sindrome posterior1Revisión de las manifestaciones físicas, psicológicas y/o cognitivas que se desarrollan después de una internación por una enfermedad crítica.

Aspectos destacados

El síndrome post cuidado intensivos (PICS, por sus siglas en inglés) afecta hasta al 80 % de los pacientes que sobreviven a la UCI.

Los intensivistas deben intentar minimizar los factores de riesgo modificables comunes para el desarrollo de PICS. Estos incluyen dosis acumuladas más altas de fármacos sedantes, inmovilidad, delirio, trastornos del sueño e hiperglucemia.

El impacto social y financiero de PICS puede ser sustancial; hasta el 50 % de los pacientes que sobreviven a la UCI dependen del apoyo de cuidados familiares y hasta el 40 % de los pacientes que trabajaban anteriormente y que sobreviven a la UCI no pueden volver a trabajar un año después del alta.

PREGUNTA CLÍNICA

Una mujer de 56 años con antecedentes de diabetes y obesidad ingresó en la UCI por neumonía. Su hospitalización se complicó por síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), shock, insuficiencia renal aguda y bacteriemia asociada a la vía central. Requirió ventilación mecánica durante 7 días, vasopresores durante 5 días y terapia de reemplazo renal continua durante 4 días. Se observó que tenía delirium severo y agitación mientras estaba intubada y requirió sedación profunda en múltiples ocasiones. También demostró debilidad y problemas de movilidad y fue dada de alta a un centro de rehabilitación. Actualmente se encuentra en seguimiento post-UCI 1 mes después del alta. Su familia refiere problemas con su memoria. Obtiene una puntuación de 14/30 en la Evaluación cognitiva de Montreal, lo que corresponde a un deterioro cognitivo moderado.

¿Cuál de las siguientes condiciones está más asociada con el desarrollo de deterioro cognitivo a largo plazo?

A: shock   B: delirio    C: insuficiencia renal aguda   D: bacteriemia (Ver Respuesta/Razones al final del artículo)

Introducción

El síndrome post cuidados intensivos (PICS, por sus siglas en inglés) ha sido reconocido durante más de 1 década y se define como un deterioro nuevo o que empeora de la salud física, psicológica o cognitiva, o una combinación de los mismos, después de una enfermedad crítica.

En el momento del alta hospitalaria, hasta el 80 % de los pacientes que sobreviven a la UCI tendrán síntomas de PICS

El objetivo de la presente revisión es describir las manifestaciones clínicas de PICS y su impacto en los pacientes, las familias y los sistemas de atención médica. También los autores discuten la relación entre PICS y los determinantes sociales de la salud y esbozando un marco para la evaluación y gestión.

Presentación clínica de PICS

El PICS puede incluir deficiencias en la cognición, la salud mental, la función física o una combinación de los mismos después de una enfermedad crítica (Figura 1A).

Dominio cognitivo

Los sobrevivientes de enfermedades críticas son susceptibles a la disfunción cognitiva independientemente de las condiciones preexistentes, comorbilidades y edad. Los déficits cognitivos pueden ser tanto persistentes, con un tercio de los pacientes que sobreviven a la UCI que presentan déficits 1 año después de la hospitalización, como graves, lo que refleja el grado de deterioro observado en la lesión cerebral traumática moderada y la demencia de Alzheimer.

Las manifestaciones clínicas pueden incluir una disminución de la memoria, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento mental, la atención o la concentración, todo lo cual en conjunto puede impedir que las personas participen en el tipo de comportamiento intencionado y dirigido a un objetivo necesario para llevar a cabo las actividades de la vida diaria y regresar a su estado funcional premórbido.

Entre los factores de riesgo potencialmente modificables, el delirium ha sido el más estudiado. Incluso después de ajustar por edad, educación, función cognitiva preexistente, gravedad de la enfermedad y exposición a fármacos sedantes, la duración del delirium es un predictor independiente de deterioro cognitivo a largo plazo (Figura 1B).

Dominio psicológico

La morbilidad psiquiátrica después de una enfermedad crítica es común. La ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) se reportan en el 62%, 36% y 39% de los pacientes, respectivamente, con un alto grado de concurrencia de síntomas entre estas tres condiciones.

Los pacientes que sobreviven a la UCI también tienen un mayor riesgo de conductas suicidas y autolesivas en comparación con los sobrevivientes del hospital que nunca requirieron ingreso en la UCI.

Además, los trastornos del sueño son comunes después de una estadía en la UCI y ocurren en hasta el 57 % de los pacientes 6 meses después del alta hospitalaria y a menudo se asocian con un deterioro psicológico continuo.

Los factores de riesgo de secuelas psicológicas incluyen edad más joven, diagnósticos previos de salud mental y necesidad de ventilación mecánica. Los trastornos del sueño preexistentes y en el hospital se asocian con un mayor riesgo de trastornos del sueño posmórbidos (Figura 1B).

> Dominio físico

Hasta el 80% de los pacientes que sobreviven a la UCI experimentan una nueva disfunción física en el momento del alta. Los tipos de deficiencias físicas varían y pueden incluir debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW), alteración de la función pulmonar y caquexia.

La debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW), definida como una disfunción neuromuscular sin una causa plausible que no sea una enfermedad crítica y sus tratamientos, a menudo es el resultado de una miopatía de una enfermedad crítica, una polineuropatía de una enfermedad crítica o una combinación de ambas. Este grupo de trastornos está presente en casi la mitad de los pacientes que sobreviven a la UCI y puede manifestarse de diversas formas, que incluyen poca movilidad, debilidad, contracturas y reducción de la tolerancia al ejercicio.

Entre los factores de riesgo potencialmente modificables, los usos de bloqueantes neuromusculares y los corticosteroides históricamente han estado implicados en el desarrollo de la miopatía por enfermedad crítica, particularmente cuando se usan en combinación. Sin embargo, los datos anteriores sugieren que el uso a corto plazo de estos medicamentos puede ser seguro.

Discapacidad, uso de la atención médica y mortalidad

Las secuelas colectivas de la enfermedad crítica pueden conducir en última instancia a la fragilidad, la discapacidad y la reducción de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Se observa fragilidad nueva o que empeora en el 40% de los pacientes que sobreviven a la UCI 12 meses después del alta hospitalaria. En consecuencia, se detecta al menos una discapacidad parcial en el 20% de las personas previamente independientes un año después del alta con puntajes bajos predominantemente atribuidos a una función física reducida.

Los patrones de uso de la atención médica también pueden cambiar después de una enfermedad crítica, con un mayor riesgo de rehospitalización que puede durar años. Más de la mitad de los pacientes son readmitidos después del alta hospitalaria, y en el año posterior a la enfermedad crítica, los sobrevivientes muestran un aumento en las visitas ambulatorias, las visitas al servicio de urgencias y las hospitalizaciones en comparación con el año anterior

Finalmente, el riesgo de muerte sigue siendo elevado incluso después de que los pacientes hayan sobrevivido a una enfermedad crítica, con tasas de mortalidad a 1 año de hasta el 21 %. Este riesgo es especialmente notable en los pacientes que sobreviven a la UCI que recibieron ventilación mecánica, cuya mortalidad al año puede superar el 40%.

Familia y síndrome post cuidados intensivos (PICS)

El impacto de sobrevivir en la UCI puede extenderse más allá del paciente individual.

Entre el 25 % y el 50 % de los pacientes que sobreviven a la UCI requieren apoyo familiar a largo plazo que puede parecerse a la carga de cuidado que se observa en otras enfermedades crónicas. A su vez, los cuidadores pueden experimentar nuevos síntomas psicológicos, denominados colectivamente síndrome post cuidados intensivos posteriores de la familia. La prevalencia es muy variable, oscilando entre el 6 % y el 69 % en los primeros 6 meses y puede durar años- Los impedimentos más comunes incluyen ansiedad (73%), depresión (50%), duelo complicado (52%) y TEPT (56%).

Estos síntomas generalmente disminuyen con el tiempo, pero pueden persistir en aproximadamente un tercio de las personas a los 6 meses, con una baja CVRS asociada y angustia psicológica informada durante años a partir de entonces. Los factores de riesgo para el desarrollo de la familia PICS en general se pueden clasificar en características relacionadas con el paciente, el cuidador y el entorno (Figura 2). oxicidad financiera

Los pacientes que sobreviven a la UCI pueden experimentar una toxicidad financiera significativa. Menos de la mitad de los previamente empleados que sobreviven a la UCI regresan al trabajo un año después de una enfermedad crítica y alrededor de un tercio de los pacientes permanecen sin trabajo después de 5 años. En consecuencia, el desempleo puede provocar el agotamiento de los ahorros, la pérdida de la cobertura de atención médica y el aumento de las facturas médicas.

Equidad en salud

Las disparidades e inequidades en salud exacerban y son exacerbadas por PICS. Las dinámicas que pueden influir en la incidencia y la recuperación se pueden clasificar en términos generales en factores individuales, comunitarios, del sistema de salud y a nivel de políticas (Figura 3).

La edad, el sexo, la raza y los ingresos son algunos de los determinantes sociales individuales de la salud asociados con los resultados a largo plazo. La educación también es un factor importante, ya que un mayor nivel educativo se asocia con mayores probabilidades de estar libre de PICS.

Desde el punto de vista de los sistemas de salud y las políticas, el acceso restringido a rehabilitación adicional, servicios auxiliares y recursos sociales propaga disparidades que se sabe que inhiben la recuperación exitosa.

Clínica de PICS

Se han establecido programas multidisciplinarios de recuperación de la UCI para abordar las deficiencias multifacéticas a largo plazo observadas en los sobrevivientes de enfermedades críticas. Actualmente, existe una heterogeneidad sustancial en la disponibilidad, la estructura y los modelos de dotación de personal de las clínicas.

Organizar la visita ambulatoria inicial puede estar plagado de desafíos porque pueden existir una gran cantidad de barreras para el seguimiento (Figura 4). Los factores a nivel del paciente pueden incluir edad avanzada, mayor gravedad de la enfermedad de la UCI y discapacidad. Las barreras financieras y ambientales pueden implicar la falta de seguro, el costo del transporte y la distancia a la clínica. Además, muchos pacientes se transfieren del hospital a un centro de rehabilitación antes del alta, lo que también puede disminuir la probabilidad de seguimiento. ​Evaluación y Manejo de PICS

La evaluación y la gestión de PICS están evolucionando, y las recomendaciones actuales se basan en gran medida en la opinión de expertos y la experiencia del proveedor. Cada dominio PICS debe evaluarse de manera estructurada (Figura 5), porque de otro modo se podrían pasar por alto las degradaciones más sutiles.

La evaluación inicial también debe incluir una conciliación completa de la medicación, la evaluación de síntomas nuevos o persistentes, la detección de brechas en el mantenimiento de la atención médica y la colocación de cualquier derivación clínicamente indicada. Además, se debe revisar en detalle con el paciente el ingreso en la UCI, así como el curso esperado de recuperación.

Dominio cognitivo

Idealmente, se debe utilizar una batería de tipos de evaluación para detectar déficits cognitivos, ya que brindan información diferente y pueden garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada.

Los síntomas cognitivos subjetivos, como el olvido o una mayor dependencia de los cuidadores, pueden indicar un deterioro cognitivo.

El paso inicial en el tratamiento de la disfunción cognitiva debe ser evaluar y manejar cualquier causa potencialmente reversible. Estos incluyen, entre otros, efectos secundarios de medicamentos, trastornos del sueño, afecciones psiquiátricas y trastornos metabólicos o nutricionales. Después de abordar las causas reversibles, se pueden considerar otras opciones de tratamiento.

> Dominio psicológico

Varios centros posteriores a la UCI ofrecen grupos de apoyo entre pares a través de plataformas virtuales o en persona, lo que puede tener una serie de beneficios para los pacientes. También es importante que los médicos aconsejen a los pacientes sobre la trayectoria de recuperación esperada, normalizando su experiencia y validando su progreso.

Los pacientes con deficiencias psiquiátricas persistentes pueden beneficiarse de la remisión a un profesional de la salud mental para el tratamiento adecuado.

Los pacientes con depresión pueden ser tratados con un antidepresivo o psicoterapia solos, o en combinación, que puede ser más eficaz.

Dominio físico

Los métodos para evaluar debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW) no están ampliamente aceptados. Las herramientas de uso frecuente incluyen la prueba muscular manual, la dinamometría manual, la prueba de cinco veces de sentarse para ponerse de pie y la escala de equilibrio de Berg. La prueba de caminata de 6 minutos es recomendada por la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos como una medida de la función pulmonar y física. La espirometría al lado de la cama o la prueba de función pulmonar completa también pueden ser útiles, particularmente para los sobrevivientes de SDRA.

Debido a que una variedad de tipos de impedimentos físicos puede ocurrir después de una enfermedad crítica, también se deben abordar otros problemas que se encuentran comúnmente, como afecciones crónicas recién diagnosticadas, problemas para dormir y heridas y dispositivos adquiridos en la UCI.

Direcciones futuras

Aunque la pandemia de COVID-19 atrajo una atención muy necesaria a PICS, el acceso a la atención posterior a la UCI sigue siendo muy variable y se desconoce el modelo ideal y la prestación óptima de la atención posterior. Además, la base de evidencia para las intervenciones dirigidas al manejo de PICS, como la terapia cognitiva y los grupos de apoyo posteriores a la UCI, es limitada. Para garantizar que se satisfagan las necesidades de los pacientes con PICS, los esfuerzos futuros deben dirigirse a estudiar el impacto de las intervenciones existentes en los resultados de los pacientes, explorar nuevas intervenciones con beneficios potenciales y determinar la estructura más efectiva de la prestación de atención posterior a la UCI.

Comprender PICS también representa una oportunidad para mejorar la atención dentro de la UCI, tanto en tiempo real como en el futuro.

Para los médicos, presenciar el proceso de recuperación de un paciente puede ser educativo y, en última instancia, mejorar la precisión en la predicción de los resultados en la UCI y mejorar la toma de decisiones clínicas.

Para el personal de la UCI en centros sin clínicas PICS dedicadas, la educación y la apreciación del impacto de las intervenciones de la UCI en los resultados de no mortalidad tiene el potencial de mejorar la atención de la UCI al aumentar la vigilancia sobre los factores de riesgo modificables de PICS, como la sedación y las prácticas de movilización.

Conclusiones

La supervivencia en la UCI con frecuencia se ve complicada por el PICS, que provoca deficiencias físicas, cognitivas y psicológicas, así como una morbilidad considerable. Su impacto se extiende más allá de los pacientes individuales para incluir a las familias, los sistemas de atención médica y la sociedad en su conjunto. Las clínicas posteriores a la UCI son una herramienta importante para evaluar y manejar PICS y también pueden representar una forma de mejorar la atención dentro de la UCI.

Referencia

Schwitzer E, Schwab Jensen K, Brinkman L, Bagi E, Aysola R, Qadir N. Post-icu syndrome: chest critical care reviews. Chest [Internet]. 2023[citado 11 oct 2023]; 1(1). DOI:https://doi.org/10.1016/j.chstcc.2023.100003

11 octubre 2023 |Fuente: IntraMed| Tomado de Artículos 

cancer-de-mama2-e1440154945398El estudio, realizado por especialistas del CONICET, ayudaría a adaptar mejor las terapias para un subtipo específico denominado HER2 positivo CONICET/DICYT

Un equipo de investigación del CONICET identificó, en estudios bioinformáticos e in vitro, dos proteínas que podrían predecir si el tratamiento estándar de un subtipo de cáncer de mama, denominado HER2 positivo, resultaría efectivo para las personas que padecen esta enfermedad. El estudio fue publicado en la revista Cancers.

“El tratamiento habitual para el cáncer de mama HER2 positivo implica el uso de un medicamento llamado trastuzumab, que bloquea la acción de la proteína HER2. Este tipo de terapia es selectiva ya que afecta únicamente a las células tumorales, debido a que las normales no presentan esta proteína en gran cantidad. Sin embargo, existe una preocupación creciente ya que una fracción significativa de pacientes no responde favorablemente a este tratamiento, o responde inicialmente, pero luego la terapia deja de funcionar, dando lugar a lo que se conoce como resistencia”, afirma Marina Flamini, investigadora del CONICET en el Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU, CONICET-UNCUYO) y autora correspondiente del estudio.

Según la científica, existen diversos subtipos de cáncer de mama y esta clasificación es fundamental, ya que permite a los médicos entender mejor la biología de la enfermedad y elegir el tratamiento más adecuado. Entre ellos, uno de los más desafiantes, por su agresividad, es el HER2 positivo que representa entre el 15 y el 20 por ciento de los casos diagnosticados y presenta menor probabilidad de supervivencia que otros subtipos.

El equipo de investigación, del que también forman parte la becaria Carla Castro Guijarro y el investigador Matías Sanchez, ambos del IMBECU, identificó dos proteínas clave que podrían predecir si el tratamiento para HER2 positivo resultaría efectivo. “Encontramos dos proteínas, llamadas vinculina y cortactina, cuya expresión difería entre pacientes con mayor y menor probabilidad de supervivencia. Además, la expresión de estas proteínas también era útil para distinguir entre pacientes que responden favorablemente al tratamiento con trastuzumab y los que no. Las personas con menor expresión de estas proteínas tenían mejor pronóstico y mostraban una respuesta eficaz al tratamiento. En el ámbito científico, a este tipo de moléculas que permiten predecir la agresividad de la enfermedad y la respuesta a un determinado tratamiento se las denomina “biomarcadores” pronósticos y predictivos, respectivamente. En este caso, descubrimos estas dos proteínas que podrían estar involucradas en el tipo de respuesta de los tumores a los tratamientos, siendo estas moléculas un blanco interesante para mejorar la terapia”, dice Sánchez.

El estudio resulta relevante ya que, actualmente, no existen biomarcadores, aparte de HER2, disponibles para guiar las decisiones oncológicas. “Esta investigación es prometedora porque, desde hace tiempo, se busca un enfoque personalizado para el tratamiento del cáncer, adaptando las terapias a las características moleculares de cada paciente. Esto es esencial dado que el cáncer es una enfermedad muy heterogénea y, aunque dos tumores parezcan similares, pueden responder de manera diferente al mismo tratamiento. De esta manera, los biomarcadores son herramientas esenciales para asegurar que se administre el tratamiento adecuado a la persona adecuada, evitando tratamientos ineficaces. Más aún en este tipo de enfermedades donde el tratamiento certero y precoz marca la diferencia”, afirma Castro Guijarro.

A la luz de los resultados del estudio, el equipo destaca que estas proteínas podrían estar contribuyendo a la resistencia a trastuzumab en células de cáncer de mama que poseen el receptor HER2. “Ahora, buscamos ir más allá para evaluar si estos resultados obtenidos a partir de bioinformática y ensayos con líneas celulares son validados en muestras de pacientes. De ser así, estas proteínas podrían ser consideradas como blanco terapéutico en el desarrollo de futuras terapias para el tratamiento de tumores mamarios HER2 positivos resistentes a trastuzumab”, concluye Flamini.

Referencia

Castro Guijarro AC, Matias Sanchez A, Flamini MI. Potential Biomarkers Associated with Prognosis and Trastuzumab Response in HER2+ Breast Cancer. Cancers [Internet] 2023[citado 11 oct 2023]; 15(17): 4374.  https://doi.org/10.3390/cancers15174374

11 octubre 2023 |Fuente: DiCYT| Tomado de Salud

octubre 12, 2023 | gleidishurtado | Filed under: cáncer, Investigaciones | Etiquetas: , , , , , , |

tumor-B2007El Institut Guttmann de Barcelona ha liderado el primer ensayo clínico para reducir las secuelas de la cirugía de tumores cerebrales modificando la actividad del cerebro antes de la operación. El ensayo ‘Prehabilita’ aplica técnicas de neuroestimulación no invasiva para modificar la actividad cerebral antes de una cirugía de tumor, con el objetivo de reducir tanto las secuelas físicas como cognitivas. Hasta ahora, 14 pacientes han participado en el ensayo, financiado por la Fundación Joan Ribas Araquistain y cuyo protocolo ha sido publicado en Frontiers in Neurology.

 El ensayo se basa en el concepto de la plasticidad cerebral, y a capacidad de este órgano para establecer nuevas conexiones que le permitan reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones, como el envejecimiento o la aparición de tumores. Asimismo, se confirma que el protocolo de prehabilitación no invasiva se aplica cuando los especialistas observan que la cirugía puede afectar a una zona crítica, consiguiendo desplazar la función afectada a una zona segura del cerebro.

En el caso de ‘Prehabilita’, los investigadores utilizan técnicas no invasivas para ahondar en la viabilidad y eficacia de llevar este protocolo a la práctica clínica, y las 14 personas que han participado eran mayores de edad con un tumor cerebral susceptible de ser operado y que presentaban riesgo de desarrollar secuelas en funciones motores o cognitivas, particularmente el lenguaje. Todos ellos siguieron en las semanas previas a la cirugía, entre 10 y 20 sesiones de neuromodulación combinadas con entrenamiento intensivo en labores lingüísticas o motoras, con lo que se consigue inhibir la actividad de una determinada zona del cerebro, como si estuviera lesionada, durante un periodo limitado.

Referencia

Boccuni L, Abellaneda-Pérez K, Martín-Fernández J, Leno-Colorado D, Roca-Ventura A, Tormos Muñoz JM, et al. Neuromodulation-induced prehabilitation to leverage neuroplasticity before brain tumor surgery: a single-cohort feasibility trial protocol.  Front Neurol [Internet]. 2023[citado 11 oct 2023]; 14. https://doi.org/10.3389/fneur.2023.1243857

11 octubre 2023 |Fuente: Neurologia.com| Tomado de Noticias 

octubre 12, 2023 | gleidishurtado | Filed under: cáncer, Enfermedades Cerebrales | Etiquetas: , , |

diabetes.tipo-2Hamburgo, DEU. El uso de los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede llevar a un subdiagnóstico, debido a los efectos de la pérdida de sangre menstrual en las lecturas de hemoglobina glucosilada, según muestra el primer estudio de este tipo.[1]

El análisis estima que, de las mujeres menores de 50 años no diagnosticadas, 17% más podrían ser reclasificadas como diabetes de tipo 2, y que las menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada notablemente más baja que los hombres menores de 50 años, con una media de 1,6 mmol/mol.

En un estudio que se presentó en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, los investigadores querían investigar si un factor que contribuye al diagnóstico tardío de diabetes de tipo 2 en mujeres menores de 50 años puede ser la diferencia en niveles de hemoglobina glucosilada debidos al reemplazo de hemoglobina relacionado con la pérdida de sangre menstrual.

El estudio fue publicado en versión electrónica en Diabetes Therapy, donde los investigadores señalaron que «si el umbral para el diagnóstico de diabetes… se redujera en 2 mmol/mol para mujeres menores de 50 años, 17% adicional a estas (el equivalente aproximado a 35.000 mujeres en Inglaterra y Gales) serían diagnosticadas con diabetes…, lo que puede contribuir con hasta 64% de la diferencia en las tasas de mortalidad entre hombres y mujeres con diabetes de tipo 2 entre los 16 y 50 años».[2]

Añadieron que se encontró que los niveles de hemoglobina glucosilada en mujeres menores de 50 años eran consistentemente más bajos que los de los hombres, y que los niveles de hemoglobina glucosilada en las mujeres alcanzan el equivalente a los de los hombres hasta diez años después, lo cual «puede resultar en un retraso en el diagnóstico de la diabetes de tipo 2 en mujeres premenopáusicas».

Al señalar que el estudio fue observacional, el autor principal, Dr. Adrian Heald, endocrinólogo consultor de Salford Royal NHS Foundation Trust, en Salford, Reino Unido, dijo que «puede darse el caso de que la prediabetes y la diabetes de tipo 2 en las mujeres no se detecten porque el punto de corte debe ser ligeramente más bajo, pero además de nuestros hallazgos, se necesita un estudio sistemático que muestree la población de individuos en riesgo».

«También debemos volver a referirnos al uso de la prueba de tolerancia a la glucosa, porque la hemoglobina glucosilada se ha utilizado durante los últimos 15 años, pero no es el estándar de oro», añadió el Dr. Heald. «Los médicos a menudo se han preguntado si a los pacientes se les puede pasar por alto la medición de hemoglobina glucosilada o incluso si se les puede sobrediagnosticar».

Lucy Chambers, Ph. D., de Diabetes UK, reconoció que la investigación fue valiosa, pero agregó que «se necesita indagar más sobre las diferencias de sexo en los umbrales para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 antes de hacer cualquier cambio en la práctica clínica. Mientras tanto, alentamos a los médicos a seguir la guía actual respecto a no descartar la diabetes de tipo 2 basándose en un nivel único de hemoglobina glucosilada por debajo del umbral de diagnóstico».

Pero en apoyo de una mayor comprensión sobre las diferencias sexuales en los umbrales del diagnóstico de hemoglobina glucosilada, Chambers añadió que «recibir un diagnóstico preciso y oportuno garantiza que las mujeres reciban el tratamiento y el apoyo necesarios para controlar su diabetes de tipo 2 y evitar complicaciones a largo plazo, incluida la enfermedad cardiaca», donde las desigualdades en la atención basadas en el sexo ya contribuyen a peores desenlaces para las mujeres».

Efecto del rango de referencia de hemoglobina glucosilada sobre el diagnóstico de diabetes de tipo 2 y enfermedad cardiovascular asociada

En comparación con los hombres, las mujeres con diabetes de tipo 2 tienen un peor control glucémico, un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, esperanza de vida reducida (5,3 años menos frente a 4,5 años menos) y una mayor carga de factores de riesgo, como la obesidad y la hipertensión en el momento del diagnóstico.

Además, la diabetes de tipo 2 es un factor de riesgo más fuerte de enfermedad cardiovascular (ECV) para mujeres que para hombres, y las personas de entre 35 y 59 años que reciben un diagnóstico tienen el mayor riesgo relativo de muerte cardiovascular en todos los grupos de edad y sexo.

Los investigadores indicaron que estudios anteriores observaron diferencias en la hemoglobina glucosilada en relación con la menopausia, y también encontraron que «después de los 50 años, los niveles aumentaban en las mujeres».

Sin embargo, destacaron que la implicación de los diferentes rangos de referencia de hemoglobina glucosilada en el retraso del diagnóstico de diabetes, con un empeoramiento del perfil de riesgo cardiovascular, no se había reconocido previamente y que su estudio «destaca por primera vez que, si bien 1,6 mmol/mol puede parecer solo una pequeña diferencia en términos de mediciones de laboratorio, a nivel poblacional esto tiene implicaciones para un número significativo de mujeres premenopáusicas».

Los investigadores observaron inicialmente la tendencia en los datos locales en Salford, en el noroeste de Inglaterra. «Estos… datos resaltaron que las mujeres parecían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2 a una edad más avanzada, por lo que queríamos examinar cuál podría ser la causa», dijo a Medscape Noticias Médicas el autor del estudio Mike Stedman, B. Sc., director de Res Consortium, en Andover, Reino Unido.

Stedman y sus colaboradores evaluaron las diferencias de sexo y edad de la hemoglobina glucosilada en personas a las que no se les había diagnosticado diabetes (HbA1c ≤48 mmol/mol [≤ 6,5%]). «Analizamos datos de otros laboratorios [además de los de Salford, que suman 938.678 personas] para ver si se trataba de un fenómeno local. Solo pudieron proporcionar datos más recientes, pero también mostraron un patrón similar», añadió.

Finalmente, Stedman, el Dr. Heald y sus colaboradores estimaron el posible impacto nacional extrapolando los hallazgos basados en datos poblacionales de la Office for National Statistics del Reino Unido y en datos de la National Diabetes Audit para la prevalencia de la diabetes de tipo 2 y el exceso de mortalidad relacionado. Esto los llevó a la conclusión de que se diagnosticaría diabetes de tipo 2 en 17% adicional de mujeres si los valores límite se redujeran en 2 mmol/mol, es decir, a 46 mmol/mol para mujeres menores de 50 años.

Una hemoglobina glucosilada más baja en mujeres menores de 50 años puede retrasar el diagnóstico de diabetes de tipo 2 hasta diez años

El análisis encontró que la mediana de hemoglobina glucosilada aumentaba con la edad, pues los valores en mujeres menores de 50 años fueron consistentemente 1 mmol/mol más bajos que los valores en los hombres. Por el contrario, los valores de hemoglobina glucosilada en mujeres mayores de 50 años fueron equivalentes a los de los hombres.

Sin embargo, a la edad de 50 años, en comparación con los hombres, se encontró que la hemoglobina glucosilada en las mujeres tenía un retraso de aproximadamente cinco años. Las mujeres menores de 50 años tenían una distribución de hemoglobina glucosilada menor que la de los hombres en un promedio de 1,6 mmol/mol (4,7 % de la media; p < 0,0001), mientras que esta diferencia en personas de 50 años o más era menos pronunciada (p < 0,0001).

Los autores escribieron que «una medición insuficiente de aproximadamente 1,6 mmol/mol de hemoglobina glucosilada en mujeres puede retrasar el diagnóstico de diabetes hasta diez años».

Un análisis más detallado demostró que con una hemoglobina glucosilada de 48 mmol/mol, 50% menos mujeres que hombres, menores de 50 años, podían ser diagnosticadas con diabetes de tipo 2, mientras que solo 20% menos mujeres que hombres de 50 años o más recibían ese diagnóstico.

La reducción del umbral de hemoglobina glucosilada para el diagnóstico de diabetes de tipo 2 de 48 mmol/mol a 46 mmol/mol en mujeres menores de 50 años llevó a una estimación de que otras 35.345 mujeres no diagnosticadas en Inglaterra podrían ser reclasificadas con diagnóstico de diabetes de tipo 2.

Los autores agregaron que «se sabe que la diferencia de género en los factores de riesgo cardiovascular adversos está presente antes del desarrollo de diabetes [de tipo 2]» y que «una vez diagnosticada, la prevalencia de enfermedad cardiovascular aterosclerótica es dos veces mayor en pacientes con diabetes… en comparación con aquellos sin diagnóstico».

El Dr. Heald añadió que siempre existe la posibilidad de que otros factores estén en juego y que el trabajo plantee preguntas en lugar de presentar respuestas.

Desde una perspectiva pragmática, los investigadores sugirieron que «un enfoque alternativo podría ser ofrecer una evaluación adicional mediante pruebas de glucosa plasmática en ayunas o pruebas de tolerancia a la glucosa oral para aquellos con valores de hemoglobina glucosilada de 46 o 47 mmol/mol».

«Cualquier persona con un diagnóstico temprano de diabetes de tipo 2, además de modificar su dieta, especialmente si hay riesgo cardiovascular, podría iniciar el tratamiento con metformina debido a los beneficios cardiovasculares, así como a los efectos reductores del azúcar», dijo el Dr. Heald, y agregó que «ciertamente no queremos que las mujeres se pierdan la metformina, que podría tener enormes beneficios a largo plazo».

Referencia

Holland D, Fryer AA ,  Stedman  M, Hanna  FW, Duff Ch ,  Green  L, et al.  Is the Current Cut Point for Glycated Haemoglobin (HbA1c) Correct for Diagnosing Diabetes Mellitus in Premenopausal Women? Evidence to Inform Discussion. Diabetes Ther[Internet]. 2023[citado 11 oct 2023].  https://doi.org/10.1007/s13300-023-01482-6

11 de octubre 2023|Fuente: medscape.com| Tomado de Noticias y Perspectivas

enfermedad renal cronicaLa enfermedad renal crónica puede aumentar el riesgo y predecir un paro cardíaco súbito entre los adultos hispanos/latinos, según una nueva investigación publicada hoy en Journal of the American Heart Association, una revista profesional con acceso abierto y revisada por pares de la American Heart Association.

En un estudio que comparó a adultos hispanos/latinos que sufrieron un paro cardíaco súbito con un grupo de adultos hispanos/latinos que no lo sufrieron, el 51 % de los casos de paro cardíaco súbito tenía un diagnóstico previo de enfermedad renal crónica y el 20 % de esos casos experimentó enfermedad renal en etapa terminal que requería diálisis.

“Nos sorprendió la alta proporción de personas hispanas/latinas con enfermedad renal crónica y especialmente el alto número en tratamiento de diálisis”, expresó Kyndaron Reinier, Ph.D., autora principal del estudio y directora Asociada de Epidemiología del Center for Cardiac Arrest Prevention en Smidt Heart Institute, Cedars-Sinai Health System, Los Ángeles.

En este estudio, los investigadores compararon a un grupo de 295 personas hispanas/latinas que sufrieron un paro cardíaco súbito con un grupo de control equivalente de 590 adultos hispanos/latinos que no sufrieron un paro cardíaco súbito, con el fin de analizar qué tan frecuente era que cada grupo tuviera ciertas afecciones médicas. En comparación con el grupo de control que no había tenido un paro cardíaco, los adultos hispanos/latinos que habían experimentado un paro cardíaco súbito tenían siete variables asociadas con este evento de salud:

7.3 veces mayores probabilidades en aquellos con enfermedad renal crónica;

4.5 veces mayores probabilidades en aquellos que consumían alcohol en exceso;

4 veces mayores probabilidades en aquellos con fibrilación auricular;

3 veces mayores probabilidades en supervivientes de un ataque o derrame cerebral;

3 veces mayores probabilidades en aquellos con enfermedad coronaria;

2.5 veces mayores probabilidades en aquellos con insuficiencia cardiaca; y

1.5 veces mayores probabilidades en aquellos con diabetes tipo 2.

“La tasa de mortalidad por paro cardíaco súbito es superior al 90 %, lo que hace que la predicción y prevención de esta afección sea una prioridad máxima”, comentó Reinier. “La detección temprana y el tratamiento de la enfermedad renal crónica pueden reducir el riesgo de paro cardíaco súbito entre las personas hispanas/latinas”.

Detalles y antecedentes del estudio:

Los participantes que sufrieron un paro cardíaco súbito fueron seleccionados del estudio Predicción de muerte súbita en comunidades multiétnicas (Prediction of Sudden Death in Multi-Ethnic Communities, PRESTO), el cual realiza un seguimiento a personas que han tenido un paro cardíaco súbito extrahospitalario en el condado de Ventura, California. El grupo de comparación fue seleccionado de los participantes del sitio de San Diego del estudio de la Encuesta de Salud de la Comunidad Hispana/Estudio de Latinos (Hispanic Community Health Survey/Study of Latinos, HCHS/SOL), un estudio amplio en curso en los Estados Unidos que investiga cuestiones relacionadas con la salud en personas hispanas/latinas.

El análisis incluyó muertes por paro cardíaco súbito y supervivientes de entre 18 y 85 años de edad en el momento del evento cardíaco, que eran de origen étnico hispano/latino, entre febrero de 2015 y enero de 2021.

El estudio no incluyó a personas que viven en instalaciones residenciales, como hogares de ancianos o centros de atención de rehabilitación para personas que necesitan asistencia diaria, personal o médica.

“Esperamos que otros investigadores intenten replicar nuestros hallazgos en diferentes poblaciones”, expresó Sumeet S. Chugh, M.D., director del Center for Cardiac Arrest Prevention en Smidt Heart Institute y coautor del estudio. “Nos gustaría comparar los factores de predicción de riesgo del paro cardíaco súbito en todos los individuos con el fin de determinar si se necesitan medidas de prevención o tratamiento específicas para cada grupo étnico”.

Entre las limitaciones del estudio se encuentra la posibilidad de que existan algunas diferencias no medidas entre los grupos de casos y control, las cuales el estudio no pudo tener en cuenta. El estudio también incluyó a personas hispanas/latinas que vivían en el sur de California y que eran, en su mayoría, de ascendencia mexicana. Por lo tanto, es posible que los resultados no se apliquen a las personas hispanas/latinas que viven en otras regiones de los EE. UU. o a todas las personas hispanas/latinas.

El paro cardíaco súbito es la pérdida repentina y abrupta de la función cardíaca en una persona a la que se le puede haber diagnosticado o no una enfermedad cardíaca. Puede aparecer repentinamente o como consecuencia de otros síntomas. El paro cardíaco suele ser mortal si no se toman las medidas adecuadas de inmediato. Cada año, alrededor de 436,000 estadounidenses mueren a causa de un paro cardíaco, según datos de la American Heart Association.

Los nombres de los coautores y todos los datos públicos se encuentran en el artículo. Este estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, una división de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health).

Leer más:

Reinier K, Young Moon J, Chugh HS,  Sargsyan A,  Nakamura K, Norby FL, et al. Risk Factors for Sudden Cardiac Arrest Among Hispanic or Latino Adults in Southern California: Ventura PRESTO and HCHS/SOL.  JAHA[Internet].2023[citado 11 oct 2023]. e030062. https://doi.org/10.1161/JAHA.123.030062

11 octubre 2023 |Fuente: EurekALert| Tomado de Comunicado de Prensa 

tumor cerebraLDescripción general sobre el manejo inicial de la emergencia por tumores sólidos.

 Introducción

La oncología aguda describe un enfoque sistemático para la investigación y el manejo de pacientes que desarrollan complicaciones de su diagnóstico de cáncer o tratamiento contra el cáncer. Este es un panorama en rápida evolución tras el desarrollo de nuevas terapias anticancerosas sistémicas y de radiación, que a menudo tienen toxicidades nuevas e impredecibles.

El objetivo de esta revisión es brindar una descripción general para guiar el manejo inicial de los pacientes con emergencias por tumores sólidos atendidos fuera de los centros oncológicos.

Nuevo diagnóstico o progresión del cáncer

> Compresión metastásica de la médula espinal

La compresión metastásica de la médula espinal (MSCC, por sus siglas en inglés) ocurre en 3 a 5 % de los pacientes con cáncer. La MSCC es causada por la extensión epidural de metástasis vertebrales o después de fracturas patológicas por compresión.

La investigación y el diagnóstico oportunos facilitan la administración de terapias paliativas, que minimizan los síntomas y el riesgo de discapacidad neurológica irreversible.

El método definitivo es una resonancia magnética nuclear (RMN) de toda la columna vertebral dentro de las 24 h posteriores a la presentación, debido a que los pacientes pueden presentar una enfermedad de varios niveles.

El manejo inicial comprende dexametasona (16 mg seguidos de 8 mg dos veces al día) con cobertura de inhibidores de la bomba de protones (IBP), analgésicos y antieméticos. Se deben evitar los esteroides antes de la biopsia en pacientes en quienes se sospecha un nuevo diagnóstico de linfoma.

Los marcadores tumorales, incluida la paraproteína sérica, el antígeno prostático específico (PSA), la alfafetoproteína (AFP), el lactato deshidrogenasa (LDH), la gonadotropina coriónica humana (GCH) y el antígeno del cáncer 125 (CA125) pueden ayudar al diagnóstico.

A los pacientes con buen estado funcional y enfermedad de un solo nivel se les debe ofrecer descompresión neuroquirúrgica. Los pacientes con un estado funcional deficiente y enfermedad multinivel suelen ser mejores candidatos para la radioterapia paliativa. La función neurológica previa al tratamiento es el factor predictivo más fuerte para el resultado neurológico.

> Edema vasogénico y aumento de la presión intracraneal

El edema vasogénico y la presión intracraneal elevada (PIC) pueden complicar los tumores cerebrales primarios y las metástasis cerebrales secundarias. Los síntomas comunes incluyen dolor de cabeza, vómitos, cambios en la visión y convulsiones. El examen físico puede revelar una puntuación de escala de coma de Glasgow (GCS) disminuida, parálisis del VI nervio, papiledema y la tríada de bradicardia, hipertensión y bradipnea conocida como reflejo de Cushing.

Los pacientes deben someterse a neuroimágenes urgentes con tomografía computarizada (TC) y/o RMI. Los signos de compromiso neurológico inminente incluyen desviación de la línea media, edema cerebral, hidrocefalia y hemorragia aguda. Una puntuación GCS <12 justifica una evaluación urgente en la unidad de tratamiento intensivo (UTI).

El manejo inicial incluye dosis altas de dexametasona (16 mg seguidos de 8 mg dos veces al día) con cobertura de IBP, analgésicos y antieméticos. No se recomiendan los anticonvulsivos profilácticos para uso rutinario. En casos refractarios, se puede requerir solución salina hipertónica y manitol.

> Obstrucción de la vena cava superior

La obstrucción maligna de la vena cava superior (OVCS) es causada por invasión tumoral directa, compresión externa o trombo tumoral. El aumento de la presión venosa produce edema de la cabeza, el cuello y las extremidades superiores, cianosis e inflamación de los vasos subcutáneos.

La investigación se realiza con TC con contraste, que puede evaluar el tumor primario, el sitio de oclusión o estenosis y la extensión del trombo tumoral.

En pacientes que están inestables y presentan complicaciones potencialmente mortales, como obstrucción de las vías respiratorias, estridor, hipotensión o GCS disminuida, se debe organizar una recanalización endovenosa urgente con la colocación de un stent en la VCS. En pacientes que están estables, se necesita un diagnóstico histológico preciso para dirigir la terapia contra el cáncer, porque los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas, el linfoma o los tumores de células germinales podrían ser más adecuados para la quimioterapia que para la colocación de stents endovasculares.

> Hipercalcemia maligna

La hipercalcemia maligna ocurre en el 20-30% de los pacientes con cáncer avanzado, después de la secreción tumoral de péptido relacionado con la hormona paratiroidea (PTHrP) y vitamina D, o liberación de citoquinas para metástasis osteolíticas.

Los síntomas incluyen depresión, dolor musculoesquelético y dolor abdominal. La investigación con calcio total sérico, PTH, PTHrP, fosfato, vitamina D, creatinina sérica y tasa de filtración glomerular estimada (eGFR) permitirá un diagnóstico correcto en la mayoría de los casos.

En la hipercalcemia grave, los pacientes suelen tener depleción de volumen y la fluidoterapia intravenosa constituye el pilar del tratamiento inicial, lo que favorece la calciuresis. Después de 24 h de fluidoterapia parenteral, los bisfosfonatos intravenosos se usan como primera línea para reducir la resorción ósea y los niveles de calcio caen de manera constante durante un período de 1 a 5 días. En casos refractarios, se pueden probar bisfosfonatos, calcitonina, glucocorticoides o denosumab.

Toxicidad relacionada con el tratamiento

> Quimioterapia

La quimioterapia citotóxica provoca la muerte de las células cancerosas al interferir con el ciclo celular e inhibir la división celular. Sin embargo, la quimioterapia también causa citotoxicidad en células epiteliales no cancerosas de proliferación rápida. La toxicidad aguda de emergencia puede presentarse con náuseas y vómitos, diarrea, neumonitis o mielosupresión.

> Radioterapia

La toxicidad por radiación depende del sitio de tratamiento.

Las presentaciones agudas típicamente incluyen toxicidad gastrointestinal y neumonitis. La radioterapia rara vez puede causar edema agudo del cerebro y la médula espinal, y los pacientes que presentan nuevos síntomas neurológicos deben repetirse imágenes del cerebro o de la columna con TC o RMI. El tratamiento consiste en dexametasona, 4 a 8 mg dos veces al día.

> Terapia dirigida

La toxicidad es variable según el mecanismo de acción. Las terapias orales dirigidas más comunes son los inhibidores de la tirosina quinasa (TKI), que generalmente causan erupción cutánea, diarrea, fatiga, náuseas, dolor de boca y paroniquia como efectos secundarios. Recientemente se han identificado múltiples fármacos dirigidos con un riesgo elevado de neumonitis y esto debe investigarse cuidadosamente en cualquier paciente que presente dificultad para respirar o tos seca.

> Terapia con esteroides

A los pacientes con cáncer a menudo se les recetan glucocorticoides, especialmente como tratamiento de soporte. Se debe considerar el riesgo de insuficiencia suprarrenal.

La terapia con glucocorticoides debe prescribirse durante los «días de enfermedad», como cuando se presenta al departamento de emergencias con una enfermedad aguda.

> Sepsis neutropénica

La neutropenia febril o sepsis neutropénica es una emergencia médica y representa una complicación potencialmente mortal de la terapia sistémica contra el cáncer.

La sepsis neutropénica se puede diagnosticar en un paciente que presenta una temperatura superior a 38,0 °C y un recuento absoluto de neutrófilos (RAN) <1,0×109/L. Sin embargo, la fiebre puede no estar siempre presente y puede enmascararse con la terapia concomitante con esteroides. Por lo tanto, se debe sospechar sepsis neutropénica en cualquier paciente que no se encuentre bien dentro de los 60 días posteriores a la recepción de la terapia anticancerosa sistémica.

La evaluación inicial debe incluir un historial de cáncer detallado, incluido el régimen de quimioterapia y cualquier administración profiláctica de antibióticos. El examen físico debe evaluar la función circulatoria y respiratoria, y los pacientes deben recibir reanimación inmediata. Se deberán administrarse antibióticos intravenosos de amplio espectro dentro de la hora siguiente a la toma de hemocultivos. Su indicación no debe esperar a los resultados del hemograma completo. El tratamiento antibiótico empírico debe basarse en las pautas locales, los patrones epidemiológicos de los patógenos causales y la resistencia a los antimicrobianos.

Se debe considerar la aspergilosis invasiva en pacientes con neutropenia profunda y prolongada; neumonía por Pneumocystis jiroveciise debe considerarse en pacientes tratados con corticosteroides; y la candidiasis invasiva debe considerarse en aquellos con mucositis. Los niveles de proteína C reactiva (PCR) carecen de especificidad y una PCR elevada aisladamente no debería ser el único desencadenante para iniciar rápidamente la terapia antimicrobiana. El uso de procalcitonina es actualmente exploratorio.

Los autores sugieren buscar asesoramiento sobre el uso del factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF) del equipo de oncología aguda; sin embargo, G-CSF está indicado si el paciente es séptico, tiene un ANC <0.5×109/L o tiene un riesgo elevado de complicaciones. Se debe realizar una evaluación del riesgo de complicaciones médicas utilizando la Asociación Multinacional de Cuidados de Apoyo en el Cáncer (MASCC). Los pacientes seleccionados de bajo riesgo pueden tratarse como pacientes ambulatorios después de un período de observación.

referencia

Palmer K, Wang E, Mattu R, Tipples K.  The essentials of acute oncology. Clin Med[Internet].2023[citado 11 oct 2023]; 23(1): 45-51.  DOI: https://doi.org/10.7861/clinmed.2022-0561

11 octubre 2023 |Fuente: IntraMed| Tomado de Artículos 

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