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El consumo de alcohol durante un vuelo, en combinación con la presión de la cabina, podría suponer un riesgo para la salud cardíaca de los pasajeros que duermen, sobre todo en los trayectos largos, ademas de afectar a la calidad del sueño, sugiere un estudio hecho en laboratorio.
La investigación que publica Thorax, del grupo British Medical Journal, y realizada por investigadores alemanes señala que esa combinación reduce el oxígeno en sangre y aumenta la frecuencia cardíaca, incluso en personas jóvenes y sanas.
Cuanto mayor es el consumo de alcohol, mayores pueden ser estos efectos, sobre todo entre los pasajeros de más edad y los que padecen enfermedades preexistentes, afirmaron los investigadores.
El estudio se realizó en laboratorio, en una cámara de altitud, que asemeja el ambiente en la cabina presurizada de un avión, y en un laboratorio del sueño.
Un ambiente simulado «difiere significativamente de un viaje normal, donde las expectativas y condiciones varían», según el investigador Esteban Ortiz, de la Universidad de las Américas (Ecuador), que no participó en la prueba, citado por Science Media Centre, una plataforma de recursos científicos para periodistas.
Para el estudio, se formaron dos grupos de entre 18 y 40 años. La mitad se asignó a un laboratorio del sueño en condiciones normales de presión atmosférica ambiente (nivel del mar) y la otra a una cámara de altitud que imitaba la presión de cabina a altitud de crucero (2 438 metros sobre el nivel del mar).
Doce personas de cada grupo durmieron durante 4 horas sin haber bebido alcohol y otras tantas habiendo bebido durante una noche, seguida de dos noches de recuperación y otra noche en la que se invirtió el proceso.
Los participantes bebieron una cantidad de vodka puro equivalente a dos latas de cerveza o dos copas de vino en vodka. El ciclo de sueño, la saturación y la frecuencia cardíaca se monitorizaron continuamente durante cuatro horas.
El análisis final incluyó los resultados de 23 personas en el laboratorio del sueño y 17 en la cámara de altitud.
La combinación de alcohol y presión de cabina simulada provocaba una caída de la saturación de oxígeno en sangre a una media de algo más del 85% (para la mayoría de personas el nivel normal es 95 % superior) y un aumento compensatorio de la frecuencia cardíaca a una media de casi 88 latidos por minuto durante el sueño.
Para los que durmieron en cámara de altitud pero sin beber alcohol la saturación media fue del 88 % y algo menos de 73 latidos. Los que permanecieron en el laboratorio del sueño registraron 95 % de saturación y un poco menos de 64 pulsaciones entre los que no habían bebido alcohol.
En cuanto al sueño, el de tipo más profundo se redujo a 46,5 minutos bajo la exposición combinada de alcohol y presión de cabina simulada. En el laboratorio del sueño esa fase duro 84 minutos para los que habían bebido y 67,5 minutos para los que no.
Los investigadores reconocen el pequeño tamaño de la muestra de su estudio y que los participantes eran jóvenes y sanos, por lo que no reflejan a la población general. Además el sueño se hizo decúbito supino, una postura que no es posible para quienes viajan en clase turista.
En todo caso, consideraron que, «en conjunto, estos resultados indican que, incluso en individuos jóvenes y sanos, la combinación de la ingesta de alcohol con dormir en condiciones hipobáricas supone una carga considerable para el sistema cardiaco y podría provocar una exacerbación de los síntomas en pacientes con enfermedades cardiacas o pulmonares».
En su comentario del estudio, Ortiz señaló que el alcohol se consumió tipo chupito, cuya ingesta puede ser más brusca que una copa de vino o una cerveza a lo largo de un vuelo, generalmente más prolongado, además, excluyó el factor de la alimentación, que puede influir considerablemente en los resultados.
04 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El acoso psicológico a docentes en el trabajo aumenta el consumo de alcohol, tabaco y medicamentos, según un estudio que concluye también el incremento de la necesidad de buscar apoyo en un especialista.
El trabajo ha sido desarrollado por personal de la Unidad de Investigación Psicosocial de la Conducta Organizacional (Unipsico) del Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento y del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universitat de València (UV), a partir de datos de más de 9 000 docentes de primaria y secundaria de la Comunitat Valenciana.
Además de un mayor consumo asociado al acoso, el estudio ha demostrado el incremento de la necesidad de buscar apoyo de especialistas para superar crisis personales vinculadas al trabajo por la exposición a conductas de acoso psicológico de manera repetida (al menos una vez por semana) y prolongada en el tiempo, durante seis meses o más, según explican las profesoras Begoña Espejo e Irene Checa.
Se concluye que como consecuencia de los problemas de salud psicológicos o psicosomáticos derivados de acoso psicológico en el trabajo, se incrementa la frecuencia del consumo de medicamentos para aliviarlos.
Estudios previos indican que el acoso psicológico en entornos laborales educativos tiene niveles de prevalencia que superan las tasas promedio y que los docentes son frecuentemente víctimas de acoso psicológico en el trabajo.
Sin embargo, Pedro R. Gil-Monte, director de Unipsico y catedrático de Psicología Social de la UV, señala que en España no existen estudios realizados con muestras grandes que investiguen las consecuencias del acoso psicológico sobre la salud en docentes de enseñanza no superior.
Esta violencia psicológica en el trabajo, además, conlleva un coste social para el sistema público de salud, por lo que Pedro Gil-LaOrden, miembro de Unipsico, recomienda realizar de manera periódica evaluaciones de riesgos psicosociales en el trabajo en el sector educativo, así como desarrollar y activar protocolos para prevenir la violencia psicológica en el trabajo.
El acoso psicológico en el trabajo es un riesgo psicosocial grave que implica la exposición a conductas de violencia psicológica intensa dirigidas hacia una o más personas, como ofender o excluir a las personas de la vida laboral, humillarlas, difundir deliberadamente información falsa, hacer comentarios insultantes, realizar conductas intimidatorias o tomar acciones que tengan efectos negativos sobre su trabajo.
Estas conductas tienen la intención de crear un entorno hostil o humillante que perturbe la vida laboral de la víctima y conllevan un riesgo para su salud.
El estudio se ha realizado con una muestra de 9 350 personas docentes no universitarias de diferentes niveles de la enseñanza pública de la provincia de Valencia (de la cual, el 70,67 % son mujeres).
La recogida de datos para este estudio, publicado en la revista Journal of Work and Organizational Psychology, se ha realizado con el apoyo del convenio de colaboración sin ánimo de lucro entre la Universitat de València y el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) de la Generalitat Valenciana.
30 mayo 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
may
24
Los efectos adictivos del fentanilo pueden estar controlados por dos vías neuronales diferentes en el cerebro, una que tiene que ver con la recompensa y la otra que promueve la búsqueda de alivio de los síntomas de la abstinencia, según un estudio con ratones.
Este avance podría ayudar al desarrollo de tratamientos para reducción de la adicción a ese opioide, un potente analgésico que está en el centro de las preocupaciones de salud pública en muchos países como Estados Unidos.
Una combinación de efectos eufóricos provocados por la liberación de dopamina (refuerzo positivo) y graves síntomas de abstinencia (refuerzo negativo) hace que la droga sea adictiva para alrededor de una cuarta parte de los consumidores, señala un estudio que publica hoy Nature.
Un equipo liderado por la Universidad de Ginebra investigó los efectos del fentanilo en el cerebro de ratones, a los que administraron esa droga e indujeron el síndrome de abstinencia para identificar las regiones cerebrales que se activan durante el refuerzo positivo y negativo.
Aunque se ha sugerido que los receptores mu opioides del cerebro están relacionados con este comportamiento, aún no se han definido con precisión los circuitos neuronales implicados.
Los investigadores vieron que el fentanilo inducía actividad en el área ventral del cerebro, la región donde se libera la dopamina. Además, la reducción de la actividad del receptor mu opioide en esa zona provocó una menor liberación de dopamina y menos signos de refuerzo positivo en los ratones.
Sin embargo, inhibir el receptor mu opioide no alteró los efectos de la abstinencia, lo que sugiere que puede haber otra vía implicada en la mediación del refuerzo negativo.
Los autores identificaron en la amígdala central, otra región del cerebro, neuronas que también expresaban receptores mu opioides y cuya actividad aumentaba durante el síndrome de abstinencia.
La desactivación de estos receptores eliminó los síntomas de abstinencia en ratones, lo que sugiere que tiene un papel en la mediación del refuerzo negativo del fentanilo.
Estos resultados podrían contribuir al desarrollo de intervenciones y medicamentos para reducir la adicción al fentanilo y ayudar a la recuperación, proponen los autores.
En un artículo que acompaña al estudio y lo comenta, Markus Heilig y Michele Petrella de la Universidad Linköping (Suecia) consideraron que estos hallazgos «representan un gran avance en la comprensión de cómo los opioides promueven la adicción».
Los autores del comentario recuerdan que en 2022, los opioides representaron alrededor de tres cuartas partes de las 108 000 muertes asociadas a sobredosis de drogas en Estados Unidos.
22 mayo 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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17
La ley para la internación compulsiva de drogadictos en situación de calle, aprobada en la Cámara de Diputados, tiene hoy el rechazo de la Sociedad Uruguaya de Psiquiatría.
El plenario de diputados recabó el martes 74 votos a favor y nueve en contra, en una votación en la que el Frente Amplio dividió sus sufragios.
La normativa comprende el previo consentimiento de la persona que será sometida a internamiento para tratar su adicción y el aval de un médico general y no de un psiquiatra, como plantea la Sociedad de esa especialidad.
El presidente de la asociación, Artigas Pouy, dijo que «no debería haber una internación compulsiva que no sea manejada con criterios técnicos para cada situación en particular».
«No puede haber una ley decretando internación compulsiva, en todo caso sí debería haber una ley brindando herramientas, que ya la hay», afirmó a la prensa.
Argumentó que el diagnóstico sobre problemas de droga o salud mental «no puede establecerse mediante decretos, leyes y reglamentos».
Consideró que la internación compulsiva «lo que busca es el encierro y después no se habla más nada», lo cual complica la situación ya difícil de las emergencias psiquiátricas y de los refugios con limitaciones.
En julio de 2022 la iniciativa había sido votada por los diputados solo con el apoyo de las bancadas de la coalición de gobierno.
En el Senado el proyecto tuvo algunos cambios y en mayo de 2023 recibió luz verde solo con los votos del oficialismo.
Ahora fue finalmente aprobado en la cámara baja y en su articulado quedaron fuera los objetivos de «rehabilitación y reinserción social» como mencionaba el primer artículo de la propuesta original.
Lo básico de la normativa es la desintoxicación y los pacientes «con consumo problemático» podrán hacer uso de tratamiento establecido por el Ministerio de Salud Pública, según la institución.
16 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Científicos describieron este descubrimiento que en el futuro podrá hacer posible el desarrollo de tratamientos contra distintas enfermedades en la revista Nature Neuroscience. Read more
feb
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La ayahuasca es un té con efectos psicodélicos cuyas raíces se remontan a cientos de años, al uso ceremonial de los grupos indígenas de la región amazónica. Es usada ampliamente en Sudamérica, donde es legal en varios países, incluyendo Perú y Brasil, pero en Estados Unidos sigue siendo ilegal debido a que la infusión contiene el compuesto químico N, N-dimetiltriptamina (DMT). Read more