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Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri en EEUU han descubierto un vínculo entre el síndrome del intestino irritable (SII) y trastornos somáticos, como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica.
El estudio, que ha analizado más de 1,2 millones de hospitalizaciones de pacientes con SII en 4 000 hospitales de EEUU durante un período de tres años, ha encontrado que los pacientes con SII tenían cinco veces más probabilidades de sufrir fibromialgia, un trastorno de dolor musculoesquelético crónico, en comparación con la población adulta general sin SII.
De manera similar, los pacientes con SII tenían probabilidades significativamente mayores de tener síndrome de fatiga crónica (SFC), una enfermedad que causa fatiga severa, disfunción cognitiva y alteraciones del sueño, en comparación con la población sin SII. ‘Debido a que los pacientes con SII tienen una mayor prevalencia de comorbilidades somáticas como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, identificar y tratar estos trastornos puede mejorar su calidad de vida’, ha señalado el investigador principal, doctor Zahid Ijaz Tarar, miembro de la división de gastroenterología y hepatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri.
‘La identificación temprana de comorbilidades es valiosa para informar las estrategias de tratamiento, incluida la consulta de otras especialidades como la reumatología y la psiquiatría para mejorar los resultados generales de salud en los pacientes con SII’, añade el investigador que ha publicado el estudio recientemente en ‘Biomedicines‘.
Estos hallazgos se basan en investigaciones anteriores que establecieron un vínculo entre el SII y los problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y las ideas suicidas. La alta incidencia de estas dolencias corporales después del SII provocado por infecciones gastrointestinales y el uso resultante de antibióticos, ha llevado a los investigadores a teorizar que un desequilibrio de las bacterias intestinales y un intestino que permite que las toxinas se filtren al torrente sanguíneo pueden desempeñar un papel en su desarrollo.
‘Este es otro ejemplo más en el que las dolencias intestinales están relacionadas con dolencias en otras partes del cuerpo y la mente. A medida que continuamos aprendiendo más sobre cómo la salud intestinal afecta la salud en otros lugares, es importante que los médicos busquen y manejen las comorbilidades somáticas en los pacientes con SII’, afirma el autor principal, Yezaz Ghouri, profesor asistente de medicina clínica y gastroenterología.
Ver artículo completo: IjazTarar Z, Farooq U, Nawaz A, Mustafa G, Ghouri YA, Bhatt A, Brooks DC. Prevalence of Fibromyalgia and Chronic Fatigue Syndrome among Individuals with Irritable Bowel Syndrome: An Analysis of United States National Inpatient Sample Database. Biomedicines [Internet].2023[citado 4 feb 2024];11(10): 2594. https://doi.org/10.3390/biomedicines11102594
10 enero 2024| Fuente: Europa Press| Tomado de | Noticias
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Entre 17 y 24 millones de personas sufren en todo el mundo una enfermedad difícil de diagnosticar, pero profundamente invalidante: el síndrome de fatiga crónica. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la también llamada encefalomielitis miálgica engloba multitud de síntomas que confluyen en una sensación de fatiga crónica y profunda, incapacitante y difícil de explicar, que incluye problemas para dormir o malestar tras llevar a cabo un esfuerzo. Algunos pacientes llegan a presentar serios problemas para llevar a cabo sus actividades habituales o para concentrarse, e incluso se ven confinados en la cama.
«La dificultad del diagnóstico ante síntomas tan transversales, que pueden empeorar con el tiempo, estriba en que no existen pruebas diagnósticas ni biomarcadores que definan al paciente afecto», explica Marcos Lacasa, investigador que actualmente desarrolla su tesis doctoral en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) dentro del programa de doctorado de Bioinformática.
«El diagnóstico depende del historial y del facultativo. Hacerlo con premura puede tener una gran influencia en la evolución de la enfermedad».
En su último artículo, cofirmado con sus directores de tesis, Jordi Casas, del grupo de investigación relacionado Applied Data Science Lab de la UOC, y José Alegre, del Vall d’Hebron Institut de Recerca, así como Ferran Prados, también investigador del Applied Data Science Lab, Lacasa analiza cómo el aprendizaje automático, un tipo de inteligencia artificial (IA), puede mejorar el entendimiento y el diagnóstico de la enfermedad. El artículo científico se ha publicado en abierto en la revista Scientific Reports, de la editorial Nature.
IA y pacientes sintéticos
Ante la ausencia de biomarcadores claros, a día de hoy no existen pruebas que permitan diagnosticar si alguien sufre o no síndrome de fatiga crónica. Si bien se ha investigado mucho en este sentido (el mismo grupo de investigadores propone en otro artículo recién publicado tomar como referencia los niveles de consumo de oxígeno de los pacientes), los diagnósticos se hacen fundamentalmente a partir de cuestionarios que permiten evaluar la percepción que la persona tiene de su fatiga. Estos cuestionarios, como el Short Form Health Survey (SF-36), están bien definidos y estandarizados. Aun así, sigue siendo complicado acertar con un diagnóstico temprano.
«Lo que hemos demostrado es que, mediante las respuestas de un cuestionario, se puede simular el estado de un paciente en diferentes ámbitos. En otras palabras, se podría poner al alcance de facultativos no especializados una aplicación basada en aprendizaje automático que, mediante unas cuarenta preguntas, podría predecir incluso las respuestas del paciente en un test de esfuerzo», explica Lacasa. «Esto serviría de alerta ante síntomas que pudieran asociarse a la encefalomielitis miálgica y facilitaría el envío del paciente a la unidad especializada más cercana. En definitiva, facilitaría un diagnóstico precoz».
El principal desafío de este enfoque es contar con la suficiente cantidad de datos de calidad con los que se pueda entrenar el algoritmo de inteligencia artificial para que después sea capaz de predecir respuestas. «La aplicación puede generar respuestas creadas por IA. No haría falta que un paciente respondiera a seis cuestionarios distintos para conocer su estado global. Con rellenar uno solo, la inteligencia artificial rellenaria el resto», añade Lacasa.
La solución que se propone en el artículo es crear lo que los investigadores denominan pacientes sintéticos. Este enfoque permite que, con datos de un solo cuestionario general, se puedan rellenar otros especializados o que incluso se puedan reemplazar datos que faltan. «Podemos desarrollar estudios científicos con datos inventados, entre comillas, por la IA, pero que mantienen las características estadísticas propias como si se tratara de pacientes reales. La principal ventaja es que estos datos sintéticos se pueden compartir sin temor a violar ningún dato privado de ningún tipo», señala el investigador.
En busca del tratamiento del síndrome de fatiga crónica
El modelo propuesto por los investigadores de la UOC y del VHIR tiene ventajas, pero también limitaciones. «Un mal uso de los datos sintéticos invalidaría los análisis. Además, contar con datos reales de entrada, como los facilitados por el cuestionario SF-36, sigue siendo un requisito necesario», añade Marcos Lacasa. Las ventajas, claro, radican en contar con una herramienta capaz de ofrecer datos sintéticos de alta fidelidad para investigación y uso educativo, libres de restricciones legales, de privacidad, seguridad y propiedad intelectual.
De forma paralela a la mejora del diagnóstico mediante cuestionarios, existen otras líneas de investigación alrededor del síndrome de fatiga crónica. La búsqueda de marcadores biológicos que permitan la elaboración de pruebas diagnósticas efectivas sigue siendo prioritaria, así como el desarrollo de tratamientos. Actualmente, no existe una cura, y los síntomas se intentan mitigar con medidas de higiene del sueño, cambios en la dieta, ejercicio, terapia y fármacos que reduzcan los síntomas predominantes.
«Lo que se necesitaría es más presupuesto para poder hacer una secuenciación genética de los pacientes que sufren encefalomielitis miálgica. Así podríamos hacer un análisis genómico y detectar si existe alguna proteína causante de la enfermedad. Esto facilitaría en gran medida diseñar un fármaco efectivo que pudiera paliar los síntomas», concluye Marcos Lacasa.
Ver más información:
Lacasa M, Prados F, Y Alegre A, Casas Roma J. A synthetic data generation system for myalgic encephalomyelitis/chronic fatigue syndrome questionnaires. Sci Rep [Internet]. 2023[citado 24 nov 2023];13(14256). https://doi.org/10.1038/s41598-023-40364-6
25 noviembre 2023|Fuente: EurekAlert| Tomado de Prensa
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El Hospital del Valle de Hebron de Barcelona, ha informado recientemente que ha puesto en marcha el macroproyecto europeo DISCOvERIE (Desarrollo, diagnóstico y prevención de enfermedades somáticas y trastornos mentales relacionados con el género en el síndrome de intestino irritable en Europa) en el que participan 19 instituciones sanitarias, universidades, centros de investigación y empresas. Read more
ago
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Investigadores de la Universidad de Stanford de Estados Unidos identificaron marcadores biológicos asociados con la severidad del síndrome de fatiga crónica (SFC), los cuales podrían ayudar a obtener un diagnóstico a través de un análisis de sangre. Read more
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La exploración, junto a la biología subyacente descubierta, podría conducir a un diagnóstico más rápido y preciso, y a terapias más efectivas y personalizadas para el síndrome de fatiga crónica. Read more
jul
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Un joven o adolescente puede verse inmerso en una depresión profunda de cara a las expectativas de su propia vida y con ello encontrarse en un estado de apatía y desánimo permanente que se traduce en fatiga crónica, afirmó la especialista María Juana Rico quíen además plantea que adolescentes e incluso niños pueden presentar el llamado síndrome de fatiga crónica.