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Investigadores de Mayo Clinic que estudian la genética de personas que recientemente desarrollaron miocardiopatía dilatada, una de las causas más comunes de insuficiencia cardíaca, descubrieron que deben enfocarse en un gen particular para desarrollar tratamientos farmacológicos en el futuro. La enfermedad dificulta que el ventrículo izquierdo del corazón bombee sangre eficazmente desde el corazón hacia el resto del cuerpo. En este primer estudio de relación de todo el genoma, los investigadores buscaron entender por qué algunos pacientes mejoran después de desarrollar la afección y otros no.
“Descubrimos una variación genética en el gen CDCP1, un gen que nadie conocía en cardiología, y su vínculo con la mejora en la función cardíaca de estos pacientes”, afirma el autor principal, el Dr. Naveen Pereira, un cardiólogo de Mayo Clinic, que estudia la variación genética y sus repercusiones en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad cardiovascular, específicamente la insuficiencia cardíaca.
La variación genética en el gen CDCP1 puede derivar en diferencias en la estructura de la proteína, lo que posiblemente influye en el riesgo de una persona de contraer varias enfermedades o en su respuesta a terapias específicas.
Los investigadores identificaron y examinaron el rol del gen CDCP1 debido al vínculo entre este gen y la mejora en el bombeo de sangre eficaz del ventrículo izquierdo del corazón en personas con miocardiopatía dilatada. El gen CDCP1 se expresa a menudo de forma variable en los fibroblastos (tejido conectivo) de las personas con esta afección. Además, la fibrosis (el exceso de tejido conectivo fibroso en el corazón) tiene un rol esencial en el pronóstico de esta enfermedad.
El Dr. Pereira remarca curiosamente que también descubrieron que la variación genética en el CDCP1 o cerca de él se asoció significativamente con la muerte debido a insuficiencia cardíaca.
También remarcaron que disminuir la expresión de este gen en el tejido conectivo cardíaco disminuyó considerablemente la proliferación de fibroblastos cardíacos y reguló por disminución el gen IL1RL1. Este gen codifica uno de los biomarcadores más importantes de la insuficiencia cardíaca, sST2. Los niveles altos de este biomarcardor se asocian con la fibrosis y la muerte; una disminución en el CDCP1 disminuye la expresión de esta proteína. Entender la regulación de sST2 y su relación con el CDCP1 y la fibrosis es esencial para desarrollar estrategias a fin de mitigar los efectos adversos de la insuficiencia cardíaca.
El Dr. Pereira explica que estos descubrimientos aumentan la posibilidad de enfocarse en el gen CDCP1 para disminuir la fibrosis cardíaca, lo que puede mejorar la función cardíaca. Por lo tanto, el estudio tiene repercusiones para el desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos para la miocardiopatía dilatada y posiblemente otras afecciones a las que afecta la fibrosis.
Según un informe de la Asociación Americana del Corazón, la insuficiencia cardíaca es un diagnóstico cada vez más común en Estados Unidos, y se proyecta que afectará a más de 8 millones de personas en 2030, un aumento del 46 por ciento respecto a la actualidad.
Entre el 30 y 40 por ciento de los casos de insuficiencia cardíaca se deben a la miocardiopatía dilatada.
“Es la causa más común por la que una persona necesita un trasplante de corazón”, explica el Dr. Pereira. “Un indicador clave que determina si los pacientes con miocardiopatía dilatada se recuperarán es la presencia de fibrosis cardíaca”.
Según los resultados preliminares, los investigadores de Mayo están llevando a cabo más estudios en animales para entender el efecto del CDCP1 en la insuficiencia cardíaca. Están desarrollando moléculas para evaluar su potencial terapéutico en la miocardiopatía dilatada y la insuficiencia cardíaca.
“Al continuar con esta investigación que comenzó con una población humana que llevamos al laboratorio molecular y ahora animal, esperamos descubrir nuevas vías de tratamiento para llevarle a la población humana que estudiamos, con el fin de mejorar la supervivencia de los pacientes y, en definitiva, la calidad de vida”, concluye el Dr. Pereira.
Referencia: Individualized Medicine blog. Mayo clinic study explores heart failure, uncovsers gen’s role in recovery [Internet]. Disponible en: https://individualizedmedicineblog.mayoclinic.org/2023/11/27/mayo-clinic-study-explores-heart-failure-uncovers-genes-role-in-recovery/
24 enero 2024| Fuente: EurekAlert| Tomado de | Comunicado de prensa
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Un estudio muestra por primera vez el sustrato anatómico de las arritmias que ocurren en quienes padecen esta enfermedad. El virus de la fiebre amarilla afecta especialmente al hígado, pero otros órganos también son acometidos. Read more
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En los pacientes mayores de 80 años con síndromes coronarios agudos sin elevación del segmento ST (SCA-SEST, la estrategia terapéutica invasiva obtuvo mejores resultados en la evolución clínica en comparación con un abordaje conservador; asimismo, la supervivencia fue considerablemente mejor.
El artículo publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology destaca la escasez de información sobre el manejo de esta patología en mayores de 80 años, pese a que la enfermedad cardiovascular es una causa importante de morbilidad, mortalidad y de compromiso de la calidad de vida en personas de edad avanzada.
A medida que se incrementa la cantidad de pacientes octogenarios, con una expectativa de vida superior a 10 años se espera que siga aumentando la prevalencia absoluta de las enfermedades cardiovasculares.
Las guías de manejo recomiendan la optimización clínica seguida de procedimientos de revascularización con intervenciones coronarias percutáneas o mediante injertos puente (bypass) en pacientes con síndromes coronarios agudos sin elevación del segmento ST. Sin embargo, estas recomendaciones no son específicas para ninguna edad en particular.
Según los autores, entre los médicos a menudo surgen dudas sobre el manejo de los pacientes de edad avanzada debido a las incertidumbres del beneficio del tratamiento en comparación a sus riesgos si se consideran las comorbilidades, la polifarmacia, la fragilidad física y la declinación cognitiva.
Objetivos y participantes
La escasa la información disponible sobre los resultados clínicos a largo plazo obtenidos con distintas intervenciones en mayores de 80 años, motivó a los autores a investigar si la evolución de estos pacientes estabilizados tras un episodio de SCA-SEST era mejor con una estrategia terapéutica invasiva o con una más conservadora. La referencia se centró en los desenlaces de infarto de miocardio, necesidad de revascularización urgente, accidente cerebrovascular y muerte.
Los investigadores dividieron de manera aleatoria, en dos grupos de tratamiento a 457 pacientes con SCA-SEST mayores de 80 años, clínicamente estables, sin afecciones concomitantes graves que limitaran su expectativa de vida o trastornos mentales significativos que afectaran su capacidad para cumplir las indicaciones.
El abordaje invasivo incluía angiografía coronaria temprana con evaluación inmediata para la revascularización mediante intervenciones coronarias percutáneas (ICP) o injertos puente y tratamiento clínico óptimo (TCO).
El grupo asignado a la estrategia no invasiva sólo recibió TCO. En caso de nuevos infartos, angina refractaria a pesar del TCO, arritmias ventriculares malignas o síntomas crecientes de insuficiencia cardíaca, los pacientes se derivaban para una angiografía coronaria urgente y ulterior decisión sobre la estrategia de revascularización más adecuada.
El criterio de valoración primario fue un parámetro compuesto por infarto de miocardio, necesidad de revascularización urgente, accidente cerebrovascular y muerte.
Sobre el total de 457 pacientes, 229 pertenecían al grupo de tratamiento invasivo y 228, al del conservador. Las medias de edad fueron de 84.7 y 84.9 años, respectivamente.
En el seguimiento a largo plazo, la estrategia invasiva fue mejor que la conservadora en la disminución del criterio de valoración primario, con aumento temprano y persistente de la supervivencia sin eventos y menores tasas de nuevos infartos.
Si bien la mortalidad total o la causa de muerte no difirieron entre ambas estrategias, la incidencia acumulativa de muerte por causas cardiovasculares, considerando el riesgo continuo de muerte por otras causas, demostró una disminución de las muertes por razones cardiovasculares en los primeros 6 años, sin significación estadística.
El artículo destaca como dato de interés clínico que el grupo de pacientes de alto riesgo con diabetes e insuficiencia renal tratados con la estrategia invasiva demostraron un beneficio mayor que el resto de los participantes comparables en las tasas supervivencia sin eventos en los diferentes momentos de medición analizados.
En el seguimiento a largo plazo, la estrategia invasiva fue mejor que la conservadora. Los pacientes del grupo que recibió la primera ganaron en promedio 276/337 días de supervivencia sin eventos a los 5/10 años.
La disminución del criterio de valoración utilizado se logró a expensas de la reducción de la cantidad de infartos de miocardio y de los procedimientos de revascularización.
El beneficio se observó poco tiempo después de la aleatorización y persistió durante todo el período de seguimiento a largo plazo.
En opinión de los investigadores, ambos componentes del criterio de valoración compuesto reflejan eventos clínicos significativos que requieren hospitalización, con el aumento concomitante del riesgo de eventos adversos y discapacidad asociada a la hospitalización.
Otras opiniones
En la población noruega en general se demostraron los efectos perjudiciales a largo plazo de los SCA-SEST sobre la supervivencia, independientemente de la estrategia de tratamiento.
Aunque los autores consideren que no es posible comparar los resultados de su estudio con otras investigaciones, el artículo menciona que anteriormente distintos países habían mencionado mejores resultados en la disminución de la mortalidad, de nuevas hospitalizaciones por causas cardiovasculares y de accidentes cerebrovasculares tras 1 año de seguimiento en pacientes octogenarios con niveles elevados de troponina al ingreso tratados con procedimientos de revascularización coronaria.
Diversos estudios en poblaciones mayores de 80 años sugirieron tendencias similares.
Los autores señalan que, además, al calcular el tiempo medio de supervivencia utilizando sólo el infarto de miocardio y la muerte por todas las causas como componentes del criterio de valoración con estos parámetros restringidos, continuaron observando a favor de la estrategia invasiva una ganancia significativa del tiempo de supervivencia sin complicaciones.
Si bien la condición de abierto podría considerarse una limitación del estudio por los riesgos de sesgo de desempeño y detección, los autores opinan que la estrategia invasiva en pacientes de edad avanzada con SCA-SEST es superior a un abordaje conservador.
El efecto se comprobó por la disminución de los infartos de miocardio y de la necesidad de revascularizaciones de urgencia, lo que dio lugar a un aumento de la supervivencia sin eventos.
La estrategia invasiva fue más beneficiosa en todos los subgrupos de pacientes considerados, incluso en los octogenarios de más alto riesgo con insuficiencia renal, diabetes mellitus o ambas.
A pesar de los resultados del estudio realizado, los autores concluyen que cualquier terapia en la población de edad muy avanzada también se debe adaptar individualmente debido a la comorbilidad grave que a menudo está presente; por otra parte, recomiendan incluir la calidad de vida entre los parámetros a evaluar.
Ver más información: Berg ES, Tegn NK, Abdelnoor M, Røysland K, Ryalen P, Aaberge L, et al. Long-Term Outcomes of Invasive vs Conservative Strategies for Older Patients With Non–ST-Segment Elevation Acute Coronary Syndromes. J Am Coll Cardiol[Internet].2023[citado 6 dic 2023];82(21):2021-2030. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2023.09.809
7 diciembre 2023| Fuente: SIIC Salud| Tomado de |Noticias biomédicas
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Un estudio llevado a cabo por los equipos de Guadalupe Sabio y José Jalife en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de Madrid (CNIC) ha descubierto una nueva vía de señalización que estaría detrás de la aparición de la fibrilación ventricular, un tipo de arritmia cardiaca. El trabajo, que se acaba de publicar en la revista Nature Cardiovascular Research, ofrece nuevas esperanzas para abordar esta afección potencialmente mortal.
La fibrilación ventricular es la principal causa inmediata de muerte súbita cardiaca. Aunque el envejecimiento es uno de los factores de riesgo mejor establecidos para el desarrollo de arritmias cardiacas, los mecanismos detrás de esta conexión han sido esquivos, obstaculizando el desarrollo de tratamientos específicos.
El corazón late de manera regular y coordinada para bombear sangre de manera eficiente a través del cuerpo. Para ello tiene que coordinar la contracción de todas sus células y cada latido tiene que seguir un patrón meticulosamente orquestado. Cuando aparece una arritmia, el ritmo cardiaco se altera, se acelera, se vuelve irregular y es potencialmente mortal.
Estudiando modelos animales, los investigadores del CNIC descubrieron la relación existente entre las proteínas quinasas del estrés p38γ y p38δ y el desarrollo de la fibrilación ventricular, independientemente del sexo.
Este descubrimiento abre nuevas puertas para posibles intervenciones terapéuticas para esta patología.
Los investigadores observaron que la activación de p38γ y p38δ aumentaba en los corazones de ratones envejecidos y aquellos con condiciones genéticas o inducidas por fármacos que predisponen a arritmias, lo que sugería que esta vía tenía un papel crítico en el desarrollo de esta afección.
Según Rafael Romero, primer firmante del artículo e investigador del CNIC, “cuando nos dimos cuenta de que la activación de estas p38 era común en distintas situaciones arritmogénicas, supimos que podían tener un papel clave que había que investigar”.
El estudio exhaustivo de esta vía de señalización reveló que, cuando estas proteínas quinasas se activan, alteran las propiedades eléctricas de los cardiomiocitos, propiciando la aparición de arritmias. Esto sucede por la alteración de unos canales iónicos existentes en las células musculares del corazón responsables de coordinar la contracción celular.
Los investigadores encontraron que p38γ y p38δ fosforilan al receptor de rianodina 2 (RyR2) y a la proteína SAP97 perturbando la localización del canal Kv4.3. En última instancia, estos cambios moleculares resultaron en la aparición de actividad ventricular prematura y una mayor susceptibilidad a la fibrilación ventricular.
Estos hallazgos podrían abrir nuevas perspectivas para la prevención de la fibrilación ventricular sostenida y la protección contra esta grave afección cardíaca, ofreciendo una prometedora diana terapéutica para futuras investigaciones.
Ver más información: Romero-Becerra R, Cruz FM, Mora A, Lopez JA, Ponce Balbuena D, Allan A, et al. p38γ/δ activation alters cardiac electrical activity and predisposes to ventricular arrhythmia. Nat Cardiovasc Res [Internet].2023[citado 4 dic 2023];. https://doi.org/10.1038/s44161-023-00368-x
6 diciembre 2023 | Fuente: Genotipia| Tomado de | Genética Médica
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En un consenso de expertos publicado en línea el 28 de octubre en la revista canadiense de cardiología Canadian Journal of Cardiology, los autores presentan la clasificación de cuatro etapas del infarto agudo del miocardio (IAM) con base en el daño del tejido miocárdico, culminando en necrosis de los cardiomiocitos y microvasculatura. En otros términos, esto significa que culmina en la muerte de las células del músculo cardiaco y los vasos sanguíneos que lo nutren.
Andreas Kumar, médico cirujano, de la Escuela de Medicina de la Universidad del Norte de Ontario en Sudbury, Canadá, y sus colegas, delinearon la clasificación de la Sociedad Cardiovascular Canadiense del IAM agudo basado en décadas de datos relacionados con el IAM aterotrombótico con terapia de reperfusión, es decir que ocurre por la formación de un coágulo en la placa aterometosa que tapa la arteria, y posteriormente se ofrece al pacientes tratamiento para recuperar el aporte sanguíneo.
Los investigadores identificaron cuatro etapas de daño progresivo del tejido miocárdico: IAM abortado, con necrosis miocárdica nula o mínima; IAM con necrosis significativa de cardiomiocitos, sin lesión microvascular; obstrucción microvascular resultante de la necrosis de cardiomiocitos y disfunción microvascular (sin reflujo); y necrosis de cardiomiocitos y microvasculatura que produce hemorragia por reperfusión. Con el daño progresivo, se observaron peores remodelaciones y un aumento en los resultados clínicos adversos en los exámenes. La lesión microvascular es de particular importancia con el IAM hemorrágico que conduce a la expansión del infarto y el riesgo de complicaciones mecánicas.
«La nueva clasificación ayudará a diferenciar los infartos cardíacos según la etapa del daño tisular y permitirá a los proveedores de atención médica estimar con más precisión el riesgo de un paciente con arritmia, insuficiencia cardíaca y muerte», dijo Kumar en un comunicado. «Se espera que la Clasificación de la Sociedad Cardiovascular Canadiense del Infarto Agudo de Miocardio conduzca finalmente a una mejor atención, mejor recuperación y mejores tasas de supervivencia para los pacientes con ataques cardíacos.»
Referencia
Kumar A, Connelly K, Vora K, Bainey KR, Howarth A, Leipsic J, et al. The Canadian Cardiovascular Society Classification of Acute Atherothrombotic Myocardial Infarction Based on Stages of Tissue Injury Severity: An Expert Consensus Statement. Can J Cardiol[Internet]. 2023[citado 9 nov 2023]; S0828-282X(23)01735-X. doi: 10.1016/j.cjca.2023.09.020.
10 noviembre 2023 | Fuente: HealthDay| Tomado de Noticias de salud
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La cardiomiopatía arritmogénica es una enfermedad incurable del músculo cardíaco a la que se atribuyen hasta un 20 por ciento de las muertes súbitas documentadas en atletas.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha descubierto un posible tratamiento para una enfermedad que causa la muerte de deportistas de élite sin preaviso, la cardiomiopatía arritmogénica, una enfermedad incurable del músculo cardíaco a la que se atribuyen hasta un 20 por ciento de las muertes súbitas documentadas en atletas.
El estudio, dirigido por el doctor Juan A. Bernal, director de la Unidad de Vectores Virales del CNIC, y publicado en la revista ´Nature Communications´, ha descubierto un tratamiento para recuperar la capacidad de contracción del músculo cardíaco en modelos de cardiomiopatía arritmogénica.
Dos componentes patológicos principales caracterizan la cardiomiopatía arritmogénica; por un lado, los problemas de contracción cardíaca, y, por otro, arritmias ventriculares malignas. Como consecuencia, estos pacientes pueden sufrir eventos adversos como sincopes o incluso muerte súbita, frecuentemente asociados a episodios de ejercicio extremo.
Estudiando mutaciones en la proteína Placofilina-2 (PKP2), que provocan esta afección, han descrito por primera vez una función desconocida hasta el momento de la proteína PKP2 que controla la unión funcional de las células musculares del corazón.
Como comenta el investigador responsable de la publicación, Juan A. Bernal, «nuestro trabajo se centra en estudiar el problema muscular del corazón en esta enfermedad. Hacerlo nos ha permitido entender por qué las células musculares del corazón no se contraen adecuadamente y, además, cómo solucionarlo. Entender el funcionamiento de esta patología es esencial para desarrollar nuevos tratamientos inexistentes hasta la fecha».
Hasta el momento se han descrito más de 350 mutaciones en la proteína PKP2, «pero no sabemos cuáles de ellas son patológicas, y si lo son, si serán más o menos agresivas», asegura el investigador del CNIC. Lo que sí sabemos, desde hace unos años, «es que el ejercicio extremo acelera el desarrollo de la enfermedad», como ya demostró el grupo del doctor Bernal hace unos años.
Aunque se está lejos de entender completamente las bases moleculares de esta afección, este trabajo identifica un grupo de mutantes que siempre se asocian con problemas contráctiles graves y que responden al tratamiento farmacológico con un activador de las miosinas reguladoras, el 4-hidroxiacetofenona (4-HAP).
«Los resultados son una prueba de concepto que demuestra que generar un atlas completo de todas las mutaciones de PKP2 y poder categorizar qué pacientes son susceptibles de sufrir un síncope o una muerte súbita, es posible, y que casos como el de Antonio Puerta, podrían ser evitables en el futuro», enfatiza la doctora Nieves García-Quintáns, primera autora de la publicación.
«Nuestro trabajo en busca de tratamientos para esta terrible enfermedad, que se ceba con jóvenes deportistas, no hubiera sido posible sin la aportación público-privada del CNIC, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Fundación Bancaria «la Caixa», o la Cátedra Real Madrid-Universidad Europea. Y si cualquier club quiere ficharnos y continuar colaborando con nosotros en estas investigaciones, escuchamos ofertas», añade Bernal.
Referencia
García-Quintáns N, Sacristán S, Márquez-López C, Sánchez Ramos C, Martinez de Benito F, Siniscalco D, et al. MYH10 activation rescues contractile defects in arrhythmogenic cardiomyopathy (ACM). Nat Commun[Internet].2023[citado 23 oct 2023]; 6461. https://doi.org/10.1038/s41467-023-41981-5
24 octubre 2023| Fuente: IMMedico| Tomado de Noticia Atención Primaria| Cardiología