Imagen: Archivo.Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) examinaron a pacientes con COVID-19 en todo Estados Unidos que sobrevivieron a algunas de las batallas más largas y desgarradoras contra el virus y descubrieron que alrededor de dos tercios todavía tenían problemas físicos, psiquiátricos y cognitivos hasta un año después.

El estudio, que aparece en la revista Critical Care Medicine, revela el impacto que alteró la vida del SARS-CoV-2 en estas personas, la mayoría de las cuales tuvieron que ser conectadas a ventiladores mecánicos durante un promedio de un mes.

Demasiados enfermos para ser dados de alta a un hogar de ancianos especializados o a un centro de rehabilitación, estos pacientes fueron trasladados a hospitales especiales conocidos como hsopitales de cuidados intensivos a largo plazo (LTACH, por sus siglas en inglés). Estos hospitales se especializan en desconectar a los pacientes de los ventiladores y brindar atención de rehabilitación, y fueron una parte crucial de la respuesta a la pandemia.

Entre los 156 participantes del estudio, el 64 % informó tener un deterioro persistente después de un año, incluido el físico (57 %), respiratorio (49 %), psiquiátrico (24 %) y cognitivo (15 %). Casi la mitad, o el 47 %, tenía más de un tipo de problema. Y el 19 % siguió necesitando oxígeno suplementario. El seguimiento a largo plazo ayuda a esbozar el alcance de los problemas médicos que experimentaron quienes enfermaron gravemente de COVID al principio de la pandemia.

«Tenemos millones de supervivientes de la enfermedad COVID más grave y prolongada en todo el mundo» expone el primer autor del estudio, Anil N. Makam profesor asociado de medicina en la UCSF. «Nuestro estudio es importante para comprender su recuperación y sus deterioros a largo plazo, y para proporcionar una comprensión matizada de su experiencia que les cambió la vida».

Con este fin, los investigadores reclutaron a 156 personas que habían sido transferidas por COVID a uno de los nueve LTACH en Nebraska, Texas, Georgia, Kentucky y Connecticut entre marzo de 2020 y febrero de 2021. Los interrogaron por teléfono o en línea un año después de su hospitalización. La duración total promedio de la estancia en el hospital y el LTACH para el grupo fue de aproximadamente dos meses. Su edad promedio era de 65 años y la mayoría dijo que estaban sanos antes de contraer COVID.

Además de sus dolencias persistentes por COVID, los participantes también tenían problemas persistentes debido a sus largas estadías en el hospital, incluidas dolorosas úlceras por decúbito y años a los nervios que limitaban el uso de sus brazos o piernas. «Muchos de los participantes que entrevistamos estaban más molestos por estas complicaciones, por lo que evitar que ocurran en primer lugar es clave para la recuperación», apunta Makam.

Aunque el 79 % dijo que no había vuelto a su salud habitual, el 99 % había regresado a su casa y el 60 % de los que habían estado empleados anteriormente dijeron que habían vuelto a trabajar. Los resultados subrayan que es normal que alguien que ha sobrevivido a una enfermedad tan trave tenga problemas de salud persistentes.

«Las deficiencias duraderas que observamos son comunes a los sobrevivientes de cualquier enfermedad crítica prolongada, y no son específicas de la COVID, y se abordan mejor mediante rehabilitación multidisciplinaria», concluye Makam.

19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia

abril 20, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Coronavirus, COVID-19, Enfermedades Respiratorias, Enfermedades transmisibles, Neumología | Etiquetas: , , |

bicarbonatoDurante un turno reciente, nuestro equipo de urgencias vio a un paciente con cetoacidosis diabética bastante grave; su nivel de bicarbonato sérico era de 6 mEq/l y el pH en sangre venosa era de 6,85. Durante las conversaciones con el equipo de cuidados intensivos que lo ingresó, debatimos si debíamos administrar bicarbonato de sodio por vía intravenosa. Optamos por no administrarlo, aunque en cuidados intensivos se inició una infusión de bicarbonato poco después de asumir los cuidados. El paciente acabó recuperándose, pero no estaba claro si el bicarbonato de sodio había cambiado algo. Read more

antibioticos

Imipenem-relebactam muestra excelentes valores de sensibilidad tanto en enterobacterias como en P. aeruginosa, según estudios de investigadores españoles.

Varios grupos del área de Enfermedades Infecciosas del CIBER (CIBERINFEC) han demostrado la eficacia de una nueva combinación de antibióticos frente a bacterias multirresistentes en pacientes ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de España y Portugal.

Los trabajos, publicados en Microbiology Spectrum y en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy, forman parte de dos estudios multicéntricos de vigilancia epidemiológica de la resistencia realizados en 8 hospitales de España y 11 hospitales de Portugal.

En ellos se ha estudiado la sensibilidad antibiótica de un total de 747 enterobacterias y 474 P. aeruginosa procedentes de infecciones complicadas intraabdominales, del tracto urinario y del tracto respiratorio inferior de pacientes de UCI. Mediante secuenciación de genoma completo se caracterizó un subgrupo de 199 aislados de Enterobacterales y 62 de P. aeruginosa con distintos fenotipos de sensibilidad a imipenem-relebactam.

«Imipenem-relebactam mostró excelentes valores de sensibilidad tanto en enterobacterias (98,7%) como en P. aeruginosa (93,7%)», señala la investigadora del CIBERINFEC en el Hospital Ramón y Cajal y primera firmante de estos trabajos, Marta Hernández-García. De hecho, imipenem-relebactam mostró un 100% de sensibilidad frente a los aislados de Klebisella pneumoniae y Escherichia coli productores de BLEE y un 80% frente aislados de K. pneumoniae productora de carbapenemasas.

Además, el relebactam recuperó la actividad del imipenem en el 77 por ciento de los aislados de P. aeruginosa, incluyendo cepas resistentes de difícil tratamiento (RDT, 67%). «El relebactam recuperó la actividad del imipenem en todos los aislados de enterobacterales y P. aeruginosa productores de carbapenemasas de tipo KPC», destacan los autores.

En enterobacterales, la resistencia a imipenem-relebactam se asoció principalmente a clones de alto riesgo de K. pneumoniae predominantes en España, mientras que en la colección de P. aeruginosa se asoció a la producción de GES-13 en el clon CC235 (en Portugal) y de enzimas de tipo VIM en el CC175 (en España).

«A pesar de la proximidad geográfica de ambos países, en los estudios SUPERIOR y STEP se observan diferencias en la distribución de los mecanismos de resistencia en los aislados multirresistentes de Enterobacterales y P. aeruginosa de los pacientes ingresados en UCI, aspecto relevante a la hora de establecer estrategias de tratamiento y de contención de la dispersión de las resistencias», argumenta Hernández-García.

Además, según concluye el coordinador de ambos estudios, Rafael Cantón, imipenem-relebactam se presenta como una buena opción terapéutica en el tratamiento de las infecciones complicadas de difícil tratamiento, incluidas las producidas por bacterias multirresistentes productoras de carbapenemasas de tipo KPC.

Referencias:

Microbiol Spectr. 2022;e0292722. doi:10.1128/spectrum.02927-22

J Antimicrob Chemother. 2022;dkac298. doi:10.1093/jac/dkac298

 

10 de Agosto del 2023  Jano.es

Usar jabones germicidas en todos los pacientes internados en unidades de cuidados intensivos puede reducir hasta un  44 % las infecciones por Staphylococcus aureus (estafilococo dorado) resistente  a múltiples fármacos (SARM), responsable de muchas muertes, según un estudio  presentado el miércoles. Read more

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