may
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Italia, con 14 358 000 personas con 65 años o más, es ya el segundo país del mundo con mayor porcentaje de ancianos, después de Japón, indica hoy un reporte.
Un informe de la Sociedad Italiana de Hospitales Territoriales Geriátricos (Sigot), divulgado este sábado en el sitio digital de la publicación especializada Superabile, señala que muchos de esos adultos mayores corren riesgo de discapacidad, lo que demanda acciones para una buena condición de salud de los mismos.
El análisis, presentado en el XXXVIII Congreso Nacional de la Sigot, que sesionó esta semana en el Hotel Ergife de Roma, está basado en los datos más recientes divulgados por el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat), y apunta que entre 2004 y 2024, la edad media de la población italiana aumentó de 42,3 a 46,6 años.
Los habitantes con 65 años se incrementaron en ese período en más de 3 000 000 de personas y creció 5,1 puntos porcentuales, mientras 7 439 000 tienen al menos 75 años, más de la mitad del total, y la mortalidad bajó, con 661 000 fallecimientos menos, por lo que la esperanza de vida en este país llegó a 83,1 años.
El Sigot considera, basado en esos cálculos, que el envejecimiento de la población se acentuará aún más en las próximas dos décadas, y para 2050 se espera que en Italia las personas mayores de 65 años sean tres veces más numerosas que los jóvenes menores de 15 años, agrega la fuente.
25 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
may
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El escritor y gerontólogo Miguel Anxo Álvarez ha evidenciado que faltan geriatras en la Sanidad Pública, médicos especialistas en las enfermedades de los ancianos que puedan tratar de una forma global las enfermedades de las personas mayores.
Así lo ha manifestado este miércoles en Valladolid durante la presentación de su libro «Educación para la salud. La prevención y el conocimiento, pilares fundamentales para el envejecimiento activo», acompañado por el secretario general de CCOO Castilla y León, Vicente Andrés, y la secretaria de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO Castilla y León, Mari Sol García.
Anxo, que ha escrito tres libros relacionados con el envejecimiento activo, ha puesto el foco sobre la necesidad de médicos especialistas en Geriatría, que puedan tratar la salud de los ancianos desde «un punto de vista holístico, teniendo en cuenta la globalidad de la persona, sus enfermedades crónicas y procesos terapéuticos».
Sin embargo, en la actualidad el gerontólogo no tiene implicación directa en la sanidad pública y, además, apenas hay oferta en formación MIR para geriatras.
«Si no hay hospitales que tengan docencia en Geriatría, no puede haber MIR», ha continuado el especialista, que ha indicado que la competencia para que haya unidades de MIR en la sanidad pública, y por tanto especialistas en Geriatría, es del Gobierno.
En la misma línea ha explicado que donde no hay unidades de Geriatría, la sanidad pública atiende a estos pacientes con medicina interna, que ataja el problema médico de manera aguda, mientras que el geriatra atiende el problema agudo en un anciano teniendo en cuenta la globalidad de sus enfermedades crónicas y del cuadro médico y farmacológico.
«Son matices importantes para no descompensar aún más al anciano», ha añadido Anxo, quien ha incidido en que hacen falta hospitales donde haya una unidad de docencia en esa especialidad.
En relación con el libro presentado este miércoles, ha animado a la sanidad pública a invertir y fomentar políticas de envejecimiento activo para prevenir enfermedades, para que las personas mayores vivan una vejez más saludable y sin dependencia, con el consiguiente ahorro de costes sanitarios a futuro en los sistemas de salud.
«El envejecimiento activo nos va a permitir llegar al final de la vida con calidad e independencia», ha manifestado el gerontólogo, que ha expuesto que las principales causas de muerte de las personas mayores son los estilos de vida ya que la esperanza de vida en España es de 84 años, pero la mayoría de las personas mayores pasan 20 años con menoscabo de la calidad de vida.
«Yo trabajo para que podamos hacer coincidir la esperanza de vida con la esperanza de vida libre de discapacidad», ha manifestado este especialista.
Ha apuntado que además de la genética y el medioambiente, en la salud de un individuo incide el estilo de vida en un 43 % mientras que los servicios de salud solo lo hacen en un 11 % y, sin embargo, el 90 % del gasto sanitario de un país como España se destina a servicios de salud.
De ahí que haya incidido en la necesidad de poner el énfasis en la educación, desde la infancia, para llevar un buen estilo de vida que, a la larga, redundará en la calidad de vida y el envejecimiento sin dependencia.
En la misma línea ha lamentado que las facultades de Medicina eduquen a los futuros médicos considerando la enfermedad solo desde un punto de vista biologista, sin tener en cuenta que el ser humano tiene un componente físico, psicológico y social.
22 mayo 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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11
Las personas mayores quien envejecer en sus casas y piden más espacios verdes, mejores servicios de salud y de transportes y potenciar las actividades de ocio, según recoge un estudio presentado este martes por el Imserso para conocer las demandas y necesidades de este colectivo.
El estudio ha sido elaborado junto al Grupo de Investigación sobre Envejecimiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para evaluar las necesidades de los mayores en sus localidades de
residencia, que forman parte de la Red de Ciudades Amigables, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fomentar el envejecimiento saludable.
El informe muestra que el deseo de los mayores de envejecer en casa debe ir acompañado de la promoción de su autonomía con recursos y apoyos domiciliarios, pero también de accesibilidad en las ciudades pertenecientes a la red, por lo que solicitan mejorar los servicios de salud y las infraestructuras públicas.
Los expertos también apuntan a la necesidad de tomar medidas que refuercen las estrategias de prevención, así como a fortalecer los recursos y servicios ya existentes de atención sociosanitaria en los municipios. Sobre la demanda de los mayores de crear más espacios verdes, accesibles y que favorezcan la socialización, el investigador Vicente Rodríguez ha destacado la importancia de que “esos espacios tiendan a interconectar a las personas y se basen en el desarrollo de las actividades al aire libre, pero que sean seguras”.
Otras de las demandas son mejorar la accesibilidad de los edificios públicos, introducir más líneas de transporte público con precios asequibles, ofrecer ayudas para adaptar las viviendas a sus necesidades, ofrecer puntos de atención oral para que los mayores puedan acceder a la información y tomar medidas para prevenir la soledad.
Además, el estudio recoge demandas de las mujeres mayores, como la lucha contra la desigualdad de género. Según ha explicado otra de las investigadoras encargada de presentar este diagnóstico Fermina Rojo “las mujeres mayores se enfrentan a desafíos únicos” por la brecha económica y la soledad que tiene mayor impacto. Para combatir el edadismo, la experta ha destacado la necesidad de promover el voluntariado y actividades intergeneracionales. “Son muy eficaces porque se valora la experiencia de los mayores”.
09 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
oct
9
Rendimiento de la medicación y las pruebas prácticas entre adultos mayores cognitivamente sanos
Algunos medicamentos comunes (incluidos los antidepresivos, los somníferos y los analgésicos) pueden afectar las habilidades de conducción de las personas mayores, encuentra un estudio reciente.
Muchas clases diferentes de medicamentos se han relacionado con el riesgo de problemas para conducir, como podría haber adivinado cualquiera que haya leído alguna vez la advertencia en la etiqueta «no opere maquinaria pesada».
Pero el nuevo estudio adoptó un enfoque particularmente riguroso para investigar el problema: seguir a los adultos mayores durante hasta 10 años y evaluar sus habilidades de conducción con exámenes prácticos anuales. Y resultó que aquellos que usaban ciertas clases de medicamentos tenían un mayor riesgo de reprobar el examen práctico en algún momento.
Puntos clave
Pregunta
¿Qué medicamentos potencialmente perjudiciales para el conductor están asociados con un rendimiento deficiente en los exámenes prácticos a lo largo del tiempo?
Hallazgos
En este estudio de cohorte de 198 conductores cognitivamente sanos de 65 años o más, los antidepresivos (incluidos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina), los sedantes o hipnóticos y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides o las categorías de medicamentos como paracetamol se asociaron con un mayor riesgo de reprobar una prueba de conducción a lo largo del tiempo. No se encontraron asociaciones estadísticamente significativas entre los anticolinérgicos o antihistamínicos y el bajo rendimiento.
Significado
Los hallazgos de este estudio sugieren que los médicos y farmacéuticos deben ser conscientes de los riesgos potenciales de conducción en conductores mayores a quienes se les recetan medicamentos psicotrópicos y analgésicos y brindar consultas en consecuencia.
Importancia
A los adultos mayores se les recetan cada vez más medicamentos que tienen efectos adversos. Estudios anteriores han encontrado que un mayor riesgo de accidentes automovilísticos está asociado con el uso de ciertos medicamentos.
Objetivo
Determinar si clases de medicamentos específicos se asociaron con una disminución del rendimiento según lo evaluado mediante una prueba práctica estandarizada en una muestra comunitaria de adultos mayores cognitivamente sanos, para evaluar asociaciones adicionales de un rendimiento deficiente en la prueba práctica con condiciones médicas comórbidas y características demográficas, y para probar la hipótesis de que ciertas clases de medicamentos específicos (antidepresivos, benzodiazepinas, sedantes o hipnóticos, anticolinérgicos, antihistamínicos y antiinflamatorios no esteroides o acetaminofén) se asociarían con un aumento en el riesgo de deterioro del rendimiento al conducir con el tiempo.
Diseño, entorno y participantes
Este fue un estudio de cohorte prospectivo de 198 adultos cognitivamente sanos de 65 años o más con una licencia de conducir válida a quienes se les dio seguimiento anualmente, con inscripción continua.
Los datos se recopilaron de participantes en St Louis, Missouri y la vecina Illinois que estaban inscritos en el Centro Knight de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer. Los datos se recopilaron del 28 de agosto de 2012 al 14 de marzo de 2023 y se analizaron del 1 al 25 de abril de 2023.
Participantes con cognición saludable, definida como una puntuación de calificación clínica de demencia de 0 en las visitas iniciales y posteriores, que tenían información clínica, se incluyeron datos neuropsicológicos, pruebas prácticas y medicación autoinformada.
Exposición
Uso de medicamentos potencialmente perjudiciales para el conductor.
Principales resultados y medidas
La medida de resultado principal fue el desempeño en el examen práctico de la Universidad de Washington (aprobado o marginal/reprobado). Se utilizaron modelos multivariables de riesgos proporcionales de Cox para evaluar las asociaciones entre el uso de medicamentos potencialmente perjudiciales para el conductor y el rendimiento en las pruebas prácticas.
Resultados
De los 198 adultos incluidos (edad inicial media [DE], 72,6 [4,6] años; 87 mujeres [43,9 %]), 70 (35 %) recibieron una calificación marginal/reprobada en la prueba práctica durante un seguimiento medio (DE) hasta 5,70 (2,45) años.
Cualquier uso de antidepresivos (razón de riesgo ajustada [aHR], 2,68; IC del 95 %, 1,69-4,71), inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (aHR, 2,68; IC del 95 %, 1,54-4,64), sedantes o hipnóticos (aHR, 2,70; IC del 95 %, 1,54-4,64); IC del 95%, 1,40-5,19) o medicamentos antiinflamatorios no esteroides (aHR, 2,72; IC del 95%, 1,31-5,63) se asoció con un aumento en el riesgo de recibir una calificación de marginal/reprobado en la prueba práctica en comparación con los individuos de control.
Por el contrario, los participantes que tomaban agentes hipolipemiantes tenían un menor riesgo de recibir una calificación de marginal/suspenso en comparación con los individuos de control.
Conclusiones y relevancia
En este estudio de cohorte prospectivo, clases de medicamentos específicos se asociaron con un aumento en el riesgo de un desempeño deficiente en las pruebas prácticas con el tiempo. Los médicos deben considerar esta información y asesorar a los pacientes en consecuencia al recetar estos medicamentos.
Comentarios
Cuando las personas mayores tomaban antidepresivos, sedantes/hipnóticos (medicamentos para dormir) o antiinflamatorios no esteroides (AINE), tenían casi tres veces más probabilidades de obtener una calificación reprobatoria o «marginal» que los no usuarios.
Los hallazgos no prueban que los medicamentos sean los culpables, afirmó el investigador principal, el Dr. David Carr , especialista en medicina geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis. Puede ser difícil, dijo, trazar una línea directa entre un medicamento en particular y la disminución de las habilidades para conducir: ¿es ese medicamento, la afección médica que está tratando u otro medicamento que está tomando un adulto mayor?
Sin embargo, en este estudio, Carr y sus colegas pudieron tener en cuenta muchos factores, incluidas las afecciones médicas, la memoria y las habilidades de pensamiento de los participantes, los problemas de visión y si vivían en vecindarios más prósperos o desfavorecidos. Y ciertos grupos de medicamentos todavía estaban vinculados con un peor desempeño al conducir.
Más allá de eso, dijo Carr, se sabe que muchos de los medicamentos en cuestión actúan sobre el sistema nervioso central, con efectos secundarios potenciales, como somnolencia y mareos, que podrían afectar la conducción.
«La conclusión es que debemos prestar atención a esto y asesorar a nuestros pacientes», afirmó Carr, y añadió que duda que esto esté sucediendo de forma rutinaria.
Desafortunadamente, añadió, durante las visitas al médico, ocupadas y de tiempo limitado, las discusiones sobre los efectos secundarios de los medicamentos pueden quedar en el camino. Ahí es donde los pacientes deben ser proactivos, dijo Carr: hacer preguntas sobre los posibles efectos secundarios cuando obtenga una nueva receta. Y si se pregunta si su lentitud u otros síntomas podrían deberse a un medicamento, hable con su proveedor de atención médica.
«No quisiéramos que nadie dejara de tomar sus medicamentos por sí solo», enfatizó Carr. «Hable con su proveedor de atención médica sobre cualquier cambio».
Jake Nelson, director de investigación y defensa de la seguridad vial de la organización sin fines de lucro AAA, se hizo eco de ese punto. La buena noticia, dijo Nelson, es que su médico podría hacer algunos cambios, como cambiar a un medicamento diferente o ajustar la dosis o la hora del día en que se toma un medicamento en particular. «No se sienta como una carga al hacer estas preguntas», dijo Nelson, que no participó en el estudio. «Se trata de anteponer su salud y seguridad».
Sin embargo, también destacó el papel de la industria farmacéutica a la hora de abordar la cuestión. Hay mejores formas, afirmó Nelson, de alertar a los usuarios de medicamentos sobre el riesgo de tener problemas para conducir, que normalmente está oculto en la «letra pequeña».
El estudio, publicado el 29 de septiembre en JAMA Network Open, involucró a 198 adultos que tenían 73 años, en promedio, al principio. Ninguno tenía signos de deterioro cognitivo (problemas con la memoria, el juicio u otras habilidades de pensamiento).
Los participantes del estudio se sometieron a controles anuales, que incluían una prueba práctica con un instructor de conducción profesional, durante un máximo de 10 años (unos cinco años, en promedio). Durante ese período, el 35 % recibió en algún momento una calificación reprobatoria y marginal en el examen práctico.
Las personas mayores que tomaban antidepresivos, somníferos o AINE tenían un mayor riesgo. Las probabilidades eran mayores para aquellos que tomaban antidepresivos o medicamentos para dormir: entre un 16 y un 17 por ciento tenían un mal rendimiento en carretera por año en general. Eso se compara con tasas del 6 % al 7 % de sus pares que no usan esos medicamentos.
Hubo un par de sorpresas, dijo Carr. Los investigadores no encontraron ningún vínculo entre los antihistamínicos o los medicamentos anticolinérgicos y el rendimiento al volante de las personas mayores.
Los antihistamínicos son conocidos por provocar somnolencia en sus usuarios. Los medicamentos anticolinérgicos se usan para tratar una variedad de afecciones, desde vejiga hiperactiva hasta enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y síntomas de Parkinson. Pueden provocar efectos secundarios como sedación y visión borrosa.
Pero, dijo Carr, es posible que los conductores mayores en este estudio estuvieran usando antihistamínicos más nuevos que no producen somnolencia o que hubiera muy pocas personas que tomaran anticolinérgicos para detectar un efecto significativo.
Independientemente de los medicamentos que estén usando, Carr dijo que los adultos mayores deben hablar con su médico sobre cualquier señal de alerta, como sentirse somnoliento o con una reacción más lenta, o haber estado «en peligro» en el camino.
Referencia
Carr DB, Beyene K, Doherty J, Murphy SA, Johnson M, Domash H, et al. Medication and Road Test Performance Among Cognitively Healthy Older Adults. JAMA Netw Open[Internet]. 2023[citado 7 0ct 2023];6(9):e2335651. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.35651
9 octubrev2023 |Fuente: Intramed || Tomado de Noticia
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Investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney (Australia) han publicado un estudio en JAMA que apunta que el tratamiento antihipertensivo continuado a lo largo de la vida es una parte importante de la prevención de la demencia. Este metaanálisis, que incluye datos de 34 000 adultos mayores en 17 estudios, ha descubierto que el uso de antihipertensivos se asocia con un menor riesgo de demencia en comparación con los individuos con hipertensión no tratada a lo largo de todas las edades en las últimas etapas de la vida. Los individuos con hipertensión tratada no presentaron un mayor riesgo de demencia en comparación con los controles sanos.
La hipertensión en la mediana edad se asocia con un aumento del riesgo de demencia por todas las causas de aproximadamente un 60 % y un aumento del riesgo de demencia de Alzheimer de aproximadamente un 25 %. Sin embargo, en la tercera edad, esta asociación no se ha observado de forma consistente, y la mayoría de los estudios no han encontrado ninguna asociación o han encontrado que una mayor presión arterial sistólica (PAS) o diastólica (PAD) se asociaba con un menor riesgo de demencia.
El análisis incluyó 17 estudios con 34 519 adultos mayores residentes en la comunidad (20 160 mujeres) con una edad media de 72,5 años y un seguimiento medio de 4,3 años. En el análisis principal, parcialmente ajustado, que incluyó 14 estudios, los individuos con hipertensión no tratada tenían un 42 % más de riesgo de demencia en comparación con los controles sanos y un 26 % más de riesgo en comparación con los individuos con hipertensión tratada.
Los autores concluyen que la hipertensión es un factor de riesgo asociado con la demencia en la vejez. El uso de antihipertensivos se asoció con una disminución del riesgo de demencia en personas con hipertensión al final de la vida; por lo tanto, la reducción del riesgo de demencia puede ser uno de los múltiples objetivos del tratamiento antihipertensivo al final de la vida.
Referencia
Lennon MJ, Lam Pam BC, Lipnicki DM, Crawford JD, Peters R, Schutte AE, et al. Use of Antihypertensives, Blood Pressure, and Estimated Risk of Dementia in Late Life: An Individual Participant Data Meta-Analysis. JAMA Netw Open[Internet]. 2023[citado 5 oct 2023];6(9):e2333353. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.33353
6 octubre 2023 |Fuente: Neurología.com| Tomado de Noticia
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Seguir un programa rutinario de ejercicio podría ayudar a la gente mayor a moverse mejor, pero eso no significa necesariamente que estén más seguros sobre sus pies o que pierdan el temor a caerse, indicó un estudio alemán. Read more