Imagen: Prensa Latina.Durante la pandemia de Covid-19 en todo el mundo hubo un uso excesivo de antibióticos, lo que puede haber exacerbado la propagación «silenciosa» de la resistencia a los antimicrobianos, comunicó hoy la OMS.

El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) parte de nuevas pruebas basadas en registros de la Plataforma Clínica Mundial para Covid-19, un repositorio de datos clínicos anónimos y estandarizados a nivel individual de pacientes hospitalizados con el coronavirus.

Por esta vía se recopilaron datos de unos 450 000 pacientes ingresados en 65 países durante un período de tres años, entre enero de 2020 y marzo de 2023.

Esto permitió conocer que si bien solo el ocho por ciento de los hospitalizados con la enfermedad tenían coinfecciones bacterianas que requerían antibióticos, tres de cada cuatro, o alrededor del 75 %, fueron tratados con antibióticos «por si acaso» ayudaban.

El empleo de antibióticos osciló entre el 33 % en los pacientes de la Región del Pacífico Occidental y el 83 % en las Regiones del Mediterráneo Oriental y África.

Entre 2020 y 2022, las recetas disminuyeron con el tiempo en Europa y América, mientras que aumentaron en África.

La tasa más alta de uso de estos medicamentos se observó entre pacientes graves o críticos, con un promedio global del 81 %.

Mientras, en los casos leves o moderados, hubo una variación considerable entre regiones, con el mayor empleo en África (79 %).

Cuando un paciente requiere antibióticos, los beneficios a menudo superan los riesgos asociados con los efectos secundarios o la resistencia a los antibióticos, explicó la doctora Silvia Bertagnolio, jefa de la Unidad de Vigilancia, Evidencia y Fortalecimiento de Laboratorios de la División de Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS.

«Sin embargo, cuando son innecesarios, no ofrecen ningún beneficio y plantean riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos», afirmó.

Estos datos, dijo la experta, exigen mejoras en el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias para los pacientes y las poblaciones.

En general, el uso de antibióticos no mejoró los resultados clínicos de los pacientes con Covid-19, más bien, podría causar daño a las personas sin infección bacteriana, en comparación con aquellas que no reciben antibióticos, apuntó la OMS en su reporte.

26 abril 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

abril 29, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: COVID-19, Farmacología, farmacovigilancia, resistencia bacteriana | Etiquetas: , , |

Imagen: Archivo.En los últimos nueve años, desde la puesta en marcha del Plan Nacional frente a la Resistencia de los Antibióticos (PRAN) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) hace nueve años, se ha experimentado un «descenso paulatino» de la resistencia a los antibióticos, «llegando a reducir un 27 %», pero, en los últimos tres años se está experimentando una subida del uso de antimicrobianos, según ha señalado el coordinador del PRAN, Antonio López.

«Estamos viendo a ver cuáles son las causas de este aumento, hay que incidir en ciertos mensajes, pero bueno, la realidad es esa. A pesar del enorme éxito de las medidas que se van implementando y de la colaboración de todo el mundo se ve que no es suficiente», ha apuntado López durante los Desayunos POP sobre ‘Estrategias de salud pública contra infecciones y resistencias antimicrobianas’ organizado por Servimedia este jueves.

Asi, ha resaltado las diferencias palpables entre los países del norte de Europa, que «llevan más de 20-30 años trabajando en la resistencia antimicrobiana», y los países del sur de Europa, principalmente del Mediterráneo, que «no han empezado a darle importancia a este problema hasta hace 10 años».

«Reducir el uso de antimicrobianos cuesta tiempo, pero no solo cuesta tiempo, reducir el uso de antimicrobios y que se vea un impacto en la incidencia de infecciones y bacterias resistentes cuesta que la gente, e incluso todas las personas, profesionales y pacientes, entiendan la importancia de esto», ha advertido el coordinador del PRAN.

En este sentido, el experto ha incidido en la necesidad de abordar la resistencia antimicrobiana desde un enfoque multidisciplinario que incluya a los especialistas y a los pacientes porque «no se puede entender abordar este problema sin que exista la multidisciplinaridad y colaboración poniendo el paciente en el centro».

Así lo ha apuntado también el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Federico García, señalando que el cambio «tiene que partir absolutamente de cambios culturales en los que se consiga entender que la forma de avanzar es coordinarse, y no trabajar individualmente».

«El aumento en la resistencia de antimicrobianos es algo que está sucediendo a nivel mundial, se tiene que considerar una pandemia existente en este momento, algunos lo denominan una ‘pandemia silenciosa’.

Todas las medidas que se están poniendo para poder frenar el incremento de la bacteria multirresistente, aunque están siendo eficaces porque no estamos asistiendo a un incremento, tienen margen de mejora, está claro», ha apuntado Federico García.

En este aspecto, el especialista ha apuntado que «en países en los que llevan 25 años educando en prevención y en salud pública», se han conseguido en el campo de la resistencia a los antimicrobianos resultados totalmente diferentes a los de España».

Asimismo, el miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC, José María Molero García, ha resaltado que «España es un país de los que más consume antibióticos en Europa» y que, «comparado con un país como Holanda, que es el que menos consume en Europa, en España se consume tres veces más antibióticos».

Esta situación sucede «por múltiples razones» pero, según el miembro de semFYC, la principal es «la costumbre, la presión que hace la misma sociedad por las creencias de que el antibiótico cura una enfermedad viral cuando eso no es verdad». «Todo ello conlleva que estamos en un problema importante y que tenemos que tratar nosotros en nuestras consultas día a día», ha añadido.

LA PREVENCIÓN A TRAVÉS DE LA VACUNACIÓN: CLAVE PARA NO USAR TANTOS ANTIBIÓTICOS

En paralelo al aumento del uso de antibióticos, los expertos han destacado el incremento de enfermedades infecciosas y enfermedades emergentes que, debido a las condiciones climáticas, ya se consideran en algunos territorios enfermedades endémicas como el dengue. Ante esta situación los expertos apuntan a la prevención a través de la vacunación como una de las claves para reducir el uso de los antibióticos.

«Se están haciendo endémicas enfermedades emergentes como el dengue, ya las tenemos aquí y son endémicas en algunos países y, si no lo son ya, pronto lo van a ser en España. También estamos experimentando un aumento de enfermedades de transmisión sexual», ha advertido el presidente de SEIMC.

En este sentido, el coordinador del PRAN, Antonio López, ha indicado que la prevención es un «pilar fundamental», es una «medida clara para evitar las infecciones y, por tanto, el uso de antimicrobianos». «Tenemos medidas para luchar contra algunas de esas infecciones, como las vacunas contra la difteria o el meningococo. Se tienen vacunas para infecciones víricas, muchas de las cuales tienen complicaciones bacterianas y esas vacunas van a ayudar.

«Los virus respiratorios también tienen vacunas. Pero no solo necesitamos vacunas sino poner esas vacunas, introducir esas vacunas en los calendarios de vacunación», ha indicado por su parte la Vocal de Relaciones con Sociedades Científicas de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Victoria Nartallo.
Así, ha apostillado que es necesario «hacer un abordaje integral del paciente» vacunando no solo a él, sino a sus convivientes, sobre todo cuando se trata de personas de riesgo.

«Además, en la vacunación adulta tenemos todavía muchísimo margen de mejora. Así como la vacunación infantil en España es maravillosa y tenemos altísimas coberturas, la vacunación en los adultos es un campo donde tenemos mucho margen de mejora», ha apuntado.

Otro aspecto clave que se ha abordado durante la jornada es la atención del paciente crónico ya que «es un tipo de paciente específico que tiene más infecciones por su propia patología» y que, por ello, necesitan «un abordaje integral», y un enfoque diferente en la vacunación.

Por ello, la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, ha apuntado a la necesidad de que los calendarios vacunales tengan una indicación específica para pacientes crónicos. «Muchas veces vamos a los carteles o lo que se dice y ponen mayores, embarazadas, pero el crónico no lo sabe. Tendemos a decir las personas frágiles o las personas vulnerables, pero la gente que está en su casa no sabe si es frágil o vulnerable. Esto hay que explicarlo mejor, porque pedimos que la gente se vacune, pero no lo tenemos. Tenemos que mejorar el canal de comunicación, que haya coberturas suficientes y que se priorice a los crónicos», ha señalado Carina Escobar.

25 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Maja Hitij / EFE

Imagen: Maja Hitij / EFE

Perros y gatos domésticos pueden desempeñar una papel importante en la propagación de bacterias multirresistentes a antibióticos, según sugiere un estudio que ha encontrado evidencias de transmisión entre mascotas domésticas enfermas y sus dueños sanos en Portugal y el Reino Unido.

La investigación señala la inquietud ante la posibilidad de que esas mascotas puedan actuar como reservorios de resistencia y contribuir a ella.

Además, subraya la importancia de incluir los hogares con animales en los programas de vigilancia de la resistencia a los antibióticos.

Las infecciones farmacorresistentes matan a más de 1,2 millones de personas al año en el mundo. Según las previsiones, la cifra aumentará a 10 millones en 2050 si no se toman medidas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la resistencia es una de las mayores amenazas para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad.

La investigadora principal del estudio, Juliana Menezes, de la Universidad de Lisboa, destaca en un comunicado que comprender y abordar la transmisión de bacterias resistentes de animales de compañía a humanos «es esencial para combatir eficazmente la resistencia a los antimicrobianos tanto en la población humana como en la animal».

Bacterias en heces y orina de perros y gatos

El equipo analizó muestras de heces y orina e hisopos de piel de perros y gatos y sus dueños para detectar enterobacterias resistentes a antibióticos comunes.

En el estudio participaron cinco gatos, 38 perros y 78 humanos de 43 hogares de Portugal. Además de 22 perros y 56 humanos de 22 hogares del Reino Unido.

Entre los datos del estudio se indica que, en cinco hogares de Portugal, uno con un gato y cuatro con perros, tanto la mascota como el propietario eran portadores de bacterias productoras de b-lactamasas de espectro-extendido y plásmido-ampc  (ESBL/AmpC por sus siglas en inglés). La producción por algunos gérmenes de ESBL/AmpC forma parte de la resistencia bacteriana.

Los análisis genéticos mostraron que las cepas eran las mismas, lo que indicaba que las bacterias se transmitían entre la mascota y el propietario. En uno de estos hogares, un perro y su dueño también tenían la misma cepa de Klebsiella pneumoniae resistente a los antibióticos.

Perros y propietarios, portadores de la misma bacteria

Las enterobacterias productores de ESBL/AmpC en el Reino Unido se aislaron de ocho perros (36,4 %) y tres propietarios (12,5 %). En dos hogares, tanto el perro como el propietario eran portadores de la misma bacteria productora de ESBL/AmpC.

En uno de los hogares de Portugal, el momento en que se produjeron los resultados positivos de la bacteria «sugiere claramente» que la bacteria se transmitió de un animal de compañía (dos perros y un gato) a un ser humano, agrega el comunicado.

Las bacterias pueden transmitirse entre animales de compañía y humanos al acariciarlos, tocarlos o besarlos y al manipular las heces.

Para prevenir la transmisión, los investigadores recomiendan una buena higiene, como lavarse las manos después de acariciar al perro o gato y de manipular sus heces fecales.

12 abril 2024|Fuente: EFE|Tomado de|Noticia

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