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La Red de Cardiología de Italia inició un estudio de cuatro años dirigido a perfeccionar las estrategias de prevención y reducir el impacto de las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en este país.
Lorenzo Menicanti, presidente de la Red, señaló en declaraciones a la prensa que el proyecto, denominado CVRisk-IT, cuenta con la participación de 17 Institutos Científicos de Hospitalización y Tratamiento de esta nación europea e incluirá a unas 30 000 personas sanas de entre 40 y 80 años de edad.
En el centro del enfoque se encuentran modelos de predicción del riesgo cardiovascular, que integran varios factores individuales como la edad, sexo, tabaquismo, presión arterial y niveles de colesterol.
El proyecto se divide en dos fases, la primera implica el contacto con las treinta mil personas, las cuales serán perfiladas según los factores de riesgo clásicos descritos por la Sociedad Europea de Cardiología y tras concluir esos análisis, se informará a los participantes su estado de riesgo.
Los pacientes clasificados como de muy alto riesgo abandonarán el estudio para ser tratados de forma intensiva y luego de un año se evaluará si la intervención de asesoramiento propuesta posibilitó la reducción de factores de riesgo, como la hipertensión y la colesterolemia, precisó Menicanti.
«Según los cálculos estadísticos que hemos realizado, tendremos alrededor de 12 000 pacientes que podrán pasar a la segunda fase, en la que se realizará un perfil más preciso aleatorizando los grupos hacia el control de la arteria carótida, el calcio coronario y el riesgo genético», agregó el especialista.
Giovanni Leonardi, jefe del Departamento de Salud Humana del Ministerio de Sanidad italiano, aseveró que esta iniciativa, la cual contará con financiamiento de esa institución, posibilitará un perfeccionamiento en la orientación de políticas activas de prevención primaria.
Definir grupos de población basados en riesgo de enfermedades cardiovasculares «permitirá desarrollar intervenciones específicas de promoción de la salud y obtener indicaciones terapéuticas más específicas», agregó Leonardi.
05 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Una investigación apoyada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos ha descubierto que la medición de dos tipos de grasa en el torrente sanguíneo junto con la proteína C reactiva (PCR), un marcador de inflamación, puede predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular de una mujer décadas más tarde. Estos hallazgos, presentados como investigación de última hora en el Congreso 2024 de la Sociedad Europea de Cardiología, se publican en el New England Journal of Medicine.
«No podemos tratar lo que no medimos y esperamos que estos hallazgos acerquen el campo a la identificación de formas aún más tempranas de detectar y prevenir las cardiopatías», afirma el Dr. Paul M. Ridker, autor del estudio y director del Centro de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Brigham and Women’s de Boston.
Para el estudio, los investigadores recogieron muestras de sangre e información médica de 27 939 profesionales sanitarios residentes en Estados Unidos que participaron en el Women’s Health Study. Las mujeres, que iniciaron el estudio entre 1992 y 1995 a una edad media de 55 años, fueron objeto de seguimiento durante 30 años.
Durante este periodo, 3 662 participantes en el estudio sufrieron un infarto de miocardio, un ictus, una intervención quirúrgica para restablecer la circulación o una muerte relacionada con problemas cardiovasculares. Evaluaron el modo en que la Proteína C Reactiva (PCR) de alta sensibilidad, junto con el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y la lipoproteína(a), o Lp(a), un lípido formado en parte por LDL, predecían, individual y colectivamente, estos acontecimientos.
Se agrupó a las participantes en cinco categorías –desde las que tenían los niveles más altos hasta las que tenían los más bajos– para medir cada uno de los tres marcadores. Los investigadores descubrieron que las mujeres con los niveles más altos de colesterol LDL presentaban un riesgo asociado de enfermedad cardiaca un 36 % mayor que las que tenían los niveles más bajos. Las que tenían los niveles más altos de Lp(a) presentaban un riesgo asociado un 33 % mayor, y las que tenían los niveles más altos de PCR presentaban un riesgo asociado un 70 % mayor.
Cuando se evaluaron conjuntamente las tres medidas (colesterol LDL, Lp(a) y PCR), las participantes con los niveles más altos presentaban un riesgo asociado de ictus más de 1,5 veces superior y un riesgo asociado de cardiopatía coronaria más de 3 veces superior en comparación con las mujeres con los niveles más bajos.
Los investigadores señalan que, aunque sólo se evaluaron mujeres en este estudio, cabría esperar resultados similares en los hombres. «En los últimos años, hemos aprendido más sobre cómo el aumento de los niveles de inflamación puede interactuar con los lípidos para agravar los riesgos de enfermedad cardiovascular –señala Ahmed A.K. Hasan, oficial médico y director del programa en el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI)–. Esto ayuda a explicar por qué los niveles más bajos suelen ser mejores».
Las células inmunitarias, que ayudan al organismo a repararse de heridas o infecciones, también pueden detectar la acumulación de colesterol extra en las células o activarse en respuesta a la acumulación de placa y enviar señales inflamatorias. Esto crea un entorno hiperinflamatorio en el que la placa puede formarse, aumentar de tamaño o incluso romperse, y provocar episodios cardiovasculares.
Para mantener una salud cardiovascular óptima, los investigadores insisten en la prevención primaria. Esto incluye realizar una actividad física regular, seguir una dieta cardiosaludable, controlar el estrés y evitar el tabaco o dejar de fumar. Otras medidas para las personas con mayor riesgo pueden incluir el uso de medicación para reducir el colesterol y/o la inflamación. Los investigadores también han observado que las medidas que se toman en etapas tempranas de la vida para mejorar la salud cardiaca y vascular pueden sumarse con el tiempo y correlacionarse con mejores resultados de salud años e incluso décadas más tarde.
El colesterol LDL, que los profesionales sanitarios miden de forma rutinaria, puede tratarse con terapias ampliamente disponibles, como las estatinas. Sin embargo, las recomendaciones estándar para el cribado de la Lp(a) y la PCR pueden variar. Algunos países recomiendan el cribado de la Lp(a), ya que los niveles elevados suelen deberse a riesgos hereditarios. En zonas sin cribado universal de la Lp(a), como Estados Unidos, los médicos pueden solicitar pruebas para personas con cardiopatías o con antecedentes familiares de las mismas. Existen algunas terapias para las personas con niveles elevados y los investigadores están probando nuevos enfoques para personalizar y mejorar las opciones de tratamiento.
Las pruebas de PCR también varían. El cribado depende a menudo de los riesgos subyacentes de la persona o queda a discreción del médico. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó en 2023 la colchicina, un tratamiento antiinflamatorio utilizado anteriormente para la gota, para contrarrestar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en personas con aterosclerosis. Se están estudiando otras terapias y enfoques antiinflamatorios.
02 septiembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un aumento del 12 % registraron las hospitalizaciones por infarto ante la contracción de las arterias, en respuesta a las bajas temperaturas que azotan hoy a Brasil, según informa el Instituto Nacional de Cardiología.
Tal subida en los ingresos llega al 30 % globalmente y los expertos indican que la caída en los termómetros del tiempo eleva la presión arterial y acrecienta los riesgos para las personas con predisposición.
La angioplastia se menciona como un procedimiento realizado para desobstruir arterias del corazón estrechadas o bloqueadas por la acumulación de grasa.
Factores como diabetes, colesterol alto, sedentarismo, mala alimentación y tabaquismo se citan como contribuyentes al elevado riesgo de infarto.
La recomendación es mantener hábitos saludables a través de la práctica regular de actividad física y una alimentación equilibrada.
El infarto agudo de miocardio es la mayor causa de muerte en el gigante sudamericano, señalan fuentes oficiales.
Se estima que en Brasil ocurren de 300 000 a 400 000 casos anuales de infarto y que cada cinco a siete casos, ocurre una muerte.
Para disminuir el riesgo de fallecimiento, la atención de urgencia y emergencia, en los primeros minutos, resulta fundamental para salvar una vida.
El Gobierno federal a través del Ministerio de Salud creó la línea de atención al infarto agudo de miocardio, una serie de medidas desarrolladas para mejorar la calidad y agilidad de la atención en situaciones de emergencia.
Determinada literatura médica asegura que el infarto agudo de miocardio o ataque al corazón es la muerte de las células del músculo cardíaco debido a la formación de coágulos que interrumpen el flujo sanguíneo de forma repentina e intensa.
Puede ocurrir en varias partes del corazón, dependiendo de la zona obstruida.
En casos raros, el ataque puede ocurrir por contracción de la arteria, interrumpiendo el flujo sanguíneo o por desprendimiento de un coágulo originado dentro del propio corazón y que se aloja en el interior de los vasos.
Como síntoma aparece el dolor en la región pectoral, que puede irradiar a la espalda, cara, brazo izquierdo y, raramente, brazo derecho.
Tal malestar suele ser intenso y prolongado, acompañado de sensación de peso o de presión sobre el tórax, provocando sudor frío, palidez, falta de aire y sensación de desmayo.
En los ancianos, el principal síntoma del infarto agudo de miocardio puede ser la falta de aire. El dolor también puede ser en el abdomen, similar al de una gastritis o esofagitis por reflujo, pero es poco frecuente.
28 agosto 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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29
Un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) y la Universidad de Málaga ha presentado un nuevo estudio científico sobre los mecanismos de formación de las arterias coronarias, con potenciales implicaciones terapéuticas para enfermedades cardíacas como el infarto de miocardio.
La investigación se centra en comprender cómo las células endoteliales del corazón se organizan y especializan para formar una red vascular funcional, ha informado este martes el Ibima en un comunicado.
Utilizando técnicas avanzadas de transcriptómica de una sola célula y de trazado de linaje, el equipo ha identificado una población de células especializadas, conocidas como ‘células prearteriales’, que juegan un papel crucial en la formación de arterias coronarias desde el desarrollo embrionario hasta la adultez.
Las células prearteriales son células altamente migratorias y poseen un metabolismo muy activo que, durante el proceso de remodelado de la red vascular del corazón, dan lugar a las arterias coronarias.
Este nuevo estudio revela que la especificación de las células prearteriales ocurre durante el llamado proceso de angiogénesis, muy tempranamente en el embrión.
En el proceso de angiogénesis, que es la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros ya preexistentes, participan unas células que se sitúan en el frente del nuevo vaso, conocidas como células punta, y que guían la dirección del crecimiento vascular.
Este trabajo ha descubierto que las células forman las arterias coronarias fueron previamente células punta, lo que demuestra que la posición de la célula endotelial al frente del crecimiento de un vaso determina su destino posterior.
La investigación ha revelado que las células prearteriales no solo contribuyen a la formación de arterias durante el desarrollo, sino que también se reactivan en respuesta a lesiones cardíacas, lo que podría abrir nuevas vías para tratamientos regenerativos en pacientes con enfermedades cardíacas.
La investigadora que ha liderado el estudio, Elena Cano, ha explicado que «la comprensión de cómo se forman y organizan las arterias coronarias es fundamental para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas que puedan restaurar el flujo sanguíneo en corazones dañados por un infarto».
También ha destacado que «los resultados de este estudio sugieren que las células prearteriales tienen un papel conservado a lo largo de la vida y que su activación puede ser clave en la respuesta del corazón a lesiones isquémicas».
Cano ha apuntado que este trabajo «permite avanzar en el entendimiento de las enfermedades cardiovasculares y en el desarrollo de terapias más efectivas».
El equipo investigador ha precisado que estos mecanismos no solo tienen implicaciones para el tratamiento de enfermedades cardíacas, sino que también proporcionan una base sólida para futuros estudios en esta línea de investigación integrada en terapia regenerativa y angiogénesis.
27 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Los investigadores de la Clínica Cleveland han descubierto que el microbioma intestinal interactúa con las células para causar enfermedades cardiovasculares a través de la fenilacetilglutamina (PAG), producida por las bacterias intestinales como producto de desecho, que luego se absorbe y se forma en el hígado, interactúa con lugares no descubiertos previamente en los receptores beta-2 adrenérgicos de las células cardíacas una vez que ingresa a la circulación, según publican en Nature Communications.
Se ha demostrado que el PAG interactúa con los receptores adrenérgicos beta-2 para influir en la fuerza con la que se contraen las células del músculo cardíaco, un proceso que los investigadores creen que contribuye a la insuficiencia cardíaca. Los investigadores demostraron que la mutación de partes del receptor adrenérgico beta-2 que antes se creía que no estaban relacionadas con la actividad de señalización en modelos preclínicos impidió que el PAG deprimiera la función del receptor.
Esta es la última de una serie de investigaciones sobre la PAG, dirigidas por el presidente de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas en el Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland y codirector de la sección de Cardiología Preventiva, el doctor Stanley Hazen.
El laboratorio del doctor Hazen demostró anteriormente que los niveles elevados de PAG circulantes en sujetos están asociados con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca y conducen a peores resultados para los pacientes con insuficiencia cardíaca.
También demostraron que la vía de señalización de PAG microbiana intestinal estaba vinculada mecánicamente a numerosas características relacionadas con la insuficiencia cardíaca y riesgos de enfermedad cardiovascular. «Los nuevos hallazgos nos acercan un paso más a la orientación terapéutica de esta vía para desarrollar un tratamiento mejorado para la prevención de la insuficiencia cardíaca», dice el doctor Hazen.
Los estudios actuales profundizaron más en la determinación de cómo interactúa el PAG con nuestros receptores beta-adrenérgicos. Prasenjit Saha, primer autor, mutó diferentes áreas en el receptor beta-2 adrenérgico y probó si la señalización podía ocurrir con la hormona natural epinefrina (también llamada adrenalina). Las pruebas preclínicas mostraron que la mutación de ciertas ubicaciones mantenía el sitio de unión de la adrenalina intacto y funcionando, pero el receptor mutante ya no estaba regulado negativamente por el PAG.
El doctor Hazen dice que estos resultados indican que los receptores beta-2 adrenérgicos pueden regularse desde un segundo sitio de unión de PAG que actúa como un «interruptor regulador de intensidad» personalizado para la vía de señalización de la adrenalina. Debido a que el PAG interactúa con el receptor en una ubicación diferente a la de la principal hormona adrenalina, el doctor Hazen teoriza que podrían ser dirigidos de forma independiente para bloquear la señalización de PAG generada por microbios intestinales dañinos y, al mismo tiempo, permitir que las señales naturales de adrenalina del cuerpo pasen a través de él.
El doctor Hazen afirma que los hallazgos de su equipo apuntan a una forma completamente nueva de desarrollar medicamentos que regulen el receptor adrenérgico beta-2, una regulación más matizada que la que se encuentra actualmente en el mercado. Actualmente están trabajando para desarrollar medicamentos que se dirijan a la vía PAG y sus interacciones con los receptores adrenérgicos como una nueva forma de medicación para tratar enfermedades cardiovasculares.
«Un betabloqueante que esté más orientado a bloquear la señalización dañina de los receptores adrenérgicos, pero que permita el paso de las señales saludables, sería un enfoque completamente nuevo para tratar o prevenir el riesgo de enfermedad cardiovascular», afirma el doctor Hazen. «Esto tendría el potencial de mejorar la calidad de vida de los pacientes que dependen de los betabloqueantes para calmar las respuestas de su cuerpo al estrés», añade.
22 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El estrés laboral causado por la tensión en el trabajo y el desequilibrio entre los esfuerzos realizados y las recompensas recibidas pueden aumentar el riesgo de fibrilación auricular, según un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Heart Association, una revista revisada por expertos de la Asociación Americana del Corazón.
Conocida como fibrilación auricular o FA, se trata de la forma más común de arritmia, es decir, un ritmo cardiaco anormal. Puede provocar ictus, insuficiencia cardiaca u otras complicaciones cardiovasculares. Se prevé que más de 12 millones de personas padecerán fibrilación auricular en Estados Unidos de aquí a 2030, según las estadísticas de enfermedades cardiacas e ictus para 2024 de la Asociación Americana del Corazón.
Investigaciones anteriores relacionaban la elevada tensión laboral y el desequilibrio esfuerzo-recompensa en el trabajo con un mayor riesgo de cardiopatía coronaria. «Esta investigación es la primera que examina el efecto adverso de ambos factores de estrés psicosocial en el trabajo sobre la fibrilación auricular», ha afirmado el autor principal del estudio, el doctor Xavier Trudel, epidemiólogo ocupacional y cardiovascular y profesor asociado de la Universidad Laval de Quebec (Canadá).
«Nuestro estudio sugiere que los factores de estrés relacionados con el trabajo pueden ser factores relevantes a incluir en las estrategias preventivas. Reconocer y abordar los factores de estrés psicosocial en el trabajo es necesario para fomentar entornos laborales saludables que beneficien tanto a los individuos como a las organizaciones en las que trabajan», ha explicado el investigador.
Trudel y su equipo estudiaron el impacto de la tensión laboral, que se refiere a un entorno de trabajo en el que los empleados se enfrentan a elevadas exigencias laborales, como una gran carga de trabajo y plazos ajustados, y un escaso control sobre su trabajo, con poco peso en la toma de decisiones y en la forma de ejecutar sus tareas.
Otro factor evaluado en el estudio fue el desequilibrio esfuerzo-recompensa. Se produce cuando los empleados invierten un esfuerzo considerable en su trabajo, pero perciben las recompensas que obtienen a cambio -como salario, reconocimiento o seguridad laboral- como insuficientes o desiguales a su rendimiento.
Un 83 % más de riesgo de desarrollar fibrilación auricular
Los investigadores examinaron los registros de las bases de datos médicas de casi 6 000 directivos, profesionales y oficinistas de Canadá, con 18 años de datos de seguimiento. El análisis reveló que los empleados que afirmaron experimentar una gran tensión laboral tenían un riesgo un 83 % mayor de desarrollar FA en comparación con los trabajadores no afectados por los factores estresantes.
Además, los que percibían un desequilibrio esfuerzo-recompensa tenían un riesgo un 44 % mayor, en comparación con los trabajadores que no informaban de este desequilibrio, y las percepciones combinadas de gran tensión laboral y desequilibrio esfuerzo-recompensa se asociaron con un 97 % más de riesgo de fibrilación auricular.
«La eficacia de las intervenciones en el lugar de trabajo para reducir los factores de estrés psicosocial que también pueden reducir el riesgo de fibrilación auricular debe investigarse en futuras investigaciones. Nuestro equipo de investigación llevó a cabo previamente una intervención organizativa diseñada para reducir los estresores psicosociales en el trabajo, que demostró reducir eficazmente los niveles de presión arterial», ha manifestado Trudel.
Ejemplos de cambios organizativos implementados durante la intervención incluyeron ralentizar la implementación de un gran proyecto para evitar el aumento de la carga de trabajo; implementar horarios de trabajo flexibles, y celebrar reuniones entre gerentes y empleados para discutir los desafíos del día a día.
Entre las limitaciones del estudio se incluye el hecho de que todos los participantes eran directivos, profesionales y oficinistas de Canadá, lo que significa que los resultados pueden no ser aplicables a otros tipos de trabajadores o a trabajadores de otros países.
14 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia