jun
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El informe sobre la calidad del aire elaborado por Ecologistas en Acción concluye que dos tercios de la población española estuvieron expuestas en 2023 a niveles de contaminación que exceden los nuevos límites aprobados para 2030 por el Parlamento Europeo.
Los resultados, que se han presentado este miércoles, muestran que las principales áreas urbanas españolas incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno, el contaminante más relacionado con el tráfico.
Según los datos, en 2023, que fue el segundo año más cálido desde que se dispone de registros, se produjeron numerosos episodios de contaminación por partículas y por ozono, siendo Madrid y Canarias las ciudades con los peores datos.
No obstante, durante 2023 la calidad del aire en España ha mejorado con una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno y ozono troposférico, en porcentajes que oscilan entre el 7 % y el 31 % respecto a los promedios del periodo 2012-2019.
La caída de la contaminación se debe a la evolución de la actividad económica tras la pandemia de la covid-19, ya que el consumo de combustibles fósiles y electricidad se redujo y las fuentes renovables cubrieron más de la mitad de la demanda eléctrica, limitando las emisiones de las centrales térmicas de gas.
Considerando la normativa todavía vigente, la población que respiró aire contaminado por encima de los obsoletos límites legales actuales se redujo a 2,9 millones de personas, un 6 % de la población total, repartidas entre Canarias, la Comunidad de Madrid, el interior de Cataluña y Villanueva del Arzobispo (Jaén); y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación alcanzó 84 000 kilómetros cuadrados, una sexta parte del territorio.
Desde Ecologistas en Acción señalan que la contaminación de la calidad del aire «debería abordarse como un problema sanitario de primer orden», ya que según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 fallecieron prematuramente hasta 21 000 personas en España por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, 10 000 de ellas en episodios de alta contaminación, según el Instituto de Salud Carlos III.
Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente, pero una decena de comunidades autónomas siguen incumpliendo su obligación de elaborarlos para rebajar el ozono en las zonas donde se exceden los límites legales: «las administraciones tienen que ponerse las pilas y actualizar los planes de reducción de la contaminación con los nuevos límites», ha señalado Juan Bárcena, de Ecologistas en Acción.
Para llevar a cabo el informe Ecologistas en Acción ha analizado los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas, las de los principales aeropuertos y puertos estatales.
19 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La agencia meteorológica de Canadá advirtió hoy a las provincias del centro y este del país por una ola de calor extrema que ubicará los niveles de temperatura cercanos a los 40 °C.
La meteoróloga de CTV Your Morning, Kelsey McEwen, señaló que regiones de Ontario, Quebec, New Brunswick y el sur de Halifax registrarán temperaturas entre 29 y 34 grados y valores de humedad cercanos a 41, de martes a jueves.
Las autoridades animaron a los pobladores a mantenerse hidratados y tomar las medias pertinentes.
Por otra parte, Environment Canada dijo que en el noroeste de Ontario existe riesgo de tornado para hoy por la tarde.
Se pronostican tormentas eléctricas intensas para la tarde con ráfagas de viento de hasta 90 kilómetros por hora con grandes granizos y fuertes lluvias, según el aviso de la agencia.
18 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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20
Varias ciudades del noreste de Estados Unidos entraron este martes en alerta por una ola de calor que de acuerdo con las previsiones será larga y con temperaturas máximas que se acercarán a los 40 °C y afectará a más de 73 millones de personas.
En su última actualización, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, en inglés) aseguró que «es probable que se registren récords diarios generalizados de calor diurno, con la posibilidad de algunos récords mensuales».
Advirtió, además, que «la llegada temprana del calor, su persistencia durante varios días y los vientos ligeros aumentarán el peligro más allá de lo que los valores exactos de temperatura podrían sugerir».
Se espera que las máximas temperaturas ronden entre los 37,8 °C y los 40,5 °C.
¿Cómo impactarán las altas temperaturas distintas ciudades de EE.UU.?
Las regiones más afectadas por la ola de calor desde este martes y durante los próximos días serán Los Grandes Lagos, el valle del río Ohio y Nueva Inglaterra.
La ciudad de Chicago está este martes en nivel 4 -de un máximo de 4- de riesgo, considerado extremo, según el NWS.
Otras ciudades en esa misma categoría son Cincinnati o Toledo, en Ohio; Grand Rapids, en Míchigan; Louisville, en Kentucky; o Cedar Rapids, en Iowa.
En los próximos días otras ciudades importantes como Washington, Detroit (Míchigan), Cleveland o Columbus (Ohio), Pittsburgh (Pensilvania), Indianápolis (Indiana) o Nashville (Tennessee) también alcanzarán ese nivel.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, recomendó a la gente que «se mantenga hidratada, evite la actividad excesiva al aire libre y, de ser necesario, visite un refugio climático cercano».
Se espera que la ola de calor tenga afectaciones no solo en la salud pública, sino también en la producción industrial y la infraestructura.
El NWS advirtió que «este nivel de calor extremo inusual y/o prolongado, con poco o ningún alivio durante la noche, afecta a cualquier persona que no tenga un enfriamiento efectivo y/o una hidratación adecuada».
18 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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19
El Ministerio de Sanidad activó este lunes un mapa más preciso para medir el impacto del calor en la salud, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.
El nuevo mapa mantiene las 52 unidades de referencia provinciales que tenían los anteriores, uno por cada capital de provincia más las ciudades autónomas, pero este año añade como novedad más de un centenar de zonas de meteosalud, áreas de territorio que mantienen un comportamiento de temperatura homogéneo y de las que puede haber varias en una sola provincia.
Así, el mapa de zonas estudiadas se eleva de 52 a 182, tal y como contempla el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos de los Excesos de Temperaturas Sobre la Salud, que el Ministerio lleva usando más de 20 años para calcular los efectos del calor en la salud y que estará vigente -como mínimo, ya que se puede ampliar si así lo exigen las circunstancias- hasta el 30 de septiembre.
Desde el pasado 16 de mayo están activas las alertas a nivel provincial, ya que la Comisión Interministerial para la aplicación efectiva del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud decidió aplazar a hoy la puesta en marcha de las nuevas áreas de meteosalud.
Para cada una de estas áreas, y con la información que proporciona diariamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el plan asigna un umbral máximo de temperatura a partir del cual se disparan los efectos nocivos del calor y que, dada la enorme variabilidad geográfica de España, no son los mismos en todas partes.
Así, el plan reserva los topes más altos a las capitales andaluzas (que van de los 35,5 grados Celsius de Almería y los 37,2 de Málaga a los 40,5 de Sevilla y a los 41,4 en Córdoba, el más alto de toda España), extremeñas (37,2 en Cáceres y 40 en Badajoz) y la murciana (38,8).
En Castilla-La Mancha, se mueven entre los 36 de Cuenca, los 37,9 de Toledo y los 38,1 de Ciudad Real; en Aragón, el umbral máximo lo tiene Zaragoza (38) frente a los 36,7 de Teruel y los 34,5 de Huesca y en Cataluña, Lleida tiene el mayor valor (37,9) y Barcelona el más bajo (31).
Madrid tiene asignados 35,6 grados; La Rioja 34,5 y Navarra, 34,4; en Galicia se da la mayor variabilidad, con 27,5 en A Coruña pero 37,4 en Ourense; en Castilla y León, el umbral de riesgo es de 36,1 grados en Zamora, 36,9 en Valladolid y 35,3 en Salamanca, que desciende a valores que rondan los 33 en el resto.
Los mismos 33 grados o poco más están fijados para Araba y Bizkaia, Las Palmas, Baleares, Ceuta y Melilla, y unas décimas menos en Alicante (31,8) y Castellón (32,8). Los valores más bajos los tienen Cantabria (26,6) y Asturias (26,4).
Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1 % y un 10,7 %, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en 3 defunciones al día.
Dependiendo del número de días en los que se superan esos umbrales, el plan determina cuatro niveles de riesgo, que van del ‘Nivel 0′ al ‘Nivel 3′, cada uno de los cuales lleva una serie de medidas aparejadas para coordinar a todos los agentes implicados, desde los distintos ministerios y responsables autonómicos a profesionales sanitarios y servicios sociales.
17 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El Ministerio de Sanidad ha hecho un llamamiento este lunes a la población para que se autoproteja frente a las altas temperaturas, sobre todo en zonas que tradicionalmente no eran calurosas pero que ahora, con el cambio climático y a las puertas de otro verano que se espera récord, «sí lo van a ser».
«En España, el calor es el principal problema de salud asociado al cambio climático, y en los próximos años se prevé un aumento de las temperaturas extremas debido al calentamiento global», ha advertido la ministra de Sanidad, Mónica García, en la presentación de la campaña «Un verano de cuidado».
Una campaña que pone en marcha para incidir en la importancia de la autoprotección individual y comunitaria. «Cada uno de nosotros tiene que tomar medidas para protegerse del calor» y «ayudar a aquellos que lo tienen más difícil a hacerlo», ha pedido.
Hidratarse adecuadamente, beber incluso cuando no tiene sed, evitar la exposición al sol durante las horas más intensas, usar ropa adecuada y buscar refugio en lugares frescos «son medidas muy básicas» y «de sentido común» que acaban resultando vitales para evitar los estragos del calor.
Según las estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), en 2023 se produjeron 3 000 muertes atribuibles al calor, aunque el pico histórico se produjo el verano anterior, cuando rozaron las 5 000, sobre todo en mayores de 74 años.
Y este tiene «una alta probabilidad», superior al 70 %, de que sea más cálido de lo normal, según el sistema europeo de satélites Copernicus. «Hay que ser claros y contundentes: el negacionismo climático es perjudicial para la salud, pero también las posiciones políticas que lo blanquean», ha remarcado García.
«El cambio climático es un fenómeno que ya no podemos ignorar, no solo es una crisis ambiental, sino de salud pública», ha proseguido.
Por eso, ha ahondado en la necesidad de «crear una cultura de calor», que ya han asumido las zonas más habituadas, pero que ahora hay que «trasladar a aquellas que tradicionalmente no eran tan calurosas en verano y que ahora, con el cambio climático, sí lo van a ser».
En ello ha profundizado el responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero: «La cultura de calor es algo que en ciertas partes de España ya existe, pero que en otras, no, y es lo que explica que en algunas zonas de España con más calor haya menor impacto en la salud».
Advertir tanto de su impacto como los consejos para evitarlo debe ser «un esfuerzo continuado» este verano y los sucesivos, aunque hay que trasladarlos con mensajes sencillos alejados de tonos «catastrofistas», mucho menos efectivos.
«Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales», ha resumido el experto, que ha hecho hincapié en que «todos tenemos una responsabilidad no solo de protegernos individualmente, sino de colaborar en la creación de esa cultura de calor», especialmente en los más vulnerables.
El pasado 16 de mayo, Sanidad activó el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas, que define cuándo, dónde y a qué nivel se dan los avisos para esquivar el impacto del calor.
Como novedad, el de este año incluye un mapa del calor más preciso, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.
El mapa mantiene las 52 unidades de referencia provinciales que tenían los anteriores, uno por cada capital de provincia más las ciudades autónomas, pero desde hoy se han incorporado 30 de meteosalud, áreas de territorio que mantienen un comportamiento de temperatura homogéneo y de las que puede haber varias en una sola provincia.
Las áreas estudiadas se elevan así de 52 a 182; para cada una de estas áreas, y con la información que proporciona diariamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el plan asigna un umbral máximo de temperatura a partir del cual se disparan los efectos nocivos del calor.
Dada la enorme variabilidad geográfica de España, no son los mismos en todas partes, y van del máximo de 41,4 en Córdoba a los 26,4 de Asturias.
Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1 % y un 10,7 %, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en tres defunciones al día, ha recordado Antonio Cabrera, encargado de salud planetaria e inequidades en salud, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Además de golpes de calor, las altas temperaturas agravan patologías previas como las cardiovasculares, pulmonares, renales, y psiquiátricas, además de favorecer accidentes cerebrovasculares o el aumento de partos prematuros.
Mayores de 65 años y menores de cuatro, además de embarazadas, son los grandes grupos de riesgo al calor, aunque también los trabajadores al aire libre y las personas sometidas a ciertos tratamientos farmacológicos. «Hay que estar muy pendientes de ellos», ha concluido.
17 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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14
Protegerse del sol en edades tempranas, especialmente durante los primeros 30 años y no solo con crema, es clave para reducir el riesgo de cáncer de piel durante el resto de la vida, sobre todo en un contexto de cambio climático que aumenta los días de sol y la radiación.
Así lo explica a EFE la doctora Susana Puig Sardá, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Piel.
«Gracias a la cultura de las medidas de fotoprotección, la incidencia de estas enfermedades en poblaciones jóvenes está estabilizada y no se incrementa, a diferencia de los mayores de 60 años», sostiene la doctora Puig.
Esta diferencia entre generaciones se explica por los hábitos durante los años 60, cuando se popularizó la exposición solar recreacional sin medidas de fotoprotección, junto con el incremento de la esperanza de vida.
Así, es en la franja de los mayores de 60 años que de jóvenes no se protegieron entre los que los cánceres de piel están aumentando «exponencialmente», según la dermatóloga.
En cambio, para las nuevas generaciones la exposición al sol se ha visto agravada por el contexto del cambio climático, otro de los factores de riesgo a tener en cuenta que señala la dermatóloga y que debe tomarse en consideración para prevenir los problemas en la piel.
«En Barcelona, por ejemplo, el número de días soleados se ha visto incrementado en las últimas décadas, así como el Índice de Radiación Ultravioleta (IUV)», especifica la responsable de Dermatología del Clínic.
Es por eso que lamenta que la población solo haya aumentado el uso de las cremas fotoprotectoras para protegerse, cuando son necesarias a su juicio más medidas.
«Habría que cambiar los horarios de las actividades al aire libre, usar sombras naturales y usar más gorras y sombreros, por ejemplo», así como «fomentar los diagnósticos precoces», resalta.
Independientemente del tipo de piel, color del pelo y de los ojos, factores históricamente relacionados con un mayor o menor riesgo de contraer enfermedades de la piel, existen otros aspectos que inciden en la gravedad de la exposición al sol, como el momento del día o los productos de protección.
Sobre estos últimos, el presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (FEFAC), Antoni Torres, advierte de que deben ser cremas solares con protección 50+ y preferiblemente de farmacias, donde «pueden asesorar al cliente en función de sus casos particulares».
«La cantidad del fotoprotector para estar protegido durante dos horas es de nueve cucharas medias (de café con leche), protegiendo cara, brazos, piernas, pecho, espalda, y la parte de detrás de ambas piernas», puntualiza a EFE el experto, quien añade una décima cuchara para la cabeza, sobre todo en casos de alopecia.
Torres hace hincapié en que, cuando llega el calor, hay que ponerse crema por la mañana y luego, cada dos horas, aunque en el caso de que la exposición se prolongue o haya una excesiva sudoración, debería ser cada hora, y así hasta que se vaya el sol.
«Acertar en la cantidad es esencial, porque si no es la correcta, no protege. Una protección que debería durar dos horas puede hacer efecto solo media hora o incluso menos», asevera el presidente de la FECAC.
Aparte de la herencia cultural que afecta a los más mayores y a la cantidad y calidad de los productos de fotoprotección, hay otro elemento que se añade a la lista de factores a tener en cuenta para evitar enfermedades dermatológicas: la presión estética.
«Uno de los grandes problemas que tenemos es la valoración estética. Debemos hacer un cambio y tener como modelos, por ejemplo, personas con pieles claras y cuidadas», revela la doctora Susana Puig.
La jefa del Servicio de Dermatología del Clínic vincula esta tendencia a la tanorexia o adicción al bronceado, una condición en la cual una persona genera una necesidad obsesiva para lograr un tono de piel más oscuro.
«El daño que hace la radiación ultravioleta produce la hormona alfa-MSH, que actúa a nivel de receptores opiáceos y crea esta adicción. Sin embargo, protegerse del sol es la mejor estrategia para protegerse de las arrugas y el envejecimiento cutáneo», concluye la doctora Puig. EFE
13 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia