La Organización Mundial de la Salud advierte que cada 20 años se duplicarán casos de demencia senil.

La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para atender los enormes costos humanos y económicos derivados de la demencia senil, así como ante el aumento de casos de la enfermedad, advirtió  la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS anunció la creación del primer fondo mundial para tratar la demencia, uno de los problemas sanitarios más importantes de la actual generación y que afecta a 47,5 millones de personas en el mundo.

La decisión de constituir el fondo mundial sobre la demencia fue adoptada en una conferencia ministerial para una acción global frente a ese problema y comenzará a funcionar con una donación de cien millones de dólares del Reino Unido.

Además de ministros de salud y altos representantes de 80 países, convocados por la OMS participaron investigadores y profesionales del medio clínico para buscar las mejores maneras de afrontar el problema de una manera coordinada y global.

De acuerdo a las proyecciones de las instituciones especializadas, esa enfermedad -cuyos tipos más comunes son el alzheimer y la demencia vascular- afectará a 75 millones de personas dentro de tan solo quince años y al triple en 2050.

«El mundo tiene planes para lidiar con un accidente nuclear, limpiar un derrame químico, manejar desastres naturales, responder a la pandemia de la influenza. Pero no hay un plan integral para manejar la ola gigante de la demencia que se nos viene encima», señaló Margaret Chan, la directora general de la OMS.

Explicó que dos tercios de los 47.5 millones de casos registrados a nivel mundial ocurren en países de ingreso medio o bajo, por lo que su impacto en las personas enfermas y sus familias suele ser catastrófico.

De acuerdo a las últimas estimaciones disponibles, el tratamiento de la demencia requiere de 604 mil millones de dólares por año, aunque para 2030 esa cifra se habrá más que duplicado.

El 60 % de personas que sufren demencia vive en países de ingresos medios y bajos, pero esta proporción aumentará en la próxima década, lo que hace temer que profundice las desigualdades entre los países y dentro de ellos, afirma la OMS.

De las discusiones salió a relucir el alto costo a largo plazo que representa la demencia para los sistemas públicos de sanidad, los perjuicios que provoca en las comunidades y las familias de los enfermos y las pérdidas que causa a la productividad de los países.

La demencia es una condición que afecta a las funciones cognitivas del cerebro, como la memoria, el lenguaje, la percepción y el pensamiento, por lo que interfiere gravemente en la capacidad de mantener una vida normal.

Hay evidencias que sugieren que el riesgo de ciertos tipos de demencia puede ser menor si se reducen los factores de riesgo cardiovasculares, como el colesterol alto, la diabetes, la hipertensión y el tabaquismo, entre otros.

«En términos de cura, o incluso tratamientos que puedan paliar la enfermedad o retrasar su avance, estamos casi con las manos vacías», reconoció la titular de la OMS.

Urgió a los países a invertir más en las investigaciones sobre la demencia senil, así como a fortalecer sus capacidades para afrontar el problema de salud de profundo impacto social.

Marzo 17/ 2015 (Notimex).-

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2015. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

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