Imagen: CDC / Dr. Erskine Palmer, Russell Regnery / Wikimedia Commons.El Ministerio de Sanidad del país ha confirmado la presencia de un nuevo brote de Marburgo, un virus muy similar al ébola, después de haber detectado su aparición en algunos centros médicos del país. Las autoridades han confirmado, así, que el brote ha provocado hasta ahora un total de 26 personas infectadas y seis de ellas han muerto.

Ante estos hechos, veinte personas infectadas se encuentran en aislamiento y están siendo tratadas, tal y como ha informado el Ministerio ruandés en un escueto mensaje que fue compartido en sus redes sociales a última hora de este sábado. En su publicación, el Ministerio llamó así a extremar la higiene y evitar el contacto cercano con personas que presenten síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza severo, dolor muscular, náuseas y diarrea.

Las autoridades sanitarias trabajan, por ahora, en el rastreo de contactos y en realizar pruebas diagnósticas. Además, en el comunicado difundido el viernes con motivo de la declaración del brote, el Ministerio destacó la implementación de «medidas preventivas reforzadas en todos los centros de salud». En esta ocasión, la mayoría de los casos se han producido en la capital del país, en Kigali. Por ello, la embajada de Estados Unidos en la ciudad ha llegado a pedir a sus empleados que teletrabajen, al menos, durante esta semana.

La enfermedad por el virus de Marburgo es una fiebre hemorrágica viral altamente infecciosa de la misma familia que el ébola, de hecho, es tan mortífera como esta última. África fue escenario el pasado año de dos epidemias de Marburgo: una en Guinea Ecuatorial, que dejó 17 casos confirmados, incluidos 12 fallecidos, y otra en Tanzania, con al menos nueve casos, ocho confirmados y uno probable.

Antes, ha habido casos en otros países como Ghana, Guinea-Conakri, Uganda, Angola, la República Democrática del Congo, Kenia y Sudáfrica. Se estima, así, que en todo el continente ha causado la muerte de más de 3 500 personas.

Una tasa de mortalidad muy alta

Al igual que el ébola, el virus de Marburgo provoca hemorragias repentinas y puede producir la muerte en pocos días, con un período de incubación de 2 a 21 días y una tasa de mortalidad de hasta el 88 %. Los murciélagos de la fruta son los huéspedes naturales de este virus, que cuando es transmitido a los humanos puede ser contagiado mediante contacto directo con fluidos como la sangre, saliva, vómitos u orina.

La enfermedad, para la que no hay vacuna ni tratamiento específico, fue detectada por primera vez en 1967 en la ciudad alemana de Marburgo -de ahí el origen de su nombre- por técnicos de laboratorio que resultaron infectados cuando investigaban a monos traídos de Uganda.

Pese a que no exista un tratamiento específico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que se están desarrollando una serie de productos sanguíneos, fármacos y de terapias inmunitarias para lograr combatir su enfermedad.

30 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

octubre 1, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Archivado en: Enfermedades transmisibles,Medicina Familiar y Comunitaria,Medicina Interna,Medicina Tradicional | Etiquetas: , , , |

Imagen: UPNA.Investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), en colaboración con equipos científico-tecnológicos de Italia, Polonia y Colombia, han desarrollado un biosensor óptico capaz de detectar biomoléculas, como proteínas, ADN o virus, en fluidos biológicos complejos, como el suero humano, «con una precisión y sensibilidad sin precedentes».

Este dispositivo, que se evaluó detectando inmunoglobulina G (IgG), un tipo de anticuerpo, en concentraciones «extremadamente bajas, puede servir para el diagnóstico precoz de enfermedades».

Los investigadores de la UPNA implicados en este trabajo, que ha sido publicado en la revista científica Advanced Science, son los catedráticos Ignacio del Villar Fernández e Ignacio R. Matías Maestro, investigadores del Instituto de Smart Cities (ISC), y el estudiante de doctorado Dayron Armas Peña.

El resto del equipo internacional está integrado por especialistas del Instituto de Física Aplicada Nello Carrara de Italia, la Universidad Tecnológica de Varsovia (Polonia) y la Universidad Nacional de Colombia.

El biosensor se basa en una tecnología llamada biofotónica, que utiliza la luz para detectar biomoléculas. Para crear este sensor, el equipo internacional de investigadores ha utilizado nanofilms, que son capas de material extremadamente delgadas (un nanómetro es una millonésima parte de un milímetro) con propiedades ópticas especiales que no se observan en estructuras más grandes.

Estos nanofilms forman lo que se llama un cristal fotónico unidimensional. Este cristal está integrado en una fibra óptica, pulida lateralmente para que la luz interactúe directamente con el entorno externo, donde se encuentran las biomoléculas.

Así, cuando una de ellas se acerca o se adhiere a la superficie pulida de la fibra óptica, afecta a la forma en que la luz se comporta en el cristal fotónico. Estos cambios en la luz son detectados por el sensor, lo que permite identificar la presencia y la cantidad de biomoléculas.

LA «CLAVE DEL ÉXITO»: ALTA SENSIBILIDAD Y PRECISIÓN

Una de las «innovaciones clave» de este biosensor consiste en la elección de nanomateriales con un alto contraste en su índice de refracción (una medida de cómo la luz se desvía al atravesar un material) y bajas pérdidas de luz.

Esto significa que el sensor puede detectar incluso cantidades muy pequeñas de biomoléculas «con una precisión excepcional, lo que es crucial para aplicaciones médicas».

Al lograr un equilibrio entre alta sensibilidad y un parámetro técnico conocido como ancho de banda a media altura (FWHM, por sus siglas en inglés), el dispositivo «puede identificar con claridad las biomoléculas sin confundirlas con otras sustancias».

Esta combinación «mejora significativamente» lo que se conoce como la figura de mérito (FoM, por sus siglas en inglés), un indicador del rendimiento general del dispositivo.

DETECTANDO ENFERMEDADES EN SUS PRIMERAS ETAPAS

En concreto, el rendimiento del biosensor se evaluó detectando el anticuerpo inmunoglobulina G (IgG) en muestras de suero humano. La concentración mínima de una sustancia que el sensor puede detectar se llama límite de detección (LoD, por sus siglas en inglés).

Y el sensor desarrollado por este equipo internacional con participación de la UPNA logró un LoD récord de 70 attomolar (aM), una concentración «extremadamente baja que equivale a detectar una sola molécula entre millones de otras o tener una sola molécula en un océano de un millón de billones de litros de agua».

Este nivel de sensibilidad tiene «importantes implicaciones para el diagnóstico precoz de enfermedades», ya que «permite hallar biomarcadores en cantidades mínimas, cuando las enfermedades apenas comienzan a desarrollarse».

29 septiembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

octubre 1, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Archivado en: Bioquímica,Biotecnología,Inmunología | Etiquetas: , , , |

Imagen: Prensa Latina.Las enfermedades cardiovasculares cobran anualmente 17,9 millones de vidas; sin embargo, el 80 % de estos padecimientos pueden prevenirse, llamado global hoy al celebrar el Día Mundial del Corazón.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los factores de riesgo conductuales más importantes de las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares son la alimentación poco saludable, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de bebidas alcohólicas.

«Se ha demostrado que abandonar el consumo de tabaco, reducir la ingesta de sal y aumentar la de frutas y hortalizas, realizar actividad física con regularidad y no tomar bebidas alcohólicas con consecuencias nocivas reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares», señala el ente sanitario.

Hoy día, la enfermedad cardiovascular resulta la primera causa de muerte en todo el mundo y la cifra ascenderá a 23 millones en el año 2030, por ello, indica la OMS, es necesario evitar trastornos como el sobrepeso y la obesidad a fin de evitar mayores riesgos de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca y otras complicaciones.

Para ello, los especialistas abogan constantemente por evitar el sedentarismo que se ha convertido en un factor de riesgo cardiovascular con un impacto tan significativo como el tabaquismo o el colesterol elevado.

«Ante estas afecciones es importante incorporar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, es decir, alrededor de 20 minutos diarios. El ejercicio reduce la presión arterial y los niveles de colesterol, lo que ayuda a controlar la glicemia, mantener el peso, mejorar la capacidad pulmonar y la eficiencia cardíaca, además de potenciar los mecanismos antiinflamatorios e inmunitarios», recomiendan los expertos.

Los datos de la organización alertan también que dichos padecimientos agrupan una serie de trastornos del corazón, así como los vasos sanguíneos: la cardiopatía coronaria, los accidentes cerebrovasculares y las cardiopatías reumáticas que provocan cuatro de cada cinco defunciones y una tercera parte de ellas son prematuras (es decir, de personas menores de 70 años).

El Día Mundial del Corazón es una iniciativa global promovida por la Federación Mundial del Corazón que se conmemora cada 29 de septiembre y representa una oportunidad para hablar de la importancia de reducir los factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las cuales influyen principalmente en personas mayores de 45 años.

Este año, la campaña hace un llamado para que cada país desarrolle estrategias nacionales para combatir estas enfermedades.

29 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo.Argelia, país libre de paludismo desde 2019, anunció este domingo un segundo envío de aviones medicalizados a las regiones del extremo sur del país por la proliferación de casos de difteria y malaria entre la población, donde se habrían registrado al menos decena de muertos.

El senador argelino Brahim Akadi aseguró hoy que 100 personas han muerto en las provincias de Bordj Badji Mokhtar y In Guezam, fronterizas con Mali y Níger, y alertó que el número podría aumentar.

Akadi acusó a los responsables locales y de salud de «ignorar la situación epidémica» y señaló la falta de medios sanitarios en estas regiones desérticas del sur de Argelia, a casi 2 000 kilómetros de la capital.

«¿Cómo explicamos la muerte de 100 personas hasta ahora, si no es por la falta de medidas y la incompetencia», señaló Akadi según el escrito de su intervención en el Senado.

El pasado viernes, el Ministerio de Sanidad argelino confirmó la aparición de casos de difteria y malaria «importados» (de regiones subsaharianas vecinas) aunque hasta el momento no ha informado de víctimas.

Según el director de prevención del Ministerio, Djamel Fourar, Argelia ha organizado tres campaña de vacunación desde 2023 contra esta enfermedad que se contrae a través de la picadura de mosquitos infectados.

Este médico añadió que los casos de epidemia registrados están importadas de los países del Sahel como Mali y Níger.

La Media Luna Roja argelina lanzó un llamamiento a profesionales, médicos y enfermeros voluntarios para participar en convoyes médicos que están llegando a la zona.

Argelia obtuvo el certificado de erradicación del paludismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019.

27 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo.El ruido generado por el tráfico aéreo puede alterar la calidad del sueño de quienes viven cerca de los aeropuertos, mostró un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Leicester, en Reino Unido.

El equipo analizó los datos provenientes de más de 80 000 personas que residían cerca de cuatro grandes aeropuertos británicos: Londres Heathrow, Londres Gatwick, Manchester y Birmingham.

Durante la pesquisa, los individuos usaron dispositivos de muñeca que rastrearon sus patrones de sueño y respondieron cuestionarios sobre la calidad del mismo.

Los expertos compararon estos datos con los mapas creados por la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido, que muestran el nivel de ruido que producen los aviones en los vecindarios cercanos a los aeropuertos.

Encontraron que las personas expuestas a niveles más altos de ruido de aeronaves tendían a moverse más mientras dormían, una señal de interrupción del sueño, según un artículo publicado en la revista Environmental Health Perspectives.

El fuerte sonido de los aviones también parece alterar los ciclos de sueño y vigilia de las personas, lo cual hace que se duerman y despierten a horas irregulares, añadieron.

«Un mayor ruido nocturno de los aviones se vinculó con una alteración de la calidad del sueño, incluso si las personas no se daban cuenta», dijo el investigador principal Xiangpu Gong.

Los trastornos del sueño podrían tener efectos a largo plazo en la salud, por lo que es importante que las políticas aborden y reduzcan la contaminación acústica de los aviones, señaló el experto.

«El ruido nocturno de los aviones se asoció con un sueño más inquieto y ciclos de sueño y vigilia interrumpidos, lo que sugiere un vínculo entre la exposición al ruido de los aviones durante la noche y los trastornos del sueño», concluyó Gong.

Apuntó que los patrones de sueño más pobres se asociaron con un mayor riesgo de problemas de salud mental, afecciones como la diabetes y la obesidad, y con peligro de mortalidad.

Por su parte, la investigadora principal Anna Hansell, profesora de epidemiología ambiental de la Universidad de Leicester, manifestó que los responsables de las políticas deben tener en cuenta estos resultados al sopesar si añadir más vuelos en una terminal aérea.

«Es preocupante que la presión actual sobre los aeropuertos para aumentar los vuelos nocturnos pueda resultar en más ruido nocturno de los aviones, con impactos potenciales en los trastornos del sueño y, en última instancia, en la salud», dijo Hansell.

27 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

octubre 1, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Archivado en: Medicina Familiar y Comunitaria,Neurofisiología,Psicología | Etiquetas: , , , , |

Imagen: Archivo.Científicos estadounidenses descifraron el mecanismo de acción de un nuevo compuesto que vence varias de las resistencias a los fármacos que actúan contra el parásito causante de la malaria, el Plasmodium falciparum, se conoció hoy.

Transmitido por el mosquito Anopheles, y responsable de la mayoría de los casos en el mundo de esa enfermedad, en 2022, cerca del 96 % de todas las muertes por paludismo se atribuyeron a esta especie.

La mayoría de los casos se produjeron en el África subsahariana, destaca la investigación liderada por científicos de las universidades de California en Riverside e Irvine y la Facultad de Medicina de Yale, Estados Unidos.

El medicamento, denominado MED6-189, ha demostrado eficacia contra cepas de P. falciparum sensibles y resistentes a los medicamentos, tanto in vitro como en los ratones modificados para que tuvieran sangre humana.

MED6-189 tiene un doble mecanismo de acción que hace más difícil que los parásitos desarrollen múltiples mutaciones en su genoma para sobrevivir al fármaco, subrayó Karine Le Roch, autora principal.

En declaraciones al sitio digital SINC, Le Roch, explicó que MED6-189 actúa no solo en el apicoplasto, un orgánulo específico de las células de P. falciparum, sino también en las vías de tráfico vesicular. Este doble mecanismo de acción hace más difícil que los parásitos desarrollen múltiples mutaciones en su genoma para sobrevivir al fármaco.

Argumentó que «la interrupción del apicoplasto y del tráfico vesicular bloquea el desarrollo del parásito y, por tanto, elimina la infección en los glóbulos rojos y en el modelo de ratón humanizado». Además, el equipo descubrió que el medicamento «es potente también contra otros parásitos zoonóticos de Plasmodium, como P. knowlesi y P. cynomolg«.

La investigadora señala que el parásito de la malaria humana es resistente a todos los fármacos antipalúdicos actuales. Por lo tanto, subraya, es fundamental identificar nuevas clases de compuestos que no se hayan utilizado antes y que se dirijan a nuevas enzimas y vías moleculares.

MED6-189 es un compuesto muy potente con valores de IC50 [concentración inhibitoria media] similares a los de los antimaláricos eficaces. También es activo contra múltiples cepas de malaria sensibles y resistentes a los fármacos, subrayó.

27 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

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