neoplasia de mamajpgInvestigadores de la Universidad de Cambridge han creado el mayor catálogo de células mamarias humanas, que ha revelado cambios celulares tempranos en portadoras sanas de mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2.

Todo el mundo tiene los genes BRCA1 y BRCA2, pero las mutaciones en estos -que pueden ser hereditarias aumentan el riesgo de cáncer de mama y ovario.

El estudio descubrió que las células inmunitarias del tejido mamario de mujeres sanas, portadoras de mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2, muestran signos de mal funcionamiento conocidos como ‘agotamiento’.

Esto sugiere que las células inmunitarias no pueden eliminar las células mamarias dañadas, que a la larga pueden convertirse en cáncer de mama, explica un comunicado de la Universidad de Cambridge.

Los resultados, que se publican en Nature Genetics, plantean la posibilidad de utilizar los fármacos de inmunoterapia existentes como intervención temprana para prevenir el desarrollo del cáncer de mama en portadoras de estas mutaciones. Los investigadores van a ensayar este enfoque preventivo en ratones.

Si resulta eficaz, allanará el camino hacia un ensayo clínico piloto en mujeres. ‘Nuestros resultados sugieren que, en las portadoras de mutaciones BRCA, el sistema inmunitario no consigue eliminar las células mamarias dañadas, que a su vez parecen estar trabajando para mantener a raya a estas células inmunitarias’, afirma Walid Khaled, autor principal del informe.

El descubrimiento abre la posibilidad de un tratamiento preventivo distinto de la cirugía para las portadoras de estas mutaciones en cáncer de mama (ya existen fármacos capaces de superar este bloqueo de la función de las células inmunitarias, pero hasta ahora sólo se han aprobado para la fase avanzada de la enfermedad).

La cirugía de reducción del riesgo, en la que se extirpan las mamas, se ofrece a las personas con mayor riesgo de cáncer de mama. Esta puede ser una decisión difícil para las mujeres jóvenes y puede tener un efecto significativo en la imagen corporal y las relaciones sexuales.

La mejor manera de prevenir el cáncer de mama es comprender realmente cómo se desarrolla. Así podremos identificar estos cambios tempranos e intervenir’, apunta Khaled. A partir de muestras de tejido mamario sano recogidas de 55 mujeres de distintas edades, los investigadores catalogaron más de 800.000 células, incluidos todos los tipos de células mamarias.

El atlas de células mamarias humanas resultante está ahora disponible como recurso para que otros investigadores puedan utilizarlo y ampliarlo. Contiene enormes cantidades de información sobre otros factores de riesgo del cáncer de mama, como el índice de masa corporal, el estado menopáusico, el uso de anticonceptivos y el consumo de alcohol.

Según Austin Reed, coautor del informe, han descubierto que hay ‘múltiples tipos de células mamarias que cambian con el embarazo y la edad, y que es la combinación de estos efectos y otros lo que determina el riesgo global de cáncer de mama’.

El cáncer de mama, muchas enfermedades Uno de los mayores retos del tratamiento del cáncer de mama es que no se trata de una sola enfermedad, sino de muchas.

Muchas variaciones genéticas diferentes pueden provocarlo, y el riesgo genético interactúa con otros factores de riesgo de forma complicada. Por ejemplo, se sabe que la probabilidad de padecer cáncer de mama aumenta con la edad, pero este riesgo se reduce en gran medida con un embarazo a una edad temprana. Y el riesgo asociado a la edad aumenta considerablemente en las portadoras de los genes BRCA1 y BRCA2.

El nuevo estudio pretendía entender cómo interactúan algunos de estos factores de riesgo, caracterizando los distintos tipos celulares de la mama en muchos estados fisiológicos diferentes.

Ver artículo: Reed AD, Pensa S, Steif A, Stenning J, Kunz DJ, Porter LJ, et al. A single-cell atlas enables mapping of homeostatic cellular shifts in the adult human breast. Nat Genet[Internet].2024[citado 29 mar 2024]. https://doi.org/10.1038/s41588-024-01688-9

Redacción Ciencia, 28 marzo 2024|Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

cancer-de-mama-2017El Hospital de Sant Pau de Barcelona ha logrado demostrar, en una muestra de 50 pacientes operadas de cáncer de pecho seguidas durante tres años, que es posible reducir el riesgo de linfedema a solo el 3% reconstruyendo la mama y el sistema linfático en la misma intervención en la que (como paso inicial) se realiza la cirugía oncológica.

El resultado de ese abordaje preventivo es relevante, si se tiene en cuenta que el linfedema, una enfermedad causada por la acumulación anormal de líquido en los tejidos blandos por una interrupción o alteración del sistema linfático tras el vaciado ganglionar, es la secuela más condicionante, invalidante y limitante tras la cirugía mamaria y de la radioterapia. También comporta un riesgo inmunológico importante, ya que puede causar linfangitis o infecciones del brazo que muchas veces requieren ingreso hospitalario y que incluso pueden acabar generando sepsis, con el riesgo vital que eso supone para la paciente.

Los resultados los ha presentado hoy en una rueda de prensa con motivo de la celebración en el mismo centro del Barcelona Breast Meeting, el congreso europeo que reúne a los referentes mundiales en cirugía mamaria oncológica, reconstructiva y estética. Según ha explicado Jaume Masià, director del Servicio Mancomunado de Cirugía Plástica del Hospital de Sant Pau – Hospital del Mar, son, por ahora, los únicos en Europa en aplicar esa técnica, en la que empezaron a trabajar en 2012 – “al principio era frustrante y la sociedad juzga al que se sale la norma, pero el tiempo te muestra el camino”, ha manifestado el cirujano- y que ahora usan de manera sistemática (llevan en total 80 casos).

Aplicarla obliga, de entrada, a planificar muy bien la extirpación completa del tumor y la reconstrucción inmediata de la mama y del sistema linfático, para minimizar al máximo posible las secuelas. Luego se realiza todo lo proyectado, que requiere microcirugía de precisión, con ayuda de un robot quirúrgico. Se da la circunstancia de que el Sant Pau es también el primer centro del sur de Europa -y cuarto del mundo- que cuenta con el primer robot de supermicrocirugía en linfedema (llamado Symani).

Ha precisado Masià que estudiando bien la axila y el brazo para reconstruir en la misma operación también el sistema linfático es posible evitar el linfedema a 97 de cada 100 pacientes, porque se reduce el riesgo del 32% -que es el porcentaje con el abordaje convencional- a solo un 3%. Y ha recordado que la cirugía del linfedema ha mejorado pero no “al 100%, por eso hay que prevenir”.

Aprendizaje largo y tecnología avanzada

Para generalizar esta técnica se requiere “un aprendizaje largo y tecnología robótica avanzada”, ha dicho el cirujano, que cree que su uso tardará en estar extendido al menos unos 5-10 años.

Masià, que ha destacado asimismo que “Sant Pau es una escuela (es la sede de la European School of Reconstructive Microsurgery) reconocida en toda Europa y en el mundo en este ámbito y hemos creado un polo de excelencia y de docencia que es un referente indiscutible”, ha contado con el testimonio positivo de dos pacientes, Eva y Marta, sometidas a la nueva técnica, una de ellas con reconstrucción posterior (segunda intervención) tras la cirugía oncológica.

En el Sant Pau hasta el 80% de las reconstrucciones mamarias son inmediatas (misma intervención); “hoy no hay nada que justifique no hacer la reconstrucción mamaria en la misma intervención donde operamos el tumor. Son contados los casos donde está justificado dejarlo para más adelante”, en opinión de Masià.

En el congreso se está abordando cómo, con la reconstrucción de la mama, mejorar las técnicas de reinervación del pezón, para conservar la sensibilidad erógena. Para tratar de lograrlo hay que buscar, en el momento de la mastectomía, los nervios que dan inervación a la mama y conectarlos a la estructura de reconstrucción, que suele ser tejido autólogo (por ejemplo, del glúteo de la propia paciente), con capacidad de ser reinervado.

Seguimiento de las pacientes con implantes mamarios

También se está tratando un problema relacionado con los implantes mamarios: hay que hacer seguimiento de las mujeres que los llevan porque pueden desarrollar linfoma anaplásico de células grandes, que se observa sobre todo en implantes texturados, ha indicado Masià.

“Después de 60 años de uso creciente de los implantes mamarios, aparece el carcinoma epidermoide y nuevas enfermedades que antes pasaban desapercibidas pero que ahora ya no, debido a la mayor esperanza de vida y, por tanto, al mayor envejecimiento de los implantes y a los cambios histológicos que causan en el cuerpo de la mujer”, ha añadido.

Y ha defendido que no hay que alarmar –“los implantes son seguros (…), no hay que tener miedo” – pero sí concienciar a las mujeres y a los profesionales que las atienden de que hay que hacer un seguimiento constante para detectar, y tratar a tiempo, posibles problemas. Actualmente los casos de complicaciones en mujeres con implantes se registran en algunos países y en otros no; en este caso la causa suele ser que no se hace seguimiento a las mujeres que los llevan.

21 marzo 2024| Fuente: Diario Médico| Tomado de | Medicina| Cirugía Plástica Estética y Reparadora

EMBARAZO Y MAMAUna nueva investigación brinda noticias tranquilizadoras para las mujeres jóvenes que esperan quedar embarazadas después de un diagnóstico de cáncer de mama con mutación en el gen BRCA. Read more

enero 4, 2024 | gleidishurtado | Filed under: cáncer, Ciencia, Embarazo, Investigaciones, Neoplasias de la Mama | Etiquetas: , , , |

cancer-de-mama-2017El cáncer de mama diagnosticado en el embarazo o el posparto tiene peor pronóstico, de ahí la necesidad de métodos eficaces de detección precoz, una evidencia que se constata a diario en la unidad multidisciplinaria específica para tratar estos casos dentro de la Unidad de Mama del Hospital Universitario Vall d’Hebron en Barcelona, España.

En esta línea, en la que trabaja el equipo liderado por la Dra. Cristina Saura, Ph. D., jefa de la unidad y también del Grupo de Cáncer de Mama del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), se sitúan los resultados de un estudio recientemente publicado en Cancer Discovery, y en el que por primera vez se ha demostrado que la leche materna de las pacientes con cáncer de mama contiene ADN tumoral circulante (ADNct), susceptible de ser detectado mediante una biopsia líquida de esa leche.

La Dra. Saura explicó a Medscape en español cuál fue el motivo —en cierta medida, «sobrevenido»— de poner en marcha esta investigación: «En este caso fue la inquietud de una paciente con cáncer de mama diagnosticada durante el embarazo de su tercera hija; fue de ella en realidad de quien surgió la idea del proyecto. Le preocupaba haber transmitido el tumor a través de la leche materna a su segunda hija durante el periodo de lactancia, que había sido largo y se había prolongado hasta poco tiempo antes del diagnóstico de su cáncer de mama, así que nos trajo una muestra de leche materna que tenía guardada en su congelador».

«Y es ahí, gracias a ella, donde empezó nuestro proyecto ya que, aunque sabemos que el cáncer de mama no se transmite a través de la leche materna, decidimos analizar la muestra a la búsqueda de marcadores que pudieran ayudarnos en la investigación. Y, efectivamente, al analizar la leche materna de la paciente, encontramos ADN con la misma mutación que estaba presente en su tumor», añadió la Dra. Saura, quien apuntó que la leche materna analizada se había congelado más de un año antes del diagnóstico de cáncer de la paciente.

En cuanto a la metodología, Ana Vivancos, Ph. D., jefa del Grupo de Genómica del Cáncer del VHIO y otra de las autoras del estudio, comentó que se emplearon dos técnicas, secuenciación de nueva generación (NGS) y reacción en cadena polimerasa digital de sola gota (ddPCR) para analizar las muestras de leche materna y de sangre, comprobando así la existencia de ADNct en la leche materna.

«Fuimos capaces de detectar mutaciones presentes en el tumor de pacientes con cáncer de mama en su muestra de leche en 13 de las 15 pacientes analizadas, mientras que en las muestras de sangre recogidas en el mismo momento solo se detectó ADN tumoral circulante en una de ellas», afirmó Vivancos. «En cuanto a las muestras de las dos pacientes en las que no se detectó mutación, se comprobó que eran de calostro recogido en las primeras horas de la lactancia».

Asimismo, para dar utilidad práctica a este hallazgo, el equipo investigador diseñó un papel genómico basado en secuenciación de nueva generación como posible método de detección precoz del cáncer de mama. «Hemos desarrollado un panel basado en química de captura híbrida y con identificadores moleculares únicos (UMIs) que aseguran una mejor sensibilidad en la secuenciación de nueva generación. El diseño del panel se ha ajustado, basándonos en la literatura existente, a los genes más frecuentemente mutados en el cáncer de mama en mujeres jóvenes, menores de 45 años».

Según Vivancos, este panel tiene una sensibilidad de más de 70%, lo que significa que de las muestras de las pacientes analizadas con este se hubieran detectado 7 de 10 casos con una especificidad de 100 %.

«En la práctica, el diseño del panel permitiría detectar alteraciones en más de 95 % de los casos de cáncer de mama en mujeres de edad inferior a 45 años. Por lo tanto, su uso en el escenario de detección precoz de este tumor durante la lactancia debería contribuir a resolver una necesidad médica no cubierta a día de hoy», señaló Vivancos.

En relación con esta necesidad no resuelta, la Dra. Saura incidió en que actualmente no se dispone de ningún sistema o herramienta que permita sospechar de forma precoz de un tumor de mama en embarazadas antes del diagnóstico, «y, precisamente, el objetivo de esta investigación, que ahora se tiene que validar con un grupo más grande de mujeres en un estudio clínico, sería implantar el cribado de cáncer de mama en mujeres que acaban de dar a luz».

Contacto más directo con las células tumorales

En opinión de la Dra. Saura, esto facilitaría que, al igual que en España se realiza la punción del talón con una pequeña muestra de sangre del recién nacido para descartar patologías metabólicas, se recogieran muestras de leche materna de todas las mujeres que den a luz, para descartar o diagnosticar el cáncer de mama.

En cuanto a las ventajas potenciales que tendría la biopsia líquida de leche materna frente a técnicas similares, como por ejemplo la biopsia líquida en sangre, Vivancos remitió a los resultados de su estudio: «Hemos visto que la biopsia líquida en leche materna era positiva para la presencia de ADN tumoral circulante en 87 % de los casos, mientras que la sangre solo mostró presencia de este marcador en 8%. Esta diferencia indica que la leche materna es un biofluido que está en contacto más directo con las células tumorales y que, por lo tanto, será más informativo en estadios más iniciales».

La Dra. Saura apuntó sobre estos tumores en embarazadas o en el posparto que los datos reafirman una realidad: «En general, suelen tener un peor pronóstico por ser, en una gran parte de los casos, un diagnóstico en estadios avanzados. Además, se suele asumir que hay alteraciones fisiológicas de la mama, consideradas normales durante la gestación y la lactancia, que pueden esconder un tumor en desarrollo. El hecho es que el cáncer de mama durante el posparto, entendiendo como posparto la definición actual que corresponde a los 10 años posteriores al parto, representa entre 40 % y 45 % de los casos de cáncer de mama diagnosticados antes de los 45 años».

Las investigadoras tienen previsto dar continuidad a este proyecto: «Nuestro siguiente paso para confirmar la utilidad de la leche materna como nueva herramienta de biopsia líquida para la detección precoz del cáncer de mama en el periodo posparto es realizar esta prueba no invasiva en miles de mujeres», informó la Dra. Saura.

Objetivo, «estandarizarla» como método de screening

«Basándonos en los resultados que hemos publicado, estamos iniciando un estudio dirigido a recoger muestras de leche materna de 5 000 mujeres sanas de todo el mundo que se hayan quedado embarazadas a partir de los 40 años o a cualquier edad que sean portadoras de mutaciones que aumentan su riesgo de padecer cáncer de mama», añadió la especialista.

Acerca de cuándo está previsto disponer de resultados preliminares de este nuevo estudio, la Dra. Saura afirmó que aún no es posible aventurarse a concretar este dato «ya que estamos pendientes de recibir financiación para avanzar en este trabajo, pero vamos analizando caso a caso y, por supuesto, si detectamos alguna anomalía en estas mujeres, seguiremos el protocolo establecido para confirmar el diagnóstico e iniciar un tratamiento si fuera preciso».

Sobre si es factible que la biopsia líquida de leche materna llegue a «normalizarse» como método de screening para las mujeres en edad reproductiva con antecedentes o factores de riesgo de desarrollar un cáncer de mama, Vivancos afirmó que «ese sería el escenario futuro que visualizamos y al que nos gustaría contribuir con evidencia científica para conseguir hacerlo realidad».

«Por el momento, nuestro objetivo es validar que el ADN tumoral circulante puede detectarse mediante biopsia líquida en la leche materna incluso antes de que el cáncer de mama pueda diagnosticarse mediante técnicas de imagen convencionales. Si validamos estos resultados preliminares podremos detectar precozmente el cáncer de mama con una prueba no invasiva como la biopsia líquida de la leche materna», señaló por su parte la Dra. Saura.

Finalmente, y en cuanto a las asignaturas pendientes que aún existen en la detección y el abordaje del cáncer de mama durante el embarazo, la especialista puso de relieve el impacto emocional que tiene para las mujeres y para su entorno el diagnóstico de un cáncer gestacional «pero lo primero que tienen que saber es que el diagnóstico no es necesariamente sinónimo de interrupción del embarazo, sino que este tumor se puede tratar durante la gestación ya que es posible hacer cirugía en cualquier momento y quimioterapia a partir del segundo trimestre. Prueba de ello son los 72 niños que han nacido en este contexto en los últimos 20 años en el Hospital Universitario Vall d’Hebrón, que es pionero en España gracias a un programa multidisciplinar para informar y hacer un seguimiento específico a las mujeres a las cuales se les diagnostica un tumor de mama durante el embarazo».

Referencia

Saura C, Ortiz C, Matito J, Arenas E, Suñol A, Martín A, et al.  Early-Stage Breast Cancer Detection in Breast Milk. Cancer Discov[Internet].2023[citado 3 nov 2023];13(10):2180-2191. doi: 10.1158/2159-8290.CD-22-1340. PMID: 37704212.    https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37704212/

4 noviembre 2023|Fuente: Medscape| Tomado de Noticias y Perspectivas

lactancia MATERNASe describe el papel en la lactancia de una proteína que también es clave en el cáncer de mama.

La producción de leche en mamíferos es un proceso crucial para el organismo, perfeccionado a lo largo de la evolución. Los mecanismos moleculares que lo regulan son sofisticados, y se siguen investigando. Un nuevo estudio publicado en Nature Communications da un paso más para esclarecerlos, al profundizar en el papel de una proteína, RANK, que es esencial para el funcionamiento de las glándulas mamarias y también es clave en el cáncer de mama.

La producción de leche en mamíferos tiene lugar en el tejido epitelial mamario, formado por dos tipos principales de células: luminales y basales. Las luminales recubren la primera capa de los conductos mamarios y están implicadas en la generación en sí de la leche; las basales rodean a las luminales y originan la contracción que hace fluir la leche durante la lactancia.

Hay que tener en cuenta que los dos linajes de células, basales y luminales, proceden de las basales, que se diferencian en luminales en el embrión. Sin embargo, tras el nacimiento se especializan: las células basales solo generan basales y las luminales solo dan lugar a células luminales.

Una proteína implicada en el cáncer de mama

El nuevo estudio, dirigido por Eva González-Suárez, jefa del Grupo de Transformación y Metástasis del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), describe el comportamiento y la interacción de estos dos linajes celulares durante el embarazo y la lactancia y el papel de la proteína RANK.

Esta proteína centra el interés de González-Suárez desde que ella misma descubriera en 2010 que tiene un papel clave en el desarrollo del cáncer de mama. Actualmente el grupo cuenta con financiación del Consejo Europeo de Investigación (ERC) para desarrollar una nueva generación de fármacos contra el cáncer de mama dirigidos a bloquear la señalización a través de la proteína RANK.

La principal aportación del nuevo estudio ahora publicado, destaca González-Suárez, es «la creación de modelos animales con la proteína RANK eliminada solo en las células luminales o solo en las basales. Así se ha podido discriminar su función en cada tipo de células», algo que hasta ahora se desconocía.

El estudio muestra que las consecuencias de la eliminación de RANK sobre la funcionalidad de la glándula mamaria son distintas dependiendo de si las ratonas experimentan su primera gestación o la segunda, o si no han estado preñadas.

No hay leche en la primera gestación, pero sí en la segunda

Cuando se elimina RANK en las células luminales antes de que haya habido gestación, estas células empiezan a diferenciarse de forma aberrante en otras responsables de la fabricación de la leche en sí, llamadas alveolares. Pero la primera lactancia resulta fallida, porque estas células alveolares aberrantes no son capaces de producir leche.

En la segunda gestación las células luminales son aún más disfuncionales. Esto alerta a las células basales, que recuperan su capacidad de diferenciarse en células luminales alveolares, ahora sí competentes para producir leche. La lactancia, en esta segunda gestación, resulta por tanto exitosa. Es decir, gracias a esa «acción de rescate» de las células basales, que sí expresan RANK, tiene lugar una lactancia funcional. «Esa capacidad de bipotencia de las células basales es capaz de despertar en un contexto fisiológico, para restaurar un proceso tan importante como lactancia», explica González-Suárez.

Para la autora responsable del artículo «resulta muy interesante que, al no tener RANK, las células luminales se diferencien en alveolares de forma aberrante, incluso en ratones hembra que no han entrado aún en gestación. Y también es relevante esa diferencia entre lo que ocurre en la primera y la segunda gestación». En cuanto a la posibilidad de que estos procesos tengan un paralelismo en la lactancia humana, considera que «es probable, pero harían falta estudios para determinarlo».

Los coautores principales del artículo son la investigadora postdoctoral que co-lidera el estudio, Ana Sofía Rocha, del Instituto de Investigación Biomédica Bellvitge (IDIBELL), y Alejandro Collado-Solé, estudiante de doctorado en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ambos del grupo de Eva González-Suárez.

Referencia

Rocha AS, Collado-Sol, A, Graña-Castro O, Redondo Pedraza J, Soria Alcaide G, Cordero A, et al. Luminal Rank loss decreases cell fitness leading to basal cell bipotency in parous mammary glands. Nat Commun[Internet].2023[citado 20 oct 2023];14(1):6213. doi: 10.1038/s41467-023-41741-5.

21 octubre 2023 | Fuente: IMMedico| Tomado de Obstetricia y Ginecología 

octubre 21, 2023 | gleidishurtado | Filed under: cáncer, Lactancia Materna, Neoplasias, Neoplasias de la Mama | Etiquetas: , |

leche maternaUn equipo de investigadoras del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona (España) ha comprobado que la leche materna contiene ADN de tumores de mama, lo que abre la puerta a que se pueda utilizar como una biopsia líquida para diagnosticar el cáncer en etapas tempranas.

El estudio, publicado en la revista ‘Cancer Discovery’, parte de la preocupación de una paciente con cáncer de mama que temía haber transmitido la enfermedad a su bebé durante la lactancia, pues fue diagnosticada poco después de haber dejado de dar el pecho a su segunda hija y estando embarazada de su tercera. La jefa de la Unidad de Mama del Hospital Vall d’Hebron e investigadora del VHIO, Cristina Saura, ha explicado que esa paciente trajo una muestra de leche materna que tenía guardada en su congelador. ‘Si bien le dijimos que no había riesgo de transmitir el tumor, decidimos analizar la muestra a la búsqueda de marcadores que pudieran ayudarnos en la investigación’, ha relatado.

Las investigadoras observaron que, en esta bolsa, recogida unos 18 meses antes del diagnóstico, ya había ADN del tumor, conocido como ADN tumoral circulante (ADNct). Tirando del hilo, las investigadoras recogieron muestras de leche materna y sangre de más pacientes con cáncer de mama diagnosticadas durante el embarazo o el postparto, así como de mujeres sanas que estaban en curso de lactancia materna.

De 15 casos de mujeres con cáncer de mama ya diagnosticado durante el embarazo o en el postparto, en 13 de ellas se detectó en la leche la misma mutación que en el tumor que padecían; en cambio, en muestras de sangre solo una era positiva. ‘En tumores localizados, la liberación de ADN en la sangre es bajita y está muy diluido, pero en la lecha materna vemos que hay una cantidad más fácil de detectar, por lo que es una potencial herramienta de diagnóstico’, ha indicado Saura.

El siguiente paso es iniciar un estudio más amplio para recoger muestras de leche materna de 5 000 mujeres sanas a nivel mundial que se hayan quedado embarazadas con 40 años o más, o bien de cualquier edad que sean portadoras de mutaciones que aumentan su riesgo de padecer cáncer de mama (BRCA1, BRCA2, PALB2, RAD51C/D). El objetivo es corroborar si el cáncer de mama se puede detectar en una fase más temprana en la leche materna, incluso antes que mediante técnicas de imagen o analíticas de sangre.

Si los resultados son los esperados, Saura ha aventurado que se podría hacer un cribado a través de la leche materna a todas las mujeres después de dar a luz, al igual que se hace con los recién nacidos en la conocida como prueba del talón para detectar un grupo de enfermedades. ‘Pensamos que tendría utilidad, porque el cribado poblacional de cáncer de mama es a partir de los 50 años, mediante una mamografía, y esta nueva prueba se posicionaría en una población -más joven- en la que no estamos haciendo pruebas; y contra antes diagnostiquemos el cáncer, más posibilidad tenemos de curarlo’, ha subrayado.

Referencia

Saura S, Ortiz C, Matito J, Arenas JE, Suñol A, Martín A, et al.  Early-Stage Breast Cancer Detection in Breast Milk. Cancer Discov 2023; https://doi.org/10.1158/2159-8290.CD-22-1340

https://aacrjournals.org/cancerdiscovery/article/doi/10.1158/2159-8290.CD-22-1340/728651/Early-Stage-Breast-Cancer-Detection-in-Breast?searchresult=1

Fuente: (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

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