Imagen: EFE/Laura M. Lombardia/CNIO¿Qué consecuencias tiene para la salud estar sometidos a un constante jet lag o a turnos de trabajo incompatibles con los biorritmos? El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha creado el primer biobanco de muestras de auxiliares de vuelo para comprender cómo afecta a las defensas tener un reloj biológico distorsionado.

El sistema inmune funciona en ciclos de 24 horas basados en una etapa de reposo y otra activa, en la que hay más leucocitos en los tejidos (glóbulos blancos que ayudan a combatir las enfermedades e infecciones).

El ciclo biológico se desincroniza

Los investigadores creen que en las personas sometidas constantemente a jet lag o a cambios de turno de trabajo ese ciclo biológico se desincroniza y el número y las funciones de sus leucocitos protectores dejan de ser óptimas.

Para comprobarlo y seguir avanzando en investigación médica, en 2021 el CNIO sumó a su biobanco una colección de muestras biológicas de un grupo de población sometida a constante alteración de sus biorritmos: los auxiliares de vuelo.

La iniciativa vino a ser una especie de simbiosis entre el centro de investigación y la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP), explica a EFE Virginia López, responsable de salud profesional de esta organización.

«Nosotros buscamos demostrar de manera científica que nuestro organismo se ve afectado por el desempeño de nuestro trabajo», señala López, bióloga molecular de formación.

Además de vivir al margen de los límites saludables que impone al cuerpo humano la sucesión del día y la noche, los tripulantes desarrollan su trabajo en un contexto peculiar de radiación, luz artificial, falta de contacto con el exterior y seres queridos, y una alimentación muy condicionada por el entorno de trabajo.

Según la portavoz de AETCP, los problemas de salud y el desarrollo de determinados tipos de cáncer son temas a menudo recurrentes de conversación entre tripulantes de larga distancia que llevan más de 15 años de carrera.

«Mientras otras profesiones con las que compartimos medios de trabajo tienen reconocido el riesgo laboral para jubilarse a los sesenta años, como pilotos o fotógrafos aéreos, nosotros no tenemos ese derecho», apunta.

Las muestras de hoy, las terapias de mañana

Y ahí es donde entra en juego el biobanco del CNIO: una colección escrupulosamente preservada de muestras biológicas (sangre, uñas, tumores o sustancias como heces o saliva) que es oro para que los científicos puedan investigar las enfermedades y encontrar tratamientos.

A raíz de la petición de la asociación de tripulantes, el biobanco abrió una colección específica de muestras que sirviera específicamente para estudiar los efectos del desfase horario crónico en las células del sistema inmunitario.

Desde 2021, más de 130 tripulantes de vuelo españoles acuden regularmente al centro a donar muestras de sangre y saliva, y a depositar otras tantas de orina, heces y uñas recogidas en sus domicilios, en unos tubos especiales aportados por el CNIO.

«Junto a las muestras, los donantes aportan información detallada sobre su historial clínico y familiar, dieta, práctica de ejercicio, consumo de tabaco y horas y tipo de vuelo, entre otros», señala a EFE la directora del Biobanco del CNIO, María Jesús Artiga.

La colección es confidencial (la identidad se sustituye por un código) y longitudinal: «cada año se recogen muestras de las mismas personas, lo que la convierte en una herramienta extremadamente valiosa para volver atrás cuando un donante comunique que tiene alguna enfermedad y estudiar marcadores tempranos», subraya Artiga.

Ritmos circadianos y cáncer

La primera solicitud para hacer ciencia con el biobanco de tripulantes llegó del grupo de inmunidad del cáncer del propio CNIO, donde las investigadoras María Aceves y Alba de Juan estudian la influencia de los ritmos circadianos sobre el sistema inmunitario y su relación con el cáncer, teniendo también en cuenta el metabolismo.

«Los seguiremos durante cuatro años para detectar los cambios en la cantidad de células del sistema inmunitario, y ver si tienen un perfil más favorable a la inflamación», detalla Alba de Juan.

Para ello han establecido tres grupos: tripulantes de vuelos de largo radio (distancia), de corto pero con turnos más variables y cortos, y un grupo de control con individuos que no vuelan y llevan una vida con horarios y costumbres regulares.

En estos momentos la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer considera que un trabajo que altere los ritmos circadianos es «probablemente cancerígeno», porque hay suficiente evidencia experimental en animales de que lo es, pero limitada en humanos.

El Biobanco del CNIO, puesto en marcha a comienzos de este siglo, cuenta en estos momentos con unas 45 000 muestras de 9 000 donantes y está abierto a toda la comunidad científica: para acceder a él los investigadores necesitan un proyecto de investigación y una financiación que garantice su viabilidad, indica Artigas.

«Es importante concienciar a la sociedad de que participen de manera altruista con la ciencia española, la aportación de nuestras muestras apenas requiere 20 minutos al año», enfatiza la responsable de salud profesional de la asociación de tripulantes.

02 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

septiembre 4, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Biología, Bioquímica, Fisiología, Medicina del Trabajo, Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Interna, Oncología | Etiquetas: , , , |

Imagen: Alberto Martin / EFE.Los partos inducidos, aquellos en los que se utiliza oxitocina u otros fármacos para provocarlos, han subido un 61,8 % desde 2016 y representan ya el 27 % del total de los practicados en la sanidad pública; el cambio de perfil de las madres, cada vez más mayores, es el principal factor que lo explica.

«La edad conlleva mucha más patología y eso implica muchas más inducciones, así como el estilo de vida, que también influye. Y eso al final se traduce en más intervencionismo porque no son partos espontáneos», comenta a EFE Salomé Álvarez, presidenta de la Federación de Asociaciones de Matronas en España (FAME).

Como la tasa de cesáreas, la provocación de un parto es uno de los indicadores de seguridad clínica al tratarse de un procedimiento no exento de riesgos, por lo que su uso debe estar justificado bajo indicación obstétrica.

De los 203 251 partos vaginales atendidos en hospitales públicos en 2022, el 27,5 % fueron provocados frente al 17 % de 2016, según el «Informe anual del SNS 2023″ publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad.

Pero en este caso «el intervencionismo está más que justificado» porque «el parto de una mujer con patología conlleva intervenciones que son necesarias para que llegue todo a buen puerto», aclara la experta.

Abuso de las cesáreas

Sin embargo, cree que «se sigue abusando un poco de la cesárea por cuestión de rapidez, de terminar antes». La tasa de España ronda desde hace años el 25 %, 10 puntos por encima del 15 % que identifica la Organización Mundial de la Salud (OMS) con una buena práctica.

«Al final, una intervención quirúrgica es más fácil de hacer que un parto natural porque conlleva menos acompañamiento. Un parto eutócico, cuando el niño nace sin ayuda, necesita sobre todo tiempo porque hay que respetar los tiempos de ese cuerpo y su fisiología», abunda.

La edad cada vez más avanzada o el aumento de los partos múltiples son otras de las razones que expone el informe de Sanidad, que cifra en 321 760 los alumbramientos de 2022, el 81,4 % de ellos en hospitales públicos. Tres de cada cuatro fueron vaginales, en su inmensa mayoría (el 83,9 %) atendidos en la sanidad pública, mientras que el 24,7 % restante fueron cesáreas.

Con una tasa de 242,2 procedimientos por 1 000 nacidos vivos, España ocupa la decimotercera posición de la lista de 22 países de la OCDE que encabeza Bulgaria, con 464,7.

Solo País Vasco y Navarra cumplen

La tasa de cesáreas realizadas en hospitales públicos fue del 22,7 %, una cifra que permanece estable desde 2012; mientras, fue del 34,5 % en el sector privado, que sí ha logrado reducirla 3,01 puntos en una década.

«Durante años, tanto el sistema público como el privado pasaron por una época en los años 80 en la que se intervenía mucho. La perspectiva en ese sentido fue cambiando hace 20 años en la pública, pero la privada tardó un poco más», argumenta la matrona.

También es que «la privada necesitaba adaptarse a una Obstetricia de hoy en día porque las mujeres ahora estamos más informadas y demandamos otro tipo de atención».

No se ha adaptado igual en todas las comunidades: los centros privados de La Rioja tienen una tasa de 85,7 % (frente al 21,2 de los públicos), en Cantabria llegan al 54,6 % (19,9 % el SNS) y en Murcia al 48,6 % (25,1 %), mientras que los del País Vasco se quedan en el 23,9 % y los de Navarra, en el 27 %.

Precisamente, los hospitales públicos de estas dos últimas comunidades fueron los únicos en hacer menos cesáreas de las aconsejadas por la OMS (13,9 % los vascos y 14,6 % los navarros).

Más matronas, menos intervencionismo

La presencia de matronas también tiene mucho que ver en todo ello. A España le faltan unas 5 000: la media europea es de 9,1 por cada 10 000 mujeres de 14 a 65 años, tres puntos más que la española (6,1), con notables diferencias autonómicas.

«Donde más profesionales hay, más se puede ofrecer una atención personalizada. Hay comunidades que están muy por debajo de la mediana y, en muchas ocasiones, dentro de un paritorio, una matrona se encuentra atendiendo a 3-4 partos a la vez, y en esas situaciones no se puede dar una atención adecuada en cuanto a calidad y seguridad», advierte.

Álvarez quiere dejar claro que España dispensa «una atención obstétrica muy buena», pero necesita mejorar en las atenciones de la fisiología, lo cual pasa por incrementar el número de matronas, una reivindicación en las que Fame insiste con motivo del Día Mundial de la Obstetricia y la Embarazada que se celebra este sábado.

«Estamos formadas específicamente para acompañar a las mujeres en el proceso de parto desde una perspectiva de la fisiología. Y por eso es tan necesario que aumenten, porque va a tener unos resultados obstétricos mejores», zanja.

Y eso es bueno para la mujer pero también para el sistema sanitario porque cuanto menos intervencionismo, menor coste, concluye.

29 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

agosto 31, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Ginecología y Obstetricia, Neonatología, Pediatría | Etiquetas: , , , |

Imagen: Archivo.La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha expresado su profunda preocupación ante la aparición de un nuevo producto destinado al consumo de nicotina: las llamadas ‘nicotine pouches‘ o ‘bolsitas de nicotina’. Estos productos representan un riesgo para la población al ser una nueva puerta de acceso a la adicción al tabaco.

Durante la última década, la proliferación de nuevos productos del tabaco ha suscitado un interés creciente en los métodos de reducción de daños, que se definen como estrategias para minimizar las consecuencias negativas del consumo de tabaco, sin renunciar a sus efectos placenteros. Las bolsitas de nicotina son un ejemplo de este enfoque. Sin embargo, Separ advierte que este producto no es seguro, ya que contiene altas dosis de nicotina, lo que lo convierte en altamente adictivo y conlleva efectos adversos significativos para la salud.

La llamada «reducción de daños» es, en realidad, una solución engañosa promovida por la industria tabacalera. Esta estrategia comercial busca incrementar las ventas al dificultar el control del tabaquismo, reteniendo a los fumadores en el consumo de tabaco y obstaculizando sus intentos de abandonar este hábito. Además, estos productos representan una grave amenaza, especialmente para los adolescentes, al servir como una nueva puerta de acceso a la adicción al tabaco.

La industria tabacalera, a través de productos como las nicotine pouches, intenta mejorar la imagen del consumo de nicotina, ofreciendo un acceso rápido a sus efectos mediante la absorción a través de la mucosa oral. Esta estrategia resulta particularmente peligrosa para los jóvenes, que son más vulnerables a desarrollar una adicción.

Contenido de las bolsitas de nicotina

En un informe publicado en 2023 por el Instituto Federal para la Evaluación de Riesgos (BfR) de Alemania, se destaca la aparición de estas bolsitas en 2019 en países como Suecia, Estados Unidos y Reino Unido. El informe detalla que las nicotine pouches contienen, además de nicotina, diversas sustancias como celulosa microcristalina, carbonato de sodio, otras sales carbonatadas, ácido cítrico y distintos aromas. Asimismo, se detectaron nitrosaminas específicas del tabaco en más de la mitad de las muestras analizadas, compuestos que son tóxicos para la salud y potencialmente cancerígenos.

En aquellos casos en que las nicotine pouches contienen una alta dosificación, los niveles de nicotina en sangre pueden superar incluso a los que se alcanzan al fumar cigarrillos convencionales, lo que potencia su capacidad adictiva de manera alarmante.

Es importante subrayar que la venta de estos productos es ilegal en toda la Unión Europea, con la excepción de Suecia. Por ello, desde Separ solicitamos que se tomen medidas urgentes para retirar del mercado estas bolsitas de nicotina y que se prohíba su venta en cualquier establecimiento que no sea una expendeduría de tabaco.

Además, instamos al Ministerio de Sanidad a alertar a la población española sobre los peligros asociados a estos productos. Separ se pone a disposición del Ministerio para colaborar en todas las acciones necesarias para proteger la salud pública.

29 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

agosto 30, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Adicciones, Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Interna, Neumología, Psicología, Toxicología | Etiquetas: , , , |

Imagen: Archivo.Un nuevo estudio en el que han participado investigadores del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona ha concluido que la infección por covid-19, su intensidad o duración no es la causa de que algunas mujeres tuvieran alteraciones en su ciclo menstrual durante el confinamiento, sino que fue el estrés y los cambios en el estado emocional los que influyeron significativamente en los trastornos menstruales durante el confinamiento por covid-19.

Durante el confinamiento, para la mayoría de las mujeres, permanecer en casa sumaba inconvenientes como tener que cuidar a los hijos las 24 horas del día, los siete días de la semana, gestionar las responsabilidades del hogar, compartir un espacio reducido con toda la familia, convivir con la pareja las 24 horas del día y tener que encajar el trabajo en línea.

Al mismo tiempo, una menor proporción de la sociedad estaba involucrada en las llamadas actividades «esenciales»: la más significativa, la prestación de atención médica, pero también el transporte público, la dispensación de productos farmacéuticos, el acceso a alimentos y artículos de salud esenciales en los supermercados, etcétera. Para este subconjunto, la exposición al público implicó un mayor riesgo de contagio.

Este riesgo sumó el miedo de llevar la enfermedad al entorno familiar y contaminar a sus seres queridos a la sobrecarga de trabajo, y algunos optaron por renunciar al contacto con sus familias. La sobrecarga fue especialmente relevante entre los proveedores de atención médica que atienden a personas con covid-19. Este grupo incluía médicos, enfermeras, personal de limpieza y transporte en el hospital o centro de medicina primaria, y cuidadores en hogares de ancianos. Además, para muchas personas, el proceso de confinamiento implicó la pérdida temporal o permanente del empleo o una disminución significativa de los ingresos.

Todas estas circunstancias constituyen estresores relevantes que impactan negativamente en el bienestar psicológico de la población confinada y, como consecuencia, alteran el ciclo menstrual de las mujeres.

Para aclarar la existencia de estos cambios menstruales y su importancia y características, los investigadores realizaron una encuesta online a mujeres menstruantes que vivieron diferentes situaciones durante el confinamiento por la covid-19 en España.

En España se aplicó una encuesta online a mujeres menstruantes de entre 15 y 55 años que no habían contraído covid-19. Recopiló información sobre las actividades durante el confinamiento, la actividad sexual, las percepciones del estado emocional, los cambios en las características menstruales y el impacto en la calidad de vida. El análisis de los cambios menstruales se limitó a las que respondieron no usaron anticonceptivos hormonales.

Un total de 6 449 mujeres respondieron a la encuesta, y 4 989 encuestas fueron válidas para el análisis final. El 92,3 % de las mujeres tuvo al menos una menstruación durante el confinamiento, mientras que el 7,7 % tuvo amenorrea. La calidad de vida (CV) asociada a la menstruación empeoró en el 19 % de las mujeres, no cambió en el 71,7 % y mejoró en el 1,6 %. Para el 50,1 % de las mujeres, la calidad de vida global empeoró durante el confinamiento, y el 41,3 % se mantuvo más o menos igual y el 8,7 % reportó una mejora.

La actividad sexual durante el confinamiento disminuyó en el 49,8 % de los encuestados, se mantuvo sin cambios en el 40,7 % y aumentó en el 9,5 %. En cuanto a los cambios menstruales, no hubo diferencias estadísticamente significativas en la incidencia de amenorrea, la regularidad del ciclo menstrual o la cantidad o duración del sangrado menstrual en usuarias de anticonceptivos no hormonales cuando se evaluaron por la duración y características del aislamiento, la percepción de exposición a la covid-19 y la situación económica o laboral.

Por el contrario, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en función de la intensidad de los cambios en el estado emocional debidos a los estresores del confinamiento y a los cambios en la regularidad, duración y pesadez de la menstruación.

26 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

agosto 28, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: COVID-19, Ginecología y Obstetricia, Medicina Familiar y Comunitaria, Psicología | Etiquetas: , , , |

Imagen: Fermin Cabanillas / EFE.El cambio climático ha propulsado las enfermedades transmitidas por vectores en España, donde ya deberíamos preocuparnos por picaduras de insectos y parásitos en las que antes ni reparábamos y dejar de considerar «marciano» usar repelente o mosquiteras también aquí.

De hecho, en el que según Greenpeace es uno de los países más afectados del mundo por la crisis climática, «tenemos todas las papeletas para que nos toque una lotería que no queremos que nos toque»: la introducción de nuevas enfermedades endémicas de otros lugares, señala a EFE Javier Membrillo, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).

El oropouche ha sido el último en engrosar la lista de infecciones contagiadas por vectores -mosquitos, flebotomos, garrapatas, pulgas, piojos, etc.- que acaparan los titulares de los últimos veranos.

Los primeros 12 casos detectados en España son importados por viajeros de Cuba, uno de los países latinoamericanos aquejados por un brote sin precedentes que suma más de 7 700 positivos y dos fallecidos*.

Preocupación «sana» sin «alarmismos»

Todo virus que se introduce por primera vez hay que vigilarlo para evitar la transmisión local, pero desde una «preocupación sana y constructiva» y «sin alarmismos», remarca Fernando de la Calle, especialista en enfermedades infecciosas de la Unidad de Patología Importada y Salud Internacional del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid.

No es un virus nuevo -se descubrió en 1955 en la Vega del Oropouche, Trinidad- pero sí lo es la dimensión del foco actual; como hasta ahora solo había generado pocos y pequeños, no se puede aventurar cómo se comportará en este contexto de gran expansión, por eso los expertos piden prudencia.

«El zika, por ejemplo, parecía un virus banal, hasta que de repente, cuando se extendió tantísimo en 2016, se vieron los casos de malformaciones neurológicas en los fetos», rememora.

Pese a que la información es cada vez mayor, cree que los españoles prestamos poca atención a estas cuestiones cuando viajamos a estos destinos, incluyendo los propios profesionales sanitarios.

«Todo proceso febril al retorno de países con brotes activos debería hacer encender el piloto rojo de alerta; igual que se tiene automatizado que ante un problema de corazón se deriva al cardiólogo, también deberíamos hacerlo con estos casos a las unidades de patologías importadas» porque, aunque la mayoría se pasan de forma leve, necesitan un seguimiento específico para evitar complicaciones.

Otros «Oropouches» que han tenido transmisión local

Precisamente el zika y otros como el Chikunguña o el dengue son ejemplos de transmisión local en zonas impensables antes. Y ello es en parte porque su vector, el mosquito tigre, originario del sudeste asiático, ha sido capaz de acomodarse perfectamente al Mediterráneo gracias al calentamiento global.

Con el cambio climático, la probabilidad de que estas enfermedades acaben siendo endémicas es mucho mayor, con todo lo que ello acarreará a la carga asistencial de muchas comunidades, apunta Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad.

Este departamento ha estrechado la vigilancia de los vectores con un plan nacional que incluye desde este año las garrapatas. Sin caer en el alarmismo, Tejero quiere avisar de que «hay que estar mucho más alerta, porque antes ibas a la playa, te picaba un mosquito y no te tenías que preocupar». Ahora un poco más.

Según el Centro Nacional de Epidemiología, en 2023 hubo 615 sospechas de dengue en todas las comunidades, de las que 398 fueron confirmadas, con tres casos autóctonos. Es la cifra más alta desde que empezó a vigilarse en 2016.

De zika hubo 24 casos importados -pero 16 de ellos virémicos, es decir con el virus en sangre- en 12 comunidades donde vive el mosquito tigre, lo que hace posible la transmisión local; y de chikunguña, 82 (191 sospechas), también el máximo de toda la serie histórica.

Igualmente está la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo que contagia la garrapata hyalomma, una especie no autóctona pero que, como el mosquito tigre, está afincada en varias zonas de España.

Es muy poco frecuente, con 15 casos confirmados desde 2016, pero preocupa especialmente a las autoridades sanitarias por su gravedad -seis han fallecido, dos este año-.

Los de aquí

No todos los virus y bacterias de nombres peculiares vienen del trópico, y como todas las áreas geográficas del planeta, España también tiene sus vectores autóctonos.

Los mosquitos culex son vehículos de usutu, fiebre del valle del Rift y del Nilo occidental, una enfermedad endémica de ciertas zonas de España que este verano tiene en jaque a varias provincias andaluzas.

Y las garrapatas más frecuentes son portadoras de la fiebre botonosa o exantemática mediterránea o la enfermedad de Lyme, una afección causada por una bacteria que se calcula afecta a unas 2 000 personas al año.

Por todo esto debería dejar de considerarse «marciano» adquirir costumbres aquí que solo tenemos cuando vamos a destinos exóticos, como usar mosquiteras o echarse repelente, señala De la Calle.

«Todos estos virus son una realidad porque la interacción del ser humano con el medio natural es cada vez más estrecho. Y van a seguir siéndolo», concluye.

23 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

*Al mostrar los datos sobre la incidencia de la enfermedad por el virus de Oropouche en Cuba no aparece citada la fuente de la cual los tomó la agencia EFE y estos no se corresponden con lo informado oficialmente por las autoridades de salud de la isla. Al menos hasta el 22 de agosto de 2023 no se habían reportado fallecidos por este virus en el país, los que si se habían notificado (dos) en Brasil. Además, otros países del continente americano también han reportado la circulación del virus Oropouche en sus territorios. No obstante, decidimos respetar la redacción original de la agencia pero con la correspondiente aclaración. (N. del E. del CNICM)

Imagen: Archivo.La Clínica Universidad de Navarra ha publicado un estudio en el que concluyen que las mujeres que se sometieron a tres cesáreas o más «no presentaron tasas más altas de hemorragia u otras complicaciones maternas».

Según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2023 recién publicado por el Ministerio de Sanidad, el 22,4 % de los partos registrados en España en 2022 fueron por cesárea, una tasa que se acerca al 34,5 % en el ámbito de la sanidad privada.

Son cifras que superan ampliamente las recomendaciones de las sociedades científicas y de la Organización Mundial de la Salud (10-15 %).

En la Clínica Universidad de Navarra, las cifras son más positivas. La media de la tasa de partos por cesáreas en 2023 fue un 21 % (23,9 % en la sede de Pamplona y 19,8 % en la de Madrid), muy similar a la media de cesáreas en los centros públicos de la Comunidad de Madrid (20,8 %), y muy por debajo del estándar en hospitales privados.

En cualquier caso, esta realidad ha hecho que aumente significativamente el número de mujeres con antecedente de cesárea, ya que esta cirugía favorece su repetición en sucesivos partos, aumentando el riesgo de anomalías placentarias.

En este contexto, un equipo de especialistas en Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra ha publicado un artículo en la revista científica Journal of Clinical Medicine en el que se estudia el impacto para la madre y para el recién nacido cuando se realizan más de tres cesáreas.

Aunque el estudio destaca la relevancia del parto vaginal, subraya que «la cesárea es, actualmente, un procedimiento obstétrico común y seguro», que, sin embargo, solo debe indicarse cuando es necesaria.

Analizando una serie compuesta por 161 mujeres embarazadas sometidas a tres o más cesáreas –una serie reducida, pero la más amplia de estas características investigada en España–, los especialistas concluyen que quienes se sometieron a más de tres cesáreas «no presentaron tasas más altas de hemorragia u otras complicaciones maternas, excepto por la incidencia de histerectomía obstétrica», es decir, la extirpación parcial o total del útero, generalmente alrededor del parto o puerperio.

En el caso de las cesáreas múltiples estudiadas, sí se observan adherencias (bandas de tejido cicatricial que se forman dentro del cuerpo tras una cirugía) más densas desde la tercera intervención, y más dificultades quirúrgicas ante «la apertura de la pared abdominal», lo cual implica un aumento del tiempo de la operación –de 62 minutos de media en la tercera cesárea, a los 76 para cesáreas múltiples–, pero no se encontraron diferencias en el aumento de roturas uterinas, ni en el peso neonatal, el Ph arterial o la obligatoriedad de ingreso en UCI a partir del cuarto hijo.

Como ha destacado la doctora Laura Muñoz, especialista en Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra y autora principal de la publicación, «aunque el tamaño muestral es pequeño, pensamos que es relevante presentar la realidad de este subgrupo de pacientes y los resultados maternos y neonatales encontrados que, en su conjunto, son muy favorables».

El análisis constata que el límite de «cesárea segura» no está claro, ni suficientemente estudiado. De hecho, una de las conclusiones del estudio ha sido «el desarrollo de la Encuesta Nacional de Cesárea Múltiple, cuyos resultados se darán a conocer cuando se concluya la investigación».

El doctor Luis Chiva, director del Departamento de Ginecología y Obstetricia, ha señalado que la clínica, en su apuesta médica por favorecer la fertilidad y la maternidad, «se ha convertido en un centro de referencia en cesáreas múltiples».

«La unificación del seguimiento del embarazo y de la cirugía en hospitales especializados ayuda a atender correctamente y a reducir las posibles complicaciones en estas mujeres que se plantean otra gestación después de tres o más cesáreas. Todavía se necesitan estudios multicéntricos al respecto y conclusiones sólidas para esclarecer los riesgos reales de las cesáreas múltiples en entornos de alta capacitación profesional, recursos y equipos multidisciplinares para la realización segura de estas cirugías», añade.

Según Chiva, en la Clínica de Navarra reciben con frecuencia consultas de segunda opinión para pacientes que se plantean someterse a más de tres cesáreas. En este hospital, ha dicho, cuentan con un equipo especializado para realizar estas intervenciones «de especial complejidad».

19 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

agosto 20, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Ginecología y Obstetricia, Neonatología, Organización Mundial de Salud(OMS), Pediatría | Etiquetas: , , |

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