riesgo demenciaUn nuevo estudio revela los 15 factores de riesgo para desarrollar demencia antes de los 65 años. La salud mental y la vitamina D juegan un papel importante.

La percepción común asocia la demencia senil principalmente con personas mayores de 65 años. No obstante, lo que quizás no es tan conocido es el creciente número de casos de demencia de inicio precoz, afectando a individuos de entre 30 y 64 años. Según datos de la Organización Mundial para la Salud, actualmente más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo.

En 2020, una revisión publicada en The Lancet ya había identificado 12 factores de riesgo clave para la demencia que podrían modificarse. Sin embargo, un nuevo estudio amplía considerablemente nuestro entendimiento, destacando 15 factores adicionales que podrían influir en el desarrollo de la demencia de aparición temprana, una condición que afecta a personas menores de 65 años.

Entre los factores identificados en el estudio publicado en JAMA Neurology se encuentran elementos de estilo de vida como el trastorno por consumo de alcohol y el aislamiento social, así como problemas de salud como la depresión, los accidentes cerebrovasculares, la discapacidad auditiva y las enfermedades cardíacas. Sorprendentemente, este estudio también señala la deficiencia de vitamina D como un factor de riesgo.

Estudio con 350 000 participantes

«Este es el estudio más grande y sólido de su tipo jamás realizado,» dijo el profesor David Llewellyn de la Universidad de Exeter. «Revela que podemos tomar medidas para reducir el riesgo de esta afección debilitante, centrándonos en una variedad de factores diferentes.»

El estudio analizó datos de más de 350 000 personas menores de 65 años de la base de dato UK Biobank en Reino Unido, evaluando una amplia gama de factores de riesgo, desde predisposiciones genéticas hasta estilos de vida e influencias ambientales. Este enfoque integral ha proporcionado una visión sin precedentes de cómo se podría reducir el riesgo de demencia.

La salud mental, un factor clave

«Además de los factores físicos, la salud mental también juega un papel importante,» enfatiza el doctor Stevie Hendriks de la Universidad de Maastricht. «Evitar el estrés crónico, la soledad y la depresión puede ser clave para reducir el riesgo de demencia en este grupo.»

El estudio no solo destaca estos factores de riesgo, sino que también proporciona una hoja de ruta para posibles intervenciones preventivas. Con la estimación de que hay alrededor de 370.000 nuevos casos de demencia de aparición temprana cada año a nivel mundial, este descubrimiento abre nuevas vías para combatir una enfermedad que, según las estimaciones, afectará a 150 millones de personas para el año 2050.

«Creemos que esto podría presagiar una nueva era en las intervenciones para reducir los nuevos casos de esta afección,» señala Janice Ranson, investigadora de la Universidad de Exeter.

Ver artículo:  Hendriks S, Ranson JM, Peetoom K, Lourida I, You Tai X, Vugt de M, et al. Risk Factors for Young-Onset Dementia in the UK Biobank. JAMA Neurol[Internet]. 2023[citado 4 feb 2024]. doi:10.1001/jamaneurol.2023.4929

9 enero 2024| Fuente: dw.com| Tomado de | Ciencia

adolescentes-estresados-3-728En experimentos con ratas, investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, observaron alteraciones en genes relacionados con el metabolismo energético en el tejido cerebral.

El estrés excesivo durante la adolescencia puede causar alteraciones en el perfil de los genes que se expresan en el cerebro, especialmente de aquellos relacionados con las funciones bioenergéticas. Tales cambios tienen efectos sobre el proceso de respiración celular, y esto estaría asociado con problemas conductuales y trastornos psiquiátricos en la edad adulta. Esta conclusión surge de un estudio con ratas realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP), en Brasil. Y los resultados del mismo salieron publicados en la revista Translational Psychiatry.

No es novedad que la adolescencia lleva la impronta de una serie de cambios en el cuerpo y en la conducta. Durante ese período de la vida, el cerebro pasa por alteraciones estructurales y funcionales moldeadas por factores tanto neurobiológicos como sociales. “En efecto, al igual que sucede en los humanos, los cerebros de las ratas adolescentes son extremadamente plásticos, y esa plasticidad se observa tanto a nivel molecular como en el ámbito conductual. Los cambios en los perfiles de expresión de genes específicos en diferentes áreas del cerebro generan alteraciones de conectividad celular, lo que se amplifica sistémicamente y deriva en alteraciones de conducta persistentes en la edad adulta, que están correlacionadas con trastornos psiquiátricos”, explica Thamyris Santos-Silva, por entonces doctoranda en farmacología en la FMRP-USP y autora principal del trabajo.

La adolescencia constituye un período crítico para la plasticidad cerebral dependiente de las conductas sociales”, añade Felipe Villela Gomes, docente del Departamento de Farmacología de la FMRP-USP y coordinador del estudio. “Durante esa etapa, aumenta la susceptibilidad a los factores socioambientales adversos, tales como traumas, insultos y malos tratos, y las experiencias sociales pueden tener influjo sobre la vulnerabilidad y la resiliencia al estrés.”

La corteza prefrontal es un área cerebral extremadamente susceptible a la acción de estresores durante la adolescencia. Y es aquella que, al madurar, hace posible tener un mayor control cognitivo sobre las emociones, tal como puede observarse en la edad adulta. En las ratas estresadas durante la adolescencia, esa área exhibió menores niveles de expresión de genes claves en la función respiratoria de las mitocondrias. Estos orgánulos son los principales productores de la energía química destinada al funcionamiento de las neuronas, las células fundamentales del cerebro. Esto refuerza la participación de las mitocondrias como reguladoras de conductas sociales, entre ellas la respuesta al estrés.

En la referida investigación, apoyada por la FAPESP, se analizaron durante una primera etapa las consecuencias conductuales del estrés –sobre la ansiedad, la sociabilidad y la cognición– en ratas al final de la adolescencia. Para ello se expuso a los animales a un protocolo de estrés durante diez días consecutivos, coincidentes con un intenso período de plasticidad cerebral. Posteriormente, se los sometió a evaluaciones específicas, que mostraron perjuicios significativos en todos los test conductuales. “Observamos que durante esa fase de la vida los animales estresados exhibían de manera más acentuada un perfil conductual deteriorado, con ansiedad y mengua de la sociabilidad y de la función cognitiva”, comenta Villela Gomes.

Para analizar si estas variaciones se reflejaban también en la expresión génica, se enviaron muestras de ARN al Laboratorio de Genética del Comportamiento del Brain Mind Institute, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), liderado por la profesora e investigadora Carmen Sandi. Allí se realizó la secuenciación de ARN mensajero, que refleja el perfil de los genes expresados en los cerebros analizados. Los datos se examinaron con herramientas de bioinformática, una etapa financiada por el Programa PrInt USP/Capes, el Programa Institucional de Internacionalización mantenido en conjunto por la USP y la Capes (la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior, la agencia científica de fomento del Ministerio de Educación de Brasil).

Este análisis mostró alteraciones en los genes de la corteza prefrontal de los animales estresados: entre los diez principales genes afectados, varios aparecieron asociados con vías relacionadas con el estrés oxidativo y con la función mitocondrial, un componente celular fundamental para la producción de la energía destinada cerebro”, dice Villela Gomes. El trabajo comprendió también un análisis tendiente a evaluar el consumo de oxígeno mitocondrial en el cerebro de esos animales, que también apareció perjudicado por el estrés.

“Por ende, contamos ahora con diversas evidencias que señalan la importancia de la función mitocondrial en ese perfil de comportamiento”, afirma Villela Gomes.

Ver artículo completo: Santos Silva T, Hazar Ulgen D, Baeta Lopes CB, Guimarães FS, Alberici LC, Gomes FV. Transcriptomic analysis reveals mitochondrial pathways associated with distinct adolescent behavioral phenotypes and stress response. Translational Psychi[Internet]. 2023. [citado 29 ene 2024]. Disponible en: https://www.nature.com/articles/s41398-023-02648-3

  29 enero 2024| Fuente: Dicyt.com| Tomado de| Noticias| Salud Brasil

redes sociales2Los psicólogos de varios centros sanitarios del grupo Ribera, ante los regalos de miles de dispositivos electrónicos que han traído Papá Noel y los Reyes Magos a los hogares, avisan de que ‘más tiempo en las redes sociales e internet supone un mayor aislamiento y más posibilidad de desarrollar trastornos mentales’.

El equipo de psicólogas del hospital Ribera Polusa y la Clínica Santo Domingo Polusa, Lucía Arza, Cristina López Mouriz, Lucía Fernández y Belén Vázquez, asegura que ‘la práctica clínica demuestra que las tasas de ansiedad y depresión en los jóvenes han aumentado considerablemente en los últimos años, y las redes sociales provocan que esta sintomatología empeore’.

‘Utilizar diariamente plataformas y aplicaciones de internet, ver amigos o ídolos disfrutando activamente de fiestas o eternamente de vacaciones en imágenes poco realistas genera la sensación de que se están perdiendo cosas de un mundo falsamente idílico’, explican, lo que supone ‘un peligro para su autoestima y puede llegar a manifestarse en forma de trastornos emocionales como ansiedad, estrés y depresión, entre otros’.

En esta línea, psicóloga infanto-juvenil Mercedes Maruenda recuerda que la Inteligencia Artificial es una tecnología que forma parte de nuestras vidas desde hace años, como las recomendaciones en las plataformas de televisión o música, o en las redes sociales, aunque está adquiriendo más presencia en diferentes ámbitos.

Pero añade que ‘dado que la IA nos ‘facilita y guioniza’ el camino a seguir, en los niños esto puede afectar a nivel cognitivo y emocional, además de que limita la imaginación y la creatividad, por no hablar de la dependencia que genera, por la multitud de estímulos que ofrece’.

Además, añade, ‘la dependencia puede aislarlos del mundo real, en una etapa en la que son fundamentales las relaciones con el grupo de iguales, y limita un desarrollo emocional saludable.

En la era de la Inteligencia Artificial, las psicólogas de Ribera Polusa insisten en la importancia de la educación digital y emocional para ayudar, sobre todo a los menores, a protegerse de las consecuencias negativas de las publicaciones falsas y no ser manipulados por este tipo de contenidos. En su opinión, es ‘clave’ también mantener unan comunicación abierta padres-hijos, validar sus emociones y ofrecerles apoyo siempre que lo necesiten, además de ‘enseñarles a conocer y valorar sus propias cualidades y logros, independientemente de la aprobación de los demás, fortaleciendo su autoestima, y enseñarles la importancia de gestionar su privacidad’.

Así, recomiendan, además, fomentar el pensamiento crítico, localizar fuentes de información ‘seguras y fiables, valorar diferentes puntos de vista y promover siempre el respeto a los demás’.

‘Para que el menor reaccione ante las fake news de manera crítica, reflexiva y prudente es clave que le enseñemos estos recursos, analicemos juntos posibles noticias falsas y facilitemos lectura de contenidos adecuados a su madurez, con el objetivo de que llegue a ser autónomo, y pueda diferenciar entre un engaño y una noticia real’, aseguran. CONSECUENCIAS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES La Asociación Española de Videojuegos asegura que el 70% de los niños que usan consolas para jugar a videojuegos tiene entre 11 y 14 años.

Sin embargo, más de la mitad de menores de entre 6 y 11 años (un 57%) ya pasa varias horas a la semana con este tipo de entretenimiento. Además, la mayoría de menores de 11 años tienen móvil y con él, acceso ilimitado a internet y las redes sociales.

Ante esta situación, las especialistas señalan que la adolescencia ‘constituye una gran ventana de plasticidad neuronal, dónde el cerebro se desarrolla para ser más eficaz. Esta flexibilidad, deja a los jóvenes más expuestos a influencias externas, tales como la manipulación de imágenes, videos y audios, incluida la inteligencia artificial, causando en ocasiones confusión y afectándoles emocionalmente’.

Por su parte, Juan Pablo López, psicólogo especializado en adicciones de Ribera Hospital de Molina, asegura que ‘estamos viendo un aumento alarmante de niños que llegan a nuestras consultas con problemas para dejar sus dispositivos, manifestando agresividad, irritabilidad y dificultades en su relación con sus padres y, en algunos casos, una disminución o retraso en el desarrollo del lenguaje’. Pomba Liñares, psiquiatra y pediatra, y Mónica Villar, psicóloga sanitaria y neuropsicóloga, están al frente de la Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil del hospital Ribera Povisa, y aseguran que en los últimos años han aumentado casi un 50% y se han agravado los problemas de salud mental en niños y adolescentes, con más síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas. Explican que el Covid y los meses de aislamiento y restricciones para el contacto social han influido, pero la situación no se ha revertido tras la vuelta a la normalidad en todos los ámbitos. ‘Aproximadamente la mitad de los trastornos mentales tienen su debut antes de los 18 años’, explica la doctora Pomba Liñares, que remarca la relevancia de la detección temprana: ‘El reconocimiento precoz y el adecuado manejo de las primeras manifestaciones clínicas puede determinar un cambio esencial en el curso y el pronóstico de las enfermedades mentales’, subraya.

 Enero 17 /2024(Europa-Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

esclerosis multipleEnfermedades comunes como depresión, estreñimiento e infecciones del tracto urinario pueden ser una señal de alerta para esclerosis múltiple (EM)

Los pacientes con EM tenían más probabilidades de presentar estos síntomas en los cinco años previos a su diagnóstico

Estos síntomas podrían ayudar a las personas con antecedentes familiares de EM a detectar el trastorno más temprano

Los pacientes en las primeras etapas de la esclerosis múltiple podrían desarrollar ciertos síntomas que ofrecen una pista temprana sobre la enfermedad degenerativa del sistema nervioso, informan unos investigadores.

La depresión, el estreñimiento, las infecciones del tracto urinario y los problemas sexuales son más probables en los pacientes con EM cinco años antes de su diagnóstico oficial, en comparación con las personas que nunca desarrollan EM, encontraron los investigadores.

Esas afecciones también son más propensas a ocurrir en personas con otras enfermedades autoinmunes como el lupus o la enfermedad de Crohn, muestran los resultados.

Estos signos tempranos «no necesariamente conducirían a un diagnóstico más temprano de la enfermedad en la población general, ya que estas afecciones son comunes y también podrían ser signos de otras enfermedades, pero esta información podría ser útil para las personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar EM, como las personas con antecedentes familiares de la enfermedad o aquellas que muestran signos de EM en los escáneres cerebrales pero no tienen ningún síntoma de la enfermedad. dijo la investigadora, la Dra. Celine Louapre, profesora asociada de neurología de la Universidad de la Sorbona, en París.

La esclerosis múltiple se produce cuando el sistema inmunitario ataca la vaina protectora que cubre las fibras nerviosas, lo que provoca una interrupción progresiva de las señales nerviosas entre el cerebro y el cuerpo.

En el estudio, Louapre y sus colaboradores compararon a más de 20 000 personas recién diagnosticadas con EM con casi 55 000 personas que no tienen EM. Cada paciente con EM fue emparejado con tres personas sanas de la misma edad y sexo.

También compararon a los pacientes con EM con casi 30,500 personas con enfermedad de Crohn y más de 7 300 pacientes con lupus.

Los investigadores revisaron específicamente los expedientes médicos, en busca de 113 enfermedades y síntomas diferentes que los pacientes podrían haber tenido en los cinco años anteriores y posteriores a su diagnóstico.

Las personas con EM fueron:

Un 22 % más de probabilidades de tener depresión.

Un 50 % más de probabilidades de tener estreñimiento.

Un 38 % más de probabilidades de tener infecciones del tracto urinario.

Un 47 % más de probabilidades de tener problemas sexuales.

Un 21 % más de probabilidades de tener infecciones de la vejiga.

Alrededor de un 14 por ciento de los pacientes con EM tenían recetas de antidepresivos cinco años antes del diagnóstico, en comparación con un 10 por ciento de los que no tenían EM.

Cinco años después del diagnóstico, al 37 % de los pacientes con EM se les habían recetado antidepresivos, en comparación con el 19 % de los que no tenían EM.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 5 de diciembre de la revista Neurology.

«Por supuesto, no todas las personas que tienen estos síntomas desarrollarán EM», dijo Louapre en un comunicado de prensa de la revista. «Esperamos que, con el tiempo, estos primeros signos nos ayuden a comprender los mecanismos biológicos que ocurren en el cuerpo antes de que se desarrollen los síntomas reales de la enfermedad».

Ver más información:  Guinebretiere O, Nedelec T, Gantzer L, Lekens BB, Durrleman S,  Louapre C. Association Between Diseases and Symptoms Diagnosed in Primary Care and the Subsequent Specific Risk of Multiple Sclerosis. Neurology [Internet].2023[citado 8 dic 2023]. https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000207981

9 diciembre 2023 | Fuente: HealthDay |Tomado de Neurología

teléfonos celularLa Asociación Española de Pediatría (AEP) ha advertido este miércoles que, aunque el mal uso de la tecnología afecta a la salud física, mental, sexual y social, además de al neurodesarrollo y el aprendizaje de los menores, prohibirles de forma indiscriminada el móvil no resolverá el problema.

El grupo de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la Salud de la AEP ha opinado así sobre la edad adecuada para el uso de móviles inteligentes por parte de niños y adolescentes y la propuesta de retrasar la adquisición de uno más allá de los 12 años y limitar su uso por debajo de los 16 años que han hecho algunos sectores sociales, educativos y grupos de familias.

Los pediatras consideran necesaria una normativa que exija a las aplicaciones dirigidas a niños cumplir con ciertas obligaciones, desde que incluyan recomendaciones de acuerdo con los años de los usuarios o tiempo de uso que no exceda el aconsejable para cada grupo de edad a que no puedan utilizar los datos de menores para personalizar publicidad.

También que se apliquen medidas que garanticen el cumplimiento de la regulación actual en cuanto a la limitación de edad en el uso de las redes sociales y que se desarrollen sistemas para que exista una limitación real de acceso por parte de los menores a contenido adulto, ya que no todas las familias tienen la capacidad ni el nivel educativo para proteger en la misma medida a sus hijos.

El mal uso de la tecnología digital afecta a la salud física, mental, sexual y social y, en la infancia y en la adolescencia, también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje, subraya la AEP.

Pero ‘los estudios científicos no han demostrado, por el momento, que las prohibiciones indiscriminadas en el uso de los dispositivos móviles supongan un beneficio para la salud de los niños y adolescentes’.

Según los pediatras, el peso de la edad a la que se empieza a utilizar el dispositivo es relativo respecto a otros factores con mayor influencia, como lo son el uso que hacen los propios progenitores, si existen límites para su empleo en casa y la finalidad con la que se usa, el tipo de dispositivo y de contenido que se visualiza, el acompañamiento que hacen los padres o la madurez de cada niño.

‘Pensar que, sólo instaurando una prohibición, el problema del uso inadecuado de los teléfonos móviles se va a resolver, puede hacer que no se haga hincapié por parte de las familias y las instituciones en estos otros factores’, señalan.

La protección de los niños de los potenciales riesgos de las pantallas, añaden, requiere una acción colectiva y consensuada entre los progenitores, los centros escolares, las instituciones encargadas de la protección a la infancia, las empresas tecnológicas y la sociedad en general.

Y reducir el impacto negativo de los medios digitales sobre la salud infanto-juvenil precisa educación y formación tanto a los propios menores como a padres, educadores y sociedad en general, que deben apoyarse en la evidencia científica más actualizada. ‘La clave es aprender a hacer un uso saludable de los dispositivos digitales a cualquier edad’, concluyen.

23 noviembre 2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

vecinos1La importancia de nuestro entorno para la salud mental es de sobra conocido, familiares y amigos se convierten para mucha gente en una red de seguridad, pero los vecinos también cumplen una importante función, ayudándonos a socializar y a abrirnos al mundo, tal y como han revelado ciertos expertos.

Con el paso del tiempo, somos más conscientes de la importancia que tiene una planificación adecuada de las ciudades a la hora de mejorar la vida de los ciudadanos. Cada vez, sin ir más lejos, son más los municipios en España que dan la importancia que merecen a las zonas verdes, en busca de espacios menos agresivos para el ciudadano y que ayuden a compensar la contaminación a la que se enfrenta a diario.

Este es solo un ejemplo, uno de los más evidentes, de cómo una buena planificación urbanística puede mejorar la vida de los ciudadanos, porque todos los detalles son importantes. De algunas cosas nos damos cuenta y otras nos sorprende cuando las descubrimos, por ejemplo, un reciente estudio realizado en Dinamarca asegura que vivir sin vecinos puede ser malo para la salud mental.

Vivir sin vecinos, ¿un problema para la salud mental?

Son varios los estudios que han relacionado el lugar en el que vivimos con la salud mental, porque todo influye a la hora de cuidarnos. Se sabe que la gente que vive en zonas urbanas es más propensa a padecer depresión que quien vive en zonas rurales, pero no se ha estudiado demasiado cómo los diferentes entornos urbanos influyen en la salud mental de las personas que los habitan. Science Advances ha publicado un estudio realizado en Dinamarca en el que se aborda esto.

Este estudio ha llegado a la conclusión que las personas que viven en barrios residenciales, son más propensos a desarrollar depresión que quienes viven en centros urbanos o zonas rurales. Existe un riesgo menor en quienes viven en zonas cercanas a espacios abiertos, parques y zonas de ocio como comercios y escuelas, espacios que favorecen las relaciones y los encuentros.

La intención del estudio es resaltar la importancia de las relaciones a la hora de cuidar la salud mental, porque establece un sentido de comunidad, confianza y reciprocidad entre sus habitantes, tal y como refería Karen Chen, autora principal del estudio.

Mujer haciendo calistenia

Las zonas residenciales suponen modelos en los que el contacto con los vecinos es casi inexistente, son lugares muy individualistas. “Se trata de mejorar la transitabilidad, la capacidad para andar en bicicleta y el transporte público en áreas que originalmente estaban centradas en el automóvil”, explica Chen sobre los objetivos del estudio.

En el estudio se concretó que la combinación de edificios de alta densidad y pocos espacios abiertos reduce la exposición al sol y aumenta la temperatura interior, lo que puede llegar a favorecer el desarrollo de enfermedades como la depresión.

Las relaciones sociales benefician nuestra salud mental

Somos animales sociales, necesitamos comunicarnos y mantenernos en contacto con otros para sentirnos realizados y también para cuidar nuestra salud mental. Hablar, escuchar, compartir ideas… todo ello es importante y nos puede ayudar a sentirnos mejor, menos solos y también menos aislados.

Socializar mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y aumenta la autoestima, porque nos ayuda a sentirnos valorados y respetados. También ayuda a construir nuevas amistades, conociendo a nuevas personas, y fortalece las relaciones que ya tenemos. Promueve el bienestar general, mejorando la salud física y, como venimos señalando, también la salud mental. Socializar es indispensable para mantener activo el cerebro.

La soledad, clave en el incremento de la tristeza

La falta de interacciones sociales dificulta la expresión y el procesamiento de las emociones, lo que puede afectar negativamente a la salud mental porque puede llevar a la acumulación de emociones negativas y aumentar la carga emocional. Las actividades compartidas pueden proporcionar distracciones que mitigan los síntomas de depresión, son actividades agradables que pueden mejorar el estado de ánimo. La soledad puede contribuir al desarrollo de la depresión.

Referencia

Tzu Hsin KC, Thisted Horsal H, Karl SL, Closter AM, Davies M, Barthel S, et al.  Higher depression risks in medium- than in high-density urban form across Denmark. Science Advances[Internet].2023[citado 9 oct 2023];  9(21).

10 octubre 2023 | Fuente: 20minutos| Tomado de Salud

octubre 10, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Enfermedades, Salud Mental | Etiquetas: , |

  • Noticias por fecha

    mayo 2024
    L M X J V S D
    « abr    
     12345
    6789101112
    13141516171819
    20212223242526
    2728293031  
  • Noticias anteriores a 2010

    Noticias anteriores a enero de 2010

  • Suscripción AL Día

  • Categorias

    open all | close all
  • Palabras Clave

  • Administración