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El 15 % de los pacientes en las urgencias presenta un proceso infeccioso, lo que genera un gran impacto en estos servicios, mientras que entre el 6 y 10 % de los atendidos son diagnosticados con septicemia, una infección potencialmente letal que puede llegar a ser infradiagnosticada en hasta en un 30 % de los casos.
Son los datos facilitados por la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (SEMES) con motivo de la conmemoración este viernes 13 de septiembre del día Mundial de la Sepsis, en la cual se alerta que las infecciones generan un gran impacto en los hospitales.
Principalmente los casos de sepsis -con la neumonía o infecciones abdominales entre principales detonantes- para los que existe un infradiagnóstico que alcanza el 30 % de los casos reales.
En los casos más graves, el infradiagnóstico oscila entre un 20 y 25 %, es decir cuando se trata de un choque séptico que puede provocar la muerte en pocas horas y por ello los expertos consideran que lo ideal es que el patógeno (bacterias, virus y hongos) sea identificado en menos de tres horas para el inicio inmediato de tratamientos antibióticos específicos.
Entre 15 000 y 20 000 personas fallecen al año en España a causa de la septicemia, pone de manifiesto SEMES a través de su grupo de trabajo en infecciones INFURG para incidir en la importancia de su manejo y diagnóstico precoz en los servicios de urgencias hospitalarios.
La sepsis, explican los expertos, se define como una situación de gravedad, potencialmente letal, producto de una infección que provoca una respuesta inadecuada del organismo y que origina un síndrome dinámico basado en una respuesta inflamatoria sistémica que puede desembocar en distintos grados de disfunción de uno o más órganos.
En cifras globales, la sepsis representa un problema ya que una de cada cinco muertes en el mundo se asocia a este mal y llega a afectar a 50 millones de personas anualmente, de las cuales 11 millones fallecen.
Hasta el 40 % de los pacientes mundiales son niños menores de 5 años y el 50 % de los supervivientes sufren secuelas físicas o psicológicas a largo plazo.
«Los episodios de sepsis más frecuentes son los causados por una infección, como una neumonía, infecciones del tracto urinario o infecciones abdominales», explica Agustín Julian del equipo de INFURG-SEMES, que añade que «más de la mitad de los casos de sepsis son atendidos inicialmente en los servicios de urgencias».
Aclara que entre el 50 y 60 % de los pacientes diagnosticados de sepsis o shock séptico que ingresan en la Unidad de Cuidados Intensivos proceden de urgencias, por lo que el papel de estos servicios es crucial.
Julio Gamazo, también médico de INFURG-SEMES, resalta que «identificar la sepsis de manera precoz y oportuna es crucial ya que permite iniciar de inmediato el tratamiento antibiótico», algo «clave para controlar la infección subyacente».
«En las primeras horas tras el diagnóstico, cada acción cuenta y en urgencias estamos entrenados para reconocer los primeros síntomas, como son la fiebre, la taquicardia, la taquipnea, la hipotensión arterial y la alteración de la conciencia», resume Gamazo, que apunta que ello permite activar inmediatamente los protocolos.
13 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Una cuarta persona ha fallecido en medio de un brote de la enfermedad del legionario en un hogar para ancianos en el sector norte del estado del estado de Nueva York, informaron el martes autoridades.
Los funcionarios del condado Albany anunciaron la semana pasada que había tres muertos en medio de 10 personas que dieron positivo a la enfermedad en el hogar para ancianos Peregrine Senior Living, en Shaker.
Hubo otros dos casos positivos de legionela, la bacteria que causa la dolencia, y ahora son cuatro las muertes vinculadas al brote, dijo la comisionada de salud del condado Albany, Maribeth Miller, el martes en un comunicado.
La enfermedad del legionario (conocida también como legionelosis o legionela) es un tipo serio de neumonía causada al inhalar pequeñas partículas de agua que tienen la bacteria de la legionela. Las personas de edad avanzada, las que tienen sistemas inmunológicos debilitados o sufren de ciertas condiciones como atrofia pulmonar crónica están bajo un mayor riesgo de contraerla.
Los funcionarios del condado afirmaron la semana pasada que dos de los que murieron ya estaban hospitalizados por otras causas, por lo que no queda confirmado que la legionela es lo que los mató. En su comunicado del martes, Miller dijo que hubo «cuatro muertes por neumonía vinculadas a este brote». Los funcionarios del condado no dieron más detalles.
Como respuesta al brote, los funcionarios de salud han estado trabajando con Peregrine y con los hospitales del área para asegurarse de que las personas con síntomas se hagan la prueba y que sean tratadas, además de implementar un programa de tratamiento de aguas. Las autoridades han impuesto restricciones al uso de agua.
La administración del hogar de ancianos dijo la semana pasada que estaba coordinando con las autoridades de salud estatales y locales para proteger a los residentes, al personal y a los visitantes. Los administradores del hogar de ancianos no respondieron a un correo electrónico en el que se les pedía más información.
10 septiembre 2024|Fuente: AP |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un estudio elaborado con muestras tomadas con un avión a altas altitudes ha revelado que los microorganismos pueden viajar largas distancias en la troposfera.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), lo han liderado investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa», y ha contado con la colaboración de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu (FPDBA).
Los patógenos pueden viajar por el aire, pero se sabe poco sobre la diversidad de microbios que pueden sobrevivir a grandes altitudes, donde las condiciones son duras.
Diez estudios aéreos
Utilizando un avión Cessna, el investigador ICREA en ISGlobal Xavier Rodó y un equipo internacional de científicos llevaron a cabo diez estudios aéreos entre 1 000 y 3 000 metros por encima de Japón, partiendo del aeropuerto de Chofu, cerca de Tokio.
Todos los vuelos se planificaron para seguir las corrientes de viento procedentes de Asia continental, en lo que se conoce como puentes troposféricos, que conectan aire de regiones distantes del mundo.
En este caso, es aire que se eleva en China continental y que luego desciende sobre Tokio, debido a las condiciones meteorológicas típicas del invierno.
Para comparar la diferencia a distintas altitudes, también se recogieron muestras a nivel del suelo en Chofu.
Los investigadores analizaron la composición química y biológica de un total de 22 muestras de filtros de aerosol recolectadas durante dos periodos (febrero y abril de 2014) en la troposfera, que es la capa inferior de la atmósfera y la que está en contacto con la superficie terrestre.
Especies bacterianas capaces de causar enfermedades
Mediante secuenciación de ADN, los científicos identificaron más de 266 géneros de hongos y 305 géneros de bacterias asociados a los aerosoles, algunos de los cuales son potencialmente patógenos para los seres humanos, otros animales o las plantas.
Entre otras, se identificaron especies bacterianas como Escherichia coli, Serratia marcescens, Clostridium difficile, Clostridium botulinum, Haemophillus parainfluenzae, Acinetobacter baumannii y varias especies de Staphylococcus, así como hongos de géneros como Candida, Cladosporium y Malassezia, capaces de causar enfermedades en individuos susceptibles e inmunodeprimidos.
«Nuestro estudio revela por primera vez una gran diversidad de microbios que se propagan por las corrientes de viento a miles de kilómetros de su origen por intensos túneles de viento que se forman a algunos kilómetros de altura en la troposfera», ha afirmado Rodó.
Bacterias viables, con capacidad para crecer y reproducirse
Para el investigador, estos hallazgos representan «un cambio de paradigma» en la comprensión de cómo la salud humana puede verse afectada por patógenos que prosperan en el ambiente, especialmente en el aire.
Aunque el estudio no demuestra una relación causal entre la presencia de patógenos humanos en los aerosoles y un efecto sobre la salud, sí subraya la necesidad de seguir explorando la propagación de distintos microbios patogénicos sobre grandes distancias, ha resaltado el investigador.
Resistencia a antibióticos
El cultivo de algunas de las muestras permitió demostrar que las bacterias recogidas del aire eran viables -es decir, con capacidad de crecer y reproducirse- y que algunas eran resistentes a los antibióticos de uso común.
La sorpresa para los científicos fue comprobar que, por ejemplo, la cepa de Micrococcus luteus aislada mostraba resistencia a múltiples fármacos, incluyendo carbapenems, glicopéptidos, ciprofloxacina y trimetoprim-sulfametoxazol.
«Nuestros hallazgos sugieren que la resistencia a los antimicrobianos podría propagarse a grandes distancias por esta vía hasta ahora desconocida», ha indicado por su parte la coprimera autora del estudio, Sofya Podzniakova.
10 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Tedros Adhanom, ha informado de que este miércoles se ha publicado un marco mundial para ayudar a los Estados miembros a investigar exhaustivamente el origen de los patógenos nuevos y reemergentes.
«Entender cuándo, dónde, cómo y por qué empiezan los brotes, las epidemias y las pandemias es extremadamente difícil. Pero es tanto un imperativo científico para prevenir futuros brotes como un imperativo moral para prevenir futuras epidemias», ha señalado Tedros en una rueda de prensa este miércoles sobre este marco que ha sido elaborado por la OMS con el apoyo del Grupo Asesor Científico sobre el Origen de Nuevos Patógenos (SAGO).
Aunque existen varias herramientas para investigar los brotes de enfermedades infecciosas, este es el primer enfoque unificado y estructurado para investigar los orígenes de un nuevo patógeno. Este marco pretende llenar ese vacío proporcionando un conjunto completo de investigaciones y estudios científicos. Se trata de la primera versión de una guía práctica que se irá actualizando a medida que sea necesario, en función de los comentarios de los usuarios.
En este sentido, la OMS ha recordado que con cada brote y pandemia la salud humana y animal se ve amenazada por el riesgo creciente de aparición de patógenos conocidos (como los virus del Ébola, Nipah, la gripe aviar, Lassa y Monkeypox, este último conocido como de la viruela símica) y nuevos con potencial epidémico y pandémico (nueva gripe, MERS-CoV, SARS-CoV-1, SARS-CoV-2). «La capacidad de prevenir, y cuando no podemos prevenir, de contener rápidamente los brotes e identificar sus orígenes es científica, moral y financieramente más crítica que nunca», ha señalado desde la OMS.
Así, Tedros ha destacado que este marco servirá para conocer los orígenes de nuevos patógenos, algo que se sigue investigando en el caso del covid-19. «Todavía no sabemos cómo empezó la pandemia de covid-19 y, por desgracia, el trabajo para comprender sus orígenes sigue en curso. La cooperación de China es absolutamente crítica para ese proceso. Eso incluye información sobre el mercado de marisco de Wuhan, los primeros casos conocidos y sospechosos de covid-19, y el trabajo realizado como tal por los laboratorios de Wuhan. Sin esta información, ninguno de nosotros puede descartar ninguna hipótesis hasta que China comparta estos datos», ha manifestado.
De este modo, el marco global de la OMS esboza investigaciones y estudios científicos para seis elementos técnicos: investigaciones tempranas; estudios en humanos; estudios de la interfaz humano/animal; estudios genómicos y filogenéticos, y estudios de bioseguridad y bioprotección.
EL OBJETIVO ES DETENER LOS BROTES ANTES DE QUE EMPIECEN
El marco mundial de la OMS se ha concebido como un recurso para científicos, investigadores, autoridades de salud pública e investigadores de los Estados miembros. Proporciona orientación sobre cuándo y cómo iniciar tales investigaciones multidisciplinares y ofrece recomendaciones a los países sobre las capacidades y herramientas necesarias para llevarlas a cabo con éxito. Esto incluye las capacidades necesarias, tales como recursos humanos, sistemas de vigilancia humana, animal y ambiental; reglamentos de bioseguridad y bioprotección, y laboratorios con experiencia en pruebas y secuenciación.
Según la OMS, las investigaciones oportunas y exhaustivas sobre el origen de los patógenos son fundamentales para prevenir y contener las crisis sanitarias mundiales. Los resultados de estas investigaciones proporcionan la base para detener los brotes antes de que empiecen, detener las cadenas de transmisión y reducir el riesgo de propagación de patógenos de animales a humanos. También pueden confirmar o descartar la posibilidad de un fallo involuntario en la bioseguridad y la bioprotección de los laboratorios.
04 septiembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El ministro dominicano de Salud Pública, Víctor Atallah, reveló hoy que la revisión de muestras antiguas guardadas en el laboratorio nacional de referencia Dr. Defilló confirmó que 33 pacientes eran positivos a Oropouche.
Atallah precisó que se analizaron pruebas tomadas de enero a la fecha que resultaron negativas a dengue, tras la alerta emitida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por la presencia de ese virus en la región.
Hace apenas tres días la cartera de Salud Pública declaró alerta epidemiológica en todo el territorio nacional tras la detección del primer caso de Oropouche.
La entidad precisó que las pruebas practicadas a un paciente en el laboratorio Dr. Defilló inicialmente dieron negativo para dengue, pero que tras una reevaluación, resultaron positivas para Oropouche, una enfermedad transmitida por el jején y el mosquito.
En un comunicado, la cartera indicó este viernes que en la actualidad no hay casos activos, pero aseguró que se intensifica la vigilancia epidemiológica.
Ante esta situación, las autoridades instaron a la población a adoptar medidas preventivas como la eliminación de los sitios donde se reproducen los mosquitos y jejenes, principalmente las aguas estancadas donde viven las larvas.
Los síntomas principales del virus incluyen fiebre, dolor de cabeza, rigidez de las articulaciones, dolores, escalofríos y, en ocasiones, náuseas y vómitos.
El ministro no especificó si la decisión de estudiar pruebas viejas se tomó luego de la detección del supuesto primer caso esta semana.
Especialistas refieren que la mayoría de los síntomas del Oropouche se presentan por lo general entre cuatro y ocho días después de que la persona fue infectada y se extienden de cinco a siete días, aunque algunos pacientes pueden permanecer convalecientes durante semanas.
31 agosto 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Microbios hay en el cuerpo humano, el suelo, los fondos marinos o lugares inhóspitos de la Tierra, pero también en la comida, de los que se sabe poco. Científicos han creado ahora una gran base de datos con la información genética de los microorganismos de 2 533 fuentes alimentarias (de alimentos y sus ambientes).
Este atlas del microbioma alimentario se ha hecho a partir del análisis de los metagenomas -todo el material genético del conjunto de microoganismos en un ambiente- de fuentes de 50 países, también España. El archivo público permitirá identificar microbios indeseables, seguir la vida microbiana a través de la cadena alimentaria y mejorar los alimentos.
El estudio, el mayor sobre microbiomas en la comida, se publica en la revista Cell y demuestra, además, al comparar la base de datos con casi 20 000 metagenomas humanos, que los microbios vinculados a los alimentos suponen de media alrededor del 3 % del microbioma intestinal de los adultos y el 56 % del de los lactantes.
Detrás de la investigación está el consorcio internacional Master, que, con 29 socios y fondos europeos, arrancó en 2019 para cartografiar los microbiomas de diferentes entornos alimentarios. El proyecto, ya terminado, lo coordina Paul Cotter, de Teagasc, la autoridad de desarrollo agrícola y alimentario de Irlanda.
Por parte española participan investigadores de varios centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), Estación Experimental del Zaidín (Granada), Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (Madrid). También colabora la Universidad de León.
El trabajo del CSIC se ha centrado en el análisis de quesos artesanales asturianos.
Los microbiólogos de los alimentos llevan más de cien años estudiándolos y realizando pruebas de seguridad alimentaria, pero se han infrautilizado las modernas tecnologías de secuenciación del ADN, afirma Cotter: «Este es el punto de partida de una nueva oleada de estudios en este campo en los que aprovechamos al máximo la tecnología molecular disponible».
Y es que tradicionalmente los microbios de los alimentos se han estudiado cultivándolos uno a uno en el laboratorio, pero el proceso es lento y no todos pueden cultivarse fácilmente, recuerdan sendos comunicados de la revista y del CSIC.
Para caracterizar el microbioma de los alimentos de forma más completa y eficiente, los investigadores recurrieron a la metagenómica, una herramienta molecular que les permitió secuenciar simultáneamente todo el material genético de cada muestra alimentaria.
En total, el equipo analizó 2 533 metagenomas asociados a alimentos procedentes de 50 países, incluidos 1 950 metagenomas secuenciados por primera vez. Estos procedían de diversos tipos de alimentos y sus ambientes, de los cuales el 65 % eran lácteos, el 17 % bebidas fermentadas y el 5 % carnes fermentadas.
Estos metagenomas de las comunidades microbianas contienen bacterias, hongos y levaduras. Se identificaron 10 899 microbios, la mitad de especies desconocidas.
Los alimentos similares tendían a albergar tipos parecidos de microbios -por ejemplo, las comunidades microbianas de diferentes bebidas fermentadas eran más parecidas entre sí que a los microbios de la carne fermentada-, pero había más variación entre los productos lácteos, probablemente debido al mayor número de lácteos estudiados.
Quesos asturianos
Aunque los científicos no identificaron muchas bacterias patógenas en las muestras, sí observaron algunos microbios que podrían ser menos deseables debido a su impacto en el sabor o la conservación de los alimentos.
Saber qué microbios pertenecen a los distintos tipos de alimentos podría ayudar a los productores -tanto industriales como pequeños- a elaborar productos más consistentes y deseables, apuntan los autores.
También a los reguladores alimentarios a definir qué microbios deben o no estar en determinados tipos de alimentos y a autentificar la identidad y el origen de los alimentos «locales».
En este sentido, el estudio demuestra que los alimentos de cada instalación o granja local tienen características únicas.
En España, por ejemplo, se analizaron ambientes de 28 queserías pertenecientes a la Asociación asturiana de Queseros Artesanos.
Los científicos estudiaron muestras de todo el proceso, desde que la leche entra en la quesería hasta que el queso sale al supermercado. Escudriñaron utensilios, cubas, distintas superficies y muestras de los propios operarios, explica a EFE Abelardo Margolles, del IPLA, porque solo así se logra información de los microbios en toda la cadena.
Comprobaron, asimismo, que los quesos de cada instalación tenían características únicas.
Esto es importante porque se podría asociar la especificidad y calidad de los alimentos locales a su microbioma, e incluso posibilita utilizar el metagenoma como un marcador de autenticidad del alimento, representando «una poderosa herramienta» para garantizar su trazabilidad y origen.
Implicaciones en la salud humana
Además de la autentificación, Margolles destaca que esta biblioteca también ahondará en la seguridad alimentaria. Por ejemplo, facilitará la identificación y localización de un posible foco de contaminación e, incluso, podría ayudar a seleccionar los desinfectantes más adecuados o evitar que se propaguen genes de resistencia a antibióticos.
Y añade: «La idea es que esta base de datos pública sea una semilla para que otros investigadores vengan y depositen allí sus metagenomas de alimentos y sus ambientes, cualesquiera que sean».
29 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
