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El Ministerio de Sanidad ha hecho un llamamiento este lunes a la población para que se autoproteja frente a las altas temperaturas, sobre todo en zonas que tradicionalmente no eran calurosas pero que ahora, con el cambio climático y a las puertas de otro verano que se espera récord, «sí lo van a ser».
«En España, el calor es el principal problema de salud asociado al cambio climático, y en los próximos años se prevé un aumento de las temperaturas extremas debido al calentamiento global», ha advertido la ministra de Sanidad, Mónica García, en la presentación de la campaña «Un verano de cuidado».
Una campaña que pone en marcha para incidir en la importancia de la autoprotección individual y comunitaria. «Cada uno de nosotros tiene que tomar medidas para protegerse del calor» y «ayudar a aquellos que lo tienen más difícil a hacerlo», ha pedido.
Hidratarse adecuadamente, beber incluso cuando no tiene sed, evitar la exposición al sol durante las horas más intensas, usar ropa adecuada y buscar refugio en lugares frescos «son medidas muy básicas» y «de sentido común» que acaban resultando vitales para evitar los estragos del calor.
Según las estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), en 2023 se produjeron 3 000 muertes atribuibles al calor, aunque el pico histórico se produjo el verano anterior, cuando rozaron las 5 000, sobre todo en mayores de 74 años.
Y este tiene «una alta probabilidad», superior al 70 %, de que sea más cálido de lo normal, según el sistema europeo de satélites Copernicus. «Hay que ser claros y contundentes: el negacionismo climático es perjudicial para la salud, pero también las posiciones políticas que lo blanquean», ha remarcado García.
«El cambio climático es un fenómeno que ya no podemos ignorar, no solo es una crisis ambiental, sino de salud pública», ha proseguido.
Por eso, ha ahondado en la necesidad de «crear una cultura de calor», que ya han asumido las zonas más habituadas, pero que ahora hay que «trasladar a aquellas que tradicionalmente no eran tan calurosas en verano y que ahora, con el cambio climático, sí lo van a ser».
En ello ha profundizado el responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero: «La cultura de calor es algo que en ciertas partes de España ya existe, pero que en otras, no, y es lo que explica que en algunas zonas de España con más calor haya menor impacto en la salud».
Advertir tanto de su impacto como los consejos para evitarlo debe ser «un esfuerzo continuado» este verano y los sucesivos, aunque hay que trasladarlos con mensajes sencillos alejados de tonos «catastrofistas», mucho menos efectivos.
«Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales», ha resumido el experto, que ha hecho hincapié en que «todos tenemos una responsabilidad no solo de protegernos individualmente, sino de colaborar en la creación de esa cultura de calor», especialmente en los más vulnerables.
El pasado 16 de mayo, Sanidad activó el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas, que define cuándo, dónde y a qué nivel se dan los avisos para esquivar el impacto del calor.
Como novedad, el de este año incluye un mapa del calor más preciso, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.
El mapa mantiene las 52 unidades de referencia provinciales que tenían los anteriores, uno por cada capital de provincia más las ciudades autónomas, pero desde hoy se han incorporado 30 de meteosalud, áreas de territorio que mantienen un comportamiento de temperatura homogéneo y de las que puede haber varias en una sola provincia.
Las áreas estudiadas se elevan así de 52 a 182; para cada una de estas áreas, y con la información que proporciona diariamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el plan asigna un umbral máximo de temperatura a partir del cual se disparan los efectos nocivos del calor.
Dada la enorme variabilidad geográfica de España, no son los mismos en todas partes, y van del máximo de 41,4 en Córdoba a los 26,4 de Asturias.
Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1 % y un 10,7 %, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en tres defunciones al día, ha recordado Antonio Cabrera, encargado de salud planetaria e inequidades en salud, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Además de golpes de calor, las altas temperaturas agravan patologías previas como las cardiovasculares, pulmonares, renales, y psiquiátricas, además de favorecer accidentes cerebrovasculares o el aumento de partos prematuros.
Mayores de 65 años y menores de cuatro, además de embarazadas, son los grandes grupos de riesgo al calor, aunque también los trabajadores al aire libre y las personas sometidas a ciertos tratamientos farmacológicos. «Hay que estar muy pendientes de ellos», ha concluido.
17 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La entrada de medicamentos ‘chatarra’, llamados así porque no cuentan con registro sanitario y se ofrecen en el mercado ilegal, representan un riesgo para la población en México, pues pueden provocar miles de muertes al año, alertó la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).
«Esos productos no han sido evaluados por Cofepris (Comisión Federal para Protección contra Riesgos Sanitarios) la única institución en México que tiene facultades de evaluar y determinar si esos productos cumplen en términos de seguridad, calidad y eficacia», dijo este domingo a EFE Fernando Fon, director de Asuntos Regulatorios de la AMIIF.
El directivo explicó que el auge de la llegada de estos productos se derivó de una cláusula que permitió la importación de estos fármacos ante la pandemia por covid-19.
Dicho acuerdo, publicado en enero de 2020, permite «comprar medicamentos en cualquier lugar del mundo», aunque no tengan un registro sanitario.
Fon explicó que estos medicamentos se ofrecen en el mercado ilegal, a través de páginas de internet apócrifas o en sitios que no tienen los registros adecuados y generalmente son importados, pero no tienen un registro sanitario emitido por la Cofepris.
«Por lo que se desconoce si cumplen a razón de esta evaluación de nuestros científicos con tres criterios: seguridad, calidad y eficacia», aseveró.
Señaló que para que un medicamento salga al mercado tienen que pasar por lo menos 12 años de investigación para que cumplan con esos tres criterios, que son vitales en la industria farmacéutica de todo el mundo.
Lo más grave, precisó, es que existe la importación de medicamentos ‘chatarra’ provenientes de países como Rusia y Pakistán, que no cuentan con un registro sanitario y que entran a México, los cuales, inclusive, circulan en el sector público o privado.
El problema, abundó, es que muchas veces se desconoce cómo han sido almacenados, cómo han sido fabricados y, en el caso del mercado ilegal, si han sido adulterados, que no contengan el principio activo o que contengan ingredientes dañinos para la salud.
«Identificamos la necesidad de hacer una divulgación permanente de las características que deben observar los pacientes».
Ante esta situación, recomendó a la población adquirir los medicamentos en los lugares legalmente establecidos que son las farmacias, ya que si se adquieren en otros lugares como tianguis (mercados), son medicamentos que lo único que pueden provocar son daños.
De acuerdo con la Coalición por la Salud Digital en México (Cosadim), uno de cada 10 medicamentos que circulan en México es falsificado o de baja calidad, lo que pone en riesgo y retrasa la recuperación de la salud de las personas.
Además, la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm) indica que en el país las pérdidas anuales por esta situación alcanzan hasta 32 000 millones de pesos (1 733 millones de dólares) anuales.
16 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Expertos en Estados Unidos consideran muy probable que se produzca una pandemia de gripe aviar, pero que hoy es solo cuestión de tiempo.
«Realmente creo que es muy probable que en algún momento lo tengamos, no es una cuestión de si, sino más bien de cuándo tendremos una pandemia de gripe aviar», advirtió Robert Redfield, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Redfield señaló que la enfermedad tiene una «mortalidad significativa» cuando ingresa a los humanos en comparación con la covid-19, aunque no hay evidencia de que el virus se esté propagando entre estos.
Comentó que sabe exactamente qué tiene que suceder para que el virus llegue a ese punto porque ha realizado investigaciones de laboratorio al respecto.
Los científicos descubrieron que cinco aminoácidos deben cambiar en el receptor clave para que la gripe aviar adquiera una propensión a unirse a un receptor humano. «Una vez que el virus adquiere la capacidad de adherirse al receptor humano y luego pasar de persona a persona, es cuando se producirá la pandemia», subrayó.
«Y como dije, creo que es sólo cuestión de tiempo», enfatizó Redfield, citado en medios locales.
Explicó que no sabe cuánto tardarán los cinco aminoácidos en cambiar, pero como se está detectando en rebaños de ganado de todo el país, está un poco preocupado.
De acuerdo con los informes más de 40 rebaños de ganado en Estados Unidos confirmaron casos del virus.
Los CDC están rastreando los sitios de tratamiento de aguas residuales para identificar la eventual prevalencia del patógeno, pero todavía el riesgo para los humanos de contraerlo en general es bajo.
Para Redfield hay más peligro de que el virus de la enfermedad se cultive en el laboratorio. «Sé exactamente qué aminoácidos tengo que cambiar porque en 2012, en contra de mi recomendación, los científicos que hicieron estos experimentos los publicaron», agregó.
«Por lo tanto, la receta para hacer que la gripe aviar sea altamente contagiosa para los humanos ya existe», concluyó.
16 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La aparición de nuevos fármacos y la aplicación del big data para desarrollar terapias y biomarcadores de detección precoz son avances que están transformando la investigación en el alzhéimer y que recoge el nuevo libro Neurodegeneración y Alzheimer.
Escrita por el director de la Fundación Pasqual Maragall y del BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC), Arcadi Navarro, y la neuropsicóloga experta en formación y divulgación de la misma entidad, la doctora Nina Gramunt, el libro explora los métodos de prevención y nuevos fármacos, como el lecanemab, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, en inglés) en 2023 y que frena el avance del alzhéimer, para combatir esta enfermedad.
La obra también analiza cómo el big data está transformado la investigación en fármacos y desarrollo de biomarcadores.
«En los últimos años, ha habido un cambio de paradigma en la comprensión del alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Ahora tenemos biomarcadores que avanzan el diagnóstico y que se deben complementar con nuevos fármacos que por primera vez modifican el curso biológico de las personas afectadas», afirma en declaraciones a EFE la doctora Gramunt.
Principalmente, se refiere al lecanemab, uno de los fármacos más esperanzadores en la investigación del alzhéimer al ralentizar su avance en pacientes en las primeras fases de la enfermedad y que, pese a obtener la luz verde en Estados Unidos, Japón y China, aún no ha sido aprobado por la Agencia Europea del Medicamento.
Aunque esta dolencia siga siendo progresiva e irreversible, este medicamento es, en estos momentos, el único eficaz a la hora de ralentizar su avance.
Así lo demostró en un estudio previo a la aprobación del fármaco en el que participaron 1 795 pacientes y cuyos resultados revelaron una reducción del deterioro cognitivo del 27 % en 18 meses de los pacientes tratados con lecanemab en comparación con los que no.
«Es un primer paso, pero muy importante, porque hacía 20 años que no teníamos la aprobación de ningún fármaco específico contra el alzhéimer», asegura la divulgadora sobre alzhéimer, envejecimiento y promoción de la salud cerebral.
En la misma línea, Gramunt subraya que, hace unos días, el Comité Asesor de la FDA estadounidense votó por unanimidad respaldar la aprobación otro fármaco contra la enfermedad, el donanemab, al demostrar su eficacia para ralentizar el deterioro cognitivo de pacientes en las primeras etapas de la enfermedad.
«Es de la misma familia que el lecanemab, pero su principio activo tiene algunos aspectos diferenciados a nivel fisiológico cerebral», detalla la neuropsicóloga.
Más allá de los nuevos fármacos, Gramunt ha resaltado que, antes de frenar el avance del alzhéimer, es importante centrarse en la prevención, protegiendo la salud cardiovascular, manteniendo activa la actividad cognitiva -lo que aleja cuadros de ansiedad y depresión- y procurando descansar las horas necesarias.
Otro factor relevante a la hora de investigar el alzhéimer es encontrar técnicas de detección de este trastorno, por lo que los avances en encontrar biomarcadores son clave.
Las investigaciones en el hallazgo de biomarcadores se han acelerado en los últimos años gracias a las nuevas tecnologías y a la irrupción del Big Data, que permite trabajar con grandes cantidades de datos para dar con la mejor combinación.
«Ahora, técnicamente podemos detectar el riesgo de aparición de la enfermedad con un análisis de plasma o de sangre y anticiparnos unos 15 o 20 años antes de que se manifiesten los primeros síntomas», especifica Navarro.
Sobre esta cuestión, el director de la Fundación Pasqual Maragall agrega que los siguientes pasos deben ser hacer que los biomarcadores sean más accesibles y mejores y que tenga sentido hacer un cribado poblacional.
«Aunque la Agencia Europea del Medicamento apruebe el lecanemab, aún no tiene sentido hacer grandes cribados con biomarcadores porque este medicamento, por ahora, funciona una vez aparecen los primeros síntomas del alzhéimer. Hace falta que primero se aprueben medicamentos preventivos», insiste.
Sin embargo, Navarro apunta que este fármaco ya aprobado «se encuentra en ensayos clínicos con hipótesis de partida de que no solo frena la enfermedad, sino que puede retrasar la aparición del alzhéimer antes de que aparezca».
Preguntado sobre el futuro de la investigación de esta enfermedad, el también director del BBRC sostiene que hay que ser «optimistamente prudentes», porque la ciencia «funciona siempre, pero con ritmos lentos».
«Hay motivos para un optimismo cauteloso, con fármacos que pueden frenar el avance de la enfermedad y está habiendo mucha investigación. En algún momento habrá alguna terapia para tratar a personas con riesgo de padecer alzhéimer, pero para eso aún hacen falta mucha inversión y recursos», concluye Navarro.
16 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El mal uso y abuso de los antibióticos es una de las posibles causas de que las bacterias se adapten y sean cada vez «más resistentes y virulentas», una «pandemia silenciosa» que debería abordarse con un buen diagnóstico al paciente, para determinar si es necesario o no administrar ese fármaco, e impulsando la investigación para conseguir nuevos medicamentos antibacterianos.
«Puede llegar a ser un problema gravísimo pero a día de hoy no lo es. Todavía hay muchas cosas que no entendemos y es difícil poderlo manejar», asegura en una entrevista con EFE José Rafael Penadés, catedrático de Microbiología del Imperial College London y profesor investigador de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Valencia, que acaba de ser nombrado miembro o «Fellow» de la Royal Society británica.
Uno de sus logros es el descubrimiento de una nueva vía de transferencia de información genética entre bacterias, la «transducción lateral», que ayuda a comprender cómo las bacterias más peligrosas por su resistencia a los antibióticos se adaptan y evolucionan rápidamente, se vuelven más virulentas y van a hospedadores a los que antes no podían infectar o se adaptan a sitios donde antes no podían vivir.
«Lo más llamativo es la parte en la que estos mecanismos pueden hacer que bacterias que no eran resistentes a los antibióticos lo hagan y se transformen en patógenas de una manera rápida», señala Penadés, que inició su trayectoria académica y científica en Valencia, en 2013 se incorporó al Institute of Infection, Inmmunity and Inflammation de la Univesity de Glasgow, y desde 2020 dirige el Centre for Bacterial Resistence Biology del Imperial College de Londres.
La bacteria Staphylococcus aureus
Penadés, que es veterinario de formación aunque la investigación básica que realiza se aplica tanto en humanos como en animales, centra su interés en Staphylococcus aureus, una bacteria que vive en la nariz sin producir ningún tipo de enfermedad pero puede llegar a ser una de las «mayores causas de muerte» en hospitales por ser uno de los principales agentes implicados en las infecciones nosocomiales.
Señala que esta bacteria, con tres millones de bases genéticas, tiene la «habilidad» de infectar a muchos hospederos diferentes, tanto a humanos como a perros, ovejas, cabras, caballos, gallinas, conejos o delfines.
«Queremos entender qué mecanismos hacen que una cosa aparentemente tan insignificante tenga la habilidad de haber evolucionado para poder infectar a tantos hospederos diferentes», indica.
Según matiza, «pequeños cambios en las bacterias producen consecuencias importantes y hacen que tengan la capacidad de producir algún tipo de enfermedad», y pone como ejemplo que aunque la mayoría de las bacterias que tenemos en el intestino son benignas y solo unas pocas patogénicas, el consumo de antibióticos mata a las buenas y hace que las resistentes se expandan.
«Los antibióticos no han creado las resistencias, ha habido bacterias durante la evolución que utilizan esos fármacos para eliminar a sus competidores. Es un mecanismo muy antiguo, pero al estar seleccionando constantemente esas bacterias resistentes, estamos generando un problema», explica.
Aumento de muertes asociadas a bacterias resistentes
Ha crecido el número de muertes asociadas a bacterias que son resistentes a los fármacos y se prevé que siga aumentando, advierte Penadés, que indica que hay países preocupados porque en algunos pacientes los procedimientos quirúrgicos podrían estar comprometidos por la posibilidad de una infección en el hospital, «cuando debería ser el lugar más seguro».
Aunque de momento hay tratamientos para la mayor parte de las bacterias, advierte de que se debería disminuir el uso de antibióticos para evitar ese incremento de las resistencias, así como impulsar más investigación para conseguir nuevos medicamentos que permitan abordar esta «pandemia silenciosa».
En este último aspecto, señala que las empresas farmacéuticas han decidido, y «están en su derecho», que el desarrollo de nuevos antibióticos no es tan rentable como el de fármacos contra la diabetes o contra otras enfermedades crónicas de larga duración, ya que su comercialización sería limitada y al poco tiempo aparecerían resistencias. «No hay muchos nuevos antibióticos recientemente», lamenta.
El tercer mundo, origen de bacterias multirresistentes
Considera que el tercer mundo podría ser el origen de muchas bacterias multirresistentes por la «masificación» en la que viven y el «uso indiscriminado y sin control» de antibióticos, un problema que distintos organismos intentan paliar con diagnósticos rápidos y sencillos y controlando la administración de esos fármacos.
«Hay muchas cosas que no sabemos pero debemos estar preparados para intentar minimizar la parte negativa de lo que pueda ocurrir, tener mejores tratamientos, mejores diagnósticos para administrar los antibióticos a quien realmente los necesite y poder hacer frente a lo que pueda venir en mejores condiciones», asevera.
Preguntado por si esa resistencia de las bacterias a los antibióticos podría derivar en una zoonosis, un contagio de animal a humano, afirma que las pandemias «van en las dos direcciones» y tanto humanos como animales pueden ser el origen de una infección vírica o bacteriana.
«Todos esos procesos de salto de especies o de zoonosis vienen asociados a procesos de masificación, en granjas donde hay muchos animales o en ciudades donde vive mucha gente», indica para aclarar que el sistema inmune elimina la mayoría de esas bacterias o virus.
16 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Investigadores de la Universidad de Rochester, Estados Unidos, descubrieron que tecnologías portátiles ubicuas, como relojes inteligentes, podrían ayudar a comprender mejor los trastornos neurológicos progresivos como la enfermedad de Parkinson y hallar nuevas terapias.
Esta investigación se suma a la creciente evidencia de que los dispositivos de consumo fáciles de usar y ampliamente utilizados, en este caso un Apple Watch emparejado con un iPhone, pueden detectar cambios en los síntomas de Parkinson a lo largo del tiempo en individuos en las primeras etapas de la enfermedad, publicó la revista NPJ Parkinson’s Disease.
El estudio muestra que los datos generados por relojes y teléfonos inteligentes pueden monitorizar y detectar cambios en múltiples dominios de la enfermedad, lo que podría ayudar a evaluar la eficacia de futuras terapias.
Las herramientas tradicionales empleadas para rastrear la enfermedad suelen ser subjetivas y recopilan información de forma episódica durante las visitas clínicas.
Como resultado, estas herramientas no retratan adecuadamente la experiencia cotidiana de las personas con Parkinson, limitaciones que han contribuido a la lentitud de las nuevas terapias.
Por el contrario, los relojes y teléfonos inteligentes pueden controlar pasivamente muchos de los síntomas de la enfermedad, como la marcha y los temblores.
Se puede recopilar información adicional mediante tareas como tocar con los dedos y grabar voz para medir los síntomas relacionados con el habla.
Los autores demostraron recientemente que los dispositivos podían detectar diferencias entre individuos con Parkinson temprano, no tratado y controles de la misma edad.
En el nuevo estudio, llamado WATCH-PD, los investigadores siguieron a participantes con Parkinson en etapa temprana durante 12 meses.
Los datos recopilados por los dispositivos mostraron que los participantes con Parkinson experimentaron disminuciones significativas en las medidas de la marcha, un aumento en el temblor y cambios modestos en el habla.
El reloj inteligente pudo detectar disminuciones en el movimiento del brazo, una característica clínica común de la enfermedad, y la actividad en forma de número de pasos diarios.
La progresión de los síntomas en los individuos del estudio fue consistente con otros estudios a largo plazo de la enfermedad.
15 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia