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Científicos, pacientes y políticos abordan cómo conseguir este objetivo bajo la iniciativa ‘La voz de una gran noticia’
Las grandes empresas de Astrazeneca (empresa farmacéutica global con sede en Cambridge) y la Fundación FERO (fundación privada dedicada a la investigación oncológica, con sede en Barcelona) se unen para conseguir que el cáncer se cronifique y deje de ser mortal en 2023.
Este miércoles en la tarde se ha presentado la iniciativa ‘La voz de una gran noticia’ en la que han estado presentes representantes de los agentes necesarios para conseguir que este propósito sea una realidad. Se proponen unir las voces más relevantes de sanitarios, científicos, pacientes, instituciones e incluso medios de comunicación para conseguir la cronificación del cáncer para el siguiente año.
Marta Moreno, directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de Astrazeneca, ha explicado que este miércoles, con la presentación de la campaña, “es un día para mirar el futuro”. Pero para ello ha asegurado que el camino por recorrer “debemos hacerlo juntos”. “Esta iniciativa nace de la ambición de dar la noticia en el 2030 de que el cáncer ha dejado de ser una causa de muerte”, ha insistido.
La vicepresidenta de la fundación FERO, Silvia Garriga, durante su intervención ha insistido en que la razón de ser de la fundación y su compromiso es seguir luchando contra el cáncer desde que fue inaugurada en 2001 por su marido Josep Baselga. “Él tenía muy claro que la mejor manera de erradicar el cáncer era con el conocimiento y la investigación”, ha recordado. Además, ha incidido en que los últimos dos años antes de que el facultativo muriera, estuvo trabajando con Astrazeneca y “tenía la convicción de que si todos colaboramos esteremos cerca de dar la gran noticia”.
Tras la presentación inaugural, se han desarrollado dos mesas redondas con parte de los agentes protagonistas de la enfermedad del cáncer, coordinadas por Iñaki Gabilondo. En la primera, diferentes científicos y una paciente han debatido sobre cómo hacer posible este propósito. Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) ha comenzado explicando los pasos a seguir para mejorar las tasas de supervivencia y lo ha resumido en dos aspectos: seguir las recomendaciones de una vida saludable y cumplir con las campañas de vacunación y los cribados. Y ha lanzado una petición: “Ojalá pronto tengamos cribados de cáncer de pulmón, de próstata…”.
Continuando con la prevención, Aleix Prat, jefe de Oncología del Hospital Clínico de Barcelona y miembro del Patronato de FERO, ha incluido también a los biomarcadores. “En el ámbito de la prevención o detección precoz, los biomarcadores van a cambiar la forma de diagnosticar antes y tratar mejor”, ha detallado.
Mariana Bastos, miembro de Junta Directiva de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y hematóloga del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, se ha detenido en los pasos importantes que ha habido en los últimos años en relación con estas patologías. “Ha habido grandes hitos que han cambiado la forma de diagnosticar, como la incorporación de técnicas de secuenciación masiva; o la incorporación de terapias diana y la inmunoterapia que ha permitido cambiar el tratamiento”.
El presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda de Madrid, Mariano Provencio, ha abordado un tema que ha estado presente durante toda la jornada: la rotura de eslabones. Ha defendido que en España la investigación oncológica tiene “muy buena salida”, pero por el esfuerzo de los médicos, ya que el sistema no lo facilita. “Si somos un país que investiga mucho, que tiene pacientes que se benefician, pero no se traslada a nuestro país, solo a los pacientes del ensayo clínico…”, ha criticado y ha añadido que si Europa ya tiene un mecanismo central que es el CHMP donde la EMA evalúa la validez o no de la investigación, no entiende por qué ha de someterse posteriormente otra vez al fármaco. Prat, se ha unido a estas reivindicaciones y ha expresado que existe “un retraso inaceptable” de la incorporación de estos fármacos y de que sean financiados.
La política como parte de la ecuación para combatir el cáncer
La política también tiene un papel importante en conseguir el objetivo. Como representación política ha estado Concep Cañadell, portavoz del PDeCat de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, y Elvira Velasco, su homónima en el Partido Popular. Gabilondo les ha planteado a ambas qué harían en materia sanitaria oncológica en el caso de ganar las elecciones. Cañadell ha apostado por hacer un equipo de estudio interdisciplinar, reuniendo a los principales agentes como políticos, investigadores y farmacéuticas, entre otros, para conseguir centrar los esfuerzos y que haya un trabajo no supeditado al parlamento, con un periodo de tiempo para analizar dicho trabajo y el devenir de un proyecto que pueda dar respuesta a las personas.
Velasco, por su parte, ha insistido en actualizar la estrategia del cáncer, “hablar un idioma común” y coordinar entre todas las comunidades autónomas para evitar las inequidades “que estamos viendo”. Por otro lado, considera necesario modificar la financiación de la sanidad, cuidando de los sanitarios y actualizando los programas formativos. “En cuanto a los medicamentos tenemos que modificar la incorporación de las innovaciones terapéitocas con un sistema transparente”, ha explicado.
El acto ha sido clausurado de la mano de Cristóbal Balde, director del Instituto de Salud Carlos III, que ha recordado que la única herramienta posible para alcanzar el objetivo es la ciencia. “El impulso y la apuesta por la ciencia es lo único que va a permitir alcanzarlo”.
Abril 19/2023 (Redacción Médica) – Tomado de Industria Farmacéutica: https://www.redaccionmedica.com/secciones/industria/la-suma-de-voces-para-cronificar-el-cancer-en-2030-une-a-astrazeneca-y-fero-2765 Copyright 2004 – 2023 Sanitaria 2000.
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La deficiencia de vitamina D podría ser la razón por la que los hombres afroamericanos experimentan un cáncer de próstata más agresivo a una edad más temprana en comparación con los hombres estadounidenses de origen europeo, según sugiere una nueva investigación del Cedars-Sinai Cancer, en Estados Unidos, publicada en ´Cancer Research Communications´, revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR).
El estudio multiinstitucional podría allanar el camino para la revisión de las directrices nutricionales. Aunque en investigaciones anteriores se ha analizado la vitamina D en el contexto de las disparidades sanitarias, éste es el primer estudio que examina sus funciones de forma genómica en hombres afroamericanos frente a europeos.
«Los hombres afroamericanos tienen más probabilidades que los europeos de desarrollar cáncer de próstata y el doble de probabilidades de morir de esta enfermedad –afirma Moray Campbell, doctor e investigador científico del Centro Oncológico Cedars-Sinai y autor principal del estudio–. Estudios a gran escala han demostrado que las diferencias en el acceso a la atención sanitaria no explican totalmente esta disparidad sanitaria, y nuestro estudio identifica factores biológicos que podrían explicarla».
La vitamina D ayuda al organismo a absorber el calcio, esencial para la salud ósea, pero también contribuye a estimular la maduración de las células, según Campbell. A diferencia de las células normales, las cancerosas no maduran y mueren, siguen dividiéndose, creando más y más células anormales. «Sin niveles suficientes de vitamina D que las hagan madurar, las células de un tumor siguen multiplicándose sin control», asegura.
Campbell y otros investigadores descubrieron que el receptor de la vitamina D, una proteína que ayuda al organismo a utilizarla, parece haberse adaptado de forma diferente en las personas de ascendencia africana.
«Los antepasados de los hombres afroamericanos y euroamericanos se adaptaron a los climas de donde eran originarios –explica Campbell–. Los hombres africanos conservan mayores niveles de melanina en la piel para protegerse del fuerte sol, lo que también ayuda al organismo a producir vitamina D. Por ello, sus descendientes en Estados Unidos, que recibe menos horas al año de sol brillante que los países africanos, suelen tener carencias de vitamina D».
Cuando los investigadores examinaron células de cáncer de próstata de pacientes de ascendencia africana y europea, desarrolladas en el laboratorio del doctor Clayton Yates, de la Facultad de Medicina Johns Hopkins, observaron diferencias entre cómo reaccionaban estos grupos de células a la exposición a la vitamina D.
«Su respuesta a la vitamina D era muy, muy diferente, incluyendo qué genes controlaba el receptor de la vitamina D y la magnitud de ese control –apunta–. En los hombres afroamericanos, esta respuesta diferente los hacía más vulnerables al cáncer de próstata».
Campbell señala que nuevas investigaciones en esta línea podrían conducir a una revisión de las directrices nutricionales para la ingesta de vitamina D -tanto para la salud de los huesos como de la próstata- basada en la ascendencia genética.
Según apunta, es necesario seguir trabajando para determinar el nivel de vitamina D más beneficioso para cada grupo y examinar cómo funciona el receptor de la vitamina D con otras proteínas relacionadas con el cáncer de próstata.
«Este estudio es un ejemplo de las muchas iniciativas que se están llevando a cabo para desentrañar las causas profundas de las disparidades sanitarias –destaca Dan Theodorescu, director del Centro Oncológico Cedars-Sinai y Presidente Distinguido de PHASE ONE–. También muestra cómo la colaboración multiinstitucional puede maximizar el potencial de nuestro trabajo y por qué damos tanta importancia a nuestro equipo de Community Outreach and Engagement (COE) para involucrar a diversas poblaciones en la investigación del cáncer».
Campbell y sus colegas tienen previsto seguir investigando un grupo de microARN, pequeñas moléculas que ayudan a regular la expresión génica- en regiones del genoma reguladas por el receptor de la vitamina D.
Descubrieron una asociación entre estos microARN y el cáncer de próstata que podría utilizarse para desarrollar análisis de sangre que ofrezcan una imagen más completa de la salud de la próstata. El equipo también tiene previsto examinar la vitamina D y su relación con las disparidades sanitarias en otros cánceres hormonodependientes, como el de mama.
Abril 19/2023 (IMmédico) – Tomado de Oncología – Urología. Copyright 2023: Publimas Digital.
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Superar un cáncer puede incidir en el riesgo de enfermedad cardiovascular más allá del primer año desde el tratamiento oncológico, según concluye un estudio que aparece en la revista Heart, donde se corrobora el peso específico de este factor de riesgo que es independiente de otros “clásicos”, como el tabaquismo, la hipertensión arterial o el sobrepeso.
En estudios anteriores ya se había señalado la cardiotoxicidad de ciertos tratamientos oncológicos, pero no con el respaldo de una población tan extensa como la que incluye este estudio (18.714 participantes del Biobanco del Reino Unido, a los que se siguió durante doce años), ni con la ayuda de imágenes, que también aporta el trabajo.
Los participantes incluyeron a pacientes que habían superado alguno de los cánceres más frecuentes (pulmón, mama, próstata, sangre, útero o intestino) y que se emparejaron con un número similar de individuos sin la neoplasia, atendiendo a los factores de riesgo vascular.
El análisis muestra que el cáncer se asocia con más riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares y mortalidad cardiovascular a lo largo de doce años de seguimiento prospectivo. Además, las imágenes de resonancia magnética (RM) indicaron que los antecedentes de cáncer se vinculaban con una remodelación cardiaca adversa.
Necesidad de estratificar el riesgo
Los firmantes del estudio, encabezados por Zahra Raisi-Estabragh, cardióloga del Instituto de Investigación William Harvey en la Universidad Queen Mary de Londres, concluyen que “en las personas que han padecido cáncer se intensifica el riesgo cardiovascular, un elemento que parece independiente de los factores de riesgo vascular y persiste varios años después del diagnóstico oncológico inicial. Este estudio pone de relieve las necesidades específicas de los pacientes con cáncer y respalda la consideración de la estratificación del riesgo cardiovascular” en aquellos expuestos a dicha enfermedad.
“Los pacientes con cáncer presentan una constelación de factores de riesgo demográficos y clínicos que los exponen a un mayor riesgo cardiovascular”, escriben. “Nuestros hallazgos subrayan la importancia de controlar los factores de riesgo modificables de todos los pacientes durante y después de su tratamiento oncológico, así como centrarse en la vigilancia y las estrategias preventivas de áreas específicas”.
Cáncer de mama y hematológico
Los investigadores explican que se sabe que cierta quimioterapia administrada para el cáncer oncohematológico resulta perjudicial para el tejido cardiaco, así como la radioterapia dirigida a la pared torácica que recubre el corazón.
De igual forma, las supervivientes de cáncer de mama tenían mayor riesgo de desarrollar y morir de insuficiencia cardiaca y miocardiopatías no isquémicas, así como de ser diagnosticadas de pericarditis. Además, era más probable que sus escáneres mostraran alteraciones funcionales del corazón.
«Estas observaciones probablemente reflejen la cardiotoxicidad asociada a las terapias contra el cáncer de mama», señalan los autores del estudio, que añaden que estas personas también tenían ocho veces más probabilidades de morir por enfermedades asociadas a la hipertensión arterial.
De forma específica, los investigadores encuentran “asociaciones significativas” entre los antecedentes de cáncer de mama y hematológico y los hallazgos de RM cardiaca, incluso en ausencia de enfermedad cardiovascular prevalente. Los autores señalan que, independientemente de los factores de riesgo vascular subyacentes, los pacientes tratados por cáncer mostraron que tanto el tamaño como la función del corazón se habían alterado sustancialmente a peor. Las asociaciones más consistentes que se observaron mediante el escáner fueron con la FEVI [fracción de eyección del ventrículo izquierdo].
Enfermedades CV más frecuentes
La edad media de todos los participantes fue de 62 años; unos dos tercios eran mujeres. Casi un tercio de los supervivientes de cáncer desarrollaron una de las siguientes enfermedades durante el periodo de seguimiento del estudio: cardiopatía isquémica; ictus; ritmo cardiaco anormal (fibrilación auricular); insuficiencia cardiaca; alteración de la señalización eléctrica o problemas cardiacos mecánicos (miocardiopatías no isquémicas); coágulos sanguíneos en las venas, arterias o pulmones; inflamación del saco que rodea el corazón (pericarditis).
Las más frecuentes fueron la cardiopatía isquémica, la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca.
Abril 19/2023 (Diario Médico) – Tomado de Cardiología – Antecedentes de neoplasia. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.
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Varias líneas de trabajo se centran en el estudio de los efectos del ejercicio físico y los programas nutricionales en el bienestar de las pacientes con esta enfermedad.
Se estima que para 2040 el número de nuevos diagnósticos de cáncer aumentará en más de un 53%. Más allá de los tratamientos de quimioterapia o radioterapia, las intervenciones basadas en la nutrición, el ejercicio físico, la modificación de los factores ambientales y la atención integral de los pacientes con cáncer empiezan a cobrar fuerza en aras de mejorar su calidad de vida. La atención integral comprende el abordaje multidisciplinar del paciente; es decir, que todos los profesionales implicados en su manejo trabajen de manera consensuada y a la par, personalizando cada una de las acciones en cada uno de los pacientes y sus necesidades.
Así, Ejercicio, fisioterapia y bienestar en pacientes con cáncer de mama -publicado en una serie especial de la revista Frontiers in Oncology- se pregunta cómo influye el tipo de programa de recuperación del bienestar en el enfoque de intervención que se toma, así como qué tipo de actividad es más efectiva y adecuada para cada paciente.
El cáncer de mama, al igual que el resto de los diagnósticos oncológicos, presenta un reto por su gran supervivencia y la posibilidad de mantener las actividades de la vida diaria con un alto nivel de bienestar y calidad de vida. «Desde una perspectiva multidisciplinar -en la que participan oncólogos, enfermeras especialistas, trabajadores sociales, fisioterapeutas y expertos en ejercicio físico y cáncer- se abordan acciones encaminadas a mantener esta calidad de vida, así como a solucionar problemas presentes o potenciales. De hecho, ya existe evidencia respecto a la prevención del cáncer de mama. Algunos estudios muestran que grandes cohortes de la población, con respecto a las recomendaciones habituales sobre ejercicio físico, reducen el riesgo entre un 6-10% en aquellas personas que realizan actividad física que oscila entre 7,5 y 15 MET (el equivalente metabólico de la tarea) por semana», señala De la Torre.
El director de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios añade que la línea de trabajo de los investigadores se centra en el cuidado de las pacientes con cáncer de mama y, de manera concreta, en el estudio de los efectos del ejercicio físico y los programas nutricionales en su bienestar.
«Las principales conclusiones se centran en los efectos beneficiosos de programas específicos de ejercicio físico en diferentes maneras, normalizados, reglados y practicados con asiduidad, así como los planes que incluyan una dieta equilibrada para mejorar la calidad de vida de estas pacientes. Lo que se puede ver es que no solamente los tratamientos farmacológicos, indudablemente necesarios, son los únicos que se deben implementar en el cuidado de las pacientes, de tal manera que este debe ser integral, multiprofesional y específico, personalizando cada una de las intervenciones que se realicen», dice.
¿En qué tratamientos (no basados en farmacoterapia o radioterapia) se ha basado este estudio? De la Torre explica que hay diferentes tipos de intervenciones descritas en esta serie especial, «desde la descripción del tratamiento basados en ejercicio (algunos trabajan la alta intensidad), hasta los basados en modalidades de Tai Chi. También se describen en algunos artículos síntomas asociados, como pueden ser sofocos, insomnio, dolores musculares, cansancio físico y mental, etcétera. En general, se han descrito aspectos relacionados con la calidad de vida, actividades de vida diaria y bienestar», indica.
Paliar los efectos secundarios de los tratamientos
La composición corporal en supervivientes de cáncer de mama a largo plazo que toman inhibidores de la aromatasa mejora con el ejercicio aeróbico y el ejercicio de resistencia, además de aliviar los efectos secundarios negativos, y los resultados de los informes de los pacientes también mejoran. «Para reducir el linfedema, por ejemplo, el protocolo incluye sesiones de ejercicio de intensidad moderada a intensa, siguiendo un plan de trabajo específico».
De La Torre también señala que los efectos comunes y conocidos derivados de los tratamientos orales posquimioterápicos, como los basados en tamoxifeno, muestran que más del 70% de los pacientes presentan síntomas derivados, especialmente si son menores de 40 años. «Anticiparse a este tipo de situaciones facilita mucho el control precoz de los síntomas y la adopción de medidas para minimizarlos. También son importantes las terapias conductuales para reducir los efectos de la fatiga, llegando a una reducción de este síntoma en el 77,77% de los pacientes desde el inicio de la intervención hasta seis semanas después. Los síntomas depresivos también se pueden llegar a reducir en el 55,55% de los casos».
Añade que, en la misma línea, existe otra revisión que analiza los efectos del ejercicio físico en la mejora de las actividades. de la vida diaria.
«Ba Duan Jin es una una serie de 8 ejercicios de ChiKung (ejercicios cuerpo/mente y de meditación tradicional china que utiliza movimientos lentos del cuerpo con respiración controlada) cuyo propósito es aumentar la energía interna a través del ejercicio y la práctica espiritual para mejorar la salud y el estado físico. Los movimientos deben ejecutarse de manera moderada, relajada, fluida y consistente. La fuerza solo es necesaria durante un instante, al cambiar de movimiento, manteniendo la relajación el resto del tiempo. Este tipo de entrenamiento en 12 semanas podría reducir los efectos del inhibidor de la aromatasa, ya que las puntuaciones globales de calidad de vida y funcionamiento físico aumentaron significativamente en las pacientes que lo practicaban».
Por otro lado, la adherencia a este tipo de tratamientos no farmacológicos e intervenciones «suele ser excelente», señala De La Torre. «Los beneficios de manera directa son palpables, aunque obviamente no inmediatos, pero muy estimulantes para las pacientes con el objetivo de que estas no pierdan la motivación. El gran problema de la adherencia la tenemos en el largo plazo, donde los profesionales debemos aprender a generar motivaciones y objetivos que ayuden a los pacientes a mantener su actividad a largo plazo», asegura.
Por su parte, Soraya Casla, profesora de la la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios y directora del programa Ejercicio y Cáncer, explica que «los programas de fisioterapia personalizados, los planes nutricionales, las intervenciones cognitivas y el ejercicio físico son fundamentales en los cuidados de enfermería, así como en los tratamientos médicos, farmacológicos o radioterápicos. Aún así, deben ir más allá e integrar cada uno de los aspectos que influyen en la calidad de vida y el bienestar de las personas, los pacientes y sus familias».
¿Qué profesionales pueden recomendar/prescribir estos tratamientos de bienestar? En opinión de Casla, «la prescripción y seguimiento de programas de ejercicio físico tiene matices que pueden resultar convergentes, y a veces disputados y discutidos, en diferentes profesionales, sean expertos en ejercicio físico, bien sean fisioterapeutas o profesionales médicos o de enfermería».
El papel de la familia
En la mayor parte de este nuevo paradigma de atención al paciente, el grupo familiar y las relaciones interpersonales juegan un papel importante en cuanto a los cambios que se deben producir a largo plazo.
«La adherencia al tratamiento en estos casos no se basa en la motivación del paciente para continuar con el tratamiento farmacológico. Aún así, a veces se basa en un cambio de rutinas, hábitos de vida y la adquisición de otros nuevos, que incluyen cambios de actitud y, en ocasiones, resultan en una menor necesidad de tratamientos orales», dice De La Torre.
Añade que el papel de la familia es fundamental, «teniendo en cuenta que, en las interacciones familiares con respecto a la alimentación o el tiempo dedicado al ejercicio ayuda contar con el apoyo de los mismos», concluye.
Abril 18/2023 (Diario Médico) – Tomado de Enfermería – Varias líneas de trabajo. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.
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El estudio de fase I de la terapia dirigida a CD70 ALLO-316 representa un progreso en la adaptación de terapias celulares para tumores sólidos.
La terapia de células T con receptor de antígeno quimérico alogénico (CAR) dirigida a CD70, ALLO-316, ha demostrado tasas de respuesta alentadoras y de control de la enfermedad en pacientes con carcinoma metastásico de células renales de células claras (ccRCC), según los resultados de un ensayo de fase I dirigido por investigadores del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, Estados Unidos, y presentado hoy en la Reunión Anual 2023 de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR) .
El ensayo Traverse, aún en curso, dirigido por Samer Srour, profesor asistente de Stem Cell Transplantation & Cellular Therapy, es el primer estudio en humanos que evalúa ALLO-316 en pacientes con ccRCC metastásico que fallaron tanto con inhibidores del punto de control como con inhibidores de la tirosina cinasa (TKI).
En 17 pacientes, la tasa de respuesta objetiva (ORR) fue del 18% y la de control de la enfermedad (DCR) del 82%. Para nueve pacientes con enfermedad CD70+ confirmada, la respuesta objetiva fue del 33% con una DCR del 100%.
Según Srour , «a medida que continuamos determinando la dosis apropiada de ALLO-316 para los pacientes, nuestros resultados demuestran no solo un perfil de seguridad manejable sino también una actividad antitumoral muy alentadora». En este ensayo, se ha utilizado un producto de células CAR T alogénico ‘listo para usar’ que ofrece un beneficio adicional a los pacientes: este nuevo tratamiento puede llegar mucho más rápidamente.
ALLO-316 está diseñado genéticamente para dirigirse a CD70, que se expresa en una variedad de cánceres de tumores sólidos y se expresa altamente en ccRCC, un subtipo de cáncer de riñón . Para reducir el riesgo de enfermedad de injerto contra huésped (GVHD), el receptor de células T alfa también se interrumpió de las células ALLO-316. Además, se eliminó el gen CD52 para permitir el uso de ALLO-647, un anticuerpo monoclonal anti-CD52 que agota las células T del huésped y mejora la persistencia de las células CAR T alogénicas.
Seguridad y eficacia
A partir de noviembre de 2022, 18 pacientes con ccRCC metastásico se inscribieron en
este ensayo clínico multicéntrico de un solo brazo que evaluó la seguridad y la eficacia preliminar de ALLO-316. Diecisiete pacientes recibieron una infusión de ALLO-316. La mediana de edad de los participantes fue de 63 años y el 82% eran hombres. Los pacientes debían tener un tratamiento previo con inhibidores del punto de control inmunitario y TKI.
Hasta ahora, los pacientes han recibido ALLO-316 en dosis crecientes de 40-120 X 10 6 células CAR T. El estudio permite dosis de hasta 240 millones de células. Los pacientes recibieron una infusión de ALLO-316 48 horas después del acondicionamiento para el agotamiento de los linfocitos con fludarabina/ciclofosfamida, con o sin ALLO-647.
En general, el tratamiento tenía un perfil de seguridad manejable. Once pacientes (65%) experimentaron el síndrome de liberación de citocinas. No se observaron casos de GVHD o síndrome de neurotoxicidad asociado a células efectoras inmunitarias (ICANS) en el estudio. Aún no se ha alcanzado la dosis máxima tolerada.
Según Srour, «sabemos que la terapia con células CART es efectiva en pacientes con cánceres hematológicos, con varias indicaciones aprobadas por la FDA. Por lo tanto, estamos adaptando esta misma estrategia para pacientes con cánceres de tumores sólidos, dijo Srour, quien subraya que los investigadores esperan la evaluación continua de los datos a medida que «continuamos aprendiendo sobre este nuevo enfoque de terapia de células T con CAR en este subgrupo de pacientes.
En estos momentos, el equipo continúa optimizando el acondicionamiento y determinando la dosis adecuada para el ensayo de fase II. Además, el ensayo sigue reclutando pacientes con tumores CD70+.
Abril 18/2023 (Diario Médico) – Tomado de Oncología – Primer estudio en humanos que evalúa este abordaje. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.
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El estudio genómico señala que diferentes clones intratumorales evolucionan frente a tratamientos como el platino.
Siete artículos publicados en los últimos Nature y Nature Medicine han llevado a cabo un análisis completo de cómo evoluciona el cáncer de pulmón con el tiempo, hecho que puede ayudar a explicar por qué los tratamientos a veces dejan de funcionar.
Los datos se han obtenido mediante el estudio genómico de más de 1.600 muestras tumorales tomadas de los primeros 421 pacientes inscritos en el proyecto TRACERx (TrAcking Cancer Evolution through therapy (Rx)). Las investigaciones incluyen, entre otros aspectos, el tipo más común de cáncer de pulmón (el no microcítico o CPNM) y evalúan por qué en ocasiones los tumores reaparecen, se extienden a otras partes del organismo o qué efectos tiene la quimioterapia con platino.
Según Charles Swanton, del Francis Crick Institute de Longres, Reino Unido, y autor del artículo principal publicado en Nature, el de pulmón es la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo, pero se carece de una comprensión completa de los mecanismos biológicos que subyacen a esta enfermedad. «Los tumores están formados por diferentes tipos de células cancerosas, cada una con características diferentes; esta llamada heterogeneidad intratumoral puede impulsar la evolución del tumor y la progresión de la enfermedad. El objetivo del TRACERx es, por tanto, determinar la relación entre la heterogeneidad intratumoral y los resultados clínicos.
El equipo de Swanton evaluó 1.644 regiones tumorales muestreadas durante la cirugía o el seguimiento de 421 pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), el tipo más común de cáncer de pulmón. La cohorte estaba formada por pacientes con enfermedad en estadios I, II o III que tenían una variedad de subtipos de NSCLC, incluidos 248 adenocarcinomas de pulmón.
Patrones de heterogeneidad
Los investigadores identificaron diferencias en la estabilidad del genoma y patrones de heterogeneidad intratumoral que están asociados con los resultados de los pacientes.
En un artículo separado, los autores evaluaron por qué los tumores recidivan o se propagan a otras partes del organismo y los efectos de la quimioterapia basada en platino (unos de los tratamientos estándar para el cáncer de pulmón de células no pequeñas o NSCLC avanzado) sobre la heterogeneidad intratumoral, «demostrándose que dichos tratamientos contribuyen a la evolución y heterogeneidad del tumor”.
Los conocimientos adicionales de algunos de los otros artículos incluyen demostraciones de una herramienta que puede detectar evidencia de ADN tumoral circulante, un marcador potencial de resultados clínicos, y la identificación de factores que pueden predecir qué parte del tumor puede ser responsable de la recurrencia.
Los autores concluyen que «comprender la evolución genómica de los tumores puede ofrecer información sobre los factores que determinan cómo y cuándo el cáncer puede recidivar y, por lo tanto, mejorar nuestra comprensión de la biología del tumor. Este conocimiento puede facilitar futuros intentos de mejorar los resultados para los pacientes con cáncer».
Según Inmaculada Ibáñez de Cáceres, responsable del Laboratorio de Epigenética del Cáncer en Ingemm y coordinadora de Terapias Experimentales y Biomarcadores en Cáncer de IdiPAZ, Hospital Universitario La Paz, este estudio se ha realizado partiendo de muestras prospectivas de pacientes de CPNM (cáncer no microcítico de pulmón o también llamado de célula no pequeña, NSCLC por sus siglas en inglés), desde estadios localizados (linajes 1 y 2) y se han tomado muestras tanto de tejido como de sangre a lo largo de la patología en aquellos pacientes en los que ha recaído tras la cirugía (linaje 3) y en aquellos que han recaído tras tratamiento (linaje 4)», explica a SMC España.
Los estudios moleculares se han hecho a nivel genómico, transcriptómico y con el ADN tumoral libre circulando en sangre, comparando pacientes que no han recaído con los que sí lo han hecho, principalmente, a la terapia basada en platinos.
En todos los casos las variables clínicas de respuesta al tratamiento se han centrado en el estudio de la supervivencia global de pacientes o la supervivencia libre de enfermedad, hasta su recaída.
A su juicio, los resultados se dirigen hacia la caracterización genética de los clones y subclones iniciales y los que prevalecen posteriormente en las metástasis, en relación a la heterogeneidad tumoral. Diferencian las metástasis de divergencia precoz (early divergence), que son las que aparecen antes de que en el tumor temprano se haya establecido el clon prioritario.
Clones y supervivencias
«Aquellas que aparecen posteriormente o las que mantienen características de muchos clones son las relacionadas con peor supervivencia. Identifican como eventos tempranos o troncales aquellos relacionados con alteraciones en el gen MYC y alteraciones en los genes involucrados en las rutas tirosina cinasa, bien conocidas como activadoras de rutas de señalización celular de supervivencia en cáncer, mientras que las alteraciones también bien conocidas como son P53, KRAS se relacionan con eventos subclonales y, por tanto, con peor supervivencia».
La especialistas indica que es interesante el hecho de que estos resultados parecen indicar que «las metástasis en nódulos linfáticos no parecen una vía causal para futuras recurrencias, sino más bien una huella que permita identificar a los pacientes con pronóstico de un tumor más agresivo».
En el estudio transcriptómico, identifican alteraciones en la expresión de transcritos concretos de un mismo gen que, en los casos en los que el origen de la alteración no es genético, es decir, no se debe a variaciones del número de copias o alteraciones similares, sino que se relaciona con genes relacionados con la maquinaria de regulación epigenética que afecta a la metilación del ADN y a histonas preferiblemente.
Respecto a las alteraciones observadas en las metástasis que aparecen o se mantienen tras recibir tratamiento basado en platino, Ibáñez de Cáceres señala que los estudios también confirman datos que previamente se han reportado en la literatura, centrados en que estos tratamientos producen evoluciones drásticas en los tumores, aparición de resistencia y, por tanto, una mayor heterogeneidad.
Uno de los puntos fuertes de estos estudios, a juicio de la especialista, es el amplio tamaño muestral (421 pacientes) que permite tener acceso a las muestras de tejido de segundas intervenciones que en la mayoría de los estudios son tan limitadas que no tienen poder estadístico.
«En este trabajo se consiguen secuenciar segundas cirugías de 48 pacientes del total reclutado. También el uso de software y algoritmos informáticos que permiten ver las marcas clonales en ADN tumoral circulante de pacientes con tumores localizados, en los que están muy poco representadas estas alteraciones, ya que menos de un 1% del ADN libre circulante es de origen tumoral en pacientes metastásicos».
Tumores locales
Reportan también que en tumores locales ya pueden existir metástasis de divergencia precoz que pueden confundirse con el tumor primario inicial ya que estas habrían surgido cuando el diámetro del tumor primario era inferior (8 mm) al umbral que permite detectarlos con tomografía computarizada, lo que «podría limitar su uso en la detección temprana de estas metástasis».
Por otra parte, Ibáñez de Cáceres recuerda que, según los datos, los patrones de las alteraciones clonales que porten podrían ser el eje sobre el que hacer el seguimiento antes de que una metástasis distal se haya implantado y, sobre todo, para definir tratamientos en tumores primarios que no se hayan tratado.
Sin embargo, «una de las debilidades es que no se contemplan las alteraciones plásticas derivadas de los procesos epigenéticos, sobre todo aquellas que acontecen tras los tratamientos oncológicos», concluye esta profesional.
Abril 12/2023 (Diario Médico) – Tomado de Cardiología. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.