Imagen: Archivo.La adolescencia es un periodo de intensos cambios, físicos, psicológicos, emocionales y sociales. La Organización Mundial de la Salud la ubica entre los 10 y los 19 años, mientras que la juventud hasta los 24 años. Varios profesionales, así como la Asociación Americana de Pediatría, consideran que este periodo se alarga hasta los 21 años.

Aproximadamente un 30 % de los niños y de los adolescentes padecerán alguna alteración relacionada con el sueño a lo largo de su desarrollo, tal y como asegura en una entrevista la pediatra especialista en Medicina de la Adolescencia, y miembro de la Sociedad Española de la Medicina de la Adolescencia (SEMA) Inés Hidalgo.

Así, dice que el sueño del adolescente se caracteriza por un retraso biológico en el inicio y en la finalización de la secreción nocturna de melatonina (ritmo circadiano): «En estos, además, el acúmulo de la presión de sueño a lo largo del día se produce de una manera más lenta. Por ello, el nivel de somnolencia a última hora del día es menor y, con ello, se retrasa el inicio del sueño».

Otros factores que dificultan que el adolescente cubra sus necesidades biológicas de sueño son, tal y como apunta: la irregularidad de los horarios los fines de semana (acostarse más tarde y alargar el sueño por las mañanas los fines de semana); junto con el uso a última hora del día de la tecnología (supresión de la secreción de melatonina por la luz de los dispositivos).

«También los horarios escolares tienen una gran influencia en el sueño del adolescente. Se ha visto que cada 10 minutos de retraso en el horario de inicio escolar se corresponde a un incremento de la posibilidad de dormir más, y a una disminución de la sensación de cansancio durante el horario escolar», argumenta.

En el sueño del adolescente también influyen otros aspectos como trabajar tras el instituto, la socialización, la participación en deportes, las actividades extraescolares, junto con la falta de control paterno y el saltarse las reglas para dormir bien (higiene del sueño), manifiesta esta doctora de atención primaria.

CUÁNTAS HORAS DEBE DORMIR UN ADOLESCENTE

Con ello, recuerda que la duración ideal del sueño es la que nos permite realizar una actividad diaria con normalidad; insiste en que cada persona tiene unas necesidades específicas; de manera que la duración del sueño varía en función de la edad, del estado de salud de la persona, pero también del estado emocional, e incluso de la geografía de la persona.

«Las necesidades diareias de sueño de los adolescentes según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos (NFS, por sus siglas en inglés) oscilan desde las 11 horas (percentil 97) a las 7 horas (percentil 3); siendo el valor del percentil 50 de 7 a 9 horas diarias», precisa.

También cree Hidalgo que hay que considerar el ‘cronotipo de sueño’, que es la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día; siendo distinto en cada persona.

«Dormir un número adecuado de horas, de forma regular, se asocia lógicamente con mejores resultados en salud: mejor atención, conducta, aprendizaje, memoria, regulación de las emociones, calidad de vida, salud física y mental. Mientras, un déficit crónico de sueño puede provocar muchos problemas: accidentes de tráfico y de todo tipo, somnolencia diurna patológica, hiperactividad, inatención, fracaso escolar, alteración del comportamiento, depresión, alteraciones en la esfera endocrina como obesidad, o diabetes, así como hipertensión, aumento del riesgo cardiovascular y alteraciones inmunológicas entre otras», detalla esta experta.

COMO SABER SI HAY UN PROBLEMA DEL SUEÑO

Con ello, preguntamos a esta pediatra y miembro de la Sociedad Española de la Medicina de la Adolescencia cómo pueden saber los padres si sus hijos cuentan o no con un problema de sueño, recordando que estos se consideran cuando se dan «patrones insatisfactorios para los padres, el chico o el pediatra y pueden estar relacionados con el bienestar del paciente o de la familia»; mientras que un trastorno en sí del sueño se define como «una alteración real, no una variación, de una función fisiológica que controla el sueño y opera durante el mismo».

De forma práctica, esta doctora clasifica los problemas del sueño, por ejemplo, en pacientes a los que les cuesta dormirse (insomnio por higiene del sueño inadecuada, insomnio conductual, síndrome de retraso de fase (SRF), o síndrome de piernas inquietas (SPI).

Dice que, entre otros, también puede haber un problema con el sueño del adolescente si el paciente se duerme durante el día, y esto podría darse por una privación crónica del sueño por diferentes causas (dormir pocas horas, uso de estimulantes, uso de drogas, fármacos, nuevas tecnologías de información y comunicación y enfermedad psiquiátrica entre otras); aunque también se incluyen la narcolepsia, o la hipersomnia idiopática, entre otros.

«Para saber si hay un problema del sueño, el profesional realizará una adecuada historia clínica, una exploración física completa, y la agenda de sueño. Posteriormente, puede ayudarse de diferentes cuestionarios y de pruebas diagnósticas según el caso», concreta la doctora Hidalgo.

A su vez, recuerda que en los adolescentes es habitual que haya periodos en los que necesiten más horas de sueño: «Si, como hemos comentado los fines de semana los adolescentes duermen más para recuperar el déficit de sueño que van acumulando a lo largo de la semana por las circunstancias comentadas (pantallas, o horarios, por ejemplo), e incluso las salidas del fin de semana. Igualmente, esto se diferencia con una adecuada historia clínica, con una exploración física completa y con la agenda de sueño. Posteriormente, el profesional puede ayudarse de diferentes cuestionarios, y de pruebas diagnósticas».

EL CASO DE LA HIPERSOMNIA

Le preguntamos concretamente a esta pediatra por los casos de hipersomnia en el adolescente, fruto de ese déficit crónico de sueño, o Somnolencia Diurna Excesiva (SDE), y que se refiere a periodos de tiempo prolongados sin dormir, y por el que el adolescente se va durmiendo en el colegio, por ejemplo, o es hiperactivo e incapaz de sentarse en clase. Y es que el problema que hay hoy día con la hipersomnia en adolescentes es que ésta no suele descubrirse hasta que no se manifiesta en el rendimiento escolar del menor, y en que su vida diaria se ve alterada, por lo que su diagnóstico precoz es clave.

«En un estudio en 2008 de Pin y cols. realizado en 750 adolescentes entre 13-14 años, se observó que el 52,8 % presentaba SDE, cifra como vemos muy elevada. En la SDE intervienen muchos factores: problemas psiquiátricos o médicos, uso de medicamentos como metilfenidato, antihistamínicos, déficit de sueño, sueño fragmentado por luz, ruido, dolor, las nuevas tecnologías, una mala higiene del sueño y trastornos primarios del sueño (SRF, SPI)», relata la miembro de SEMA.

CÓMO SOSPECHAR DE HIPERSOMNIA

Con todo ello, preguntamos a esta pediatra por los principales signos de hipersomnia o déficit crónico de sueño, que tal y como apunta se manifiesta por: despertar matutino difícil; dormir el fin de semana dos horas más de lo habitual; somnolencia en horario escolar o siestas durante el día; alteraciones del ánimo, o del comportamiento durante el día, que mejoran cuando el paciente duerme más tiempo.

«Un déficit crónico de sueño se acompaña de alteraciones cognitivas, del aprendizaje, alteraciones emocionales con irritabilidad, psicológicas y físicas, afectando de forma muy importante a la calidad de vida del paciente y a su entorno. La expresión clínica de la SDE puede variar según la edad, así en los niños pequeños puede haber una necesidad de siestas o de hiperactividad paradójica, déficit de atención con problemas de aprendizaje y desarrollo; mientras que en adolescentes la clínica es similar al adulto con somnolencia, déficit cognitivo e irritabilidad, así como afectación del rendimiento escolar», agrega.

PUEDEN AFECTAR AL DESARROLLO DEL PACIENTE

Con todo ello, esta experta señala que los trastornos del sueño constituyen un problema de salud pública ya que, si no se tratan adecuadamente, afectarán al desarrollo del paciente, aparte de que pueden evolucionar a la edad adulta, a la vez que indica que su presencia puede exacerbar otros problemas que el paciente tenga de base.

Los problemas del sueño en la adolescencia pueden condicionar la salud en etapas posteriores, de manera que un tercio de los adolescentes que presentan problemas del sueño a los 16 años los tienen aún a los 23 años; mientras que un 10 %, a los 42 años. «Así pues, mejorar el sueño del adolescente es mejorar el sueño y la calidad de vida no sólo en la adolescencia, sino en las etapas posteriores de la vidad», avanza esta experta.

No obstante, considera que, en general los trastornos del sueño están infravalorados tanto por los pacientes, como por sus familias, y a veces por los propios profesionales. «Debemos tener en cuenta que estos problemas pueden prevenirse y tratarse. La reducción del déficit de sueño es posible mediante la educación y la difusión del conocimiento», insiste la miembro de SEMA.

En este sentido, recuerda que el estudio SHASTU (Sleep Habits in Students Performance, financiado por la UE dentro del programa Erasmus plus) refleja que el porcentaje de alumnos que superan la línea de corte de una mala calidad de sueño pasaba del 22,5 % al 12,3 % tras establecer durante dos años unos correctos hábitos e higiene del sueño dentro del programa formativo de los centros educativos.

CONSEJOS PARA QUE UN ADOLESCENTE DUERMA MEJOR

En última instancia, las medidas importantes para la higiene del sueño en el adolescente son, tal y como enumera:

-Mantener un horario regular al acostarse y despertarse, incluso el fin de semana.

-Crear un ambiente adecuado para dormir en cuanto a luz, temperatura, y ruido.

-Respetar el ciclo luz-oscuridad, la exposición a luz intensa por la mañana ayuda a adelantar la fase de sueño; debemos evitar el uso de gafas de sol en esas primeras horas; del mismo modo, el sueño debe conciliarse en un ambiente oscuro, pues la luz interfiere negativamente en la síntesis de melatonina.

-Ir al centro docente andando, o en bicicleta, por ejemplo.

-Evitar las siestas; pero si las precisa que sean cortas, de unos 10 minutos, al menos, seis horas antes de la hora previa de acostarse.

-No se aconseja el uso de tecnología una hora antes de acostarse y su dormitorio debe estar libre de tecnología.

-El ejercicio físico moderado intenso deberá practicarse, a ser posible, por la mañana o al inicio de la tarde, evitando hacerlo en las dos horas previas al sueño.

-Evitar cenar después de las 9 o las 9 y 30 de la noche.

-Evitar el consumo de alimentos/bebidas excitantes (chocolates, refrescos) y otras sustancias con efectos nocivos para la salud (tabaco, alcohol, drogas).

-Se debe usar la cama solo para dormir, y levantarse de ella si no puede conciliar el sueño (control de estímulo), restringiendo el tiempo en la cama al tiempo real de sueño (restricción de sueño).

-Uso de técnicas de relajación y estrategias cognitivo-conductuales para reducir la ansiedad.

-Los padres deberán ser entrenados en el reconocimiento del déficit de sueño: irritabilidad, difícil despertar, recuperación durante el fin de semana; además, deberán favorecer el ambiente propicio al sueño al final de la tarde y dar ejemplo con unas adecuadas medidas de higiene del sueño.

19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia

abril 22, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Calidad del sueño, Pediatría, Psicología | Etiquetas: , , , |

sueño saludable 1Expertos de China subrayaron la importancia de regular el descanso, el trabajo y las actividades físicas a propósito del Día Mundial del Sueño. Con actividades culturales y de concientización, el gigante asiático celebró una jornada dedicada a recordar las enfermedades asociadas con este momento del día. Lu Lin, académico de la Academia China de Ciencias y presidente del Sexto Hospital de la Universidad de Beijing, señaló que los problemas de sueño aumentan el riesgo de padecimientos cardiovasculares, cerebrovasculares, neuropsiquiátricos, del sistema endocrino, entre otros.

Por su parte, Ou Qiong, director ejecutivo de la Asociación China de Investigación del Sueño, dijo que dormir bien ayuda a reparar y regenerar varios sistemas del cuerpo y mejorar la función del sistema inmunológico. Sobre este particular, aconsejó reducir la cafeína, los cigarrillos y evitar el uso de productos electrónicos antes de acostarse.

Para los problemas de sueño causados por el estrés, los expertos sugirieron ejercicios de meditación, yoga y otros métodos. Xiao Yi, médico jefe del Departamento de Medicina Respiratoria y de Cuidados Críticos del Hospital de la Facultad de Medicina de la Unión de Beijing, alertó que la apnea obstructiva del sueño puede provocar hipoxia intermitente y alteración de las estructuras del sueño.

Lo anterior a su vez conduce a fatiga diurna, somnolencia y posiblemente hipertensión, diabetes, enfermedad coronaria, entre otros, por lo que aconsejó asistir al centro de salud si se tienen estos síntomas. Según el ‘Libro Blanco 2024 sobre la salud del sueño de los residentes chinos’, publicado recientemente por la Asociación China de Investigación del Sueño, solo el 29 por ciento de los encuestados duermen antes de las 23:00 horas, mientras que el 47 por ciento lo hace después de la medianoche.

De acuerdo con el plan de acción ‘China Saludable (2019-2030)’ las personas adultas deben dedicar entre siete y ocho horas como promedio al sueño diario. El gigante asiático celebra desde 2003 el Día Mundial del Sueño, aunque en otros países esta jornada se realiza el 15 de marzo.
Beijing, 21 marzo 2024|Fuente: Prensa Latina| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

sue;oLa Asociación Mundial de Medicina del Sueño y otras organizaciones relacionadas con este tema celebran hoy el Día Mundial del Sueño para que las personas tomen conciencia acerca de su importancia en la salud física y mental. La efeméride fue creada a iniciativa de proveedores y miembros de la comunidad médica vinculados con esta área de investigación y medicina a fin de prevenir y manejar los trastornos del sueño, así como divulgar los beneficios para la salud y el bienestar personal. De acuerdo a los últimos estudios realizados, se llegó a la conclusión de que nuestra vida mejoraría notablemente si dedicáramos el tiempo suficiente a tener un sueño de calidad.

Se estima que una persona adulta requiere entre siete y ocho horas de sueño, para restaurar las funciones del organismo. La falta de sueño trae como consecuencia daños irreparables a la salud y la calidad de vida de las personas, afectando a un alto porcentaje de la población a nivel mundial. Algunos de los principales trastornos son la apnea del sueño, que son patrones anormales en la respiración durante la etapa de sueño, interrumpiendo el llamado sueño profundo.

También, el insomnio o dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, la narcolepsia (somnolencia extrema o trastorno crónico del sueño durante el día). Asimismo, el síndrome de las piernas inquietas o enfermedad de Willis-Ekbom (impulso de movilizar las piernas al tratar de dormir, así como sensaciones de hormigueo, ardor y comezón).

Los trastornos del sueño pueden provocar a la larga enfermedades degenerativas y si no podemos disfrutar de un sueño de calidad es probable que el cuerpo comience a experimentar una serie de cambios y alteraciones, como los problemas en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico, que conllevarán a otras complicaciones más graves.

Algunos efectos y consecuencias son los cambios de humor, el incremento de los niveles de azúcar (diabetes) y el aumento de la presión arterial e inflamación, que pueden generar enfermedades del corazón. Igualmente, la obesidad, la debilidad del sistema inmunitario, la ansiedad y la depresión.

Washington, 15 marzo 2024 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

déficit de sueñoDormir menos de seis horas y media al día puede generar, a largo plazo, una afectación en el sistema inmunológico y el desarrollo de determinados cánceres (como los hematológicos), hipertensión y diabetes, pero también hay evidencia científica de que reduce la efectividad de las vacunas hasta un 20 %. Con motivo del día mundial del sueño, el próximo 15 de marzo, el presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), Carlos Egea, ha explicado que esta merma en la efectividad se ha confirmado durante la covid, pero se puede extrapolar a las vacunas de manera general y en distintos perfiles.

Con estos datos y esa evidencia científica, Egea ha subrayado la necesidad de quitar al sueño el estigma de que es ‘tiempo perdido’, y para ello, ha dicho, es fundamental involucrar a la administración sanitaria en la promoción de la calidad del sueño y situar a estos trastornos en el debate público. Para impulsar todo esto, Egea, en nombre de la Alianza del Sueño,comparecerá este jueves en la Comisión de Sanidad del Congreso donde reivindicará un plan nacional de calidad y cuidado del sueño, en línea con el de salud mental. ‘El cuidado de la salud mental implica también cuidar el sueño’, ha señalado este experto que ha pedido que la alianza participe en la subcomisión de salud mental del Congreso de los Diputados, donde también se entregarán las firmas de la campaña ‘’España Tiene Sueño”. Egea ha reclamado la creación de un área de capacitación específica para la medicina del sueño que dé respuesta a este creciente problema de salud pública. No dormir puede acortar la vida hasta 2,5 años Este neumólogo ha insistido en que el sueño determina ‘lo que somos y lo que vamos a ser’ por lo que dormir menos de siete horas aumenta la probabilidad de tener enfermedades cardiovasculares, el riesgo de ictus e infarto, y ha precisado que el consumo continuado de fármacos para el insomnio (benzodiacepinas) conduce al deterioro cognitivo y puede disminuir la esperanza vida hasta 2,5 años.

Egea ha avanzado que la Alianza por el Sueño (que agrupa sociedades médicas, asociaciones de pacientes y empresas) lanzará próximamente una campaña dirigida a los adolescentes, una de las franjas más afectadas por la falta de sueño, para que sean conscientes de que dormir suficientes horas repercute favorablemente en su rendimiento. También en la rueda de prensa, la neurofisióloga clínica y coordinadora de la Sociedad Española de Sueño (SES), Ana Teijeira, ha considerado que la media de sueño que necesita un adulto es ocho horas, tiempo suficiente para no generar problemas a largo plazo si bien ha recalcado que no es importante ‘solo la cantidad, también la calidad’ ya que abunda mucho el sueño fragmentado. Este año, el día mundial se celebra bajo el lema ‘Equidad en el sueño para la salud global’ que quiere decir que todas las poblaciones deben de tener las mismas oportunidades para tener un sueño de calidad y cantidad, independientemente de la edad, la raza, la etnia, las condiciones socioeconómicas o la localización geográfica.

Dormir favorece la maduración cerebral en los primeros años de vida, la eliminación de tóxicos en el cerebro y la consolidación de la memoria, pero también tiene interrelación con el sistema hormonal, el inmune y el cardiovascular y ‘para que todo funcione bien, hay que dormir bien’.

Teijeira ha reconocido que no dormir genera somnolencia y, a corto plazo, puede provocar accidentes laborales o de tráfico y a largo, el desarrollo de enfermedades graves y eventos cerebrovasculares por lo que el sueño debe plantearse como ‘una prioridad’.

Según Teijeira, el cambio climático tiene un impacto en la calidad del sueño a nivel poblacional y dormir por encima de los 29 ó 30 grados provoca serias disrupciones. El 30 % de la población española se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador y finaliza el día muy cansado, un 14 % tiene insomnio crónico y el 10 % algún trastorno vinculado a no dormir.

13 marzo 2024 | Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

sueño saludable 1Madrugador o noctámbulo, todo el mundo aprecia una buena noche de sueño. Pero a pesar de las mejores intenciones, el sueño de calidad puede eludirnos, a veces hasta el punto en que puede contribuir a graves problemas de salud.

Un estudio pionero en el mundo de la Universidad de Australia del Sur muestra que dormir bien por la noche está relacionado con la forma en que estructura su día, con el ejercicio en el centro de la calidad del sueño.  El estudio examinó diferentes componentes del uso del tiempo y diferentes aspectos del sueño entre 1168 niños (edad promedio de 12 años) y 1360 adultos (sus padres, edad promedio de 44 años, principalmente madres) el estudio encontró que los niños y adultos con niveles más altos de actividad física moderada a vigorosa tenían menos problemas de sueño, menos cansancio y mejor calidad de sueño.

Las pautas australianas indican que la mayoría de los adultos necesitan alrededor de ocho horas de sueño por noche, mientras que los niños y adolescentes requieren de 8 a 11 horas.

La Dra. Lisa Matricciani, investigadora de la Universidad de Australia del Sur, enfatiza que comprender los factores que afectan la calidad del sueño es vital para la buena salud y el bienestar. A pesar de lo que sabemos sobre el sueño, muchas personas todavía luchan por lograr una buena noche de sueño, según el Dr. Matricciani.

Cuando las personas piensan en la calidad del sueño, tienden a centrarse en los ajustes inmediatamente antes de acostarse, por ejemplo, evitar las pantallas, no comer demasiado y evitar el alcohol, pero nuestra investigación mira más allá de esto a la gama de actividades que realizamos durante el día.

Lo que encontramos es que nuestras actividades diurnas están vinculadas a diferentes aspectos de nuestro sueño, desde la calidad del sueño, la eficiencia del sueño (cuánto tiempos pasas en la cama cuando realmente estás dormido) y la cantidad total de sueño que tenemos, hasta los niveles de cansancio durante el día y cuándo elegimos irnos a la cama.

A veces, las actividades que elegimos pueden desplazar directamente el sueño, piense en los niños que juegan videojuegos hasta altas horas de la noche, pero otras veces, es la forma en que pasamos nuestras horas diurnas.

En este estudio creamos diferentes simulaciones para ver cómo los aspectos de extensión y restricción del tiempo se relacionaban con diferentes aspectos del sueño.

Descubrimos que, si los niños y los adultos aumentaban la actividad física de moderada a vigorosa, se sentirían menos cansados, tendrían menos problemas de sueño y un sueño de mejor calidad.

Curiosamente, el simple hecho de dedicar más tiempo al sueño predijo un sueño más inquieto.

Todo el mundo quiere dormir bien por la noche. Si se trata simplemente de ser más activo durante el día, entonces puede ser un objetivo relativamente alcanzable para la mayoría de nosotros».

Ver artículo: Matricciani L, Dumuid D, Stanford T, Maher C, Bennett P, Bobrovskaya L, et al. Time use and dimensions of healthy sleep: A cross-sectional study of Australian children and adults. The Lancet Healthy Longevity [Internet].2024[citado 03 mar 2024]. https://doi.org/10.1016/j.sleh.2023.10.012

29 febrero 2024| Fuente: EureKalert| Tomado de | Comunicado de prensa

ParejaDormir en pareja supone compartir intimidad, zona de descanso y horarios de sueño por lo que puede condicionar la calidad de vida de la pareja y, del mismo modo, la pareja puede influir en el sueño. Según demuestran distintos estudios científicos, revisados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo del Día de San Valentín. ‘Se han encontrado diversas evidencias científicas de que el cronotipo, o lo que es lo mismo, la inclinación biológica a dormir y estar despierto en ciertos horarios y alerta en otros, puede determinar encontrar pareja’, señala la coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la doctora Ana Fernández Arcos. Así, explica que ‘dos personas con cronotipos extremadamente opuestos, que son muy matutinas o vespertinas difícilmente convergirán debido a la escasa coincidencia en su tiempo libre en lugares comunes’.

También se ha visto que en las parejas con preferencias horarias distintas puede haber dificultades en la convivencia por querer adaptarse, siendo complicado si uno de ellos debe forzar los horarios de sueño afectando al descanso. Y, en esos casos, pueden darse problemas de sueño y de funcionamiento de la pareja. Por el contrario, se encuentran y son más afines las parejas con un cronotipo similar debido a que será más fácil que tengan intereses y aficiones comunes.

Algunos estudios han observado una mejor calidad de sueño cuando las personas duermen juntas, a pesar de que puedan darse más despertares, con un tiempo total de sueño menor. Se ha detectado un beneficio para la arquitectura de sueño, con un incremento del 10 por ciento en la duración de la fase de sueño REM.

Dormir en pareja también parece favorecer el vínculo, la intimidad y el sentido de seguridad y protección. Además, implica hábitos y rutinas compartidas, por lo que algunos estudios apuntan a que podría tener un efecto protector en el desarrollo y mantenimiento del insomnio en parejas que mantienen rutinas saludables porque, del mismo modo que las parejas que cuidan la dieta o se animan a abandonar el tabaquismo, el hecho de que las personas cuiden de su descanso también puede ayudar a que la pareja lo haga. ‘Por el contrario, las parejas que duermen juntas durante años y deciden separarse de cama o incluso de habitación presentan un cambio importante de su ritual de ir a dormir que puede ser en cierta manera disruptor.

Es cierto que dormir juntos implica una expectativa social de un comportamiento de pareja o matrimonio considerado adecuado, pero dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada, sino que debe surgir tras tener un diálogo acerca de cómo mejorar de forma individual el sueño y para tener una relación más satisfactoria, comenta la vocal del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la doctora Celia García Malo.

La doctora Malo asegura que ‘aún hay muchas variables a tener en cuenta en cuanto a dormir en pareja’ ya que la mayoría de los estudios se han hecho con parejas heterosexuales, ‘por lo que deberían estudiarse las diferencias entre hombres y mujeres y orientación sexual y género’.

Está ampliamente estudiado que cuando un miembro de la pareja sufre un trastorno de sueño, puede complicar el descanso de la otra persona. Por ejemplo, los compañeros de cama de personas con ronquidos o apneas obstructivas del sueño pueden presentar dificultades para conciliar el sueño y molestias diurnas como cefalea o somnolencia.

Se ha observado que el hecho de estar en una relación y que la pareja le apoye puede ser un punto clave para aceptar que se sufre algún tipo de trastorno del sueño y estos pacientes suelen adaptarse mejor al tratamiento.

Los compañeros de cama pueden ser fundamentales en la identificación de los trastornos de sueño no percibidos por el propio paciente y también están relacionados con el éxito del tratamiento, ya que de él también dependerá su propio descanso’, comenta la doctora Celia García Malo. Los estudios realizados parecen apuntar a que dormir en pareja aporta beneficios emocionales, aunque puede resultar complicado en situaciones de diferentes cronotipos o en presencia de trastornos de sueño.

A pesar de que los problemas del sueño hayan sido normalizados o culturalmente aceptados, mejorar el descanso tiene que ser una prioridad para todos porque el sueño es esencial para la salud, tanto para la persona que sufre un trastorno, como para su compañero de cama. Por ejemplo, tratar las apneas con CPAP supone una gran mejora del descanso tanto para el paciente como para su compañero.

Cualquier persona que no consiga tener un sueño reparador o sospeche de algún problema en su sueño, tanto suyo como de su pareja, debería consultar con su médico’, concluyen las expertas.

Por último, la SEN recuerda que dormir en pareja también implica adaptar el ambiente más adecuado para el descanso, entre lo que se incluye la elección de la ropa de la cama, la temperatura o las condiciones de oscuridad del dormitorio. Es recomendable que el ambiente sea más bien fresco y mantener oscuridad, favoreciendo el silencio en esa zona de la casa.

13 de febrero 2024| Fuente: Europa Press| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

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