analisis. sangrejpgEl análisis de muestras de sangre de pacientes con COVID-19 prolongado, una afección debilitante de causas desconocidas, ha revelado cambios en las proteínas séricas como la causa probable. Estos hallazgos destacan potenciales biomarcadores para el diagnóstico del COVID-19 prolongado y podrían proporcionar información sobre el tratamiento de la afección. No todos los pacientes se recuperan completamente del COVID-19. Aproximadamente el 20% de los pacientes diagnosticados con COVID-19 y alrededor del 5% de todas las personas infectadas con SARS-CoV-2 desarrollan síntomas persistentes, llamados COVID prolongado, que pueden persistir durante muchos meses. Los síntomas del COVID-19 prolongado pueden incluir fatiga, malestar tras un esfuerzo e incapacidad cognitiva, además de involucrar a múltiples órganos. Aunque estudios previos han mostrado que los pacientes con COVID-19 prolongado presentan signos de disfunción inmunológica, activación persistente de células inmunológicas y producción de anticuerpos autoinmunes, la causa subyacente del COVID-19 prolongado todavía se comprende de manera deficiente y los biomarcadores diagnósticos para esta condición no están bien definidos. Actualmente, el COVID-19 prolongado tampoco cuenta con un tratamiento efectivo. En esta ocasión, Carlo Cervia-Hasler y sus colaboradores informan de los hallazgos de un análisis longitudinal del suero sanguíneo de 113 pacientes que se recuperaron completamente de COVID-19 o desarrollaron COVID-19 prolongado, así como de controles sanos. Aplicando enfoques de proteómica de alto rendimiento, Cervia-Hasler et al. midieron los niveles séricos de 6596 proteínas humanas entre los participantes del estudio. Los sujetos con COVID-19 agudo confirmado fueron seguidos durante hasta un año y se tomaron nuevas muestras de suero sanguíneo a los 6 meses y a los 12 meses cuando ello fue posible. Los pacientes que experimentaron COVID-19 prolongado mostraron cambios en las proteínas del suero sanguíneo, lo que apunta a una activación desregulada del sistema del complemento, coagulación alterada y lesiones tisulares, lo que sugiere respuestas tromboinflamatorias continuas. Los autores muestran que, a nivel celular, la firma tromboinflamatoria asociada con COVID-19 prolongado se vinculó con un aumento de los agregados monocito-plaqueta. La desregulación de las proteínas del complemento podría contribuir a la tromboinflamación asociada con COVID-19 prolongado. Los hallazgos del estudio identifican posibles biomarcadores para COVID-19 prolongado y nuevas estrategias de tratamiento que justifican una investigación adicional tanto en el ámbito diagnóstico como terapéutico. Wolfram Ruf escribe en un artículo de Perspective relacionado: «Si bien las intervenciones terapéuticas con inhibidores de la coagulación y del complemento en COVID-19 agudo produjeron resultados mixtos, las características patológicas específicas del COVID-19 prolongado sugieren posibles intervenciones para pruebas clínicas».

Referencia: Cervia Hasler C, Brüningk S, Hoch T, Fan B, Muzio G, Thomson RC, et al.  Persistent complement dysregulation with signs of thromboinflammation in active Long Covid. Science[Internet].2024[citado 21 ene 2024];383(6680). DOI: 10.1126/science.adg7942

18 enero 2024| Fuente: EurekaAlert| Tomado de | Comunicado de Prensa

nobel medicinaEl nuevo premio nobel de Medicina Drew Weissman, cuyas investigaciones están en la base de la tecnología que hizo posibles las vacunas contra la covid-19, cree que aún hay margen de mejora y está trabajando para conseguir una inmunización universal frente a los coronavirus.

El inmunólogo estadounidense ha merecido este año el galardón junto a la bioquímica húngara Katalin Karikó por crear la tecnología que permite usar ARN mensajero como agente terapéutico, premio que recogerán junto al resto de galardonados el próximo domingo. Esa investigación fue crucial para desarrollar las primeras vacunas de la pandemia, salvando millones de vidas y previniendo enfermedades graves en muchas más, según dijo, al dar a conocer el premio, el Instituto Karolinska, encargado de otorgar este nobel.

Weissman (1959) señaló a EFE que aún hay margen para mejorar las vacunas basadas en ARN mensajero para la covid-19, un virus que muta de forma similar a la gripe, lo que supone que cada año haya que hacer nuevas vacunas pues el virus ya no es bloqueado por la del año anterior. Sin embargo, el nuevo nobel ya está trabajando, tanto en su laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania (EE.UU), como con un grupo internacional, en una vacuna ‘pancoronavirus’ o universal, ‘que protegerá contra todos’.

Dicha inmunización, que ‘tal vez sirva para cinco años, pero eso no lo sabemos aún’, evitará cualquier nuevo coronavirus, incluso los que puedan pasar a personas, procedentes por ejemplo de murciélagos, y cualquiera de las variantes del actual covid-19. El candidato vacunal se dirige a la fase de ensayos clínicos (con personas), pues hay uno que empezará en Tailandia, ‘probablemente dentro de seis u ocho meses’ y también trabaja en otro, de inicio ‘probablemente dentro de un año’, en colaboración con la Universidad de Duke (EE.UU).

El centro de las investigaciones de Weissman y Karikó es el ARN mensajero (ARNm) o ácido ribonucleico mensajero, un tipo de molécula que transporta la información genética necesaria de una parte de la célula a otra para fabricar las proteínas que nos permiten vivir. Ambos científicos, en aquella época en la Universidad de Pensilvania, descubrieron cómo modificar las moléculas de ARN para usarlas como agente terapéutico sin que el sistema inmune humano las destruyera e idearon un sistema para ponerlo en nanopartículas, lo que evita su rápida degradación.

Aunque durante la pandemia, esta tecnología se convirtió en base para el rápido desarrollo de vacunas, su potencial es muy grande en las más distintas áreas de la medicina, y Weissman estimó que ‘los principales cambios se producirán en los próximos 10 o 20 años’. En la actualidad -dijo- su equipo tiene siete vacunas en fase uno de ensayos clínicos para prevenir, entre otros, los norovirus (que causan vómitos y diarreas) o bacterias como ‘Clostridioides difficile’, que provoca infección en el intestino grueso, sin olvidar una universal para la gripe.

Además, ha creado un programa de terapia génica contra la malaria, que espera poder empezar a administrar en los próximos dos años, entre otras ‘muchas terapias en desarrollo’. Weissman lleva años investigando una vacuna para el VIH, de hecho ese era su objetivo principal cuando en 1997 conoció de forma casual, en una fotocopiadora de la Universidad, a Karikó. Ella ya investigaba en ARN-mensajero y allí comenzaría una estrecha colaboración de más de dos décadas.

Entre los proyectos de vacunas que está investigando el laboratorio de Weissman hay ‘un par’ dirigidas al VIH, que ‘probablemente tardarán entre cinco y siete años’ en llegar a fase tres (la última) de los ensayos clínicos. Además, destacó un programa de curación de la enfermedad, que ya prueba en modelos de macacos y ‘en seis meses sabremos si funciona’ si ese fuera el caso el próximo paso sería la prueba con pacientes.

El futuro del ARN-mensajero es muy prometedor, pero en el inicio de las investigaciones su potencial contó con poca atención de otros científicos. Sin embargo lo hoy nuevos nobeles siempre lo tuvieron claro. ‘Hace 25 años, Katie y yo enumerábamos todo lo que podía hacer el ARN-mensajero, pero bromeábamos diciendo que probablemente moriríamos antes de que este dejara huella en el mundo. Sin embargo, hemos sobrevivido hasta ahora’, dijo.

9 diciembre 2023|Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

cefaleaLa cefalea es un síntoma frecuente en la fase aguda de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y también uno de los efectos adversos más comunes tras la vacunación. En ambos casos, la fisiopatología de la cefalea parece estar relacionada con la respuesta inmunitaria del huésped y podría presentar similitudes. Ese ha sido el objetivo de un estudio, publicado en Revista de Neurología y desarrollado por un grupo de investigadores españoles y británicos (Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Brain Research Imaging Centre (CUBRIC) y Universidad Rey Juan Carlos), comparando el fenotipo clínico y la frecuencia de los síntomas asociados y de inicio en pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 y con la vacuna de la COVID-19.

Se realizó un estudio de casos y controles incluyendo pacientes con infección confirmada por COVID-19 y receptores de la vacuna de la COVID-19 que experimentaron un nuevo inicio de cefalea. Se administró un cuestionario estandarizado que incluyó variables demográficas, antecedentes previos de cefaleas, síntomas asociados y variables relacionadas con la cefalea. Ambos grupos se emparejaron por edad, sexo y antecedentes previos de cefaleas y se realizó un análisis de regresión multivariante. El estudio refleja que un total de 238 pacientes cumplieron con los criterios de elegibilidad. Los pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 presentaron una mayor frecuencia de artralgia, diarrea, disnea, dolor torácico, expectoración, anosmia, mialgia, odinofagia, rinorrea, tos y disgeusia. Además, los pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 experimentaron una duración diaria más prolongada de la cefalea y la describieron como la peor que habían experimentado. Los pacientes con cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19 experimentaron con más frecuencia dolor en la región parietal, fonofobia y empeoramiento de la cefalea por movimientos de la cabeza o de los ojos.

Los autores concluyen que la cefalea causada por la infección por el SARS-CoV-2 y la relacionada con la vacunación de la COVID-19 presentan más similitudes que diferencias, lo que respalda una fisiopatología compartida y la activación de la respuesta inmunitaria innata. Las principales diferencias estuvieron relacionadas con los síntomas asociados.

Ver más información:

González Celestino A, González Osorio Y, García Iglesias A, Echavarría Íñiguez A, Sierra Mencía A, Recio García J, et al. Diferencias y similitudes entre la cefalea relacionada con la COVID-19 y la cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19. Un estudio de casos y controles. Rev Neurol [Internet]. 2023[citado 22 nov 2023]; 77:229-239. PMID: 37962534DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7710.2023063

23 noviembre 2023 | Fuente: Neurología.com |Tomado de | Noticia Salud

noviembre 23, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Cefalea, Coronavirus, COVID-19, Dolor | Etiquetas: , , , |

covid moderna16 sep (Reuters) – Moderna declaró que los datos de un ensayo clínico mostraban que su vacuna COVID-19 actualizada probablemente sería eficaz contra la altamente mutada subvariante BA.2.86 del coronavirus, que ha hecho temer un resurgimiento de las infecciones.

Según la empresa, su vacuna ha multiplicado por 8,7 el número de anticuerpos neutralizantes en humanos contra la subvariante BA.2.86, que está siendo objeto de seguimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

‘Creemos que es una noticia que la gente querrá oír cuando se prepare para salir a vacunarse en el otoño (boreal)’, declaró en una entrevista Jacqueline Miller, responsable de enfermedades infecciosas de Moderna.

Los CDC han indicado previamente que BA.2.86 puede ser más capaz de causar infección en personas que previamente hayan tenido COVID o hayan sido vacunadas con inyecciones anteriores. La subvariante de ómicron presenta más de 35 mutaciones en partes clave del virus en comparación con XBB.1.5, la variante dominante durante la mayor parte de 2023 y el objetivo de las vacunas actualizadas.

Moderna ha comunicado a las autoridades reguladoras los nuevos hallazgos sobre su vacuna y los ha sometido a una revisión por pares para su publicación. La vacuna modificada aún no ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, pero se espera que esté disponible a finales de este mes o a principios de octubre.

La farmacéutica de Massachusetts y los productores rivales de vacunas contra el COVID-19, Novavax y Pfizer con su socio alemán BioNTech, han creado versiones de sus vacunas dirigidas a la subvariante XBB.1.5. El mes pasado, Moderna y Pfizer declararon que sus nuevas vacunas parecían ser eficaces contra otra subvariante preocupante denominada EG.5 en las pruebas iniciales.

Desde entonces, los organismos reguladores europeos han respaldado la vacuna de Pfizer/BioNTech, y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios británica la aprobó el martes, pero aún no han hecho ningún anuncio sobre la vacuna actualizada de Moderna. BA.2.86 se ha detectado ya en Suiza y Sudáfrica, así como en Israel, Dinamarca, Estados Unidos y Gran Bretaña, según un funcionario de la OMS.

Aunque es importante vigilar la variante, varios expertos dijeron a Reuters que es poco probable que cause una oleada de enfermedades graves y muertes debido a las defensas inmunitarias acumuladas en todo el mundo por la vacunación masiva y las infecciones previas.

06/09/2023

Fuente: (Reuters) Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

covid-19-516x288(CNN) — El covid-19 no se tomó vacaciones este verano boreal. Los niveles del virus en EE.UU. llevan semanas aumentando, pero es difícil saber con exactitud hasta qué punto se está propagando.

Los datos federales sugieren que los aumentos actuales se han mantenido muy por debajo de picos anteriores y repuntes notables. Pero a juzgar por el boca a boca entre familiares, amigos y compañeros de trabajo, puede parecer que todo el mundo conoce a alguien que está enfermo de covid-19 en estos momentos.

«Desgraciadamente, tenemos a varias personas infectadas con covid», dijo a CNN una organización sin fines de lucro dedicada a la salud cuando se le pidieron comentarios para este artículo.

Es posible que las tasas de enfermedad grave se mantengan en niveles relativamente bajos, pero los expertos coinciden en que probablemente haya más infecciones de las que pueden captar los actuales sistemas de vigilancia.

«Hay más transmisión de la que indican los datos de vigilancia», afirmó Janet Hamilton, directora ejecutiva del Consejo de Epidemiólogos Estatales y Territoriales. «Y deberíamos prestarle atención, porque estamos empezando a registrar un aumento».

Entre 2020 y 2022, el Instituto de Métricas y Evaluación Sanitarias de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés) elaboró estimaciones periódicas de las tasas de casos de covid-19 y proyecciones de tendencias. Pero el instituto de investigación interrumpió esa modelización en diciembre.

Según Ali Mokdad, profesor de Ciencias de la Métrica Sanitaria y director de Estrategia de Salud de la Población de la Universidad de Washington, todas las medidas que se tenían en cuenta en el modelo habían dejado de notificarse o habían cambiado de algún modo.

«El sistema de vigilancia ya no era adecuado para captar los cambios en el covid-19″, explicó. «Nos pareció que el margen de error era demasiado grande para hacer una predicción que pudiéramos defender».

Mokdad se negó a cuantificar una estimación del recuento actual de casos, pero afirmó que últimamente está recibiendo muchas llamadas y preguntas sobre el covid-19, algo similar a lo que experimentó a finales del año pasado. A mediados de diciembre, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) informaban de unos 500 000 casos semanales. Y las estimaciones del IHME de esa época sugieren que EE.UU. se encontraba en una de las peores oleadas de la pandemia, solo superada por la oleada de la variante ómicron del coronavirus.

Dos medidas imperfectas de la transmisión

El seguimiento de las tendencias del covid-19 siempre ha tenido sus dificultades. Pero el auge de las pruebas caseras rápidas (y la disminución general del interés público en las pruebas) ha eliminado casi por completo la capacidad de comprender el recuento actual de casos en todo el país. Los CDC dejaron oficialmente de informar sobre el recuento total de casos de covid-19 hace meses, señalando que los datos se habían vuelto menos representativos de las infecciones reales o de los niveles de transmisión con el paso del tiempo.

Cuando los recuentos de casos empezaron a ser menos fiables, algunos expertos apuntaron primero a las métricas de hospitalización como un sustituto razonable para medir la transmisión. Los hospitales realizaban pruebas periódicas a todos los pacientes, tanto si acudían por síntomas relacionados con covid como por cualquier otro motivo, y están obligados a notificar los casos positivos. La idea era que las tasas de casos en un hospital podían servir como indicador de las tasas de casos en la comunidad en general.

Según los datos de los CDC, en la semana que finalizó el 19 de agosto se produjeron unos 15 000 nuevos ingresos hospitalarios por covid-19, menos de la mitad que el año pasado por estas fechas y menos que durante el 80 % de la pandemia.

Pero los hospitales han modificado sus prácticas de análisis, equilibrando los requisitos y recomendaciones federales cambiantes con las evaluaciones de riesgo locales, lo que dificulta la comparación de datos de diferentes momentos.

«Cuando los suministros para las pruebas estuvieron disponibles por primera vez, pasamos a realizar las pruebas a todo el mundo, incluidos los trabajadores sanitarios de forma rutinaria, incluyendo a cualquiera que entrara por la puerta por cualquier motivo», dijo Nancy Foster, vicepresidenta de Calidad y Seguridad del Paciente de la Asociación Estadounidense de Hospitales. «Todos y cada uno se hacían la prueba».

Aunque los hospitales siguen estando obligados a informar de cualquier caso positivo, han reducido las pruebas para estar más en línea con las directrices sobre otras enfermedades infecciosas. La atención se centra en quienes presentan síntomas, han estado expuestos o podrían estar cerca de otros pacientes de alto riesgo.

«En este momento, los ingresos hospitalarios indican mucho más la gravedad que la transmisión generalizada», afirmó Hamilton.

El brazo en el que se administre la vacuna de refuerzo contra el covid-19 puede marcar la diferencia, según un estudio

Muchas de las medidas de vigilancia del covid-19 y otras medidas de salud pública dependen de que la gente busque pruebas clínicas o tratamiento médico, y esos comportamientos han cambiado en los últimos años. La vigilancia de las aguas residuales ofrece un enfoque más coherente mediante el seguimiento de la cantidad de virus eliminado en los sistemas de alcantarillado.

Pero interpretar esos datos puede ser complicado, y con el covid, los niveles de aguas residuales no pueden traducirse directamente en recuentos de casos.

La cantidad de virus que libera una persona infectada depende de muchos factores, como la presencia de anticuerpos de una vacuna o de una infección previa y la gravedad de la infección actual.

Los datos de Biobot Analytics, una empresa de biotecnología que se asoció con los CDC, muestran que las concentraciones de coronavirus en las aguas residuales son similares a las que había al comienzo de la primera oleada invernal en 2020.

Pero ahora que la gran mayoría de las personas en EE.UU. tiene cierta inmunidad al covid-19 a través de la vacunación, la infección o ambos, esas mismas concentraciones virales podrían traducirse en un mayor número de individuos infectados con infecciones más leves, pero aún contagiosas.

La tendencia al alza es clara

Aunque el número exacto de nuevas infecciones no está claro, dicen los expertos, las tendencias al alza de los datos disponibles son suficientes para hacer sonar la alarma.

«Los datos de vigilancia abarcan un continuo. Queremos disponer de varios tipos de datos que nos digan cosas diferentes. Cuando todos apuntan en la misma dirección, quizá sea el momento de preocuparse aún más», afirma Hamilton.

Y ahora mismo, muchas medidas clave indican un aumento.

Los ingresos hospitalarios semanales casi se han duplicado en el último mes, con un aumento del 19 % en la última semana, según los datos de los CDC. Y una muestra de laboratorios que participan en un programa federal de vigilancia señala que las tasas de positividad de las pruebas se han triplicado en los últimos dos meses.

Hay algunos signos esperanzadores: los datos de Biobot muestran que los niveles de aguas residuales pueden estar empezando a aplanarse, y las tasas de hospitalización relativamente bajas sugieren que puede haber un menor riesgo de enfermedad grave para muchos.

Pero a pesar de los claros signos de un aumento en el verano boreal, Estados Unidos ha estado viviendo en un «mundo de fantasía» donde la gente pretende que el covid-19 «no es relevante», dijo la Dra. Deborah Birx, coordinadora del Grupo de Trabajo de Respuesta al Coronavirus de la Casa Blanca durante la administración de Trump, al podcast «Start Here», de ABC.

«Queríamos tratarlo como la influenza porque eso era más fácil, pero nunca va a ser como la influenza», dijo Birx, explicando que el covid-19 viene en oleadas más frecuentes, enferma más a las personas, mata a más personas y puede tener complicaciones a más largo plazo, como el covid prolongado. «Así que acordemos todos que no es influenza. Nunca lo será. Seguirla y vigilarla como hacemos con la influenza nunca será adecuado en este país».

Precauciones como el uso de las mascarillas y estar al día con las vacunas son especialmente importantes a medida que este aumento de covid-19 se traslada a la temporada más amplia de virus respiratorios, dicen los expertos.

«Con cada temporada de enfermedades respiratorias, ya sea covid, gripe o VRS, estos aumentos pueden afectar a distintas personas de maneras diferentes, y siempre hay consecuencias graves asociadas a la temporada de enfermedades respiratorias», afirma Hamilton.

«Ahora es el momento de practicar un buen protocolo respiratorio. Ahora es el momento de que nos recordemos a nosotros mismos que debemos pensar en nuestro propio estado de salud individual y en el de las personas a nuestro alrededor».

Referencia

CDC. Respiratory Viruses. Update on SARS CoV-2 Variant BA.2.86.

https://www.cdc.gov/respiratory-viruses/whats-new/covid-19-variant-update-2023-08-30.html

Fuente: (CNN en español)- Tomado Salud Coronavirus

septiembre 8, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Coronavirus, COVID-19, Enfermedades, infecciones, Mundo | Etiquetas: , , , , , , |

mujer vacuna covid2La Universidad de Aarhus (Dinamarca) ha publicado dos nuevos estudios que arrojan luz sobre los efectos secundarios de la vacunación de la Covid-19, destacando en uno de ellos que el 30 por ciento de las mujeres que menstruaban notificaron cambios en su ciclo menstrual después de haber sido vacunadas contra Covid-19.

Ambos estudios se basan en la cohorte danesa BiCoVac, que permite realizar estudios basados en un amplio grupo de la población danesa.

En cuanto al estudio sobre alteraciones en la regla, su muestra incluyó a 13.648 mujeres menstruantes de entre 16 y 65 años que completaron todas las encuestas, recibieron su primera dosis de vacuna Covid-19 durante el periodo de recogida de datos y completaron las preguntas relacionadas con su ciclo menstrual.

Los investigadores examinaron qué factores podrían influir en esos cambios y descubrieron que las causas más comunes de las alteraciones menstruales, como el estrés, la edad y el tabaquismo, guardaban relación con los cambios de ciclo notificados tras la vacunación contra Covid-19.

«También descubrimos que las mujeres que habían estado preocupadas por la vacuna Covid-19, que habían tenido una infección grave por Covid-19 o que declararon haber experimentado varias reacciones a la vacuna tenían más probabilidades de notificar cambios menstruales tras la vacunación», afirma Christina Bisgaard Jensen, primera autora del estudio, que acaba de publicarse en la revista científica ´Human Reproduction´.

«Los cambios en el ciclo menstrual no son infrecuentes, y no podemos descartar que, en algunas personas, los cambios menstruales notificados se produjeran de forma aleatoria en relación temporal con la vacunación», afirma Christina Bisgaard Jensen, quien explica además que el estudio no puede utilizarse para identificar una correlación directa entre la vacunación con Covid-19 y los cambios menstruales notificados. «Se necesitan más estudios para establecer relaciones causales y la importancia clínica de los cambios menstruales autoinformados», afirma.

Según el segundo estudio, los efectos secundarios como malestar general, fiebre y cansancio se encuentran entre los más frecuentes en Dinamarca. Así, los efectos adversos notificados con más asiduidad tras el primer pequeño pinchazo en el hombro son enrojecimiento y dolor en el lugar de la inyección, que experimentan el 20 por ciento de las personas. Tras el segundo y el tercer pinchazo, la fatiga es el efecto secundario más notificado, por el 22 y el 14 por ciento de las personas, respectivamente.

El estudio se ha publicado en la revista ´Vaccine´. Los efectos secundarios más graves, como la parálisis facial y las reacciones alérgicas, no son tan frecuentes.

«Las mujeres, las personas de entre 25 y 35 años y las personas que habían tenido Covid antes de vacunarse declararon experimentar efectos secundarios con más frecuencia que los hombres, las personas mayores y las personas que no habían recibido Covid-19 previamente», afirma Kristoffer Torp Hansen, primer autor del estudio y ayudante de investigación del Departamento de Salud Pública.

Los resultados también muestran que los efectos secundarios agudos difieren según la vacuna administrada. Las personas vacunadas con la vacuna de AstraZeneca declararon más efectos secundarios después de la primera dosis que las vacunadas con las otras inyecciones.

Las personas que recibieron la vacuna de Moderna notificaron más efectos secundarios después de la segunda y tercera dosis en comparación con las personas que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech.

30/08/2023( IMMédico) Tomado- Obstetricia y Ginecología 

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