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Recientes estudios científicos muestran que un niño pasa como promedio más de 3,5 horas al día frente a las pantallas de los dispositivos y supera así el tiempo máximo recomendado por expertos, que es de menos de dos horas.
Quienes están mucho tiempo en esa situación desarrollan una mayor tendencia a la obesidad, irritabilidad, ansiedad y depresión, alteraciones en el ritmo sueño-vigilia y trastornos oculares aún más frecuentes.
Según los especialistas las pantallas de computadoras, tabletas, teléfonos inteligentes y dispositivos electrónicos se iluminan mediante el uso de LED blancos, cuya composición de la emisión de luz tiene un fuerte componente de luz azul.
Esta última se difunde en el ojo mucho más que otras radiaciones de luz y puede contribuir al malestar ocular, típico de quienes permanecen largos periodos frente a las pantallas, en los que se registró mayor fatiga visual, ojos secos, doble imagen, deslumbramiento, enrojecimiento y visión borrosa.
Investigaciones internacionales apuntan que después de 20 minutos de uso continuo del teléfono inteligente, los niños pueden experimentar síntomas oculares importantes, en particular, irritación y ardor, especialmente si hay un fuerte contraste de luz entre el entorno y el equipo.
Además, vinculan el uso de pantallas con el desarrollo de la miopía, al dedicarse mucho tiempo a actividades que requieren una visión de cerca (40 centímetros), lo cual es un factor de riesgo para esa dolencia ocular.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los jugadores de videojuegos pueden estar en peligro de sufrir una pérdida auditiva irreversible y/o tinnitus (zumbidos persistentes).
La evidencia existente sugiere que los niveles de sonido informados en estudios de más de 50 000 personas, a menudo se aproximan o superan los límites de seguridad permitidos, destacan los expertos.
Si bien se ha reconocido que los audífonos y los locales de música son fuentes de niveles de sonido potencialmente peligrosos, los científicos alertan que se ha prestado relativamente poca atención a los efectos de los videojuegos, incluidos los deportes electrónicos, sobre la pérdida auditiva.
CAMBIOS EN EL CEREBRO
Un estudio realizado por investigadores de University College London mostró que los adolescentes con adicción a Internet experimentan cambios en el cerebro que podrían conducir a comportamientos adictivos adicionales.
La adicción a Internet se ha definido como la incapacidad de una persona para resistir el impulso de usar este medio, lo que afecta negativamente su bienestar psicológico, así como su vida social, académica y profesional.
Las pesquisas, que involucraron a 237 jóvenes de 10 a 19 años de edad con un diagnóstico formal del padecimiento entre 2013 y 2023, utilizaron imágenes por resonancia magnética para inspeccionar la conectividad funcional (cómo las regiones del cerebro interactúan entre sí) de los participantes.
Los efectos de la adicción se observaron en múltiples redes neuronales en los cerebros de los adolescentes.
Se apreció una combinación de aumento y disminución de la actividad en las partes del cerebro que se activan en reposo (la red neuronal por defecto).
Mientras tanto, se observó una disminución general de la conectividad funcional en las partes del cerebro involucradas en el pensamiento activo (la red de control ejecutivo).
Se descubrió, además, que estos cambios conducían a conductas y tendencias adictivas en los adolescentes, así como a cambios de conducta asociados con la capacidad intelectual, la coordinación física, la salud mental y el desarrollo.
«Los hallazgos de nuestro estudio muestran que esto puede conducir a cambios conductuales y de desarrollo potencialmente negativos que podrían afectar las vidas de los adolescentes», dijo el autor principal, el estudiante de maestría Max Chang.
Por ejemplo, dijo, pueden tener dificultades para mantener relaciones y actividades sociales, experimentar una alimentación irregular y trastornos del sueño.
De ahí que recomiende imponer a los jóvenes límites de tiempo razonables para el uso diario de Internet y asegurarse que son conscientes de las implicaciones psicológicas y sociales de pasar demasiado tiempo en línea.
Etiquetas disuasorias en redes sociales
Tal como sucede con los productos del tabaco, ya hay quienes piden incluir etiquetas disuasorias en las redes sociales, teniendo en cuenta que la salud física y mental de niños y adolescentes están en riesgo.
Recientemente el doctor Vivek Murthy, cirujano general en el Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, instó al Congreso a imponer una etiqueta en las redes sociales con avisos similares a los que llevan las cajetillas de tabaco.
Su propuesta pretende que se obligue a las redes a incluir un mensaje que advierta a padres y adolescentes de que estos hábitos se asocian con «daños significativos para la salud mental».
Aunque reconoce que la etiqueta por sí sola no bastará para hacer las redes seguras para los jóvenes, lo considera «un paso crítico» y argumenta que, como demuestran los estudios sobre el tabaquismo, estos mensajes aumentan la conciencia sobre los riesgos y cambian comportamientos.
También pide prohibir el móvil en las aulas y anima a los padres a limitar el uso en casa, sobre todo durante las comidas y antes de dormir.
Sin desconocer que todavía se carece de un consenso científico sobre los posibles perjuicios de los videojuegos y el uso de internet en la salud física y mental de niños y jóvenes, las investigaciones suenan las alarmas en un mundo cada vez más poseído por las tecnologías digitales.
15 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un organismo regulador de Australia reclamó a empresas claves de internet, como Google o Facebook, la elaboración en seis meses de códigos que detallen cómo impedirán que los niños vean pornografía y otros materiales inapropiados, una preocupación creciente entre otros gobiernos.
El Comisionado de Seguridad Electrónica (eSafety), una oficina creada para proteger a los usuarios de internet, señaló que estos códigos «se centrarán en evitar que los niños pequeños encuentren material que no están preparados para ver y que son demasiado pequeños para comprender».
«Si bien se centrarán en la pornografía, también se espera que los códigos cubran otro material de alto impacto, incluidos temas de suicidio y enfermedades graves, que podrían incluir autolesiones y trastornos alimentarios», apunta el organismo.
Los códigos deberán establecer estándares sobre cómo las tiendas de aplicaciones, redes sociales, motores de búsqueda, servicios de chat, páginas con pornografía e incluso plataformas de juegos multijugador verifican que el contenido sea adecuado para los usuarios, remarca eSafety en un comunicado publicado la víspera.
Entre las posibles medidas destacan pautas para verificar la edad del usuario, controles parentales y programas para difuminar o filtrar el contenido sexual no deseado, dijo el regulador.
«La exposición de los niños a la pornografía violenta y extrema es una gran preocupación para muchos padres y cuidadores, y ellos tienen un papel clave que desempeñar (…) Pero no todo puede recaer en ellos. Necesitamos que la industria desempeñe su papel poniendo algunas barreras efectivas», dijo la comisionada Julie Grant.
Según la representante, la edad media de los niños australianos para acceder a pornografía es de 13 años, aunque matiza que «un tercio» de ellos ya ha visto contenido pornográfico más joven «a menudo, por accidente», especialmente a través de las redes sociales como TikTok, Instagram y Snapchat.
Otros gobiernos, como el de España o el Reino Unido, también buscan la manera de proteger a los niños de la pornografía.
03 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El uso hoy de las redes sociales «vuelve adicta la mente a estar conectada», comentó la psicóloga clínica del Ministerio de Salud Sinaí Valverde, en una entrevista con el canal costarricense Teletica.
Sobre semejanzas o diferencias de ese tipo moderno de dependencia con la causada por sustancias psicoactivas como el alcohol o el tabaco, la científica explicó que las primeras «repercuten en lo biológico y neuroquímico y las segundas en lo cognitivo, sicológico y emocional».
La adicción hacia sustancias psicoactivas –explicó- cambia desde el cuerpo, que se acostumbra a ellas, necesita más para sentirse normal (entre comillas) y cuando le falta aparecen los síntomas de abstinencia por esa dependencia, «que es física y muy fuerte».
Las redes sociales afectan las funciones de lo mental y de lo emocional y eso está ligado «a cómo le prestamos atención a la memoria, al bienestar emocional en general». «Es como si la mente se volviera adicta a estar conectada todo el tiempo», añadió la académica de la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud.
La sicóloga clínica tica observa «una relación muy profunda entre el uso excesivo de las redes sociales y altos niveles relacionados con la ansiedad y la depresión, que es de pronto de lo que más hablamos, es donde el problema se ve reflejado».
Valverde analizó que estar en las redes sociales implica una constante comparación con otros, «“vista desde la idealización de dichas vidas ajenas, porque nadie está publicando lo que hace, solo las cosas bonitas».
También significa una búsqueda constante de validación a través de los «me gusta» o de los «comentar», que pueden ser positivos, «pero también generar inseguridades y ansiedad, o situaciones adversas».
La científica aludió, además, a «la conducta compulsiva de la persona, a través de su adicción o dependencia a las redes sociales. Esa necesidad constante de estar revisando y actualizando las redes, similar a otras adicciones. Necesita estar, tenerlas ahí presentes».
Hace que la persona genere –agregó- una dependencia emocional en la búsqueda de esa validación, de estar actualizado, que va a ser parte de su bienestar o que más bien afecta su bienestar mental, porque para estar bien, necesita de eso.
Para la estudiosa, ese proceso conduce «a una disminución de capacidad de concentración, a una distracción a nivel de memoria». El consumo constante de información, de redes, interfiere en la consolidación de esa memoria a largo plazo.
«Es tanta la sobrecarga de información que recibe de tanta multitarea, de lo que te dan las redes, que dificulta esa capacidad de retener o de recordar información que podría ser importante».
La sicóloga clínica confirmó, por otro lado, que los más propensos a sufrir esa dependencia a las redes «son los jóvenes, los menores de edad, la fase de niñez y adolescencia, porque son quienes entran en un proceso de construcción de identidad».
30 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Los psicólogos de varios centros sanitarios del grupo Ribera, ante los regalos de miles de dispositivos electrónicos que han traído Papá Noel y los Reyes Magos a los hogares, avisan de que ‘más tiempo en las redes sociales e internet supone un mayor aislamiento y más posibilidad de desarrollar trastornos mentales’.
El equipo de psicólogas del hospital Ribera Polusa y la Clínica Santo Domingo Polusa, Lucía Arza, Cristina López Mouriz, Lucía Fernández y Belén Vázquez, asegura que ‘la práctica clínica demuestra que las tasas de ansiedad y depresión en los jóvenes han aumentado considerablemente en los últimos años, y las redes sociales provocan que esta sintomatología empeore’.
‘Utilizar diariamente plataformas y aplicaciones de internet, ver amigos o ídolos disfrutando activamente de fiestas o eternamente de vacaciones en imágenes poco realistas genera la sensación de que se están perdiendo cosas de un mundo falsamente idílico’, explican, lo que supone ‘un peligro para su autoestima y puede llegar a manifestarse en forma de trastornos emocionales como ansiedad, estrés y depresión, entre otros’.
En esta línea, psicóloga infanto-juvenil Mercedes Maruenda recuerda que la Inteligencia Artificial es una tecnología que forma parte de nuestras vidas desde hace años, como las recomendaciones en las plataformas de televisión o música, o en las redes sociales, aunque está adquiriendo más presencia en diferentes ámbitos.
Pero añade que ‘dado que la IA nos ‘facilita y guioniza’ el camino a seguir, en los niños esto puede afectar a nivel cognitivo y emocional, además de que limita la imaginación y la creatividad, por no hablar de la dependencia que genera, por la multitud de estímulos que ofrece’.
Además, añade, ‘la dependencia puede aislarlos del mundo real, en una etapa en la que son fundamentales las relaciones con el grupo de iguales, y limita un desarrollo emocional saludable.
En la era de la Inteligencia Artificial, las psicólogas de Ribera Polusa insisten en la importancia de la educación digital y emocional para ayudar, sobre todo a los menores, a protegerse de las consecuencias negativas de las publicaciones falsas y no ser manipulados por este tipo de contenidos. En su opinión, es ‘clave’ también mantener unan comunicación abierta padres-hijos, validar sus emociones y ofrecerles apoyo siempre que lo necesiten, además de ‘enseñarles a conocer y valorar sus propias cualidades y logros, independientemente de la aprobación de los demás, fortaleciendo su autoestima, y enseñarles la importancia de gestionar su privacidad’.
Así, recomiendan, además, fomentar el pensamiento crítico, localizar fuentes de información ‘seguras y fiables, valorar diferentes puntos de vista y promover siempre el respeto a los demás’.
‘Para que el menor reaccione ante las fake news de manera crítica, reflexiva y prudente es clave que le enseñemos estos recursos, analicemos juntos posibles noticias falsas y facilitemos lectura de contenidos adecuados a su madurez, con el objetivo de que llegue a ser autónomo, y pueda diferenciar entre un engaño y una noticia real’, aseguran. CONSECUENCIAS EN NIÑOS Y ADOLESCENTES La Asociación Española de Videojuegos asegura que el 70% de los niños que usan consolas para jugar a videojuegos tiene entre 11 y 14 años.
Sin embargo, más de la mitad de menores de entre 6 y 11 años (un 57%) ya pasa varias horas a la semana con este tipo de entretenimiento. Además, la mayoría de menores de 11 años tienen móvil y con él, acceso ilimitado a internet y las redes sociales.
Ante esta situación, las especialistas señalan que la adolescencia ‘constituye una gran ventana de plasticidad neuronal, dónde el cerebro se desarrolla para ser más eficaz. Esta flexibilidad, deja a los jóvenes más expuestos a influencias externas, tales como la manipulación de imágenes, videos y audios, incluida la inteligencia artificial, causando en ocasiones confusión y afectándoles emocionalmente’.
Por su parte, Juan Pablo López, psicólogo especializado en adicciones de Ribera Hospital de Molina, asegura que ‘estamos viendo un aumento alarmante de niños que llegan a nuestras consultas con problemas para dejar sus dispositivos, manifestando agresividad, irritabilidad y dificultades en su relación con sus padres y, en algunos casos, una disminución o retraso en el desarrollo del lenguaje’. Pomba Liñares, psiquiatra y pediatra, y Mónica Villar, psicóloga sanitaria y neuropsicóloga, están al frente de la Unidad de Psiquiatría y Psicología Infantil del hospital Ribera Povisa, y aseguran que en los últimos años han aumentado casi un 50% y se han agravado los problemas de salud mental en niños y adolescentes, con más síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas. Explican que el Covid y los meses de aislamiento y restricciones para el contacto social han influido, pero la situación no se ha revertido tras la vuelta a la normalidad en todos los ámbitos. ‘Aproximadamente la mitad de los trastornos mentales tienen su debut antes de los 18 años’, explica la doctora Pomba Liñares, que remarca la relevancia de la detección temprana: ‘El reconocimiento precoz y el adecuado manejo de las primeras manifestaciones clínicas puede determinar un cambio esencial en el curso y el pronóstico de las enfermedades mentales’, subraya.
Enero 17 /2024(Europa-Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Geriatrics Society ha descubierto una relación entre el uso regular de Internet y un menor riesgo de demencia.
Para el estudio, los investigadores siguieron a 18.154 adultos sin demencia de entre 50 y 64,9 años durante una mediana de 7,9 años y un máximo de 17,1 años. Durante el seguimiento, se diagnosticó demencia al 4,68% de los participantes.
Se utilizó el Estudio de Salud y Jubilación. La asociación entre el tiempo transcurrido hasta la demencia y el uso inicial de Internet se examinó mediante modelos de Cox específicos para cada causa, ajustados por el retraso en la entrada y las covariables. Además, se examinó si el riesgo de demencia varía en función del periodo acumulado de uso regular de Internet para ver si el inicio o la continuación del uso en la vejez modula el riesgo posterior. Por último, se analizó la asociación entre el riesgo de demencia y las horas diarias de uso. Los análisis se realizaron entre septiembre de 2021 y noviembre de 2022.
El uso regular de Internet se asoció con aproximadamente la mitad del riesgo de demencia en comparación con el uso no regular. Esta relación se observó independientemente del nivel educativo, la raza, la etnia, el sexo y la generación.
«El uso de Internet puede ayudar a desarrollar y mantener la reserva cognitiva, lo que a su vez puede compensar el envejecimiento cerebral y reducir el riesgo de demencia», afirma la doctora Virginia W. Chang, autora del estudio, de la Universidad de Nueva York.
Más información: Gawon, C., Betensky, R., Chang, V. (2023). El uso de Internet y el riesgo prospectivo de demencia: A population-based cohort study. Journal of the American Geriatrics Society. https://agsjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jgs.18394
Mayo 3/2023 (MedicalXpress) – Tomado de Alzheimer’s disease & dementia – Gerontology & Geriatrics Copyright Medical Xpress 2011 – 2023 powered by Science X Network
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
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Enviar un email, ver una película por streaming, comprar on line o hacer una videollamada se han convertido en acciones cotidianas en la pandemia. Pero cada una supone un impacto ambiental no solo en forma de emisiones de CO2, sino también en gasto de agua y tierra. La mayor huella recae en la transmisión de datos. Read more