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La paleoantropóloga María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), considera que la Inteligencia Artificial no jugará un papel fundamental en nuestra evolución biológica como especie, a diferencia de la comunicación a distancia, y defiende que no debemos de temerla pues es una creación humana.
En una entrevista con la Agencia EFE por el XV aniversario de la apertura del CENIEH en Burgos -que se cumplirá el próximo julio-, la científica ha indicado que no cree que debamos ser víctimas de lo que el afamado escritor de ciencia ficción Isaac Asimov definió como el ‘síndrome de Frankenstein’, el miedo a que las máquinas se vuelvan contra su creador.
«La Inteligencia Artificial es un producto de la inteligencia humana y, por tanto, no tenemos que temerla», ha afirmado; «ni debemos sentirnos amenazados por una herramienta sofisticada, cierto es, pero debería venir a facilitar muchas tareas habituales, sobre todo a hacerlas más rápidas».
Desde su experiencia profesional, Martinón no cree que la IA vaya a jugar ningún papel realmente definitivo en nuestro devenir como especie, en nuestra evolución biológica, al menos tal como está planteada actualmente, ni que vaya tampoco a desplazar a la inteligencia natural.
Usos de la IA
En la investigación científica, la Inteligencia Artificial ya se está utilizando como herramienta que asiste a los investigadores y Martinón reconoce que jugará un papel todavía mucho más grande en el futuro, pero nunca podrá competir con la creatividad humana que requieren las investigaciones.
«En un ámbito como el nuestro -estudio de la evolución humana- en el que tenemos que plantearnos preguntas que requieren no solo de inteligencia sino de creatividad, seguirá preponderando la inteligencia natural», pues el ser humano siempre hará preguntas y propondrá alternativas más creativas.
Y fuera de la investigación, las decisiones, los sentimientos y las emociones, características que nos hacen humanos, continuarán definiendo quiénes somos, seguirán siendo el motor de la especie, más allá de los avances en inteligencia artificial.
Sin embargo, María Martinón pone el foco en otro tipo de desarrollos tecnológicos que sí han tenido un gran impacto en nuestra evolución como especie aunque seamos menos conscientes.
Habla de la comunicación a distancia, y en general de las nuevas formas de comunicación, que han permitido desligarnos de la presencia física y han abierto un nuevo mundo de posibilidades pero alterando y empobreciendo las relaciones humanas, además de generando riesgos que pasan más desapercibidos.
«Ahí es donde yo a lo mejor sí veo más riesgo. Nos hemos acostumbrado a comunicarnos desentendiéndonos de una parte fundamental para la empatía que es la presencia física», ha indicado, de la capacidad de leer algo más que las palabras o de presentarnos en 140 caracteres.
Para la investigadora «las personas somos mucho más que una opinión en un momento determinado», pero hemos reducido, simplificado las relaciones humanas hasta definirnos en una opinión, en un mensaje en redes o en una foto, y «eso empobrece y altera la naturaleza social de nuestras comunicaciones», ha aseverado.
Tecnología y cultura, amortiguadores de la selección natural
La directora del CENIEH afirma que el ser humano sigue y seguirá evolucionando biológicamente, tal vez de una manera menos vistosa o espectacular de lo que la ciencia ficción nos ha hecho esperar, menos visible en nuestra apariencia física.
Los cambios en nuestro sistema inmune muestran esa constante evolución, la capacidad de la especie de responder y adaptarse a nuevas amenazas biológicas, el desarrollo de enfermedades, la aparición de tolerancias, intolerancias o alergias.
«Esa idea que teníamos de que nuestros cerebros iban a seguir aumentado no tiene sentido económicamente», ha apuntado, pues no se puede perder energía en cosas que no son necesarias, y lo que la especie necesita ahora es un cerebro potente pero que consuma menos, y «tenemos muchas memorias externas para descansar».
Por ese motivo, María Martinón afirma que la evolución tecnológica y cultural, que van a un ritmo mucho más rápido que la propia biología, funcionan como un amortiguador de la selección natural.
Los humanos ya no nos adaptamos al entorno sino que, con una capacidad brutal de transformación, adaptamos el entorno a nosotros, a veces con consecuencias devastadoras para el medio ambiente, ha lamentado la paleontropóloga, que aún así es optimista en cuanto al ser humano y el uso de la inteligencia artificial.
Seres sociales y compasivos
«En esencia, nuestra naturaleza es positiva. Nuestro instinto y nuestra naturaleza son predominantemente sociales y compasivos», y aunque es cierto que somos una especie con un componente de violencia importante, es menor de la que nos correspondería como primates y no es la violencia la que nos caracteriza, ha asegurado.
Es una violencia que se puede modular a través de la cultura, lo que ocurre es que «nos hemos especializado en matar, a través de la tecnología, de forma masiva y a distancia», anulando la empatía, uno de los mecanismos de inhibición de la violencia, ha lamentado, de ahí que los humanos necesitemos de una autoevalución y una autocrítica constantes.
30 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La herramienta de inteligencia artificial (IA), ChatGPT, llega a un grado de desarrollo hoy capaz de responder como si entendiese las emociones o pensamientos de su interlocutor.
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour, reveló que estos modelos artificiales obtienen resultados iguales o mejores que las personas cuando se les plantea preguntas que implican ponerse en la mente de su usuario.
«Los grandes modelos de lenguaje (LLM, por sus siglas inglesas) como ChatGPT muestran un rendimiento que es característico de las capacidades sofisticadas de toma de decisiones y razonamiento, incluida la resolución de tareas ampliamente utilizadas para probar la teoría de la mente en los seres humanos», indica la indagación.
El estudio señala, además, que la versión ChatGPT-4 iguala o mejora la puntuación de los humanos en las pruebas relativas a la identificación de peticiones indirectas, falsas creencias y desorientación, pero tiene dificultades para detectar los llamados pasos en falso (interacciones en las que una de las partes dice algo que no debería por inapropiado).
Sin embargo, el fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España, Ramón López, no está de acuerdo con esos resultados.
En declaraciones al diario El País, de la nación europea, el especialista aseveró que los test para medir su rendimiento no son fiables.
«Que la IA se mida o supere a los humanos en una comparativa de rendimiento que se llama como una habilidad general no es lo mismo que la IA supere a los humanos en esa habilidad general», afirmó.
Aseveró también que no porque una herramienta saque buena nota en una prueba diseñada para medir el desempeño en comprensión lectora se puede decir que eso demuestra que la herramienta tiene comprensión lectora.
Las conclusiones publicadas en Nature Human Behaviour fueron resultado del estudio de dos versiones de ChatGPT (la gratuita, 3.5, y la avanzada, 4) y el modelo de código abierto de Meta, LLaMA2.
También expusieron a 1 907 individuos a las mismas pruebas y contrastaron los resultados.
Entre los experimentos aplicados a la IA estuvieron captar la ironía hasta interpretar peticiones indirectas, detectar conversaciones en las que una de las partes dice algo inapropiado o responder a preguntas sobre situaciones en las que falta información y, por tanto, hay que especular.
22 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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El Instituto Tecnológico de Aragón ITAINNOVA y el Instituto de Investigación Sanitaria (IIS) de Aragón han desarrollado GastricAITool, una herramienta de diagnóstico y pronóstico del cáncer gástrico utilizando técnicas de Inteligencia Artificial (IA) y tecnologías de Big Data. La finalidad es brindar apoyo a los clínicos en la toma de decisiones cruciales y facilitar estrategias y seguimientos más personalizados para los pacientes.
La motivación del proyecto radica en el mal pronóstico y la incidencia del cáncer gástrico, que ocupa el quinto lugar como más frecuente y la tercera causa de muerte por esa enfermedad. Por tanto, es necesario desarrollar una solución que permita un diagnóstico temprano del cáncer gástrico y prevenga pronósticos adversos, basándose en la información del paciente. Esta herramienta estará disponible para investigadores y clínicos a través de la plataforma desarrollada bajo el marco del proyecto GATEKEEPER.
Podrá utilizarse, por ejemplo, para predecir el diagnóstico del cáncer gástrico en pacientes de alto riesgo, como familiares de primer grado, o en pacientes con lesiones gástricas premalignas. Además, permitirá identificar a aquellos pacientes que puedan tener un curso de enfermedad más grave, requiriendo intervenciones terapéuticas tempranas y personalizadas, así como un seguimiento más cercano, han apuntado desde el Departamento de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento.
La colaboración entre el Grupo de Big Data e Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Aragón y el Grupo de Investigación Traslacional en Patología Digestiva del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón ha sido fundamental para lograr este avance significativo.
Mayo 23/2023 (IMmédico) – Tomado de Oncología, Gastroenterología-Digestivo Copyright 2023: Publimas Digital
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Durante la formación de los cirujanos, es necesaria la intervención y supervisión se médicos más experimentados que les orienten sobre la correcta utilización de las técnicas. Esto podría cambiar gracias a un nuevo sistema de inteligencia artificial desarrollado por investigadores de Caltech y urólogos del Keck Medicine of USC que pretende proporcionar a los cirujanos información valiosa sobre la calidad de su trabajo.
El objetivo de este nuevo Sistema de Inteligencia Artificial Quirúrgica (SAIS) es proporcionar a los cirujanos evaluaciones objetivas de su rendimiento que puedan mejorar su trabajo y, por extensión, los resultados de sus pacientes. Cuando se le proporciona un vídeo de una intervención quirúrgica, SAIS puede identificar qué tipo de cirugía se está realizando y la calidad con la que la ha ejecutado un cirujano.
El sistema se presentó a través de una serie de artículos en las revistas Nature Biomedical Engineering, Digital Medicine y Communications Medicine, publicados simultáneamente a finales de marzo de 2023.
«En entornos de alto riesgo como la cirugía robótica, no es realista que la IA sustituya a los cirujanos humanos a corto plazo», afirma Anima Anandkumar, catedrática Bren de Informática y Ciencias Matemáticas y autora principal de los estudios. «En su lugar, nos preguntamos cómo la IA puede mejorar de forma segura los resultados quirúrgicos para los pacientes, y de ahí, nuestro enfoque en hacer que los cirujanos humanos sean mejores y más eficaces a través de la IA».
SAIS se entrenó utilizando un gran volumen de datos de vídeo anotados por profesionales médicos. La actuación de los cirujanos se evaluó hasta el nivel de los movimientos individuales discretos, es decir, sujetar una aguja, clavarla en el tejido y retirarla del tejido. Tras la formación, se encargó a SAIS que revisara y evaluara la actuación de los cirujanos durante una amplia gama de procedimientos utilizando vídeos de diversos hospitales.
«SAIS tiene el potencial de proporcionar a los cirujanos información precisa, coherente y escalable», afirma Dani Kiyasseh, autor principal de los estudios, antiguo investigador postdoctoral en Caltech y ahora ingeniero sénior de IA en Vicarious Surgical. Según los investigadores, se espera que SAIS proporcione a los cirujanos orientación sobre las habilidades que deben mejorar.
Para que la herramienta sea más útil para los cirujanos, el equipo ha desarrollado la capacidad de la IA para justificar sus evaluaciones. Ahora, la IA puede informar a los cirujanos sobre su nivel de destreza y proporcionarles información detallada sobre los motivos que le han llevado a realizar esa evaluación señalando vídeos concretos.
«Hemos podido demostrar que las explicaciones de la IA coinciden a menudo con las que habrían dado los cirujanos», afirma Kiyasseh. «Las explicaciones fiables basadas en IA pueden allanar el camino para proporcionar retroalimentación cuando los cirujanos colegas no están disponibles de inmediato».
Al principio, los investigadores que probaron SAIS observaron que el sistema adolecía de un sesgo involuntario, ya que a veces la IA calificaba a los cirujanos como más o menos hábiles de lo que indicaría su experiencia, basándose únicamente en el análisis de sus movimientos generales. Para resolver este problema, los investigadores guiaron el sistema de IA para que se centrara exclusivamente en los aspectos pertinentes del vídeo quirúrgico. Este enfoque mitigó, aunque no eliminó, el sesgo, que los investigadores siguen estudiando.
«En la actualidad, la información quirúrgica derivada de los humanos no es objetiva ni escalable», afirma Andrew Hung, urólogo de la Facultad de Medicina Keck de la USC y profesor asociado de urología de dicha facultad. «La información derivada de la IA, como la que ofrece nuestro sistema, representa una gran oportunidad para proporcionar a los cirujanos información práctica».
Abril 20/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Surgery – Health Informatics https://medicalxpress.com/news/2023-04-ai-tool-surgeon.html Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network.
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
oct
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Con técnicas de reconocimiento de voz y aprendizaje automático, investigadores de Madrid y Zaragoza han desarrollado un sistema para identificar la enfermedad de Parkinson mediante el análisis de las risas grabadas a los pacientes. Read more