grasa abdominaEl impacto de la grasa abdominal en el deterioro cognitivo resulta más acusado entre los hombres de mediana de edad con respecto a las mujeres. La grasa almacenada en la región abdominal, bien como tejido adiposo subcutáneo o como tejido adiposo visceral alrededor de los órganos abdominales, se asocia una peor salud cerebral, que puede traducirse en mayor riesgo de alzhéimer, sobre todo en varones en la mediana edad que además tienen antecedentes familiares de la enfermedad neurodegenerativa.

Es la principal conclusión de un estudio que acaba de publicar la revista Obesity, realizado por un grupo de investigadores bajo la coordinación de Michal Schnaider Beeri, directora del Centro de Investigación del Alzheimer Herbert y Jacqueline Krieger Klein del Instituto Rutgers de Salud Cerebral. El estudio, se centra en la relación entre grasa abdominal y su impacto en el deterioro cognitivo, en lugar de analizar el efecto del peso o índice de masa corporal (IMC).

Obesidad, factor de riesgo

“Existe amplia evidencia que indica una asociación entre la obesidad en la mediana edad y un mayor riesgo de demencia en la vejez. La obesidad en la mediana edad es uno de los nueve factores de riesgo modificables de demencia, con un riesgo 1,6 veces mayor en comparación con las personas no obesas. Sin embargo, la mayor parte de las investigaciones sobre la relación entre la obesidad, la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo se han basado en el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura, que reflejan mal la distribución de la grasa corporal.

Los investigadores analizaron la composición del tejido adiposo abdominal (bajo la piel y alrededor del hígado y el páncreas) mediante resonancia magnética, y cruzaron esos datos con otras pruebas de imagen sobre el volumen cerebral y con la función cognitiva de 204 adultos (con 59 de media; 60% de ellos mujeres), cuyos padres habían sufrido alzhéimer.

Los científicos hallaron que, en los hombres de mediana edad con riesgo de enfermedad de Alzheimer, no así en las mujeres, la presencia de un alto porcentaje de grasa pancreática se asoció con volúmenes cerebrales alterados y pero función cognitiva, “lo que sugiere un vínculo potencial específico del sexo entre la grasa abdominal y la salud del cerebro.

La grasa almacenada en tejido adiposo visceral y en el tejido adiposo subcutáneo tienen “diferentes asociaciones tanto con el funcionamiento cognitivo como con los volúmenes cerebrales”. El tejido adiposo visceral mayor se asoció con “una función cognitiva más baja, menor espesor cortical y volumen cerebral más pequeño”; hecho especialmente constado entre los varones estudiados con más porcentaje de grasa en torno al páncreas.

Revisar el uso convencional del IMC

En cambio, la obesidad medida con el IMC no mostró asociaciones tan estrechas como la grasa abdominal con la función cognitiva y el riesgo de demencia. Los autores cuestionan el uso convencional del peso como un factor de riesgo en el deterioro cerebral.

Es necesario realizar más investigaciones sobre la asociación entre el porcentaje de grasa pancreática, el funcionamiento cognitivo y el volumen cerebral”, aseguran estos científicos, y confían en que investigaciones futuras expliquen los mecanismos subyacentes en dichas asociaciones y conduzcan a intervenciones específicas por sexo para proteger la salud cerebral.

Ver artículo: Golan Shekhtman S, Boccara E, Ravona Springer R, Inbar Y, Zelicha H, Livny A, et al. Abdominal fat depots are related to lower cognitive functioning and brain volumes in middle-aged males at high Alzheimer’s risk. Obesity[Internet].2024[ citado 28 feb 2024]. https://doi.org/10.1002/oby.24004

27 febrero 2024| Fuente: Diario Medico| Tomado de |Medicina| Neurología

mujer y recien nacidoLa Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Especial sobre Reproducción Humana (HRP) de las Naciones Unidas han publicado seis artículos en ‘BMJ Global Health’ sobre atención materna y neonatal donde se presenta evidencia sobre la importancia de comprender la salud de las mujeres, las perspectivas de los padres y los trabajadores de la salud y un enfoque basado en los derechos para fortalecer la atención posnatal de calidad para todas las mujeres y recién nacidos. La atención de seguimiento incluye controles posnatales seis semanas después del parto que promueven un estilo de vida saludable con buena nutrición, la detección y prevención de enfermedades y la garantía del acceso a la salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar posparto, son clave para una atención posnatal de calidad. Así, en una de las publicaciones se destaca la oportunidad crítica que supone el alta de un paciente para garantizar que las mujeres, los padres y los recién nacidos reciban apoyo para la transición del centro de salud a la atención en el hogar, ya que las mujeres y las parteras expresaron frustración por la falta de tiempo y recursos disponibles para garantizar una calidad de atención adecuada antes del alta. Durante este proceso se deben considerar las necesidades físicas, emocionales y sociales de las mujeres y las familias.

Asimismo, en los artículos se presenta evidencia sobre los factores que influyen en la adopción de la atención posnatal entre las adolescentes ya que estas enfrentan desafíos y barreras únicos al buscar y beneficiarse de la atención posnatal. Los servicios de atención posnatal deben adaptarse a las necesidades de los adolescentes y jóvenes creando un espacio seguro sin juicios ni estigmas. También se muestra cómo los padres, las parejas y otros miembros de la familia pueden influir en el acceso de las mujeres a la atención posnatal, resaltando la necesidad de adoptar un enfoque más centrado en la familia que involucre mejor a los miembros influyentes de la familia para aumentar el uso de los servicios de atención posnatal para mujeres y recién nacidos, el autocuidado de las mujeres y las prácticas de atención domiciliaria. Por otro lado, se comparten los puntos de vista y experiencias de mujeres y familias inmigrantes sobre la atención posnatal de rutina ya que muchas mujeres se sienten aisladas y luchan con las barreras del idioma y las diferencias culturales en la atención. Los sistemas de salud deben proporcionar información y apoyo más integrados a las mujeres y familias inmigrantes para mejorar su experiencia de atención y resultados de salud.

23 febrero 2024 | Fuente: Europa Press | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

enfermedad autoinmuneSe estima que aproximadamente un 4 por ciento (2,5% hasta 8%) de la población mundial tiene alguna enfermedad reumática autoinmune sistémica (ERAS) y, de ese total, el 75 por ciento son mujeres, lo que hace una proporción de 10 mujeres frente a un hombre, según la Sociedad Española de Reumatología (SER). ‘Lo más relevante es que, en los países desarrollados, son la principal causa de mortalidad en mujeres menores de 65 años y ocasionan gran morbilidad’, ha advertido la doctora Blanca Hernández, reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. En el marco del ‘IX Simposio de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas de la Sociedad Española de Reumatología (SER)’, que se ha celebrado en Bilbao, la especialista ha señalado que también hay diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la aparición de los síntomas de las ERAS.

No obstante, ha puntualizado que ‘la investigación al respecto acaba de comenzar y, a menudo, se ve confundida por otros determinantes como la raza, la edad y el nivel sociocultural e, incluso, aún por sesgos de género en la propia investigación’. Donde se ven claras diferencias entre ambos sexos es en el ámbito de las espondiloartritis, en el cual la afectación axial y la artritis destructiva periférica es más común en los varones, mientras que las mujeres cursan con peor función física y calidad de vida. Por otra parte, los hombres con síndrome de Sjögren primario tienen una enfermedad extra glandular más grave; y una de las manifestaciones más frecuentes del síndrome antifosfolípido se da exclusivamente en mujeres al sufrir abortos o muertes fetales. Otra sintomatología característica es que la afectación ocular grave es poco común en mujeres con espondiloartritis, mientras que es severa y grave en sarcoidosis en este grupo. Además, las mujeres tienen mayor afectación extracraneal cuando padecen arteritis de células gigantes.

En el caso del lupus eritematoso sistémico en varones caucásicos, se ha observado un inicio a edades más tardías y una mayor proporción de daño; mientras que en hombres latinoamericanos se han encontrado diferencias en manifestaciones clínicas como una mayor frecuencia de artritis, fiebre y afectación renal, ‘pero que no han sido claras en caucásicos o pacientes de Norteamérica, por lo que en este caso la asociación esta confundida con la etnia’, ha detallado. ERAS EN CIFRAS Según estudios actuales, el síndrome de Sjögren primario afecta a 10 mujeres por cada hombre; en el lupus eritematoso sistémico (LES) y la colangitis biliar primaria, la proporción es 10 a 2; en el síndrome de antifosfolípido la cifra es de 9 a 1; mientras que para la enfermedad tiroidea autoinmune (enfermedad de Graves y enfermedad de Hashimoto) es de 10 mujeres por cada 3 hombres, y la proporción en esclerosis sistémica y miastenia gravis es 6 a 1. Para la artritis reumatoide, esta proporción es de 4 a 6 mujeres frente a un varón, pero con la edad la presencia de la enfermedad aumenta en hombres. En el caso de la polimialgia reumática y las miopatías inflamatorias, la frecuencia es de 2 mujeres por cada hombre (excepto por la miopatía por cuerpos de inclusión, que es más frecuente en hombres 3 hombres por 1 mujer). Dentro de las vasculitis, hay una gran variabilidad. En la arteritis de células gigantes se cifra de 2 a 4 mujeres por cada hombre, la enfermedad de Takayasu afecta 8 mujeres por cada hombre. En la vasculitis ANCA+ y la granulomatosis con eosinofilia, la proporción es similar entre hombres y mujeres, y lo mismo ocurre en la artritis psoriásica, donde la frecuencia es igual entre hombres y mujeres.

Solo las espondiloartritis y la enfermedad de Behçet son más frecuentes en varones, ‘pero en el caso de las espondiloartritis, hay un infradiagnóstico en las mujeres’, ha matizado la especialista.

Diferencias en el diagnóstico, evolución y pronóstico

Durante su ponencia, la doctora Hernández ha destacado que ‘se empiezan a definir diferencias en la farmacocinética y la farmacodinámica de, por ejemplo, los fármacos biológicos tipo TNFI y otras inmunoterapias, que en algunos estudios tienen tasas de respuesta menores en mujeres’.

También se han observado diferencias en la presencia de comorbilidades. ‘La cardiopatía isquémica y la insuficiencia cardiaca se diagnostican y tratan menos en mujeres que en hombres y, a la inversa, la osteoporosis se diagnostica y trata menos en los hombres’, ha detallado la reumatóloga. Asimismo, se ha demostrado que las mujeres tienen más depresión, más cansancio, más fibromialgia asociada a la ERAS y más dolor, puntúan más altos los diferentes síntomas de actividad, cursan con mayor número de acontecimientos adversos y su respuesta a la vacunación es mejor. Respecto a la detección, la reumatóloga ha asegurado que ‘hay retraso en el diagnóstico siempre en aquellas enfermedades que predominan en las mujeres y se presentan en los hombres y viceversa’. Por ejemplo, el diagnóstico de esclerodermia, lupus o vasculitis de Takayasu se retrasa en los hombres y el de espondiloartritis en mujeres.

Esto es porque los sanitarios tenemos ciertos patrones establecidos de la enfermedad’, ha aclarado la doctora. En cuanto a la evolución, parece que este tipo de enfermedades cursan de forma diferente, ‘sin embargo, los estudios para identificar estas diferencias a menudo se ven confundidos por otras variables como el nivel sociocultural, el acceso a un adecuado diagnóstico, el tratamiento, etc.’. Asimismo, el pronóstico en algunas patologías, como el LES, es peor en hombres, mientras que, en otras, como la artritis reumatoide, es peor en las mujeres.

Afortunadamente, la visión de perspectiva de sexo/género, tan interconectadas en la biología de la enfermedad, empieza a investigarse y a tenerse en cuenta. Esto, sin duda, hará que nuestras herramientas clínicas mejoren, al tener presentes las diferencias, y nos acercará al reto del siglo XXI: la medicina personalizada’, ha recalcado la doctora Hernández.

19 de febrero 2024| Fuente: Europa Press| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

enfermedad crdiovascular mujerLa investigadora Candelas Pérez del Villar Moro, investigadora del área de Enfermedades Cardiovasculares del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERCV), ha advertido de que solo el 37 por ciento de los pacientes que se incluyen en los ensayos clínicos de estas enfermedades son mujeres, ‘a pesar de que la prevalencia de estas enfermedades en ellas dobla esa proporción’.

La enfermedad vascular es la más mortífera en las mujeres y cada año mata a más de 60.000. La también cardióloga en el Hospital Universitario de Salamanca ha destacado que las estas ‘se creen protegidas’ de la enfermedad cardiovascular, pero la realidad no es esa. ‘Nos morimos más que los varones’, ha asegurado la cardióloga.

Así se ha pronunciado durante el encuentro ‘Mujeres: diferenciarnos en investigación para igualarnos en salud Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER)’, en el que se ha reivindicado ‘una investigación biomédica con perspectiva de género que promueva la equidad en la salud de la mujer’.

La reunión se ha celebrado con motivo del día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La investigadora de CIBERCV, una de las cuatro médicas que ha participado en el debate, apunta que ‘es vital trasladar las medidas de promoción de la salud a la sociedad y decírselas a las mujeres, que es lo que más impacto puede tener’.

El sentirse ‘falsamente protegidas’ en el área cardiovascular y el hecho de que las mujeres dediquen más tiempo a los cuidados de los demás, está provocando que acudan menos frecuentemente al médico, se realicen menos pruebas y que las mujeres participen menos en los estudios científicos.

En esta misma línea, Lucía Artazcoz, investigadora del área de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y de la Agencia Salut Pública Barcelona, ha destacado que ‘la sociedad tiene un marcado orden de género’.

‘Si no introducimos esta lectura en los estudios de salud, estamos dando resultados incorrectos, no solo para las mujeres, sino también para los hombres’, ha añadido.

Solo se tenía en cuenta a la mujer en el estudio de la salud sexual La experta en Salud Pública ha explicado cómo, desde su disciplina, se ha ido aprendiendo a incorporar la perspectiva de género desde 1999. Hasta esa fecha únicamente se abordaba desde la mejora de la salud sexual y reproductiva’, ha señalado.

El tema se ha hecho más complejo, pero somos capaces de entender mejor la realidad, porque no es lo mismo una mujer pobre o inmigrada que una con nivel adquisitivo mayor. Hay que introducir más variables, además del género’, ha apuntado.

En el ámbito de la salud mental, también se disparan estas desigualdades. Así, Carmen Moreno, investigadora del área de Salud Mental (CIBERSAM) y médica del Hospital Gregorio Marañón, ha querido señalar el impacto de las diferencias por sexo en la prevalencia y presentación de trastornos mentales en las mujeres, la disparidad entre la cantidad de datos disponibles sobre psicofarmacología basados en hombres y la mayor frecuencia de tratamiento en mujeres.

‘Cuando nos ponemos a pensar en los determinantes en salud mental, siempre pensamos en las hormonas, pero no sabemos muy bien cuál es el papel de las hormonas en la evolución de los problemas neuropsiquiátricos. Falta mucho estudio en este sentido’, ha destacado la investigadora. Moreno ha explicado que, además de que muchas veces no se tiene en cuenta el sexo en los modelos preclínicos, excluyendo a las hembras en muchos casos, la descripción de algunas enfermedades está sesgada.

En los manuales, a veces se representan solo los comportamientos de chicos porque se han validado únicamente en poblaciones de chicos. Se debe avanzar en medicina personalizada a la hora de entender la enfermedad y su tratamiento. No solo entre hombres y mujeres, es que cada mujer también es muy diferente’ ha destacado la psiquiatra.

‘Si no incorporamos estos aspectos, si no lo estudiamos correctamente, entonces no lo estamos haciendo tan bien en consulta con nuestros y nuestras pacientes’ ha concluido Moreno.

Diabetes y Mujer

La investigadora del área CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), Lía Nattero, ha abordado la influencia del sexo en la respuesta al tratamiento y el desarrollo de complicaciones en la diabetes tipo 1. Nattero, que desarrolla su investigación en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha insistido igualmente en que las mujeres tienen un mayor riesgo de muerte y eventos vasculares en comparación con los hombres, y el control metabólico de la mujer con diabetes hace que su pronóstico sea peor.

La mujer con diabetes tipo 1 tiene un 37 por ciento más de morbimortalidad cardiovascular que el hombre, lo que contrasta con la infrarrepresentación que tienen las mujeres en los ensayos clínicos’, ha manifestado la especialista en Endocrinología y Nutrición.

En esta línea, ha defendido la necesidad de investigar más sobre cómo el ciclo menstrual afecta al control de la glucosa y cómo estas diferencias pueden ser aprovechadas para desarrollar tecnologías más efectivas en el manejo de la diabetes tipo 1.

La tecnología en diabetes es cada vez más importante, pero se debe tener en cuenta la ciclicidad de la mujer a la hora de mejorar los algoritmos de control’, ha apostillado.

La falta de incorporación de la perspectiva de género en la investigación científica contribuye a continuar con los estereotipos de género y a la ignorancia de las diferencias de género en los resultados de investigación’, ha explicado Elvira Casado, investigadora del CIBERFES (área de Fragilidad y Envejecimiento Saludable del CIBER) en el Instituto de Salud Carlos III (Investén-ISCIII), que ha moderado la sesión.

La investigadora ha expresado cómo esta falta de representación impacta en todos los momentos de los estudios científicos, comenzando por propio el diseño, en los que a menudo no se tienen en cuenta la perspectiva de género. Así, las investigadoras han defendido la importancia de incorporar la perspectiva de género en la investigación para promover la igualdad en salud. Para abordar esta problemática ‘es crucial promover la sensibilidad de género en todas las etapas del proceso de investigación, lo que implica incluir ambos sexos en los estudios, analizar los datos por género y considerar las diferencias de género en la interpretación de los resultados’.
9 de febrero 2024| Fuente: (Europa Press) – | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

ITSLa epidemia de sífilis en Estados Unidos no cede y, al contrario, la tasa de casos infecciosos aumentó en un 9% durante 2022, según un nuevo informe del gobierno federal sobre enfermedades de transmisión sexual (ETS) en adultos. Pero hay algunas buenas e inesperadas noticias: La tasa de casos nuevos de gonorrea descendió por primera vez en una década. No está claro por qué los casos de sífilis aumentaron en un 9% mientras que los de gonorrea descendieron un 9%, señalaron funcionarios de los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). Añadieron que es demasiado pronto para determinar si existe una nueva tendencia a la baja para esta última.

Están más concentrados en la sífilis, la cual es menos frecuente que la gonorrea o la clamidia, pero es considerada más peligrosa. El total de casos superó los 207.000 en 2022, el mayor registro en Estados Unidos desde 1950, según los datos publicados el martes. Y aunque sigue teniendo un impacto desproporcionado en los hombres homosexuales y bisexuales, la enfermedad se está extendiendo a hombres y mujeres heterosexuales, y también afecta cada vez con mayor frecuencia a recién nacidos, según los funcionarios de los CDC.

La sífilis es una enfermedad bacteriana que puede manifestarse en forma de úlceras genitales que no producen dolor pero, en caso de no ser atendida, puede causar parálisis, pérdida de audición, demencia e incluso la muerte.

El número de nuevas infecciones en Estados Unidos comenzó a caer a partir de la década de 1940, cuando se generalizó la disponibilidad de antibióticos, y alcanzó su nivel más bajo en 1998. Alrededor de 59.000 d e los casos de 2022 involucran una de las formas más infecciosas de sífilis.

De ellos, aproximadamente una cuarta parte fueron en mujeres y una proporción similar en hombres heterosexuales. ‘Creo que se está propagando sin saberlo entre la población heterosexual cisgénero, porque en realidad no estamos haciendo pruebas para detectarla. Realmente no la estamos buscando’ en esa población, dijo el doctor Philip Chan, profesor en la Universidad Brown y director de medicina en Open Door Health, un centro de salud para pacientes gays, lesbianas y transexuales en Providence, Rhode Island.

El informe también muestra que las tasas de los tipos más infecciosos de sífilis no sólo aumentaron en todo el país, sino también entre los distintos grupos raciales y étnicos, siendo los indígenas estadounidenses y los nativos de Alaska los que registraron la tasa más alta. Dakota del Sur fue el estado con la tasa más elevada de sífilis infecciosa, con 84 casos por cada 100.000 habitantes,
más del doble que el siguiente estado en la lista, Nuevo México.

El incremento en Dakota del Sur se debió a un brote en la comunidad nativa estadounidense, dijo la doctora Meghan O’Connell, directora de salud pública de la Junta de Salud de Líderes Tribales de las Grandes Llanuras, con sede en Rapid City, Dakota del Sur. Casi todos los casos fueron en personas heterosexuales, y O’Connell afirmó que las pruebas diagnósticas y el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual ya era limitados en las comunidades tribales aisladas y la situación únicamente empeoró durante la pandemia.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos convocó el año pasado a un grupo de trabajo sobre la sífilis centrado en detener la propagación de esta ETS, haciendo hincapié en los lugares con las tasas más elevadas: Dakota del Sur, otros 12 estados y el Distrito de Columbia. El informe también analizó las ETS más comunes como la clamidia y la gonorrea. Los casos de clamidia se mantuvieron relativamente estables entre 2021 y 2022, con una tasa de alrededor de 495 por 100.000, aunque se observaron declives en hombres y, especialmente, en mujeres de entre 20 y 30 años. En el caso de la gonorrea, el descenso más pronunciado también se registró en mujeres dentro de ese mismo rango de edad. Los expertos dicen que no están seguros de por qué los índices de gonorrea disminuyeron.

Esto ocurrió en unos 40 estados, así que lo que sea que explique el descenso parece haber ocurrido en la mayor parte del país. Las pruebas diagnósticas a ETS se interrumpieron durante la pandemia de COVID-19, y los funcionarios creen que esa es la razón por la que la tasa de clamidia se redujo en 2020.

Es posible que las pruebas y los diagnósticos siguieran ajustándose en 2022, afirmó el doctor Jonathan Mermin, director del Centro Nacional para la Prevención del VIH, la Hepatitis Viral, las ETS y la Tuberculosis de los CDC. ‘Nos anima la magnitud del descenso’, dijo Mermin, aunque la tasa de gonorrea sigue siendo más elevada ahora que antes de la pandemia. ‘Tenemos que examinar qué ha ocurrido y si va a seguir ocurriendo’.

31 enero 2024| Fuente: Nueva York (AP) | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

cancer-dreamstimeEste año se diagnosticarán 286.664 nuevos casos de cáncer, un 2,6 % más que en 2023, con una mayoría de tumores colorrectales, de mama y de pulmón, el cual se consolida además como el tercero más frecuente en mujeres al haberse triplicado su incidencia en los últimos 20 años a causa del tabaco. Son las estimaciones que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y Redecan (Red Española de Registros de Cáncer) hacen en el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2024′ presentado este jueves, que pronostica que, en España, al igual que en todo el mundo, los casos aumentarán progresivamente hasta alcanzar los 341.000 en 2040.

Paralelamente, se espera un aumento de la mortalidad, que pasará de las 113.000 defunciones en 2020 a más de 150.000 en 2040, al igual que la supervivencia, que se ha duplicado en los últimos 40 años y seguirá subiendo, aunque lentamente, gracias a los nuevos tratamientos y una mayor implantación del cribado, ha señalado el presidente de SEOM, César A. Rodríguez. Más población y más envejecida Las causas de que el cáncer lleve ya décadas al alza son varias, empezando por el aumento poblacional y el envejecimiento, ha apuntado el presidente de Redecan, Jaume Galceran; de hecho, un 5 % aparece en menores de 45; un 35 % entre los 45 y 64 y un 60 % en los de más de 65, mientras que el infantil apenas representa el 0,5 %.

También los factores de riesgo, como el tabaco, el alcohol, la contaminación, la obesidad o el sedentarismo, y la generalización de los programas de cribado de algunos tumores como el colorrectal, los de mama, cérvix o próstata, influyen en ese incremento. En los últimos años, se ha constatado una subida constante de tumores de mama en mujeres, de colon en hombres, y de los cánceres de páncreas, riñón, tiroides -en este caso, probablemente, por el sobrediagnóstico- y linfomas no hodgkinianos en ambos sexos. Los más diagnosticados en 2024 seguirán siendo los de colon y recto (44.294), mama (36.395), pulmón (32.768), próstata (30.316) y vejiga urinaria (22.097). Muy por detrás, se detectarán linfomas no hodgkinianos (10.706), tumores de páncreas (9.986), riñón (9.208), el melanoma maligno cutáneo (7.881), cánceres de cavidad oral y faringe (7.603), de cuerpo uterino (7.305), estómago (6.868) e hígado (6.856). En los hombres, predominarán los de próstata (30.316) y colon y recto (27.009). También de pulmón (22.483) y vejiga urinaria (18.247), aunque de estos se aprecia ‘un claro descenso’ por el abandono paulatino del tabaco por parte de los varones, aunque ellos siguen fumando más que ellas (un 20,2 % fuman a diario frente al 13,9 % de las mujeres). Por el contrario, el cáncer de pulmón, que hace 15 años ‘no estaba ni en los diez primeros’ en mujeres, ha proseguido Galcerán, se confirmará como el tercero más común en ellas; la incidencia se ha triplicado ‘de forma alarmante’ desde 2003 debido al hábito tabáquico que iniciaron en los años 70. Por delante, se situarán los de mama (36.395) y los de colon y recto (17.285). Con todo, los cánceres relacionados con el tabaco son todavía muy superiores en los hombres; sin embargo, ‘es muy probable’ que en mujeres ‘sigan incrementándose en los próximos años’.

Un tercio son evitables El informe anual de SEOM apunta que la supervivencia neta a cinco años de los pacientes diagnosticados entre 2008-2013 fue del 55,3 % en hombres y del 61,7 % en mujeres, una diferencia que se explica en las distintas incidencias que presentan unos y otras de determinados tumores, por ejemplo, los de pulmón, más habitual en ellos, y mama, casi exclusivo de ellas y con mucho mejor pronóstico. A más incidencia, más mortalidad: en 2022 murieron 1.200 personas más por cáncer que en 2021, un total de 121.341, casi un cuarto del total; este incremento global fue a expensas del aumento de la mortalidad femenina, con 1.000 fallecimientos más que un año antes. El cáncer fue la principal causa de muerte en hombres (29 %), por delante de las enfermedades cardiovasculares (24,4 %) y respiratorias (10,2 %), pero no en mujeres, en las que las que los tumores ocuparon el segundo lugar (20,4 %) tras las enfermedades cardiovasculares (27,9 %). Los tumores más letales continuaron siendo los de pulmón, colon, páncreas, mama y próstata; en el caso de ellos, el de pulmón, seguido del de colon, próstata, páncreas, tumores hepáticos y de vías biliares y vejiga urinaria, mientras que en ellas el cáncer de mama fue el responsable de una mayor mortalidad, seguido por los de pulmón, colon y páncreas. A pesar de ello, la mortalidad por cáncer en España ha caído en las últimas décadas, aunque no por igual en todos los tumores ni por sexo, como demuestra el caso del de pulmón.

Un tercio de esas muertes, no obstante, son debidas a factores evitables: el principal es con diferencia el tabaco, responsable de más del 90 % de los tumores de pulmón y agente causal de otros como los de cabeza y cuello, vejiga urinaria, riñón, esófago, páncreas, estómago, colon y recto, entre otros. Cuando además de fumar, se bebe alcohol, se multiplica hasta por 30 el riesgo. No existe un nivel de consumo seguro de alcohol. La obesidad, por su parte, es el segundo factor de riesgo responsable de más cánceres en Estados Unidos, y se asocia al menos a nueve tipos.  El sedentarismo y las dietas inadecuadas (insuficiente cantidad de fruta y verdura) también influyen, pese a lo cual el consumo de estos alimentos se ha venido reduciendo desde 2017. Aunque muy lejos de EEUU, en España la obesidad afecta al 13,7 % de los adultos y el sobrepeso al 33,6 %, aunque preocupan las cifras infantiles, que llegan al 30 %.

29 enero 2024| Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

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