diabetes.tipo-2Aunque la diabetes tipo 2 (T2D) es más común en adultos, ha habido un enorme aumento en los casos de inicio precoz, generalmente asociados con la obesidad.

Un nuevo estudio ha encontrado que la esperanza de vida de las personas diagnosticadas con diabetes antes de los 30 años es 14 años menor que para las personas sin diabetes.

La diabetes tipo 2 es una condición crónica que se desarrolla cuando el cuerpo deja de producir suficiente insulina, la hormona que controla la glucosa en sangre o deja de responder a ella.

La insulina mueve la glucosa, producida por la digestión de los alimentos, desde la sangre hasta las células donde se puede utilizar. Se habla de Resistencia a la insulina, cuando las células dejan de responder a la insulina, puede conducir a Prediabetes y diabetes tipo 2.

En el pasado, se pensaba que la diabetes tipo 2 se desarrollaba sólo en personas mayores, y aún es más común en las edades de 50 años o más. Sin embargo, los casos en los más jóvenes han ido en aumento. Los factores de riesgo incluyen la obesidad, el estilo de vida, parientes cercanos con diabetes tipo 2, siendo de origen étnico negro y de las minorías, y pertenecer a un grupo socioeconómico menos acomodado.

Un nuevo estudio, publicado en Lancet Diabetes & Endocrinology, ha analizado el efecto del diagnóstico de diabetes tipo 2 sobre la esperanza de vida.

Los hallazgos destacan que ser diagnosticado con diabetes tipo 2 acortó la esperanza de vida en un promedio de seis años. Sin embargo, si ese diagnóstico era antes de los 30 años, la esperanza de vida se redujo en 14 años.

Sin embargo, en una noticia más prometedora, otro estudio encontró que el tirzepatide, un nuevo fármaco inyectable para la diabetes, es tan efectivo en aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano como en personas que desarrollan la condición más adelante en la vida.

Esta investigación fue presentada en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Hamburgo, Alemania.

En un estudio utilizando datos de dos fuentes a gran escala, los factores de riesgo emergentes Colaboración y el Biobanco del Reino Unido, los investigadores investigaron las asociaciones entre la edad en el diagnóstico de diabetes y la esperanza de vida.

Descubrieron que por cada década y diagnóstico temprano la diabetes tipo 2 reducía la esperanza de vida se redujo en 3-4 años.

Los diabéticos, si no están bien manejados, pueden llevar a múltiples complicaciones, como insuficiencia renal, enfermedades cardíacas y amputaciones, cada una de las cuales reduce la esperanza de vida.

– Dr. Robert Gabbay, director científico y médico de la Asociación Estadounidense de Diabetes, quien no participó en el estudio, en declaraciones a Medical News Today.

En Estados Unidos, en comparación con una persona sin diabetes, un hombre de 50 años con diabetes murió en promedio 14 años antes si se le diagnosticaba a la edad de 30, 10 años antes cuando se le diagnosticaba a los 40, o seis años antes cuando se le diagnosticaba a los 50. Las estimaciones correspondientes para la Unión Europea eran 13, nueve, o cinco años antes.

Uno de los autores, Prof. Naveed Sattar, del Instituto de Ciencias Cardiovasculares y Médicas de la Universidad de Glasgow, dijo en un comunicado de prensa: «Nuestros hallazgos apoyan la idea de que el individuo diagnosticado más joven de diabetes tipo 2, tiene más daños acumulados en su cuerpo por el metabolismo deteriorado.

Sin embargo, añadió una nota esperanzadora: «Pero los hallazgos también sugieren que la detección temprana de la diabetes por cribado seguida de un manejo intensivo de la glucosa podría ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo».

En otro estudio, hay buenas noticias potenciales para aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano.

Los investigadores descubrieron que tirzepatide (Mounjaro), perteneciente a una nueva clase de drogas que imita el efecto del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) y el polipéptido insulinotrópico (GIP) dependiente de la glucosa, dos hormonas involucradas en el control del azúcar en sangre y la supresión del apetito, es eficaz tanto en aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano como en las personas que desarrollan la enfermedad más tarde.

El fármaco, administrado por una inyección una vez por semana, está aprobado por la FDA en los Estados Unidos desde mayo de 2022 y en el Reino Unido para tratar la diabetes tipo 2 desde septiembre de 2023.

En este estudio, investigadores de la Universidad de Leicester, Reino Unido y Estados Unidos, evaluaron el efecto del tirzepatide en el control de la glucosa en sangre, el peso corporal y los marcadores cardiometabólicos en la diabetes de desarrollo temprano y tardío. Se usaron datos del programa SURPASS (SURPASS-1, -2, -3 y -5) para tres dosis diferentes de tirzepatide – 5 mg, 10 mg y 15mg.

Descubrieron que el tirzepatide era igualmente eficaz en ambos grupos en las tres dosis. Ambos grupos mostraron mejores niveles medios de glucosa en sangre y peso corporal después de 40 o 52 semanas. Su circunferencia de la cintura, lípidos y presión arterial sistólica también mejoraron.

La diabetes tipo 2 que se diagnostica en la edad adulta infantil o temprana (por debajo de los 40 años) se clasifica como diabetes tipo 2 de inicio temprano.

La diabetes de inicio temprano es generalmente más agresiva y difícil de tratar que la diabetes tipo 2 diagnosticada más adelante en la vida. El aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, muerte temprana y complicaciones microvasculares se relacionan con niveles elevados de glucosa en sangre, que puede llevar a:

–    retinopatía: Los vasos sanguíneos en la retina se dañan, lo que puede llevar a la ceguera.

–   daño nervioso por la falta de suministro de sangre en los vasos pequeños que conduce a los nervios.

–   nefropatía: Daño renal que impide que los riñones filtren adecuadamente la sangre, lo que conduce a una acumulación de metabolitos dañinos en el cuerpo.

La diabetes tipo 2 de inicio temprano no sólo es más agresiva, sino que generalmente responde peor a los medicamentos, lo que significa que nuestros hallazgos son realmente alentadores. Ahora se necesita continuar investigando para evaluar si comenzar el tratamiento con tirzepatide y medicamentos similares temprano en el curso de la enfermedad mejora los resultados a largo plazo en este importante grupo.

– Prof. Melanie Davies, autora correspondiente de la Universidad de Leicester, Leicester, Reino Unido.

El Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades aconseja varias maneras de reducir el riesgo de diabetes tipo 2:

Bajar de peso y mantenerlo lo alcanzado: Se puede prevenir o retrasar la diabetes al perder 5 a 7 % por ciento de su peso inicial.

Consuma una dieta más saludable: Reemplazar los alimentos procesados, las grasas trans, las bebidas azucaradas y el alcohol con consumo de verduras, proteínas magras, granos enteros, agua y bebidas sin endulzar.

Haz un plan y rastrea tu progreso para tratar de hacer permanentes los cambios de estilo de vida.

Las personas deben asegurarse que están comiendo alimentos saludables y enteros. Consuma una dieta equilibrada, baja en carbohidratos refinados, azúcares refinados, grasas saturadas y alimentos procesados. Hacer ejercicio de forma regular. Mantenga un peso corporal saludable, sin sobrepeso, no obesidad.

– Dr. Ishita Prakash Patel, endocrinólogo certificado por la junta, Texas Diabetes y Endocrinología en Austin, Texas, quien no estuvo involucrado en el estudio.

Referencia

Emerging Risk Factors Collaboration. Life expectancy associated with different ages at diagnosis of type 2 diabetes in high-income countries: 23 million person-years of observation. The Lancet Diabetes & Endocrinology[Internet].[citado 2 oct 2023]; 11(10): 731-742. https://doi.org/10.1016/S2213-8587(23)00223-1

13 octubre 2023│Fuente: Medical News Today│ Tomado de Noticia

octubre 13, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Diabetes Mellitus Tipo 2 | Etiquetas: , , , , , |

diabetes.tipo-2Hamburgo, DEU. El uso de los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede llevar a un subdiagnóstico, debido a los efectos de la pérdida de sangre menstrual en las lecturas de hemoglobina glucosilada, según muestra el primer estudio de este tipo.[1]

El análisis estima que, de las mujeres menores de 50 años no diagnosticadas, 17% más podrían ser reclasificadas como diabetes de tipo 2, y que las menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada notablemente más baja que los hombres menores de 50 años, con una media de 1,6 mmol/mol.

En un estudio que se presentó en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, los investigadores querían investigar si un factor que contribuye al diagnóstico tardío de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede ser la diferencia en niveles de hemoglobina glucosilada debidos al reemplazo de hemoglobina relacionado con la pérdida de sangre menstrual.

El estudio fue publicado en versión electrónica en Diabetes Therapy, donde los investigadores señalaron que «si el umbral para el diagnóstico de diabetes… se redujera en 2 mmol/mol para mujeres menores de 50 años, 17% adicional a estas (el equivalente aproximado a 35.000 mujeres en Inglaterra y Gales) serían diagnosticadas con diabetes…, lo que puede contribuir con hasta 64% de la diferencia en las tasas de mortalidad entre hombres y mujeres con diabetes de tipo 2 entre los 16 y 50 años».[2]

Añadieron que se encontró que los niveles de hemoglobina glucosilada en mujeres menores de 50 años eran consistentemente más bajos que los de los hombres, y que los niveles de hemoglobina glucosilada en las mujeres alcanzan el equivalente a los de los hombres hasta diez años después, lo cual «puede resultar en un retraso en el diagnóstico de la diabetes de tipo 2 en mujeres premenopáusicas».

Al señalar que el estudio fue observacional, el autor principal, Dr. Adrian Heald, endocrinólogo consultor de Salford Royal NHS Foundation Trust, en Salford, Reino Unido, dijo que «puede darse el caso de que la prediabetes y la diabetes de tipo 2 en las mujeres no se detecten porque el punto de corte debe ser ligeramente más bajo, pero además de nuestros hallazgos, se necesita un estudio sistemático que muestree la población de individuos en riesgo».

«También debemos volver a referirnos al uso de la prueba de tolerancia a la glucosa, porque la hemoglobina glucosilada se ha utilizado durante los últimos 15 años, pero no es el estándar de oro», añadió el Dr. Heald. «Los médicos a menudo se han preguntado si a los pacientes se les puede pasar por alto la medición de hemoglobina glucosilada o incluso si se les puede sobrediagnosticar».

Lucy Chambers, Ph. D., de Diabetes UK, reconoció que la investigación fue valiosa, pero agregó que «se necesita indagar más sobre las diferencias de sexo en los umbrales para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 antes de hacer cualquier cambio en la práctica clínica. Mientras tanto, alentamos a los médicos a seguir la guía actual respecto a no descartar la diabetes de tipo 2 basándose en un nivel único de hemoglobina glucosilada por debajo del umbral de diagnóstico».

Pero en apoyo de una mayor comprensión sobre las diferencias sexuales en los umbrales del diagnóstico de hemoglobina glucosilada, Chambers añadió que «recibir un diagnóstico preciso y oportuno garantiza que las mujeres reciban el tratamiento y el apoyo necesarios para controlar su diabetes de tipo 2 y evitar complicaciones a largo plazo, incluida la enfermedad cardiaca», donde las desigualdades en la atención basadas en el sexo ya contribuyen a peores desenlaces para las mujeres».

Efecto del rango de referencia de hemoglobina glucosilada sobre el diagnóstico de diabetes de tipo 2 y enfermedad cardiovascular asociada

En comparación con los hombres, las mujeres con diabetes de tipo 2 tienen un peor control glucémico, un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, esperanza de vida reducida (5,3 años menos frente a 4,5 años menos) y una mayor carga de factores de riesgo, como la obesidad y la hipertensión en el momento del diagnóstico.

Además, la diabetes de tipo 2 es un factor de riesgo más fuerte de enfermedad cardiovascular (ECV) para mujeres que para hombres, y las personas de entre 35 y 59 años que reciben un diagnóstico tienen el mayor riesgo relativo de muerte cardiovascular en todos los grupos de edad y sexo.

Los investigadores indicaron que estudios anteriores observaron diferencias en la hemoglobina glucosilada en relación con la menopausia, y también encontraron que «después de los 50 años, los niveles aumentaban en las mujeres».

Sin embargo, destacaron que la implicación de los diferentes rangos de referencia de hemoglobina glucosilada en el retraso del diagnóstico de diabetes, con un empeoramiento del perfil de riesgo cardiovascular, no se había reconocido previamente y que su estudio «destaca por primera vez que, si bien 1,6 mmol/mol puede parecer solo una pequeña diferencia en términos de mediciones de laboratorio, a nivel poblacional esto tiene implicaciones para un número significativo de mujeres premenopáusicas».

Los investigadores observaron inicialmente la tendencia en los datos locales en Salford, en el noroeste de Inglaterra. «Estos… datos resaltaron que las mujeres parecían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2 a una edad más avanzada, por lo que queríamos examinar cuál podría ser la causa», dijo a Medscape Noticias Médicas el autor del estudio Mike Stedman, B. Sc., director de Res Consortium, en Andover, Reino Unido.

Stedman y sus colaboradores evaluaron las diferencias de sexo y edad de la hemoglobina glucosilada en personas a las que no se les había diagnosticado diabetes (HbA1c ≤48 mmol/mol [≤ 6,5%]). «Analizamos datos de otros laboratorios [además de los de Salford, que suman 938.678 personas] para ver si se trataba de un fenómeno local. Solo pudieron proporcionar datos más recientes, pero también mostraron un patrón similar», añadió.

Finalmente, Stedman, el Dr. Heald y sus colaboradores estimaron el posible impacto nacional extrapolando los hallazgos basados en datos poblacionales de la Office for National Statistics del Reino Unido y en datos de la National Diabetes Audit para la prevalencia de la diabetes de tipo 2 y el exceso de mortalidad relacionado. Esto los llevó a la conclusión de que se diagnosticaría diabetes de tipo 2 en 17% adicional de mujeres si los valores límite se redujeran en 2 mmol/mol, es decir, a 46 mmol/mol para mujeres menores de 50 años.

Una hemoglobina glucosilada más baja en mujeres menores de 50 años puede retrasar el diagnóstico de diabetes de tipo 2 hasta diez años

El análisis encontró que la mediana de hemoglobina glucosilada aumentaba con la edad, pues los valores en mujeres menores de 50 años fueron consistentemente 1 mmol/mol más bajos que los valores en los hombres. Por el contrario, los valores de hemoglobina glucosilada en mujeres mayores de 50 años fueron equivalentes a los de los hombres.

Sin embargo, a la edad de 50 años, en comparación con los hombres, se encontró que la hemoglobina glucosilada en las mujeres tenía un retraso de aproximadamente cinco años. Las mujeres menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada menor que la de los hombres en un promedio de 1,6 mmol/mol (4,7 % de la media; p < 0,0001), mientras que esta diferencia en personas de 50 años o más era menos pronunciada (p < 0,0001).

Los autores escribieron que «una medición insuficiente de aproximadamente 1,6 mmol/mol de hemoglobina glucosilada en mujeres puede retrasar el diagnóstico de diabetes hasta diez años».

Un análisis más detallado demostró que con una hemoglobina glucosilada de 48 mmol/mol, 50% menos mujeres que hombres, menores de 50 años, podían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2, mientras que solo 20% menos mujeres que hombres de 50 años o más recibían ese diagnóstico.

La reducción del umbral de hemoglobina glucosilada para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 de 48 mmol/mol a 46 mmol/mol en mujeres menores de 50 años llevó a una estimación de que otras 35.345 mujeres no diagnosticadas en Inglaterra podrían ser reclasificadas con diagnóstico de diabetes de tipo 2.

Los autores agregaron que «se sabe que la diferencia de género en los factores de riesgo cardiovascular adversos está presente antes del desarrollo de diabetes [de tipo 2]» y que «una vez diagnosticada, la prevalencia de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es dos veces mayor en pacientes con diabetes… en comparación con aquellos sin diagnóstico».

El Dr. Heald añadió que siempre existe la posibilidad de que otros factores estén en juego y que el trabajo plantee preguntas en lugar de presentar respuestas.

Desde una perspectiva pragmática, los investigadores sugirieron que «un enfoque alternativo podría ser ofrecer una evaluación adicional mediante pruebas de glucosa plasmática en ayunas o pruebas de tolerancia a la glucosa oral para aquellos con valores de hemoglobina glucosilada de 46 o 47 mmol/mol».

«Cualquier persona con un diagnóstico temprano de diabetes de tipo 2, además de modificar su dieta, especialmente si hay riesgo cardiovascular, podría iniciar el tratamiento con metformina debido a los beneficios cardiovasculares, así como a los efectos reductores del azúcar», dijo el Dr. Heald, y agregó que «ciertamente no queremos que las mujeres se pierdan la metformina, que podría tener enormes beneficios a largo plazo».

Referencia

Holland D, Fryer AA ,  Stedman  M, Hanna  FW, Duff Ch ,  Green  L, et al.  Is the Current Cut Point for Glycated Haemoglobin (HbA1c) Correct for Diagnosing Diabetes Mellitus in Premenopausal Women? Evidence to Inform Discussion. Diabetes Ther[Internet]. 2023[citado 11 oct 2023].  https://doi.org/10.1007/s13300-023-01482-6

11 de octubre 2023|Fuente: medscape.com| Tomado de Noticias y Perspectivas

DiabetesInvestigadores británicos explican que no se ha tenido en cuenta el efecto de la pérdida de sangre menstrual al fijar el objetivo, y proponen reducirlo en 2 mmol/mol.

El umbral de hemoglobina glicosilada (HbA1c) para el diagnóstico de la diabetes tipo 2 debería reducirse en mujeres menores de 50 años en favor de su salud a largo plazo. Es la conclusión a la que llegan investigadores de varios hospitales y universidades de Reino Unido que presentarán los resultados de su estudio en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), que se celebra en Hamburgo (Alemania) entre el 2 y el 6 de octubre, y se publicarán en la revista Diabetes Therapy.

Pese a que la edad media de diagnóstico de la diabetes tipo 2 en las mujeres es más alta que en los hombres, la tasa de mortalidad asociada a la enfermedad es más alta sin que se conozcan las causas subyacentes.

El equipo de Adrian Heald, del Hospital Salford Royal (Reino Unido), explica que la menstruación obliga a replantarse este objetivo. Debido al reemplazo de hemoglobina por la pérdida de sangre menstrual, y la consecuente supervivencia más breve de los eritrocitos, la exposición de la hemoglobina a la glucosa es más corta en comparación con las personas que no menstrúan.

Para su estudio los autores recabaron los resultados de las pruebas de HbA1c de siete laboratorios de Reino Unido. En un primer análisis en una cohorte procedente de un laboratorio con datos de 146.907 personas, evaluaron las diferencias de sexo y edad en personas que tuvieron un resultado de HbA1c igual o inferior a 50 mmol/mol. Replicaron el proceso en una segunda cohorte, con los datos de seis laboratorios sobre 938.678 personas.

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En menores de 50 años, el valor de HbA1c medio fue de 1,6 mmol/mol menor en las mujeres que en los hombres, mientras que la diferencia en personas de 50 años o más fue menos pronunciada. En menores de 50 años, para que las mujeres presentaran el mismo valor de HbA1c tenían que ser hasta diez años mayores que los varones. Así, con el umbral de 48 mmol/mol, se diagnostica a un 50 % menos de mujeres que hombres entre los menores de 50 años, mientras que a partir de esa edad, el porcentaje de diferencia se reduce al 20 %.

Nuevo objetivo

Los autores evaluaron los efectos de reducir en un 4,2% el umbral de HbA1c para el diagnóstico de diabetes en mujeres menores de 50 años y situarlo en 46 mmol/mol en lugar de 48 mmol/mol. Calcularon que recortar en 2 mmol/mol este límite aumentarían en casi 35.000 los nuevos diagnósticos en mujeres menores de 50 años Inglaterra y Gales, frente a las 208 000 diagnosticadas actualmente. El diagnóstico más temprano permitiría iniciar cambios en su estilo de vida y tratamiento y mejorar sus resultados en salud en el corto y largo plazo.

Según comprenden, el infradiagnóstico de la diabetes tipo 2 en mujeres premenopáusicas como consecuencia de establecer el mismo umbral de hemoglobina glicosilada en ambos sexos contribuye a la diferencia del 64% en la tasa de mortalidad entre mujeres y hombres con diabetes mellitus con edades comprendidas entre 16 y 50 años.

Advierten además de la interrelación entre diabetes y enfermedad cardiovascular aterosclerótica, cuya presencia se duplica en los pacientes con diabetes. Para las mujeres, el peso de la diabetes como factor de riesgo cardiovascular es más importante que en los hombres ya que, entre los 35 y los 59 años, su riesgo relativo de muerte cardiovascular es mayor. Además, mientras que para los hombres se estima que la diabetes recorta en 4,5 años su esperanza de vida, en el caso de las mujeres lo hace en 5,3 años.

Por otra parte hay que tener en cuenta que las mujeres con diabetes están menos y peor tratadas que los hombres frente a la enfermedad cardiovascular, ya que se ha comprobado que reciben menos medicamentos preventivos como estatinas, aspirina y betabloqueantes.

«Es posible que sea necesario reevaluar el punto de corte de la HbA1c para el diagnóstico de diabetes mellitus en mujeres menores de 50 años. La identificación temprana tiene el potencial de mejorar los resultados de salud de las mujeres a largo plazo», escriben los autores.

Reconocen que «la logística para cambiar el límite diagnóstico de HbA1c en este grupo de mujeres puede ser un desafío». En este sentido, proponen que las mujeres con valores de 46 o 77 nmol/mol se sometan a pruebas adiciones de glucosa plasmática en ayunas o tolerancia a la glucosa oral. «Cualquier categorización basada en la HbA1c es siempre una aproximación, pero si el tratamiento dirigido a los factores de riesgo cardiovascular mejora la calidad y la esperanza de vida, la reclasificación habrá valido la pena».

«Gran implicación práctica»

Cristóbal Morales, experto de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y endocrinólogo en los hospitales Virgen Macarena y Vithas Sevilla, destaca que el interés del estudio por «su gran implicación práctica». El especialista indica que «igual que en otras patologías, el abordaje por género de la diabetes es totalmente necesario por las diferencias biológicas».

«Estos datos nos obligan a cambiar las guías para el abordaje de estas personas jóvenes, a las que quedan muchos años de vida, para hacer un diagnóstico temprano y hacer un buen control de la diabetes desde el inicio, que es clave para luego evitar esas complicaciones», comprende Morales.

La realidad, afirma, es que «cuando se hace un diagnóstico de diabetes en mujeres menores de 50 años, tienen muchas más complicaciones. Es problema también social, complejo, multifactorial». En este sentido bajar el umbral del diagnóstico, permitiría «un diagnóstico precoz, para poder instaurar un tratamiento precoz, intensivo y preventivo y evitar esas complicaciones macro y microvasculares de la temida diabetes tipo 2″.

Referencia

Holland D, Fryer AA, Stedman M, Hanna F, Duff Ch, Green L, et al. Is the Current Cut Point for Glycated Haemoglobin (HbA1c) Correct for Diagnosing Diabetes Mellitus in Premenopausal Women? Evidence to Inform Discussion. Diabetes Ther[Internet]. 2023. https://doi.org/10.1007/s13300-023-01482-6

3 0ctubre 2023 |Fuente: Diario Médico| Tomado de Endocrinología 

 

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semaglutidaUn pequeño estudio demuestra que permite evitar la prandial y, en la mayoría de casos, la basal, si se inicia el GLP-1 en los tres primeros meses tras el diagnóstico.

El agonista del GLP-1 semaglutida, autorizado en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, permite reducir de forma notable e incluso eliminar por completo la necesidad de insulina en pacientes con diabetes tipo 1 de reciente diagnóstico. Así lo muestran los resultados de un pequeño estudio publicados en una carta dirigida al editor de la revista The New England Journal of Medicine.

El equipo de Paresh Dandona, de Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo (Estados Unidos), explica que llevó a cabo su investigación con el fármaco comercializado por Novo Nordisk como Ozempic, Wegovy y Rybelsus en diez pacientes de entre 21 y 39 años. Todos recibían el tratamiento estándar con insulina basal y prandial y presentaban un nivel medio de hemoglobina glicosilada (HbA1c) en el momento del diagnóstico de 11,7.

Los pacientes comenzaron el tratamiento con semaglutida dentro de los tres primeros meses tras el diagnóstico, primero con una dosis baja de 0,125 mg a la semana para vigilar efectos secundarios y evitar hipoglucemias. Posteriormente se fue aumentando la dosis de semaglutida hasta un máximo de 0,5 mg mientras se reducía la insulina prandial en consonancia con los valores de la monitorización continua de la glucosa.

Así, a los tres meses, todos los pacientes dejaron de recibir insulina en bolo. Pero además, a los seis meses, siete de estos diez pacientes prescindieron también de la insulina basal. Las dosis se mantuvieron hasta el final del seguimiento a los doce meses. La HbA1c media de los pacientes cayó a 5,9 a los seis meses y a 5,7 a los 12.

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Si bien, según explican los autores en su carta, durante el periodo de aumento de dosis de semaglutida se registraron hipoglucemias leves, tras la estabilización de las dosis no se registraron más episodios de este tipo, ni de cetoacidosis diabética u otros efectos secundarios graves.

Hipótesis

Se sabe que la mayoría de diabéticos tipo 1 de nueva aparición presentan una reserva sustancial de células beta intactas, que llega hasta el 50 % en el momento del diagnóstico. «Esto nos permitió plantear la hipótesis de que la semaglutida, que actúa mediante la estimulación de la secreción de insulina de la célula beta, podría potencialmente reemplazar la administración de insulina prandial», apunta Dandona en un comunicado difundido por la universidad.

Dandona lleva más de una década investigando la posible utilidad de los medicamentos para diabetes tipo 2 en la tipo 1. Ya en 2011 publicó un estudio en el que apuntaba que la liraglutida, otro agonista del GLP-1, podría podría funcionar en diabetes tipo 1.

Los nuevos resultados de la semaglutida «indudablemente nos sorprendieron  nuestros hallazgos y también nos entusiasmaron mucho», observa Dandona. «Si se confirman en estudios más amplios y con períodos de seguimiento prolongados, posiblemente podría ser el cambio más dramático en el tratamiento de la diabetes tipo 1 desde el descubrimiento de la insulina en 1921″, señala el investigador.

Referencia

Paresh Dandona P, Ajay Chaudhuri, Husam Ghanim. Semaglutide in Early Type 1 Diabetes. N Engl J Med 2023; 389:958-959. DOI: 10.1056/NEJMc2302677

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc2302677

07/09/2023

Fuente: (Diario Médico) -Tomado-Endocrinología © Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.

Semaglutida, insulina, pacientes, tratamiento, eliminación de insulina

celula beta1Madrid, 5 Sep. 2023 (Europa Press) – Un estudio de la Universidad de Granada y el instituto de investigación ibs.GRANADA ha demostrado que las células beta del páncreas, con alta capacidad productiva de insulina, podrían ser clave en el desarrollo de la diabetes, lo que podría revolucionar su prevención y tratamiento.

El estudio, en el que la UGR ha colaborado con la Universidad de Cornell y otras instituciones como Harvard, UC Davis, la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) y la Universidad Nacional de Colombia, y publicado en la revista ‘Nature Cell Biology’, sugiere que la pérdida de un solo tipo de célula beta pancreática con alta capacidad productiva de insulina podría ser un factor contribuyente en el desarrollo de esta enfermedad.

Las células beta del páncreas son las responsables de sintetizar y secretar insulina, la hormona que controla los niveles de glucosa en sangre. Los investigadores han utilizado la técnica de transcriptómica de célula única (scRNA-Seq) para evaluar la expresión génica en células beta a nivel individual, permitiendo el estudio de subpoblaciones celulares y su importancia en el desarrollo de la diabetes.

El estudio reveló que un subtipo de células beta con una alta expresión de genes involucrados, tanto en el metabolismo del azúcar como en la secreción de insulina, está reducido en ratones y pacientes con diabetes tipo 2.

Además, se determinó que este subtipo poseía una alta expresión del gen CD63, permitiendo usar esta proteína como un marcador para aislar este tipo específico de célula beta. El trasplante de células beta con alta expresión de CD63 en ratones con diabetes restauró sus niveles de azúcar en sangre a niveles normales. Pero, al quitar las células trasplantadas, los ratones volvieron a mostrar niveles altos de azúcar en sangre. Por otro lado, el trasplante de células beta con baja expresión de CD63 no restauró los niveles de azúcar en sangre.

El estudio incluye un metanálisis que analiza diferentes estudios realizados en humanos, realizado en colaboración con investigadores de UC Davis, en el que confirmaron sus hallazgos.

Los hallazgos de este estudio sugieren que los tratamientos dirigidos a la preservación o el aumento de la frecuencia de este tipo de células beta con alta producción de insulina podrían mejorar la atención de los pacientes con diabetes tipo 2. En este sentido, los investigadores también demostraron que los agonistas de GLP-1, medicamentos que pueden ayudar a bajar de peso y disminuir de la glucosa en la sangre, mejoraron la función de las células beta con baja actividad metabólica y expresión de CD63.

El primer firmante del artículo, Alfonso Rubio, indica que ‘el uso de técnicas de célula única permitió caracterizar y determinar cambios en las diferentes subpoblaciones de célula beta generados durante la aparición de la diabetes tipo 2′. Además, añade que ‘este estudio abre una puerta a nuevos tratamientos anti-diabéticos basados en conservar o trasplantar este subtipo de célula beta con elevada actividad metabólica’.

Referencia

Rubio-Navarro A, Gómez-Banoy N,   Stoll L, Dündar F, Mawla AM,    Ma  L, et al. A beta cell subset with enhanced insulin secretion and glucose metabolism is reduced in type 2 diabetes. Nat Cell Biol 25, 565–578 (2023). https://doi.org/10.1038/s41556-023-01103-1

https://www.nature.com/articles/s41556-023-01103

Fuente: (Redacción Médica) Copyright © 2004 – 2023 Sanitaria 2000

Según un nuevo estudio, un orden de bacterias puede ayudar a reducir la resistencia a la insulina.

bacteriasEl mismo estudio identificó otro tipo de bacteria que puede servir como indicador de resistencia a la insulina.

Una combinación de análisis y experimentos con animales confirmó una relación causal entre dichas bacterias y la resistencia a la insulina, un factor importante en la diabetes tipo 2.

Los primeros signos de una comunidad de células microbianas, en su mayoría bacterias, que viven principalmente en el microbioma de nuestro intestino superior e inferior se discernieron hace más de un siglo.

El término «microbioma» no fue acuñado hasta 2009 por Joshua Lederberg. Nos encontramos en los primeros días de nuestra comprensión de este complicado terreno microbiano.

Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro RIKEN de Ciencias Médicas Integrativas (IMS) en Japón informa el descubrimiento de un orden de bacterias intestinales que pueden ayudar a proteger contra la diabetes tipo 2 y la obesidad al mejorar la resistencia a la insulina. La bacteria es Alistipes indistinctus.

Los investigadores también identificaron bacterias del orden Lachnospiraceae que están presentes con mayor frecuencia en las heces de personas con resistencia a la insulina, en comparación con aquellas sin resistencia a la insulina. Esto sugiere que puede ser un biomarcador útil de la afección.

El estudio aparece en la revista Nature.

Bacterias y resistencia a la insulina.

Los investigadores analizaron muestras de heces tomadas en controles periódicos de 306 personas sanas de entre 20 y 75 años, con una edad promedio de 61 años. De este grupo, el 71 % eran hombres y ninguno tenía diabetes.

El contenido de sus heces se comparó con los niveles de resistencia a la insulina de los individuos.

Resultó que las personas con un exceso de carbohidratos (monosacáridos como glucosa, fructosa, galactosa y manosa) en su materia fecal tenían más probabilidades de tener resistencia a la insulina.

Al observar de cerca los habitantes bacterianos de las muestras, los investigadores encontraron una mayor cantidad de bacterias Lachnospiraceae en personas con resistencia a la insulina, así como en personas con monosacáridos reveladores en las heces.

Por el contrario, las personas cuyas heces contenían más bacterias del tipo Bacteroidales, a diferencia de las Lachnospiraceae, tenían una menor resistencia a la insulina y una menor cantidad de monosacáridos en el intestino.

Alistipes protege contra la resistencia a la insulina

Los autores consideran que el principal punto fuerte de su investigación es la catalogación de 2 800 metabolitos fecales anotados combinados con el microbioma y la patología del huésped.

Los metabolitos son moléculas pequeñas que son subproductos del metabolismo celular y pueden proporcionar pistas químicas sobre las células que los produjeron durante la metabolización.

Este proceso permitió a los investigadores identificar metabolitos relacionados con la resistencia a la insulina, identificar asociaciones entre los carbohidratos fecales y la inflamación de bajo grado por resistencia a la insulina y, por lo tanto, seleccionar candidatos para la validación en experimentos con ratones.

«Ha habido algunos estudios que muestran la asociación de los microbios intestinales con la obesidad o la resistencia a la insulina en humanos», señaló el Dr. Hiroshi Ohno, líder del equipo del Centro RIKEN y uno de los autores del estudio.

“Por ejemplo, se ha demostrado que Alistipes disminuye en personas obesas. Sin embargo, estos estudios no lograron revelar la relación causal entre esos microbios y la obesidad”, dijo a Medical News Today.

«Al combinar el análisis del metaboloma y los experimentos con animales, demostramos la relación causal y que la administración oral de Alistipes puede proteger contra la resistencia a la insulina», dijo.

Cuando se le preguntó si su equipo tenía más planes para sus 2 800 metabolitos, el Dr. Ohno respondió: “Nos centramos más en los metabolitos hidrófilos [metabolitos que se mezclan con agua] en este estudio. Nos gustaría investigar en el futuro metabolitos hidrofóbicos/lipidómicos, que también incluyen metabolitos interesantes asociados con la resistencia/sensibilidad a la insulina en nuestro análisis preliminar”.

La fuente de los monosacáridos.

La presencia de monosacáridos en las heces de los individuos es una sorpresa, dijo el gastroenterólogo Dr. Ashkan Farhadi, que no participó en el estudio.

«Creo que hasta ahora pensábamos que todo lo absorbible ya se absorbía cuando llegaba al colon», señaló.

Según el Dr. Ohno, la fuente de estos carbohidratos son las fibras dietéticas o polisacáridos que normalmente son descompuestos por las bacterias intestinales.

Sin embargo, el Dr. Ohno planteó la hipótesis de que «cuando hay más Lachnospiraceae en el colon, la probabilidad de que esos microbios produzcan más monosacáridos es alta, lo que da como resultado una mayor cantidad de monosacáridos fecales».

Los monosacáridos no pueden pasar del interior del cuerpo humano al tracto intestinal, por lo que es poco probable que la insulina esté involucrada en la presencia de niveles elevados de monosacáridos en las heces, anotó.

Aplicar los resultados del estudio

Aunque los autores señalan que actualmente no hay probióticos disponibles que contengan A. indistinctus, eso podría cambiar algún día con una mayor validación de esta investigación.

En cuanto al biomarcador de resistencia a la insulina de Lachnospiraceae, el Dr. Ohno sugirió: “Una posibilidad es identificar bacteriófagos y/o endolisinas específicos de Lachnospiraceae. Podrían lisar [destruir] cepas de Lachnospiraceae si pueden ser aplicables para su uso en humanos”.

Las bacterias juegan un papel clave en el metabolismo.

El Dr. Farhadi señaló: “Nuestra comprensión del papel de las bacterias intestinales es cada vez más profunda, pero aún no ha llegado a la superficie. En realidad, es una comprensión muy superficial de lo que ellas [las bacterias] están haciendo”.

“Hubo muchos otros estudios”, dijo el Dr. Farhadi, “que muestran que podemos transferir la obesidad de un animal obeso a un animal delgado mediante la transferencia de bacterias. Pero este es el primer estudio que aporta un poco más de detalle a la evidencia”.

«Así que creo que es un gran avance para nuestra comprensión de que estos gérmenes intestinales tienen más influencia en nuestro cuerpo y su función, y particularmente ahora en el metabolismo».

– Dr. Ashkan Farhadi

Referencia

Tadashi Takeuchi   T,   Kubota T,   Nakanishi Y,     Tsugawa H,    Suda W,   Tae-Jun Kwon    A, et al.   Yazaki  J, K .Nemoto  S,   Mochizuki Y. Gut microbial carbohydrate metabolism contributes to insulin resistance. Nature (2023). https://doi.org/10.1038/s41586-023-06466-x

https://www.nature.com/articles/s41586-023-06466-x

Fuente: (Medical News Today) © 2023 Healthline Media UK Ltd, Brighton, UK. All

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