psoriasis

Trece hospitales de la Comunidad Valenciana están inmersos en un estudio multidisciplinar que pretende evaluar la adherencia, eficacia y persistencia de los tratamientos biológicos prescritos a pacientes con psoriasis moderada-grave en seguimiento durante un año. Para ello, los tres investigadores principales, Raul Ferrando, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital General Universitario de Castellón; Antonio Martorell, jefe de Dermatología del Hospital de Manises, de Valencia, y Joaquín Borrás, farmacéutico de la Unidad de Pacientes Externos del Hospital de Sagunt, de Valencia, pensaron que, para facilitar el registro de datos clínicos, farmacoterapéuticos y de calidad de vida era necesario crear una app. Pero no una aplicación cualquiera sino una que permitiera que el farmacéutico, el dermatólogo y el paciente pudieran introducir datos, cada uno en su campo. Y así lo hicieron y la han llamado PsorUp, ya disponible en IOS y Android, y es de registro solo para los investigadores y pacientes incluidos en el ensayo.

Para aclarar conceptos, Ferrando recuerda a CF que la adherencia es cuando «el paciente se toma la medicación de forma adecuada». Esto está directamente asociado a la eficacia, pues «hay una evidencia clara de que, si un paciente es adherente, la eficacia del tratamiento es mayor y, como consecuencia de esa eficacia, el tratamiento se mantiene en el tiempo sin cambios, que es la persistencia», explica.

«Esta trilogía era lo que pretendíamos valorar en los tratamientos biológicos de la psoriasis moderada-grave -prosigue- y pensamos que eso se podía gestar de una manera más fácil con la creación de una app, que nos permitiera obtener esos datos e implicar a todos los participantes en este acto sanitario, que son el dermatólogo, el farmacéutico hospitalario y el paciente».

Así, el dermatólogo introduce todos los datos clínicos del paciente y el seguimiento de los resultados de salud a través de las escalas de psoriasis. «Hablamos de datos relacionados con el diagnóstico de la enfermedad, qué tratamientos ha llevado, qué es lo que se prescribe, cómo se encuentra el paciente, cuáles son sus escalas de valoración clínica, si el paciente va mejor o peor… Y son datos que actualiza en las sucesivas visitas que tenga con el paciente».

El farmacéutico, por su parte, registra los tratamientos que se le da y dónde se administra, «ya que puede ser en el hospital, en consulta o se la puede administrar el propio paciente…», aclara. La fecha de recogida y cómo será la recogida, entre otros datos relacionados con la adherencia, haciendo test de Morisky Green. Además, se le pregunta si se le olvida alguna vez o si tiene algún problema.

El paciente también cuenta en esta app, pues, al inicio y en cada una de las visitas siguientes, va introduciendo datos sobre cómo se encuentra, siguiendo escalas de calidad de vida. «Es lo que se conoce como PRO (resultados en salud percibidos por el paciente). Le preguntamos por su calidad de vida, si la psoriasis le está afectando en su día a día, si tiene molestias o picor… Todo vinculado a su percepción, no a la del médico, que él ya pone la suya. Y es que, el clínico puede ver que no hay una afectación cutánea en el cuerpo, pero el paciente puede percibir que no está bien, ya sea emocionalmente o físicamente, y esto hay que alinearlo para ver si los resultados del tratamiento están siendo óptimos».

Según Ferrando, «la potencia de la app radica en la suma de toda esta información» y lo que la diferencia respecto a otras es que «la van a tocar todos: el dermatólogo, el farmacéutico y el paciente, que la van a nutrir de información». A lo que Martorell añade: «A día de hoy no existe una aplicación como el modelo PsorUp, que ponga al paciente en el centro del proceso, lo que permitirá incrementar su proactividad, dándole el papel protagonista que siempre debe de tener». Es más, asegura que «PsorUp es la primera app incluida en las tiendas de IOS y Google a nivel global enfocada a mejorar conocimientos de la adherencia terapéutica de los pacientes con psoriasis incluidos en un proyecto de investigación». Asimismo, califica de «hito colaborativo» que el contenido de la app se haya preparado de forma conjunta por dermatólogos y farmacéuticos hospitalarios de varios centros de la Comunidad Valenciana.

El farmacéutico especialista concreta que los investigadores harán un seguimiento de un año, en función de las visitas programadas por el dermatólogo. En cada una de ellas se hará el registro de datos por parte de los implicados.

Al final de la investigación, verán si la app ha servido para recoger todos los datos y si les ha permitido hacer un seguimiento de la adherencia, la persistencia y la evaluación de los resultados en salud.

Mayo 11/2023 (Diario Médico) – Tomado de Farmacia Hospitalaria – En investigación Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. Todos los derechos reservados.

 

Clostridium difficile

Un equipo de bioquímicos de la Universidad de Notre Dame ha hallado una posible nueva forma de tratar a los pacientes infectados por Clostridium difficile, un tipo de bacteria que causa graves problemas gastrointestinales. En su estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el grupo buscó en bases de datos médicas moléculas antibacterianas que pudieran funcionar mejor en pacientes con infecciones por C. difficile.

Las infecciones por C. difficile pueden provocar desde pequeñas molestias hasta episodios potencialmente mortales: cada año mueren unas 13.000 personas. Una vez infectados (muy a menudo mientras están hospitalizados por otra causa), los pacientes suelen recibir un antibiótico para tratar la infección. Desgraciadamente, los antibióticos son cada vez menos eficaces a medida que C. difficile desarrolla resistencias.

Actualmente sólo se utiliza uno: la vancomicina. Otro problema es que C. difficile produce esporas que no son eliminadas por el antibiótico, lo que significa que muchas personas sufren reinfecciones. La vancomicina no funciona bien en estos pacientes, y menos aún en infecciones posteriores. Por estas razones, el equipo de Indiana se propuso encontrar un tratamiento más eficaz para estas infecciones.

El trabajo consistió en buscar en bases de datos antibacterianas moléculas que se sabe que se unen a una proteína específica asociada a C. difficile. Así se llegó a dos compuestos: los oxadiazoles 1 y 2. Las pruebas in vitro demostraron que ambos eran eficaces para eliminar la C. difficile cuando se administraban a la misma dosis que la vancomicina.

A continuación, el equipo comprobó la rapidez con la que se absorbían en el torrente sanguíneo si se administraban por vía oral. El oxadiazol 1 se absorbía con rapidez, lo que lo hacía inadecuado para combatir las bacterias intestinales. En cambio, el oxadiazol 2 se absorbía lentamente, lo que lo convertía en el candidato ideal para una nueva terapia contra las infecciones por C. difficile. En ratones, previno la muerte un 30% mejor que la vancomicina.

El estudio también descubrió que el oxadiazol 2 ayudaba a prevenir la pérdida de peso mejor que la vancomicina. Y lo mejor de todo es que las pruebas fecales no mostraron indicios de esporas: tras tres semanas de pruebas, ninguno de los ratones presentaba reinfecciones.

 

Mayo 10/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Medications – Gastroenterology  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network.

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Investigadores de la Universidad de Queensland (UQ) han identificado una vía única del dolor en un conocido árbol urticante australiano y afirman que podría abrir el camino a nuevos analgésicos no opiáceos.

La profesora Irina Vetter y su equipo del Instituto de Biociencia Molecular de la UQ han estudiado cómo las toxinas del veneno del árbol Gympie-Gympie causan un dolor intenso que puede durar semanas.

Según la profesora Vetter, las toxinas de la planta -denominadas gimpiétidos en trabajos anteriores del equipo- interactúan con los nervios tras ser inyectadas por los finos pelos en forma de aguja de las hojas.

«La toxina gimpiétida del árbol urticante tiene una estructura similar a las toxinas producidas por los caracoles cono y las arañas, pero la similitud termina ahí», explica Vetter.

«Esta toxina causa dolor de una forma que nunca antes habíamos visto».

Muchas toxinas causan dolor uniéndose directamente a los canales de sodio de las células nerviosas sensoriales, pero los investigadores de la UQ han descubierto que la toxina gimpiéptida necesita ayuda para unirse.

«Necesita una proteína asociada llamada TMEM233 para funcionar, y en ausencia de TMEM233 la toxina no tiene ningún efecto», explicó el profesor Vetter.

«Se trata de un hallazgo inesperado y es la primera vez que vemos una toxina que necesita un socio para afectar a los canales de sodio».

El equipo está trabajando para comprender si la desactivación de este mecanismo del dolor podría conducir al desarrollo de nuevos analgésicos.

«El dolor persistente que provocan las toxinas de los árboles urticantes nos da esperanzas de poder convertir estos compuestos en nuevos analgésicos o anestésicos que tengan efectos duraderos», afirmó el profesor Vetter.

«Nos entusiasma descubrir una nueva vía del dolor que nos permita desarrollar nuevos tratamientos sin los efectos secundarios ni los problemas de dependencia asociados a los analgésicos convencionales».

Los resultados se publican en la revista Nature Communications.

Mayo 4/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Medications  Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network

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Según un nuevo estudio, los problemas de seguridad relacionados con el diclofenaco, un analgésico de uso muy extendido, podrían estar vinculados a una enzima metabolizadora del fármaco poco estudiada cuya expresión puede variar hasta 3.000 veces de un individuo a otro.

Los resultados del estudio, publicados en la revista Clinical Pharmacology & Therapeutics, podrían servir para identificar a las personas con riesgo de sufrir efectos secundarios graves a causa del diclofenaco y establecer normas de dosificación más seguras para grupos de población específicos, como mujeres, niños pequeños y personas de determinadas etnias.

Utilizado para combatir el dolor y la inflamación asociados a la artritis, el diclofenaco es uno de los antiinflamatorios no esteroideos más utilizados en todo el mundo.

«La mayoría de los pacientes que utilizan diclofenaco padecen artritis, y muchos de ellos corren el riesgo de sufrir cardiopatías», explica Bhagwat Prasad, autor principal y profesor asociado de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Estatal de Washington. «Así que existe la preocupación de que tomar diclofenaco puede estar poniéndolos en un riesgo aún mayor de eventos cardiovasculares como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular».

Hallazgos anteriores del equipo de la WSU habían descubierto un alto grado de variabilidad en la expresión de UGT2B17, una enzima que interviene en el metabolismo del diclofenaco. Ese estudio demostró que la enzima está presente en niveles mucho más bajos en las mujeres que en los hombres, lo que, según los investigadores, podría explicar el mayor riesgo de daño cardiaco observado en las mujeres que toman diclofenaco. También descubrieron que la enzima está ausente en la mayoría de los niños menores de nueve años y que existen grandes diferencias étnicas en el número de personas que carecen por completo del gen de la enzima, que oscila entre el 20% de los caucásicos y el 90% de los japoneses.

En este nuevo estudio, los investigadores de la WSU utilizaron muestras hepáticas e intestinales humanas, junto con modelos informáticos, para cuantificar el grado en que esta enzima contribuye al metabolismo del diclofenaco en relación con otras enzimas relacionadas. Descubrieron que es un factor importante, lo que respalda la idea de que los bajos niveles de la enzima UGT2B17 pueden ser la causa de los daños cardiacos relacionados con el uso de diclofenaco.

«Nadie sabía por qué se produce esta toxicidad cardiaca en algunos individuos», dijo el primer autor Deepak Ahire, estudiante graduado en la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la WSU. «Nuestro estudio demostró, por primera vez, que el UGT2B17 es importante en el metabolismo del diclofenaco y sugiere que las diferencias en la expresión del UGT2B17 son lo que hace que la respuesta de las personas al diclofenaco sea tan variable, provocando toxicidad en algunos mientras que para otros el fármaco simplemente no funciona.»

Ahire señaló que su estudio descubrió que esta enzima metaboliza el diclofenaco principalmente en el intestino, a diferencia de otras enzimas relacionadas que son activas sobre todo en el hígado. En consecuencia, el efecto observado por los investigadores es específico de los comprimidos de diclofenaco tomados por vía oral, que son los que se absorben más rápidamente y alivian el dolor. Según Prasad, menos de la mitad de las recetas de este medicamento en EE.UU. son de diclofenaco oral.

Los hallazgos de los investigadores sugieren que podría ser factible utilizar pruebas genéticas para ayudar a los profesionales sanitarios a evaluar los riesgos de seguridad antes de recetar diclofenaco. Prasad también señaló que las autoridades reguladoras de medicamentos de los países en los que el diclofenaco sigue siendo de venta libre deberían considerar la posibilidad de realizar pruebas de eficacia para determinar la dosis óptima del fármaco para su mercado local.

Los investigadores de la WSU están confirmando sus hallazgos en un ensayo clínico piloto. Su siguiente paso sería buscar colaboraciones con grandes hospitales para estudiar la conexión entre el diclofenaco y el daño cardiaco en los historiales médicos electrónicos de los pacientes.

El estudio ha contado con el apoyo del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, dependiente de los Institutos Nacionales de Salud.

Abril 24/2023 (EurekaAlert!) – Tomado de News Release https://www.eurekalert.org/news-releases/986893 Copyright 2023 by the American Association for the Advancement of Science (AAAS).

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Alrededor de 170 millones de personas en todo el mundo padecen degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad ocular progresiva que afecta a la visión de las personas.

La DMAE avanzada se considera la principal causa de discapacidad visual y ceguera irreversible en todo el mundo.

De los dos tipos de DMAE -húmeda y seca-, alrededor del 15% de todos los casos de DMAE son de DMAE húmeda, que es la forma más grave de la enfermedad.

El estudio se ha publicado recientemente en The Journal of Clinical Investigation.

¿Qué es la DMAE húmeda? 

La DMAE se produce cuando la mácula del ojo -que forma parte de la retina que controla la visión en línea recta- se daña. El daño puede deberse al envejecimiento o a factores genéticos o ambientales.

La mayoría de las personas con DMAE padecen DMAE seca, en la que se forman depósitos en la retina denominados drusas, que afectan a la visión.

La DMAE húmeda se produce cuando empiezan a crecer vasos sanguíneos anormales en la parte posterior del ojo. Estos vasos pueden filtrar lípidos, dañando la mácula y la retina.

Los síntomas de la DMAE húmeda son:

  • visión borrosa
  • visión central reducida
  • líneas rectas que aparecen onduladas o dobladas
  • zonas oscuras o ciegas en la visión
  • necesidad de luz más intensa para leer

Los factores de riesgo para desarrollar DMAE incluyen

  • antecedentes familiares
  • edad: las personas de 55 años o más tienen un riesgo mayor
  • tabaquismo
  • obesidad
  • hipertensión
  • mala alimentación

En la actualidad no existen terapias que puedan revertir ninguno de los dos tipos de DMAE. Sin embargo, los médicos pueden ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad.

Comparación de los tratamientos de la DMAE húmeda

Según el Dr. Akrit Sodhi, profesor asociado de oftalmología del Wilmer Eye Institute y autor principal de este estudio retrospectivo, los investigadores decidieron centrarse en el aflibercept y el bevacizumab, ya que son los dos fármacos más utilizados para el tratamiento de las personas con DMAE húmeda.

«La decisión de elegir uno sobre otro sigue siendo un tema de debate», dijo Sodhi a Medical News Today. «Queríamos saber si la elección de uno de estos dos fármacos influía en el éxito del destete de los pacientes con DMAE húmeda de la terapia anti-VEGFFFuente de confianza».

Para este estudio, Sodhi y su equipo examinaron los datos de 106 personas con DMAE húmeda tratadas en el Instituto Oftalmológico Wilmer. Cada persona recibió una inyección mensual durante los tres primeros meses de tratamiento con aflibercept o bevacizumab.

En cada visita de seguimiento, si la DMAE húmeda de una persona se consideraba inactiva, el tiempo entre visitas se prolongaba dos semanas. Si ese intervalo podía aumentarse con seguridad a 12 semanas, se interrumpía el tratamiento y la persona era controlada por médicos sin tratamiento.

Las personas que mantuvieron una visión estable y no necesitaron una inyección ocular durante al menos 30 semanas se consideraron «destetadas» del tratamiento.

Tras el análisis, el equipo de investigación informó de que el 50% de las personas tratadas con aflibercept se consideraron retiradas del tratamiento tras un periodo de un año, en comparación con el 27% de las personas tratadas con bevacizumab.

En el caso de las personas que seguían necesitando inyecciones, los intervalos entre ellas eran un 44% más largos en las tratadas con aflibercept que en las tratadas con bevacizumab.

«Estudios anteriores han sugerido que el aflibercept puede tener algunas ventajas sobre el bevacizumab para el tratamiento de la DMAE húmeda», dijo Sodhi. «En comparación con el bevacizumab, el aflibercept dura más -lo que permite intervalos más largos entre tratamientos- y parece ser más eficaz para reducir el líquido cuando se utiliza el mismo intervalo de tratamiento.»

«Sin embargo, estas diferencias son modestas y aún se debate si justifican el coste entre 10 y 20 veces superior de aflibercept en comparación con bevacizumab», añadió.

Próximos pasos de la investigación

Medical News Today también habló con el Dr. Thomas Hanscom, oftalmólogo y especialista en retina del Providence Saint John’s Health Center de California, que no participó en esta investigación.

Dijo que está totalmente de acuerdo con el punto subyacente de la investigación, que es que aflibercept es un fármaco superior en comparación con bevacizumab.

«Se trata de una batalla antigua, porque tanto el bevacizumab como el aflibercept llevan 10 años en el mercado», afirma Hanscom. «El siguiente paso es realmente una mayor recopilación de datos sobre la próxima generación. Hay un nuevo fármaco llamado Vabysmo, que es FaricimabTrusted Source fabricado por Genentech, que ya ha demostrado tener una duración de efecto superior al aflibercept.»

Sin embargo, expresó su preocupación por algunas cuestiones estructurales del estudio y por el término «destete».

«Destete suena bien – eso es lo que todo el mundo quiere, que la gente deje de recibir estas inyecciones», explicó Hanscom. «Si nos fijamos en las demás publicaciones importantes sobre esta enfermedad, nadie utiliza nunca la palabra destete».

«En un párrafo (los autores del estudio) definen el destete como no necesitar tratamiento durante 30 semanas; eso no es realmente destete», continuó. «Eso es decir que me voy a inyectar cada 30 semanas, que es mejor que cada dos meses. Así que la definición del término destete es vaga».

«Hay una minoría -el 10 por ciento o el 20 por ciento- que al cabo de los años, sobre todo cuando el paciente llega a una edad muy avanzada, normalmente más de 90 años, algunas de esas personas parecen necesitar muchas menos inyecciones», añadió Hanscom. «Pero decir que el 43 por ciento de las personas en aflibercept puede ser destetado está muy fuera de la literatura normal».

 

Abril 21/2023 (MedicalNewsToday) – Tomado de Health News https://www.medicalnewstoday.com/articles/one-of-two-widely-used-macular-degeneration-drugs-outperforming-other-at-weaning-patients-off-treatment-at-one-year Copyright 2023 Healthline Media UK Ltd, Brighton, UK.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Una investigación ha conseguido corregir, con tecnología de edición génica CRISPR-Cas9, la mutación del gen causante de la distrofia muscular LGMD D2 en células de pacientes afectados por este trastorno, también conocido como distrofia muscular de la transportina, lo que supone un potencial tratamiento para esta enfermedad ultrarrara que afecta especialmente a población española. Read more

marzo 6, 2023 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Enfermedades Raras, Farmacología, Genética, Investigaciones | Etiquetas: , |

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