personas y demencia¿Tienes una disposición naturalmente positiva? Podría protegerte de la demencia a medida que avanzan los años, muestra una investigación reciente.

Un equipo de la Universidad Northwestern, en Chicago, informa que ciertos rasgos de personalidad (ser concienzudo, extrovertido y positivo) parecen reducir las probabilidades de que una persona reciba un diagnóstico de demencia.

Por otro lado, ser neurótico y tener una perspectiva y una conducta más negativas se vinculó con un mayor riesgo de deterioro mental, encontró el mismo estudio.

La buena noticia: los comportamientos diarios son probablemente el factor clave y los comportamientos se pueden cambiar.

La forma de ser de las personas puede influir en si los hábitos diarios son saludables o no saludables para el cerebro, explicó un equipo dirigido por la investigadora Eileen Graham, profesora asociada de ciencias sociales médicas de la Universidad Northwestern.

«Ser neurótico se relaciona con la aparición de la demencia, y las personas con características neuróticas son más propensas a la ansiedad, el mal humor y la preocupación, mientras que las personas concienzudas son más propensas a hacer ejercicio, a acudir a sus citas de salud preventivas, y a beber menos», señaló Graham en un comunicado de prensa de la universidad.

«Entonces, tal vez ahí es donde una intervención podría ser útil para mejorar las conductas de salud de alguien para obtener mejores resultados de salud», razonó Graham.

El nuevo análisis se centró en lo que los psicólogos han llamado durante mucho tiempo los «Cinco Grandes» rasgos de personalidad: escrupuloso, extrovertido, abierto a nuevas experiencias, neurótico y amable.

El equipo de Graham observó los datos de ocho estudios. En conjunto, los estudios incluyeron a más de 44,000 personas, 1,703 de las cuales desarrollaron demencia.

Las puntuaciones altas de los rasgos negativos, como ser neurótico y los estados emocionales negativos, además de las puntuaciones bajas de ser escrupuloso, extravertido y afectuoso, parecieron aumentar las probabilidades de demencia.

Por el contrario, puntuaciones altas en la apertura a nuevas experiencias, la amabilidad y la satisfacción con la vida se asociaron con un riesgo más bajo de deterioro cerebral, encontró el equipo.

Estas tendencias se mantuvieron incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta otras influencias, como la edad, el sexo y el nivel de educación.

Tampoco hubo evidencia de que el daño físico en el cerebro jugara un papel en los hallazgos, anotaron Graham y sus colaboradores.

En cambio, los rasgos de personalidad positivos pueden, a lo largo de la vida, dar a las personas resiliencia a enfermedades como el Alzheimer y otras demencias, incluso si no están conscientes de ello.

Entonces, incluso si se están produciendo cambios en el cerebro, una personalidad optimista podría contrarrestar el efecto y permitir que las personas lo sobrelleven mejor, teorizaron los investigadores.  Este estudio ha sido publicado en la revista ‘Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association’.

Ver más información:

Beck ED, Yoneda T, James BD, Bennett DA, Hassenstab J, Katz MJ, et al. Personality predictors of dementia diagnosis and neuropathological burden: An individual participant data meta-analysis. Alzheimer’s Dement[Internet].2023[citado 2 dic 2023];1–18. https://doi.org/10.1002/alz.13523

5 diciembre 2023 | Fuente: HealthDay News| Tomado de | Noticias de Salud| Neurología

alzheimer-01Una tauropatía primaria no basta para desarrollar la enfermedad, sino que tiene que existir una acumulación simultánea de la proteína tau y la placa beta amiloide.

La enfermedad de Alzheimer está aumentando en todo el mundo. A tenor de los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), casi el 3% de los ciudadanos españoles sufren de demencia y, de todos estos casos, aproximadamente 800.000 son de Alzheimer. Sin embargo, la inversión para investigación se sitúa muy por debajo de la realizada en otras enfermedades como el cáncer.

“Estamos en pañales con respecto a otras patologías”, lamenta Pablo Aguiar, investigador del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (Cimus), de la Universidad de Santiago. Aun así, los esfuerzos de los científicos están cristalizando en hallazgos que hacen temblar lo que se consideraban certezas sobre esta dolencia.

Un estudio reciente publicado en JAMA Neurology y coordinado precisamente por Aguiar, ha desmontado la teoría de que una tauropatía primaria es por sí sola causa de Alzheimer. “Parece una entidad diferente, con un deterioro cognitivo mucho más leve y menos acelerado”, explica el investigador.

Acumulación simultánea

Según las conclusiones de este trabajo, para que se desarrolle Alzheimer, tiene que existir una acumulación simultánea de la proteína tau y la placa beta amiloide: “La proteína tau se concentra en el lóbulo temporal, pero si no está la placa amiloide no sucede la expansión, es la amiloide la que dispara la tau en el cerebro”.

Los coautores Alejandro Costoya-Sánchez, de la Universidad de Santiago, y Alexis Moscoso, de la Universidad de Gotemburgo, realizaron durante cinco años el seguimiento de 965 personas con una edad media de 74 años. Examinaron los resultados de las pruebas de imagen obtenidas por PET, resonancia magnética nuclear, biomarcadores de líquido cefalorraquídeo (LCR) y de pruebas neuropsicológicas.

Los investigadores encontraron que la sintomatología, cuando existía solo una tauropatía primaria, se mantenía estable hasta el quinto año, mientras que cuando coexistía con la placa beta amiloide se disparaba: “Esta distinta evolución es lo que indica que se trata de patologías diferentes”.

El trabajo tendrá implicaciones clínicas: “Hay que explicar el pronóstico. Relativamente es una buena noticia que sólo se detecte la presencia de tau”. Además, la terapia antiamiloide que llegará a Europa a principios de 2024 no será eficaz para el tratamiento de estos pacientes.

“A medida que más pacientes se realizan biomarcadores, vamos encontrando más personas con marcadores negativos de amiloide y este estudio nos ayudará a entender mejor su evolución y a predecir qué podemos esperar a largo plazo”. Es la valoración de Alberto Lleó, investigador principal del Área de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber ISCIII), quien expone otros avances que están cambiando conceptos y, por tanto, el horizonte de la enfermedad de Alzheimer.

Los recientes ensayos con terapias antiamiloide demuestran que se puede modificar el curso de la enfermedad en las fases sintomáticas iniciales. “Se creía que en esta etapa sería demasiado tarde. Y esto es solo el principio, las terapias en Alzheimer están todavía en su infancia”, destaca Lleó. No obstante, un estudio también demuestra que hay que actuar cuando la patología tau está comenzando porque si la carga es muy alta, el tratamiento no es efectivo: “Esto nos obligará a realizar un diagnóstico precoz para poder maximizar el efecto”. Eso sí, los estudios en sujetos con Alzheimer pero sin síntomas hasta ahora no han dado resultados.

También había mucho escepticismo con los marcadores en sangre para Alzheimer, se creía que había que ir a un compartimento central como el LCR: “Actualmente solo están disponibles en investigación, pero se prevé su aprobación para uso clínico en los próximos años, ya que han mostrado resultados similares a los que ofrece el LCR”.

Cuatro subtipos

Asimismo, hoy se sabe que el Alzheimer es muy heterogéneo desde el punto de vista biológico, más allá de la presencia de amiloide y tau. Se han descrito cuatro subtipos en función del patrón de atrofia y carga de tau predominante. El patrón típico y más frecuente es el que afecta al lóbulo temporal, pero hay otros con afectación parietal y con atrofia leve: “En el futuro es previsible que podamos tratar de forma diferente estos subtipos. Por ejemplo, podremos tratar de manera distinta a una persona joven con Alzheimer APOE4 positivo con angiopatía amiloide que a una persona mayor que sea APOE4 negativo, con diabetes y una variante del gen TREM2”.

Por otra parte, Alberto Lleó destaca las investigaciones que demuestran que la microglía juega un papel fundamental en la progresión de esta enfermedad, ya que según el perfil puede amplificar o puede atenuar la cascada de fenómenos que ocurren en el cerebro: “Hoy ya hay estudios en Alzheimer con fármacos que modulan la microglía y muchos más que están diseñándose todavía en fases preclínicas”.

En estos momentos existen más de 180 estudios con dianas terapéuticas muy diversas, como la neuroinflamación, el daño sináptico o el componente vascular.

Ver más información:  Costoya-Sánchez A, Moscoso A, Silva-Rodríguez J, Pontecorvo MJ, Devous MD, Aguiar P, et al. Increased Medial Temporal Tau Positron Emission Tomography Uptake in the Absence of Amyloid-β Positivity. JAMA Neurol [Internet]. 2023[citado 28 nov 2023];80(10):1051–1061. doi:10.1001/jamaneurol.2023.2560

28 noviembre 2023 | Fuente: Diario Médico| Tomado de | Neurología

noviembre 29, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alzheimer, Cerebro, Enfermedad de Alzheimer | Etiquetas: , , , , |

alzheimer-1Un aumento metabólico en las mitocondrias, las centrales energéticas celulares, es un indicador precoz de la enfermedad.

Una fase temprana en el proceso de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es un aumento metabólico en una parte del cerebro llamada hipocampo, informan investigadores del Instituto Karolinska, de Suecia, en un estudio publicado en la revista ´Molecular Psychiatry´. El descubrimiento abre la puerta a nuevos métodos potenciales de intervención precoz.

Los investigadores demuestran ahora que un aumento metabólico en las mitocondrias, las centrales energéticas celulares, es un indicador precoz de la enfermedad.

Los equipos responsables del estudio utilizaron ratones que desarrollaron la patología de la enfermedad de Alzheimer de forma similar a los humanos. El aumento del metabolismo en ratones jóvenes fue seguido de cambios sinápticos causados por la alteración del sistema de reciclaje celular (un proceso conocido como autofagia), un hallazgo que fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2016.

Al cabo de un tiempo, el metabolismo en el cerebro con Alzheimer suele decaer, lo que contribuye a la degradación de las sinapsis. Los investigadores también pudieron observar esto en los ratones más viejos, que habían padecido la enfermedad durante más tiempo.

«La enfermedad empieza a desarrollarse 20 años antes de la aparición de los síntomas, por lo que es importante detectarla pronto, sobre todo teniendo en cuenta los medicamentos retardadores que están empezando a llegar –afirma Per Nilsson, profesor asociado del Departamento de Neurobiología, Ciencias de la Atención y Sociedad del Instituto Karolinska–. Los cambios metabólicos pueden ser un factor diagnóstico en este sentido».

Maria Ankarcrona, profesora del mismo departamento, añade que, «curiosamente, los cambios en el metabolismo pueden observarse antes de que se hayan acumulado en el cerebro las placas insolubles características. El diferente balance energético coincide con lo que hemos visto en imágenes del cerebro con Alzheimer, pero ahora hemos detectado estos cambios en una fase más temprana».

El estudio se realizó en estrecha colaboración entre los grupos de ambos investigadores, que analizaron la parte del cerebro del ratón denominada hipocampo, una estructura que desempeña un papel importante en la memoria a corto plazo y que se ve afectada en las primeras fases del proceso patológico.

Aplicando la técnica de secuenciación del ARN para ver qué genes están activos en las células del hipocampo durante las distintas fases de la enfermedad, los investigadores descubrieron que una de las primeras etapas de la enfermedad es un aumento del metabolismo mitocondrial.

Los investigadores estudiaron los cambios que aparecían entonces en las sinapsis entre las neuronas del cerebro mediante microscopía electrónica y otras técnicas, y descubrieron que en las sinapsis se habían acumulado unas vesículas llamadas autofagosomas, por las que se descomponen las proteínas gastadas y se metabolizan sus componentes, lo que interrumpía el acceso a las proteínas en funcionamiento.

Los investigadores estudiarán ahora con más detalle el papel de las mitocondrias y la autofagia en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, en ratones, cuya enfermedad proporciona un modelo aún mejor del cerebro con Alzheimer.

«Estos resultados ponen de relieve la importancia de conservar las mitocondrias funcionales y el metabolismo normal de las proteínas –afirma Nilsson–. En el futuro, podremos hacer pruebas en ratones para ver si nuevas moléculas que estabilicen la función mitocondrial y autofágica pueden retrasar la enfermedad».

Referencia

Naia L, Shimozawa M, Bereczki E, Li X, Liu J, Jiang R, et al. Mitochondrial hypermetabolism precedes impaired autophagy and synaptic disorganization in App knock-in Alzheimer mouse models. Mol Psychiatry[Internet].2023[citado 4 nov 2023]. https://doi.org/10.1038/s41380-023-02289-4

6 noviembre 2023 | Fuente: IMMédico| Tomado de Atención Primaria | Neurología

DemenciaCada duplicación de los niveles de triglicéridos se asocia con un riesgo 18% menor de desarrollar demencia personas de mayor edad, pero no es probatoria de prevención.

Poblaciones de mayor edad que presentan niveles más elevados de triglicéridos podrían tener un menor riesgo de demencia y un proceso de deterioro cognitivo más lento en el tiempo en comparación con las personas de más edad que tienen niveles más bajos, según los datos de una nueva investigación que acaba de publicarse en Neurology. Sin embargo, aunque el estudio ha encontrado un vínculo, no prueba que niveles más altos de triglicéridos prevengan la demencia.

Los triglicéridos, ácidos grasos que suponen el tipo de grasa más común en sangre, constituyen hasta el 95 % de las grasas de la dieta, que son la principal fuente de energía del cerebro.

Predictor útil en este subgrupo

Según el principal autor del trabajo, Zhen Zhou, profesor de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, los niveles más altos de triglicéridos pueden reflejar una mejor salud general y comportamientos de estilo de vida que protegerían contra la demencia. Los datos de sus hallazgos sugieren que «los niveles de triglicéridos pueden servir como un predictor útil del riesgo de demencia y deterioro cognitivo en poblaciones de mayor edad».

Con datos de asistencia médica se identificaron 18 294 personas con una edad promedio de 75 años que no tenían un diagnóstico previo de enfermedad de Alzheimer o demencia. Los participantes fueron seguidos durante un promedio de seis años, tiempo durante el que 823 personas desarrollaron demencia.

Se analizaron anualmente las mediciones de colesterol total, triglicéridos, colesterol de lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) y colesterol de lipoproteínas de alta densidad (c-HDL).

Asimismo, los investigadores dividieron a los participantes en cuatro grupos según los niveles de triglicéridos en ayunas. Del grupo total, el promedio de triglicéridos fue de 106 miligramos por decilitro (mg/dL). Para los adultos, un nivel normal o saludable de triglicéridos es inferior a 150 mg/dL.

Después de ajustar las variables que podrían afectar el riesgo de demencia, incluida la educación y los tratamientos con hipolipemiantes, los profesionales encontraron que cada duplicación de los niveles de triglicéridos se asociaba con un riesgo 18 % menor de desarrollar demencia.

El grupo de triglicéridos más bajos tenía niveles de menos de 62 mg/dL. El segundo grupo tenía niveles de 63 a 106 mg/dL. En comparación con el grupo más bajo, el segundo grupo tenía un 15% menos de probabilidades de desarrollar demencia. El tercer grupo tenía niveles de 107 a 186 mg/dL. En comparación con el grupo más bajo, tenían un 24 % menos de probabilidades de desarrollar demencia. El cuarto grupo tenía niveles de 187 mg/dL o más. En comparación con el grupo más bajo, tenían un 36 % menos de probabilidades de desarrollar demencia.

De las 1.416 personas del grupo con triglicéridos más bajos, 82 personas (el 6 %), desarrollaron demencia y de las 7.449 del segundo grupo, 358 personas (el 5 %), la desarrollaron. De las 7 312 que componían el tercer grupo, 310 (el 4 %), evolucionaron a demencia. Por último, desarrolló demencia el 3 %, 73 personas, del cuarto grupo compuesto por 2 117 personas.

Tener triglicéridos elevados entre ingestas aumenta el deterioro cardiovascular

El riesgo de los triglicéridos es más elevado en mujeres

La actividad del tejido adiposo marrón controla el metabolismo de las lipoproteínas ricas en triglicéridos

Los investigadores también validaron sus resultados en otro conjunto de datos compuesto por 68 200 personas mayores del Reino Unido. Entre ellas, 2 778 personas desarrollaron demencia en un tiempo promedio de 12 años, observándose  un resultado consistente que muestra una reducción del 17 % en el riesgo de demencia con cada duplicación de los niveles de triglicéridos.

El trabajo también ha detectado que los niveles más altos de triglicéridos se asociaban con una más lenta disminución en la cognición compuesta; un resultado combinado de pruebas de función global, velocidad psicomotora, lenguaje y función ejecutiva y memoria a lo largo del tiempo.

Una limitación del estudio, apoyado por el Real Colegio Australiano de Médicos Generales y la Fundación de Investigación HCF, fue que solo se observó a personas de 65 años o más que inicialmente no tenían problemas cognitivos, por lo que «los hallazgos no son generalizables a otras poblaciones», considera Zhou, que especifica que  necesitan estudios futuros para investigar si «componentes específicos de los triglicéridos pueden promover una mejor función cognitiva, con la esperanza de desarrollar nuevas estrategias preventivas».

Referencia

Zhou Z, Ryan J, Tonkin AM, Zoungas S, Lacaze P, Wolfe R, et al. Association Between Triglycerides and Risk of Dementia in Community-Dwelling Older Adults: A Prospective Cohort Study. Neurology[Internet]. 2023[citado 29 oct 2023]. 10.1212/WNL.0000000000207923; DOI: 10.1212/WNL.0000000000207923

30 octubre 2023 | Fuente: Diario Médico| Tomado de Neurología

octubre 30, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alzheimer, Demencia, Enfermedad de Alzheimer | Etiquetas: , , , |

personas PARTUn estudio internacional coordinado por Pablo Aguiar desde el CiMUS de la USC y el IDIS, demuestra que las personas que presentan tauopatía primaria relacionada con la edad (PART) no siempre desarrollan la enfermedad de Alzheimer, como hasta ahora sostenía la ciencia.

Desde hace tiempo, los científicos saben que cuando se encuentran ante un paciente con una acumulación anormal de proteína tau en el cerebro, conjuntamente con la presencia de placas de amiloide, están ante un diagnóstico de Enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, algunas personas mayores sufren acumulación anormal de esta proteína tau en ausencia de placas de amiloide, una condición llamada tauopatía primaria relacionada con la edad (PART). Hasta ahora, se enfrentaban a varias preguntas respecto a esta condición: ¿acabarán estos pacientes desarrollando la enfermedad de Alzheimer? ¿o bien se trata de una patología diferente?

Ahora, una investigación internacional coordinada por Pablo Aguiar desde el CiMUS de la USC y el IDIS ha conseguido responder a esta pregunta y abrir nuevas vías terapéuticas para esta enfermedad neurodegenerativa altamente prevalente en la población envejecida.

Se trata de una investigación en la que participan además Michael Schöll, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y Michel Grothe, del Instituto de Biomedicina de Sevilla. En su publicación en la revista JAMA Neurology, los científicos hicieron uso de la tomografía por emisión de positrones (PET) con un trazador sensible al tau patológico para confirmar que una cantidad significativa de personas con deterioro cognitivo padecen PART. Demostraron que estos pacientes continuaron acumulando tau patológico a lo largo del tiempo, pero a un ritmo mucho más lento que las personas con Alzheimer y en una zona restringida del cerebro.

Caminos divergentes

Los investigadores concluyen que, aunque esta acumulación de tau en individuos con PART no se puede considerar estrictamente como un proceso benigno, la evolución de los pacientes es completamente diferente a los pacientes con Alzheimer. En base a estos resultados, PART y la enfermedad de Alzheimer representan probablemente dos entidades patológicas diferentes, cada una de las cuales requerirá de un tratamiento específico. En este sentido, el PET de tau, originalmente ideado para detectar tau en la enfermedad de Alzheimer, puede tener una nueva utilidad diagnóstica detectando pacientes con PART, para los cuales no existe, en la actualidad, ningún biomarcador diagnóstico.

Metodología

Para demostrarlo, los coautores principales del trabajo, Alejandro Costoya-Sánchez de la Universidad de Santiago de Compostela y Alexis Moscoso de la Universidad de Gotemburgo, analizaron imágenes PET de amiloide y tau, imágenes de resonancia magnética nuclear, biomarcadores de líquido cefalorraquídeo, y resultados de pruebas neuropsicológicas de 965 personas, que provenían de tres estudios internacionales: la Alzheimer´s Disease Neuroimaging Initiative (ADNI), el Harvard Aging Brain Study (HABS) y el estudio AVID-A05. La mitad eran mujeres, su edad promedio era de 74 años y el 93 % eran caucásicos.

De todos los participantes, 264 pacientes tuvieron PET de tau positivo y PET de amiloide negativo, y por tanto fueron clasificados como individuos PART. Por otro lado, 451 pacientes tuvieron PET de tau positivo y PET de amiloide positivo, y fueron clasificados como pacientes con Alzheimer. El resto de los individuos mostraron biomarcadores negativos y estaban clínicamente sanos a nivel cognitivo, por lo que fueron clasificados como controles.

Los resultados de la comparación entre estos grupos mostraron que, al inicio del estudio, las personas con Alzheimer presentaban acumulación de tau generalizada en los lóbulos temporal, parietal y frontal, mientras que en los pacientes con PART esta acumulación se limitaba principalmente al lóbulo temporal medial. Durante los tres años de seguimiento, los participantes con PART acumularon poco tau, y restringido a los lóbulos temporales. En cambio, las personas con Alzheimer acumularon casi tres veces más tau anualmente en toda la corteza cerebral.

La atrofia y el deterioro cognitivo en estos individuos reflejaron el efecto de esta acumulación de tau. En los pacientes con PART, la atrofia se limitaba al lóbulo temporal medial, y el resto de la corteza permanecía intacta, a diferencia de los pacientes con Alzheimer, que mostraron atrofia en otras regiones corticales más allá del lóbulo temporal. Además, el deterioro cognitivo que presentaron los individuos con PART fue muy leve, casi tres veces inferior al deterioro que presentaron los pacientes con Alzheimer. Los investigadores pudieron concluir que los pacientes con PART muestran tasas de progresión significativamente más lentas en comparación con las de los pacientes con Alzheimer.

Repercusión internacional

Desde su publicación, el trabajo ha tenido una repercusión importante entre los científicos a nivel global, con editoriales, comentarios y aproximaciones de distinta índole de expertos de entidades de diferentes puntos, como la Universidad de California, Berkeley, la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford o la propia Universidad de Gotemburgo sobre el alcance de este trabajo.

En conclusión, los resultados de esta investigación pionera sugieren que PART parece ser una entidad patológica distinta a la enfermedad de Alzheimer que, a pesar de compartir algunas características similares, tiene unas consecuencias clínicas y patológicas distintas, por lo que probablemente requiera de un enfoque terapéutico diferente. En este sentido, el PET de tau puede ser una herramienta útil para detectar pacientes con PART y estudiar el efecto de nuevas terapias enfocadas a esta patología tan prevalente en la población envejecida.

Referencia

Costoya-Sánchez A, Moscoso A, Silva-Rodríguez J, Pontecorvo MJ, Devous MD, Aguiar P, et al. Increased Medial Temporal Tau Positron Emission Tomography Uptake in the Absence of Amyloid-β Positivity. JAMA Neurol[Internet]. 2023[citado 21 oct 2023];80(10):1051–1061. doi:10.1001/jamaneurol.2023.2560

23 octubre 2023 |Fuente: INMEDICO| Tomado de Neurología

octubre 23, 2023 | gleidishurtado | Filed under: alzheimer, Enfermedad de Alzheimer, Neurología | Etiquetas: , , |

aterosclerosis-canva-300x251La aterosclerosis, una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación de placas de grasa y colesterol en las paredes de las arterias, es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular. Pero su impacto no se reduce solamente al que tiene en la salud cardiovascular, sino que también está implicada en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer. Esta es la principal conclusión de un estudio longitudinal internacional liderado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiacas (CNIC) y publicado recientemente en la revista The Lancet Health Longevity. En él se observó mediante técnicas de imagen de tomografía de emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) que las personas con edades alrededor de 50 años y con un riesgo cardiovascular elevado de forma sostenida durante cinco años experimentan una mayor disminución del metabolismo cerebral.

Este hallazgo es especialmente relevante porque, si bien es ampliamente conocido que las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten habitualmente en etapas avanzadas, hay pocos estudios longitudinales en personas de mediana edad, que hayan evaluado la interacción entre la aterosclerosis y sus factores de riesgo sobre la salud del cerebro

La importancia de controlar los factores de riesgo cardiovasculares

Controlar la hipertensión, el tabaquismo, el colesterol o el sedentarismo se revela cada vez más como fundamental para mejorar nuestra salud, ya que, además de disminuir la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular, también beneficia a la salud cerebral.

Esta relación entre aterosclerosis y empeoramiento de la salud cerebral se encontró gracias un estudio longitudinal con una subcohorte de 370 participantes con aterosclerosis subclínica (edad media 49,8 años; 84 % hombres y 16 % mujeres) en el estudio PESA-CNIC-SANTANDER.

Los escáneres PET iniciales en cada uno de estos voluntarios se llevaron a cabo el 6 de marzo de 2013 y el 21 de enero de 2015, mientras que los escáneres de seguimiento fueron realizados entre el 24 de noviembre de 2017 y el 7 de agosto de 2019 con el objetivo de observar la evolución del metabolismo de la glucosa en el cerebro, considerado un indicador de salud cerebral.

Este estudio mediante técnicas de neuroimagen demostró que el declive metabólico cerebral es tres veces mayor en las personas con un elevado riesgo cardiovascular comparado con el de aquellas que se mantienen en bajo riesgo, lo cual es muy relevante porque “a pesar de que todos sabemos la importancia de cuidarse y controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar un infarto, el hecho de que están relacionados con un deterioro de la salud cerebral puede hacer que haya una mayor conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables en las fases más jóvenes de la vida”, indicó el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC y uno de los investigadores principales del estudio en nota de prensa..

Conclusiones

Estos resultados plantean nuevas perspectivas sobre cómo prevenir el desarrollo de demencias, para las que no existe tratamiento en muchos pacientes, a través de intervenir sobre un trastorno modificable, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares.

Por ello, “los hallazgos de este estudio indican que el cribado de la carótida tiene un gran potencial para identificar a las personas vulnerables a sufrir alteraciones cerebrales y deterioro cognitivo en el futuro, por lo que este trabajo podría tener importantes implicaciones para la práctica clínica ya que apoya la implementación de estrategias de prevención cardiovascular primaria en etapas tempranas de la vida como enfoque valioso para una longevidad cerebral saludable”, declaró a Univadis España la investigadora del CNIC Catarina Tristão-Pereira, primera firmante del artículo.

Sin embargo, “para poder implementar esta estrategia de prevención de enfermedades cerebrales a través de la prevención cardiovascular de una manera eficaz hace falta crear equipos de expertos en los dos campos que sean capaces de diseñar hojas de ruta conjuntas para disminuir el riesgo de padecer ambas dolencias”, declaró a modo de conclusión a Univadis España el cardiólogo de la Universidad de Valencia el Dr. Fabián Sanchís.

Referencia

Tristão-Pereira C, Fuster V, Oliva B, Moreno-Arciniegas A, García Lunar I, Perez Herreras C, et al. Longitudinal interplay between subclinical atherosclerosis, cardiovascular risk factors, and cerebral glucose metabolism in midlife: results from the PESA prospective cohort study. Lancet Healthy Longev. 2023;4(9): e487-e498. doi: 10.1016/S2666-7568(23)00134-4. PMID: 37659430; PMCID: PMC10469266

Fuente: Univadis España     Tomado de Noticias          

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