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16
Las patologías que afectan al sistema nervioso como las demencias, las migrañas o los accidentes cardiovasculares son la principal causa de problemas de salud en el mundo, según un amplio estudio publicado el viernes.
El trabajo, recogido por la revista Lancet Neurology, señala que un 43% de la población mundial (unos 3.400 millones de personas) sufrió problemas de salud neurológicos en 2021. El estudio corrió a cargo de cientos de investigadores bajo la supervisión del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), un organismo de referencia en cuanto a estadísticas de salud.
El nivel de afectación de este tipo de patologías es mucho más elevado de lo que se estimaba. Desde 1990, ha aumentado en más del 50%, superando así las enfermedades cardiovasculares que eran las más expandidas hasta ahora.
Los investigadores ven en estas cifras un reflejo del envejecimiento poblacional, puesto que la gran mayoría de estas patologías no tiene curación y pueden perdurar hasta el deceso del paciente.
Esta realidad responde por otro lado a una evolución de los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ahora cuenta los ictus como una patología neurológica y no cardiovascular, una elección aplicada por los autores de este estudio. Precisamente, dentro de esta categoría global de patologías neurológicas, los ictus o accidentes cerebrovasculares (ACV) son los que generan más problemas. Según el estudio, hicieron perder un total de 160 millones de años de buena salud a las personas afectadas.
Después se sitúan la encefalopatía neonatal, las demencias del tipo alzhéimer, las consecuencias neurológicas de la diabetes, la meningitis y la epilepsia.
En cuanto a mortalidad, se calcula que las patologías neurológicas mataron a más de 11 millones de personas en 2021. En este aspecto siguen por debajo de los 19,8 millones de decesos por enfermedades cardiovasculares.
Ver artículo: GBD 2021 Nervous System Disorders Collaborators. Global, regional, and national burden of disorders affecting the nervous system, 1990–2021: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2021. The Lancent Neurology[Internet]. 2024[citado 15 mar 2024]. DOI:https://doi.org/10.1016/S1474-4422(24)00038-3
15 marzo 2024 | Fuente: AFP | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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19
Una nueva investigación del Dog Aging Project ha descubierto que los perros grandes y pequeños tienen su propio conjunto único de riesgos para la salud.
Un nuevo estudio publicado hoy está profundizando en cómo el tamaño de un perro puede afectar su salud. El estudio encontró evidencia de que los perros más grandes tienden a tienen un mayor riesgo de sufrir muchos problemas de salud y, en general, una esperanza de vida más corta, y al mismo tiempo demuestra que las razas de perros más pequeños pueden tener sus propios también riesgos únicos para la salud.
La investigación es la última que surgió de la Proyecto de envejecimiento de perros, una iniciativa considerada la más ambiciosa de su tipo en el mundo. El proyecto pretende rastrear perros de compañía durante 10 años abarcan para comprender mejor los factores que pueden ayudar a los perros (y a los humanos) a vivir vidas más largas y saludables. Se pide a los dueños voluntarios de mascotas que completen cuestionarios sobre la salud de sus perros, mientras que algunos también proporcionarán registros veterinarios y muestras de prueba para estudios más pequeños.
Para este estudio, publicado El miércoles en PLOS-One, los investigadores se centraron específicamente en el tamaño del perro, buscando posibles asociaciones entre el tamaño y una gran lista de condiciones de salud. . En última instancia, observaron datos de más de 27 000 perros de 238 razas.
En general, descubrieron que los perros más grandes tenían más probabilidades de tener muchos problemas de salud diagnosticados diferentes que los más pequeños. Estos problemas incluían cáncer, enfermedades del oído, la nariz y la garganta, afecciones neurológicas y problemas gastrointestinales. Sin embargo, los perros más pequeños tenían más probabilidades de desarrollar problemas oculares, cardíacos, y problemas hepáticos, así como enfermedades respiratorias. El riesgo de problemas renales y urinarios parecía ser el mismo para grandes y pequeños perros. Estos patrones se mantuvieron incluso después de que los investigadores intentaron tener en cuenta factores como el sexo, el lugar donde vivían los perros y si eran de raza pura o de razas mixtas. Pero tanto la edad como el tamaño parecían influir en el riesgo de que un perro desarrollara muchas afecciones de salud a lo largo de su vida. su vida.
Este tipo de estudios no pueden probar directamente un vínculo de causa y efecto entre el tamaño del perro y la salud; sólo pueden establecer una correlación. Pero Junto con otra evidencia, los hallazgos fortalecen la idea de que los perros más grandes tienden a vivir vidas más cortas que los perros más pequeños, según los investigadores. Los hallazgos revelados en el nuevo artículo también pueden conducir a nuevas áreas de interés para futuros estudios.
A diferencia de algunas investigaciones anteriores, por ejemplo, los autores descubrieron que los perros más grandes tenían más probabilidades de tener problemas relacionados con las hormonas, particularmente hipotiroidismo (una tiroides hipoactiva, lo que resulta en aumento de peso, letargo, problemas de piel, entre otras afecciones). Si este mayor riesgo es genuino, los autores señalan, entonces un mayor reconocimiento de esto podría ser de gran ayuda para ayudar a los perros grandes a mantenerse más sanos, especialmente porque los tratamientos para el hipotiroidismo son relativamente fácil y económico de proporcionar.
“Estos resultados brindan información sobre las categorías de enfermedades que pueden contribuir a la reducción de la esperanza de vida en perros más grandes y sugieren múltiples vías adicionales para una mayor exploración. ”, escribieron los investigadores.
El Proyecto de Envejecimiento de Perros está en continuo, y las lecciones que aprendemos de solo ayudarán a científicos y dueños de perros a encontrar las mejores maneras para mantener a sus perros sanos y vivan vidas largas y fructíferas.
Referencia: Nam Y, White M, Karlsson EK, Creevy KE, Promislow DE, McClelland RL, et al. Dog size and patterns of disease history across the canine age spectrum: Results from the Dog Aging Project. PLoS One [Internet]. 2024[citado 18 ene 2024]. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0295840
18 enero 2024| Fuente: Gizmodo| Tomado de | Ciencia
nov
10
La mente puede afectar la salud cardíaca de una persona
La depresión, la ansiedad y el estrés crónico pueden contribuir a problemas cardíacos, argumentan un par de nuevos estudios
Los investigadores dicen que las personas con estos problemas de salud mental deben ser evaluadas para detectar factores de riesgo cardíaco
(HealthDay News) — El estado mental de una persona puede tener un tremendo impacto en la salud del corazón, reportan dos nuevos estudios.
La depresión y la ansiedad aceleran el desarrollo de factores de riesgo cardíaco como la presión arterial elevada, el colesterol alto o la diabetes tipo 2, encontró un estudio.
Y el segundo estudio encontró que el estrés crónico estaba asociado con el desarrollo de enfermedades cardíacas y arterias obstruidas.
«Existen asociaciones claras entre la salud psicológica y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Estos estudios se suman a un cuerpo creciente de datos que tenemos sobre cómo la salud psicológica negativa puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón y el cerebro», dijo el Dr. Glenn Levine en un comunicado de prensa de la American Heart Association (AHA). Levine presidió la redacción del informe científico de la asociación de 2021 sobre la salud psicológica, el bienestar y la conexión mente-corazón-cuerpo.
Se tiene programado presentar ambos estudios en la reunión anual de la asociación del 11 al 13 de noviembre, en Filadelfia y en línea. La investigación presentada en reuniones generalmente se considera preliminar hasta que se publica en una revista revisada por pares.
Para el primer estudio sobre el estado de ánimo y la salud cardíaca, los investigadores analizaron datos de más de 71,000 adultos recopilados de 2010 a 2020.
Encontraron que las personas diagnosticadas con ansiedad o depresión desarrollaron un nuevo factor de riesgo para la salud cardíaca aproximadamente seis meses antes en promedio que las personas sin un trastorno del ánimo.
La depresión y la ansiedad aumentaron el riesgo de un ataque cardíaco, derrame cerebral u otro evento importante en aproximadamente un 35%.
Además, el desarrollo acelerado de factores de riesgo cardíaco explicó aproximadamente el 40% de la conexión entre los trastornos del ánimo y los eventos cardíacos importantes.
Los investigadores también encontraron que aquellos que tenían predisposición genética al estrés tendían a desarrollar su primer factor de riesgo para la salud cardíaca aproximadamente un año y medio antes en promedio que aquellos sin mayor riesgo genético.
«Desarrollar factores de riesgo cardiovascular más de seis meses antes durante un promedio de cinco años es mucho», dijo el autor principal, el Dr. Giovanni Civieri, investigador postdoctoral en el Centro de Investigación de Imágenes Cardiovasculares en el Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, en el comunicado. “El hecho de que el análisis genético respaldara los hallazgos clínicos fue intrigante y brindó más confianza en nuestros resultados”.
El segundo estudio observó a casi 2,700 adultos sin enfermedad cardíaca existente que participaron en un estudio del corazón de Dallas, quienes fueron seguidos un promedio de 12 años.
Los participantes llenaron un cuestionario detallado sobre fuentes diarias de estrés, y los investigadores integraron sus respuestas en una «puntuación acumulada de estrés» para cada persona.
La puntuación de estrés estuvo significativamente asociada con el desarrollo de enfermedad cardíaca, incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta otros factores de riesgo como la presión arterial, la diabetes, el tabaquismo y el colesterol.
El estrés estuvo asociado con un aumento del 22% en el riesgo de acumulación de placa en las arterias y un aumento del 20% en el riesgo general de enfermedad cardíaca.
Los investigadores dijeron que el estrés parece afectar directamente el bienestar físico y también provoca que las personas tomen decisiones de estilo de vida pobres que aumentan el riesgo para la salud cardíaca.
Investigaciones anteriores han demostrado que las hormonas liberadas por el estrés crónico, como el cortisol, pueden afectar los niveles de azúcar en la sangre, la inflamación y otros riesgos sistémicos para el corazón, señalaron los investigadores.
«De hecho, existe una conexión mente-corazón. Cuidar de tu mente puede impactar tu salud física también», dijo la investigadora del estudio sobre el estrés, la Dra. Ijeoma Eleazu. Ella es cardióloga en formación en el Centro Médico del Suroeste de la Universidad de Texas en Dallas.
«Sería excelente ver a más pacientes hablando con sus médicos sobre sus niveles de estrés y a más médicos evaluando una alta carga de estrés en sus pacientes», dijo Eleazu en el comunicado. «De esa manera, podemos trabajar juntos para combatir resultados adversos».
American Heart Association tiene más información sobre el estrés y la salud cardiaca en American Heart Association, comunicado de prensa, 6 de noviembre de 2023
10 noviembre 2023|Fuente: Health Day| Tomado de Noticias de Salud
oct
26
AGENCIA FAPESP/DICYT – Las personas ancianas obesas que duermen mal poseen menos fuerza y menor masa muscular en los brazos y en las piernas, aparte exhibir un mayor porcentaje de grasa corporal y padecer más síntomas de ansiedad y depresión que aquellas que tienen un sueño de buena calidad. Estos datos surgen de un estudio realizado en la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, y publicado en la revista Scientific Reports.
La cantidad de ancianos obesos ha venido aumentando durante las últimas décadas en todo el mundo. En Brasil, entre los años 2006 y 2019, la prevalencia de sobrepeso entre personas de 60 años o más trepó del 53,7 % al 60,4 % (un 1,16 % al año), y la de obesidad del 16,1 % al 20,8 % (un 2,34 % al año), de acuerdo con un estudio en el cual se analizaron datos del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo y Protección para Enfermedades Crónicas por Sondeo Telefónico (Vigitel), del Ministerio de Salud nacional. El aumento de ambos factores fue mayor entre los varones y entre las personas de 80 años o más para el exceso de peso, y de entre 70 y 79 años para la obesidad.
Estamos ante la tormenta perfecta, que combina el envejecimiento de la población y el aumento de la obesidad en ese público, que históricamente se sabe que padece trastornos del sueño con mayor frecuencia, aparte de experimentar una mengua de la fuerza muscular, de la masa magra y de la salud mental”, comenta el nutricionista y fisiólogo clínico del ejercicio Hamilton Roschel, quien coordinó este trabajo con el apoyo de la FAPESP. “También es importante recordar que incluso en la población en general se considera que la calidad del sueño constituye un determinante crítico de la salud.”
También suscriben el referido artículo Rafael Genário, Saulo Gil, Gersiel Oliveira-Júnior, Alice Erwig Leitão, Tathiane Franco, Ruan Célio dos Santos Sales y Bruno Gualano, del Grupo de Investigaciones en Fisiología Aplicada y Nutrición de la Escuela de Educación Física y Deportes de la USP (EEFE-USP); Alexandre Leopold Busse y Wilson Jacob Filho, de la Facultad de Medicina de la USP (FM-USP), y Eduardo Ferriolli, de la Asignatura de Geriatría de la FM-USP.
Para investigar la asociación entre la calidad del sueño y los parámetros cuantitativos y cualitativos de salud mental y física en ancianos obesos, los investigadores formatearon el estudio de la siguiente manera: les aplicaron cuestionarios validados para diferentes aspectos de la salud a dos grupos de 95 individuos ancianos obesos (varones y mujeres), divididos entre buenos (46) y malos (49) dormidores. También se evaluaron la composición corporal y la funcionalidad de los participantes.
“Descubrimos que los participantes que dormían mal mostraban una salud física y mental en peores condiciones, con menor vitalidad, más dolores musculares y con sus funciones físicas y mentales comprometidas”, comenta Roschel. “Esas personas presentaban también un mayor porcentaje de grasa corporal, menor masa magra y menor fuerza muscular relativa, aparte de peores marcadores de depresión, ansiedad y calidad de vida.”
Reducción de impacto
A juicio de los autores, los resultados de este trabajo sirven como una advertencia acerca de la importancia de cuidar la salud del sueño de esos ancianos, con el fin de revertir o minimizar los impactos que la obesidad y el envejecimiento causan sobre diversos aspectos de su fisiología (tales como la respuesta anabólica y el metabolismo de la glucosa) y su calidad de vida.
La constatación de que la población de ancianos obesos se encuentra sujeta a un mayor riesgo de llegar a peores desenlaces puede ayudarnos a detectar y derivar adecuadamente a los pacientes que utilizan un servicio público tan amplio y abarcador como es el SUS [las siglas con las cuales se la conoce a la red nacional de salud pública brasileña], evitando así un mayor deterioro de su salud en general”, estima Roschel.
Durante los próximos meses, el grupo de la USP publicará un estudio longitudinal complementario referente a terapias de estilo de vida enfocadas en tratar los desenlaces negativos con relación a la composición corporal (la pérdida de masa muscular y la disminución de la adiposidad, por ejemplo) y los trastornos metabólicos (el control de la glucemia y el perfil lipídico, entre otros).
Más información:
Genario R, Gil S , Oliveira-Júnior G, Erwig Leitão A, Franco T dos Santos Sales RC , et al. Sleep quality is a predictor of muscle mass, strength, quality of life, anxiety and depression in older adults with obesity. Scientific Reports[ Internet]. 2023[citado 24 oct 2023]; 11256. Disponible en: https://www.nature.com/articles/s41598-023-37921-4
26 octubre 2023| Fuente: DICYT| Tomado Salud Brasil
oct
25
Se ha revelado una asociación significativa entre los y la multimorbilidad física, arrojando nueva luz sobre los riesgos para la salud que enfrentan las personas con estas afecciones.
Un nuevo estudio del Reino Unido ha revelado una asociación significativa entre los trastornos alimentarios y la multimorbilidad física, arrojando nueva luz sobre los riesgos para la salud que enfrentan las personas con estas afecciones, hasta el punto que observa que tienen el doble de probabilidades de sufrir múltiples problemas de salud.
La investigación, dirigida por la Universidad Anglia Ruskin (ARU) en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Cambridge, explora la compleja relación entre los trastornos alimentarios, la salud física y otras cuestiones que pueden influir en ella.
Los investigadores analizaron datos de 7 403 adultos del Reino Unido. Se preguntó a los encuestados sobre 20 afecciones físicas, incluidos cáncer, diabetes, problemas oculares, migrañas, problemas digestivos y problemas cardíacos. Los factores influyentes o mediadores considerados incluyeron la dependencia del alcohol, el insomnio, el tabaquismo, el estrés percibido, la obesidad y el bajo peso.
El estudio encontró que las personas con posibles trastornos alimentarios constituían el 6,4 % de los encuestados, y los individuos dentro de esta cohorte tenían 2,11 veces más probabilidades de informar multimorbilidad física, definida como tener dos o más condiciones de salud física simultáneamente.
El trastorno alimentario se define como una relación patológica con la comida que conlleva alteraciones importantes en el día a día de una persona. Se estima que hasta 3,4 millones de personas en el Reino Unido padecen un trastorno alimentario. La ansiedad surgió como el principal factor influyente en la relación entre el trastorno alimentario y la multimorbilidad física. También se identificaron como importantes el insomnio, el estrés percibido y la depresión.
Investigaciones anteriores han demostrado que la multimorbilidad se asocia con una carga significativa para los servicios de atención médica, incluidos los costos de transición de la atención y la atención primaria, la atención dental y las hospitalizaciones. La multimorbilidad afecta a alrededor del 42,4 por ciento de la población mundial.
«Creemos que este es el primer estudio que investiga la asociación entre los síntomas del trastorno alimentario, o posible trastorno alimentario, y la multimorbilidad física, y también el primero en cuantificar cómo esta asociación puede explicarse por una variedad de factores que influyen», ha señalado el autor principal del estudio, el doctor Lee Smith, profesor de Salud Pública de la Universidad Anglia Ruskin (ARU).
«Esta investigación subraya la compleja interacción entre la salud física y mental. Es fundamental reconocer que los trastornos alimentarios pueden tener consecuencias de gran alcance, afectando no sólo el bienestar emocional sino también la salud física. Comprender el papel de los mediadores potenciales en esta relación es crucial para desarrollar intervenciones efectivas», ha añadido.
Los hallazgos, que han sido publicado en la revista ´Eating and Weight Disorder´, tienen implicaciones significativas para la salud pública, destacando la necesidad de seguir investigando la causalidad y los mecanismos subyacentes del vínculo entre los trastornos alimentarios y la multimorbilidad física. A largo plazo, esta investigación podría guiar el desarrollo de estrategias para reducir la multimorbilidad en personas con trastornos alimentarios abordando los factores que influyen.
Referencia
Smith L, López Sánchez GF, Koyanagi AI, Fernandez-Egea E, et al. Eating disorders and physical multimorbidity in the English general population. Eat Weight Disord[Internet].2023[citado 24 oct 2023]; 72.. https://doi.org/10.1007/s40519-023-01600-0
25 octubre 2023 | Fuente: IMMédico| Tomado de Atención Primaria Endocrinología y Nutrición
sep
20
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su primer informe sobre los efectos devastadores a escala mundial de la hipertensión arterial, que incluye además recomendaciones sobre cómo vencer a este asesino silencioso. Según el informe, aproximadamente cuatro de cada cinco personas con hipertensión arterial no reciben un tratamiento adecuado; con todo, si los países logran ampliar la cobertura, podrían evitarse 76 millones de muertes entre 2023 y 2050.
La hipertensión arterial afecta a uno de cada tres adultos en todo el mundo. Esta afección, frecuente y mortal, causa accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca, daños renales y muchos otros problemas de salud.
El número de personas con hipertensión arterial (una presión arterial de 140/90 mmHg o superior o que toman medicamentos para la hipertensión arterial) se duplicó entre 1990 y 2019, pasando de 650 millones a 1 300 millones. Casi la mitad de las personas con hipertensión arterial en todo el mundo desconocen actualmente que sufren esta afección. Más de tres cuartas partes de los adultos con hipertensión arterial viven en países de ingreso mediano y bajo.
Aunque la edad avanzada y la genética pueden aumentar el riesgo de sufrir hipertensión arterial, factores de riesgo modificables, como una dieta elevada en sal, la falta de actividad física o un consumo excesivo de alcohol, también pueden aumentar este riesgo.
Introducir cambios en el modo de vida, por ejemplo, adoptar una dieta más saludable, dejar de fumar y practicar más actividad física, pueden ayudar a reducir la tensión arterial. Algunas personas tal vez necesiten medicamentos para controlar de manera eficaz la hipertensión arterial y prevenir complicaciones conexas.
La prevención, la detección precoz y el manejo eficaz de la hipertensión arterial son algunas de las intervenciones más eficaces en relación con los costos en materia de atención de la salud, y los países deben priorizarlas como parte del conjunto nacional de prestaciones de salud que ofrecen a nivel de la atención primaria. Los beneficios económicos de unos programas de tratamiento de la hipertensión arterial mejorados superan los costos en una proporción aproximada de 18 a 1.
«Aunque la hipertensión puede controlarse de manera efectiva mediante unos medicamentos simples y de bajo costo, solamente una de cada cinco personas con hipertensión arterial la tiene bajo control», declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS «Los programas de control de la hipertensión arterial siguen sin recibir la atención que merecen, apenas se les da prioridad y su financiación está muy por debajo de lo necesario. Fortalecer el control de la hipertensión arterial debe formar parte de las actuaciones que todos los países han de implementar en pro de la cobertura sanitaria universal, sobre la base de unos sistemas de salud que funcionen adecuadamente, sean equitativos y resilientes y estén fundamentados en la atención primaria de la salud».
El informe se presentará durante el septuagésimo octavo periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que se abordarán los avances realizados en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos los objetivos de salud relacionados con la preparación y respuesta frente a pandemias, el fin de la tuberculosis y la cobertura sanitaria universal. Una mejor prevención y control de la hipertensión arterial será clave para avanzar en todos ellos.
Un aumento en el número de pacientes tratados eficazmente contra la hipertensión arterial hasta llegar a los niveles observados en países con un elevado nivel de resultados podría prevenir, entre ahora y 2050, 76 millones de fallecimientos, 120 millones de accidentes cerebrovasculares, 79 millones de infartos de miocardio y 17 millones de casos de insuficiencia cardiaca.
«La mayoría de los infartos de miocardio y de los accidentes cerebrovasculares que se producen en la actualidad pueden prevenirse mediante medicamentos asequibles, seguros y accesibles y otras intervenciones, como la reducción del sodio», señaló Michael R. Bloomberg, Embajador Mundial de la OMS para las Enfermedades No Transmisibles y los Traumatismos. «Tratar la hipertensión arterial en la atención primaria de salud salvará vidas, y permitirá además ahorrar miles de millones de dólares al año».
La hipertensión arterial se puede tratar fácilmente con medicamentos genéricos seguros, ampliamente disponibles y de bajo costo, por medio de programas como el programa HEARTS. Este paquete técnico de la OMS para el manejo de las enfermedades cardiovasculares en la atención primaria de salud y la Directriz para el tratamiento farmacológico de la hipertensión en adultos proporcionan una serie de medidas prácticas de eficacia probada para prestar unos cuidados eficaces para la hipertensión arterial en entornos de atención primaria de salud.
Controlar eficazmente la presión arterial tanto a nivel comunitario como nacional en países de ingreso de todo tipo es posible. Más de 40 países de ingreso mediano y bajo, incluidos Bangladesh, Cuba, la India y Sri Lanka, han fortalecido sus cuidados para la hipertensión arterial gracias al paquete HEARTS, y han inscrito a más de 17 millones de personas en programas de tratamiento. Países como el Canadá y Corea del Sur ofrecieron programas nacionales integrales para el tratamiento de la hipertensión arterial y, en ambos casos, se sobrepasó el índice del 50% para el control de la presión arterial en adultos con hipertensión arterial. Unos programas nacionales sostenidos y sistemáticos de control de la hipertensión arterial pueden tener éxito, y un mayor nivel de control de la presión arterial conlleva menos accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio, y una vida más larga y saludable.
El informe subraya la importancia de implementar las medidas recomendadas por la OMS para una atención eficaz de la hipertensión arterial que permita salvar vidas, y que incluyen los siguientes cinco componentes:
Protocolo: unos protocolos prácticos de tratamiento en los que se especifiquen las dosis y los medicamentos, acompañados de medidas específicas para manejar la presión arterial no controlada, pueden agilizar la atención y mejorar el cumplimiento terapéutico.
Suministro de medicamentos y equipos: el acceso periódico e ininterrumpido a medicamentos asequibles es necesario para un tratamiento eficaz de la hipertensión; actualmente, la variación de un país a otro en el precio de los medicamentos esenciales contra la hipertensión arterial es de más de diez veces.
Atención en equipo: los resultados para el paciente mejoran cuando se trabaja en equipo para ajustar e intensificar las pautas de los medicamentos contra la presión arterial, de acuerdo con las instrucciones y los protocolos del facultativo.
Servicios centrados en el paciente: proporcionar unas pautas terapéuticas que sean fáciles de cumplir, la gratuidad de los medicamentos, programar visitas de seguimiento cerca del hogar y facilitar el acceso a sistemas de monitoreo de la presión arterial reduce los obstáculos a la atención.
Sistemas de información: unos sistemas de información sencillos y centrados en el usuario facilitan el registro rápido de datos esenciales del paciente, reducen la carga para los trabajadores de la salud a la hora de introducir los datos y ayudan a ampliar rápidamente las actuaciones, manteniendo o mejorando al mismo tiempo la calidad de la atención.
«Cada hora, más de 1000 personas mueren de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. Muchas de estas muertes se deben a la hipertensión arterial, y la mayoría podrían haberse evitado», declaró el Dr. Tom Frieden, Presidente y Director Ejecutivo de Resolve to Save Lives. «Unos buenos cuidados contra la hipertensión arterial son asequibles, están a nuestro alcance y fortalecen la atención primaria de salud. El desafío al que nos enfrentamos hoy es que estos cuidados dejen simplemente de estar a nuestro alcance para poder decir que ya los ofrecemos, para lo cual será necesario el compromiso de los gobiernos de todo el mundo».
Referencia
World Health Organization. Global report on hypertension. The race against a silent killer.
19/09/2023
Fuente: OMS. Comunicados de prensa © 2023 OMS