oct
12
Las personas fumadoras con trastorno mental grave pierden la función pulmonar antes que el resto de la población, según un estudio liderado por el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
El trabajo, que aborda la enfermedad física y la salud mental, señala que las personas con un trastorno mental grave, trastorno bipolar o esquizofrenia, pierden bastante más capacidad pulmonar que la población general que no presenta estas afecciones.
El investigador principal del estudio, el psiquiatra Fernando Sarramea, especialista en el hospital cordobés, ha señalado este miércoles durante la presentación del estudio que «esta relación entre hábito tabáquico y salud mental grave es especialmente relevante porque hablamos de pacientes con altas tasas de mortalidad prematura, como ocurre con personas con trastorno mental grave».
Sarramea ha precisado que tres de cada cuatro muertes prematuras en la población con trastornos mentales graves se debe a causas físicas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias o infecciones, fundamentalmente.
El trabajo, publicado en European Neuropsychopharmacology, una de las revistas de mayor impacto en el ámbito de la psiquiatría a nivel mundial, recoge que más de la mitad de los participantes en el estudio, tras un seguimiento durante cinco años, perdió bastante más capacidad pulmonar que la población general que no presenta estas enfermedades.
La capacidad respiratoria se ha medido, en los sesenta pacientes que han participado en el estudio, a través del volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1, en sus siglas en inglés), que contabiliza la cantidad de aire que alguien puede expulsar de sus pulmones en un segundo. Se trata de un parámetro que es un predictor probado de mortalidad, pues a medida que se pierde FEV1, el riesgo de muerte prematura aumenta.
Para el especialista del Reina Sofía, la actividad física se sitúa como «el único factor capaz de frenar la pérdida acelerada de función pulmonar en estos y estas pacientes».
Por ello, los resultados del trabajo «refuerzan nuestra misión de mejorar la salud física de las personas con trastornos mentales graves y seguir aportando soluciones innovadoras que puedan mejorar su calidad de vida y reducir su mortalidad prematura».
Bajo el liderazgo del psiquiatra Fernando Sarramea, son autores de la investigación la médica de familia Cristina Ruiz, la neumóloga Nuria Feu, la bióloga Cristina Camacho, la psiquiatra y profesora de la Universidad de Córdoba María José Jaén, las enfermeras Marta Rodríguez y Gloria del Pozo y los residentes de Psiquiatría Micaela Reyes, Rosa Fiestas, David Lagua y Ana Jiménez.
También han colaborado en el trabajo el neumólogo de la Universidad de Kentucky David Mannino y el jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Clínic de Barcelona, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona Eduard Vieta, uno de los principales expertos internacionales en trastorno bipolar.
09 octubre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
jul
30
Investigadores del Grupo TXP de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Castellón han publicado los resultados de un ensayo clínico que demuestra que la clozapina puede actuar como un estabilizador del estado de ánimo en pacientes con trastorno esquizoafectivo, «lo que supone un avance significativo para el tratamiento de esta enfermedad», ha informado la institución académica en un comunicado.
El trastorno esquizoafectivo combina síntomas de dos trastornos: la esquizofrenia y el trastorno afectivo, como depresión o trastorno bipolar. Las personas con este trastorno pueden experimentar alucinaciones, generalmente auditivas, y delirios o creencias falsas, pero también pueden padecer episodios de depresión severa o fases de manía, han apuntado las mismas fuentes.
El ensayo clínico con este tratamiento se ha realizado sobre 27 pacientes vinculados al Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, tanto hospitalarios como ambulatorios, con trastorno esquizoafectivo y sintomatología psicótica resistente, durante más de dos años: entre junio de 2021 y julio de 2023.
En el estudio se ha seguido a los pacientes durante los primeros tres meses del tratamiento, con visitas mensuales en las que se ha evaluado la sintomatología afectiva, tanto maníaca como depresiva, el consumo de alcohol y drogas, los efectos secundarios de la clozapina y la cantidad total de medicación psiquiátrica que tomaban.
El autor principal del trabajo, Marc Peraire, que realiza su tesis doctoral en la Escuela Internacional de Doctorado CEU (CEINDO), ha apuntado: «Nuestro estudio refuerza la utilidad del fármaco más allá de su tradicional uso en síntomas psicóticos, como las alucinaciones o las paranoias, pues este ensayo clínico demuestra su efecto como estabilizador del ánimo».
Esta propiedad estabilizadora de la clozapina se manifiesta en la reducción de los síntomas afectivos en las primeras semanas de tratamiento, con efectos sostenidos a lo largo del tiempo: «Este hallazgo es crucial, ya que aborda una necesidad no satisfecha en el manejo de los síntomas afectivos del trastorno esquizoafectivo», ha subrayado Peraire.
Otro aspecto destacado de los resultados de este ensayo clínico es que la clozapina, además de tener escasos efectos secundarios, permite la reducción de la dosis de otros medicamentos psiquiátricos. Así pues, mejora la tolerabilidad del tratamiento del trastorno esquizoafectivo, lo que a su vez mejora la adherencia a la prescripción por parte de los pacientes, reduciendo el riesgo de abandono, han apuntado desde CEU.
VENTAJAS DEL NUEVO TRATAMIENTO
Según ha destacado el investigador principal del Grupo TXP y profesor del Grado en Medicina de la CEU UCH, Gonzalo Haro, director de la tesis, «este ensayo clínico, realizado sin financiación por parte de ningún laboratorio farmacéutico y cuyos resultados son independientes, ha permitido fijar el tratamiento con clozapina por un coste de entre 20 y 40 euros al mes, diez veces inferior al de los nuevos antipsicóticos».
Haro ha explicado que «durante la última década, conocer y diagnosticar el trastorno esquizoafectivo ha supuesto un gran esfuerzo para los profesionales de la salud mental, pero este esfuerzo no se ha visto reflejado en la búsqueda de un tratamiento específico ni por la administración pública, ni por la industria privada». Este ensayo clínico es el primer trabajo que explora el efecto de la clozapina sobre la sintomatología afectiva en una enfermedad mental que sólo tenía un psicofármaco autorizado: la paliperidona.
El doctor Francisco Arnau, psiquiatra del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón y coautor del artículo, ha agregado: «Este descubrimiento tiene el potencial de cambiar la práctica clínica actual y mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes con trastorno esquizoafectivo».
Otro de los elementos clave del estudio es que ha demostrado la eficacia de la clozapina en el tratamiento de pacientes con patología dual, es decir, personas que además del trastorno esquizoafectivo sufren también una adicción al alcohol o a las drogas.
Gonzalo Haro, actual presidente del comité nacional de la Asociación Mundial sobre Patología Dual (WADD, por sus siglas en inglés), ha destacado: «Los pacientes con patología dual sufren peor pronóstico de ambos trastornos, pues la adicción agrava la otra enfermedad mental y viceversa. Por esta razón, suelen ser excluidos de los ensayos clínicos convencionales. Es necesario que los psiquiatras realicen un sobreesfuerzo a la hora de apoyarse en la investigación científica para elegir el mejor tratamiento para los pacientes duales».
Dada la conveniencia de que el tratamiento de las enfermedades mentales tenga un enfoque biopsicosocial, que busque la integración del paciente en la sociedad, el equipo de investigación de este ensayo clínico ha sido multidisciplinar, contando con la participación de la doctora Ana Benito, psicóloga clínica de la Unidad de Salud Mental de Torrent (Valencia), e Isabel Almodóvar-Fernández, profesora de Enfermería en la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón. También ha colaborado en esta investigación el doctor Alejandro Fuertes-Saiz, profesor de Medicina en la CEU UCH y psiquiatra responsable de la Unidad de Depresión Resistente del Hospital La Salud de Valencia.
29 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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9
Las personas con trastorno bipolar tienen entre cuatro y seis veces más probabilidades de morir prematuramente que las que no padecen esta enfermedad, según un estudio de la Universidad de Michigan (EEUU) publicado en en la revista ‘Psychiatry Research’. En cambio, las personas que habían fumado alguna vez tenían aproximadamente el doble de probabilidades de morir prematuramente que las que nunca habían fumado, tuvieran o no trastorno bipolar. ‘Hace tiempo que se considera que el trastorno bipolar es un factor de riesgo de mortalidad, pero siempre bajo el prisma de otras causas comunes de muerte’, ha explicado la autora principal del estudio y gestora de datos del programa de investigación del Programa de Investigación Bipolar Heinz C. Prechter, Anastasia Yocum.
Queríamos analizarlo por sí mismo en comparación con afecciones y comportamientos de estilo de vida que también están relacionados con tasas más elevadas de muerte prematura’, ha añadido. Yocum y sus colegas, incluido el director del Programa Prechter, Melvin McInnis, empezaron por examinar las muertes y los factores relacionados entre 1.128 personas que se habían ofrecido voluntarias para el estudio a largo plazo del programa sobre personas con y sin trastorno bipolar. Descubrieron que todas menos 2 de las 56 muertes desde que comenzó el estudio en 2006 pertenecían al grupo de 847 personas del estudio que padecían trastorno bipolar. Con ajustes estadísticos, su análisis muestra que tener un diagnóstico de trastorno
bipolar hizo que alguien tuviera seis veces más probabilidades de morir durante un período de 10 años que las personas que participaron en el mismo estudio que no tenían trastorno bipolar. En comparación, los participantes en el estudio que habían fumado alguna vez o tenían más de 60 años tenían más del doble de probabilidades de morir en ese mismo periodo que las personas que nunca habían fumado o tenían menos de 60 años, independientemente del estado bipolar.
Otro grupo tuvo datos parecidos
Los investigadores recurrieron entonces a otra fuente de datos para ver si encontraban el mismo efecto. Analizaron los historiales anónimos de más de 18.000 pacientes que reciben atención primaria a través de Michigan Medicine, el centro médico académico de la Universidad de Michigan. En este grupo, las personas con trastorno bipolar tenían cuatro veces más probabilidades de morir durante el período de estudio que las que no tenían antecedentes de trastorno bipolar. El equipo estudió los registros de más de 10.700 personas con trastorno bipolar y un grupo de comparación de algo más de 7.800 personas sin ningún trastorno psiquiátrico. El único factor asociado a una mayor probabilidad de morir durante el periodo de estudio en este grupo de personas fue la hipertensión arterial. Los hipertensos tenían cinco veces más probabilidades de morir que los que tenían una presión arterial normal, independientemente de que padecieran o no trastorno bipolar. Por el contrario, los fumadores tenían el doble de probabilidades de morir que los que nunca habían fumado en esta muestra, y los mayores de 60 años tenían el triple de probabilidades de morir, en ambos casos independientemente del estado bipolar. ‘Para nuestra gran sorpresa, en ambas muestras descubrimos que padecer trastorno bipolar supone un riesgo de muerte prematura mucho mayor que fumar’, ha afirmado McInnis, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UM. McInnis confía en que los hallazgos impulsen a las comunidades médica y de salud pública a tomar más medidas para abordar los numerosos factores que contribuyen a este riesgo de muerte tan elevado en las personas con trastorno bipolar. ‘A lo largo de los años se han puesto en marcha todo tipo de programas para la prevención del tabaquismo y la concienciación sobre las enfermedades cardiovasculares, pero nunca una campaña de tal envergadura para la salud mental’, ha indicado, señalando que alrededor del 4 por ciento de los estadounidenses viven con trastorno bipolar, mientras que alrededor del 11,5 por ciento de los estadounidenses fuman.
Otras diferencias entre grupos
Yocum y McInnis observan que las personas con trastorno bipolar de ambos grupos eran mucho más propensas que las personas sin trastorno bipolar a haber fumado alguna vez, lo que coincide con estudios anteriores. Casi la mitad (47%) de los pacientes de la UM con trastorno bipolar tenían antecedentes de tabaquismo, al igual que el 31% de los participantes de Prechter con trastorno bipolar.
En comparación, el porcentaje de fumadores entre los que no padecían trastorno bipolar era del 29 por ciento en los pacientes de la UM y del 8 por ciento en los participantes del Prechter. Las personas con trastorno bipolar de ambos grupos tenían también muchas más probabilidades de ser mujeres, y el sexo femenino se asociaba con un riesgo ligeramente menor de muerte prematura. En la cohorte de Prechter, las personas con trastorno bipolar tenían muchas más probabilidades de padecer asma, diabetes, hipertensión, migrañas, fibromialgia y afecciones tiroideas que las que no habían sido diagnosticadas de trastorno bipolar. Dentro del grupo de participantes en el estudio Prechter que padecían trastorno bipolar, ser fumador y puntuar más alto a lo largo del tiempo en una encuesta estandarizada de síntomas de depresión se asociaron con un riesgo doble de muerte, en comparación con los participantes que padecían trastorno bipolar pero no fumaban o puntuaban más bajo a lo largo del tiempo en las calificaciones de depresión. Asimismo, los investigadores no hallaron ninguna relación entre el riesgo de muerte y el número de años que los participantes en el estudio Prechter llevaban tomando medicación para los síntomas de salud mental.
Enero /2024 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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24
Dos ensayos clínicos muestran mejoras cognitivas en pacientes con depresión o trastorno bipolar tras la administración de eritropoyetina (EPO). Read more
jul
27
Los hijos e hijas de pacientes que sufren esquizofrenia y trastorno bipolar que cuentan con dificultades cognitivas muestran también varias alteraciones en la estructura cerebral, tal y como lo afirma un trabajo de varios grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Salud Mental (CIBERSAM) publicado en Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. Read more
jul
26
Una investigación muestra que hijos e hijas de pacientes con esquizofrenia y trastorno bipolar que cuentan con dificultades cognitivas tienen cambios en la estructura cerebral. Read more