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Un estudio dirigido por la Universidad de Glasgow (Reino Unido) en colaboración con la Universidad de Tel Aviv (Israel) y un equipo internacional de investigadores ha descubierto una nueva forma de administrar un tratamiento en el cerebro utilizando un parásito, dando lugar al primer paso para averiguar si estos organismos podrían manipularse para dicho fin.
Este hallazgo, publicado en Nature Microbiology y pionero a escala mundial, representa un nuevo campo de investigación centrado en la posibilidad de utilizar parásitos cerebrales artificiales para administrar tratamientos a través de la barrera hematoencefálica, una complicación importante para el tratamiento de muchas afecciones neurológicas.
El equipo de investigación trabajó con el parásito común del cerebro Toxoplasma gondii, del que se calcula que ya es portador un tercio de la población mundial en estado latente. Toxoplasma gondii ha evolucionado para viajar desde el aparato digestivo hasta el cerebro, donde segrega sus proteínas en las neuronas, y los investigadores querían averiguar si –con algunos cambios clave– este parásito podría utilizarse para transportar de forma segura proteínas terapéuticas clave que ayudaran a tratar enfermedades neurológicas.
Aunque la mayoría de las afecciones neurológicas, como el Alzheimer, el Parkinson y el síndrome de Rett, se han relacionado de algún modo con la disfunción de proteínas, ha resultado complejo atacar el problema en su origen.
La administración de fármacos –incluidas proteínas específicas– a través de la barrera hematoencefálica y en el lugar correcto dentro de las neuronas es difícil, y hasta ahora ha limitado las opciones de tratamiento de estas enfermedades neurológicas.
En este estudio, los investigadores observaron si el parásito Toxoplasma gondii, que ha evolucionado para atravesar fácilmente barreras biológicas como la hematoencefálica (pero también la placentaria), podría actuar como vehículo de administración de medicamentos a las células cerebrales afectadas por enfermedades.
Para probar su hipótesis, el equipo de investigadores tuvo que averiguar primero si podían hacer que los parásitos produjeran las proteínas terapéuticas y, a continuación, comprobar si los parásitos serían capaces de ‘escupir’ las proteínas a las células cerebrales afectadas.
El equipo se centró en diseñar los parásitos para que liberaran la proteína MeCP2, que ya se ha propuesto como una prometedora diana terapéutica para el síndrome de Rett, un trastorno neurológico debilitante causado por mutaciones en el gen MECP2.
El primer éxito se produjo cuando el equipo de investigación de la Universidad de Glasgow, en colaboración con un equipo de la Universidad de Tel-Aviv, consiguió manipular el Toxoplasma gondii para que produjera la proteína MeCP2.
Otros experimentos confirmaron que los parásitos manipulados transportan la proteína a la célula diana en el laboratorio, en organoides cerebrales y en modelos de ratón, todo ello gracias a un amplio equipo de colaboradores con los conocimientos necesarios. El equipo se centra ahora en perfeccionar la ingeniería de los parásitos para que mueran tras liberar la proteína, a fin de evitar que causen daño a las células.
Este trabajo pionero sugiere que, con más investigación y pruebas, los parásitos cerebrales podrían desempeñar un papel en la administración de proteínas terapéuticas al cerebro, y quizá otras aplicaciones.
La profesora Lilach Sheiner, una de las principales autoras del estudio, de la Escuela de Infección e Inmunidad de la Universidad de Glasgow, ha declarado que se trata de un proyecto «de gran envergadura» en el que el equipo de colaboradores pensó «de forma innovadora» para abordar el viejo reto médico de encontrar una forma de administrar con éxito un tratamiento en el cerebro para los trastornos cognitivos.
Sin embargo, los investigadores tienen claro que aún queda mucho por investigar y probar antes de que el parásito pueda utilizarse con seguridad como vehículo de administración terapéutica.
Sheiner añade que «el concepto no está exento de dificultades, teniendo en cuenta los peligros que entraña la infección por Toxoplasma«. Para que el trabajo se convierta en una realidad terapéutica, serán necesarios muchos años más de investigación y desarrollo para aumentar la eficacia y mejorar la seguridad.
Por su parte, el profesor Oded Rechavi ha expuesto que la evolución ya ‘inventó’ organismos capaces de manipular el cerebro. «En vez de volver a inventar la rueda podríamos aprender de ellos y utilizar sus capacidades», ha señalado.
30 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Investigadores del Grupo TXP de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Castellón han publicado los resultados de un ensayo clínico que demuestra que la clozapina puede actuar como un estabilizador del estado de ánimo en pacientes con trastorno esquizoafectivo, «lo que supone un avance significativo para el tratamiento de esta enfermedad», ha informado la institución académica en un comunicado.
El trastorno esquizoafectivo combina síntomas de dos trastornos: la esquizofrenia y el trastorno afectivo, como depresión o trastorno bipolar. Las personas con este trastorno pueden experimentar alucinaciones, generalmente auditivas, y delirios o creencias falsas, pero también pueden padecer episodios de depresión severa o fases de manía, han apuntado las mismas fuentes.
El ensayo clínico con este tratamiento se ha realizado sobre 27 pacientes vinculados al Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, tanto hospitalarios como ambulatorios, con trastorno esquizoafectivo y sintomatología psicótica resistente, durante más de dos años: entre junio de 2021 y julio de 2023.
En el estudio se ha seguido a los pacientes durante los primeros tres meses del tratamiento, con visitas mensuales en las que se ha evaluado la sintomatología afectiva, tanto maníaca como depresiva, el consumo de alcohol y drogas, los efectos secundarios de la clozapina y la cantidad total de medicación psiquiátrica que tomaban.
El autor principal del trabajo, Marc Peraire, que realiza su tesis doctoral en la Escuela Internacional de Doctorado CEU (CEINDO), ha apuntado: «Nuestro estudio refuerza la utilidad del fármaco más allá de su tradicional uso en síntomas psicóticos, como las alucinaciones o las paranoias, pues este ensayo clínico demuestra su efecto como estabilizador del ánimo».
Esta propiedad estabilizadora de la clozapina se manifiesta en la reducción de los síntomas afectivos en las primeras semanas de tratamiento, con efectos sostenidos a lo largo del tiempo: «Este hallazgo es crucial, ya que aborda una necesidad no satisfecha en el manejo de los síntomas afectivos del trastorno esquizoafectivo», ha subrayado Peraire.
Otro aspecto destacado de los resultados de este ensayo clínico es que la clozapina, además de tener escasos efectos secundarios, permite la reducción de la dosis de otros medicamentos psiquiátricos. Así pues, mejora la tolerabilidad del tratamiento del trastorno esquizoafectivo, lo que a su vez mejora la adherencia a la prescripción por parte de los pacientes, reduciendo el riesgo de abandono, han apuntado desde CEU.
VENTAJAS DEL NUEVO TRATAMIENTO
Según ha destacado el investigador principal del Grupo TXP y profesor del Grado en Medicina de la CEU UCH, Gonzalo Haro, director de la tesis, «este ensayo clínico, realizado sin financiación por parte de ningún laboratorio farmacéutico y cuyos resultados son independientes, ha permitido fijar el tratamiento con clozapina por un coste de entre 20 y 40 euros al mes, diez veces inferior al de los nuevos antipsicóticos».
Haro ha explicado que «durante la última década, conocer y diagnosticar el trastorno esquizoafectivo ha supuesto un gran esfuerzo para los profesionales de la salud mental, pero este esfuerzo no se ha visto reflejado en la búsqueda de un tratamiento específico ni por la administración pública, ni por la industria privada». Este ensayo clínico es el primer trabajo que explora el efecto de la clozapina sobre la sintomatología afectiva en una enfermedad mental que sólo tenía un psicofármaco autorizado: la paliperidona.
El doctor Francisco Arnau, psiquiatra del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón y coautor del artículo, ha agregado: «Este descubrimiento tiene el potencial de cambiar la práctica clínica actual y mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes con trastorno esquizoafectivo».
Otro de los elementos clave del estudio es que ha demostrado la eficacia de la clozapina en el tratamiento de pacientes con patología dual, es decir, personas que además del trastorno esquizoafectivo sufren también una adicción al alcohol o a las drogas.
Gonzalo Haro, actual presidente del comité nacional de la Asociación Mundial sobre Patología Dual (WADD, por sus siglas en inglés), ha destacado: «Los pacientes con patología dual sufren peor pronóstico de ambos trastornos, pues la adicción agrava la otra enfermedad mental y viceversa. Por esta razón, suelen ser excluidos de los ensayos clínicos convencionales. Es necesario que los psiquiatras realicen un sobreesfuerzo a la hora de apoyarse en la investigación científica para elegir el mejor tratamiento para los pacientes duales».
Dada la conveniencia de que el tratamiento de las enfermedades mentales tenga un enfoque biopsicosocial, que busque la integración del paciente en la sociedad, el equipo de investigación de este ensayo clínico ha sido multidisciplinar, contando con la participación de la doctora Ana Benito, psicóloga clínica de la Unidad de Salud Mental de Torrent (Valencia), e Isabel Almodóvar-Fernández, profesora de Enfermería en la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón. También ha colaborado en esta investigación el doctor Alejandro Fuertes-Saiz, profesor de Medicina en la CEU UCH y psiquiatra responsable de la Unidad de Depresión Resistente del Hospital La Salud de Valencia.
29 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un estudio de 30 hospitales españoles demuestra que una terapia contra el VIH basada en dos fármacos (dolutegravir/lamivudina) mantiene una eficacia no inferior a otra con tres (bictegravir/emtricitabina/tenofovir) en personas con carga viral suprimida.
Así lo ha anunciado la Fundación de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica SEIMC-GeSIDA y ViiV Healthcare en la 25ª Conferencia Internacional sobre el SIDA (AIDS 2024), que se está celebrando en Múnich (Alemania) entre el 22 y el 26 de julio.
MÁS DE 500 PERSONAS CON VIH DE 30 CENTROS ESPAÑOLES
El ensayo clínico aleatorizado ‘PASO DOBLE’ (NCT04884139) es un ensayo clínico multicéntrico de fase IV, abierto, aleatorizado, en el que han participado 30 hospitales de diez provincias españolas.
Un total de 553 personas con VIH con carga viral suprimida fueron aleatorizadas a recibir Dovato (DTG/3TC) o Biktarvy (BIC/FTC/TAF). Las personas incluidas no habían recibido antes ninguno de estos fármacos y estaban tratadas con regímenes de varios comprimidos o de comprimido único que contenían al menos uno de los siguientes fármacos en las 24 semanas previas: cobicistat como potenciador, efavirenz o tenofovir disoproxil fumarato.
MENOS AUMENTO DE PESO
El estudio, además, concluye que el peso aumentó significativamente más en los participantes que cambiaron al régimen de tres fármacos que en aquellos que cambiaron al de dos fármacos.
Esteban Martínez, investigador principal del estudio ‘PASO DOBLE’ y consultor senior en Enfermedades Infecciosas en el Hospital Clínic de Barcelona, afirma que «los tratamientos antirretrovirales para el VIH que se prescriben hoy en día son todos muy efectivos, lo que hace que sea crucial que se estudie el impacto de estas terapias más allá de la supresión viral».
«Los resultados de ‘PASO DOBLE’ muestran que Dovato no solo mantuvo la misma eficacia que un régimen de tres fármacos, sino que también mostró un aumento de peso significativamente menor durante 48 semanas», ha agregado.
24 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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26
Dos de los tratamientos antidiabéticos evaluados se han podido relacionar con una menor probabilidad de consumir medicación contra la enfermedad de Alzheimer, por lo que podrían considerarse un factor de protección frente a la aparición y el avance de este tipo de demencia.
La diabetes, señala la Universidad CEU Cardenal Herrera en un comunicado, al igual que otras enfermedades como la hipertensión o la dislipemia, se han identificado como factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. Por ello, investigaciones recientes consideran que los fármacos utilizados en estas enfermedades podrían ser de utilidad en la prevención y ralentización de este tipo de demencia.
En esta investigación de la Cátedra DeCo se han aplicado técnicas de Big Data para el análisis de la base de datos proporcionada por la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana con las medicaciones anonimizadas de 233 183 pacientes mayores de 50 años entre los años 2018 y 2020.
Las técnicas de IA aplicadas en la investigación han permitido analizar más de seis millones de prescripciones de medicamentos. Se incluyeron en el estudio a aquellos pacientes que tomaban al menos una medicación para la hipertensión, la diabetes y/o la dislipemia, quedando así 91 836 casos clasificados como pacientes con riesgo cardiovascular, siendo este el primer grupo de estudio.
De ellos, 29 260 tomaban solo medicación para la diabetes, es decir, no consumían ni antihipertensivos ni fármacos utilizados en el tratamiento de la dislipemia. Estos fueron clasificados como el segundo grupo de estudio.
Los resultados del análisis, que acaban de ser publicados en la revista Pharmacological Research, muestran que, tanto en pacientes con riesgo cardiovascular como en pacientes diabéticos, aquellos tratados con inhibidores del cotransportador sodio-glucosa 2 (iSGLT2), solo o en combinación con metformina, podrían tener menos probabilidades de consumir medicación para la enfermedad de Alzheimer. Y los análogos del péptido de glucagón 1 (GLP-1) también podrían disminuir las probabilidades de tomar medicación para el Alzheimer.
Sin embargo, el uso de insulina solo o en combinación con otros antidiabéticos podría aumentar las posibilidades de tomar fármacos para este tipo de demencia.
ENSAYOS CLÍNICOS
Según destaca la catedrática de Farmacología de la CEU UCH, Lucrecia Moreno, responsable de la Cátedra DeCo de la CEU UCH y el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos (MICOF), «pese a las limitaciones del estudio, resulta muy novedoso el posible papel de los iSGLT2 en la enfermedad de Alzheimer que hemos detectado». «Nuestros resultados podrían servir de base para la realización de estudios longitudinales y ensayos clínicos para confirmar los datos obtenidos a partir del análisis de la base de datos de prescripciones», apostilla.
Además, estos resultados también podrían ser de utilidad para la modificación de las guías de prescripción de antidiabéticos: «En pacientes con riesgo de demencia, los iSGLT2 serían los fármacos de elección, dada la relación que hemos detectado en nuestro estudio con un menor consumo de fármacos contra el Alzheimer por parte de las personas que siguen estos tratamientos para la diabetes».
Este estudio ha sido realizado por las investigadoras de la Cátedra DeCo para la detección precoz del Deterioro Cognitivo de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) y el MICOF Mar García Zamora, Gemma García Lluch y su responsable, Lucrecia Moreno, en colaboración con la investigadora Consuelo Cháfer, del Grupo de Alzheimer del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS-La Fe), y del profesor Juan Pardo Albiach, del Departamento de Matemáticas, Física y Ciencias de la Computación de la CEU UCH.
24 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Unas inyecciones que se administran dos veces al año para tratar el sida mostraron una eficacia del 100 % en la prevención de nuevos contagios en mujeres, según resultados de un estudio publicados el miércoles.
No se produjeron contagios entre las niñas y mujeres jóvenes que recibieron las dosis en un estudio de unas 5 000 personas en Sudáfrica y Uganda, según los investigadores. En un grupo que recibió pastillas diarias de prevención, en torno al 2 % terminó contrayendo el VIH de parejas sexuales infectadas.
«Ver este nivel de protección es impresionante», dijo sobre las inyecciones Salim Abdool Karim, director del centro de investigación sobre sida en Durban, Sudáfrica, que no participó en el estudio.
El fármaco, producido por la estadounidense Gilead y comercializado como Sunlenca, está autorizado en Estados Unidos, Canadá, Europa y otros lugares, pero sólo como tratamiento contra el VIH. La compañía dijo que estaba esperando a los resultados de la prueba en hombres antes de pedir autorización para utilizarlo como protección ante infecciones.
Los resultados en mujeres se publicaron el miércoles en la New England Journal of Medicine y se comentaron en una conferencia sobre el sida en Múnich. Gilead pagó el estudio y parte de los investigadores eran empleados de la compañía. Debido a los resultados inesperadamente alentadores, el estudio se detuvo antes de tiempo y todas las participantes recibieron las inyecciones, también conocidas como lenacapavir.
Aunque hay otras formas de impedir la infección de VIH, como los preservativos o las píldoras diarias, el uso consistente ha sido un problema en África. En el nuevo estudio, sólo en torno al 30 % de las participantes que recibieron las píldoras preventivas Truvada o Descovy de Gilead las tomaban, y esa cifra se redujo con el tiempo.
La perspectiva de una inyección dos veces al año «son noticias bastante revolucionarias» para nuestros pacientes, dijo Thandeka Nkosi, que ayudó a dirigir la investigación de Gilead en la Fundación de Salud Desmond Tutu en Masiphumelele, Sudáfrica. «Da a los participantes una opción y simplemente elimina todo el estigma en torno a tomar las píldoras» para prevenir el VIH.
Los expertos que trabajan para detener la expansión del sida están emocionados por las inyecciones de Sunlenca pero les preocupa que Gilead no haya llegado a un acuerdo aún sobre un precio asequible para los que más lo necesitan. La compañía dijo que buscaría un «programa de licencias voluntarias», lo que sugería que sólo unos pocos productores de medicamentos genéricos estarían autorizados a fabricar el fármaco.
«Gilead tiene una herramienta que podría cambiar la trayectoria de la epidemia del VIH», dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de la agencia de la ONU contra el sida, con sede en Ginebra.
Dijo que su organización había instado a Gilead a compartir la patente de Sunlenca con un programa respaldado por la ONU que negocia contratos generales para que fabricantes de genéricos hagan versiones baratas de medicamentos para países más pobres en todo el mundo. Como tratamiento del VIH, el fármaco cuesta más de 40 000 dólares al año en Estados Unidos, aunque el precio individual puede variar.
En un comunicado el mes pasado, Gilead dijo que era demasiado pronto para saber cuánto costaría utilizarlo como prevención en países más pobres. El doctor Jared Baeten, vicepresidente de Gilead para desarrollo clínico, dijo que la firma ya estaba hablando con fabricantes de genéricos y comprendía «lo profundamente importante que es que actuemos con rapidez».
Otro medicamento de prevención del VIH, Apretude, que se toma cada dos meses, está autorizado en algunos países, también en África. Se vende por unos 180 dólares por paciente al año, que sigue siendo demasiado costoso para la mayoría de países en desarrollo.
Byanyima dijo que entre las personas que más necesitan protección duradera hay mujeres y niñas víctimas de violencia doméstica y hombres gays en países donde las relaciones homosexuales están penalizadas. Según UNAIDS, el 46 % de las nuevas infecciones de VIH en 2022 eran de mujeres y niñas, que eran tres veces más propensas a contraer el VIH que los hombres en África.
Byanyima comparó las noticias sobre Sunlenca con el descubrimiento hace décadas de fármacos contra el sida que hicieron que la infección del VIH pasara de ser una sentencia de muerte a una enfermedad crónica. En su momento, el presidente sudafricano Nelson Mandela suspendió las patentes para permitir un acceso más amplio al medicamento. El precio bajó más tarde, de unos 10 000 dólares por paciente a unos 50 dólares.
Olwethu Kemele, trabajadora médica en la Fundación de Salud Desmond Tutu predijo que las inyecciones podrían incrementar el número de personas que reciben en busca de prevención contra el VIH y detener la expansión del virus. A menudo, señaló, las mujeres jóvenes esconden las pastillas para evitar preguntas de novios y familiares. «Hace que para las chicas sea difícil continuar», explicó.
En un reporte sobre el estado de la epidemia global publicado esta semana, Unaids (Onusida) dijo que se habían infectado menos personas de VIH en 2023 que en cualquier momento desde la década de 1980. En todo el mundo, unos 1,3 millones de personas se contagian de VIH y más de 600 000 mueren cada año, en su mayoría en África. Aunque se han hecho avances significativos en el continente, las infecciones de VIH suben en el este de Europa, América Latina y Oriente Medio.
En otra investigación presentada en la conferencia sobre sida, Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool, y otros colegas estimaron que una vez se expanda la producción de Sunlenca para tratar a 10 millones de personas, el precio debería caer a unos 40 dólares por tratamiento. Señaló que es crítico que las autoridades de salud consigan acceso al medicamento lo antes posible.
«Esto es lo más cerca que puedes estar a una vacuna del VIH», dijo.
24 julio 2024|Fuente: AP |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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24
El Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha puesto en marcha un estudio de investigación que sentará las bases del proyecto ‘JunTOS’, que comenzó a gestarse hace dos años y que tiene como objetivo aumentar la adherencia a los inmunosupresores en los pacientes trasplantados de órganos sólidos.
La falta de adherencia al tratamiento inmunosupresor es un problema en España, ya que entre el 20 y el 54 % de los pacientes trasplantados no cumple adecuadamente su tratamiento, aumentando el riesgo de rechazo al órgano.
El estudio, que se pilotará a través de los hospitales Son Espases (Baleares), Marqués de Valdecilla (Cantabria) y Nuestra Señora de Candelaria (Santa Cruz de Tenerife) y en las farmacias comunitarias de los respectivos territorios, reclutará a 316 pacientes a lo largo de un año completo y permitirá ofrecer ya sus primeros resultados en el primer trimestre de 2025.
El fin último es reunir a estos trasplantados de órgano sólido, como riñón, corazón, hígado, páncreas, pulmón o intestino, para ayudarles a aumentar su cumplimiento del tratamiento inmunosupresor, definiendo y mejorando su ruta asistencial y haciéndoles un seguimiento.
La directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Dominguez-Gil, ha celebrado el «liderazgo» español en trasplantes, pero ha expresado la necesidad de «buscar nuevas formas» de crecimiento de actividad, señalando su preocupación por el resultado después del trasplante, como es el caso de la adherencia terapéutica.
La adherencia al tratamiento inmunosupresor tras un trasplante de órgano sólido es máxima a los seis meses tras el trasplante y luego disminuye progresivamente con el tiempo. Esta falta de adherencia puede hacer que los resultados del trasplante a largo plazo no sean los esperados pese a que, hoy en día, la supervivencia tras el trasplante puede ser de décadas según el tipo de órgano trasplantado. Por ello, el estudio, en primer lugar, medirá la relación paciente-fármaco a los seis meses de haberse trasplantado.
Domínguez-Gil ha explicado que un paciente trasplantado de un órgano necesita terapia inmunosupresora de por vida. «Son muy poquitos los pacientes que desarrollan tolerancia inmunológica y dejan de necesitar esa terapia inmunosupresora. Lo habitual es que el paciente trasplantado se implique en una especie de batalla que dura toda su vida de lucha contra el propio sistema inmune, que tiende a rechazar lo que identifica como extraño. Por eso se necesita una terapia inmunosupresora que exige que estos pacientes necesiten un seguimiento de por vida», ha expresado la directora general de la ONT.
Así, los pacientes trasplantados suelen ser pacientes polimedicados y, además, son pacientes cada vez también más complejos en cuanto a edad, comorbilidad y a dificultades para hacer un buen cumplimiento de esa terapia «complicada», tal y como ha explicado.
Por tanto, ha agradecido el objetivo del proyecto de contribución, por parte de la farmacia comunitaria y hospitalaria, de dar soporte al paciente trasplantado y a los propios equipos trasplantadores en garantizar esa adherencia al tratamiento y unos hábitos de vida saludable en el paciente trasplantado.
«El proyecto promete convertir nuevamente a España en líder en otro ámbito: la implicación de la farmacia en el seguimiento y el cuidado del paciente trasplantado», ha dicho.
Ana Sangrador, vocal nacional de Farmacia Hospitalaria y miembro del grupo Farmatrasplante de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha recordado que la baja adherencia conlleva un mayor riesgo de hospitalizaciones, visitas a urgencias y de la propia mortalidad. «La no adherencia conduce a que se produzca un rechazo agudo, a la pérdida del injerto, a la aparición de anticuerpos y al rechazo celular», ha advertido. De hecho, la baja adherencia es responsable del 36 % de los rechazos que se producen en estos pacientes.
De hecho, ha puesto sobre la mesa que, según diversos estudios, por cada 10 % de disminución de adherencia se incrementa un 8 % el riesgo de la pérdida de ese injerto en niños.
Además, los pacientes trasplantados cada vez viven más, cada vez se trasplantan pacientes de mayor edad, lo cual es un éxito, pero también llevan una mochila de comorbilidades que puede influir negativamente. «Le estamos pidiendo adherencia a muchas cosas: al tratamiento inmunosupresor, a la rehabilitación, a las analíticas, citas médicas, hábitos saludables, a todos los demás medicamentos por los efectos de los inmunosupresores», ha dicho.
Entre otros condicionantes que causan la no adherencia en los pacientes, ha destacado: menor edad en los hombres; menor apoyo social; la ruralidad (por una menor accesibilidad a la sanidad); nivel cultural bajo; creencias negativas sobre los medicamentos; y la elevada complejidad terapéutica.
En este sentido, Ana Belén Martín, responsable de Cohesión Asociativa de Alcer, ha destacado que para los pacientes «esta iniciativa acerca al paciente y farmacéutico para poder conocer la importancia de la adherencia de su tratamiento inmunosupresor, asi como los efectos adversos que puedan aparecer, tener una mayor adherencia al tratamiento y supervivencia del injerto».
Por su parte, la secretaria general de Consejo General de Farmacéuticos, Raquel Martínez, ha señalado que «esta iniciativa aspira a aprovechar al máximo esa segunda oportunidad para la vida que representa un trasplante, acompañando al paciente en su proceso de aceptación de su nueva situación, ayudándole y enseñándole a cumplir su tratamiento de la forma más adecuada posible».
«Hace algo más un año presentamos públicamente la idea de este proyecto de mejora de la adherencia que, desde su nombre, JunTOS, era ya una declaración de intenciones para aprovechar todo el potencial de nuestra profesión en favor del paciente, colaborando desde los diferentes ámbitos de trabajo de la profesión farmacéutica, en este caso la farmacia hospitalaria y la comunitaria. Ahora damos un nuevo paso con la puesta en marcha de este estudio de investigación que ayudará a mejorar la adherencia a los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes trasplantados», ha expresado, por su parte, el presidente del CGCOF, Jesús Aguilar Aguilar.
23 julio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia