desigualdad de generoLas desigualdades de género en el sector de la salud y asistencial, con salarios bajos y condiciones laborales exigentes, afectan más hoy a las mujeres, alertó la OMS. En su informe ‘Parte justa para la salud y los cuidados: el género y la infravaloración del trabajo de salud y cuidados’, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló que las féminas representan el 67 por ciento de los trabajadores de la salud y asistenciales remunerados en todo el mundo.

Asimismo, son las encargadas del 76 por ciento de todas las actividades asistenciales no enumeradas y las tareas que recaen principalmente en ellas, por lo general son peor recompensadas o se llevan a cabo en malas condiciones. ‘La falta de inversión en los sistemas de salud provoca un círculo vicioso de trabajo no pagado en el sector de la salud y asistencial, lo que reduce la participación de las mujeres en los mercados de trabajo remunerados, perjudica el empoderamiento económico de estas y supone un obstáculo para la igualdad de género’, recalca el texto. Por otro lado, indica que, para cambiar esta situación, los gobiernos y personas implicadas en el sector de la salud, deben abordar la brecha de género en el trabajo asistencial, promover una labor asistencial de calidad; así como defender los derechos y el bienestar de los cuidadores También son necesarias labores para garantizar que las estadísticas nacionales tengan en cuenta, midan y valoren todo el trabajo en el sector de la salud y asistencial. Además, cada país, refiere, debe invertir en unos sistemas de salud pública sólidos para reducir la carga del trabajo asistencial no remunerado y mejorar la calidad de los servicios de atención. ‘Cuando las mujeres desempeñan empleos remunerados en este rubro se empoderan económicamente y los resultados de salud son mejores’, recalcó la OMS.

Ginebra, 15 marzo 2024 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

liderazgo FemeninoLas mujeres constituyen el 70% de los trabajadores en el sector sanitario y asistencial a nivel mundial, apenas el 25% ocupa posiciones de liderazgo. En un evento con motivo del Día Internacional de la Mujer, el Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, llamó a respaldar el liderazgo femenino mientras se fortalece la fuerza laboral sanitaria tras los impactos negativos de la pandemia de COVID-19.

No podemos  lograr la salud universal ni alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sin equidad en salud e igualdad de género en el sector de la salud», afirmó el doctor Barbosa durante el diálogo de alto nivel «El liderazgo de las mujeres en la agenda regional de salud y resiliencia», organizado por el Task Force Interamericano Sobre el Liderazgo de las Mujeres, con el apoyo del Gobierno de Canadá y bajo la coordinación de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de los Estados Americanos (CIM/OEA).

Director de la OPS resaltó las desafiantes barreras que enfrentan las trabajadoras de la salud, lo cual repercute en su bienestar económico, social y el de sus comunidades. El doctor Barbosa pidió garantizar la representación femenina en los espacios de toma de decisiones, enfatizando la importancia de escuchar sus voces. «Debemos construir sociedades más equitativas, con igualdad de género, resilientes y sostenibles», lo que implica «invertir en las mujeres y su liderazgo», destacó.

Un análisis de género y equidad del personal sanitario y social mundial realizado por la OMS revela que las diferencias de liderazgo entre hombres y mujeres son resultado de estereotipos, discriminación, desequilibrio de poder y privilegios. Además, sus desventajas se multiplican cuando se entrelazan con factores como la raza y la clase social. Las mujeres ocupan puestos de menor categoría y reciben salarios más bajos en comparación con los hombres en el sector sanitario. Esta brecha salarial de género, que alcanza el 26%, es más alta que en otros sectores.

La OPS es una de las diez organizaciones de las Naciones Unidas donde las mujeres constituyen más del 50% de su fuerza laboral. Además, la equidad y la igualdad de género son valores fundamentales de la Organización, integrados en todas las políticas, programas y en la cooperación técnica.

En la OPS, estamos comprometidos a invertir en las mujeres y creemos firmemente que incorporar las voces y perspectivas de las mujeres y las niñas en la toma de decisiones es esencial para construir sistemas de salud resilientes, algo que impactará positivamente en la salud y el desarrollo,” remarcó.

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, resaltó el compromiso histórico de la Organización con la igualdad de género, manifestado en sus convenciones y la Carta Democrática Interamericana. Destacó el papel pionero de la OEA en la promoción de la igualdad de género en las Américas durante casi 100 años, a través de la Comisión Interamericana de la Mujer, y mencionó el marco normativo construido por la OEA en materia de derechos de las mujeres, que ha contribuido a la vanguardia regional en temas como la paridad en procesos electorales y la mayor representación femenina en las esferas de poder.

Sin embargo, reconoció que persisten desigualdades de género en diversos ámbitos, incluido el derecho a la salud, especialmente evidenciadas durante la pandemia. Almagro destacó la necesidad de «adoptar enfoques transformadores» para modificar “las estructuras y normas sociales que perpetúan la discriminación de género.

La doctora Rhonda Sealey-Thomas, Subdirectora de la OPS, participó en el panel sobre la participación y liderazgo de las mujeres en la agenda sanitaria regional: Oportunidades y retos. Destacó el compromiso de la Organización para aumentar la representación de las mujeres en puestos de liderazgo dentro de la OPS y para garantizar que las mujeres de la región puedan llevar una vida productiva y alcanzar su pleno potencial.

En ese sentido, destacó la Política sobre el personal de salud 2030, que busca incorporar una perspectiva de género en las políticas laborales del sector de la salud. En cuanto al acceso de las mujeres a los servicios de salud, la doctora Sealey-Thomas mencionó el programa de eliminación del cáncer cervicouterino de la OPS, y enfatizó la importancia de mejorar el acceso a las pruebas y vacunas contra el VPH. «A través de la OPS, los países pueden mejorar el acceso a herramientas esenciales que pueden salvar la vida de las mujeres y darles la oportunidad de vivir vidas productivas para que puedan asumir posiciones de liderazgo.

08 marzo 2024|Fuente: OPS |Tomado de | Noticias

Las mujeres que se desempeñan como estilistas, cosmetólogas, en la confección de prendas y en la construcción, entre otras actividades, corren riesgo potencial de contraer cáncer de ovario por exposición acumulativa a diversas sustancias tóxicas

ambiente laboralEl estudio destaca la relevancia potencial de la exposición prolongada a sustancias específicas como el talco, amoníaco, gases propulsores, combustible y blanqueadores.

La publicación de la revista Occupational & Environmental Medicine * advierte que ciertos puestos de trabajo desempeñados por mujeres pueden estar relacionados con una mayor predisposición a contraer cáncer de ovario.

Los hallazgos del ensayo impulsaron comentarios que denuncian la baja identificación de los factores de riesgo de cáncer de ovario, mientras persiste la probabilidad de aumento de los factores ambientales que los provocan, incluidos los relacionados con los lugares de trabajo.

Asimismo, los pocos estudios sobre el tema alcanzaron fiabilidad limitaba en sus resultados al prescindir de los factores potencialmente influyentes, los historiales laborales previos o incluir un número pequeño de participantes mujeres.

Con la intención de mitigar estos problemas, los autores recurrieron a legajos laborales obtenidos en un estudio que recogía historia y presente de casos y controles basados en la población.

La iniciativa permitió enfocar el análisis en dos aspectos del entorno laboral: el empleo en funciones o industrias específicas y la exposición a riesgos laborales concretos. La adopción del criterio pretendió abordar las limitaciones y obtener una comprensión cabal de las probables asociaciones.

El estudio anterior Prevención del cáncer de ovario en Quebec (Prevention of Ovarian Cancer in Quebec – PROVAQ) reunió mujeres con edades de 18 a 79 años, seleccionadas de siete hospitales de Montreal entre 2010 a 2016 y diagnosticadas con cáncer de ovario.

En total, 491 mujeres que cumplían con los criterios del estudio fueron emparejadas por edad y lugar de residencia junto a otras 897 sin cáncer de ovario.

La presente investigación recolectó información de todas las participantes acorde a sus antecedentes sociodemográficos, historia clínica, medicación prescrita, antecedentes reproductivos, peso y altura; incluyó además factores relacionados con sus estilos de vida y los detalles laborales registrados durante la vida.

En comparación con el grupo de control, un porcentaje elevado de mujeres con cáncer de ovario presentaron factores considerados de riesgo potencial para el desarrollo de la enfermedad: menor nivel educativo, menor duración del uso de anticonceptivos orales y ninguna o menor cantidad de hijos.

Las participantes informaron cada empleo propio con una duración mínima de 6 meses. Los datos comprendían: puesto desempeñado, fechas de inicio y cese, horario de trabajo (con la inclusión de cambios de turno) y tareas principales ejecutadas durante el período laboral.

Se clasificó, entonces, la duración acumulada del trabajo o industria como ninguna, menos de 10 años y 10 años o más.

Más del 50% de las participantes habían trabajado al menos en tres empleos siendo el primero anterior a los 20 años de edad. La mayoría tuvo una duración de la vida laboral de 15 años o más, y su trabajo con mayor antigüedad fue de al menos 10 años.

Se utilizó la Matriz de nivel de exposición laboral canadiense (Canadian job-exposure matrix – CANJEM) para determinar la exposición de las participantes a agentes específicos. A continuación, el estudio examinó el vínculo entre la exposición a cada uno de los 29 agentes predominantes y el riesgo de cáncer de ovario.

Tras tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los cálculos indicaron que varias funciones laborales podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de padecer la enfermedad.

En particular, las personas que habían trabajado 10 años o más en profesiones tales como peluquería, barbería, estética y afines, presentaban un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer de ovario. Del mismo modo, quienes s desempeñaron en áreas de contabilidad durante 10 años o más presentaban el doble de riesgo, mientras las que trabajaban en el sector de la construcción casi triplicaban el riesgo.

Por su parte, el empleo duradero en la industria de la confección se relacionó con un 85% de aumento del riesgo. Además, trabajar en el sector de ventas o comercio minorista se asoció respectivamente con 45% al 59% de mayor riesgo de padecer la enfermedad.

El aumento significativo del riesgo superior al 40% correspondió a los casos de exposición acumulada alta (8 años o más) a 18 agentes específicos, entre los que se incluían:
polvos de talco, amoniaco, peróxido de hidrógeno, polvo de cabello, fibras sintéticas y de poliéster, tintes y pigmentos orgánicos, celulosa, formaldehído y gases propulsores, así como sustancias químicas presentes de forma natural en los combustibles y blanqueadores.

Las mujeres que trabajan en ocupaciones relacionadas con la peluquería están expuestas a cientos de productos químicos en altas concentraciones, incluidos tintes para el cabello, champús, acondicionadores, productos de estilismo y cosméticos. El empleo en ocupaciones relacionadas con la peluquería y la exposición a 12 agentes predominantes en estas ocupaciones fueron asociadas por el estudio con mayores riesgos de cáncer de ovario.

Las tareas de peluquería, esteticismo y trabajos afines resultaron las expuestas con mayor frecuencia e intensidad a 13 agentes diferentes, entre los que destacaron el amoníaco, el peróxido de hidrógeno, tintes y pigmentos orgánicos, y blanqueadores. Estas actividades ocupan el segundo lugar entre las más comprometidas a polvos de talco.

Los autores aclaran que no está definido si las asociaciones fueron impulsadas por un único agente, una combinación de ellos u otros factores relacionados al área de trabajo.

El número de mujeres empleadas en trabajos específicos como papeleras, imprentas, producción textil, tintorerías y fábricas, al ser relativamente pequeño, también limitó el número de quienes estaban expuestas a ciertos agentes clasificados como potenciales factores de riesgo (por ejemplo, asbestos y pesticidas).

Al considerar los autores que algunas asociaciones estadísticamente significativas del estudio podrían atribuirse al azar, destacan la necesidad de realizar nuevos estudios que reproduzcan los resultados con el fin de establecer la validez y fiabilidad de su trabajo.

A pesar de las limitaciones y la posibilidad de hallazgos fortuitos, el artículo afirma que los resultados indican una evidencia sugestiva de asociación causal entre el empleo en profesiones determinadas con exposiciones laborales específicas y el aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario.

Estudios de cáncer ocupacional sin o casi sin mujeres

Las doctoras Melissa C Friesen y Laura E. Beane Freeman, epidemiólogas ocupacionales y ambientales del Instituto Nacional del Cáncer (US National Cancer Institute -NCI) de EE.UU., al comentar el artículo en el mismo ejemplar de la revista, destacan su utilidad para reconocer el bajo nivel de participación de las mujeres en los estudios sobre cáncer ocupacional. Las profesionales subrayan, además, la necesidad de mejorar la investigación y los mecanismos que evalúan los riesgos profesionales de las mujeres con el objetivo de enriquecer la comprensión del tema. Las integrantes del NCI advierten además que al excluirse a las mujeres de los estudios relacionados con el cáncer ocupacional, se pierde la oportunidad de identificar los factores de riesgo específicamente vinculados a los diversos tipos de cáncer que afectan a las mujeres. La evaluación de las diferencias de riesgo en función del sexo y el examen de las exposiciones prevalentes en profesiones con preponderancia femenina.

Fuente: Noticias biomédicas(siicsalud.com)

Referencia:

Leung Lisa, Jérôme Lavoué, Jack Siemiatycki, Pascal Guénel, Anita Koushik. Occupational environment and ovarian cancer risk. Occupational & Environmental Medicine. 2023; 80(9).  https://oem.bmj.com/content/oemed/early/2023/06/01/oemed-2022-108557.full.pdf

https://oem.bmj.com/content/80/9/489

Cancer-Ovario-Sintomas-TiposLas mujeres que se desempeñan como estilistas, cosmetólogas, en la confección de prendas y en la construcción, entre otras actividades, corren riesgo potencial de contraer cáncer de ovario por exposición acumulativa a diversas sustancias tóxicas.

El estudio destaca la relevancia potencial de la exposición prolongada a sustancias específicas como el talco, amoníaco, gases propulsores, combustible y blanqueadores.

La publicación de la revista Occupational & Environmental Medicine * advierte que ciertos puestos de trabajo desempeñados por mujeres pueden estar relacionados con una mayor predisposición a contraer cáncer de ovario.

Los hallazgos del ensayo impulsaron comentarios que denuncian la baja identificación de los factores de riesgo de cáncer de ovario, mientras persiste la probabilidad de aumento de los factores ambientales que los provocan, incluidos los relacionados con los lugares de trabajo.

Asimismo, los pocos estudios sobre el tema alcanzaron fiabilidad limitaba en sus resultados al prescindir de los factores potencialmente influyentes, los historiales laborales previos o incluir un número pequeño de participantes mujeres.

Con la intención de mitigar estos problemas, los autores recurrieron a legajos laborales obtenidos en un estudio que recogía historia y presente de casos y controles basados en la población..

La iniciativa permitió enfocar el análisis en dos aspectos del entorno laboral: el empleo en funciones o industrias específicas y la exposición a riesgos laborales concretos. La adopción del criterio pretendió abordar las limitaciones y obtener una comprensión cabal de las probables asociaciones.

El estudio anterior Prevención del cáncer de ovario en Quebec (Prevention of Ovarian Cancer in Quebec – PROVAQ) reunió mujeres con edades de 18 a 79 años, seleccionadas de siete hospitales de Montreal entre 2010 a 2016 y diagnosticadas con cáncer de ovario.

En total, 491 mujeres que cumplían con los criterios del estudio fueron emparejadas por edad y lugar de residencia junto a otras 897 sin cáncer de ovario.

La presente investigación recolectó información de todas las participantes acorde a sus antecedentes sociodemográficos, historia clínica, medicación prescrita, antecedentes reproductivos, peso y altura; incluyó además factores relacionados con sus estilos de vida y los detalles laborales registrados durante la vida.

En comparación con el grupo de control, un porcentaje elevado de mujeres con cáncer de ovario presentaron factores considerados de riesgo potencial para el desarrollo de la enfermedad: menor nivel educativo, menor duración del uso de anticonceptivos orales y ninguna o menor cantidad de hijos.

Las participantes informaron cada empleo propio con una duración mínima de 6 meses. Los datos comprendían: puesto desempeñado, fechas de inicio y cese, horario de trabajo (con la inclusión de cambios de turno) y tareas principales ejecutadas durante el período laboral.

Se clasificó, entonces, la duración acumulada del trabajo o industria como ninguna, menos de 10 años y 10 años o más.

Más del 50 % de las participantes habían trabajado al menos en tres empleos siendo el primero anterior a los 20 años de edad. La mayoría tuvo una duración de la vida laboral de 15 años o más, y su trabajo con mayor antigüedad fue de al menos 10 años.

Se utilizó la Matriz de nivel de exposición laboral canadiense (Canadian job-exposure matrix – CANJEM) para determinar la exposición de las participantes a agentes específicos. A continuación, el estudio examinó el vínculo entre la exposición a cada uno de los 29 agentes predominantes y el riesgo de cáncer de ovario.

Tras tener en cuenta los factores potencialmente influyentes, los cálculos indicaron que varias funciones laborales podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de padecer la enfermedad.

En particular, las personas que habían trabajado 10 años o más en profesiones tales como peluquería, barbería, estética y afines, presentaban un riesgo tres veces mayor de desarrollar cáncer de ovario. Del mismo modo, quienes desempeñaron en áreas de contabilidad durante 10 años o más presentaban el doble de riesgo, mientras las que trabajaban en el sector de la construcción casi triplicaban el riesgo.

Por su parte, el empleo duradero en la industria de la confección se relacionó con un 85 % de aumento del riesgo. Además, trabajar en el sector de ventas o comercio minorista se asoció respectivamente con 45 % al 59 % de mayor riesgo de padecer la enfermedad.

El aumento significativo del riesgo superior al 40 % correspondió a los casos de exposición acumulada alta (8 años o más) a 18 agentes específicos, entre los que se incluían:

polvos de talco, amoniaco, peróxido de hidrógeno, polvo de cabello, fibras sintéticas y de poliéster, tintes y pigmentos orgánicos, celulosa, formaldehído y gases propulsores, así como sustancias químicas presentes de forma natural en los combustibles y blanqueadores.

Las mujeres que trabajan en ocupaciones relacionadas con la peluquería están expuestas a cientos de productos químicos en altas concentraciones, incluidos tintes para el cabello, champús, acondicionadores, productos de estilismo y cosméticos. El empleo en ocupaciones relacionadas con la peluquería y la exposición a 12 agentes predominantes en estas ocupaciones fueron asociadas por el estudio con mayores riesgos de cáncer de ovario.

Las tareas de peluquería, esteticismo y trabajos afines resultaron las expuestas con mayor frecuencia e intensidad a 13 agentes diferentes, entre los que destacaron el amoníaco, el peróxido de hidrógeno, tintes y pigmentos orgánicos, y blanqueadores. Estas actividades ocupan el segundo lugar entre las más comprometidas a polvos de talco.

Los autores aclaran que no está definido si las asociaciones fueron impulsadas por un único agente, una combinación de ellos u otros factores relacionados al área de trabajo.

El número de mujeres empleadas en trabajos específicos como papeleras, imprentas, producción textil, tintorerías y fábricas, al ser relativamente pequeño, también limitó el número de quienes estaban expuestas a ciertos agentes clasificados como potenciales factores de riesgo (por ejemplo, asbestos y pesticidas).

Al considerar los autores que algunas asociaciones estadísticamente significativas del estudio podrían atribuirse al azar, destacan la necesidad de realizar nuevos estudios que reproduzcan los resultados con el fin de establecer la validez y fiabilidad de su trabajo.

A pesar de las limitaciones y la posibilidad de hallazgos fortuitos, el artículo afirma que los resultados indican una evidencia sugestiva de asociación causal entre el empleo en profesiones determinadas con exposiciones laborales específicas y el aumento del riesgo de padecer cáncer de ovario.

Estudios de cáncer ocupacional sin o casi sin mujeres

Las doctoras Melissa C Friesen y Laura E. Beane Freeman, epidemiólogas ocupacionales y ambientales del Instituto Nacional del Cáncer (US National Cancer Institute -NCI) de EE.UU., al comentar el artículo en el mismo ejemplar de la revista, destacan su utilidad para reconocer el bajo nivel de participación de las mujeres en los estudios sobre cáncer ocupacional. Las profesionales subrayan, además, la necesidad de mejorar la investigación y los mecanismos que evalúan los riesgos profesionales de las mujeres con el objetivo de enriquecer la comprensión del tema. Las integrantes del NCI advierten además que al excluirse a las mujeres de los estudios relacionados con el cáncer ocupacional, se pierde la oportunidad de identificar los factores de riesgo específicamente vinculados a los diversos tipos de cáncer que afectan a las mujeres. La evaluación de las diferencias de riesgo en función del sexo y el examen de las exposiciones prevalentes en profesiones con preponderancia femenina.

Fuente: SIIC Salud

Referencia: Leung L, Lavoué J, Siemiatycki J, et alOccupational environment and ovarian cancer riskOccupational and Environmental Medicine Published Online First: 10 July 2023. doi: 10.1136/oemed-2022-108557

https://oem.bmj.com/content/early/2023/06/01/oemed-2022-108557

agosto 9, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Cáncer ovario, Medio Ambiente, Mujeres Trabajadoras, Problemas de Salud, Riesgo a la Salud |

Tan solo el 20% de los países exigen a las empresas que ofrezcan a las empleadas pausas remuneradas e instalaciones para la lactancia o la extracción de leche.

Según la OMS y Unicef, más de 500 millones de mujeres trabajadoras no se benefician de medidas de protección de la maternidad esenciales: tan solo el 20% de los países exigen a las empresas que ofrezcan a las empleadas pausas remuneradas e instalaciones para la lactancia o la extracción de leche y menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente de leche materna. Es por ello que la campaña conmemorativa de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2023 gira en torno a la lactancia materna y el trabajo bajo el lema «Amamantar y trabajar: ¡hagamos que sea posible!».

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«El deseo de muchas mujeres de prolongar la lactancia materna (LM) más allá del periodo de baja maternal -que en España son 16 semanas, lejos de los seis meses recomendado por la OMS y Unicef de lactancia materna exclusiva-, crea la necesidad de combinarla con el trabajo. La LM tiene importantísimos beneficios para la madre y el bebé y todos los agentes sociales que rodean a la madre y su hijo (pareja, familia, personal sanitario, el entorno laboral, etc.) deberían poner facilidades para mantenerla y prolongarla todo el tiempo necesario«, apunta la doctora Susana Ares Segura, coordinadora del área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (CNYLM-AEP).

Las recomendaciones que proponen para las empresas desde el área de Lactancia Materna del CNYLM-AEP pasan por proporcionar periodos de descanso para que las madres puedan amamantar a sus hijos o extraerse leche; disponer de espacios adecuados, íntimos y dignos para hacerlo; facilitar otras opciones para compatibilizar la lactancia y el trabajo como flexibilidad en los horarios, jornada parcial o el teletrabajo; e informar a las madres embarazadas y el resto de empleados de que existe esa política de apoyo a la lactancia en la empresa.

«Estas medidas -apunta la doctora Ares Segura- no solo benefician a la madre, sino también a la empresa. Facilitar la LM en el entorno de trabajo mejora el grado de compromiso de las mujeres con la empresa, reduce el absentismo laboral, favorece una mayor tasa de reincorporación al puesto de trabajo tras la baja maternal, aumenta el rendimiento y se produce una menor pérdida de trabajadoras cualificadas por motivos ligados a la maternidad«.

Los beneficios de la lactancia materna para la madre y el bebé

Entre los beneficios de la lactancia materna para el bebé se encuentran los siguientes:

  • Favorece su desarrollo sensorial y cognitivo.
  • Los protege de enfermedades infecciosas y crónicas frecuentes en la infancia como la diarrea, la otitis o la neumonía y ayuda a una recuperación más rápida gracias al traspaso de anticuerpos de la madre.
  • Iniciar la lactancia materna dentro de la primera hora de vida protege al recién nacido contra las infecciones y reduce la mortalidad neonatal.
    • Proporciona los nutrientes necesarios en calidad y cantidad, para un crecimiento y desarrollo adecuado. Además, contiene bacterias beneficiosas fundamentales para la digestión y absorción de nutrientes.
    • Los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños tienen menos tendencia a sufrir sobrepeso, hipertensión u obesidad.
    • Amamantar, además de ser alimento, también alivia del dolor por ejemplo durante la administración de las vacunas.

    Beneficios de la lactancia materna para la madre:

    • Establece y fortalece el vínculo afectivo madre – hijo debido al aumento en los niveles de oxitocina que se producen cada vez que la madre da el pecho.
    • Menos síntomas de depresión postparto: Numerosos estudios han abordado a lo largo del tiempo los beneficios de esta hormona para las madres, entre los que destaca su efecto antidepresivo.
    • Mejora la presión arterial. Mientras se da el pecho, la oxitocina ayuda a que la madre tenga mejor presión arterial basal, sistólica y diastólica, e incluso aumenta su umbral del dolor, además de favorecer una sensación de bienestar.
    • Favorece la contracción del útero y previene hemorragias. Dar el pecho desde el inicio ayuda a que el útero se contraiga más rápidamente. Esto facilita la expulsión de la placenta y evita que la madre pierda demasiada sangre tras el parto. Por eso, es muy importante el contacto precoz piel con piel con el bebé nada más nacer para favorecer la lactancia materna durante la primera hora tras el parto, un momento decisivo para madre y bebé.
    • Previene la anemia. En los días posteriores al parto, la oxitocina producida con la lactancia disminuye las posibilidades de sufrir anemia ferropénica debido a las pérdidas de sangre.
    • Reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes. La lactancia reduce el riesgo de que la madre padezca una enfermedad cardíaca y diabetes de tipo 2 a lo largo de la vida.
    • Las mujeres que dan el pecho tienen menos riesgo de infartos e ictus, de ahí que la Asociación Americana del Corazón recomiende mantener la lactancia materna hasta al menos el primer año de vida del bebé siempre que sea posible, y teniendo en cuenta que cada seis meses el riesgo disminuye un poco más (del 3 al 4%).
    • Reduce el riesgo de cáncer. Cada mes extra que se da el pecho también reducirá el riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, ovarios y útero.
    • Dar el pecho favorece una pérdida más rápida del peso ganado durante la gestación.

    Además de los importantes beneficios que tiene para la salud y el bienestar de la madre y el bebé, la lactancia materna implica un ahorro enorme para las familias y un importante beneficio ambiental para el planeta.

    Por todo ello, tanto la OMS como UNICEF recomiendan el inicio temprano de la lactancia -durante la primera hora siguiente al nacimiento-, mantener la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y continuarla hasta los 2 años de edad o más, con la incorporación de alimentos complementarios a partir de los 6 meses.

    Proteger la lactancia materna, un compromiso de todos

    La Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra todos los años del 1 al 7 de agosto, es una campaña mundial coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de fomentar la lactancia materna y mejorar la salud de los bebés de todo el mundo.

    Fue proclamada oficialmente en 1992 coincidiendo con el Aniversario de la Declaración Innocenti, formulada con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia materna.

    agosto 1, 2023 |Im

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