De cara a la campaña de vacunación COVID-19 del próximo otoño, el Ministerio de Sanidad apuesta por la vacunación con Hipra, una vacuna adyuvada bivalente (incluye las variantes Alfa y Beta del virus) que fue autorizada a finales de marzo por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como dosis de recuerdo para los mayores de 16 años que han recibido la pauta de primovacunación con una vacuna de ARNm.

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Así, el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, anunció tras el último Consejo de Ministros celebrado el pasado 4 de julio, que se administrará en el próximo mes de octubre una dosis de recuerdo adicional con Hipra para sanitarios y mayores de 60 años.

Sin embargo, dos meses antes del anuncio por parte del Gobierno de España, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó la recomendación de utilizar vacunas COVID-19 que incluyan y protejan de la cepa Ómicron en las próximas estrategias de vacunación a nivel mundial. Una comunicación amparada también por la EMA y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), que también apuntan a la necesidad de actualizar la composición de las vacunas.

Y es que el Grupo Asesor Técnico de la OMS sobre la Composición de la Vacuna contra la COVID-19, después de evaluar las implicaciones de la evolución del SARS-CoV-2 y debatir sobre la composición de las futuras formulaciones de las vacunas contra la COVID-19, concluyó que, a partir de ahora, la vacunación debería llevarse a cabo con vacunas monovalentes que contengan la proteína S de la espícula del linaje XBB.1 (sublinajes XBB.1.5 y XBB. 1.16), pues es probable que puedan dar lugar a las futuras variantes que circularán a corto y medio plazo en todo el mundo.

¿Es acertado vacunar con Hipra?

En los últimos tiempos, la vacunación frente a la COVID-19 se ha basado en las vacunas bivalentes, que contienen la proteína S de la cepa ancestral y de alguna de las variantes Ómicron. Sin embargo, tal y como ha indicado el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la cepa ancestral ha desaparecido y en la actualidad las variantes que predominan en todos los países son las subvariantes derivadas de la variante Ómicron XBB: la XBB.1.5 y la XBB 1.16.

Ante ello, Raúl Ortiz de Lejarazu, profesor de Microbiología en la Universidad de Valladolid y director emérito en el Centro Nacional de Gripe de Valladolid, se ha pronunciado sobre la conveniencia o no de administrar Hipra en el contexto actual. “Me gustaría ver artículos publicados en revistas científicas de peso sobre la antigenicidad e inmunogenicidad de esta vacuna adyuvada que tiene una cepa Beta de la época pre-Ómicron”, ha expuesto.

Actualmente, hay tres compañías que permanecen en la carrera de vacunas COVID-19 al cumplir los requisitos indicados por la OMS: las vacunas de ARNm de Pfizer (Comirnaty) y Moderna (Spikevax) y la vacuna de proteínas de Novavax (Nuvaxovid).

La vacunación COVID-19 en el plano internacional

A nivel internacional, algunos países del entorno se han alineado con la OMS para recomendar el uso de vacunas COVID-19 que incluyan la protección frente a la variante Ómicron. Es el caso de Alemana Francia o Italia, así como de Estados Unidos.

Alemania

En Alemania, desde principios de 2023, la variante Ómicron XBB.1, considerada variante de interés (VOI) ha determinado la situación epidemiológica del país y se espera que en los próximos meses aumente la incidencia. Ante esta situación, el Comité Permanente de Vacunación de Alemania (STIKO) recomienda administrar dosis de refuerzo a niños con condiciones de riesgo e inmunodeficiencia y, preferiblemente, utilizando vacunas de ARNm adaptadas a esta variante (Pfizer y Moderna).

Francia

La Alta Autoridad de Salud (HAS) de Francia también ha recomendado que, para la campaña de vacunación frente a la COVID-19 de este año, se realice la vacunación de refuerzo preferentemente con una vacuna bivalente de ARNm (Pfizer o Moderna), “independientemente de las vacunas utilizadas previamente”.

Por otro lado, la HAS aconseja el uso de las vacunas VidPrevtyn (Sanofi) y Nuvaxovid en mayores de 18 años vacunados con una vacuna de ARNm o de vector adenoviral, como alternativa a las vacunas bivalentes de ARNm para personas reticentes a dichas vacunas y para aquellas que no puedan beneficiarse de ellas (contraindicaciones).

Italia

En Italia, dos sociedades científicas han publicado un posicionamiento conjunto sobre la protección de las vacunas actuales frente a la variante Ómicro XBB. Así, la Sociedad Italiana de Higiene (SItI) y la Sociedad Italiana de Infecciosas y Tropicales Enfermedades (SIMIT) han expuesto que publicaciones recientes han demostrado que el refuerzo de ARNm bivalente “muestra protección contra la infección sintomática XBB/XBB.1.5 y hospitalización durante al menos los primeros 3 meses después de la vacunación en personas que han recibido previamente 2-4 dosis de una vacuna monovalente”.

De este modo, las sociedades científicas italianas consideran que estos datos “justifican” la necesidad de actualizar la composición de las vacunas COVID-19 para el período 2023-2024, para que la campaña de vacunación “coincida más con las variantes y sublinajes de Ómicron que circulan actualmente”.

Estados Unidos

Finalmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha recomendado a las compañías farmacéuticas fabricantes de vacunas COVID-19 la inclusión de la subvariante de Ómicron XBB.1.5 como integrante exclusiva de la vacuna a utilizar para la próxima temporada 2023/2024, siguiendo las recomendaciones de su comité asesor VRBPAC. Las secuencias proteicas de esta subvariante son bastante similares a las de otras que actualmente circulan como la XBB.1.16 y XBB.2.3.

Gaceta Médica 11 de julio 2023

 

julio 20, 2023 | borrell | Filed under: COVID-19, España, vacunación |

Los hospitales Vall d’Hebron de Barcelona y Gregorio Marañón de Madrid son los dos centros de agudos españoles que van a participar en un estudio clínico multicéntrico e internacional de fase Ib/IIa (para comprobar la seguridad y efectos) de una terapia CAR-T (de células T con receptores quiméricos de antígenos) comercial, de Novartis, para 12 pacientes de entre 18 y 65 años de edad, refractarios (no responden a terapias habituales) y graves con lupus eritematoso sistémico (LES).

Los participantes serán tratados también en hospitales de Francia, Alemania, Australia y, posiblemente (dependiendo de la autorización de la FDA), de Estados Unidos. El hospital barcelonés ha informado hoy en rueda de prensa de que ya ha reclutado al primero de los 12 pacientes previstos, que iniciará el proceso para poder ser tratado con la CAR-T el próximo lunes 27 de marzo.

Este estudio es posible gracias a uno previo del Hospital Universitario de Erlangen, de Alemania, publicado a finales del año pasado, que demostró con una CAR-T desarrollada por el propio centro la remisión del LES en cinco pacientes. Tras la infusión de la terapia celular, el seguimiento de esos pacientes (de 3 a 17 meses) confirmó que todos experimentaron una mejoría de los síntomas, incluida la remisión de la afectación de órganos internos, así como la desaparición de los autoanticuerpos relacionados con la enfermedad, sin necesidad de seguir recibiendo terapias convencionales para poder controlarla. Los pacientes no solo mejoraron rápidamente sus síntomas, sino que también perdieron la autoinmunidad asociada al LES.

El equipo del Vall d’Hebron implicado en el estudio de la CAR-T de Novartis ha pedido “precaución” ante ese estudio alemán, puesto que requiere más tiempo de seguimiento de los pacientes tratados de esta forma. Habría que seguirlos al menos durante 15 años para conocer la evolución en el largo plazo, ha precisado.

La LES es una enfermedad reumática autoinmune sistémica de control complejo que, de acuerdo con datos de la Sociedad Española de Reumatología, afecta a 75.000 pacientes en España. Su causa es desconocida y se presenta en brotes, más o menos suaves, que provocan inflamación y daño en articulaciones, en músculos y en otros órganos como piel, riñones, corazón y pulmones, entre otros.

Según el equipo del Vall d’Hebron, en un 20-30% de los afectados no se consigue controlar la enfermedad y eso tiene implicaciones a largo plazo principalmente a causa del uso de corticoides que provocan, con el tiempo, daños irreversibles. Otros datos relevantes de este problema son que 9 de cada 10 pacientes son mujeres y que la LES se diagnostica habitualmente entre los 20 y los 40 años de edad.

La terapia CAR-T se está usando ya para tratar algunos tipos de tumores o enfermedades hematológicas, como linfomas o leucemias. Consiste en extraer células del sistema inmunitario de los pacientes, en este caso las células T, que se modifican genéticamente para que expresen un receptor de antígeno quimérico (CAR) y posteriormente se vuelven a infundir al paciente.

Abril 23/2023 (Diario Médico) – Tomado de Reumatología – Estudio clínico  Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.

Nuestro cerebro está protegido por una especie de valla, un muro que evita que infecciones, tóxicos y otras amenazas lleguen al sistema nervioso central. Esta barrera hematoencefálica, sin embargo, también impide que se puedan administrar en el cerebro muchos tratamientos para enfermedades neurológicas, como el párkinson, lo que supone un escollo para la lucha contra estos trastornos.

Un equipo de investigadores españoles ha demostrado que, mediante una técnica de aplicación de ultrasonidos de baja intensidad (LIFU), es posible abrir puertas de forma temporal y focalizada en esa barrera y alcanzar dianas específicas del párkinson.

En concreto, los investigadores, liderados por José A. Obeso, del Centro Integral de Neurociencias HM CINAC, del Hospital Universitario HM Puerta del Sur (Madrid), han conseguido que un vector viral (virus adenoasociado AAV) atraviese la barrera en áreas cerebrales relacionadas con el párkinson en seis macacos utilizando la técnica LIFU. El procedimiento demostró que la técnica es segura, puede realizarse de forma no invasiva, es factible y genera expresión proteica, lo que abre la puerta a un gran potencial terapéutico, señalan los investigadores.

Los vectores virales se emplean habitualmente como transportadores de terapia génica, como una especie de taxis que permiten llevar las instrucciones necesarias para modificar las alteraciones en el ADN que es necesario cambiar en muchos trastornos. Sin embargo, hasta ahora la barrera hematoencefálica suponía una frontera para su empleo en el cerebro. La única alternativa era su inyección intracraneal, un procedimiento complejo y que engloba muchos riesgos, lo que limitaba su desarrollo.

El hecho de que LIFU sea una técnica no invasiva y segura «podría facilitar la administración focal de vectores virales para terapia génica y podría permitir intervenciones tempranas y frecuentes para tratar enfermedades neurodegenerativas», señalan los investigadores en el último número de Science Advances, donde publican sus resultados.

«Hasta ahora no se había demostrado nunca que un vector viral podía alcanzar determinadas zonas y expresarse de esta manera completamente focal. Hemos abierto realmente la posibilidad de acceder a determinadas zonas del cerebro y proporcionar un agente que pueda ser terapéutico», señala Obeso. Además de en los modelos animales, su equipo ha demostrado que la apertura de la barrera hematoencefálica es posible en tres pacientes de párkinson. En estos casos, no se llevó a cabo la administración del vector viral.

Objetivo: primeras etapas

El equipo espera iniciar un ensayo clínico el año que viene. El objetivo es conseguir tratar a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad, cuando la pérdida de neuronas dopaminérgicas característica del trastorno se produce en zonas muy localizadas. La posibilidad de abrir la barrera hematoencefálica de manera temporal y solo en áreas muy específicas sería clave para actuar frente a la neurodegeneración incipiente, explica el investigador. «Actuar focalmente es una ventaja cuando se actúa precozmente», subraya Obeso.

La técnica que permite atravesar la barrera hematoencefálica se basa en la combinación de dos factores. La emisión focalizada de ultrasonidos de baja intensidad en combinación con la inyección por vía intravenosa de microburbujas. Cuando estas microburbujas entran en contacto con los ultrasonidos, en esas zonas específicas donde se están aplicando, éstas aumentan su actividad y su tamaño, ganan energía y se mueven con más intensidad, lo que termina provocando una apertura en la barrera hematoencefálica. «Es como si se creara un conducto que permite atravesar la barrera de una forma focal y temporal». En humanos, la permeabilidad de la barrera se mantiene 24 o 48 horas como máximo.

Para Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN), esta estrategia es «muy interesante y disruptiva».

Por su parte, Analia Bortolozzi, científica titular en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC), investigadora principal en el Cibersam y responsable del grupo de Neurofarmacología de Sistemas en el Idibaps-Fundació Clínic, ha señalado en declaraciones a SMC España que «a pesar de sus ventajas y posibilidades de tratamiento, LIFU tiene su parte de desafíos. Aunque una mejor penetración de la barrera hematoencefálica es una gran ayuda para la administración de fármacos, incluida la terapia génica, aumenta el riesgo de que entren en el cerebro sustancias no deseadas, como cuerpos extraños y agentes inflamatorios».

Abril 19/2023 (Diario Médico) – Tomado de Neurología https://www.diariomedico.com/medicina/neurologia/investigadores-espanoles-abren-una-puerta-en-la-barrera-hematoencefalica-para-dar-en-la-diana-contra-el-parkinson.html  Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. 

La reciente donación de materiales del cirujano valenciano Alberto Gómez Portilla refleja el esfuerzo de los profesionales por llevar la innovación al paciente en España.

La Medicina es una disciplina inmensamente rica en historia y tradición y, por ello, conocer y preservar su recorrido y legado es fundamental para conocer lo vivido y lo esperable en el futuro. Esto lo saben muy bien en el Museo de Historia de la Medicina y de la Ciencia de Valencia, una de las joyas del Instituto Interuniversitario López Piñero- Universitat de València (UV).

Los antecedentes del instituto y del propio museo fueron el Instituto de Historia de la Medicina, creado en los años 70 por el profesor José María López Piñero, catedrático de Historia de la Medicina de la UV, bajo el amparo de la Institución Alfons el Magnànim de la Diputación de Valencia, el Seminario de Historia de la Medicina y la Cátedra de Historia de la Medicina de la UV.

El instituto propiamente dicho fue creado en 1985 por el propio López Piñero con el nombre de Instituto de Estudios Históricos y Documentales sobre la Ciencia, contando con la Biblioteca y Museo Histórico-médicos y el Centro de Documentación e Información en Biomedicina. En 2008 se produjo una reestructuración, concentrando la actividad investigadora en la historia de la medicina y de la ciencia e integrando la Biblioteca histórico-médica Vicente Peset Llorca y el nuevo Museo de Historia de la Medicina y de la Ciencia, además de adoptar la actual denominación.

El objetivo de la remodelación, que coincidió con el traslado del centro a la actual sede en el rehabilitado Palacio Cerveró -edificio histórico propiedad de la UV-, fue dotar al centro de un nuevo proyecto e identidad científica.

Según explica Josep Simon, conservador del museo y secretario académico del instituto, “constituye un ejemplo único de institución dedicada a la investigación, docencia y divulgación en el contexto español. Su ubicación lo conecta con una larga historia de salvaguarda del patrimonio científico y médico en nuestro país”.

Sus instalaciones alojaron en los años 30 del siglo pasado el Institut d’Estudis Valencians y su sección de Ciencias, desde la cual se hicieron las primeras propuestas de creación de un Museo de Ciencias para la ciudad de Valencia y se alertó sobre las condiciones precarias de conservación en que se encontraban las principales colecciones de la ciudad (hoy en día resguardadas en los museos de Prehistoria y de Ciencias Naturales, respectivamente).

Más de 4.000 piezas

El museo posee una colección de más de 4.000 piezas que provienen por un lado de la propia UV, que a medida que va retirando instrumentos y otros enseres de sus laboratorios y espacios de práctica científica y médica, va incorporando una selección de estos a sus colecciones museísticas.

Por otro lado, desde su fundación el Museo recibe donaciones de instituciones públicas y privadas (hospitales, facultades, ambulatorios, consultas, escuelas, centros de formación…).

“Entre sus colecciones, se puede encontrar desde una máquina pneumática fabricada en París para las demostraciones públicas en el Estudi General del siglo XIX, hasta el separador de Thompson de mediados de los años 90 del siglo XX donado recientemente por Alberto Gómez Portilla, pasando por un kit de alcaloides de la compañía alemana Merck utilizado en la investigación toxicológica, que perteneció a la familia Peset”, resalta Simon.

Ese material se reparte entre dos exposiciones permanentes, situadas en el propio edificio del Instituto interuniversitario López Piñero (Palacio de Cerveró) y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, respectivamente, y una sala de exposiciones temporales, “en la que se inauguran anualmente exposiciones basadas en la investigación realizada por los historiadores de la ciencia, la técnica y la medicina que componen dicho Instituto”.

Abril 12/2023 (Diario Médico) – Tomado de Noticias Profesión. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.

 

abril 16, 2023 | Lic. Jessica Arias Ramos | Filed under: Ciencia, España, Museología | Etiquetas: , , |

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