jul
2
El uso hoy de las redes sociales «vuelve adicta la mente a estar conectada», comentó la psicóloga clínica del Ministerio de Salud Sinaí Valverde, en una entrevista con el canal costarricense Teletica.
Sobre semejanzas o diferencias de ese tipo moderno de dependencia con la causada por sustancias psicoactivas como el alcohol o el tabaco, la científica explicó que las primeras «repercuten en lo biológico y neuroquímico y las segundas en lo cognitivo, sicológico y emocional».
La adicción hacia sustancias psicoactivas –explicó- cambia desde el cuerpo, que se acostumbra a ellas, necesita más para sentirse normal (entre comillas) y cuando le falta aparecen los síntomas de abstinencia por esa dependencia, «que es física y muy fuerte».
Las redes sociales afectan las funciones de lo mental y de lo emocional y eso está ligado «a cómo le prestamos atención a la memoria, al bienestar emocional en general». «Es como si la mente se volviera adicta a estar conectada todo el tiempo», añadió la académica de la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud.
La sicóloga clínica tica observa «una relación muy profunda entre el uso excesivo de las redes sociales y altos niveles relacionados con la ansiedad y la depresión, que es de pronto de lo que más hablamos, es donde el problema se ve reflejado».
Valverde analizó que estar en las redes sociales implica una constante comparación con otros, «“vista desde la idealización de dichas vidas ajenas, porque nadie está publicando lo que hace, solo las cosas bonitas».
También significa una búsqueda constante de validación a través de los «me gusta» o de los «comentar», que pueden ser positivos, «pero también generar inseguridades y ansiedad, o situaciones adversas».
La científica aludió, además, a «la conducta compulsiva de la persona, a través de su adicción o dependencia a las redes sociales. Esa necesidad constante de estar revisando y actualizando las redes, similar a otras adicciones. Necesita estar, tenerlas ahí presentes».
Hace que la persona genere –agregó- una dependencia emocional en la búsqueda de esa validación, de estar actualizado, que va a ser parte de su bienestar o que más bien afecta su bienestar mental, porque para estar bien, necesita de eso.
Para la estudiosa, ese proceso conduce «a una disminución de capacidad de concentración, a una distracción a nivel de memoria». El consumo constante de información, de redes, interfiere en la consolidación de esa memoria a largo plazo.
«Es tanta la sobrecarga de información que recibe de tanta multitarea, de lo que te dan las redes, que dificulta esa capacidad de retener o de recordar información que podría ser importante».
La sicóloga clínica confirmó, por otro lado, que los más propensos a sufrir esa dependencia a las redes «son los jóvenes, los menores de edad, la fase de niñez y adolescencia, porque son quienes entran en un proceso de construcción de identidad».
30 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
jul
2
El campus de Alcoy (Alicante) de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha puesto en marcha Neuroedulab, el primer laboratorio de neuroeducación de España, equipado con la última tecnología en biometrías de neurociencia que permite monitorizar el rendimiento de los estudiantes y mejorar así su aprendizaje y asimilación de nuevos conocimientos.
Entre otras tecnologías, este nuevo laboratorio de neuroeducación incorpora equipos de electroencefalografía, respuesta electrodérmica de la piel, reconocimiento de emociones a través de la codificación facial, ritmo cardíaco y seguimiento de la atracción visual del estudiante.
Según explica el coordinador del Neuroedulab e investigador del Macom Research Lab de la UPV, David Juárez, «con la respuesta galvánica o electrodérmica de la piel se puede medir el nivel de sudoración de los dedos del alumnado y con ello, su intensidad emocional».
El electroencefalograma -con la colocación de catorce sensores- permite monitorizar la actividad cerebral, que posteriormente procesan e interpretan con un software especial y con el eye tracking o seguimiento ocular es posible saber dónde mira el alumno en cada momento y determinar los puntos que más les llaman la atención, añaden fuentes de la UPV.
«Procesando toda esta información y aplicando sus resultados directamente en el estudiante, podremos contribuir a mejorar su rendimiento», sostiene Juárez.
Neuroeduación para potenciar la memorización
Con este nuevo laboratorio, añade, «tanto docentes como personal investigador pueden validar nuevas herramientas de aprendizaje activo que pretenden potenciar la asimilación y memorización de conceptos con mayor eficiencia».
Y la neuroeduación se puede aplicar en todas las materias propias de ingeniería, tanto en materias de base como específicas de los grados en ingeniería informática, robótica, diseño industrial, administración de empresas, química, mecánica, eléctrica o incluso técnicas de inteligencia artificial (IA).
Preparación más activa
«Esto es extrapolable a los programas máster de organización industrial y logística, textil, ingeniería de materiales o MBA. Con este nuevo laboratorio, queremos contribuir a que nuestros alumnos y alumnas tengan un mejor rendimiento y asimilen de forma más sencilla los conocimientos de cada materia. En definitiva, queremos aportar nuestra experiencia para preparar de una manera más activa a los profesionales del futuro», defiende.
A su vez, los profesores pueden validar el esfuerzo desarrollado para aplicar estas metodologías en su propio cerebro, «escaneando» sus propias métricas de rendimiento cerebral, frente a los métodos más tradicionales.
«Nuestro laboratorio de neuroeducación ya está activo, y ha permitido publicar trabajos científicos muy prometedores en el ámbito de la educación, tanto en congresos como en revistas científicas de primer nivel a nivel mundial, y está abierto a toda la comunidad universitaria de la UPV, así como a aquellos centros de formación que quieran validar nuevas metodologías de aprendizaje en educación», concluye. EFE
30 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
jul
2
La paleoantropóloga María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), considera que la Inteligencia Artificial no jugará un papel fundamental en nuestra evolución biológica como especie, a diferencia de la comunicación a distancia, y defiende que no debemos de temerla pues es una creación humana.
En una entrevista con la Agencia EFE por el XV aniversario de la apertura del CENIEH en Burgos -que se cumplirá el próximo julio-, la científica ha indicado que no cree que debamos ser víctimas de lo que el afamado escritor de ciencia ficción Isaac Asimov definió como el ‘síndrome de Frankenstein’, el miedo a que las máquinas se vuelvan contra su creador.
«La Inteligencia Artificial es un producto de la inteligencia humana y, por tanto, no tenemos que temerla», ha afirmado; «ni debemos sentirnos amenazados por una herramienta sofisticada, cierto es, pero debería venir a facilitar muchas tareas habituales, sobre todo a hacerlas más rápidas».
Desde su experiencia profesional, Martinón no cree que la IA vaya a jugar ningún papel realmente definitivo en nuestro devenir como especie, en nuestra evolución biológica, al menos tal como está planteada actualmente, ni que vaya tampoco a desplazar a la inteligencia natural.
Usos de la IA
En la investigación científica, la Inteligencia Artificial ya se está utilizando como herramienta que asiste a los investigadores y Martinón reconoce que jugará un papel todavía mucho más grande en el futuro, pero nunca podrá competir con la creatividad humana que requieren las investigaciones.
«En un ámbito como el nuestro -estudio de la evolución humana- en el que tenemos que plantearnos preguntas que requieren no solo de inteligencia sino de creatividad, seguirá preponderando la inteligencia natural», pues el ser humano siempre hará preguntas y propondrá alternativas más creativas.
Y fuera de la investigación, las decisiones, los sentimientos y las emociones, características que nos hacen humanos, continuarán definiendo quiénes somos, seguirán siendo el motor de la especie, más allá de los avances en inteligencia artificial.
Sin embargo, María Martinón pone el foco en otro tipo de desarrollos tecnológicos que sí han tenido un gran impacto en nuestra evolución como especie aunque seamos menos conscientes.
Habla de la comunicación a distancia, y en general de las nuevas formas de comunicación, que han permitido desligarnos de la presencia física y han abierto un nuevo mundo de posibilidades pero alterando y empobreciendo las relaciones humanas, además de generando riesgos que pasan más desapercibidos.
«Ahí es donde yo a lo mejor sí veo más riesgo. Nos hemos acostumbrado a comunicarnos desentendiéndonos de una parte fundamental para la empatía que es la presencia física», ha indicado, de la capacidad de leer algo más que las palabras o de presentarnos en 140 caracteres.
Para la investigadora «las personas somos mucho más que una opinión en un momento determinado», pero hemos reducido, simplificado las relaciones humanas hasta definirnos en una opinión, en un mensaje en redes o en una foto, y «eso empobrece y altera la naturaleza social de nuestras comunicaciones», ha aseverado.
Tecnología y cultura, amortiguadores de la selección natural
La directora del CENIEH afirma que el ser humano sigue y seguirá evolucionando biológicamente, tal vez de una manera menos vistosa o espectacular de lo que la ciencia ficción nos ha hecho esperar, menos visible en nuestra apariencia física.
Los cambios en nuestro sistema inmune muestran esa constante evolución, la capacidad de la especie de responder y adaptarse a nuevas amenazas biológicas, el desarrollo de enfermedades, la aparición de tolerancias, intolerancias o alergias.
«Esa idea que teníamos de que nuestros cerebros iban a seguir aumentado no tiene sentido económicamente», ha apuntado, pues no se puede perder energía en cosas que no son necesarias, y lo que la especie necesita ahora es un cerebro potente pero que consuma menos, y «tenemos muchas memorias externas para descansar».
Por ese motivo, María Martinón afirma que la evolución tecnológica y cultural, que van a un ritmo mucho más rápido que la propia biología, funcionan como un amortiguador de la selección natural.
Los humanos ya no nos adaptamos al entorno sino que, con una capacidad brutal de transformación, adaptamos el entorno a nosotros, a veces con consecuencias devastadoras para el medio ambiente, ha lamentado la paleontropóloga, que aún así es optimista en cuanto al ser humano y el uso de la inteligencia artificial.
Seres sociales y compasivos
«En esencia, nuestra naturaleza es positiva. Nuestro instinto y nuestra naturaleza son predominantemente sociales y compasivos», y aunque es cierto que somos una especie con un componente de violencia importante, es menor de la que nos correspondería como primates y no es la violencia la que nos caracteriza, ha asegurado.
Es una violencia que se puede modular a través de la cultura, lo que ocurre es que «nos hemos especializado en matar, a través de la tecnología, de forma masiva y a distancia», anulando la empatía, uno de los mecanismos de inhibición de la violencia, ha lamentado, de ahí que los humanos necesitemos de una autoevalución y una autocrítica constantes.
30 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
jul
1
La Policía de la ciudad india de Kota, una localidad conocida como «la fábrica de estudiantes», ha unido manos con Meta para crear mecanismos de respuesta ante alertas de contenido relacionado con el suicidio de jóvenes en las redes sociales de la compañía estadounidense.
Kota, en el norte de la India, acoge cada año a decenas de miles de estudiantes que se preparan para los exámenes de entrada a universidades de élite, y la presión de la preparación aparece frecuentemente vinculada a noticias de los suicidios de estos mismos jóvenes.
El sistema de Meta usado por la policía emite una señal de alarma «tan pronto como cualquier persona, no solo un estudiante sino cualquiera, publica en Instagram o Facebook palabras sobre el suicidio» tras ser analizada por un «sistema de inteligencia artificial», afirmó a EFE la superintendente de Policía de Kota, Amrita Duhan.
El aviso llega tanto por correo electrónico como por teléfono y, desde que comenzó el programa hace un mes, Duhan asegura que siempre hay alguien listo para dar respuesta «y enviar a alguien lo más rápido posible».
No solo en Kota, sino que otras regiones de la India como el estado norteño de Uttar Pradesh cuentan desde hace tiempo con este servicio en unión con Meta. Según la agencia de noticias india IANS, la Policía de la región con más habitantes del país asiático, unos 240 millones, «salvó 457 vidas» entre enero de 2023 y junio de este año.
Pero a diferencia de otras zonas del país asiático, Kota aparece regularmente asociada con los suicidios de estudiantes.
Las decenas de centros de estudios de la ciudad rajastaní acoge cada año unos 200 000 jóvenes, que aspiran a aprobar los competitivos exámenes indios y lograr una plaza en alguna de las prestigiosas universidades indias de medicina e ingeniería.
En 2023, 26 estudiantes se quitaron la vida en medio de un ambiente cargado de estrés y expectativas de sus padres, mientras que una docena de jóvenes se han suicidado en lo que va de año. Las autoridades han recurrido desde entonces a instalar ventiladores de techo con muelles para evitar ahorcamientos, o redes en patios interiores.
«La densidad de estudiantes es tan masiva, que también lo son los números, pero estos incidentes tienen lugar en todo el país», lamentó Duhan, antes de defender que Kota «es el mejor lugar para los estudiantes que aspiran a la educación superior».
No obstante, ni las alertas de Meta ni otras medidas como los ventiladores actúan en la raíz del problema, lamentó a EFE Dinesh Sharma, director de psicología de la Escuela Universitaria de Enfermería de Kota. La presión de los familiares por ver resultados y la competitividad entre sus propios compañeros generan un ambiente en el que muchos de los estudiantes se ven aislados.
28 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
jun
28
El número de jóvenes italianos que viven aislados como consecuencia de adicciones virtuales a ordenadores y teléfonos móviles se calcula en unos 50 000, lo que representa un aumento significativo, indica hoy un reporte.
El ministro de Educación italiano, Giuseppe Valditara, dio la voz de alarma sobre este fenómeno en declaraciones divulgadas este miércoles en el sitio digital especializado Orizzontescuola, a partir de los datos contenidos en el reciente Informe anual al Parlamento sobre el fenómeno de la drogodependencia en Italia 2024.
Valditara se refirió a este fenómeno, conocido con el término japonés Hikikomori, debido a que se diagnosticó por primera vez en esa nación en la década de los años 90, el cual significa «hacerse a un lado» y se refiere al completo aislamiento de aquellos que lo padecen, quienes se apartan de la sociedad para refugiarse en el mundo virtual.
Esa adicción a los dispositivos tecnológicos se manifiesta con síntomas como ansiedad, depresión y aislamiento social, refirió el titular, quien hizo referencia a la existencia en Italia de más de cien centros especializados donde son tratados unos 3 700 pacientes, en su mayoría varones de entre 15 y 18 años.
El ministro se refirió a un reciente estudio publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco), el cual «ofrece datos dramáticos sobre la falta de atención, sobre el impacto negativo del abuso del teléfono móvil en la imaginación y la creatividad», agrega la fuente.
26 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
jun
27
Europa y América son hoy las regiones que más alcohol consumen en el mundo con un promedio de 9,2 y 7,5 litros por persona respectivamente, aumentando los riesgos de padecer numerosas enfermedades y la mortalidad, advirtió la OMS.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló que el siete por ciento de la población de todo el planeta (400 millones de personas), mayor de 15 años, vive con algún trastorno relacionado con las bebidas alcohólicas.
Además, el nivel de consumo per cápita entre los bebedores asciende a una media de 27 gramos de algún líquido de ese tipo puro al día, lo que equivale aproximadamente a dos vasos de vino, dos botellas de cerveza o dos raciones de licores. El texto de la entidad de Naciones Unidas, señala también que, en 2019, el 38 % de los bebedores habían realizado un consumo episódico excesivo, definido como el consumo total o de al menos 60 gramos de alcohol puro en una o más ocasiones en los meses anteriores.
Advierte, además, que la prevalencia del consumo de alcohol entre los jóvenes de 15 a 19 años en 2019 fue «inaceptablemente alta» en todo el mundo con un 22 % y muy pocas diferencias de género.
Por otro lado, señala que el número total de muertes debidas al alcoholismo en todo el mundo ascendió a 2,6 millones en 2019 con las cifras más altas en la región europea y africana.
«La carga de morbilidad atribuible al alcohol fue más pesada entre los hombres: dos millones de muertes relacionadas con esa adicción y 0,6 millones entre las mujeres en 2019″, indica el comunicado de la OMS.
Hasta la fecha, alertó la organización, el 3,7 por ciento de la población mundial, es decir, 209 millones sufren dependencia del alcohol y destacó que sigue sin estar regulada la publicidad de esas sustancias en Internet y en las redes sociales, el segmento de más rápido crecimiento del marketing.
25 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia