que la gente rompe pequeños discos que representan cosas que les enfadan, y los hallazgos de este estudio podrían explicar la sensación de alivio que los participantes manifiestan tras abandonar la celebración.
10 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de | Noticia
mar
16
La Asociación Mundial de Medicina del Sueño y otras organizaciones relacionadas con este tema celebran hoy el Día Mundial del Sueño para que las personas tomen conciencia acerca de su importancia en la salud física y mental. La efeméride fue creada a iniciativa de proveedores y miembros de la comunidad médica vinculados con esta área de investigación y medicina a fin de prevenir y manejar los trastornos del sueño, así como divulgar los beneficios para la salud y el bienestar personal. De acuerdo a los últimos estudios realizados, se llegó a la conclusión de que nuestra vida mejoraría notablemente si dedicáramos el tiempo suficiente a tener un sueño de calidad.
Se estima que una persona adulta requiere entre siete y ocho horas de sueño, para restaurar las funciones del organismo. La falta de sueño trae como consecuencia daños irreparables a la salud y la calidad de vida de las personas, afectando a un alto porcentaje de la población a nivel mundial. Algunos de los principales trastornos son la apnea del sueño, que son patrones anormales en la respiración durante la etapa de sueño, interrumpiendo el llamado sueño profundo.
También, el insomnio o dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, la narcolepsia (somnolencia extrema o trastorno crónico del sueño durante el día). Asimismo, el síndrome de las piernas inquietas o enfermedad de Willis-Ekbom (impulso de movilizar las piernas al tratar de dormir, así como sensaciones de hormigueo, ardor y comezón).
Los trastornos del sueño pueden provocar a la larga enfermedades degenerativas y si no podemos disfrutar de un sueño de calidad es probable que el cuerpo comience a experimentar una serie de cambios y alteraciones, como los problemas en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico, que conllevarán a otras complicaciones más graves.
Algunos efectos y consecuencias son los cambios de humor, el incremento de los niveles de azúcar (diabetes) y el aumento de la presión arterial e inflamación, que pueden generar enfermedades del corazón. Igualmente, la obesidad, la debilidad del sistema inmunitario, la ansiedad y la depresión.
Washington, 15 marzo 2024 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Una mayor ingesta de comida ultraprocesada puede aumentar hasta en un 50 por ciento el riesgo de ansiedad y otros trastornos mentales, señala un artículo publicado hoy en la revista British Medical Journal (BMJ). Según esta indagación, las pizzas industriales, muchas salsas, los aperitivos salados o los fiambres se encuentran en este grupo que cada vez se consume más e incrementa también los peligros de padecer a edades tempranas enfermedades no transmisibles como trastornos cardiovasculares y diabetes tipo 2. ‘Entre los artículos revisados, publicados en los últimos tres años y que, si se suman sus participantes, incluyen a casi 10 millones de personas, los autores encuentran ‘pruebas convincentes’ de que, a mayores ingestas de esas comidas, el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular sube en un 50 por ciento, y un 21 el incremento de obesidad o problemas de sueño y un 22 por ciento más de depresión’, detalla el informe.
Otro estudio de los mismos autores de este más reciente en BJM indicaba ya que el riesgo de depresión se dispara cuando los ultraprocesados superan el 30 por ciento de la dieta diaria de una persona, además de potencial una mala salud gastrointestinal. Las evidencias con respecto a dichos ‘alimentos’ sugieren que son menos nutritivos y empeoran la dieta de quienes los toman pues, además de aportar demasiada sal, grasa o azúcar, dejan menos espacio en el estómago a otras comidas como las frutas, que contienen compuestos beneficiosos: los polifenoles o los fitoestrógenos. ‘También contienen menos fibra y proteínas, y concentran más calorías en menos cantidad.
Esta combinación puede favorecer el desarrollo de enfermedades crónicas que surgen por inflamación crónica o cambios en la microbiota’, revelaron los expertos Melissa Lane y Wolfgang Max, de la Universidad Deakin, en Australia, líderes de la indagación. Para sustentar mejor y a más largo plazo sus evidencias, estos especialistas proponen a la comunidad científica mundial hacer estudios a corto plazo para probar los efectos de los ultraprocesados, midiendo cambios en el peso, en la resistencia a la insulina, en la microbiota o en los niveles de inflamación.
29 febrero 2024 | Fuente: Prensa Latina| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A