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Mª Luisa Lorenzo Tovar, profesora de Nutrición y Bromatología y jefa del panel de catas de la Facultad de Farmacia en Granada, explica sus propiedades nutricionales y saludables.
Sabe diferenciar un aceite de oliva virgen extra (AOVE) de otro que no lo es. También entrena a sus alumnos para que adquieran los mismos conocimientos. Mª Luisa Lorenzo Tovar, profesora de Nutrición y Bromatología en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y jefa de su panel de catas, tiene claro cuáles son las propiedades nutricionales y saludables de los aceites de oliva vírgenes: «Derivan de su composición, por lo que su conocimiento será de gran importancia para dar una idea global acerca de su potencial como nutriente y como agente terapéutico». De ahí la importancia de saber identificarlo.
«La utilización de aceite de oliva virgen (AOV) como grasa mayoritaria mejora el control de la glucemia y el perfil lipoproteico; las necesidades de insulina bajan, se reducen los niveles plasmáticos de triglicéridos y los de colesterol trasportado por LDL, elevando también las concentraciones de colesterol-HDL. De esta forma, se mejora el perfil de riesgo coronario en estos pacientes y es una opción de tratamiento para los pacientes que presentan hipertrigliceridenia», explica Lorenzo.
No es la única patología para la que está indicado. «Las enfermedades asociadas al estrés oxidativo se relacionan con la disminución de las reservas antioxidantes y/o del aumento en la producción de radicales libre y especies reactivas de oxígeno, que poseen gran agresividad oxidativa celular y tienen gran implicación en numerosas enfermedades, como la artritis reumatoide, fibrosis quística, algunos tipos de cáncer, etc. El aceite de oliva virgen presenta efectos beneficiosos en este tipo de enfermedades, no solo por su alto contenido en ácido oleico, sino también por sus componentes antioxidantes», concreta.
Igualmente, tiene múltiples efectos beneficiosos en el aparato digestivo: «Su presencia en la dieta protege la mucosa, disminuye la secreción ácido gástrica y sus efectos también son beneficiosos en la ulcera gástrica, disminuyendo el tamaño de la úlcera y favoreciendo la cicatrización. Además, actúa como colerético y colagogo».
También se utiliza como principio activo en numerosos preparados dermatológicos por sus efectos beneficiosos en procesos de sequedad y deshidratación a nivel epitelial»
Respecto al desarrollo y crecimiento óseo, sus componentes favorecen la calcificación y el desarrollo esquelético, mejorando el contenido mineral óseo. Por ello, también en la osteoporosis se ha encontrado un efecto beneficioso.
Asegura que «la utilización del aceite de oliva virgen en la dieta de la mujer embarazada y lactante es muy conveniente, pues facilita la mineralización de las estructuras óseas maternas e impide la sustracción en las mencionadas estructuras de sales de calcio, como consecuencia de un aumento por la demanda fetal. En cuanto al niño, este aceite posee un perfil acídico muy semejante al de la grasa de la leche materna, que es el mejor alimento para el bebé«.
A su vez, «los efectos farmacológicos del aceite de oliva virgen son bien conocidos. Se utiliza como excipiente para interponer numerosas sustancias activas que no son solubles en agua y por su resistencia al enrranciamiento; o como principio activo en numerosos preparados dermatológicos por sus efectos beneficiosos en procesos de sequedad y deshidratación a nivel epitelial».
Lorenzo Tovar comenta que «la mayor parte del aceite es la fracción saponificable, constituida por los ácidos grasos en forma de triglicéridos; el acido graso mayoritario es el oleico, mono insaturado, que caracteriza el perfil lipídico del aceite de oliva virgen, confiriéndole importantes beneficios para la salud, además de mantener su calidad durante la conservación, junto con otros componentes también presentes en pequeñas cantidades, y no por ello menos importantes; entre los más destacados de estos componentes secundarios están los tocoferoles, compuestos fenólicos, aromatizantes y esteroles».
Esencial en la dieta mediterránea
Frase de la cata
Así, el análisis sensorial en la cata de aceite de oliva se circunscribe a tres fases:
- Fase olfativa.Calentamos con la palma de la mano el vasito de cristal con la muestra, destapamos y olemos la muestra de aceite. El frutado verde se percibe como un olor muy agradable que recuerda a hierba verde, a césped recién cortado, a fruta fresca y verde. El frutado maduro nos recuerda el olor de la fruta sana y fresca mas madura. Cuando la muestra ensayada corresponda a un aceite de oliva virgen extra (AOVE), máxima calidad, solo vamos a percibir atributos positivos.
- Fase gustativa. En boca vamos a percibir un sabor amargo. La mayoría de las variedades de aceituna dan lugar a aceites de oliva vírgenes amargos. En cavidad bucal también podemos percibir la sensación táctil de picor, bien en toda la cavidad bucal y especialmente en su zona mas interna junto a la garganta. Esta sensación se debe a la variedad de aceituna y cuando el aceite de oliva virgen ha sido obtenido al principio de campaña.
- Fase retronasal. Se lleva a cabo tomando un pequeña cantidad de la muestra en boca, aspiramos aire y lo expulsamos por nariz. De esta forma vamos a percibir los aromas característicos de muestra catada. Una vez realizada la cata vamos a rellenar la ficha de cata.
27 agosto 2023 (Diario Médico) Tomado- Profesión - Dieta saludable
© Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.
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Las mujeres que se desempeñan como estilistas, cosmetólogas, en la confección de prendas y en la construcción, entre otras actividades, corren riesgo potencial de contraer cáncer de ovario por exposición acumulativa a diversas sustancias tóxicas
El estudio destaca la relevancia potencial de la exposición prolongada a sustancias específicas como el talco, amoníaco, gases propulsores, combustible y blanqueadores.
La publicación de la revista Occupational & Environmental Medicine * advierte que ciertos puestos de trabajo desempeñados por mujeres pueden estar relacionados con una mayor predisposición a contraer cáncer de ovario.
Los hallazgos del ensayo impulsaron comentarios que denuncian la baja identificación de los factores de riesgo de cáncer de ovario, mientras persiste la probabilidad de aumento de los factores ambientales que los provocan, incluidos los relacionados con los lugares de trabajo.
Asimismo, los pocos estudios sobre el tema alcanzaron fiabilidad limitaba en sus resultados al prescindir de los factores potencialmente influyentes, los historiales laborales previos o incluir un número pequeño de participantes mujeres.
Con la intención de mitigar estos problemas, los autores recurrieron a legajos laborales obtenidos en un estudio que recogía historia y presente de casos y controles basados en la población.
La iniciativa permitió enfocar el análisis en dos aspectos del entorno laboral: el empleo en funciones o industrias específicas y la exposición a riesgos laborales concretos. La adopción del criterio pretendió abordar las limitaciones y obtener una comprensión cabal de las probables asociaciones.
El estudio anterior Prevención del cáncer de ovario en Quebec (Prevention of Ovarian Cancer in Quebec – PROVAQ) reunió mujeres con edades de 18 a 79 años, seleccionadas de siete hospitales de Montreal entre 2010 a 2016 y diagnosticadas con cáncer de ovario.
En total, 491 mujeres que cumplían con los criterios del estudio fueron emparejadas por edad y lugar de residencia junto a otras 897 sin cáncer de ovario.
La presente investigación recolectó información de todas las participantes acorde a sus antecedentes sociodemográficos, historia clínica, medicación prescrita, antecedentes reproductivos, peso y altura; incluyó además factores relacionados con sus estilos de vida y los detalles laborales registrados durante la vida.
En comparación con el grupo de control, un porcentaje elevado de mujeres con cáncer de ovario presentaron factores considerados de riesgo potencial para el desarrollo de la enfermedad: menor nivel educativo, menor duración del uso de anticonceptivos orales y ninguna o menor cantidad de hijos.
Las participantes informaron cada empleo propio con una duración mínima de 6 meses. Los datos comprendían: puesto desempeñado, fechas de inicio y cese, horario de trabajo (con la inclusión de cambios de turno) y tareas principales ejecutadas durante el período laboral.
Se clasificó, entonces, la duración acumulada del trabajo o industria como ninguna, menos de 10 años y 10 años o más.
Más del 50% de las participantes habían trabajado al menos en tres empleos siendo el primero anterior a los 20 años de edad. La mayoría tuvo una duración de la vida laboral de 15 años o más, y su trabajo con mayor antigüedad fue de al menos 10 años.
Se utilizó la Matriz de nivel de exposición laboral canadiense (Canadian job-exposure matrix – CANJEM) para determinar la exposición de las participantes a agentes específicos. A continuación, el estudio examinó el vínculo entre la exposición a cada uno de los 29 agentes predominantes y el riesgo de cáncer de ovario.
Tras tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los cálculos indicaron que varias funciones laborales podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de padecer la enfermedad.
En particular, las personas que habían trabajado 10 años o más en profesiones tales como peluquería, barbería, estética y afines, presentaban un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer de ovario. Del mismo modo, quienes s desempeñaron en áreas de contabilidad durante 10 años o más presentaban el doble de riesgo, mientras las que trabajaban en el sector de la construcción casi triplicaban el riesgo.
Por su parte, el empleo duradero en la industria de la confección se relacionó con un 85% de aumento del riesgo. Además, trabajar en el sector de ventas o comercio minorista se asoció respectivamente con 45% al 59% de mayor riesgo de padecer la enfermedad.
El aumento significativo del riesgo superior al 40% correspondió a los casos de exposición acumulada alta (8 años o más) a 18 agentes específicos, entre los que se incluían:
polvos de talco, amoniaco, peróxido de hidrógeno, polvo de cabello, fibras sintéticas y de poliéster, tintes y pigmentos orgánicos, celulosa, formaldehído y gases propulsores, así como sustancias químicas presentes de forma natural en los combustibles y blanqueadores.
Las mujeres que trabajan en ocupaciones relacionadas con la peluquería están expuestas a cientos de productos químicos en altas concentraciones, incluidos tintes para el cabello, champús, acondicionadores, productos de estilismo y cosméticos. El empleo en ocupaciones relacionadas con la peluquería y la exposición a 12 agentes predominantes en estas ocupaciones fueron asociadas por el estudio con mayores riesgos de cáncer de ovario.
Las tareas de peluquería, esteticismo y trabajos afines resultaron las expuestas con mayor frecuencia e intensidad a 13 agentes diferentes, entre los que destacaron el amoníaco, el peróxido de hidrógeno, tintes y pigmentos orgánicos, y blanqueadores. Estas actividades ocupan el segundo lugar entre las más comprometidas a polvos de talco.
Los autores aclaran que no está definido si las asociaciones fueron impulsadas por un único agente, una combinación de ellos u otros factores relacionados al área de trabajo.
El número de mujeres empleadas en trabajos específicos como papeleras, imprentas, producción textil, tintorerías y fábricas, al ser relativamente pequeño, también limitó el número de quienes estaban expuestas a ciertos agentes clasificados como potenciales factores de riesgo (por ejemplo, asbestos y pesticidas).
Al considerar los autores que algunas asociaciones estadísticamente significativas del estudio podrían atribuirse al azar, destacan la necesidad de realizar nuevos estudios que reproduzcan los resultados con el fin de establecer la validez y fiabilidad de su trabajo.
A pesar de las limitaciones y la posibilidad de hallazgos fortuitos, el artículo afirma que los resultados indican una evidencia sugestiva de asociación causal entre el empleo en profesiones determinadas con exposiciones laborales específicas y el aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario.
Estudios de cáncer ocupacional sin o casi sin mujeres
Las doctoras Melissa C Friesen y Laura E. Beane Freeman, epidemiólogas ocupacionales y ambientales del Instituto Nacional del Cáncer (US National Cancer Institute -NCI) de EE.UU., al comentar el artículo en el mismo ejemplar de la revista, destacan su utilidad para reconocer el bajo nivel de participación de las mujeres en los estudios sobre cáncer ocupacional. Las profesionales subrayan, además, la necesidad de mejorar la investigación y los mecanismos que evalúan los riesgos profesionales de las mujeres con el objetivo de enriquecer la comprensión del tema. Las integrantes del NCI advierten además que al excluirse a las mujeres de los estudios relacionados con el cáncer ocupacional, se pierde la oportunidad de identificar los factores de riesgo específicamente vinculados a los diversos tipos de cáncer que afectan a las mujeres. La evaluación de las diferencias de riesgo en función del sexo y el examen de las exposiciones prevalentes en profesiones con preponderancia femenina.
Fuente: Noticias biomédicas(siicsalud.com)
Referencia:
Leung Lisa, Jérôme Lavoué, Jack Siemiatycki, Pascal Guénel, Anita Koushik. Occupational environment and ovarian cancer risk. Occupational & Environmental Medicine. 2023; 80(9). https://oem.bmj.com/content/oemed/early/2023/06/01/oemed-2022-108557.full.pdf
https://oem.bmj.com/content/80/9/489
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Un estudio vincula el lorazepam con un peor pronóstico del cáncer de páncreas y otros tumores. Otras benzodiacepinas podrían tener un efecto protector.
Los pacientes con cáncer de páncreas que tomaron lorazepam casi cuadruplicaron las posibilidades de progresión o muerte.
Pese a que la prescripción de benzodiacepinas es habitual en los pacientes oncológicos, pocas veces la investigación ha abordado cómo estos fármacos pueden afectar al pronóstico. Un nuevo estudio publicado en Clinical Cancer Research muestra que los pacientes con cáncer de páncreas que tomaron lorazepam tuvieron una supervivencia libre de progresión más corta que los pacientes que no recibieron este ansiolítico.
Por el contrario, los pacientes que recibieron alprazolam presentaron una supervivencia libre de progresión significativamente más larga que los pacientes que no tenían prescrito este fármaco.
«Cuando se estudia la respuesta a la terapia, se piensa en tratamientos como la quimioterapia o la inmunoterapia, pero los pacientes (oncológicos) también reciben muchos medicamentos para la ansiedad y el dolor», explica Michael Feigin, profesor asociado de Farmacología y Terapéutica en el Centro Oncológico Integral Roswell Park (en Búfalo, Nueva York) y autor principal del estudio.
Alto consumo
Para su estudio, los investigadores evaluaron cuántos pacientes oncológicos habían sido tratados con benzodiazepinas. Entre los pacientes tratados en el Roswell Park comprobaron que el 30,9 % de los que tenían cáncer de próstata, páncreas, ovario, riñón, cabeza y cuello, endometrio, colon, mama, cerebro o cerebro habían recibido benzodiacepinas. Los pacientes con cáncer de próstata presentaban la tasa de consumo más alta: un 40,6 %.
Tras ajustar factores como edad, raza, sexo, etapa y progresión de la enfermedad y tratamientos recibidos, el uso de benzodiacepinas se asoció con un riesgo un 30 % menor de muerte por cáncer de páncreas.
Sin embargo, al analizar los resultados por tipo de benzodiacepinas se encontraron grandes diferencias. Aparte de las benzodiazepinas de acción corta utilizadas como parte de la anestesia ante una cirugía, las dos benzodiazepinas más utilizadas fueron lorazepam (40 pacientes) y alprazolam (27 pacientes).
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Los pacientes que tomaron alprazolam tuvieron un 62 % menos de riesgo de progresión de enfermedad o muerte en comparación con los que no tomaron alprazolam (42 pacientes). Por el contrario, los pacientes que tomaban lorazepam tenían un riesgo 3,83 veces mayor de progresión de la enfermedad o muerte que los pacientes que no recibieron este medicamento (29 pacientes).
Cuando los investigadores investigaron las asociaciones entre el uso de lorazepam y alprazolam en pacientes con otros tipos de cáncer, encontraron que el alprazolam rara vez se asoció con resultados significativamente diferentes.
Sin embargo, el lorazepam se correlacionó con una supervivencia global significativamente inferior en el cáncer de próstata, ovario, cabeza y cuello, útero, colon y mama, así como en el melanoma, con efectos que van de un aumento del riesgo del 25 % hasta el 116 %.
Mecanismo de acción
El siguiente paso fue investigar por qué. Abigail Cornwell, primera autora del estudio y estudiante de posgrado en el laboratorio de Feigin, dirigió estudios mecanísticos que muestran que el lorazepam puede activar una proteína llamada GPR68, que se expresa en gran medida en los fibroblastos involucrados en el tumor.
GPR68 aumenta la expresión de la citoquina IL-6, que promueve la inflamación en el microambiente del cáncer pancreático, lo que conduce a un mayor crecimiento tumoral.
Sin embargo, solo ciertas benzodiazepinas, como lorazepam, clonazepam, nordiazepam y oxazepam, podrían activar GPR68. Otras, como alprazolam, diazepam y temazepam, no tuvieron efecto sobre la activación de GPR68.
«Creemos que el mecanismo se reduce a una diferencia en la estructura entre diferentes benzodiazepinas», aclara Feigin. “El alprazolam tiene el efecto contrario al lorazepam; no tiene impacto en GPR68, pero reduce de forma potente la IL-6, y creemos que esto reduce el potencial inflamatorio de estos tumores».
Sin embargo, el investigador alerta que «es demasiado pronto para decir que los pacientes que deben dejar de tomar un medicamento o comenzar a tomar otro». Y afirma que «hay mucho más que aprender en términos de implicaciones clínicas».
Feigin señala que lo deseable es que el siguiente paso sea el desarrollo de un ensayo clínico para evaluar prospectivamente los efectos del lorazepam y el alprazolam en los resultados del cáncer de páncreas y el microambiente de este tumor.
Fuente: Diario Médico
Referencia: Abigail C. Cornwell, Arwen A. Tisdale, Swati Venkat, Kathryn E. Maraszek, Abdulrahman A. Alahmari, Anthony George, Kristopher Attwood, Madison George, Donald Rempinski, Janusz Franco-Barraza, Mukund Seshadri, Mark D. Parker, Eduardo Cortes Gomez, Christos Fountzilas, Edna Cukierman, Nina G. Steele, Michael E. Feigin; Lorazepam Stimulates IL6 Production and Is Associated with Poor Survival Outcomes in Pancreatic Cancer. Clin Cancer Res 2023; https://doi.org/10.1158/1078-0432.CCR-23-0547
https://aacrjournals.org/clincancerres/article/doi/10.1158/1078-0432.CCR-23-0547/728435/Lorazepam-Stimulates-IL6-Production-and-Is?searchresult=1
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De las más de 200 variables diferentes del VPH, doce son consideradas «de alto riesgo» por su carácter cancerígeno
Casi uno de cada tres hombres mayores de 15 años en el mundo está infectado con al menos una variante del virus del papiloma humano genital (VPH), la infección de transmisión sexual más extendida, según los resultados de un estudio realizado entre la población masculina.
El estudio, publicado este miércoles en The Lancet Global Health y liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), se basa en una revisión sistemática y un metanálisis que evalúa la prevalencia de la infección genital por VPH en la población general masculina.
Según la publicación, la prevalencia combinada global del VPH en hombres con edad superior a los 15 años es alta (31 %), con especial incidencia en los hombres sexualmente activos independientemente de su edad, que representan un reservorio importante para las infecciones genitales por VPH.
De las más de 200 variables diferentes del VPH, doce son consideradas «de alto riesgo» (VPH-AR) por su carácter cancerígeno y, de acuerdo con los hallazgos del estudio, afectan a aproximadamente uno de cada cinco hombres de todo el mundo con una prevalencia combinada global del 21 %.
Las estimaciones presentadas muestran además que la prevalencia alcanza su pico de infección en los adultos jóvenes de entre 25 y 29 años (35 %), siendo el genotipo 16 el más prevalente y al mismo tiempo principal causante (junto con el genotipo 18) del cáncer cervicouterino.
A nivel geográfico, los resultados indican una mayor prevalencia de cualquier tipo de VPH en el África subsahariana (37 %), seguida de Europa y Norteamérica (36 %), mientras que la prevalencia más baja se registró en Asia oriental y sudoriental, con un 15 % para cualquier tipo de virus del papiloma humano.
CÁNCER
Los cánceres en hombres relacionados con el VPH, fundamentalmente de pene, anal, oral o de garganta, alcanzaron aproximadamente los 69.400 casos en 2018, según datos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS.
En el caso de las mujeres, el virus del papiloma humano es la principal causa de cáncer de cuello uterino y cada año provoca la muerte de 340.000 mujeres.
A pesar de que la mayoría de las infecciones por papiloma humano son asintomáticas, los autores del estudio pretenden concienciar con estos datos sobre la importancia de incorporar a la población masculina en las estrategias de prevención y así reducir la morbilidad y la mortalidad tanto en mujeres como en hombres.
Fuente: El Mundo
Referencia: Laia Bruni, Ginesa Albero, Jane Rowley, Laia Alemany, Marc Arbyn, Anna R Giuliano, Lauri E Markowitz, Nathalie Broutet, Melanie Taylor. Global and regional estimates of genital human papillomavirus prevalence among men: a systematic review and meta-analysis. Lancet Glob Health 2023; 11: e1345–62. DOI: https://doi.org/10.1016/S2214-109X(23)00305-4
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Aunque la extirpación del timo es habitual, su papel en la inmunidad y la salud del adulto sigue sin estar claro. Un nuevo estudio propone que el timo adulto es esencial para el mantenimiento de la inmunidad.
En términos generales, se ha mantenido la opinión de que el timo, una pequeña glándula grasa del tamaño de una nuez ubicada detrás del esternón, desempeña un papel fundamental en la inmunidad durante la infancia, pero a menudo se considera «innecesaria» en la edad adulta.
Sin embargo, una investigación reciente liderada por la Universidad de Harvard y basada en datos retrospectivos sugiere que el timo podría tener una relevancia más significativa de lo que se pensaba previamente. Parece que esta glándula podría tener una función crucial en el mantenimiento de la salud inmunológica a medida que envejecemos, especialmente en la prevención de enfermedades como el cáncer.
Científicos estadounidenses, al comparar información de pacientes a quienes se les había extirpado el timo con la de aquellos que conservaban esta glándula, han descubierto patrones interesantes. Aquellos que habían sido sometidos a una timectomía presentaron un mayor riesgo de mortalidad por diversas causas en etapas posteriores de su vida. También se observó un aumento en la probabilidad de desarrollar cáncer, así como un leve incremento en enfermedades autoinmunes.
Investigación observacional, pero con implicaciones significativas
Es importante destacar que esta investigación tiene un carácter observacional, lo que significa que no puede establecer una relación directa entre la presencia del timo y los resultados adversos en la salud de los pacientes. No obstante, los hallazgos tienen implicaciones clínicas significativas.
«La magnitud del riesgo era algo que nunca habríamos esperado», afirma David Adden, catedrático de Medicina Gerald y Darlene Jordan y profesor del Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa, que dirigió el estudio publicado en The New England Journal of Medicine en colaboración con investigadores del Hospital General de Massachusetts.
Aunque todavía no se comprenden por completo las razones detrás de estas asociaciones, los investigadores teorizan que la ausencia del timo podría perturbar de alguna manera el funcionamiento saludable del sistema inmunológico en la edad adulta.
«La razón principal por la que el timo influye en la salud general parece ser la protección contra el desarrollo del cáncer», agrega Scadden.
El timo: un «accidente evolutivo»
Antiguamente considerado un lugar donde las células en declive se acumulaban y visto como un «accidente evolutivo» sin mayor importancia, el timo, a pesar de su papel crucial en los años formativos, solía pensarse que perdía relevancia en la edad adulta, siendo también removido en ocasiones durante cirugías cardiacas para facilitar el acceso al corazón y a los principales vasos sanguíneos.
En la primera infancia, el timo se encuentra especialmente activo en la producción de células T, un tipo de glóbulos blancos que combaten infecciones y enfermedades. Sin embargo, a medida que llega la pubertad, el timo tiende a transformarse en tejido adiposo. Aun así, la extirpación temprana de esta glándula resulta en una disminución a largo plazo de las células T en los pacientes.
Los análisis de datos retrospectivos
Para llegar a estas conclusiones, Scadden y su equipo analizaron el riesgo de mortalidad, cáncer y enfermedades autoinmunes en un grupo de 1 146 pacientes a quienes se les realizó una timectomía y un grupo igual de adultos que se sometieron a cirugía cardiotorácica sin extirpación del timo.
Al evaluar a todos los pacientes con un seguimiento de más de cinco años, se observó una tasa de mortalidad más alta en el grupo de timectomía en comparación con la población general de Estados Unidos, con un 9 % frente a un 5.2 %, respectivamente. Lo mismo sucedió con la mortalidad por cáncer, con un 2.3 % frente a un 1.5 %. Además, el cáncer en este grupo fue más agresivo y mostró más recaídas después del tratamiento en comparación con el grupo de control.
En un subgrupo de pacientes, se encontró que aquellos que habían sido sometidos a una timectomía tenían una producción sistemáticamente menor de nuevas células T y niveles más elevados de moléculas proinflamatorias en la sangre, que son pequeñas proteínas de señalización asociadas con la autoinmunidad y el cáncer.
«En conjunto, estos hallazgos respaldan el papel del timo en la producción de nuevas células T en la edad adulta y en el mantenimiento de la salud humana», concluyen los autores. «La alteración de la homeostasis causada por la timectomía es suficiente para afectar negativamente a los resultados críticos de salud, lo que argumenta firmemente que el timo adulto sigue siendo funcionalmente importante».
Fuente: DW
Referencia: Kameron A. Kooshesh, Brody H. Foy, David B. Sykes, Karin Gustafsson, and David T. Scadden, M.D. Health Consequences of Thymus Removal in Adults August 3, 2023. N Engl J Med 2023; 389:406-417. DOI: 10.1056/NEJMoa2302892
https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa2302892
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El sobrediagnóstico debe considerarse explícitamente al tomar decisiones de detección
Un estudio de más de 50.000 mujeres encontró que continuar con las pruebas de detección de cáncer de mama después de los 70 años se asoció con una mayor incidencia de cáncer que probablemente no habría causado síntomas durante la vida de la paciente. Estos hallazgos sugieren que el sobrediagnóstico puede ser común entre las mujeres mayores a las que se les diagnostica cáncer de mama después de la prueba de detección. El estudio se publica en Annals of Internal Medicine.
Estimación del sobrediagnóstico de cáncer de mama después de una mamografía de detección entre mujeres mayores en los Estados Unidos Read more