abr
20
Investigadores del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas (Estados Unidos) han construido un nuevo atlas de células pulmonares, descubriendo nuevas vías celulares y precursores en el desarrollo del adenocarcinoma de pulmón, el tipo más común de cáncer de pulmón. Estos hallazgos, publicados en Nature abren la puerta al desarrollo de nuevas estrategias para detectar o interceptar la enfermedad en sus primeras etapas.
En concreto, el equipo generó un atlas de alrededor de 250 000 células epiteliales normales y cancerosas que recubren los pulmones estudiando los cambios genéticos en cada una de estas células individualmente utilizando una tecnología llamada secuenciación unicelular.
Entre los hallazgos clave de este esfuerzo multidisciplinario estuvo el descubrimiento y la validación de un estado de células alveolares de transición que alberga mutaciones de KRAS, incluso en células pulmonares normales, y, en última instancia transiciones a adenocarcinoma de pulmón.
Las células alveolares, que son células epiteliales cruciales para el intercambio de gases dentro del pulmón, se pueden agrupar en dos tipos de células. Las celdas de tipo I son más comunes y funcionan principalmente en el intercambio de gases, mientras que las celdas de tipo II son menos nuemrosas y brindan apoyo a este proceso. En caso de lesión del pulmón las células de tipo II tienen propiedades inherentes que les permiten diferenciarse en células de tipo I para reemplazar las células dañadas.
La gran cantidad de células epiteliales que estudiadas junto con las nuevas tecnologías, permitieron identificar dos destinos distintos para las células tipo II. Ambas comparten un estado intermedio común, pero un camino conduce a células tipo I y el otro progresa a tumores. Curiosamente, incluso encontraron estas células intermedias en el tejido pulmonar normal y en las regiones normales que rodean los cánceres de pulmón, y están atrapadas allí.
Los investigadores también descubrieron que estas células intermedias en el tejido normal, que aún no eran cancerosas o incluso precancerosas, tenían mutaciones impulsoras de KRAS que no se encontraron en otros tipos de células pero que coincidían con las de los tumores de los mismos pacientes.
Según los autores, la secuenciación masiva estableció previamente mutaciones de KRAS en tejido normal. Pero utilizando este nuevo enfoque y otras herramientas computacionales, los investigadores establecieron que estas mutaciones provenían de un tipo de célula específico e infirieron que podrían ser precursoras del adenocarcinoma. Se necesita un análisis más profundo de este proceso de transición para comprender completamente los mecanismos de funcionamiento.
De esta forma, el estudio proporciona evidencia inequívoca de que, de hecho, las células tumorales surgen de estas células intermedias, lo que abre la puerta a nuevas vías de investigación. Así los hallazgos sugieren que los inhibidores de KRAS podrían ser clínicamente beneficiosos para el tratamiento o incluso la interceptación de las etapas primitivas del adenocarcinoma de pulmón.
19 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia
mar
26
Médicos y pacientes de cáncer de pulmón han reclamado integrar la sexualidad en la consulta oncológica para conocer los efectos que la enfermedad y los tratamientos tienen en su sexualidad y, en el caso de las mujeres, han pedido información que vaya más allá de la maternidad.
Así lo ha expresado la Asociación de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) que ha presentado este jueves la segunda edición del proyecto ‘A Pulmón’ para visibilizar el cáncer ‘y convivir con la enfermedad de manera diferente, rompiendo estigmas y afrontando retos, como el montañismo’.
En el acto, el coordinador médico de ‘A pulmón’, Santiago Viteri, ha resaltado la importancia de integrar la sexualidad en los procesos oncológicos, ‘un aspecto de la vida y la salud del paciente que muchas veces no se explora por falta de tiempo o tabú social’.
El impulsor de la iniciativa, Alberto Urtasun, ha incidido en la situación de las mujeres con cáncer, quienes ven limitado el seguimiento de su sexualidad a una vigilancia de la fertilidad, y ha afirmado que los oncólogos deberían ofrecer información sobre los efectos secundarios que tienen los tratamientos sobre aspectos como la sensibilidad sensorial, la lubricación o los niveles hormonales de las afectadas.
Pacientes como Teresa han reivindicado un cambio en la atención oncológica en lo referente a sexualidad y ha lamentado que la preocupación se centre en si podrán o no tener hijos.
El sexo forma parte de nuestras vidas y tendríamos que darle cancha libre en el tratamiento médico’, señala Vanesa, paciente que logró escalar el Pico de Sotllo del Pirineo catalán tan solo 90 después de su operación.
Esta reivindicación forma parte del objetivo de la AEACaP de mejorar la calidad de vida de los pacientes de cáncer de pulmón, un diagnóstico que era desfavorable en la mayoría de los casos, pero que gracias a la investigación cada vez tiene más supervivencia.
Así, el estigma que recae sobre el paciente es una barrera que le impide desarrollar su vida con la mayor normalidad posible, con independencia de la edad, el diagnóstico y el pronóstico que tenga.
Por ello, uno de los oncólogos participantes del proyecto ‘A pulmón’, Fabio Franco, ha expresado la importancia de ‘quitar la mesa entre el paciente y el médico’ y de impulsar iniciativas que permitan a los pacientes ‘compartir su propia experiencia’ y ‘contagiarse de esta visión de la vida y de la enfermedad’.
Si puedo subir una montaña podré superar muchos más retos. (…) Los pacientes no somos tan pacientes, no somos enfermos. La calidad de vida no la podemos perder, la tenemos que cuidar’, comenta Vanesa.
Madrid, 21 marzo 2024|Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
ene
19
El tratamiento con este tipo de fármacos oncológicos parece elevar el riesgo de problemas oculares, lo que debe tenerse en cuenta en el manejo de estos enfermos.
El gen del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) es en la actualidad una diana de tratamiento en el cáncer de pulmón no microcítico (además de en otros tipos como el de colon y el de mama).
Desde la aparición de los primeros fármacos inhibidores de EGFR se han desarrollado hasta tres generaciones de estas terapias para el cáncer de pulmón (gefitinib y erlotinib; afatinib, y osimertinib); y hay una cuarta generación de la familia en investigación.
Entre los efectos adversos informados con los inhibidores de EGFR se encuentran las alteraciones cutáneas y oculares. Ahora, un nuevo estudio que se publica en JAMA Ophthalmology ha profundizado en la potencial toxicidad oftálmica para señalar un marcado riesgo de queratitis.
El estudio utiliza la base de datos estadounidense TriNetX, que recoge a 1.388.108 pacientes con cáncer de pulmón, incluidos 22.225 tratados con inhibidores del EGFR, en un seguimiento de más de dos décadas. La investigación revela que el 1,12% de los enfermos que recibían estos fármacos presentaban queratitis de nueva aparición, comparados con el 0,74% de los que no recibían esa terapia.
Ojo seco
El riesgo se contemplaba para varios subtipos de queratitis, incluidas la úlcera corneal y la queratitis superficial, así como queratoconjuntivitis, que se asocia al desarrollo de la enfermedad del ojo seco.
«Estos resultados respaldan la necesidad de un diagnóstico y tratamiento rápidos de los problemas oculares asociados con los inhibidores de EGFR para prevenir complicaciones graves o interrupciones del tratamiento», escriben los autores, dirigidos por Kevin Sheng-Kai Ma, de la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston.
El estudio incluye a pacientes mayores de 18 años con cáncer de pulmón tratados con inhibidores de EGFR de primera a tercera generación. En la investigación se tomaron en cuenta los diagnósticos de queratitis de nueva aparición, úlcera corneal, queratitis superficial, queratoconjuntivitis, queratitis intersticial y profunda, y neovascularización corneal.
Los científicos sugieren que el mayor riesgo de queratitis asociado al tratamiento con inhibidores de EGFR podría ser el resultado de varios mecanismos potenciales, incluida una inadecuada reparación de las células epiteliales corneales dañadas.
Posibles causas
Así, escriben que «el tratamiento con inhibidores de EGFR se ha relacionado con la tricomegalia, un efecto adverso ocular reconocido que eleva el riesgo de daño de las células corneales debido al crecimiento excesivo anormal y pestañas desalineadas», exponen los investigadores.
«Además, los inhibidores de EGFR inhiben la proliferación, estratificación y migración de las células madre del limbo y de la córnea, lo que impide la reparación adecuada de las células epiteliales corneales dañadas”.
Referencia: Huang P, Lin C, Dana R, Ma KS. Epidermal Growth Factor Receptor Inhibitors for Lung Cancer and the Risk of Keratitis. JAMA Ophthalmol[Internet].2024[citado 19 ene 2024];. doi:10.1001/jamaophthalmol.2023.6089
15 enero 2024| Fuente: Diario Médico |Tomado de | especialidades Oftalmología
sep
2
Investigadores del Instituto Weizmann identifican un biomarcador que podría permitir a un subgrupo de pacientes con cáncer de pulmón beneficiarse de un tratamiento sin recaídas.
Las personas no fumadoras que desarrollan cáncer de pulmón pueden ser tratadas eficazmente con nuevos fármacos, pero sus tumores se niegan a rendirse sin luchar. Los fármacos dejan de funcionar a largo plazo porque los tumores adquieren mutaciones secundarias que les permiten eludir el efecto terapéutico de los medicamentos.
Una investigación publicada en la revista Cell Reports Medicine y realizada por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias proporciona resultados que podrían llevar a un tratamiento sin recaídas para un subgrupo considerable de pacientes con cáncer de pulmón. En un estudio realizado en ratones, los científicos han identificado un biomarcador que podría ayudar a los médicos a seleccionar a los pacientes con cáncer de pulmón que pueden ser tratados con un único fármaco basado en anticuerpos, el cual posiblemente derive en una remisión completa, sin recaída del cáncer.
“Hemos hallado un biomarcador potencial que podría cambiar la forma en que se trata a los pacientes con cáncer de pulmón en todo el mundo”, afirma el profesor Yosef Yarden, del Departamento de Inmunología y Biología Regenerativa de Weizmann, director del estudio. “De forma similar a cómo la presencia de mutaciones en genes BRCA predice cómo responderán los pacientes con cáncer de mama y ovario a los fármacos, el nuevo biomarcador podría hacer posible emparejar a algunos pacientes con cáncer de pulmón con la medicación específica con más probabilidades de ayudarles.”
Centrarse en las mutaciones que importan
La mayoría de los cánceres de pulmón se deben al tabaquismo, pero la segunda mayor fracción de casos afecta a no fumadores y se caracteriza por mutaciones en un gen llamado EGFR. El estudio comenzó cuando la Dra. Ilaria Marrocco, entonces investigadora postdoctoral en el laboratorio de Yarden, revisó la bibliografía de ensayos clínicos y se dio cuenta de que todos los pacientes con cáncer de pulmón EGFR-positivo recibían el mismo tratamiento multimedicamentoso, independientemente de cuál de las 30 mutaciones conocidas del EGFR se encontrara en sus tumores. Eventualmente, estos pacientes acababan desarrollando una resistencia a los fármacos que provocaba la recaída del cáncer. Marrocco se preguntó si, clasificando los tumores de pulmón en función de las mutaciones específicas del gen EGFR, sería posible crear un protocolo farmacológico más personalizado y lograr mejores resultados.
“La observación del Dr. Marrocco nos inspiró para buscar un biomarcador que predijera qué pacientes responderían bien a la terapia, según las mutaciones específicas que portaran”, señala Yarden. Los científicos decidieron centrarse en una de las dos variantes genéticas más comunes asociadas al gen EGFR en el cáncer de pulmón: la mutación L858R, en la que un solo aminoácido, de entre varios cientos, se sustituye por otro, en la posición 858 de la proteína EGFR. Esta mutación se produce en aproximadamente el 40 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón cuyos tumores se caracterizan por mutaciones en el gen EGFR.
Los científicos eligieron estudiar el cambio L858R porque, a diferencia de otras mutaciones que afectan a EGFR, tiene un impacto único en su función. “A diferencia de las demás mutaciones, esta mutación requiere que los receptores se emparejen en la membrana de la célula cancerosa, tras lo cual se envían al núcleo señales que ordenan a la célula iniciar la replicación”, explica Yarden. “Utilizando un modelo de ratón de cáncer de pulmón con la mutación L858R, descubrimos que, si no se produce este emparejamiento, es como un cortocircuito: la señal para iniciar la replicación celular no puede enviarse al núcleo y el tumor no crece”.
A continuación, los investigadores bloquearon la unión tratando a los ratones con un fármaco anticuerpo llamado cetuximab, conocido por su nombre comercial Erbitux, desarrollado a partir de las investigaciones de Yarden y el difunto profesor Michael Sela. Erbitux ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento del cáncer de colon y de cabeza y cuello.
“Tras el tratamiento con Erbitux, los tumores de pulmón de los ratones se redujeron y no volvieron a aparecer, ni siquiera después de mucho tiempo”, afirma Yarden. “Estos resultados indican que, para el gran número de pacientes humanos con cáncer de pulmón que presentan la mutación L858R, un único fármaco podría ofrecer una vía hacia la recuperación total, sin el devastador fenómeno de la recaída del cáncer”.
El nuevo estudio también explica por qué los intentos anteriores de tratar con Erbitux el cáncer de pulmón con mutaciones en EGFR habían fracasado o, en el mejor de los casos, habían producido resultados contradictorios. “Desde que se aprobaron los nuevos inhibidores del EGFR como fármacos contra el cáncer de pulmón hace casi 10 años, todos los pacientes reciben estos medicamentos anti-EGFR, independientemente de la identidad y el número de sus mutaciones en EGFR. Son muy eficaces durante un tiempo, pero permiten la aparición de mutaciones secundarias que aceleran la recaída del cáncer”, explica Yarden. “En el momento en que se administra Erbitux, suele ser ineficaz porque sólo puede actuar contra determinadas mutaciones en EGFR. Nuestro estudio demuestra la importancia de preseleccionar desde el principio a los pacientes con cáncer de pulmón que pueden ser tratados eficazmente con Erbitux, en función de su perfil de mutaciones.”
Los científicos afirman que el siguiente paso sería poner en marcha un ensayo clínico para establecer la eficacia de este tratamiento en pacientes humanos con cáncer de pulmón, algo que se verá facilitado por el hecho de que Erbitux ya ha sido aprobado para tratar otros tipos de cáncer. Mientras tanto, Yarden y Marrocco están entusiasmados con la posibilidad de que su investigación acabe repercutiendo en la práctica clínica. “El biomarcador L858R podría ayudar a salvar vidas al ofrecer a los médicos una forma de proporcionar un tratamiento farmacológico personalizado a los pacientes con cáncer de pulmón portadores de la mutación pertinente”, señala Marrocco.
Artículo científico: Marrocco I, Giri S, SimonI et al. L858R emerges as a potential biomarker predicting response of lung cancer models to anti-EGFR antibodies: Comparison of osimertinib vs. cetuximab. Cell Rep Med. 2023 Aug 3:101142. doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.xcrm.2023.101142
Referencia
Marrocco I, Giri S, Simoni-Nieves A, Gupta N, Rudnitsky A, Haga Y, et al. L858R emerges as a potential biomarker predicting response of lung cancer models to anti-EGFR antibodies: Comparison of osimertinib vs. cetuximab. Cell Reports Medicine. 2023, 4(8). https://doi.org/10.1016/j.xcrm.2023.101142.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2666379123002951?via%3Dihub
28/08/2023(genotipia.com) Tomado- Noticias de investigación Copyright 2023 © Genotipia
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