Superar un cáncer puede incidir en el riesgo de enfermedad cardiovascular más allá del primer año desde el tratamiento oncológico, según concluye un estudio que aparece en la revista Heart, donde se corrobora el peso específico de este factor de riesgo que es independiente de otros “clásicos”, como el tabaquismo, la hipertensión arterial o el sobrepeso.

En estudios anteriores ya se había señalado la cardiotoxicidad de ciertos tratamientos oncológicos, pero no con el respaldo de una población tan extensa como la que incluye este estudio (18.714 participantes del Biobanco del Reino Unido, a los que se siguió durante doce años), ni con la ayuda de imágenes, que también aporta el trabajo.

Los participantes incluyeron a pacientes que habían superado alguno de los cánceres más frecuentes (pulmón, mama, próstata, sangre, útero o intestino) y que se emparejaron con un número similar de individuos sin la neoplasia, atendiendo a los factores de riesgo vascular.

El análisis muestra que el cáncer se asocia con más riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares y mortalidad cardiovascular a lo largo de doce años de seguimiento prospectivo. Además, las imágenes de resonancia magnética (RM) indicaron que los antecedentes de cáncer se vinculaban con una remodelación cardiaca adversa.

Necesidad de estratificar el riesgo

Los firmantes del estudio, encabezados por Zahra Raisi-Estabragh, cardióloga del Instituto de Investigación William Harvey en la Universidad Queen Mary de Londres, concluyen que “en las personas que han padecido cáncer se intensifica el riesgo cardiovascular, un elemento que parece independiente de los factores de riesgo vascular y persiste varios años después del diagnóstico oncológico inicial. Este estudio pone de relieve las necesidades específicas de los pacientes con cáncer y respalda la consideración de la estratificación del riesgo cardiovascular” en aquellos expuestos a dicha enfermedad.

“Los pacientes con cáncer presentan una constelación de factores de riesgo demográficos y clínicos que los exponen a un mayor riesgo cardiovascular”, escriben. “Nuestros hallazgos subrayan la importancia de controlar los factores de riesgo modificables de todos los pacientes durante y después de su tratamiento oncológico, así como centrarse en la vigilancia y las estrategias preventivas de áreas específicas”.

Cáncer de mama y hematológico

Los investigadores explican que se sabe que cierta quimioterapia administrada para el cáncer oncohematológico resulta perjudicial para el tejido cardiaco, así como la radioterapia dirigida a la pared torácica que recubre el corazón.

De igual forma, las supervivientes de cáncer de mama tenían mayor riesgo de desarrollar y morir de insuficiencia cardiaca y miocardiopatías no isquémicas, así como de ser diagnosticadas de pericarditis. Además, era más probable que sus escáneres mostraran alteraciones funcionales del corazón.

«Estas observaciones probablemente reflejen la cardiotoxicidad asociada a las terapias contra el cáncer de mama», señalan los autores del estudio, que añaden que estas personas también tenían ocho veces más probabilidades de morir por enfermedades asociadas a la hipertensión arterial.

De forma específica, los investigadores encuentran “asociaciones significativas” entre los antecedentes de cáncer de mama y hematológico y los hallazgos de RM cardiaca, incluso en ausencia de enfermedad cardiovascular prevalente. Los autores señalan que, independientemente de los factores de riesgo vascular subyacentes, los pacientes tratados por cáncer mostraron que tanto el tamaño como la función del corazón se habían alterado sustancialmente a peor. Las asociaciones más consistentes que se observaron mediante el escáner fueron con la FEVI [fracción de eyección del ventrículo izquierdo].

Enfermedades CV más frecuentes

La edad media de todos los participantes fue de 62 años; unos dos tercios eran mujeres. Casi un tercio de los supervivientes de cáncer desarrollaron una de las siguientes enfermedades durante el periodo de seguimiento del estudio: cardiopatía isquémica; ictus; ritmo cardiaco anormal (fibrilación auricular); insuficiencia cardiaca; alteración de la señalización eléctrica o problemas cardiacos mecánicos (miocardiopatías no isquémicas); coágulos sanguíneos en las venas, arterias o pulmones; inflamación del saco que rodea el corazón (pericarditis).

Las más frecuentes fueron la cardiopatía isquémica, la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca.

 

Abril 19/2023 (Diario Médico) – Tomado de Cardiología – Antecedentes de neoplasia. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U. 

La NASA ha seleccionado a cuatro participantes, dos hombres y dos mujeres, para embarcarse en la primera misión simulada de un año de la agencia en un hábitat que recrea condiciones de vida en Marte. Dos de los participantes en este proyecto son profesionales sanitarios: Nathan Jones, oficial médico y especialista en Medicina de Emergencia; y Alyssa Shannon, oficial científica y enfermera de práctica avanzada.

Chapea (Crew Health and Performance Exploration Analog), es una misión terrestre que comenzará en junio en el Centro Espacial Johnson de la agencia en Houston. La misión es la primera de tres simulaciones planificadas de la superficie de Marte de un año, durante las cuales los miembros de la tripulación vivirán y trabajarán en un hábitat de 518 metros cuadrados impreso en 3D.

Un simulacro con vistas a una futura misión a Marte

Los investigadores simularán los desafíos de una misión humana a Marte, incluidas las limitaciones de recursos, fallos en los equipos, demoras en las comunicaciones y otros factores ambientales estresantes.

«La simulación nos permitirá recopilar datos de rendimiento físico y cognitivo para darnos más información sobre los impactos potenciales de las misiones de larga duración a Marte en la salud y el rendimiento de la tripulación», dijo en un comunicado Grace Douglas, investigadora principal de CHAPEA. «En última instancia, esta información ayudará a la NASA a tomar decisiones informadas para diseñar y planificar una misión humana exitosa a Marte».

La NASA está estableciendo una presencia a largo plazo en la Luna para la ciencia y la exploración a través de Artemisa. El conocimiento adquirido sobre la Luna y sus alrededores ayudará a enviar a los primeros astronautas a Marte en el futuro.

La tripulación contará con cuatro miembros

Los participantes fueron seleccionados a través de la convocatoria de postulantes de 2021 de la NASA. Los cuatro miembros de la tripulación son:

Kelly Hastonun, comandante. Miembro registrado de la Nación Mohawk de las Seis Naciones del Gran Río en Canadá, Hastonun es una científica investigadora con experiencia en la construcción de modelos de enfermedades humanas.
Nathan Jones, oficial médico. Especialista en medicina de emergencia.
Alyssa Shannon, oficial científica. Enfermera de práctica avanzada.
Ross Brockwell, ingeniero de vuelo. Ingeniero estructural y administrador de obras públicas, su trabajo se enfoca en infraestructura, diseño de edificios, operaciones y liderazgo organizacional.
Abril 18/2023 (Redacción Médica) – Tomado de Sanidad Hoy. Copyright 2004 – 2023 Sanitaria 2000.

abril 19, 2023 | Lic. Jessica Arias Ramos | Filed under: Avances en la Ciencia, Ciencia y Tecnología, Novedad | Etiquetas: , , |

Investigadores dirigidos por el doctor D. James Surmeier, catedrático Nathan Smith Davis y titular de la cátedra de Neurociencia, han descubierto circuitos neuronales hasta ahora desconocidos que contribuyen a la disfunción cerebral en la enfermedad de Huntington.

El estudio, publicado en Nature Communications, arroja luz sobre nuevos mecanismos de circuitos que podrían servir como posibles dianas terapéuticas para tratar a pacientes con Huntington.

La enfermedad de Huntington es una enfermedad neurodegenerativa hereditaria y progresiva. Entre los síntomas más comunes de la enfermedad de Huntington se encuentran los movimientos involuntarios e hipercinéticos y las alteraciones del funcionamiento conductual, emocional y cognitivo. Los síntomas de la enfermedad relacionados con el movimiento se deben a la disfunción de las neuronas del cuerpo estriado, una región subcortical del cerebro implicada en la formación de hábitos, la acción dirigida a un objetivo y el movimiento voluntario.

A nivel molecular, los pacientes con enfermedad de Huntington tienen un mayor número de repeticiones de la secuencia CAG (citosina, adenina, guanina) en el gen de la huntingtina. Aunque se sabe desde hace tiempo que la expansión CAG en la huntingtina causa la enfermedad de Huntington, aún no se ha resuelto con precisión cómo la proteína huntingtina mutante altera la función neuronal.
En el estudio actual, el equipo de Surmeier utilizó un modelo de ratón macho de Huntington y la interrogación optogenética de los circuitos estriatales para ayudar a llenar este vacío. Descubrieron que las entradas sinápticas a las principales neuronas estriatales estaban significativamente alteradas por la huntingtina mutante.

En concreto, las neuronas estriatales principales reciben información de dos tipos diferentes de neuronas corticales: una entrada de neuronas del tracto piramidal y otra de neuronas intratelencefálicas. En el modelo de ratón con Huntington, los investigadores descubrieron que la vía intratelencefálica establecía conexiones más fuertes que en los ratones normales, mientras que las del tracto piramidal eran más débiles. Esta distorsión de la información que recibían las principales neuronas estriatales se debía a un déficit en la liberación de acetilcolina por parte de las interneuronas colinérgicas estriatales, que son fundamentales para la flexibilidad conductual o el cambio de comportamiento en respuesta a determinados resultados.

«Cuando las interneuronas colinérgicas se vuelven disfuncionales, los circuitos estriatales tienen dificultades para adaptarse a nuevas circunstancias. De hecho, ésta es una de las características clave de los pacientes con enfermedad de Huntington: tienen dificultades para cambiar su comportamiento cuando cambian las contingencias», afirma Surmeier.

A continuación, los investigadores utilizaron un virus adenoasociado portador de una proteína represora de dedos de zinc para suprimir selectivamente la huntingtina mutante. Con esta técnica, los investigadores pudieron suprimir el gen mutado de la huntingtina de forma selectiva en las interneuronas colinérgicas estriatales, lo que normalizó la conectividad intratelencefálica.

«Dado que la huntingtina mutada se expresa ampliamente, el hecho de que su reducción selectiva sólo en las interneuronas colinérgicas tuviera un efecto tan profundo en la conectividad estriatal fue sorprendente. Este estudio apunta claramente al potencial valor terapéutico de las proteínas zinc finger», afirma Surmeier.

En cuanto a los próximos pasos, Surmeier dijo que su equipo está estudiando cómo afectan las interneuronas colinérgicas estriatales a otros aspectos de la circuidad estriatal y cómo podrían influir en el movimiento involuntario en pacientes con enfermedad de Huntington.

«Las neuronas estriatales que son particularmente vulnerables en la enfermedad de Huntington están implicadas en la inhibición de acciones no deseadas», dijo Surmeier. «Ahora intentamos averiguar cómo influyen las interneuronas colinérgicas en esas células y cómo intervienen en el control normal del movimiento».
(Tomado de MedicalXpress Breaking News-and-Events)
Abril 18/2023 (MDLinx) – Tomado de Especialidades y Enfermedades – Neurología. Copyright 2023 M3 USA Corporation.

Según un ensayo clínico dirigido por Yale, un medicamento que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la alopecia areata en adultos también es eficaz en el tratamiento de pacientes adolescentes.

La alopecia areata es una enfermedad autoinmune caracterizada por la pérdida repentina y a menudo desfigurante del cabello. Es la segunda causa más frecuente de caída del cabello y afecta aproximadamente a 7 millones de personas en Estados Unidos.

El nuevo medicamento oral estudiado en el ensayo clínico, un inhibidor de la Janus quinasa (JAK) conocido como ritlecitinib, fue desarrollado por Pfizer. Tras más de una década de investigaciones dirigidas por el Dr. Brett King, dermatólogo de Yale, se han aprobado otros inhibidores de la JAK, una clase de fármacos utilizados originalmente para tratar la artritis reumatoide y ciertos trastornos sanguíneos, para el tratamiento de una serie de enfermedades cutáneas intratables, entre ellas la alopecia areata.

El año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. aprobó el uso del inhibidor de JAK baricitinib para tratar la alopecia areata grave, pero sólo en adultos. King, que fue el investigador principal en aquel trabajo, también dirigió el estudio actual con ritlecitinib.

«Este nuevo trabajo supone un gran avance en el tratamiento de la alopecia areata porque en el ensayo clínico participaron adolescentes además de adultos», afirma King, profesor asociado de Dermatología de la Facultad de Medicina de Yale y primer autor del nuevo estudio, publicado en The Lancet. «Dado que la alopecia areata afecta con frecuencia a niños y adolescentes, es pionero avanzar en un medicamento que muestra seguridad y eficacia en el tratamiento de pacientes más jóvenes».

El ensayo de fase 3 realizó un seguimiento de 718 pacientes -incluidos más de 100 adolescentes- en 118 hospitales y clínicas de 18 países. Todos los participantes, independientemente de su edad, presentaban una pérdida de cabello del cuero cabelludo de al menos el 50% debido a la alopecia areata.

Según el estudio, tras 24 semanas de uso de ritlecitinib, muchos pacientes experimentaron un crecimiento completo o casi completo del cabello. Con el uso continuado de ritlecitinib durante 24 semanas más, más pacientes consiguieron que el pelo volviera a crecer. La medicación fue bien tolerada por los pacientes a lo largo del estudio.

Según King, los resultados fueron significativos en todos los grupos de edad, incluidos los pacientes más jóvenes.

«La alopecia areata suele causar un enorme sufrimiento, tanto a adultos como a niños», afirma King. «Ser niño ya es bastante duro, así que imagínese lo que es ser un niño con grandes calvas, al que quizá le falte una ceja, o sin pelo en absoluto. Puede ser un castigo».

King señaló que una niña con alopecia areata grave se quitó la vida recientemente porque la acosaban en el colegio. «No queremos que eso vuelva a ocurrir», dijo. Tenemos que hacer todo lo posible para que no ocurra, y una parte de ello es avanzar en los medicamentos para revertir la enfermedad». Este estudio sobre ritlecitinib es un gran paso en esa dirección».

Se está realizando un estudio a más largo plazo del ritlecitinib para tratar la alopecia areata.

Este artículo se publicó originalmente en MedicalXpress Breaking News-and-Events.

Abril 18/2023 (MDLinx) – Tomado de Especialidades y Enfermedades – Dermatología. Copyright 2023 M3 USA Corporation. 

Los dolores de cabeza en muchos casos pueden llegar a ser inhabilitantes y es común que se produzcan siguiendo un patrón horario siendo los momentos más frecuentes a última hora de la noche o a primera hora de la mañana, concretamente el 71 por ciento de las personas tienen cefálea asociada a un patrón horario y el 50 por ciento migrañas, según ha revelado un meta-análisis publicado en la edición online de ´Neurology´, la revista médica de la Academia Americana de Neurología (Minnesota, Estados Unidos).

Los resultados de este estudio concluyen que tanto la cefalea como la migraña tienen fuertes vínculos con el sistema circadiano, el reloj interno que regula los procesos corporales de manera que estas afecciones se suelen producir a la misma hora del día.

En el caso de la cefalea en racimos, el metaanálisis halló que los ataques alcanzaban su punto álgido entre las últimas horas de la noche y las primeras horas de la mañana.

A lo largo del año, las personas sufrían más ataques en primavera y otoño. A nivel genético, la cefalea en brotes se ha asociado con dos genes circadianos principales, y cinco de los nueve genes que aumentan la probabilidad de padecer cefalea en brotes son genes con un patrón circadiano de expresión.

Las personas con cefalea en brotes también tenían niveles más altos de cortisol y niveles más bajos de melatonina que las personas sin cefalea en brotes.

En cuanto a la migraña, mientras que el pico de ataques durante el día era amplio, desde última hora de la mañana hasta primera hora de la tarde, había un punto circadiano bajo durante la noche, cuando se producían pocos ataques. La migraña también se ha asociado a dos genes circadianos centrales, y 110 de los 168 genes asociados a la migraña eran genes con un patrón circadiano de expresión.

Las personas con migraña tenían niveles más bajos de melatonina en la orina que las personas sin migraña. Además, los niveles de melatonina eran más bajos durante un ataque de migraña.

«Los datos sugieren que estos dos trastornos de cefalea son altamente circadianos en múltiples niveles, especialmente la cefalea en racimos», asegura el autor del estudio, el doctor Mark Joseph Burish, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, Texas, y miembro de la Academia Americana de Neurología.

El meta-análisis incluyó todos los estudios disponibles sobre cefalea en racimos y migraña que incluían características circadianas. Esto incluía información sobre el calendario de los dolores de cabeza durante el día y durante el año, así como estudios sobre si los genes asociados con el reloj circadiano son más comunes en las personas con estos dolores de cabeza.

Los investigadores también analizaron estudios sobre la cefalea en racimos y la migraña y las hormonas relacionadas con el sistema circadiano, como el cortisol y la melatonina.

El doctor Joseph Burish asegura que estos resultados refuerzan «la importancia del hipotálamo» -la zona del cerebro que alberga el reloj biológico primario- y «su papel en la cefalea en racimos y la migraña». Asimismo, plantea «la cuestión de la genética de los factores desencadenantes, como los cambios en el sueño, que son desencadenantes conocidos de la migraña y son señales para el ritmo circadiano del cuerpo».

Por último, estos resultados plantean la posibilidad de utilizar tratamientos circadianos para las cefaleas que podrían incluir «tanto tratamientos basados en el ritmo circadiano -como tomar medicamentos a determinadas horas del día- como tratamientos que provoquen cambios circadianos, algo que pueden hacer ciertos medicamentos», según explica el autor del estudio.

Abril 17/2023 (IMmédico) – Tomado de Atención primaria – Neurología. Copyright 2023: Publimas Digital

abril 18, 2023 | Lic. Jessica Arias Ramos | Filed under: Bienestar y Calidad de Vida, Enfermedades Neurológicas, Investigaciones | Etiquetas: , , , |

Varias líneas de trabajo se centran en el estudio de los efectos del ejercicio físico y los programas nutricionales en el bienestar de las pacientes con esta enfermedad.

Se estima que para 2040 el número de nuevos diagnósticos de cáncer aumentará en más de un 53%. Más allá de los tratamientos de quimioterapia o radioterapia, las intervenciones basadas en la nutrición, el ejercicio físico, la modificación de los factores ambientales y la atención integral de los pacientes con cáncer empiezan a cobrar fuerza en aras de mejorar su calidad de vida. La atención integral comprende el abordaje multidisciplinar del paciente; es decir, que todos los profesionales implicados en su manejo trabajen de manera consensuada y a la par, personalizando cada una de las acciones en cada uno de los pacientes y sus necesidades.

Así, Ejercicio, fisioterapia y bienestar en pacientes con cáncer de mama -publicado en una serie especial de la revista Frontiers in Oncology- se pregunta cómo influye el tipo de programa de recuperación del bienestar en el enfoque de intervención que se toma, así como ​​qué tipo de actividad es más efectiva y adecuada para cada paciente.

El cáncer de mama, al igual que el resto de los diagnósticos oncológicos, presenta un reto por su gran supervivencia y la posibilidad de mantener las actividades de la vida diaria con un alto nivel de bienestar y calidad de vida. «Desde una perspectiva multidisciplinar -en la que participan oncólogos, enfermeras especialistas, trabajadores sociales, fisioterapeutas y expertos en ejercicio físico y cáncer- se abordan acciones encaminadas a mantener esta calidad de vida, así como a solucionar problemas presentes o potenciales. De hecho, ya existe evidencia respecto a la prevención del cáncer de mama. Algunos estudios muestran que grandes cohortes de la población, con respecto a las recomendaciones habituales sobre ejercicio físico, reducen el riesgo entre un 6-10% en aquellas personas que realizan actividad física que oscila entre 7,5 y 15 MET (el equivalente metabólico de la tarea) por semana», señala De la Torre.

El director de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios añade que la línea de trabajo de los investigadores se centra en el cuidado de las pacientes con cáncer de mama y, de manera concreta, en el estudio de los efectos del ejercicio físico y los programas nutricionales en su bienestar.

«Las principales conclusiones se centran en los efectos beneficiosos de programas específicos de ejercicio físico en diferentes maneras, normalizados, reglados y practicados con asiduidad, así como los planes que incluyan una dieta equilibrada para mejorar la calidad de vida de estas pacientes. Lo que se puede ver es que no solamente los tratamientos farmacológicos, indudablemente necesarios, son los únicos que se deben implementar en el cuidado de las pacientes, de tal manera que este debe ser integral, multiprofesional y específico, personalizando cada una de las intervenciones que se realicen», dice.

¿En qué tratamientos (no basados en farmacoterapia o radioterapia) se ha basado este estudio? De la Torre explica que hay diferentes tipos de intervenciones descritas en esta serie especial, «desde la descripción del tratamiento basados en ejercicio (algunos trabajan la alta intensidad), hasta los basados en modalidades de Tai Chi. También se describen en algunos artículos síntomas asociados, como pueden ser sofocos, insomnio, dolores musculares, cansancio físico y mental, etcétera. En general, se han descrito aspectos relacionados con la calidad de vida, actividades de vida diaria y bienestar», indica.

Paliar los efectos secundarios de los tratamientos

La composición corporal en supervivientes de cáncer de mama a largo plazo que toman inhibidores de la aromatasa mejora con el ejercicio aeróbico y el ejercicio de resistencia, además de aliviar los efectos secundarios negativos, y los resultados de los informes de los pacientes también mejoran. «Para reducir el linfedema, por ejemplo, el protocolo incluye sesiones de ejercicio de intensidad moderada a intensa, siguiendo un plan de trabajo específico».

De La Torre también señala que los efectos comunes y conocidos derivados de los tratamientos orales posquimioterápicos, como los basados ​​en tamoxifeno, muestran que más del 70% de los pacientes presentan síntomas derivados, especialmente si son menores de 40 años. «Anticiparse a este tipo de situaciones facilita mucho el control precoz de los síntomas y la adopción de medidas para minimizarlos. También son importantes las terapias conductuales para reducir los efectos de la fatiga, llegando a una reducción de este síntoma en el 77,77% de los pacientes desde el inicio de la intervención hasta seis semanas después. Los síntomas depresivos también se pueden llegar a reducir en el 55,55% de los casos».

Añade que, en la misma línea, existe otra revisión que analiza los efectos del ejercicio físico en la mejora de las actividades. de la vida diaria.

«Ba Duan Jin es una una serie de 8 ejercicios de ChiKung (ejercicios cuerpo/mente y de meditación tradicional china que utiliza movimientos lentos del cuerpo con respiración controlada) cuyo propósito es aumentar la energía interna a través del ejercicio y la práctica espiritual para mejorar la salud y el estado físico. Los movimientos deben ejecutarse de manera moderada, relajada, fluida y consistente. La fuerza solo es necesaria durante un instante, al cambiar de movimiento, manteniendo la relajación el resto del tiempo. Este tipo de entrenamiento en 12 semanas podría reducir los efectos del inhibidor de la aromatasa, ya que las puntuaciones globales de calidad de vida y funcionamiento físico aumentaron significativamente en las pacientes que lo practicaban».

Por otro lado, la adherencia a este tipo de tratamientos no farmacológicos e intervenciones «suele ser excelente», señala De La Torre. «Los beneficios de manera directa son palpables, aunque obviamente no inmediatos, pero muy estimulantes para las pacientes con el objetivo de que estas no pierdan la motivación. El gran problema de la adherencia la tenemos en el largo plazo, donde los profesionales debemos aprender a generar motivaciones y objetivos que ayuden a los pacientes a mantener su actividad a largo plazo», asegura.

Por su parte, Soraya Casla, profesora de la la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios y directora del programa Ejercicio y Cáncer, explica que «los programas de fisioterapia personalizados, los planes nutricionales, las intervenciones cognitivas y el ejercicio físico son fundamentales en los cuidados de enfermería, así como en los tratamientos médicos, farmacológicos o radioterápicos. Aún así, deben ir más allá e integrar cada uno de los aspectos que influyen en la calidad de vida y el bienestar de las personas, los pacientes y sus familias».

¿Qué profesionales pueden recomendar/prescribir estos tratamientos de bienestar? En opinión de Casla, «la prescripción y seguimiento de programas de ejercicio físico tiene matices que pueden resultar convergentes, y a veces disputados y discutidos, en diferentes profesionales, sean expertos en ejercicio físico, bien sean fisioterapeutas o profesionales médicos o de enfermería».

El papel de la familia 

En la mayor parte de este nuevo paradigma de atención al paciente, el grupo familiar y las relaciones interpersonales juegan un papel importante en cuanto a los cambios que se deben producir a largo plazo.

«La adherencia al tratamiento en estos casos no se basa en la motivación del paciente para continuar con el tratamiento farmacológico. Aún así, a veces se basa en un cambio de rutinas, hábitos de vida y la adquisición de otros nuevos, que incluyen cambios de actitud y, en ocasiones, resultan en una menor necesidad de tratamientos orales», dice De La Torre.

Añade que el papel de la familia es fundamental, «teniendo en cuenta que, en las interacciones familiares con respecto a la alimentación o el tiempo dedicado al ejercicio ayuda contar con el apoyo de los mismos», concluye.

Abril 18/2023 (Diario Médico) – Tomado de Enfermería – Varias líneas de trabajo. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.

 

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