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La presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, Silvia Sánchez-Ramón, y la catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, África González, han asegurado que habrá nuevas pandemias porque con la movilidad y el aumento de la población es «mucho más fácil» distribuir este tipo de infecciones.
En una rueda de prensa para hacer balance de la séptima edición de la Escuela de Inmunología e Inmunoterapia que se está desarrollando en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ambas han explicado que la capacidad infecciosa y de contagio de los virus que se distribuyen por el aire, como es el caso del coronavirus, «es tremenda».
«Antes las enfermedades se quedaban confinadas en pequeños poblados y eran patógenos muy mortales, como el virus del Nilo, porque no había movilidad de ese patógeno con otras personas», ha recordado África González.
Además de que cada vez hay más personas y más movilidad, el cambio climático también afecta a la propagación de los virus o de patógenos, porque insectos que casi habían desaparecido en determinadas zonas pueden volver o llegar y traer determinadas infecciones de otros sitios.
González ha puntualizado que la población siempre ha estado sometida a distintos microorganismos en su entorno y «es habitual tener pandemias cada cierto tiempo».
Sobre la pandemia del coronavirus, las inmunólogas han destacado que «hay que quitarse de la cabeza» que es un virus estacional como la gripe, porque «claramente no es así».
Según han apuntado, este virus ha tenido picos altos de infecciones en verano pero también en Semana Santa, cuando «claramente había más movimiento de la gente».
«El covid va a estar y va a seguir estando, seguramente cada vez más leve pero también más contagioso. Ahora mismo lo que hay son variantes, no cepas, que están circulando varias y lo van a seguir haciendo», ha añadido González.
En su opinión, cada vez que haya este tipo de infecciones respiratorias serán más leves porque ya se ha estado expuesto al virus y, por tanto, el sistema inmunitario ya lo ha visto, además de que la mayor parte de la población está vacunada y cuenta con una inmunidad reforzada.
«Incluso con las variantes que van cambiando, aunque se pierdan los anticuerpos, no se pierde la inmunidad celular y eso es muy importante», ha subrayado la catedrática de la Universidad de Vigo.
Y ha asegurado que el sistema sanitario público de España «es un ejemplo y absolutamente de lujo», que lo ha demostrado siendo capaces de vacunar a la mayor parte de la población.
01 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
jul
20
Un estudio publicado por British Medical Journal descartó que la covid-19 y la vacuna contra el virus que la genera sean causa de malformaciones congénitas en bebés, cuya madre se infectó o inmunizó durante el embarazo.
La investigación no reveló un mayor riesgo de malformaciones congénitas significativas en los hijos de gestantes que durante el primer trimestre enfermaron o se vacunaron contra el SARS-Cov-2.
Sobre la base de que una infección con ese coronavirus se asocia a un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo o el parto, como el nacimiento prematuro, fueron investigados unos 350 000 bebés nacidos entre 2020 y 2022 en Dinamarca, Noruega y Suecia.
De ellos alrededor del cinco por ciento nacieron con una malformación importante, que abarca una gama muy amplia, desde defectos cardíacos hasta problemas oculares o genitales. Pero aún se desconocen cuáles pueden ser las consecuencias de esos trastornos.
La investigación buscó establecer también las posibles consecuencias de una vacunación anti-covid, ya que esta suele ser ampliamente recomendada a las embarazadas.
Dicha proporción encontrada no parece diferir significativamente en función de si la madre estaba o no infectada o vacunada durante los tres primeros meses de gestación, período que es clave para el desarrollo del feto.
Tales resultados aportaron nuevas pruebas de que la vacunación anticovid en las mujeres embarazadas es segura, concluyeron los investigadores.
18 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
may
11
Una amplia gama de coronavirus con potencial para futuros brotes pude ser combatida con una nueva tecnología de vacunas, probada ya en roedores y desarrollada por científicos de universidades británicas, publicó la revista Nature Nanotechnology.
Luego de que un coronavirus provocara la pandemia de la covid-19, expertos de las universidades de Cambridge, Oxford y Caltech trabajan en el novedoso inmunógeno que protege contra coronavirus, incluidos algunos que ni siquiera se conocen aún.
Se trata de un nuevo enfoque, denominado vacunología proactiva, por el que los científicos crean una vacuna antes incluso de que aparezca el patógeno causante de la enfermedad.
De acuerdo con sus investigaciones la nueva inoculación entrena al sistema inmunitario del organismo para que reconozca regiones específicas de ocho coronavirus distintos, entre ellos el SARS-CoV-1, el SARS-CoV-2 y varios que circulan actualmente entre los murciélagos y que podrían saltar a los humanos y provocar una pandemia.
Con ese método la clave de su eficacia está en que las zonas específicas del virus a las que se dirige la vacuna también aparecen en muchos coronavirus relacionados, por lo que al entrenar al sistema inmunitario protege contra otros no representados en la formulación de la vacuna, incluso sin estar identificados.
Por ejemplo, explicaron los investigadores, la vacuna no contempla al SARS-CoV-1, que causó el brote de SARS en 2003, pero aun así induce una respuesta inmunitaria contra él.
Mark Howarth, de la Universidad de Cambridge y coautor principal comentó a Nature Nanotechnology, que no es preciso esperar a que surjan nuevos patógenos, ya que se sabe suficiente sobre ellos y sus diferentes respuestas inmunitarias como para empezar a construir imnunizantes.
La nueva vacuna Quartet Nanocage se basa en una estructura llamada nanopartícula, una bola de proteínas unidas por interacciones increíblemente fuertes.
Mediante un novedoso superpegamento proteínico, a esta nanopartícula se adhieren cadenas de diferentes antígenos víricos lo que entrena al sistema inmunitario para dirigirse a regiones específicas compartidas por una amplia gama de coronavirus.
Su diseño es mucho más sencillo que el de otras ampliamente protectoras actualmente en desarrollo, lo que, según los investigadores, debería acelerar su paso a los ensayos clínicos en fase 1 previstos para principios de 2025.
10 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
abr
30
París acogerá en julio y agosto para los Juegos Olímpicos a millones de visitantes… y también a sus posibles patógenos, como bacterias, virus y otros parásitos, pero un equipo del Instituto Pasteur está ya alerta para intentar localizarlos.
«Sabemos que es probable que estemos movilizados mucho más de lo habitual, pero llevamos 18 meses preparándonos», asegura Jean-Claude Manuguerra.
Este virólogo del reputado Instituto Pasteur dirige la Célula de Intervención Biológica de Urgencia (CIBU), en primera línea desde hace 20 años frente a los nuevos patógenos.
«La célula nació en septiembre de 2002, un año después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos», en un contexto de temor a ataques con sobres contaminados con ántrax, explica.
El papel de la célula, que siempre está operativa, es vigilar y detectar los riesgos infecciosos (epidemias, accidentes, uso de armas biológicas) que amenacen la seguridad sanitaria de Francia.
Un gran número de virus ya han sido analizados en sus laboratorios, con «circuitos» diferentes dependiendo de su peligro: SARS, gripe H1N1, chikunguña, covid-19…
Gripe o dengue
En el caso de un agente potencialmente muy peligroso para el ser humano, su análisis se lleva a cabo en un laboratorio de tipo P3, «en algún lugar del Instituto Pasteur», explica Manuguerra, sin querer desvelar dónde exactamente.
En esos casos, se impone el uso de traje de protección integral, mascarilla FFP3, guantes y protectores de calzado.
El último virus identificado entre sus paredes: el de la rabia, tras la muerte de buscadores de oro en la selva de la Guayana Francesa, «mordidos por murciélagos vampiros», según el jefe de la unidad.
Las pruebas realizadas en este centro de investigación, cuya sede principal está en París, permitieron comprender la causa de sus muertes.
De cara a los Juegos Olímpicos, la CIBU se prepara para subir de nivel con el fin de «diagnosticar una gama de virus y bacterias mucho más amplia de lo habitual».
Ante la llegada de millones de personas de todo el mundo, algunas enfermedades podrían propagarse durante el evento deportivo.
Por ejemplo, la gripe, «porque será invierno en el hemisferio sur», o el dengue, que golpea actualmente Sudamérica y el Caribe.
Pruebas de PCR, secuenciación de alto rendimiento y metagenómica son algunas de las técnicas usadas por la veintena de científicos, técnicos e ingenieros que trabajan en la célula.
Secuenciación de urgencia
Para cumplir con su papel de vigía frente a las amenazas infecciosas, el Covid-19 fue claramente un acicate.
«Cuando [la variante] ómicron apareció en el mundo, las autoridades sanitarias francesas querían saber lo más rápido posible cuándo llegaba y dónde», recuerda Jean-Claude Manuguerra.
«En noviembre de 2022, les propusimos poner en marcha un sistema de secuenciación de urgencia, noches y fines de semana incluidos», agrega.
En caso de riesgo epidémico durante los Juegos, la célula se prepara para realizar diagnósticos lo más rápidamente posible.
«A partir de una única muestra, somos capaces de buscar hasta unos cuarenta virus y bacterias y tener una respuesta en pocas horas», se felicita Jessica Vanhomwegen, responsable de identificación viral.
Algunos de los más preocupantes: una gripe aviar altamente patógena o casos importados de un virus tropical como el ébola, explica.
«Nos hemos centrado en los agentes patógenos más mortales y más transmisibles para poder detectarlos», tranquiliza.
Para el período olímpico, la célula revisó su organización y movilizará a cuatro personas el fin de semana, en lugar de dos.
Si fuera necesario, también podrán desplegar un laboratorio móvil, completamente hermético.
«Si estalla una epidemia importante, tenemos que estar preparados», resume Jean-Claude Manuguerra.
29 abril 2024|Fuente: AFP |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
abr
20
Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) examinaron a pacientes con COVID-19 en todo Estados Unidos que sobrevivieron a algunas de las batallas más largas y desgarradoras contra el virus y descubrieron que alrededor de dos tercios todavía tenían problemas físicos, psiquiátricos y cognitivos hasta un año después.
El estudio, que aparece en la revista Critical Care Medicine, revela el impacto que alteró la vida del SARS-CoV-2 en estas personas, la mayoría de las cuales tuvieron que ser conectadas a ventiladores mecánicos durante un promedio de un mes.
Demasiados enfermos para ser dados de alta a un hogar de ancianos especializados o a un centro de rehabilitación, estos pacientes fueron trasladados a hospitales especiales conocidos como hsopitales de cuidados intensivos a largo plazo (LTACH, por sus siglas en inglés). Estos hospitales se especializan en desconectar a los pacientes de los ventiladores y brindar atención de rehabilitación, y fueron una parte crucial de la respuesta a la pandemia.
Entre los 156 participantes del estudio, el 64 % informó tener un deterioro persistente después de un año, incluido el físico (57 %), respiratorio (49 %), psiquiátrico (24 %) y cognitivo (15 %). Casi la mitad, o el 47 %, tenía más de un tipo de problema. Y el 19 % siguió necesitando oxígeno suplementario. El seguimiento a largo plazo ayuda a esbozar el alcance de los problemas médicos que experimentaron quienes enfermaron gravemente de COVID al principio de la pandemia.
«Tenemos millones de supervivientes de la enfermedad COVID más grave y prolongada en todo el mundo» expone el primer autor del estudio, Anil N. Makam profesor asociado de medicina en la UCSF. «Nuestro estudio es importante para comprender su recuperación y sus deterioros a largo plazo, y para proporcionar una comprensión matizada de su experiencia que les cambió la vida».
Con este fin, los investigadores reclutaron a 156 personas que habían sido transferidas por COVID a uno de los nueve LTACH en Nebraska, Texas, Georgia, Kentucky y Connecticut entre marzo de 2020 y febrero de 2021. Los interrogaron por teléfono o en línea un año después de su hospitalización. La duración total promedio de la estancia en el hospital y el LTACH para el grupo fue de aproximadamente dos meses. Su edad promedio era de 65 años y la mayoría dijo que estaban sanos antes de contraer COVID.
Además de sus dolencias persistentes por COVID, los participantes también tenían problemas persistentes debido a sus largas estadías en el hospital, incluidas dolorosas úlceras por decúbito y años a los nervios que limitaban el uso de sus brazos o piernas. «Muchos de los participantes que entrevistamos estaban más molestos por estas complicaciones, por lo que evitar que ocurran en primer lugar es clave para la recuperación», apunta Makam.
Aunque el 79 % dijo que no había vuelto a su salud habitual, el 99 % había regresado a su casa y el 60 % de los que habían estado empleados anteriormente dijeron que habían vuelto a trabajar. Los resultados subrayan que es normal que alguien que ha sobrevivido a una enfermedad tan trave tenga problemas de salud persistentes.
«Las deficiencias duraderas que observamos son comunes a los sobrevivientes de cualquier enfermedad crítica prolongada, y no son específicas de la COVID, y se abordan mejor mediante rehabilitación multidisciplinaria», concluye Makam.
19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia
abr
12
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió esta semana que tarde o temprano habrá una nueva pandemia y la cuestión es cuándo sucederá, ya que el mundo no está preparado para ello.
Al referirse a esa latente amenaza el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus insistió en que si no aprendemos todas las lecciones que
tenemos pendientes, «la próxima vez lo pagaremos caro».
La advertencia no es la única realizada por Adhanom, ya que el 12 de febrero de 2018 expresó su preocupación de que, en cualquier momento, pudiera ocurrir una pandemia, y menos de dos años después, en diciembre de 2019, aparecieron los primeros casos en la enfermedad generada por el coronavirus SARS-Cov-2, la Covid-19.
Luego, por los niveles alarmantes de propagación y gravedad y la inacción demostrada en los inicios para su enfrentamiento, fue declarada por la OMS una emergencia de salud pública de preocupación internacional el 30 de enero de 2020.
Posteriormente, el 11 de marzo la enfermedad fue clasificada como una pandemia, ante lo cual el titular de la agencia sanitaria de las Naciones Unidas afirmó que en realidad el mundo no estaba preparado.
Tal caracterización significó que la epidemia se había extendido por varios países, continentes o todo el mundo, y que afectaba a un gran número de personas.
Actualmente, después de la Covid-19, con millones de personas muertas y con efectos sociales, económicos y políticos que repercuten hasta el día de hoy, aunque con algunos avances, se repite la misma situación, expresó convencido de que tarde o temprano, otra llegará.
«La historia nos enseña que es una cuestión no de si ocurrirá, sino de cuándo lo hará, porque el problema es que corremos el riesgo de repetir el mismo ciclo que con la Covid-19″, afirmó, al tiempo que agregó que «si llegara mañana, enfrentaríamos muchos de los mismos problemas que afloraron entonces». De acuerdo con Adhanom, las dolorosas lecciones aprendidas corren el peligro de ser olvidadas, y en su opinión habrá una próxima vez.
La OMS considera que la nueva pandemia puede ser causada por un virus de la influenza (gripe), por un nuevo coronavirus o por otro patógeno que ni siquiera la humanidad conoce aún, y en cualquiera de los tres casos, esa futura causa es lo que llama Enfermedad X.
Dicho término no es desconocido, todo lo contrario fue utilizado por los expertos por primera vez en 2018 como marcador de posición para una enfermedad ignorada, pero para la cual los gobiernos pueden prepararse.
Así ocurrió con la Covid-19, era una Enfermedad X provocada por un nuevo patógeno, lo que explica que como están las cosas, el mundo sigue sin estar alistado para la próxima Enfermedad X y la próxima pandemia, concluyó el director general de la OMS.
Por eso, cuando el 5 de mayo de 2023 se anunció el término de la emergencia sanitaria global por la Covid-19, muchos no entendieron que se trataba de un fin simbólico de la devastadora crisis sanitaria que provocó confinamientos en muchos países y alteró las economías alrededor del mundo.
Si hoy la OMS advierte que habrá una nueva pandemia a partir de una Enfermedad X o Z, cualquiera que sea es razón suficiente para no bajar la guardia, desmantelar los sistemas construidos o enviar el mensaje de que el mundo se preocupa y se prepara, porque además la propia Covid-19 siendo una amenaza significativa.
10 abril 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. |Noticia